All language subtitles for El.Secretario.S01E001[2011][WEB-DL][AMZN][1080p][Latino]-TA_FI

[**]

* Sé que tú, sé
que tú en mi mente *

* Como luz amaneces primero *

* Todo es, todo es diferente *

* Y mi viaje contigo es ligero *

* Yo por ti sé que vi *

* Un mundo en primavera *

* Y te vi para mí *

* Quién más si no eras *

* Solo tú *

* El alma me das *

* Solo tú *

* Tus ojos me hacen volar *

* Todo oscuro se ve *

* Es que pronto va a amanecer *

* En el alma yo te encontré *

* Solo tú *

* El alma me das *

* Solo tú *

* Tus ojos me hacen volar *

* Sé que tú, sé
que tú en mi mente *

* Como luz amaneces primero *

* Todo es, todo es diferente *

* Y mi viaje contigo es ligero *

[**]

* Me quedo en mi Colombia
bailando la cumbia *

* Yo no la abandono,
mi Colombia es una *

[**]

* Comienzo está cumbia
de manera grotesca *

* Esta es la manera para
hacerla más fresca, directa *

* Dime, ¿qué pasó? ¿Qué pasó? *

* Una visa pa' salir de
mi país, dice que no *

* Trabajando varios meses
de derecha a izquierda *

* Haciendo lo imposible
pa' una visa de mier... *

* Entiendan, sólo trato
de mostrar mi cultura *

* ¿Hasta cuándo
durará está locura? *

* Y por ser un colombiano *

* Te revisarán hasta
la médula, la cédula *

* No es suficiente pendiente,
siempre joden a mi gente *

* Y por mi, por mi Colombia *

- ¡Chao!

* Más fuerte sería
de suerte mía *

* Que un día yo diría, pero *

* Me quedo en mi Colombia
bailando la cumbia *

* Yo no la abandono *

- Señor, señor, la pizza.

- A ver. Suba, suba.

Se quita los zapatos,
¿no, compa'? ¡Eso!

[**]

- ¡Hola, bebé!

* La da en pique y
la vuela con rola *

* Dale y sin miedo
rompe la consola *

* La pistola, chambonea *

* Ella lo vuelve loco
como se menea *

Omar: Bueno, ¿quién
fue la que pidió pizza?

Que aquí lo que
hay es sushi, ¿ah?

Bueno, pues, le va tocar pagar
a usted porque no tengo plata.

Venga compadre, siéntese.

Tómese uno.

- No, no, no, yo
estoy trabajando.

- ¿Recién llegado?

- No, ya llevo siete años aquí.

- O sea que hace siete
años que no ve a la familia.

- Siete añitos.

- ¿Cómo se llama?

-Emilio Romero.

- Omar. ¿Legal?

- Claro que sí, sí, sí.

Usted me disculpará, pero
tengo que ir a entregar más pizzas.

Son setenta dólares.

[**]

No, son solo setenta dólares.

- Propina, chino.

- Muchísimas gracias.

[Timbre de celular]

- ¡Leo! ¿Qué es lo que quiere?

Leo: Oiga, hermano.

Vi una cosa en la
internet que le interesa.

- Hermanito, póngase serio.
¿Qué es lo que necesita?

En serio, estoy atrasado.

- ¿Cómo es que se llama esa
noviecita que tenía en Bogotá?

- Lorena Redín, ¿por qué?

Leo: Hermano, estoy
en el aeropuerto,

pero veámonos en la
terraza, ¡ya mismo! y le cuento.

[**]

¡Emilio!

Lorena Redín me dijo, ¿cierto?

Emilio: No quiero
saber nada de esa mujer.

Usted sabe que me hizo sufrir.

Leo: ¡Yo sé! Pero
quiero que vea esto.

- ¿Qué es eso?

- La página de una red social.

- ¿Y?

- Vea, le voy a explicar:

Resulta que una amiga de
una amiga resultó ser amiga

de su ex, Lorena. Y
subió estas fotos a la red.

- ¿Y qué son?

- Vea.

[**]

- ¿Esa es hija de Lorena?

- ¡Sí! Pero vea...

- ¡No! ¿Lorena tiene
una hija, hermano?

No, tiene que ser hija de
ella. Es que es idéntica.

- Esta foto, ¿a
quién se le parece?

[**]

- Señora, Lorena.
Tiene una llamada.

- Gracias.
- Bueno.

- Aló.

Emilio: Hola, Lorena.

- ¿Con quién hablo?

- Emilio.

- ¿Emilio?

- ¡Romero! ¿No te
acuerdas de mi voz?

- ¡Ay! Qué pena, pero
es que esto... eh...

¿Cómo se te ocurre llamarme?

