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ADI�S, CHARLIE

Bienvenido, muchacho.
Bienvenido.

Gracias, Crafty,
por venir a esperarme.

No faltaba m�s.

Era lo menos que pod�a hacer
trat�ndose de ti.

Lo m�s triste de todo esto es que nos
veamos en estas circunstancias.

Verdaderamente ha sido
algo terrible.

Un golpe dif�cil de soportar.

- Mozo.
- Espere.

�Qu� tal el viaje, George?
�Cansado?

S�lo las primeras seis mil millas.

Parece como si hubiera sobrevolado
los dos polos, el norte y el sur.

Y no ha sido s�lo
el vuelo desde Par�s.

Recib� tu telegrama cuando estaba
en Biarritz

y tuve que conducir toda la noche
para volver a Par�s.

Eso sin contar la interminable serie
de peripecias que he tenido que pasar

hasta conseguir un billete de avi�n.

Amigo m�o, no te imaginas
qu� lucha ha sido.

Ya lo creo que me lo imagino,
pero la amistad es la amistad,

y te agradezco mucho que hayas dejado
tu trabajo para venir.

Lo aprecio en lo que vale, George.

- S� que si Charlie hubiera�
- Olv�dalo. He venido porque quer�a.

Se�ores, les espero abajo,
en la salida de coches.

Mi coche est� aparcado ah� fuera.
Es un Rolls Royce negro MC1.

Sab�a que ten�as mucho trabajo, pero
no hab�a nadie m�s que pudiera decir

unas palabras de despedida
en los funerales de Charlie.

- Por eso te mand� llamar.
- Si, ya lo s�. Har� todo lo que pueda.

- Aunque esa no es mi especialidad.
- No digas eso, hombre.

- He hecho unas notas en el avi�n�
- S� que lo har�s estupendamente.

Entra y atiende a la gente.
Yo recoger� el equipaje.

Ande, abra deprisa. Vamos.

Janie...
qu� alegr�a verte.

- �No ha llegado Kenneth?
- Est� desesperado por no poder venir.

Qu� contratiempo. Ten�a la semifinal
del campeonato de golf de Hillcrift.

- Fanny.
- George, cu�nto me alegro de verte.

- L�stima que no sea en mejores...
- En mejores circunstancias.

Claro que yo no conocia �ntimamente
a Charlie.

Era m�s amigo de mi marido que m�o.
Pero yo siempre le admiraba.

�Qu� ha pasado?
�D�nde est� todo el mundo?

La verdad, no creo que venga
nadie m�s.

Fanny y yo llevamos aqu�
m�s de una hora.

�No habr�n dado la direcci�n
equivocada?

No sea absurdo. Los telegramas
los he mandado yo personalmente.

Crafty, Harry ha sentido much�simo
no venir,

pero han llegado unos clientes
muy importantes de Ohio.

�Oiga, Sue? Sue, estoy aqu�,
en la casa de la playa.

No ha venido nadie a�n.
�Qu� pasa?

Ya s� que mandaste telegramas a todos,
pero pudiste confirmarlo por tel�fono.

�Que lo confirmaste por tel�fono?

El campeonato de golf no puede ser
justificaci�n para que no venga nadie.

Pero si hoy es martes.
Nadie se va a Palm Springs antes�

antes de fin de semana.

�Y la asociaci�n de escritores? Supongo
que mandar�n una representaci�n.

�Que debe cu�ntas anualidades?

Paciencia.

Por lo visto es uno de esos d�as
en que toda la gente est� ocupada.

Crafty, �por qu� no empezamos?
No creo que venga nadie m�s.

�Ahora? Pero�

�no deber�amos esperar
unos minutos m�s?

Muchacho, la verdad por delante.

Esto no es lo que esper�bamos.

Pero hay que aceptarlo
con resignaci�n.

�S�lo nosotros?

Supongamos que est�n de camino,
detenidos por el tr�fico o algo as�.

Yo ser�a el �ltimo en meterte prisa
en un caso como �ste,

pero es que doy esta noche una peque�a
cena en La Rue.

- As� que abreviemos, �eh?
- Claro, claro.

Te advierto que yo no soy muy bueno
en estas cosas.

Se�or, para ambientar un poco hemos
traido una cinta con el Mes�as de Haendel

- cantado por un coro de Viena.
- Gracias.

- Gu�rdelo para mejor ocasi�n.
- Vamos, ret�rese.

Bien, aqu� estamos,

los que fuimos amigos
de Charlie Sorel,

reunidos en esta casa, mientras all�
lejos, en la inmensidad del oc�ano,

yace Charlie.

En primer lugar quiero agradecerles
de coraz�n el haber venido.

S� que el pobre Charlie se habr�a�
bueno, no s� si se habr�a sentido

muy contento por el n�mero
de los congregados,

pero si le hubiera gustado ver
que los que le quisimos en Vida

se han reunido para honrarle
en la muerte.

Morton Craft, su fiel representante,

la encantadora Sra. Salzman,
Fanny para todos nosotros,

que est� aqu� en nombre de su esposo,
Harry Salzman,

jefe de los estudios de Charlie.
Y Janie,

la Sra. de Kenneth Highland, cuyo esposo
dirigi� varios guiones de Charlie.

Disculpen ustedes mi evidente
torpeza, pero no es una tarea sencilla.

Las tristes y extra�as circunstancias
de su muerte

dificultan mucho expresar todo
lo que merece nuestro pobre...

nuestro pobre y difunto amigo.

Recordemos siempre su indudable
amor a la buena vida,

su superior conocimiento
de los Vinos, y�

y tambi�n su perfecta
t�cnica del tenis.

Y tantas y tantas cosas.
Su falta de miedo

en las pistas de patinaje.

Y para terminar ser�a injusto
no hacer un paneg�rico de su valor

para las amas de casa del grupo
en su calidad de hombre solo.

Eso, por si mismo, como Fanny ser�
la primera en reconocer,

no es ninguna tonter�a.

El n�mero de hombres solteros
y atractivos

a quienes se puede avisar
con poco tiempo,

es, sin duda alguna,
bastante limitado.

Y si...

Ah, pero es in�til, Charlie era
Charlie, �qu� m�s puedo a�adir?

Unos le quisimos, otros le odiamos y
otros le quisimos y le odiamos a la vez.

La cuesti�n es que nos ha dejado,
y seg�n palabras de cierto escritor,

�no de puntillas,
sino de un portazo�.

Y eso es todo. Lamento
no haber sido m�s elocuente,

pero los discursos
no son mi especialidad.

Ha sido precioso, George.
Sencillamente precioso.

- Si, precioso.
- De muy buen gusto, muchacho.

Y adem�s muy emotivo.

Me alegro mucho de haberte visto,
y siento tener que irme tan pronto,

pero soy presidenta del PTA
del Beverly Hills

- y tengo tal cantidad de trabajo�
- Adi�s, Fanny, un abrazo a Harry.

Te aseguro que no me cre�
capaz de hacerlo.

Voy a pasarme ocho d�as
durmiendo sin interrupci�n.

Te hace buena falta, muchacho.

Creo que aqu� encontrar�s
todo lo que necesitas.

Cuando tengas un momento
echa un vistazo a esto,

los bienes de Charlie.

En su testamento te nombra albacea.

�A mi? �Por qu� haria
semejante estupidez?

No te preocupes, cuando te enteres
de su situaci�n financiera

ver�s que no hay tal estupidez.

Sus bienes se reducen m�s o menos
a esta casa, su coche y la ropa.

La casa est� hipotecada, tiene un
empr�stito sobre el coche

y la mayoria de sus trajes
no est�n pagados.

�Tanto de impuestos atrasados?
�No pagaba nunca?

Era al�rgico a eso.

En fin, como t� acabas de decir,
Charlie era Charlie.

Adi�s, amigo,
como si estuvieras en tu casa.

Me pondr� en contacto contigo.

- Adi�s, Janie.
- Adi�s, Craft.

Adi�s, George, yo tambi�n
tengo que irme.

Ha sido estupendo volver a verte, y
lo que has dicho me ha emo�

No te levantes.
Me ha emocionado.

Despu�s de o�rte, me siento, en cierto
modo, mejor persona y m�s�

noble.

George, en alguna parte de esta casa
hay un traje de noche m�o.

Me lo dej� en cierta ocasi�n.

No pod�a volver con �l en pleno d�a,
�comprendes?

- Comprendo, �quieres que lo busque?
- No, no, coraz�n,

pero si lo encuentras�
m�ndamelo por correo.

- Es original y me cost� 850 d�lares.
- Si, descuida.

- Gracias, George. Adi�s.
- Adi�s.

- Llevar� sus maletas al dormitorio.
- Gracias.

- Perdone, se�or.
- �S�?

Han llamado de la oficina.
Mandar�n por las sillas ma�ana.

Gracias.

�Desea alguna otra cosa
esta noche, se�or?

Con toda sinceridad,
espero que no.

- Buenas noches, se�or.
- Buenas noches.

Charlie, inolvidable amigo,

te voy a echar de menos.

Perdone usted la intromisi�n.

Lo siento, pero los funerales
han terminado. Todos se han ido.

Lamento molestarle, pero he encontrado
a esta joven en la carretera y�

- Amigo, usted y su amiguita�
- No es mi amiguita. Estaba...

�C�mo se lo dir�a yo?
Estaba sin vestir.

Y le he prestado mi abrigo.

Ah, buscan el hotel Malib�, �verdad?
Muy bien, pues�

No, yo me dirijo a Santa B�rbara,
a una cena muy importante,

el cumplea�os de mi madre
y voy con retraso.

Ella me pidi� que la trajera aqui.

�Aqui?

�Por qu� diablos aqui?
No la he visto en mi vida.

No me lo pidi� exactamente, pero
al ver la casa� su casa,

me hizo detenerme y acompa�arla.
Si no le importa sigo mi camino.

Eh, un momento. En primer lugar,
�sta no es mi casa.

Usted no me conoce, �verdad?

�A que no?

- �Es muda?
- Temo que est� enferma. La memoria�

- Debe ser amnesia.
- Oh, vamos.

Habia pensado llevaria a un m�dico
o a un hospital.

- Pues ll�vela.
- No, aqui. Aqui.

Busca a Charlie Sorel, �verdad?
Es una de sus amigas. �No?

Charlie Sorel.

- Charlie... Sorel...
- No hay duda de que conoce este lugar.

Debe estar� �Diablos!
Perdone el lenguaje,

mi madre se llevar� una decepci�n
si no estoy cuando corten el pastel.

- No se marchar� de aqu� sin ella.
- Le llamar� ma�ana.

