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La gama baja serían estos de aquí,
que no llegan a los 3000 euros,

son unos 2600, más o menos.

Esta sería la gama media,
que es la que más se vende,

que está entre tres y 4000.

Y esta sería la gama alta,
que ronda los 6000 euros.

No sé, este.

No, mejor el de al lado, este.

- ¿Con la cruz?
- No, sin cruz.

- Muy bien.
- ¿Y cabrá?

¿Perdón?

Es que mi marido
es más bien gordo.

Tampoco tanto.

Ah, sí, sí, cabrá.

No se preocupe.

La vida es una fiesta en
la que coincides con mucha gente.

Van llegando nuevos invitados,

pero también hay otros
que por la razón que sea,

se van antes.

A todos nos tocará irnos algún día,
no lo olvidéis.

Lo peor de todo es asumir
que la fiesta continúa

sin nosotros.

Como dice el tópico,
la vida continúa.

Y la clase continúa sucia.

Por tanto,
hoy le tocará barrer a...

A Mònica de Villamore.

Que barrerá con...

A ver...

Con Joan Capdevila.

Bien, atención con este filósofo.

Nietzsche habla de la muerte,
concretamente de la muerte de Dios.

Dice que entre todos
le hemos matado,

porque los hombres
no le necesitamos para vivir.

Hasta ahora hemos vivido
bajo la sombra

de un padre protector
que nos ha dicho

cómo debemos comportarnos,

ha hecho
que nos sintiéramos culpables

cuando no hemos hecho bien
las cosas.

Pero ahora podemos romper
con ese padre,

podemos construir nuevos valores
que no tengan nada que ver

con la idea de Dios.
Por tanto, podemos vivir

- cómo decidamos, ¿entendéis?
- Yo no creo en Dios.

Y menos después
de lo que le ha pasado a Santi.

Gloria debe de estar
destrozada.

Pues a lo mejor estaría
bien que fuerais a verla.

- ¿A dónde?
- Al tanatorio.

Seguramente muchos de vosotros
no habréis ido nunca a ese sitio.

Pues ya va siendo hora,
ha llegado el momento.

- ¿Vamos a la hora del patio?
- Sí.

- Muy bien.
- Pero en media hora no habrá tiempo

de ir y volver,
no llegaremos a la siguiente clase.

Ya encontraremos el tiempo, Gerard.
Nos veremos a las 11

delante del instituto, ¿de acuerdo?

RAMAS DE LA FILOSOFÍA

ATRACCIÓN

CRÍTICA

PROPENSIÓN AL EGOÍSMO

MATERIALISMO

CEREBRO HUMANO

IDEALISMO

Lo siento, mucho, Gloria.

Guapa, gracias por venir.

Lo siento.
Si necesitas algo, ya sabes.

Es una putada.

Gracias a todos.

- Hola.
- ¿Qué haces aquí?

Es que se ha muerto un profesor,
Santi, el de castellano.

Ah, ya sé quién es.

Y hemos venido
a saludar a su mujer.

Ayer llegaste muy tarde a casa.

Sí.

Tienes que tener
más paciencia con mamá, Oliver.

¿No nos hemos trasladado
para poder empezar una nueva vida?

Pues te pido que te calmes
y que no discutas con ella.

Y que pases más rato en casa,
si puede ser.

- Es que me cuesta mucho, papá.
- ¿Te cuesta mucho?

¿Sabes el esfuerzo que he hecho
para volver a este trabajo?

Gracias, Berta.

- Gloria
- Ah.

Hola.

Todo un detalle, Merlí.
Los otros vendrán hoy por la tarde.

Todos se han portado muy bien.

Pero por lo que veo,
tu hijo no se ha atrevido a venir.

No, Bruno
no quiere reconocer lo que hizo.

No sé qué te contó Santi,
él le quitaba importancia.

Mi marido era un trozo de pan.

Y Bruno se reía de él a la cara,
y yo lo vi.

Santi no se merecía eso.

Pero ahora qué importa.

Ahora qué importa.

¿Qué pasa aquí?

Nada.

¿Dónde están los demás?

- De excursión, al tanatorio.
- ¿Con quién?

Lo tiene apagado.
La madre que lo parió.

Si pasa algo,
tú eres el responsable, Toni.

- Ya lo sé.
- Lo sabes.

Te lo dije desde el primer día,
pero nunca me has hecho caso.

- Eugeni, por favor, déjame en paz.
- Eres blando, Toni.

Por eso se los ha llevado
al tanatorio.

No, se los ha llevado

porque ya no tienen
nada que perder.

Hablé con él y le dije
que hoy llamaría a Inspección,

no quiero que siga
el año que viene.

Ya sé que te alegra,
pero no estoy para celebraciones.

Nos toca buscar a unos alumnos
que se han largado

en horas lectivas.