- Mira, estaba viendo unas
fotos tuyas en una red social

y sales con una niña.

Quiero saber si
esa niña es hija tuya.

- Estoy muy ocupada en este
momento, qué pena contigo.

- Mira, como no hay una
buena manera de decir esto,

te voy a preguntar
de una vez por todas.

¿Esa niña es hija mía?

- ¿Estás loco? ¿Cómo
se te ocurre llamarme

después de tanto tiempo
para decir semejante ridiculez?

- Mira, la niña se parece a
mí, pero es idéntica a mi mamá.

¡Por favor, Lorena!

Si alguna vez me quisiste
como yo te quiero a ti.

Si alguna vez me respetaste...

¡Lorena, no me vayas a colgar!
¿Sí? ¿Cómo se llama la niña?

- Se llama Valentina.

- ¿Valentina es hija mía?

- Eh... Ay, Emilio, por
favor. Sí. La niña es tu hija.

- ¿Cómo no me dijiste eso
antes? ¡Por Dios, Lorena!

- Pues, ¿para qué? Cuando me
di cuenta que estaba embarazada

ya te habías ido.

- Pero para eso existen los
correos, las cartas, los emails.

- Sí, pero es que igual tú
nunca quisiste aparecer.

- ¡Porque tú me
mandaste al carajo!

¡Me dijiste que no te
volviera a contactar, Lorena!

- Ay, Emilio, es que igual para
qué te iba a molestar la vida

con un improvisto
de última hora.

- ¡Improvisto, no! Imprevisto. Y
este imprevisto tiene seis años.

¡Por Dios! Tiene mi sonrisa.

Lorena, si yo hubiera sabido
que tú estabas embarazada

me hubiera quedado en Colombia
y hubiera respondido por la niña.

Te hubiera cuidado a ti.

- Tranquilo, que conseguimos
un hombre maravilloso que...

que está pendiente de nosotras.

- ¿Valentina sabe que yo existo?

- No. Bueno, sí.

Mejor dicho, ella
sabe que tiene un papá

por ahí en alguna
parte del mundo.

Pero... pero no sabe nada más.

- No. Yo quiero que eso cambie.

- Oye, ¿con quién hablas?

- Eh...

- ¡Lorena!

[**]

- ¡Soy papá, Leo! ¡Tengo
una hija! ¡Y es espectacular!

- ¡Bellísima,
hermano! Bellísima.

- Tengo que ir a Colombia.

Mire, como sea, pero tengo
que irme ya para Colombia.

- Sí, pero así no, hermano.
¡Perderías el estatus!

- ¡Me importa un carajo
el estatus! ¡Soy papá!

¡No, tengo que ir a conocerla!

- Sí, sí...

- Tengo que
conseguir un tiquete.

- Omar.

- ¿Quién es Omar?

- ¡Don Omar, el del yate!

- Hoy estuve allá.

- Él tiene una
agencia de viajes.

- ¡No me diga eso, hermano!

- ¡Sí! ¡Más fácil no se puede!

- ¡Valentina, mamacita!

[**]

- ¿Qué quiere?

- Estoy buscando a Omar.

- ¿El señor Omar?

- Sí.

- ¿Para qué lo busca?
- Negocios.

- ¿Negocios? ¿Qué
clase de negocios?

- Personales.

- ¿Personales? Espere, ¿okay?

[**]

- ¿Sí? ¿Usted quién es?

- Don Omar, yo
soy Emilio Romero.

Le llevé unas pizzas hace
poco. ¿Se acuerda de mí?

- No, no me acuerdo.

- Bueno, estoy aquí porque
me enteré que usted tiene

una agencia de viajes. Y yo
necesito viajar con urgencia.

Mire, no le puedo pagar
el tiquete ahorita del todo,

pero se lo pagaría a cuotas.
Mire, necesito viajar a Bogotá.

- ¿Bogotá? ¿Sabe que usted
me podría hacer un favor?

Es que yo mensualmente
voy a ir a llevar una ropita

a un club de beneficencia que
tengo pero esta vez no puedo ir.

Usted la lleva y
tiene su tiquete.

- ¿En serio?

- En serio.

- ¡Sí! Claro que sí.

- Siga, siga.

- Muchísimas gracias.

[**]

Castillo: Ya les dije,
señoritas, que no pueden tr

el almuerzo de la casa.

¡El reglamento de esta
empresa es muy estricto!

- ¡Niñas! Lo que
diga el doctor es ley.

A los puestos, por favor.

Sí, doctor Castillo,
qué pena con usted.

Ay, por Dios. Qué
día tan terrible.

- Estoy no es una
miscelánea, señorita,

me hace el favor y
guarda estos muñecos.