Usted la encontr�, es suya.
�Se cae!

- �Vuelva!
- Le estoy muy agradecido,

no se preocupe por mi abrigo.

Conf�o en que la se�orita tenga
un total y r�pido restablecimiento.

- Adi�s.
- Vuelva, vuelva aqui.

�Est� enferma!

�No puede dejarla en este estado!

�Vuelva!

Eh, usted,
eh, madame X, despierte. H�bleme.

Est� bien, no me hable,
hablar� yo.

�Qu� tal d�a has tenido hoy, George?
Incre�ble.

Caramba, c�mo se ha espabilado.

En esto no ha ofrecido resistencia.

Qu� rico.

- �Qu� me ha dado?
- Co�ac.

�Quiere decirme de d�nde Viene?

No lo s�.

No tengo la m�s remota idea
de lo que me ha podido pasar.

Ah, ya.
Amnesia.

- �Amnesia?
- Si, mujer, si,

una enfermedad de la televisi�n,
pero usted no se preocupe.

Veamos, �de qu� se acuerda?

S�lo de haber estado en la carretera,
del hombre que me dio su abrigo.

Estaba tiritando en el coche,
y al ver esta casa,

sent� que si lograba entrar
estar�a a salvo.

�A salvo?
�En casa de Charlie Sorel?

�Charlie Sorel?

Debi� conocerle bien, por eso
la casa le hizo impresi�n.

P�ngase de pie y eche un Vistazo.

Vamos.

Ale.

Nada, �eh?

Pues hay que hacer algo.

Conozco un hospital que est� cerca.
Voy a pedir un taxi.

- Por favor, no.
- Por favor, si.

Por favor, d�jeme aqui. Estoy
segura de que me acordar� de algo.

- S�lo hasta ma�ana. Por favor.
- �Hasta ma�ana? �Est� loca?

Tal vez no lo sepa,
pero es una chica muy guapa.

Adem�s, no est� vestida
para pasar la noche fuera.

Y adem�s, �qui�n me dice que no tiene
usted un marido como un castillo

que la est� buscando en este momento
por todos lados?

Qu� demonios.

Estoy muy cansado.
Venga.

Venga.

�Venga!

Ande, suya es.
Vamos.

El ba�o est� aqui.

Ahora bien, ma�ana a primera hora,
si est� enferma o no,

tomaremos otras medidas.
�De acuerdo?

- Buenas noches.
- Gracias.

- �C�mo se llama?
- Mi nombre�

Mi nombre� creo que lo he olvidado.
Me llamo George Tracy.

- �George� Tracy?
- No se moleste.

Mi nombre no le dir� nada.

Charlie Sorel, ese es el que de verdad
le importa a usted.

Esta es su casa.
�Se acuerda de Charlie Sorel?

Hombre fuerte, con�
Dej�moslo.

Creo que lo tiene todo.
Buenas noches.

- �No! No me abandone, por favor.
- Haremos una cosa.

Dejar� la puerta abierta. Es lo m�s
que puedo hacer en su honor.

Buenas noches.

�Calle, no tiene nada que temer!
Todo va bien. Tranquila.

No pasa nada, est� a salvo.
C�lmese.

As�, as�.

Para ser una jovencita
tiene pulmones de buceador.

�Qu� ha sido? �Una pesadilla?

- George, �no me conoces?
- Si, yo si.

La que no se conoce es usted,
eso es lo malo.

George, m�rame.

- �Quiere hacer el favor de dormirse?
- George, soy Charlie.

- Soy Charlie Sorel.
- Oh, vamos.

Soy Charlie... Sorel.

Si, si, no faltaba m�s.
Lo que usted diga.

Lo que usted diga.
Lo que usted quiera.

�Y ahora... haga usted el favor de
dormir o le doy con esta l�mpara!

George.

- Comprendo esto menos que t�.
- Otra vez.

Soy Charlie Sorel.

De pronto lo comprend� todo
en sue�os.

- �En sue�os? Gracias.
- George, despierta, por favor.

George, soy tu mejor amigo,
Charlie Sorel.

Lo discutiremos ma�ana,
porla ma�ana. Buenas noches.

George, es cierto. Leo Sartori me
sorprendi� propas�ndome con Rusty

- en el yate y me peg� un tiro.
- Bien hecho.

Oye, George, esc�chame.

Te llamas George W. Tracy.
La W quiere decir Wellington.

Vives en el 231 de la avenida Clever
en Paris,

y tu n�mero de tel�fono es
Balzac-4889.

Tienes un lunar en el omoplato
izquierdo.

Se�orita, no s� a qu� diablos
viene todo esto,

pero hoy he tenido un d�a
muy agitado y�

�Leva nta!

En 1950 escribimos juntos un gui�n
basado en un argumento

que t� vendiste al estudio.

Ten�amos una secretar�a
llamada Shirley �no s� cu�nto",

que viv�a en la Avenida Fountain,
y ninguno de los dos sab�a

que el otro ten�a que ver con ella
hasta que una tarde nos tropezamos

en la escalera. Un domingo de
lluvia por la tarde. �S� o no?

�Qui�n le ha contado todo eso?

�Ha sido Crafty?

Tu banco en Par�s es la sucursal del
First National City de la plaza Vendome.

Hace dos a�os me cobraste
un cheque de mil d�lares.

No hab�a fondos, pero lo repuse
cuando gan� en el festival de Cannes.

Te di el dinero en fichas.
�Recuerdas?

Y aquel mismo fin de semana por poco
te ahogas cuando mi fueraborda

te dio en la cabeza. �Qu�, no te
demuestra esto que soy Charlie?

S�lo demuestra que conoci�
usted a Charlie.

Y que Charlie era un chivato.

�Yo soy Charlie,
pedazo de mula!

�Y la vez que te llevaste a la amiga
de un productor,

aquella pelirroja tan fresca, a Tijuana
para ver una corrida de toros?

Os quedasteis all� porque ella no era
ciudadana americana

y no ten�a permiso para volver
a entrar.

Ya est�.

Ya lo entiendo.

Usted era una de las amigas
de Charlie.

El le prometi� casarse
o le pidi� dinero prestado.

S�, est� perdiendo el tiempo, amiguita.
No va a casarse con usted

ni le devolver� el dinero
porque ha muerto.

M-U-E-R-T-O

Puede quedarse esta noche,
ma�ana desayuna y se larga.

Ahora ver�s.

No quer�a hacerte da�o,
pero t� te lo has buscado.

Recuerdo que en Navidad, hace s�lo
tres meses, estuviste en Saint Moritz

con una modelo de Harper's,
Elsa Underwood.

Estabas loco por ella y fuiste tan
tonto que hasta le hablaste de boda.

Pero ella recibi� un telegrama
de Dick Averon

y tuvo que volver en seguida a Par�s
para unas fotos.

De Dick Averon nada,
el telegrama era falso.

Fue a reunirse con otro tipejo.

- Los dos se instalaron en un hotel�
- En el Ritz, George.

En una suite que daba a la plaza
Vendome.

El otro tipejo era yo.
Lo siento.

�Canalla, granuja!
�Para que te f�es de los amigos!

�No era buena, George!

Mi buen amigo, Charlie Sorel,
se encarg� de demostr�rmelo, �eh?

S�, te estabas colando demasiado.
No pod�a dejar que�

- iSinverg�enza, traidor!
- Lo hice por ti.

- Palabra de honor.
- Me r�o yo de tu palabra de honor.

Ibas a salir mal parado.
No pod�a dejar que ella�

�Ya est� bien, Charlie!
�Basta!

Ya te has convencido de qui�n soy.

�Verdad que s�?

Y comprendes por qu� gritaba.
Esto es un absurdo de lo m�s est�pido.

�Qu� ocurre?
Oye, acons�jame t�.

Y por si fuera poco, aquel hombre
en un gran Ferrari negro

frena en seco, me arropa
con su abrigo, me mete en su coche�

Ya, d�jate de cuentos.
Estoy enterado de todo eso.

Pero respecto a la transici�n,
�te dar�as cuenta de algo?

Reconoce conmigo
que no es f�cil de asimilar.

D�melo a m�.

Vamos al grano. Deja de preocuparte
por peque�os detalles

y pensemos en la espantosa
situaci�n de conjunto.

�Qu� pretenden de m�?
�Cu�nto tiempo va a durar?

No voy a continuar as�
todo el resto de mi vida.

Charlie, por favor, tengamos calma,
no perdamos la cabeza.

En fin,

probablemente haya una explicaci�n
muy sencilla para todo esto.

- �Ah, s�? �Cu�l?
- No lo s�.

Y deja de chillarme o me largo
ahora mismo de aqu�.

Yo no estoy metido en ning�n l�o
y t� s�.

Yo no soy una chica y t� s�.

George, no� no puedes abandonarme.
Estoy atrapado.

Bueno,

sabe Dios que hago lo posible
por ayudarte, pero por lo visto

- ni lo imposible te basta.
- Tienes que ayudarme.

Al menos de momento.
Si intentas abandonarme...

Si me abandonas te juro que vuelvo
a las aguas negras del oc�ano

y me ahogo otra vez.

Tal y como

se han puesto las cosas,
a lo mejor vuelvo rebotado,

como una pelota.

Bueno, bueno, est� bien,
pero nada de enfados. C�lmate.

S�, de acuerdo.

- Buen chico.
- Me calmo.

Quieto, quieto.

Quieto, me estoy quieto.
Y me calmo.

�Y qu� m�s?

Ahora...

analicemos la cuesti�n con calma
y con el mayor realismo posible.

T�, Charlie Sorel, por razones
que a�n no se conocen,

y que probablemente es mejor
pasar por alto,

ya no eres un hombre,
eres una chica.

�Si al menos fuera otra cosa!

Si me hubieran arrojado sobre
aquella playa con otra forma,

animal, vegetal, mineral,
pero no de chica. �No de chica!

Vamos, Charlie, que yo sepa no te
ha ido tan mal con el sexo contrario.

Te gustaba mucho.

Ese fue uno de tus grandes problemas
en la vida.

Perm�teme decirte una o dos cosas
sobre las maravillosas mujeres, George:

chaladas, peligrosas, neur�ticas,
aut�nticas dementes,

tan inofensivas y tiernas
como una r�faga de ametralladora.

Tiene amantes como otras personas
comen cerezas.

Si llevas a otra mujer inofensivamente
a una cafeter�a� �Bang!

Me mienten a m�, a ti, a su marido,
a su amante, a su psiquiatra,

y, si me apuras, hasta
al cajero del supermercado.