¿Tenéis el teléfono
de alguno de los chicos?

¿Y si llamas a Gina?
Te dará el teléfono de Gerard.

No quiero que los padres
sepan lo que está pasando,

solo me faltaría eso.

Llevan más de una hora
fuera del instituto.

Ya, lo sé.

¿Cómo ha podido llevárselos
sin permiso?

Toni, creo que lo mejor
es llamar a Gloria,

- ella nos dirá si siguen ahí.
- No,

- ahora no quiero molestar a Gloria.
- Si queréis, me acerco con la moto.

No, espera, coge un taxi.
Si tenéis noticias, me llamáis.

Acaban de llegar.

Que vayan a la clase.

Venga, chicos, a clase. Rápido.

¿A ti te parece normal
llevártelos sin mi permiso?

- No me lo habrías dado.
- Merlí, me puedo quedar sin trabajo.

- ¿Es eso lo que buscas?
- No fantasees, Toni, ¿eh?

Todos están bien
y han aprendido a estar

donde hay que estar.

Ah, cosa que tú
todavía no has aprendido.

Gloria estaba encantada
con esta visita,

no ha dejado de repetírmelo.
Y a ti te dirá lo mismo.

Era la hora del patio,
pensé que llegaríamos

a tiempo a clase,
pero hemos llegado tarde.

Pensaba esperar
a después del entierro

para hablar con los de Inspección,
pero llamaré ahora mismo.

Claro, tío, es normal,
está hecha una mierda.

- Bruno, te has ahorrado un marrón.
- Sí, tío.

- Flipante.
- Podrías haber dicho unas palabras

- en homenaje a Santi.
- ¿Qué coño dices, tío?

- Como le quería tanto.
- Sí, le mimaba.

¿De qué te ríes, Vilaseca?
¿Y tú, imbécil?

Eh, es una broma, ¿vale?
Pero no me digas

que no te metías con Santi
cuando le llamabas gordo a la cara.

- También os reíais, ¿no?
- Vale, tranqui, nos reíamos,

pero reconoce
que Santi era un buen tío

- y tú le machacabas.
- Sí.

¡Eres un hijo de puta!

- ¿Te has vuelto loco?
- ¡Que me dejéis!

- ¡Bruno, joder, para!
- ¡No me toques!

- ¡Ya basta, Bruno!
- ¡Déjame!

¡Eh, eh, eh!

¿Qué ha pasado aquí?

Bruno, a casa expulsado.

Gerard, ¿te encuentras bien?

Todavía sangras,
hay que llevarte a urgencias.

Aguanta esto, aprieta fuerte.
Avisaré a Toni, quédate aquí.

Mònica, quédate con él,
ahora vuelvo.

- Hola.
- Hola.

¿Qué hacía Bruno? Está loco.

No sé. Si no se hubiera metido
con Santi...

Te has asustado
al verme en el suelo.

Creo que tendrán
que ponerte puntos.

- Creo...
- No entiendo lo de Bruno.

Ah... Voy a buscar a Toni,
que se dé prisa.

- Perdona.
- Pasa, tío.

Si de todos modos pasa de mí.

Tú qué, cabrón,
esta tarde a barrer con ella.

Me ha tocado.

Tenéis muy buen rollo, ¿no?
¿No podrías preguntarle

si sale con alguien?
Disimuladamente, claro.

Es que no sé,
creo que a lo mejor le mola

- alguien de fuera del insti.
- ¿Qué quieres que me cuente a mí?

No sé, tío, hazme este favor.
Es que no sé qué hacer

y es muy raro
que se lo pregunte yo.

- Vale, te ayudaré.
- Gracias, tío.

Mándame un whatsapp, ¿vale?

Acabo de enviar
a tu hijo expulsado a casa,

se ha peleado con Gerard,
le ha partido la ceja.

A Gerard se lo ha llevado Toni
a urgencias

y a Bruno le he abierto
un expediente.

Joder.

Está claro que a él también
le cuesta respetar las normas,

- en eso es como tú.
- Cómo te gusta, ¿eh, Eugeni?

Estás encantado.

El curso que viene
te echaremos de menos.

¿Qué? Ya te lo ha contado Hitler

y vienes corriendo a echarme
la bronca.

Que le den por culo al expediente.
Y a ti te preocupa quedar mal

delante de Eugeni. Él no tiene
ni idea de lo que ha pasado,

ni ha preguntado.
Gerard me ha empezado a provocar,

a decir que tendría
que haber ido al tanatorio.

Voy si me da la gana,
¿qué tengo que hacer yo allí?

Que se vayan a la mierda
y me dejen en paz, joder.

La realidad objetiva es
que te has reído de Santi,

le has juzgado por su apariencia.

¿Te creías mejor que él
porque era gordo?