Usted ya está muy viejita.

- No, no, no.

- Usted es la imagen
de esta empresa.

¿Quién está comiendo huevo? ¿Ah?

Oiga. Hágame el favor y guarde
ese huevo que el doctor Félix

va a salir y esta oficina
huele, jum. Horrible.

- Aló, Industrias Copito,
presidencia a la orden.

Sí, un momentico, ya se lo paso.

Doctor Félix, tiene una
llamada de Nueva York.

[**]

- ¿Hola?

- ¿Cómo me le va? Señor, Segura.

- Mal, pero acostumbrado.
¿Cuándo me envían la plata?

- Por eso lo llamaba. Para
que no se preocupe porque...

ya le tengo el tipo que
me le va a llevar la plata.

- ¿Y el marrano? El puerquito.

¿Y sí es seguro mandar
la plata con ese tipo?

- Por supuesto que es seguro.

Usted sabe que lo más
necesitados y confiados

son los más seguros.

Y este tipo cumple con
las dos características.

Así que usted pasado mañana
va a tener su plática allá en Bogotá.

Pero usted qué la va
a estar necesitando.

¿Cierto, señor Segura?

- ¿Sabe lo que es mantener
dos mujeres hermosas

en el siglo XXI?

A mi novia le encantan
los zapatos caros

y a la otra... también.

[**]

Después hablamos,
Cuaro. Es tu nombre clave.

[**]

- Buenos días.

Todos: Buenos días, doctora.

- Ay, estás tan hermosa
que te veo en cámara lenta.

- ¿Sabes qué? Justo
quería hablar contigo.

- ¿Sí? Yo...

[Murmuraciones]

- A trabajar.

- Venga, escúchame,
es que de verdad necesito

que me firmes unos papeles.

- Pensé que querías
unos besitos, una caricita.

- Mi amor, es que de verdad
tengo que mandar ese fax.

- Bueno, faxemos juntos.
- Félix, ya.

- Ay, ay, ay... tendré que
contratar una gerente comercial

que tenga tiempo para
mí. Estás despedida.

- Ah, ¿sí?
- Sí

- Bueno, pues fíjate
que, en primer lugar,

no creo que seas capaz.

- Ah, ¿no?
- No.

Y, en segundo lugar, yo
siempre tengo tiempo para ti.

- Mentira.

- Sí, lo que pasa
es que no ahora.

- Me gusta.

- Bueno, ahora
paso por tu oficina

y te voy a llevar el papel.

- Sí.

[**]

¿Qué?

[**]

- Lorena, es Emilio. Mira,
te he dejado mil mensajes.

Por favor, contesta.
Voy camino al aeropuerto.

Y necesito ver a Valentina
esta noche. Necesito conocerla.

Contéstame. Te llamo
apenas llegue, ¿bueno? Chao.

[**]

- Don Omar, qué pena con usted.
Se me estaba haciendo tardísimo.

- Lo veo mal. No, hermano,
estoy de afán. Saque la maleta

- ¿Esta?
- Sí.

[**]

Póngala allá.

- Gracias por esperarme.
Usted no sabe.

No he hecho sino
correr todo el día.

- Revísela.

- Pues, no hay necesidad.
Pero usted sabe que es mejor...

- Es mejor. Sí.
Todo bien, ¿cierto?

Allá en el aeropuerto lo
está esperando alguien.

l lo va a reconocer. Gracias.

- Muchísimas gracias, en serio.

Estoy eternamente
agradecido con usted. Gracias.

Omar: Vale.

[**]

* Me quedo en mi Colombia
bailando la cumbia *

* Yo no la abandono,
mi Colombia es una *

* Me quedo en mi Colombia
bailando la cumbia *

* Yo no la abandono,
mi Colombia es una *

* Mi Colombia, papá,
no la cambió por na' *

[**]

*Que no me esperen
en el aeropuerto *

* Los perros y los policías *

Emilio: Explíqueme qué
es lo que está pasando.

Es que yo no entiendo nada.

Mire, se lo juro, yo acabo
de llegar de Nueva York

y es lo único que sé.

Yo traía mi maleta, pero
esa maleta no es mía.

Es decir, es parte de un
canje. Es parte de un canje.

Mire, mire, a mí me
dijeron: Yo traigo esa maleta

y a mí me pagaban el tiquete.

Pero, pero, esa maleta yo la
vi y es pura ropa. Es pura ropa.

- Señor, permítanos
hacer nuestro trabajo y...

- Yo sé, pero
entiéndame también.

Es que no entiendo qué
es lo que está pasando.

Ustedes me trajeron acá.

¿Sí ve? Es ropa. Es pura ropa.

[**]

Es pura ropa.