Ya s� que me han acusado
de tratar mal a las mujeres,

y es verdad.

- Pero lo hice en defensa propia.
- Charlie...

Ya est�.

Ahora lo veo con una claridad
meridiana.

- �Qu� ves?
- Lo que te est� pasando.

Hay una providencia llena
de sabidur�a.

Y t� eres la criatura elegida.

�De qu� est�s hablando?

Del Antiguo Testamento,
la gran profec�a,

- "Ojo por ojo y cliente por diente�.
- Calla, me pones carne de gallina.

�Todo ello es de una grandeza
impresionante!

Te has aprovechado a m�s y mejor
de las mujeres.

Has sido el lobo suelto
en medio del reba�o.

Y he aqu� el merecido y justo
castigo,

sabiamente pensado
a medida de tu crimen.

Se han vuelto las tornas, Charlie.

Hoy eres la presa,
en lugar de cazador.

Qu� horrible sensaci�n.

Como si toda mi vida hubiera
sido un tremendo glot�n

y ahora fuera chuleta de cordero.

George, �has visto que te he dado
con la izquierda?

�Ah, s�? Muy bien, Charlie.

Imag�nate mi izquierda,
mi c�lebre gancho de izquierda.

Siempre dijiste que era mortal.

Debiste haberte desplomado
como un saco de patatas.

S�.

Nada. �Nada! �Esto es demasiado!
�No lo permitir�!

Puede que no fuera un dechado
de perfecci�n�

- �Tranquil�zate!
- �Puede que merezca un castigo!

- �Pero esto no, esto no!
- �Si�ntate aqu�!

No te preocupes, ya lo resolveremos
los dos juntos, �eh?

Voy a traerte una copa,
no te muevas.

- Piensa en algo, George. Piensa.
- Pensaremos.

Tiene que haber muchas posibilidades
y las aprovecharemos.

Charlie, �se te ha acabado el vodka?

Mira en la librer�a, escond� all�
las botellas cuando quedaba poco.

�La librer�a?

�Qu� posibilidades?
Dime alguna.

En primer lugar puede ocurrir
que todo esto pase.

Entonces no habr�a problema.
�En qu� parte de la librer�a?

Detr�s de �Guerra y Paz�.
�D�nde �ba a esconder el vodka?

Guerra y Paz.

- Y si no pasa, �qu� pasa?
- �Guerra y Paz!

�Contesta!

En ese caso tenemos a toda
la profesi�n m�dica a nuestro alcance.

Puede ser algo glandular,
o tal vez el metabolismo,

o incluso nos puede ayudar
un buen psiquiatra.

- �Crees que pueden ayudarnos?
- No lo s�.

Pero vale la pena intentarlo.

Tienes raz�n.

Vale la pena. En este momento
intentar�a cualquier cosa.

As� me gusta. Iremos a ese m�dico
de Beverly Hills. �C�mo se llama...?

Kresser, Cossler, Kingsley...
o algo parecido.

Ha tratado a todos los clientes
de Crafty y est�n entusiasmados.

Dicen que es un mago. Voy a pedir hora
esta misma tarde. El tel�fono es�

Qu� horror, no s� qu� hubiera hecho
de tener que afrontar esto sin ti.

No tiene importancia.

- Eres el �nico amigo que tengo.
- No hay que exagerar.

�Qu� es todo eso? �Pensabas organizar
una partida de alg�n juego de sociedad?

No, ayer celebramos aqu�
tus funerales. Kessler...

�De veras? �Mucha gente?

Pues� para ser sincero,
procuramos no darle publicidad.

S�lo los verdaderos amigos.

Y yo pronunci� una especie de
paneg�rico sobre tus cualidades.

No sabes lo afectados que estaban.
Nadie ten�a los ojos secos.

Gracias, hombre.
Un funeral...

�Y por qu� no? Charlie Sorel
ha terminado. Ya no existe.

Lo �nico que queda de �l
es esta ruina.

No seas pesimista. Debes ver
el lado bueno de las cosas.

Eres una chica, �y qu�?
Eso no es el fin del mundo.

�Perjudic� a Greta Garbo ser mujer?

�Y a Madame Curie,
Florence Nightingale...?

Podr�a citarte mil mujeres,
todas mujeres.

Menudas alhajas has nombrado.

Ya que empiezas a verlo
por el lado bueno,

�qu� hay de esos 75.000 d�lares
que debes de impuestos?

Se van a ver negros para cobrarlos.

Aunque s�lo sea por no pagarlos,
me alegro.

Ahora, lo primero es lo primero.
Ante todos debes ponerte algo.

Ir� a la tienda que hay en Malib�
y te comprar� una bata de seda rosa.

Bueno, empezaremos por unos
pantalones vaqueros,

te resultar� m�s familiar.

Y� tambi�n vas a necesitar algo
para... bueno, para... s�.

Qu� mala suerte. La semana pasada
me compr� dos docenas de calzoncillos.

- Yo dir�a que tienes la talla� �7?
- No digas tonter�as.

Mientras me dar� un ba�o
y me afeitar�.

Esta puede ser la explicaci�n.

�Un concepto b�sico de la Vida
religiosa en el antiguo Egipto

era el principio de la reencarnaci�n�.
Esto es lo tuyo, Charlie, reencarnaci�n.

�En general, la transmigraci�n del alma
estaba reservada para los que

en la tierra hab�an llevado
una vida digna.

Y estas almas afortunadas regresaban
en forma de p�jaros".

�Por qu� no intentas mover las alas?

- "Parecidas creencias... "
- �George, ven!

George, mira esto.

"Parecidas creencias exist�an
entre ciertos pueblos prehist�ricos

incas y mayas. Sin embargo los
sacerdotes cre�an que el alma

sobreviv�a en la tierra como
arbusto, �rbol u otra planta y� "

�Qu� te parece esto?

Vaya, vaya.

Lo que hace la madre naturaleza.

Imag�nate�

ya no necesito ir al cine
a ver a Brigitte Bardot,

me basta con venir a casa
y bajar las persianas.

Qu� estupideces dices...
�Y abr�chate esa blusa!

S�.

Es absurdo.

Me siento tan�

femenina.

En el cuarto de ba�o sent� el impulso
rid�culo de pintarme las u�as de los pies.

�Pintarte las u�as?
Me parece que est�s cambiando.

Mira, tenemos una serie de problemas
muy serios que resolver.

Tus asuntos est�n hechos
un verdadero l�o.

Mi mente es la mente
de Charlie Sorel,

y no necesito decirte c�mo es.

Pero todo ello est� mezclado
con algo suave, tierno, dulce�

Vamos, que esto no sea motivo
para que justifiques

ciertas inclinaciones... ya me
entiendes: serenidad y calma.

Soy el de siempre.
�Has cambiado t�?

�Yo? No, no� �qu� voy a cambiar?

�Me encuentras atractivo?
De hombre a hombre, dime la verdad.

Charlie, como hombre� eres un asco,
pero como chica me haces sudar.

- En fin, volvamos al problema.
- Problemas, problemas�

�S�lo sabes hablar de eso?

No me extra�a que las mujeres
americanas est�n desenga�adas.

Charlie, est�s arruinado,
�lo sab�as?

Estos son tus bienes, de �os que, tan
amablemente, me has hecho albacea.

No s�lo est�s arruinado,
sino en bancarrota.

Y yo no puedo ayudarte porque me
gast� el �ltimo dinero que me quedaba

para venir aqu�
por tu maldito funeral.

Qu� prosaico.

Es incomprensible que te preocupes
por dinero. Eres un artista,

- una persona inteligente y sensible.
- Gracias.

Y ahora baja ya de las nubes,
est�s con el agua hasta el cuello.

Charlie Sorel s�.
Pobre Charlie.

�Qu� est� tramando ese imprevisible
cerebro de chorlito?

No lo s�. Tengo m�s confianza
en m� que nunca.

Lo sent� en el momento
en que me puse esta ropa.

Mejor dicho, antes
de empezar a pon�rmela.

El mundo est� lleno de tontos, George.
Los dos lo sabemos.

Mujeres, hombres o lo que sean.

Yo tengo equipo suficiente
para enga�ar a todos.

No me digas que consideras esto como
un trampol�n para el salto definitivo.

Yo no he pedido esto.

Me lo han impuesto.

Cont�stame a una cosa:
�c�mo voy a vivir?

Eres escritor, �no?

Est�s atravesando una experiencia que,
por no decir otra cosa, es �nica.

Lo que dar�a Tennessee Williams
por estar en tu pellejo.

O Arthur Miller, o Henry Miller.

S�, tiene posibilidades literarias.
No hay duda.

- Gracias, George, por tus consejos.
- De nada, de nada.

Bueno, vamos a echar un vistazo a
estos papeles a ver qu� podemos salvar.

�Por amor del cielo, visita!

Haz una cosa, ve al dormitorio.
Sea quien sea, le echar� de aqu�.

- Hola.
- Vaya, qu� sorpresa.

- �Qu� tal por Santa B�rbara?
- Muy bien, gracias.

Iba camino de la ciudad y se me ha
ocurrido pararme aqu�..

Claro. Viene por su abrigo.
Voy a buscarlo. Un momento.

- No, no, no he venido por�
- Perd�n.

No he venido por mi abrigo.
He cre�do una obligaci�n preguntar

- porla salud de la se�orita.
- Su salud es espl�ndida. Gracias.

Anoche parec�a muy enferma.
�Seguro que se ha� repuesto?

Hasta cierto punto, pero
esta noche ha dormido muy bien.

Hola.

Hola.

- �No quiere usted pasar?
- S� con mucho gusto.

Ya lo creo que est� mejor.
Me� me alegro.

Le agradezco mucho que se preocupe
tanto por m�. Gracias.

A usted.

Perm�tame que me presente.
Bruce Milton III.

George Tracy II. Y� eh�
Ella es�

- Sra. de Charles Sorel.
- La Sra. de Charles... Sorel.

Mucho gusto en conocerla.

- �Sra. Sorel?
- S�,

soy Viuda.

- Lo siento.
- Una gran tragedia.

He perdido a mi esposo, uno de los
mejores hombres que he conocido

me ha sido arrebatado
en la plenitud de su vida,

de su talento, de su belleza.

La vida pertenece a los vivos.

Hemos de continuar.

Tenemos muchas cosas que hacer,
as� que adi�s.

Agradezco sobre todo
su generosidad de anoche.

- Fue un placer poder ayudarla.
- Qu� amable.

Al fin y al cabo, yo vagaba por ah�
en aquel� triste estado.

Pude haberme encontrado�
con cualquiera.