Has hecho con Santi
lo que no quieres

que hagan contigo.
Porque tú no quieres

que se rían de ti por el hecho
de que te gusten los tíos,

¿a que no?

Espero que sea la última vez

que tengas esta mierda
de comportamiento.

Asume que has actuado
como un hijo de puta

y haz lo que creas que debes hacer,
porque a partir de ahora

las hostias te las pegarás tú solo.

Ya me dirás algo de Mònica

¿Sabes algo de Gerard?

¿Sabes si está mejor?

Sí, ya le han curado. Pobre tío.

Gerard me cae muy bien,

es muy buen tío.

Sí.

¿A ti no te cae bien?

Escucha, Joan,
si Gerard me quiere decir algo,

que se lo curre.

Joan.

¿Crees que no me acuerdo
de lo que me dijiste en la fiesta?

Ya, ya me imagino
de lo que quieres hablar, ya.

- ¿Tú cómo educas a tu hijo?
- No continúes por ahí, por favor.

Le han puesto puntos a Gerard.
Me habría imaginado

- que fuera cualquiera menos Bruno.
- Cosas de criaturas.

Sí, hombre, que ya no son niños,
hacen Bachillerato.

¿Qué le pasa a Bruno?
¿Le ha cogido manía a Gerard

- porque estamos juntos?
- Esta es tu lectura.

No, mi lectura es otra,
te llevas a los alumnos

sin permiso al tanatorio
en horas de clase.

Si le llega a pasar
algo a Gerard...

Se han peleado en el instituto,
no en el tanatorio,

despréndete ya de tu papel
de madre sobreprotectora.

- No sé cómo soy como madre, pero...
- Eres estupenda.

Tú no sabes controlar a tu hijo,
seguramente porque tampoco

sabes controlarte. Le deberías
haber dado una bofetada a tiempo.

Muy bien,
es así como arreglas las cosas,

a base de hostias.
¿Crees que una bofetada

- lo soluciona todo?
- No.

Pero Gerard se ha llevado
alguna bofetada,

ayuda a ponerles en su sitio.

Pues yo tengo por norma
dialogar con mi hijo.

Yo también hablo con él,
lo he hecho siempre.

- Pero a veces...
- A veces una buena colleja,

- muy educativo.
- Pues sí, ha recibido alguna vez

- y tú deberías hacer lo mismo.
- ¿Algo más?

- No.
- Adiós.

¿Qué?

Dije cosas que...

no estaban bien.

Me reí de Santi.

Y ahora es tarde para...

Él te apreciaba,
sabía que eras un buen chico.

¿Sabes qué decía?

Que tienes el corazón de gelatina.

Todo lo llevaba hacia la comida.

Su muerte no tiene
nada que ver contigo.

Fui un hijo de puta,
no sé por qué.

Bueno, sí que lo sé.

No estaba bien.

Me sentía diferente y...

lo pagué con él.

Soy homosexual.

No me quiero esconder más.

Quiero que todo sea más fácil.

Claro que sí, Bruno,
debes ser feliz.

Eso te diría Santi.

INSTITUTO ÀNGEL GUIMERÀ

Nos tocará ir de culo 15 días
hasta que llegue un sustituto.

A las doce te quedas
con los de primero de Bachillerato

- y yo con los de cuarto de ESO.
- ¿Y segundo?

Los de segundo le tocan a Merlí,
supongo que no pondrá pegas.

¿Merlí, pegas? Oh.

Si le quedan cuatro días,
no continuará el próximo curso.

- Ya veremos si acaba este.
- ¿Lo dices por lo del tanatorio?

Y por hacer lo que le da la gana
como si esto fuera su casa.

- Ya era hora.
- Eso digo yo.

A mí me parece bien

que Toni hable
con los del departamento.

- Lo habría podido hacer antes.
- Desde luego, sí.

Uy, qué silencio.
¿Ha pasado un ángel?

- ¿Qué, con Joan?
- Te lo juro, tía, muy fuerte.

¿Y follasteis?

Ay, pero no se lo digas a nadie,
por favor.

- Además, él se puso muy nervioso.
- Oh, qué pasada.

No sabía
que Joan estaba colgado de ti.

Ya. El día que hicimos la fiesta,
que iba tan borracho,

- me dijo unas cosas...
- ¿Qué?

Que estaba enamorado,

que quería pasar
toda la vida conmigo...

- Qué fuerte.
- Ya.

- Qué mono.
- Ay, no sé, pero es un follón,

porque a mí me gusta,
pero le encuentro muy niño, tía.

Tú a todos los ves muy niños,
a Gerard igual.

Ya, Gerard.

- Otro problema.
- ¿Qué, también te gusta?

Ay, los dos.

No sé tía, pero después
de lo que pasó con mi ex,

lo pasé fatal,
no sé si estoy preparada.