[**]

- ¿Qué es esto, señor?

- No, no, eh... eso no es mío.

Eso no es mío. Mire, se lo juro.

Eso estaba lleno de
ropa cuando yo lo vi.

Agente: Procedamos.

- No tenía idea
que eso estaba ahí.

No, no, no. Pero por favor.

Esa plata yo no
sabía que estaba ahí.

Mire, se lo juró.
Esa ropa no es mía.

Esa plata no es mía.
Me engañaron, hombre.

Se lo juro, yo no tenía ni idea
que eso estaba ahí, hermano.

Eso tiene un doble fondo.

Yo no tenía ni idea que eso
estaba ahí. Por favor, créame.

[**]

Gracias.

Fiscal: Buenos días,
pueden tomar asiento.

Damos inicio a la sesión.

Señor Emilio Romero.
¿Sabe usted que es un delito

ingresar más de diez
mil dólares en efectivo?

Usted tenía un millón de
dólares escondidos en su maleta.

- Mire, señora fiscal.
Le juro por Dios.

Yo no tenía ni idea
que esa plata estaba ahí.

De lo contrario no me
hubiera prestado para esto.

- ¿Para qué se prestó?

- Yo me presté para traer una
ropa que estaba en esa maleta.

Ustedes bien lo vieron,
esa ropa es de un tipo

y yo le ayudé a traerla,

a cambio de que me
comprara el tiquete.

- ¿Sabe usted el
nombre de este individuo?

- Sí, señora. Don Omar.

Seguramente no es
su nombre de verdad.

Mire, señora fiscal, yo le
juro. Yo no tenía ni idea.

A mí me pasó esto por confiado,
por idiota, por lo que quiera,

menos por criminal, yo
no soy un delincuente, ¿sí?

Yo soy un ser honesto,
yo soy un ser sincero.

Yo trabajaba en una
pizzería en Nueva York.

Se llama Rudy's.
Es de un colombiano.

Si usted quiere, usted
puede llamar y confirmar todo

lo que le estoy diciendo. Yo
tenía afán de venirme porque,

pues, me acabo de
enterar que tengo una hija

de seis añitos y lo único
que quería era conocerla.

Por eso fue que
busqué al tal don Omar

y él tenía una agencia
de viajes y fue porque...

porque quería verla
que terminé aquí.

- ¿Ese hombre le
entregó la maleta lista?

- Sí, señora. l me
la entregó lista.

- ¿Estaría usted dispuesto
a colaborar con la justicia?

- Claro que sí. Yo lo único
que quiero es conocer a mi hija.

- Señor Emilio Romero. Por
las condiciones de su captura,

no puedo exonerarlo de los
cargos que ya se le imputan,

por el simple hecho de haberlo
encontrado con los dólares

en la maleta, pero si usted
colabora con la justicia,

podemos llegar a un acuerdo.

[**]

[Sirena de la policía]

[**]

Antonia: Yensi, baje estos
documentos a bodega,

por favor, y llame a constatar
la entrega de los pedidos

de esta mañana. Yensi.
¿me está copiando?

- Mentalmente, doctora.

- Ah, y ¿por qué no copia mejor?

No vaya ser que
algo se le olvide.

- No, no, tranquila, doctora.
A mí nada se me olvida.

- Bueno, entonces vuele,
mujer. Vuele, por favor.

- ¿Qué hay, Toni?
¿Trabajando todavía?

- Yensi, ¿qué hubo que no
salió a hacer lo que le encargué?

- Ah, ¿eso es para hoy?

- No.

- Permiso, doctora.

- Esta secretaria me va a
sacar canas verdes, te juro.

- Ay, sí, lentita, ¿no?

- ¿Sabe qué es lo peor?

Creo que Mario le
está echando los perros.

- No, ahí está pintado
tu cuñado y su mal gusto.

De verdad, nada que
ver con el hermano

que tiene un gusto
excelente, ¿sí?

- No, pues, Félix tan serio
y responsable que es... No.

- Responsable.

- Extremo contrario a Mario.

- Es que Mario es tenaz. Y
ese cuento de él es imposible.

Pero ¿sabes qué?,
yo te voy a dejar

porque te veo como ocupada.

Y yo me imagino que
vas a estar aquí todo el día

y toda la noche, ¿verdad?

- Bueno, sí.

- Okey, bueno, bien. Me
voy porque tengo que saludar

a una tía que está tan enferma.

- Ah, ¿sí? Qué pena.

- Después te cuento.

- Bueno, te cuidas.

Oye y puedes venir a
visitarme cuando tú quieras.

- Bueno, okey. Chao, amiguita.
- Chao.