Alg�n hombre horrible
en lugar de un caballero.

Gracias otra vez. S� que la gratitud
de una pobre viuda no es mucho, pero�

S� que lo es. Ya lo creo.
Significa mucho para m�

saber que se encuentra bien
y que se ha repuesto.

- Me hace feliz.
- Oh, qu� gran virtud

la de saber interesarse
por una pobre desconocida.

Claro que, ahora que ya estoy bien,
no tenemos que ser desconocidos.

�Oiga? �Es la consulta del Dr. Casel?
Quiero pedir hora, por favor.

Es una emergencia, la Sra. Charlie.
No, el jueves a las 4 no.

Eso es imposible, �no podr�a
cambiar la hora a otro cliente?

Esta emergencia puede explotar
en cualquier minuto.

Oh, gracias.

�Ha tra�do hoy tambi�n ese
precioso Ferrari?

Es maravilloso el negro,
mi color preferido.

Y el m�o. Es el nuevo modelo
de cuatro carburadores

con carrocer�a sport especial.

Me lo regal� mi madre
en mi cumplea�os.

Espero que acepte dar un paseo
en �l cuando est� del todo bien.

Me encantar� ir con usted.

�Dios m�o, qu� tarde es!
Qu� pena tener que dejarle,

pero he de �r a la ciudad para
que me arreglen el pelo.

Est� horrible. George�
Mi vida, dame las llaves del coche.

- No s� si debo�
- Por cierto,

�sigues teniendo la cuenta en Sax
de la Quinta Avenida?

- �Y qu� vas a hacer t� con la cuenta?
- Necesito unas cuantas cosas.

Gracias, George, eres un encanto.

No s� que hubiera hecho sin esta
criatura en semejantes circunstancias.

Adi�s, Bruce.
Perd�n, George.

Perd�n.
�Un momento!

- No me hagas perder el tiempo.
- C�llate.

�A qu� ha venido la lamentable
exhibici�n de ah� dentro?

Estaba probando mis posibilidades.

Y te dar�s cuenta que dan resultado.
Es pura dinamita,

le puse a cien en un momento,
y eso que no he hecho nada.

No ir�s a Sax, te he conseguido hora
con el Dr. Casel a las tres.

- Esta es la direcci�n.
- �Qui�n?

�El psiquiatra!

�Yo? Estoy mejor que nunca,
de verdad.

No sabes lo dif�cil que es
conseguir hora con ese tipo.

- Tuve que�
- �Por qu� no vas t�, George?

- �Yo?
- S�, tienes muy mal aspecto.

Est�s al borde del derrumbamiento.
As� empiezan los locos.

Hasta luego.

Por favor.

Sr. Tracy,
�me permite una pregunta?

�Tiene usted un inter�s�
sentimental por la Sra. Sorel?

Me gustar�a volver a verla, pero
no me gustar�a interponerme�

�Soy simplemente su mejor amigo!

Es decir, de su marido.

Y en su testamento
me nombr� albacea.

Es decir, administrador
de sus bienes.

Est� bastante claro, �no?

S�.

�Entonces no le importa que vuelva
a ver a la Sra. Sorel?

Con intenciones honorables,
por supuesto.

Gracias, much�simas gracias.

Perm�tame a�adir
que me ha hecho muy feliz.

Profundamente fel�z.

- �Deseaba usted algo?
- Si.

- Lo quiero todo.
- �Todo?

S�.

- Todo.
- �Es cliente nueva?

Nena, yo soy nueva
en todas partes.

- �Me da su hombre?
- Sra. de Charles Sorel.

Veo que Fanny Salzman tambi�n
tiene hora para hoy.

- �Conoce a la Sra. Salzman?
- La conozco. Pero ella a m� no.

Puede decirle que he venido.

No ha llegado a�n,
pero se lo dir� con mucho gusto.

- S�game por favor.
- S�, hasta el fin del mundo.

Gabriel, �has terminado
con la Sra. Carter?

- No, se va a hacer limpieza de cutis.
- Vaya. Gracias.

Connie, �qu� cabina hay libre
para la Sra. Sorel?

La cabina doce.

Es muy peque�a.
Quiere un tratamiento completo.

- Puedo darte la n�mero cinco.
- Estupendo.

Por aqu�, Sra. Sorel.

Sra. Sorel.

�Sidney, Sidney�!
�Mira lo que me ha hecho esta gente!

- �F�jese en este color!
- Muy bonito.

No se preocupe por nada.

Qu� barbaridad,
qu� d�a me est�n dando.

- Ahora si quiere ponerse esta bata.
- Chifladas.

- En seguida vendr�n a atenderla.
- Gracias, princesa.

Qu� raro,
no siento la impresi�n de antes.

No lo quiero demasiado rizado.
Se lo he dicho desde el principio.

Sra. Salzman, no le quedar� nada
cuando se lo carde.

Sra. Salzman,
�conoce a la Sra. de Charles Sorel?

�Sra. de Charles Sorel?
No existe tal persona.

La se�ora de la cabina cinco insiste
en que es la Sra. de Charles Sorel.

- Y dice que la conoce a usted.
- �Est� segura?

Eso es imposible.

Janie, no lo vas a creer, es lo
m�s fant�stico que he o�do�

Habia m�s fuerte.

�Sab�as que Charlie ten�a mujer?

�Mujer leg�tima?
No me digas.

Est� aqu� ahora.
En la cabina cinco.

Pasad, chicas.
Pasad.

A ver si lo adivino. �Cu�l de
vosotras dos es Fanny Salzman?

Yo soy Fanny. Esta es
Janie Highland.

S�. Mi marido me hablaba
much�simo de ti.

�Usted estaba casada con Charlie?

- �Tanto te sorprende?
- Oh, no, no.

Pero es que nunca nos dijo
que estuviera casado.

Claro, quer�a mantenerlo en secreto.
Tem�a que perjudicara su carrera.

Me figuro a qu� carrera
se refer�a.

No me gusta criticar a los difuntos,

pero Charlie era una especie
de ni�o bueno pero travieso.

Ya sab�is c�mo son los hombres.

Eso s� hay que reconocerlo,
Charlie era todo un hombre.

Siempre terminaba cont�ndome
sus aventuras.

Yo lloraba un poco
y luego le perdonaba.

- �Se lo contaba?
- �Todo?

Ya os digo que era muy travieso.
Tan encantador y cari�oso conmigo�

- No sab�is c�mo le echo de menos.
- Me lo imagino.

Ya lo supongo.

Tenemos mucho que hablar. �Por qu�
no ven�s a comer conmigo y...?

- A m� me encantar�a, pero�
- Tengo una reuni�n del comit�.

Es sobre la salud mental.

No hay salud si no se come.

�Qu�? �De acuerdo?

�En el Bistr�? �A la una?

- Bueno.
- Estupendo.

Luego nos veremos, guapas.

�C�mo quiere las u�as, Sra. Sorel?

Largas y afiladas.

�ltimos detalles relativos al caso
del internacionalmente famoso

productor cinematogr�fico
Sir Leopold Sartori.

Sir Leopold, que fue puesta ayer
en libertad bajo fianza de 50.000 $,

- ha comparecido ante el tribunal�
- S�, s�

ya s� que el Sr. Sorel
dej� muchas deudas.

�el guionista, que se hallaba como
invitado en el yate de Sartori

cuando tuvo lugar
el fatal accidente�

Janie, ponte ah�, �quieres?
Y t� a mi izquierda.

- Bien.
- Veo que no llevas anillo de boda.

No, ahora que soy viuda
no tengo por qu� llevarlo.

S� que os parecer� muy duro,
estando el pobre Charlie

en el fondo del oc�ano convertido
en alimento de peces, pero

despu�s de todo no vivimos
en la edad media,

cuando las viudas se arrojaban
a ser pasto de las llamas.

Muy distinto ser�a si Charlie
me hubiera sido fiel,

- entonces me sentir�a m�s obligada.
- �Pedimos ya? �Camarero!

Chicas, ten�a razones especiales
para poder charlar con vosotras.

�Ah, s�?

No os voy a aburrir con matem�ticas,
pero Charlie me ha dejado

casi sin un c�ntimo.

Yo podr�a quedarme y trabajar
de modelo o en el cine, tal vez,

estoy segura de que vosotras
me ayudar�ais,

o vuestros maridos.

Pero lo que de verdad deseo hacer
es irme lejos de Hollywood,

quiz�s volver a Europa.

Por desgracia no tengo dinero.

Qu� l�stima, peque�a.
Perm�teme que te ayude.

A m� tambi�n. Quiero colaborar a
alejarte de tan malos recuerdos.

�Ya sab�a yo que los amigos de Charlie
son mis amigos!

Camarero, dos talones en blanco
y una pluma.

Bueno, s�lo necesitas un billete
de �da, �verdad?

Y ya se sabe, hoy todo el mundo
viaja en la clase turista.

S�, de momento llevar�s
una vida retirada.

En memoria de Charlie tengo
que guardar ciertas apariencias,

pero creo que me �as arreglar�
con 10.000 d�lares,

es decir 5.000 cada una.

Con franqueza, yo estoy dispuesta
a ayudarte, pero no hasta ese punto.

Yo digo lo mismo.

De acuerdos, nenas, si no pod�is
darme dinero,

- tal vez pod�is darme un consejo.
- Todos �os que quieras.

- Dispara, peque�a.
- Por favor, qu� expresi�n.

Tendr� que recurrir a otro medio
m�s bochornoso:

el diario de Charlie.

Publicar� un serial maravilloso
en un peri�dico o una revista.

"Soltero de Hollywood�, por su esposa,
o �Medianoche en Malib��.

Tambi�n hac�a diario.

- Estos escritores.
- D�a por d�a.

Y, a veces cuando ten�a prisa,
hora por hora.

En serio, con toda la publicidad
que le est�n haciendo,

alcanzar�a un precio muy elevado.
Gracias.

Decidme, �con qui�n puedo tratar
un asunto tan delicado?

�O prefer�s consultarlo
con vuestros maridos?

Hay un cap�tulo que por s� solo
inspirar�a un pel�cula.

Un fin de semana en San Francisco
y una noche intensa en un antro

que evitar�a
hasta el propio demonio.

Y tambi�n cuando �l y cierta persona
se quedaron encerrados una noche

en Disneylandia.

Al parecer, para Charlie
no hab�a nada sagrado.

Imaginaos, Disneylandia.

�Pretendes decirme
que has vendido un art�culo?

�A qui�n?

Oh, a un par de independientes.
No �os conoces.

Llevas mucho tiempo fuera.