Y tampoco tengo prisa
para empezar una relación.

Yo no creo que Gerard
te cause ningún problema como ese.

- Y Joan es un trozo de pan.
- Ya.

No debería haberme liado con él.

Aparte,
no quiero que lo sepa Gerard

- y no sé qué hacer.
- Tía, no te quejes,

porque tú al menos puedes elegir.

Hola.

Tú. Joan.

Tío, ¿qué pasa?
Aún espero que me contestes.

- No tenía batería en el móvil.
- ¿Pero hablaste con Mònica o no?

Sí, pero me cambió
de tema rápido y...

Joder, tío.

Díselo tú, Gery.

Hola.

Perdona.

Perdona,
pero la hostia ya me la diste, ¿no?

Cada día me pegan una hostia, tío.

No hay nada que vaya
como yo quisiera, tío. Nada.

Todo es una puta mierda.

- Mònica no te hace caso, ¿eh?
- ¿Me vacilas, capullo?

No, no te vacilo.

Sé lo que es
que te guste alguien y pase de ti.

Yo también puedo pasar de ella.
¿Qué piensas?

Que se vaya a la mierda,
es una chula,

cree que voy a ir detrás
de ella toda la puta vida, la...

Pija esa. Paso, hay tías
que están mucho más buenas.

Si te gusta, díselo, ¿eh?

El no ya lo tienes.

No somos un rebaño de ovejas

que debemos obedecer
siempre las reglas.

A la mierda cualquier forma
de servilismo.

Nietzsche rechaza al que se limita
a seguir a la mayoría

y que no cuestiona nada
y no tiene pensamientos críticos.

¿Cuántos de vosotros observáis
el mundo y pensáis:

es así y no hay nada que hacer?

A mí me pasa.

Porque pienso que cuesta
mucho cambiar las cosas.

Ya, Tània, pero no olvides
que salvo la naturaleza,

el resto de las cosas
las ha creado el hombre,

y por tanto, el hombre también
las puede cambiar, ¿eh?

Yo, al igual que Nietzsche,
y por eso quiero

que este filósofo
os haga empalmar especialmente,

reivindico el hecho
de no tener miedo a la diferencia.

Ya, pero si todos pensáramos
como Nietzsche,

nos estaríamos convirtiendo
en otro rebaño de ovejas, ¿no?

- Tienes un punto más en el examen.
- ¡Vamos!

- Qué morro, ¿no?
- Vaya potra.

Callaos.
Tienes toda la razón.

Y si fuera así, no tendríamos
necesidad de un Nietzsche.

Pero tal vez aparecería otro

para romper
lo que piensan las masas.

Nietzsche dibuja la figura
del superhombre,

un superhombre
que busca nuevas experiencias,

- que ama el riesgo, que es valiente.
- Me está definiendo.

- ¿Qué dices?
- Mira, el tío.

- Me está definiendo a mí.
- Eh, callaos, pesados, callaos.

- Estás flipando.
- Nuestro superhombre llegará pronto.

- Y se llama Iván Blasco.
- Oh, qué guay.

No, no os riáis.

Pronto volverá a esta clase.

Una clase
que le hizo sentirse diferente.

¿Y qué si es diferente?

- ¿Y cuándo viene?
- Mañana, espero.

Y quiero que tenga
una buena acogida

por vuestra parte,
¿está claro, me habéis entendido?

Muy bien, ¿Pol?

Sí, claro.

Hay rumores de que no continuarás
el curso que viene.

- ¿Qué?
- ¿Cómo?

Bueno, sí, es así.
Lo tengo complicado, sí.

Mándales a la mierda
a Toni y a Eugeni.

Ya lo he hecho,
por eso me quieren echar.

Ahora volveremos
a hablar de tíos, ¿no?

- Sí, pero espero que más.
- Sí.

Y a ver si antes
de acabar el curso, tenemos novio.

- ¿Yo? No creo.
- ¿Y tú qué sabes?

Ay, Bruno,
tienes que pensar que un día

aparecerá el amor de tu vida.

Yo lo pienso. No me ha funcionado,
pero lo pienso, no sé.

No me robes a la amiga, ¿eh, cari?

Perdona, nosotros
éramos amigos antes, ¿eh?

No, que nos bañábamos juntos
en el camping.

Y nosotros nos metemos mano.

O sea, le metes mano a él
y a mí no.

- Bueno, tú espérate.
- ¿Cómo?

¿Tú de qué vas?

Hostia, Bruno, me jode mucho
que echen a tu padre, ¿eh?

- A mi también.
- Se lo ha ganado, ¿no?

Es una putada.

Sí, me imagino el profe
que vendrá.

En clase dictando los apuntes,
como el que teníamos antes.

- Yo me dormía en sus clases.
- Yo le seguiré viendo por casa.