[**]

la ciudad

de Nueva York a una
banda de colombianos,

que se valía de
mulas para enviar

divisas ilegales a Colombia,
deja un balance de seis personas

capturadas y millones
de dólares decomisados.

Las autoridades se encuentran
tras la pista de los cabecillas

que se asume que se
encuentran en el país.

Paola: Félix, se me
había olvidado decirte

que mi amiga Toni te
manda muchos saludos.

- No, no, no.
Ahora no, la verdad.

¿Sabes qué? ¿Por
qué no...? No tengo ga...

Paola: Ay, ¿vas a
hacerte el indiferente? ¿Sí?

Ya sé, tú quieres que
yo te ruegue, ¿cierto?

- No, no, lo que
quiero decir es que...

Para. Para un poco. La
llave no. No estoy de humor.

Perdí mucha plata. Eso
no me calienta, ¿okey?

- Pero no te pongas así, yo
te ayudo a buscarla si quieres.

- ¿Me quieres ayudar?
- Sí.

- ¿En serio?
- Sí.

- Entonces, cállate,
vestite y ándate.

- Pero si estoy en mi casa.

- Okey, entonces,
calláte y vestite.

- Ay, pero qué aburrido
eres. ¿Por qué te vas a ir?

Yo te ayudo a buscar
lo que necesitas.

[Timbre de celular]

Ay.

Toni.

Ay, tengo ganas de
chismosear con mi amiga.

¿Será que le contestó?

- No. ¿Estás loca?
No estoy de humor.

Hola, mi amorcito.

- Hola, mi amor.
¿Cómo terminó tu día?

- Eh, bueno, es un día...
un día largo, largo. Pero, eh...

Bien, bien, me traje trabajo a
la casa, creo que fue un error.

- ¿Y pudiste ir a
todas tus reuniones?

- Bueno, sí, sí, casi,
estoy saliendo de una

y voy a la otra...
proveedores de lácteos.

- Ay, sí, yo también
estoy trabajando.

Oye, pero ¿qué te parece si voy
para tu casa y nos tomamos algo?

En este momento
me quedaría perfecto.

- Ahm... sí, bueno, me
encantaría un vinito con vos

pero creo que esta reunión
va a ser un poquito larga.

¿Por qué no... no
hablamos y...? Y, eh....

Bueno, nos vemos mañana,
en la oficina. ¿No te parece?

- Ah, bueno. No,
sí, te entiendo.

Bueno, entonces, eh... nada,
descansa. Y hablamos mañana.

- Ojalá sí, gracias.

[**]

- Queridísima cuñis.

- Mario.

- ¿Trabajando hasta tan
tarde? Eso no es vida, Antonia.

No deberías descuidar a
mi hermano porque de pronto

llega alguien y...
Rrr. Se lo roba.

- Ay, muchísimas
gracias por tus consejos.

Pero tengo que terminar esto,

para ver si, como
dices, tengo vida.

- A propósito de tener vida,
que tú no puedas o no quieras

no quiere decir, Antonia,
que tengas que obligar

a nuestros empleados
a no tenerla, ¿cierto?

- Aja. ¿Y puedo saber de
qué me estás hablando?

- Precisamente, de nuestra
excelentísima y simpática

secretaria Yensisita
que ha molido todo el día.

La estás esclavizando poniéndola
a trabajar hasta tan tarde.

Ella sale y no
consigue transporte.

- Ay, tú tan considerado.

Te mueres por
llevarla a su casa, ¿no?

O de pronto a la tuya.

- Muchísimo cuidado,
Antonia. Sin ironías.

Sabes que me preocupo por
el bienestar de los empleados.

Tengo un corazón socialista.

- Ah, ok. Bueno, ¿sabes
qué? No te preocupes

porque a Yensi se le
pagan por las horas extras.

Y ella mismo me dijo que
este mes le venía super.

Y luego, una van de la
empresa la lleva a su casa.

- ¿Ah, sí?
- Sí.

- Qué mal, ¿no?

¿Cuánto le cuesta
eso a la empresa?

- Mario, no insistas. Yensi se
queda trabajando conmigo hoy.

O mejor dicho, terminando
de hacer todo lo que ha debido

hacer durante el día, que
sabe Dios por qué no hizo.

Y ya, ¿sabes qué?
No te quito más tiempo

porque te veo
como con afán, ¿no?

- ¿Sabes que no? No tengo afán.

- Que sí tienes afán.

- Sí tengo afán.

[**]

Juez: Señor Emilio Romero.
Consideramos que usted

fue pieza clave para la
captura de alias Don Omar.

Por eso, hemos decidido
dejarlo en libertad condicional.

Sin embargo, es importante que
sepa que la libertad condicional

lo obliga a cumplir una serie
de reglas que, si incumple,

podría ir a la cárcel.