Qu� suerte, Charlie.

Me han dado 10.000 de anticipo.
Y me dar�n muchos m�s.

Todo lo que yo les pida.

Lo hago como honores p�stumos
a Charles Sorel.

Es magn�fico, Charlie.
Deber�as ponerlo en forma de diario.

�George, eres un genio!
�Un diario!

�Por qu� no se me ocurrir�n
a m� esas cosas?

�Diga? S�, casa de verano del
difunto y gran Charles Sorel.

�Qui�n? S�, est� aqu� mismo.
Para ti.

�Diga? �Qui�n?
Ah, s�, que se ponga.

Te vas a morir de risa cuando sepas
qui�n me llama. Sir Leopold.

Hola, Leo.

S�, eso es.
S�, lo he visto por televisi�n.

Enhorabuena.
S�, es una buena foto.

No, qu� vas a parecer m�s viejo.

�Qu�? �Esta noche?
�No lo dir�s en serio?

- �Est�s preparado?
- S�.

Esta noche dar� una fiesta
para celebrar su libertad

- y tiene la caradura de invitarme.
- �Una fiesta? �Estupendo!

- No, lo siento, no podr� ir.
- S� que puedes ir.

Ya sabes, es que acabo de bajar
del avi�n. Ha sido un viaje muy largo.

Con el cambio de hora y todo eso�
Perdona un momento. Espera, por favor.

- �Qu� est�s haciendo?
- Yo quiero ir.

�Quieres �r a la fiesta
del hombre que te mat�?

- �Vive y deja vivir�. Por favor.
- �No!

Leo, har� todo lo posible.

Tal vez pueda arreglarlo,
pero no te hagas ilusiones.

Adi�s, Leo.

T� y Sartori, en una fiesta,
celebrando su libertad,

tras haberte matado.

No s�lo es indecente,
�es una locura!

Mi humilde hogar.

Aunque viviera en un palacio, no podr�a
amarlo como a estas cuatro paredes.

Con mis pocas posesiones.

Que pongan el aire acondicionado
abajo, en la bolera.

No quiero ni recordar la tragedia
en que me he visto envuelto.

Adem�s, ser�a cometer
una indiscreci�n,

ya que el caso est�, como decimos
en lat�n, "subjudice".

Sin embargo mis experiencias
me han inspirado a embarcarme

en una nueva pel�cula basada
en la encarcelaci�n de Galileo.

Estrella: Richard Burton.

Stephen, tr�igame un impreso
de cable. Voy a enviar ahora mismo

- una idea del argumento.
- Bien, Sir Leopold.

�C�mo describ�os mis impresiones,

cuando se abrieron las puertas
de la prisi�n y volv� a verme libre,

con la hierba verde bajo mis pies,
y el cielo azul sobre mi cabeza?

Sir Leopold, �cu�nto tiempo
estuvo encerrado?

- Unos 45 minutos.
- Rusty, cielo m�o.

Perd�n, el champ�n est� listo
para ser servido.

Champ�n... oh, perdonadme.

Demasiado fr�o. Hay que dejar
que este n�ctar repose durante

unos minutos antes de servirlo.

Gracias, gracias. Muchas gracias.
En seguida se servir� la cena.

Naturalmente habr� baile.

Tambi�n actuar� el cuarteto
de cuerda de Hollywood

que interpretar� deliciosas
melod�as de Mozart.

Y en la sala de proyecci�n se ver�
la nueva pel�cula "Hucky Charusy�,

una versi�n japonesa
de �Mujercitas�.

Con tan poco tiempo no he podido
preparar nada especial para esta noche.

Os ruego me perdon�is.
Os agradezco a todos y a cada uno

que hay�is venido esta noche.
Gracias.

Esto es extraordinario.

Qu� sorpresa.

Eres la chica que tanto admir�

En �Subida y declive de los aztecas
y su imperio�.

�De veras? Pero si no hac�a
m�s que de sacrificio humano

- y �ramos 18.
- T� eras mucho m�s humana.

Y sigues si�ndolo.

Buenas noche, Sr. Tracy,
me alegro de volver a verle.

Muchas gracias, Worthington.
�Y Sir Leopold?

Sir Leopold est� en el sal�n.

- �D�nde est� el aseo para se�oras?
- En lo alto de la escalera.

- Date prisa y no hables con nadie.
- Vuelvo dentro de un segundo.

- Hola, Fanny.
- Oh, George, �c�mo est�s?

Me alegro de verte.
Perdona, querido.

- Janie, �c�mo est�s?
- Hola, qu� buen aspecto tienes.

Querida m�a, la fundaci�n Sartori,
creada por m� para ayudar

a las j�venes con talento
reconocido,

dispone a�n de una beca.
Hablemos en el invernadero,

detr�s de la piscina.
Quiero ense�arte mis orqu�deas.

Pero si es �Bud" Sartori, la pistola
m�s r�pida de Beverly Hills.

�George, bienvenido!

�Has venido solo, George?

No, mi acompa�ante
est� en el cuarto de ba�o.

�La conozco?

No, es una cara nueva.

�Quieres traerme un Whisky doble
con hielo?

Mejor que sea triple.

George, te agradezco que hayas
venido esta noche.

Cre� que� Despu�s de todo,
eras el mejor amigo de Charlie.

Lo era, lo soy y creo
que siempre lo ser�.

Pero eso era personal
y no me convierte en tu enemigo.

Espero que no te condenen.

M�s a�n, espero que impriman
el dedo que apret� el gatillo

en el cemento h�medo
del teatro Chino.

Tan simp�tico como siempre.

Las consecuencias me han sorprendido
incluso a m�.

Llevo treinta a�os produciendo
buenas pel�culas.

He triunfado, tengo talento,
soy atractivo,

disparo contra un escritor,
un insignificante escritor,

y de pronto la gente
me hace famoso.

Mujeres que antes ni me miraban
ahora acuden a m�

y me suplican de rodillas una cita
en el valle de San Fernando.

Recuerdo cuando el crimen
se castigaba.

Oh, est�s aqu�, George.

Voy a presentarte a nuestro
anfitri�n.

Mi casa y yo nos ponemos a sus pies.

- Leopold Sartori.
- Oh, Sir Leopold Sartori.

Insistieron, sobre todo la reina,
una mujer encantadora.

George, me har�s el favor
de presentarnos como es debido.

�La se�ora de Charles Sorel?

- �La esposa de Charlie?
- Viuda.

Si no fuera h�ngaro de nacimiento
me quedar�a sin habla.

Vaya escena.

Mejor amigo, la viuda, el asesino�

George, �por qu� no te vas
a alguna parte y lo escribes?

Querida, si pudiera deshacer
el mal que he hecho.

Si pudiera devolverle la vida
a Charlie esta noche,

no lo har�a. Es el mejor cumplido
que jam�s he dedicado a una mujer.

George, no puedo permitir que
desperdicies la oportunidad dram�tica

de tu vida.
Ve a mi biblioteca particular.

All� hay papel, m�quina de escribir,
lo que necesites.

Enci�rrate con llave. Vamos, escribe.
Querida m�a, es usted exquisita.

Como la fr�gil y delicada belleza
de un cuarteto de Mozart.

Como el fuego y la profundidad
de El Greco.

Como la fr�a perfecci�n
de un Celinni.

�Sigues aqu�?

Como una monta�a tallada
por el inmortal Migue Angel.

�Dice en serio que va a escribir
una comedia para m�?

En una palabra, s�.

Pero no nos precipitemos,
hablaremos de ello despu�s de la cena.

Pero usted es el culpable
de que yo sea viuda.

As� es Sir Leopold, demasiado
grande para guardar rencor.

Exacto. Adem�s, criatura m�a,
alg�n d�a me lo agradecer�.

�No siente remordimiento?
�Ni siquiera un poco?

Puso fin a la prometedora carrera
de un brillante y joven escritor.

Peque�a, es mi doloroso deber
desilusionarla,

el pobre Charlie no ten�a talento.
Era un escritor rampl�n.

Har� que mi criada tome las huellas
de sus delicados dedos

en mi cara de monstruo corrompido.

A tout aller, cherie.

- �Nos vamos a casa?
- No, tengo hambre.

Oye,

mira qui�n viene a cenar
en nuestra compa��a.

No comprendo qu� hago
en un sitio tan peligroso.

Yo, que me mareo en los toros.

Mi padre no me permit�a relacionarme
con gente del cine.

Banqueros, ya sabe los prejuicios
que tienen.

Pero el verano pasado,
estando sola en Europa,

me fui al sal�n de lectura
del museo Brit�nico de Londres.

�Conoci� a Charlie en un museo?

Los dos est�bamos admirando
los s�mbolos de fertilidad

de los australianos primitivos.

Le describir� la escena. Yo estaba
en una escalera dedicada

a la pura investigaci�n.

Janie Highland dice que conoci�
a Charlie en la playa de Cannes.

Y a Fanny Salzman
le cont� lo mismo.

Eso fue m�s tarde,
lo entendieron mal.

Como dec�a, yo estaba
en una escalera,

de pronto mir� hacia abajo y all�
estaba Charlie mirando hacia arriba.

No sab�a que hab�as visto
a Fanny y a Jenny.

S�, almorzamos juntas en el Bistr�.
Son muy simp�ticas.

- �D�nde est�bamos?
- Almorzando con Fanny y Janie.

H�blenos de eso.

Eso� bueno, fueron simples
cotilleos femeninos.

- Vamos, George, s�came a bailar.
- No bailo el twist.

Yo te lo ense�ar�,
es muy divertido.

Comprendo que el twist y usted
se lleven perfectamente,

- repugnante chantajista.
- No se lo consiento.

No me extra�a que Charlie no dijera
a nadie que estaba casado.

Ten�a motivos para avergonzarse.

Dios sabe que en cuanto a integridad
Charlie no ten�a mucha,

pero comparado con usted,
era San Francisco de As�s.

Ya tiene su dinero,
as� que abandone la ciudad.

�Qu� dinero?
�De qu� est�s hablando?

Est� celosa. No consigui� que Charlie
le hiciera caso y la toma conmigo.

Esta tarde le hizo chantaje a Fanny
y a Janie y les sac� 10.000 d�lares

con la amenaza de publicar
el diario de Charlie.

Deshazte de ella, George,
es veneno.

- Mi amigo Charlie, el escritor.
- Hazte cargo, George,

necesitaba dinero,
t� mismo lo dijiste.

No sab�a lo que estabas dispuesto
a hacer para conseguirlo.

�Es tan malo lo que he hecho?

Descargar a un par de mujeres ricas
de unos cuantos d�lares

que ni siquiera echar�n de menos.