- ¿Y si hablamos con Toni?
- Toni no nos escuchará.

- Tal vez sí.
- Sí, sobre todo a ti,

- que eres el mejor alumno del insti.
- ¿Queréis que hable yo con Toni?

- Igual ahora que tengo 18 años...
- Ya.

Yo también los tengo
y te aseguro que no servirá de nada

que hablemos con Toni, cariño.

¿Tienes alguna idea original
que sirva

para que no echen a Merlí,
cariño mío?

- Pues sí.
- ¿Qué dices?

- Pues dila.
- ¿Cuál?

No puedo hacerlo solo,
o todos o nadie.

¿Por qué lloras?

Lloro por adelantado.

Así ya lo tengo hecho
para cuando tenga ganas

después del estreno. No me gusta
llorar delante de la gente.

Iremos el sábado.

¿Sabes que me han cogido
para otra obra?

- ¿Ah, sí?
- El Tiempo y los Conway,

hago el personaje de la madre.

Ay, hace muchos años
hice de una de las hijas.

Ay.

Yo también me estoy estrenando,

pero de otra manera.

- Ya era hora, hijo.
- ¿Sabes de lo que te hablo?

¿Que si lo sé? Tengo unas ganas
de hablar de hombres contigo...

Serás la oveja rosa de la familia.

Pero pobre de ti
como me cojas maquillaje, ¿eh?

- Vale.
- Vamos a tomarnos un chupito

- de Limoncello para celebrarlo.
- ¿Ahora?

Ahora.

No te olvides nunca...

de quién eres hijo
ni de quién eres nieto.

Eres un Bergeron Calduch.

- ¡Ah!
- Uy, qué mariquita.

Una cosa: si nos cogen,
¿qué hacemos?

Si mi madre me pilla
con un expediente, me mata.

Joder, no pasa nada.
Pon un expediente en tu vida,

- cariño mío.
- No. Si me encanta

hacer cosas morbosas,
prohibidas y peligrosas.

- ¿Cómo qué?
- Si saltamos, tiene que ser rápido.

- No puedo quedarme mucho, ¿vale?
- Eh.

- Oh.
- Oh, qué mono.

Le he tenido que decir a mi madre
que me dejara salir con el perro,

- no podía.
- Es guapísimo.

Gerard, macho,
con el perro no puedes saltar, tío.

- No, yo quiero saltar.
- No, te quedas vigilando.

- Me quedo yo el perro, ¿puedo?
- Sí, claro.

¿En serio hacemos esto
por mi padre?

Claro que sí, ¿por qué no?

- No, si él estará encantado.
- Va, ahora.

- Saltad, vamos, arriba.
- Venga, saltad.

- Yo te sujeto.
- Eso.

- Venga, sube.
- Va, salta ya.

Vale, chicos,
sé que ha sido idea mía,

- pero es un poco alto, ¿no?
- Tranquilo, que te ayudamos.

Venga, arriba.

- Venga, te toca a ti.
- No hagáis tanto ruido.

- Vamos.
- Ten cuidado.

Dame las bolsas.

No te caigas, ¿eh?

- Venga, va, qué lentos sois.
- Que no es tan alto, Gerard.

Un momento, creo que me acabo
de aplastar un huevo.

- No te rías, tía.
- Perdón.

- Venga, hombre.
- Venga, perla, abajo.

- Va.
- Baja, joder.

Va, que te ayudo. Cuidado.

Baja.

- Hola.
- Tira, va.

Que tires.

A ver este.

- Translúcido.
- ¿Eh, has visto?

Eres el Victor de Aveyron
del siglo XXI,

recuperado
y a punto para comerte el mundo.

Mañana cuando llegues al instituto,
lo primero que harás

- es saludar a Toni.
- Mañana.

Sí, no esperes más, Iván.
Hemos hecho kilómetros juntos,

- eres perfectamente capaz...
- No sé, no sé si estoy preparado.

Es como si aún me faltara un poco.

A tus compañeros también les falta
un poco para madurar, ¿eh?

Ya no eres un animal,
pero aún no eres un hombre.

Tíos, quitaos las camisetas
para no mancharlas.

- Qué profesional, ¿no?
- No gritéis.

- Venga, va.
- Venga, tíos.

Qué guay.

Me apetece tanto...

- ¿Quién empieza?
- Yo.

¿Sí? Va.

- Venga, dale caña.
- Venga, Joan, va.

- Va, lúcete.
- Venga.

- ¡Uh! Muy bien.
- Eso es.

No me lo puedo creer.

Guay.

¡Ah!

La próxima vez llámame al móvil
antes de colarte

por debajo de la persiana.

Sí, soy imprevisible, ya lo sé.

Ten cuidado, no te caigas.

Tienes que estar bien para mañana,
es un día importante.