La primera, no puede
volver a cometer una falta

y mucho menos un delito.

La segunda, no
puede salir de la ciudad.

Y la tercera y la
más importante.

Debe reportarse conmigo
cada dos semanas.

- Lorena, ¿recibiste los
mensajes donde te dije

que iba a venir?

- Sí, pero yo no pensé que
realmente lo fueras a hacer.

- Pues, aquí estoy.

- Sí, eso veo.

- Mi intención no es molestarte.

Yo solo quiero
conocer a mi hija.

Y no sabes el trabajo tan
grande que acabo de pasar

para venirme desde
Estados Unidos.

De aquí no me voy a
ir sin conocer a mi hija.

- Tienes cinco minutos.

La niña está arriba
en su habitación

a punto de dormirse.

Y tiene que dormir diez horas
reglamentarias entre semana.

Te quedan cuatro minutos.

Emilio. Emilio. Emilio,
un momento. Emilio.

[**]

- ¿Y quién eres?

- Yo soy Emilio. ¿Y
tú cómo te llamas?

- Valentina Sotomayor Redín.

- Uy, qué nombre más lindo.

- ¿Tú eres amigo de mi mami?

- Sí. Sí. Nos conocimos
hace mucho tiempo.

- ¿En el colegio?

- No, desde más tardecito,
desde la universidad.

- Lo que pasa es que Emilio
y yo nos conocimos hace...

Hace mucho tiempo
y resulta que...

Franklin: ¿Te acuerdas
que yo te he dicho que

yo no soy tu papá biológico,
sino tu papá corazonológico?

- ¿Tú eres mi papá de verdad?

[**]

- Yensi.

Yensi.

[Risas a la distancia]

Mario: Venga le meto
este patito en la orejita, ¿sí?

[Risas]

Yensi: Ay, sí, doctor.

[**]

- Yensi.

[**]

- Ay. Encontré el lápiz
que estaba buscando.

- Ah, ¿y se le salió
el zapato también?

- Muchas gracias, doctor,
por ayudarme a encontrarlo.

- Yensisita, nosotros
no tenemos que dar

ninguna explicación,
ni más faltaba.

- ¿Ah, no?

- No es lo que usted está
pensando, doctora. Permiso.

Mario: Antonia, le
voy a decir una cosa.

Cuando usted entre a mi
oficina me hace el favor y toca.

Qué falta de respeto.

[Sonido de un pato]

A mí no me vas a tocar
y a mi patito tampoco.

¿Qué? ¿Vas a llamar a la
policía o al cuartel de monjas?

- A tu hermano.

- ¿A mi hermano?

- Sí, a tu hermano.

A ver si de una vez
acaba esta situación

tan repetitiva y absurda, pues.

- Absurda, pues.

- Quiero más.

- ¿Más? Pero ¿qué te pasa?

Si tuviera fuerza para pararme,
me hubiera ido hace media hora.

No, no, para,
para, basta, basta.

Que Antonia puede
pasar por mi casa. Para.

- Antonia vive en la oficina.

- Para, para. Me tengo
que ir, me tengo que ir.

Ya, ya, ya. No,
no, no. La llave, no.

¿Otra vez? ¿Qué te pasa?

Hola, mi amorcito. Bien, bien.

Acá saliendo de la
reunión con el proveedor.

Un tipo exigente.
¿Todo bien por ahí?

- Bueno, Félix, tengo un
problema acá con tu hermano.

Imagínate que lo encontré
debajo de su escritorio

metido con mi secretaria.

- Nuestra secretaria.

- Qué asqueroso. Qué
asqueroso. Pásamelo.

- Quiere hablar contigo.
- No, no, no.

- Quiere hablar contigo.

- ¿Qué más? Félix,
no es lo que tú piensas.

- Me importa un carajo
cómo son las cosas.

Vos poné cara de boludo y
hacele caso a Antonia. ¿Okey?

- Sí, señor.

- Poneme en el speaker.

Como dice, Antonia, Mario,
me parece una falta de respeto,

desubicado de
tu parte y absurdo.

Mi amorcito, ¿qué querés hacer?

- Pues, yo creo que lo
mejor sería que Yensi

baje a los garajes
y que contratemos

una nueva secretaria
para el área comercial.

- ¿Alguien nuevo? No
tengo problema con eso.

[Gemido]

- ¿Qué pasó, mi
amor? ¿Estás bien?

- Sí, sí, mi amorcito, es
que estoy en un cruce

y se me atravesó una mula,
pero todo bien, todo bien.

Entonces, Yensi pasa al garaje
y eligen una nueva secretaria.

Que la elija Toni.

Antonia: Perfecto.