No olvides
que las mujeres me deben algo.

�Al fin y al cabo no me mataron
cumpliendo mi deber?

Hay que ver c�mo me ha puesto
la tal Rusty.

Cre� que era mi mejor amiga.

No tienes un solo amigo, Charlie.
Nunca �os tuviste.

S�lo v�ctimas tontas, y lo s�
porque soy uno m�s en tu lista.

Muy bien, se acab�,
no cuentes conmigo.

- Arr�glatelas como puedas.
- All� t�, m�rchate.

Eres demasiado idealista.
�Qu� te crees que es esto,

una escuela dominical
con piscina y palmeras?

Pues no, es una civilizaci�n de
perros que se devoran unos a otros

y donde siempre sale ganando
el que muerde primero.

Est� bien, Charlie, tienes raz�n
y yo me equivoco.

Sin embargo quiero que sepas
una cosa.

�Recuerdas aquel funeral
del que te habl�?

Pues no fueron 50 ni 60,
fueron cuatro.

Tu agente y tres amigos.

Las dos mujeres a las que has
hecho chantaje y yo.

La pr�xima vez har�n tu funeral
en un sobre de avi�n

y sobrar� espacio,
as� que hasta nunca, Charlie.

- �Est� esperando al Sr. Tracy?
- S�, se�ora.

Le he tra�do aqu�
y voy a llevarle al aeropuerto.

Hola.

- �Una copa?
- No, gracias.

Ah, las fiestas de Hollywood.
Debimos quedarnos en casa,

ten�as raz�n.

No s� qu� decir.
En parte fue interesante.

Touch�.

�De veras te marchas?

Tomo el avi�n de medianoche
para Nueva York,

y ma�ana el de las doce
para Par�s.

�Tienes fuego?

Atiende un segundo.

Los diez mil que �es saqu� a las
chicas, convertidas en humo.

George, por Dios. �C�mo
quieres que te diga que lo siento?

- Ya no me necesitas, Charlie.
- �Que s�!

�Por qu� no me das
una oportunidad?

He sido un granuja y un buscavidas
durante 36 a�os

y ahora quieres que sea una ingenua.

Hoy ha sido el primer d�a,
no sab�a qu� hacer,

y he vuelto a ser el tipo sin
escr�pulos de ninguna clase.

Lo s�, lo admito.

No te molestes,
es tu instinto natural.

George,

- si te vas, me derrumbar�.
- T� no, Charlie. T� no.

�Yo no soy Charlie! Soy�
soy lo que sea esto.

Un monstruo, un hombre lobo,
algo procedente de las tinieblas.

Y tengo miedo.
Tengo miedo, George.

Pero contigo, juntos los dos,
a tu lado, puedo hablar.

En cambio, si me dejas solo,
me hundir�.

Ah, no. No, no�

- Vamos�
- Perdona.

No te preocupes.
No te preocupes.

M�rame.

- Odio a las mujeres que lloran.
- Calma.

Llora lo que quieras,
te sentir�s mejor. Ya ver�s.

- Me portar� bien. Te lo prometo.
- Claro que te portar�s bien.

- No har� cosas malas.
- No te preocupes.

Trabajar� de camarera,
o de criada, de lo que sea.

No te preocupes.

Yo estoy a tu lado y cuidar� de ti.

- George�
- Vamos.

�Mejor?

Quiero limpiarme la nariz.

As�, as�. �Lo ves?
Ahora todo va a salir muy bien.

- �Qu� pasa?
- �Qu� pasa? �Nos estamos amartelando!

- Era bonito.
- �Era bonito, t� y yo?

- Me sent�a segura, protegida.
- �Protegida?

Yo no puedo remediar ser femenina.
Necesito cari�o.

No s� lo que te pasa, George.

Siempre se te cuelgan
las jovencitas indefensas.

Pues aqu� me tienes.
�No, me lo has prometido!

He prometido quedarme,
pero aqu� no.

Voy a tomar una habitaci�n
en el mote! de la carretera

y ya hablaremos de todo esto
ma�ana porla ma�ana.

No te molestes en acompa�arme,
tengo un coche esper�ndome.

Adi�s, Charlie.

Ya lo tengo, la soluci�n perfecta.
Nos casaremos.

Es genial. As� ser�
la se�ora de George Tracy.

- Muy inteligente, s�per inteligente.
- Perfecto.

Somos amigos, hemos vivido juntos.
�Cu�ntas parejas conoces

que hayan emprendido el matrimonio
con tantas cosas a su favor?

Se te va a caer el cabello
con esas ideas.

Llevo 36 a�os soltero y no pienso
embarcarme en el mar del matrimonio

con una mujer que ha sido hombre�
�Y vuelve a ponerte eso!

�Vas a decirme que has ido a la
playa con esos dos pedazos de tela?

Ya hablas en tono de marido.

Qu� cerebro. Hemos jugado
y bebido juntos durante a�os.

Juntos hemos perseguido a las mujeres,
juntos hemos ido al gimnasio,

�y qu� se te ocurre?
Que nos casemos.

Encantador. �A qui�n vas a llevar
como damas de honor?

�A un equipo de f�tbol?

George, es por lo que dijiste
de mi identidad.

Tengo que ser la esposa de alguien
aunque s�lo sea por tener el pasaporte

y el permiso de conducir.
Necesito un marido.

Charlie, lo que est�s planeando
es antinatural, ilegal,

y, si me apuras, un poco inmoral.

Seas quien seas, ser�
un inmenso placer recibirle.

Buenos d�as, espero no molestar.

�Bruce! Qu� gentil.

Le he tra�do estas flores.
Son del jard�n de mi madre.

Preciosas.

Tengo� el coche�
el Ferrari ah�fuera.

A lo mejor le gustar�a dar un paseo
por la costa hasta� mi casa.

Claro. Voy a cambiarme en un segundo.
S� un �ngel y ponlas en agua.

- No tardo nada, hasta ahora.
- Pero�

Usted es escritor,
�verdad, Sr. Tracy?

Por lo menos lo era
cuando sal� de Par�s.

�Inventa lo que escribe
o lo saca de la Vida real?

Creo que de la vida real.

Le envidio.
Yo no podr�a ser escritor.

La verdad es que nunca me sucede
nada que valga la pena escribir.

Bruce,

nunca se sabe.

Encantador.

�Y la casa?

A unos cinco o seis kil�metros
por all�.

- �Fuego?
- Oh, s�.

- Gracias. Qu� bonito.
- Yo� no fumo, pero mi madre s�.

- �Cinco o seis kil�metros?
- S�.

Rodeando nuestra casa no hay m�s
que unos cientos de metros cuadrados

y nunca pod�a estar solo, con que mi
madre me compr� este trozo de playa.

- �Todo este trozo?
- Es una soluci�n.

Puedo venir aqu� y descansar,
pensar...

�En qu� piensa, Bruce?

En mi madre, sobre todo,
y en los coches.

Tengo un peque�o Masseratti,
el coche m�s bonito que haya Visto.

Cuatro litros, 4.200 cent�metros
c�bicos, �rbol de leva reforzado.

Aunque no s� lo que le pasa ahora.
Parece como si estuviera desganado.

No hay manera de que se embale.

�Ha mirado los chicl�s?

�Estaban obstruidos?

Es� lo primero que se me ocurri�,
pero estaban totalmente limpios.

�Y los pistones?
�Qu� medida tienen?

Tres y medio por dos y medio.

�Magnetos o� distribuidores?

Magneto.

La caja de cambio,
ah� est� el problema, Bruce.

�La ha desmontado?

- A�n no.
- Desm�ntela.

Haga de tripas coraz�n, Bruce.
Desm�ntela.

- A la larga se lo agradecer�.
- �Est� usted segura?

Lo har�, lo har�.

Y no olvide darle un buen repaso al
diferencial, por si tuviera alg�n defecto.

- Y un poco de alcohol en la mezcla.
- Eso siempre ayuda.

Por favor, Sra. Sorel,
ay�deme usted.

- Claro que s�, Bruce.
- Es muy emocionante.

No veo el momento de cont�rselo
a mi madre.

Yo tampoco.

Sra. Sorel, cari�o�

Oye, �no te has tomado demasiado
en serio eso de ser novia?

S�.
Estoy muy guapa.

Todas las miradas convergen en m�
al entrar en la iglesia.

El �rgano empieza a sonar.

Hablas del matrimonio como si fueras
una encantadora chiquilla

reci�n salida de la universidad.

Has probado el ping pong,
el monta�ismo,

el esqu�, y ahora, v�lgame el cielo,
quieres probar el matrimonio.

Y a�n me preguntas
por qu� estoy furioso.

Por un momento,
cuando te has puesto a gritar,

parec�a como si estuvieras celoso.

�Celoso?
�Pues no me faltaba m�s que eso!

Escucha, como los dos sabemos,
tengo un gran problema.

He encontrado una soluci�n.

Puede que no te guste,
pero al menos es algo.

En cambio, tu cerebro lleva unos d�as
la mar de atrofiado.

Charlie, se me ha ocurrido un plan.
Si�ntate.

- Vaya, te has puesto muy serio.
- Es que es serio.

Lo que voy a proponerte
es peligroso. Si�ntate.

Aunque sigas sin darte cuenta,
tu situaci�n es peligrosa.

Empiezo.

Supongamos que te paso por la frontera
al Canad�, o mejor a�n, a M�xico.

All� nos quedamos hasta que sobornemos
a alguien que te proporcione

un pasaporte falso y con �l te llevo
a Europa, a Suiza,

a una de esas fabulosas cl�nicas
particulares donde no hacen preguntas

y te combinan las hormonas
como por arte de magia.

Lo �nico que necesito es encontrar
un experto en esta clase de operaciones.

�Qu� te pasa?

�Por qu� te r�es?

Perdona, George,

�t�, George, metido en estas lides?
Oh, coraz�n,

si no ser�as capaz de pasar un reloj
de dos d�lares

por delante de un carabinero ciego.

Y aunque yo no tuve nunca
demasiado escr�pulo,

tampoco servir�a para contrabandista.
Eso es para gente experimentada,

no para ingenuos.

Ah� est�.

Buenas noches, cielo. No me esperes
levantado, vendr� tarde.

No te preocupes, George,
el amor siempre triunfa.

- �Sorpresa, estoy preparada!
- �Imposible! Es un milagro.

Traes mi favorito.
Me encanta.

T� y Douglas Fairbanks,
�te gusta?

- �Diga?
- Buenas noches, �el Sr. Tracy?

Soy yo, �qu� desea?