Iván vuelve al instituto.

Es un gran día.

¿Le ves preparado?

¿Y tú, estás preparada?

En unos cuantos días
os he conocido un poco

a ti y a tu hijo.

Tengo que darte las gracias.

Ya me las diste.

¿A qué hueles?

- ¿A qué huelo?
- Sí.

¿Cómo que a qué huelo?

- A productos de limpieza, supongo.
- No, no, tu olor personal,

el olor que solo es tuyo.

¿Puedo? ¿Oler?

Vale, por favor.

Tiramisú.

¿Pero tú no estabas
con no sé qué mujer?

- Tú aquí haces menús, ¿no?
- Sí.

Pero también hay carta.

Sí.

Porque de vez en cuando me gusta
pedir un plato de la carta.

Ah.

Lo que quieres hacer conmigo
es solo una cosa para esta noche.

No seré tu menú habitual.

No seré tu amor.

No, ni yo tampoco para ti.

Lástima. Yo que quería
que celebráramos juntos

las navidades
y que le hicieras de padre a Iván.

Que me regalaras un collar
el día de los enamorados.

¿Te ha hecho venir Merlí?

Mi padre no sabe que estoy aquí.

Coge, si quieres.

¿Y tu madre?

Durmiendo. Ayer llegó muy tarde.

¿Por qué has venido?

Para desayunar juntos.

¿Por qué has venido?

¿Te acuerdas de lo que me dijiste
aquel día que vine?

Que creías que era...

- Que te molaban los tíos.
- Sí.

Pues es verdad.

No estarás enamorado de mí.

No.

¿Qué, por qué te ríes?
¿Sería muy raro

que alguien se enamorara de mí?

No, no, pero quiero decir que...

No me gustas, pero no que seas feo,
solo que no...

- Quiero decir...
- Ya, lo he entendido.

¿Y qué te han dicho los de clase?

Aún no lo sabe nadie.

Bueno, Tània y...

Y tú.

Estoy harto
de no poder expresarme como soy.

Por una vez,
debo hacerle caso a mi padre.

No quiero fingir más.

Tengo ganas de sentirme libre.

No sabes lo que es vivir escondido.

Toni te está esperando
en la entrada.

- ¿En la entrada?
- Por la pintada.

Algunos padres de primero de ESO
ya se han quejado.

No me extraña.

Esto no...
No es idea de los alumnos.

Como siempre,
hay alguien que los dirige.

Pero a estas alturas
ya no tiene importancia.

Sí la tiene, sí.
Alguien se ha colado

en el recinto esta noche
y quiero saber quién ha sido.

Me encanta.

Ay. Hostia, Eugeni,
dibujas muy bien.

- Hostia, qué cojones.
- No te servirá de nada, Merlí.

¡MERLÍ, nos haces empalmar!

- ¡Todos a su sitio!
- A ver qué coño nos dicen.

A ver, como ya sabéis,
unos cuantos han entrado de noche

en el recinto del instituto.

La pared del patio forma parte
del mobiliario de esta casa.

- Claro.
- Y como tal, se debe respetar

y se debe cuidar.

Quiero saber quién ha sido.

¿No os atrevéis?

Mirad, chicos,
no pienso irme de aquí

- hasta que no aclaremos todo esto.
- Vamos, no seáis cobardes.

¿Quién ha saltado la valla?

Yo estaba.
Y vale que hay una polla dibujada,

pero no la dibujé yo.

- Oliver, si tú crees que...
- Toni.

Yo pinté uno de los huevos.

- Yo el huevo izquierdo.
- Los pelos son míos.

Vale, vale, ya está bien.

No hay que entrar en detalles,
no nos interesa.

Ya vemos
que habéis sido todos, ¿eh?

Pero os diré algo:

esa pintada no servirá de nada.

El problema que tenemos con Merlí
es cosa nuestra

y vosotros no tenéis
nada que decir, ¿entendido?

Si Merlí tiene
que irse del instituto,

se irá y punto.

Yo creo que está bien
que le echéis,

no le queremos en clase.
Nos enseña cosas raras,

se le va la olla
y nos hace pensar demasiado.

Claro, no le queremos en clase.

Además, se lía con las madres
de los alumnos

y eso no está bien.
Algún día me lo encontraré

en pijama por casa.

Te lo encontrarás en pelotas,
porque no usa pijama.

Toni, echa a Merlí de clase,
por favor, y que no vuelva.

Sí, es que es un plasta,
nos enseña palabras rarísimas,

- eudaimonía, episteme...
- Epojé.

A mí me comió el tarro
para que estudiara Bellas Artes

y ahora tendré
que cambiar de Bachillerato.

Y lo peor de todo:
por culpa de Merlí

el friki de Iván vuelve a clase.
Y no se queda en casa,

que es donde debería estar.