- Perfecto.

Félix: Todos contentos.

Los dejo porque se me
enredó el manos libres.

Está un poquito
complicado esto. Chao.

- Voy a contratar una secretaria

que no te interese
en lo absoluto.

- Ojalá sea... bien fea,
que son bien agradecidas.

- Eres un asco.

- Ojalá te vaya muy
bien en esa misión.

- Yo creo que habrá alguien
a la que no le puedas poner

ni una sola mano encima.

[Sonido de pato]

- ¿Por qué no viniste
a verme antes?

- Mi amor, ¿te acuerdas
que yo te había dicho que...

que tu papá vivía fuera
del país? ¿Sí te acuerdas?

- Yo vivía en Estados Unidos.
Pero me vine a verte a ti.

Valentina, eres tan linda.

- Tengo sueño.

Emilio: Hasta mañana. Chao.

[**]

Me imagino que hay que
darle tiempo a Valentina

para que asimile todo esto.

- Así que usted es
el famoso Emilio.

- ¿Me había oído nombrar?

- No, la verdad, Lorena sí
nunca lo había nombrado.

Es un decir. Mucho
gusto. Franklin Sotomayor.

- Usted es el del apellido.

- Aquí lo importante es
que usted conoció a la niña

y la niña lo conoció a usted.

- ¿Cómo va a funcionar
esto de ahora en adelante?

- ¿Funcionar qué?

- Mis visitas. ¿Cuándo
voy a ver a Valentina?

¿Cómo nos vamos a organizar?

- A ver, un momentico, es que
aquí ya estamos organizados.

- ¿Y tú qué querías, Lorena?

¿Que yo me
desapareciera así porque sí?

- Pues, sí. Tengo la
esperanza, la verdad.

- No, no, no, no. Mira, yo no
vengo aquí a desplazar a nadie.

A quitarle el puesto
a nadie, no, no, no.

Yo soy el papá de la niña,
yo tengo derechos y deberes.

- A mí me parece
bien que la vea.

- ¿Cuál es tu situación actual?

- No tengo casa
y no tengo trabajo.

[**]

- Supongo que
puedes ver a la niña.

Pero por ahora ella
no puede salir de aquí.

[**]

- Pero qué coincidencia.

- Hola, mi amor. ¿Cómo
estás? ¿Descansaste?

- Bien, un poquito,
una reunión larga,

dura, agotadora, pero... Bien.

- Qué pena contigo, de verdad.
Tú saliendo de esa reunión

y yo llamándote a
dar quejas de Mario.

- Tranquila, sé que mi hermano
es un descarado desde que nació.

- No, yo creo que, más bien,

lo que tiene es un
problema hormonal, ¿sabes?

- No, es un malcriado. Es
un maleducado. Lo sé, lo sé.

Apenas vuelva de
Cartagena voy a hablar con él.

Y lo voy a corregir aunque
sea lo último que haga.

Esta empresa no es un cabaret.

Más allá del pasado
oscuro de Delfina.

Y salir con una secretaria.
Por Dios. Me parece de quinta.

- Bueno, mira, yo por
mi parte, desde ya mismo

me pongo a buscar una secretaria
a la que Mario no le pueda poner

ni un dedo encima, mira.

- Yo te apoyo, como siempre.

- Oye, ¿y a qué hora
te vas a Cartagena?

¿Alcanzamos a almorzar?

- No. Al medio día salgo. No.

- Qué pena. Bueno.

- No me dejan en
paz. Antonia: Ay, oye.

- ¿Eh?
- ¿Qué pasó?

- El proveedor
que me tiene loco.

- Buenas tardes.

- Buenas.

* Cuando voy por la ciudad
las cosas se confunden *

* Atravieso la ciudad a
ver qué se me ocurre *

Mujer: ¿Cuál es el trabajo
que usted está buscando?

- Algo en contabilidad
donde pueda ascender.

- Pero con este pasado
judicial es imposible, joven.

- ¿Por qué?

- ¿No se da cuenta? Usted
tiene antecedentes penales.

Así que, por favor, se
me sale ya del negocio.

Pero, a ver. Rapidito,
joven. No lo quiero ver acá.

- ¿Será que me puede
dar una entrevista para hoy?

Para lo del trabajo, sí.
Mire, yo soy perfecto.

Soy ese candidato. Mire.

* Busco trabajo y no hay *

Hombre: Me dice
que trabajó en el área.

¿Qué experiencia tiene?

- Pues yo me desempeñaba
en el área de la gastronomía.

Servicio al cliente,
relaciones públicas.

Pero lo mío es la contabilidad.

- ¿Y en los documentos
trae el pasado judicial?

- Eh, sí.