Oh, inspector...

- �En qu� puedo servirle?
- Me ha sido asignado el caso Sorel.

Deb� suponer qui�n era
por la gabardina.

�Quiere quit�rsela?

El caso Sorel, �eh?

Pues aunque les parezca tan
peliagudo, yo creo que est� muy claro.

Sir Leopold, furioso de celos,
un crimen pasional.

- Y se acab�.
- No est� mal c�mo lo expone.

Es que es as�, al menos
seg�n la versi�n de los peri�dicos.

- �Le importa que me siente?
- No faltaba m�s.

Gracias.

Qu� c�modo.

- �Una copa?
- Estoy de servicio.

Lo siento.

Vaya.

Es de la Sra. Sorel,
la viuda de Charlie.

- Ella tambi�n vive aqu�.
- S�, vive ella. Yo no.

Bueno, yo viv�a aqu�, y cuando
ella vino, me fui a un motel.

Entonces era la viuda la que sal�a
cuando yo entraba.

S�, efectivamente era la Viuda.

- Qu� raro, no le ha afectado mucho.
- Pues s�, est� triste.

De verdad, pero lo disimula.

Anoche fueron los dos a la fiesta
de Sartori, usted y la Sra. Sorel.

Exacto.

La viuda y el mejor amigo,
alternando con el asesino no�

Cosas del mundo del cine.

Muy interesante.

Sr. Tracy, �tiene inconveniente
en que eche un Vistazo?

En absoluto, �por qu� habr�a
de tenerlo? Ninguno.

Gracias.

Muchas gracias.

�Eso es todo?

Ahora s� le acepto la copa,
si me la ofrece.

- �Es que ya no est� de servicio?
- Es que estoy muerto de sed.

Whisky solo.

Whisky.

Es usted muy amable,
se lo agradezco mucho.

Espero no haberle causado
m�s molestias de las necesarias.

Ninguna molestia, pero s� me
gustar�a saber qu� pretende averiguar.

Qu� pregunta.
Si yo lo supiera.

A su salud.

�Se quedar� aqu� alg�n tiempo,
Sr. Tracy?

Pues no� no pienso.
Vivo en Par�s, como sabr�.

Precisamente cuando muri�
el pobre Charlie

yo estaba a seis mil millas de aqu�,
en Biarritz.

Magn�fica coartada.

- �Para qu� quiero yo una coartada?
- Yo qu� s�.

Quiero que sepa
que yo no he hecho nada.

Absolutamente nada.

�No me cree?

Tenga en cuenta que muchas veces
la gente hace cosas inconscientemente

y luego la vida se complica.

Usted, por ejemplo,

si usted supiera algo sobre
el caso que nos ocupa

y lo ocultara a la polic�a
cometer�a otro delito.

Supongamos que usted y alguien, el que
fuera, estuvieran envueltos en esto,

eso ser�a complicidad.

Delito criminal, y luego, naturalmente,
hay una serie de delitos anexos,

como fraude, perjurio y soborno,
todo lo cual sumar�a en total

175 a�os de c�rcel.
Y eso sin haber hecho nada.

- �Qu�, me comprende ahora?
- Si.

- Buenas noches.
- Ya creo que le comprendo.

Inspector�

- Buenas noches.
- Buenas noches.

- Y gracias por el whisky.
- De nada.

Sir Leopold Sartori,
soy el Sr. Tracy.

No puedo molestarle, se�or.
Sir Leopold est� jugando al p�quer.

�D�nde est� jugando?
�En la oficina, d�nde es eso?

Mam�.

- Interesante, �eh?
- S�.

Me parece que no vas a conocer
a mam� este fin de semana.

Est� en San Francisco
por negocios.

Pero ya ves la casa,
y la casa es mi madre.

Mam� nunca ha llamado a un decorador
para arreglar sus casas.

No consiente que nada se interponga
en el camino de su personalidad

- Tu madre sabe muy bien lo que hace.
- S�.

Este es el cuarto de la televisi�n.

Ah, s�, claro.

Bueno, �quieres que tomemos juntos
una copa?

- �T� y yo? �Los dos?
- Claro, no soy abstemio,

en ocasiones especiales:
el cumplea�os de mam�,

cuando sale elegido un presidente
republicano�

�Y �sta es una de esas ocasiones?

Espero que lo sea.

Sigue, Bruce.

- A�n no s� tu nombre de pila.
- Oh, es�

- Charleen.
- Es precioso.

No me consideres demasiado atrevido,
pero a pesar de conocernos hace poco...

�Qu� es eso?

Me he tomado la libertad de llamar
a Harry Winston en Nueva York

y �l mismo lo ha tra�do en avi�n.

Supongo que vendr�a en un avi�n
acorazado.

�Permites?

Bruce... me va a resultar dif�cil
decirte esto

teniendo en cuenta mis sentimientos,

pero tengo que insistir
en un noviazgo largo. Compr�ndelo.

- �Segura?
- S�.

Tengo tanta prisa como t�, pero no
quisiera errar en una cosa tan seria.

- Hay que ser reflexivos.
- Amor m�o, no.

Tu actual estado de �nimo, tan
dominante, tan arrollador, es�

es peligroso.
Lo comprendes, �verdad, Bruce?

Y ya s� lo que est�s pensando.

Que Las Vegas est� s�lo
a una hora de vuelo de aqu�

y querr�as llevarme all�
para casarnos esta noche.

Hay aviones que hacen el vuelo
por contrata, pero�

hemos de dominar estos impulsos.

Con lo bien que conduces podr�amos
estar en el aeropuerto en 10 minutos,

y ser�a terrible, �verdad, Bruce?

S�.

- �S�?
- No puede ser.

No, claro que no.

Es absurdo �r a estas horas al
aeropuerto con este tr�fico.

No, no. Voy a contratar un helic�ptero
y cuando acabemos de tomar una copa

nos pondremos en camino.

No quiero seguir luchando, Bruce.
Eres demasiado fuerte.

�Oiga? Soy el Sr. Milton.

Env�eme un helic�ptero con su mejor
piloto lo antes posible.

�C�mo? En el jard�n de la casa.
Para llevamos al aeropuerto.

Tambi�n necesito un peque�o reactor
que nos lleve a Las Vegas. Bien.

Gracias.

Y ahora, Charleen, cari�o,
esa copa.

Me encantar�a, pero�
no veo nada por aqu�...

Abajo encontraremos algo.
Ven.

Yo ir� delante.
Est� un poco oscuro.

La Fundaci�n Sartori para productores
supe privilegiados les da las gracias.

Darle cartas es como darle
aguardiente a un indio.

Como siga con esta suerte
no vengo a jugar m�s.

- Buenas noches, Leo.
- Buenas noches, caballeros.

�George!
Qu� agradable sorpresa.

- �Est�s solo?
- S�, pasa.

Si�ntate, hombre, si�ntate.
�Quieres una copa, un cigarro?

Leo, he venido a pedirte un favor.
Muy grande.

Es algo que nunca he pedido a nadie.

Y no te lo pedir�a si no estuviera
en un verdadero apuro.

�T�, un respetable ciudadano?

�Qu� te ocurre?
�No has pagado la cuenta de tus libros?

Est� bien, perdona.
Sigue hablando, te escucho.

Quiero pasar a M�xico una persona que
no tiene pasaporte ni documentaci�n.

Y desde all� a Europa.

Bien. Mucha suerte, George.
Te la deseo de todo coraz�n.

Pero dame un consejo, �a qui�n
puedo recurrir? �Qui�n puede ayudarme?

Esa misteriosa persona de que me
hablas, �de qu� sexo es?

�Qu� tiene que ver el sexo aqu�?

Es que mi cerebro funciona
muy deprisa.

Ah, ya, pues es una chica.

Oye, es muy importante para m�
y tengo que solucionarlo.

�Y por qu� no tiene pasaporte?
�Es una pr�fuga?

No, en realidad tiene pasaporte,
pero es que est� casada,

y el que tiene es familiar.

Ah, ya� Y l�gicamente no quieres
invitar al marido al Viaje.

S�, en general suele ser lo mejor.

- �Es alguien que conozco?
- No.

Es decir, no trabaja ni en el cine
ni en el teatro. Es normal.

Leo, ay�dame o estoy perdido.

George, es una buena cosa,
aunque peque de vanidoso,

que hayas recurrido a m�
con tu problema.

Y digo eso porque: a, soy por
naturaleza muy rom�ntico;

b, te aprecio; c, tengo muchos
recursos; d, no tengo escr�pulos;

y en una operaci�n como �sta
eso es vital.

Central mar�tima, embarcadero de
yates de San Pedro, por favor.

Buenas noches, se�orita.
Al habia Leopold Sartori.

Mi yate, el Afrodita, est� en pleno
crucero a Coronado,

por favor, llame al capit�n y que
vuelva a San Pedro en seguida.

Lo necesito esta noche.
S�, gracias.

�Rafael? Sartori.

Buenas noches, amigo.
Tengo que verte sin falta.

Dentro de dos horas.

Quiero tu motora m�s r�pida
y dos de tus mejores hombres.

�C�mo? No, no necesitan armas.

Que est�n en San Pedro
dentro de dos horas. Exacto.

George, amigo m�o, pr�cticamente
ya est�s en M�xico

con un vaso de tequila en la mano
y tu amiguita al lado.

Chico, no pareces muy contento.

La verdad es que, tras lo visto,
s�lo puedo decir que estoy abrumado.

Eres un hombre extraordinario.
No, no, no le quites importancia.

Esta noche has hecho por m�
algo que no olvidar� jam�s.

Y me has dado
una importante lecci�n:

No te atrevas a juzgar a nadie
por las apariencias.

Hasta ahora s�lo te consideraba
un gran productor de cine,

pero confieso que no ten�a gran
concepto de ti como hombre.

Bueno, es igual. No le des vueltas,
todos cometemos errores.

Lo siento, y quisiera a�adir
una �ltima palabra.

Si alguien se toma la libertad
de criticarte en mi presencia,

te aseguro que tendr� que
responder personalmente ante m�.

Te lo agradezco, George.

Y me conmueve en lo m�s hondo.

- Leo�
- George�

Y ahora el paso siguiente.
Los documentos del Viaje,

- para eso necesito estar solo.
- Estoy en tus manos, amigo.

Bien, vete al Bistr�,
ir� a buscarte dentro de dos horas.

No digas nada y espera.

El Bistr�, dos horas y espero.

Sir Leopold,
�puedo limpiar ya ah� dentro?

- S�, pase.
- Quisiera volver a darte las gr�

�Pascual? Sartori.
�C�mo est�s? �Solo?