Ayer Gerard me dijo
que Toni quiere echarte.

- Puede tardar, aún acabaré el curso.
- ¿El año que viene no podrás seguir?

No hay nada decidido.

¿Pero por qué no me lo dijiste,
Merlí?

¿Querías darme
alguno de tus consejos?

De acuerdo, lo siento,
no debería haberme metido

en tu manera de educar a Bruno.
A veces pienso que...

Que todo el mundo es mala madre
menos tú.

Sí, más o menos.

He visto la pintada, es genial.
Y Gerard tardó en pasear al perro,

ya sé dónde estaba.

Te digo lo mismo que te dije
cuando te conocí,

eres un profesor cojonudo.
Ninguno de los profesores

- conseguiría una pintada como esa.
- Puede ser que a pesar de todo,

gusto a los alumnos.

Y a mí también me gustas.

Sobre todo
cuando te pones a provocar.

No sé, yo quiero
que Gerard y Bruno se lleven bien,

podríamos ir a cenar todos juntos.
Y con tu madre.

¿Qué dices?
No sabes dónde te metes.

Tengo ganas de conocer
a la Calduch.

Gina, cariño, quiero estar contigo
y que sigamos juntos,

pero para cenas familiares
aún es pronto.

Vale, me he pasado. ¿Por qué
no vienes a cenar tú esta noche?

A cenar y a lo que haga falta.

- Ha estado bien, ¿no?
- Sí, Eugeni ha puesto una cara...

Joan, escucha, estoy hecha un lío.

Ya, me lo imagino.

Supongo que te gusta Gerard.

Es que aún no he superado
lo de mi ex.

Ya.

Mira, yo...

Si quieres, y si no quieres,
no pasa nada,

pero yo lo tengo claro.

Quiero salir contigo.

¿Tú qué piensas?

Va, sí. Yo también quiero.

- Ay, lo siento mucho por Gerard.
- Gerard no tiene que saberlo.

Yo no se lo he dicho a nadie.
Podemos ir quedando

y aquí en el insti,
cada cual con sus amigos

y ya está.

De acuerdo, lo hacemos así.
Pero que no lo sepa nadie.

Bueno, voy yendo a clase.

Hola.

- Te moló mi perro, ¿eh?
- ¿Cuánto hace que lo tienes?

Cinco años, creo.

Tendríamos que ir yendo
o no nos dejarán entrar en clase.

Espera. Eh...

Mònica, mira,
ya sabes que me gustas mucho

y yo... ¿Yo te molo, Mònica?

Sí, pero ahora no estoy
para tener una historia con nadie,

ya me han hecho bastante daño.

Pero, Mònica,
ya sabes que yo no te haré daño.

- Ya, Gerard, pero...
- Vale, no pasa nada.

¿Somos amigos?

Amigos.

Sí, claro, amigos.

Pero escucha, Mònica,
cuando te aclares un poco,

ya sabes dónde estoy, ¿vale?

Gerard, por favor, ¿no entiendes
que ahora no quiero?

Sí, sí.
Simplemente que si algún día

cambias de opinión,
pues aún me gustarás.

Bueno, pues ya está.

Hemos conseguido más lotes
de alimento que el año pasado,

- los de la ONG están contentos.
- Qué bien, muy bien.

- Y gracias por el currazo.
- Te traeré el gráfico

de la evolución de las donaciones.
En los últimos cinco años,

hemos ido aumentando poco a poco.
También ha influido la crisis.

Vale, muy bien,
el año que viene más.

Pronto empezaré el tratamiento.

Ah...

- Ah, todo irá bien, ¿eh?
- Sí, claro.

Nada, eso...

Siento mucho de que Joan
se haya enterado antes

de que vosotros decidierais
decírselo.

Ya he hablado con Merlí,
esta ha sido su última injerencia.

Merlí. Tiene gracia,
al final me ha hecho un favor,

se ha acercado a Joan
como yo no he sabido hacerlo.

Ahora me toca a mí
acercarme a mi hijo.

¿Te han echado de clase?

Qué va, he llegado tarde
y la de inglés no me deja entrar.

A mí tampoco.

- ¿Y el profe de guardia?
- Ha salido.

Yo he llegado tarde expresamente,
no me apetecía ir a clase.

¿Cómo es que has llegado
a medio curso?

Ah... Familia.

Me pasé contigo.

Hombre, me llamaste marica
y la verdad es que no sé

de dónde lo sacas.

Yo también...

Ya lo sé.

¿Qué hiciste
para salir del armario?

No hace falta
que hagas nada, Bruno.

Sé espontáneo. Si ves a un tío
que está muy bueno

y tiene buen culo, pues lo dices.
Y la gente lo entenderá enseguida.

No hace falta
que anuncies con un megáfono

que eres gay.