Espl�ndido.
Necesito unos documentos de viaje.

El tipo aquel que hizo el trabajo con
los pasaportes ingleses, �sigue por ah�?

Estupendo. S�, empezar� esta noche.

Lo m�s importante: tu hombre tendr�
contacto en tres ciudades europeas.

Sugiero Ginebra, Marsella
y Amsterdam.

�Es tan divertido!

�Cu�ntos a�os ten�as entonces?

Ocho,

aunque dije... "Mam�, �por qu�
siempre vas tan lejos?

Es muy sencillo. S�lo quiero
un puesto de naranjada,

como los otros chicos,
para tener un poco de dinero�.

Entonces mi madre se lanz� al
proyecto con su energ�a habitual.

Hizo venir a un decorador de Europa
para que dise�ara un puesto de naranjada

con motivos venecianos.

No lo resisto�

Y luego llam� al cocinero del rancho

para que pelara y exprimiera
las naranjas.

Mont� el puesto veneciano
ante la puerta de hierro de la finca.

No me dejaba salir de la propiedad.

As� que cuando llegaba un cliente,
yo...

me pon�a al otro lado de la verja,
alargaba el brazo

y le serv�a la naranjada.

- Debiste ganar mucho dinero.
- No creas.

Seg�n mis cuentas unos�
unos 75 centavos.

Los gastos sumaron 1.200 d�lares.

Qu� negocio m�s estupendo.

Tener una infancia
sin carecer de nada.

S�, buen negocio.
Siempre lo tuve todo.

Y nunca hice nada�

hasta la noche que te encontr�.
Eres preciosa.

Maravillosa.

- En una novia, es l�gico.
- Eres m�s que guapa.

La tuya es una belleza honda,
que inspira confianza.

Yo siempre fui� muy t�mido.
Contigo me siento capaz

de decir cosas que nunca
se me hab�an ocurrido.

No nos conocemos hasta ese punto.

Te adoro.

Me siento feliz
y asombrado al mismo tiempo.

- Debe ser el champ�n.
- No, no�

el champ�n s�lo ha sido el veh�culo
para atreverme a decirte esto.

Te quiero con toda mi alma.

Es igual que si una� maravillosa
m�sica y una maravillosa poes�a

estuvieran confundidas
en mi interior, y t��

fueras la fuente,
el manantial de todo.

Escucha, tal vez yo no sea como crees.
No sabes�

Te digo c�mo te amo.

Bastar�n unas cuantas palabras.

Te amo�

hasta la muerte.

Eres mi aliento�

y mi vida.

Mi alma� llegar�

- �Seguro que no me han llamado?
- No, Sr. Tracy.

Le prometo que si alguien llama
le avisar�.

- Oh, buenas noches, Sr. Tracy.
- Buenas noches, Worthington.

- �Est� Sir Leopold en casa?
- No.

No ha vuelto desde que se fue
esta ma�ana�

�Sabe d�nde podr�a encontrarle?

�A la carretera de Malib�, deprisa!

�Rusty!

�George!

Escucha.

- "Bon soir�e, cherie�.
- Leo, �qu� haces aqu�?

�C�mo has entrado?
�Y George?

Preguntas, preguntas, preguntas.

George est� esperando pacientemente
a 45 kil�metros de aqu�.

He entrado por la puerta de atr�s,
que estaba abierta.

Y mientras esperaba me he puesto
una de las chaquetas de Charlie.

Me sienta muy bien, por cierto.

Y ahora, nena, �por qu� no me haces
caso y te pones un vestido m�s c�modo?

- Ese traje es�
- No sabes cu�nto me alegro

- de que hayas venido.
- �En serio?

- Quiero hablar contigo.
- Ven Luna de mis sue�os.

- Leo, quiero hablar contigo.
- Claro que s�.

Pero fumaremos un cigarrillo,
descansaremos

y hablaremos
de cosas bonitas de la vida.

Vamos, Leo...

Tu piel es de seda, tu cuerpo es un
enloquecedor monumento,

- el placer y la emoci�n�
- �No, no!

�Esto no me puede pasar a m�!

George ten�a raz�n, �ste es
el castigo que merece mi vida.

Hablas demasiado,
mi preciosa esfinge.

Leo, quiero ayudarte, �sabes?
�Te lo suplico!

No desperdicies tu vida en in�til
persecuci�n del placer,

corriendo de mujer en mujer.

�No corras, no te servir� de nada!
Estoy en buena forma.

Hago esgrima.
Todos los d�as voy al gimnasio.

�Y tengo un trampol�n
en el dormitorio!

Ven aqu�, mi dulce gitanilla.

Y entre las moribundas ascuas de la
hoguera, siguen danzando sus reflejos.

�Leo, esc�chame!
Yo tambi�n fui un transgresor.

Y al decir esto no exagero nada.

Te estoy diciendo la verdad.
Puedes creerme.

Ahora comprendo lo superficial
de mi vida. �Su gran vac�o!

Cada palabra que dices es cierto.
Ya me has hecho mucho mejor.

No, Leo, por favor. Por favor.

Esc�chame. No, Leo�

En esta misma habitaci�n me comportaba
tan cochinamente como t� ahora.

- La noche ser� perfecta.
- No, Leo, por favor.

No puede ser.
Hay razones que t� no�

�Rata asquerosa!

- Rusty, qu� alegr�a verte por aqu�.
- Despu�s de lo que me has hecho pasar,

despu�s de aquellos insultos y gritos
nada menos que en cinco idiomas,

de los cuales yo no conoc�a cuatro,

despu�s de ponerte por las nubes,

ni siquiera tienes la decencia de
apartarte de la casa de Charlie Sorel,

- el hombre a quien mataste.
- Rusty, no le mates.

Esto es para ti, traidora
y desvergonzada alima�a,

seas quien seas.

Te llames como te llames, eres
una deshonra para el sexo.

Voy a matarte, luego voy a llevarte
al comit� del estado y cobrar�

lo que me den por tu piel.

�No, otra vez no!

�Charlie!

�D�nde�?

�Charlie!

�Est� loco!

Mi amigo, mi mejor amigo,
y yo confi� en ti.

Deber�a �r a un psiquiatra.

Y t�, una veterana de todos �os
moteles de aqu� a Oakland,

te sientes decente
y matas a Charlie.

Una aclaraci�n para que no haya
errores, yo mat� a Charlie, ella mat�

�Quieres callarte?
No hables m�s y l�rgate.

Y hazme un favor, no te molestes
en conducir despacio,

porque en lo que a mi respecta,
te�

- �Qu� est�s haciendo?
- Llamando a la polic�a.

- �Quieres dejar ese tel�fono?
- George, dime,

esa ley inexistente, el derecho
a matar en defensa de tu hogar,

�no podremos aplicarla dos veces en
la misma semana para el mismo hogar?

- �Deja eso!
- Pero, George, la polic�a�

�D�jame en paz! Vete a tu casa
y haz como si no hubiese pasado nada.

- Yo me ocupar� de todo�
- �George!

Ese inefable esp�ritu de sacrificio
me conmueve...

�Fuera de aqu�!

Muy bien, ven, mi dulce esposa,
te llevar� a casa.

Los acontecimientos tr�gicos
de esta semana

me han ense�ado una profunda
y duradera lecci�n.

Por cierto, m�ndame el manuscrito
de tu nuevo libro en cuanto lo acabes.

Adi�s, cari�o.
Me alegro de haberte visto.

En fin, Charlie,
tal vez haya sido mejor as�.

�Charlie!

�Charlie!

Quieto, quieto, amigo.

Charlie.

Charlie.

Charlie, ven aqu�. Vamos, baja.
Baja. Ven.

Lo siento, se me ha escapado.
Conf�o en que no le haya asustado.

Estaba pase�ndolo en la playa
y de pronto se lanz� hac�a su casa.

- Pero es inofensivo.
- �C�mo se llama usted?

- Virginia Mason.
- �D�nde vive?

A medio kil�metro, en la playa.

- �Cu�nto hace que vive all�?
- Unos ocho a�os,

desde que mis padres
compraron la casa.

Se llaman Ralph y Helen Mason.

- �Se encuentra bien?
- �Puedo hacerle una pregunta?

Usted es una chica, �verdad?

�Recuerda si ha sido alguna vez
otra cosa?

- Se lo juro.
- Gracias.

- �Cu�nto lleva bebido de esto?
- Bastante, no llevo la cuenta.

�Le... importar�a no mirarme as�?

Parece que me est� reconociendo
para un seguro de vida.

- Perdone. Necesito una copa.
- Lo que necesita es comer.

- �Desde cu�ndo no come?
- No me acuerdo.

No me extra�a su aspecto.
�D�nde est� la cocina?

- All�.
- Pues espere aqu� sentado,

y no se aproxime al bar.

Oh, vaya una provisi�n para atender
a las necesidades de la vida:

cebollas, aceitunas, pepinillos,
arenques...

Vamos a ver: salsa de tomate,
curry, carne en lata y salsa de carne.

�Por qu� no hace una mezcla
de todo?

- �Le apetece un poco de carne de lata?
- Me encanta.

- �Tiene un abrelatas?
- S�.

- Le ha ca�do bien.
- Menos mal.

Basta ya, Charlie, no seas pesado.
Sal que tengo que preparar la cena.

S� bueno y si�ntate.

Si�ntate.
As� me gusta.

- �Por qu� le llama Charlie?
- No lo s�.

Le sienta bien el nombre
y a �l le gusta.

Hay que verlo bien que se le da
todo esto.

Me encanta guisar.

Claro que en casa no me dejan.

Aunque hacerlo para uno solo
resulta muy aburrido.

Gracias.

No lo hago con mucha frecuencia.

S�lo vengo aqu� los fines de semana
y...

Oh, soy maestra de escuela
en Westwood, grado elemental.

- Tengo un piso peque�o y all�
- Ser� un�

piso de soltera, supongo.

Soy soltera, si es lo que pregunta.

Yo tambi�n soy soltero.

�A qu� se dedica?

Soy escritor.

- �C�mo se llama?
- George Tracy.

Oh, qu� interesante, George Tracy.
He le�do su �ltimo libro. No est� mal.

- Yo opino como usted.
- �D�nde vive?

En Par�s.

Vine por una serie de extra�as
circunstancias.

Pero tengo que volver all�
lo antes posible.

-Oh�
-S�,

he prometido terminar
un nuevo libro.

Claro que lo puedo terminar...
en cualquier parte.

Por ejemplo, aqu� mismo.
�No?

S�...
creo que estar�a� bien.