¿Tú qué hiciste
el primer día, cari?

Es que no tienes que hacer nada,
tienes que sentirte libre.

Tienes que decir
lo que te dé la gana

y no pensar en los demás.
Piensa solo en ti.

¿Sabes qué pasa, Bruno?
Que en el fondo

todos somos lo mismo
aunque no seamos iguales.

¿O no?

Mira, aceptar que uno es gay

es como aquellos días
de primavera, ¿sabes?

Que tienes como una sensación...
Que notas como un calor que...

Y te dan ganas
de respirar aire puro,

de llamar a tus amigos,

de enamorarte,
de tener una aventura intensa

y de follar mucho,
eso es importante.

Y hoy para ti empieza la primavera.

Y eso es de puta madre.

Dime, ¿qué te apetece hacer?

Así que lo que hay que hacer
es controlarles mucho,

controlarles de verdad.

Mira.

¿Qué hacen?

¡Oh!

¿Qué pasa? ¡Hala!

¡Uh!

¡Bien!

- ¡Uh!
- ¡Bravo!

- Hola, Toni.
- Gina. ¿Has visto la pintada?

Sí, sí, yo no me meto,
es cosa vuestra.

Ya, ya.

¿Es verdad el rumor de que quizás
nos cambien de centro

- el próximo curso?
- Bueno,

el departamento hace años
que quiere usar el edificio

y habla de trasladarnos, pero...

Mientras no nos pongan
en barracones...

Ah, te quería proponer
una charla sobre drogas,

- para los de la ESO.
- Ah, muy bien.

- Hace tiempo que no lo hacemos.
- Pues lo pongo en marcha.

Ah, y hay que preparar las carpetas
para el año que viene.

- Ah, sí. Gina, una cosa...
- ¿Qué?

Quería decirte
que lo haces muy bien, ¿eh?

Muy bien, o sea, lo del AMPA.

Hace poco que estás, pero...

Muchas gracias.

De nada.

No, y que estoy contento
de que estés por aquí.

- Muy bien, nos vemos luego.
- Hasta ahora.

Tienes a tus peripatéticos
a tu favor, ¿eh?

Te has convertido en un profeta
con discípulos entregados y fieles.

Aún falta Iván,
que llega esta tarde.

Y ante esto, ¿qué debo hacer?

Tú tienes ganas
de tenerme como profesor

el curso que viene.

Tú quieres que continúe.
¿O qué, prefieres

que acabe trabajando
en un cole de curas?

Si hago eso, puedo provocar
un cisma en la iglesia,

no estaría mal.

- Oye, ¿tú tienes pareja?
- Merlí.

No, no, es que casi
no sé nada de ti.

- ¿Tienes pareja o no?
- Soy viudo.

- Ah.
- Sí, hace cinco años.

¿Eso quiere decir
que se te ha acabado la fiesta?

¿Qué quieres,
que esto sea el comienzo

- de una bonita amistad o qué?
- Vete a saber, nunca se sabe.

Hasta incluso Descartes y Pascal,

que concebían la vida
de forma opuesta,

se admiraban mutuamente.

- Mira que eres pedante.
- No, en serio.

¿A ti qué te molesta más,
la sabiduría o la ignorancia?

- Oh, déjame en paz que tengo hambre.
- Bueno, te invito a comer, va.

¿Sí?

Iván, llegas tarde
a clase de filosofía.

- Paso, mejor otro día.
- Quedamos en que vendrías hoy.

- Eso lo dijiste tú, no yo.
- ¿Puedo?

Hola, Iván, soy Mònica.
Va, ven, que te quiero conocer.

¿Me están oyendo todos?

Están todos pendientes de ti.

Hostia.

Hola, Iván,
a mí tampoco me conoces,

yo soy Oliver.

- Eh, Oliver, ¿qué tal?
- Muy bien, ¿y tú?

Ven, que te estamos esperando.

- No sé.
- Va, ven, que lo celebraremos.

¡Oh! ¡Cava para todos!

No, no, para todos no,
para Joan un zumo de fruta.

Eh, va, Iván, ven, que tenemos sed.

Iván, estás a cinco minutos
del instituto, lo sabes.

O sea, que sal de casita
y ven hacia aquí,

que celebraremos tu llegada.
Y que el curso que viene

- me aguantaréis en clase.
- ¿Qué?

¿Cómo, qué quieres decir?
¿Que al final no te echan?

¿Cómo quieres que echen a un tío
que hace empalmar a los alumnos?

- Hostia.
- ¡Oh!

Protagonistas

cada uno en su mundo

y a la vez

extras del mundo de los demás.

Todos entrecruzandonos.

Miles de vidas,

de centros de gravedad.

Millones de rastros,

infinitos planes de futuro.

¡BIENVENIDO IVAN!