* Busco trabajo y no hay *

* Todos con traje planchado *

Emilio: Me he patoneado
toda la ciudad buscando trabajo

y usted no sabe, me cierran
todas las puertas en la cara

y todo por el certificado
judicial. Hubo un malentendido.

Yo traía una maleta llena de
ropa y resultó llena de dólares

y, claro, el que queda
como un criminal soy yo

y ahora busque trabajo
pa' arriba y pa' abajo,

pa' arriba y pa' abajo.

¿Usted no tiene un
poquito de mantequilla

que me regale, señora?

Muchísimas gracias, mi señora.
Su comida estaba deliciosa.

¿Usted de casualidad no sabe

si por aquí están
buscando un contador?

- No, no, señor. Y esto es
pequeño como para un contador.

Pero ¿sabe qué? Pregunte
aquí enseguida que parece que es

una empresita como buena.

- Muchísimas gracias.

Eso es solo un papel y ya.

Señora, usted está
llena de prejuicios.

¿ Usted nunca ha cometido
un error en su vida.?

Pues yo sí. Yo sí. ¿Y sabe qué?

A usted le queda muy
fácil juzgar a todo el mundo.

Siga juzgando, siga
juzgando, entonces.

Ah, claro, y uno sí pasa por
la vida como el más criminal.

* Salgo a buscar trabajo *

* Busco trabajo y no hay *

* Todos con traje planchado *

* Me invento el día,
compay, no, no, no *

* Cuando voy por la ciudad
las cosas se confunden *

* Atravieso la ciudad a
ver qué se me ocurre *

* De pie, viendo al frente *

* De pie, siempre de pie *

- Su merced. Todo tiene
un principio y un final.

El A a la Z. El yin y
el yan. A, e, i, o, u.

El Génesis y el Apocalipsis.

Jesús en la Biblia nos
regala un versículo muy bonito,

en San Juan 11:35
que dice: Jesús, lloró .

Y si Jesús lloró, ¿por qué
su merced no va a llorar?

- Claro. Puede llorar.

Patricio: En nombre del
departamento administrativo.

- Los tres.

- Uno, dos.

- Y tres... Queremos
regalarle esto y decirle que

no queremos verla
así, por favor. ¿Sí?

Para los griegos, por ejemplo,

cuando una mujer
llora es sinónimo de...

- No sea cochino.

- Oiga, usted me debe uno así.

¿Me lo va a pagar
o se lo va a robar?

- ¿Cómo usted me llama
ladrona? Será su abuela.

Yo se lo compré
fue para colaborarle.

- No, no, no. Ya, ya,
ya, Milady, por favor.

Yensisita, cálmese, Yensi, ¿sí?

Más bien cuéntenos
qué fue lo que pasó.

Yo no entiendo, porque
es que los jefes estaban

tan encantados con usted.

- Encartados, será.

- Ustedes lo que
me tienen es envidia.

Desde la doctora
Antonia para abajo.

Por eso es que me la montan.

- Por eso es que se le montan.

[Gritos]

- A ver, Yensi Catalina.

- Yensi Catalina.

- Cállese la boca.
Delfina: Respete, hombre.

Por Dios. Piénselo. ¿Qué
envidia le va a tener usted

la doctora Antonia, por Dios?

Mire, hágame un favor,
váyase tranquilita a su puesto.

Más bien no diga nada.
Agradezca que no le echaron.

- Pues, sí. ¿Sabe que sí?

Me voy para abajo donde
no hay tanta vieja envidiosa.

- En nombre del
departamento administrativo.

- Nosotros tres.

- Uno.
- Dos.

- Tres. Queremos llevarle
su cajita a un lugar mejor.

- Hágale.

- Con permiso.

Delfina: Lambón. Milady: Sapo.

- Un poquito, sí.

- Y yo voy a volver, como
que me llamo Yensi Catalina.

- Muchachas, ¿ustedes
saben qué me preocupa a mí,

de verdad me preocupa?
Es que con esa vacante,

ahora van a buscar un
reemplazo entre nosotras tres.

- A mí no.

- No, no, sí es cierto, porque
don Félix no lo va a permitir.

Pero entre nosotras dos sí.

Tenemos que
aguantarnos al doctor Mario.

Que está loco, demente.

[Murmuraciones]

[Gritos]

Mujer: Qué p

Pero tengo todo el hotel lleno.
No tengo ninguna habitación.

Y por aquí le va a ser imposible
porque por acá todo está copado.

- Bueno, muchísimas gracias.

- Lamento no poderle colaborar.

- No, tranquila.

* Al despertar, cada
vez que un día empieza *

* Voy por la calle
con ligereza *

Hombre: Qué pena, hermano,
ya no tengo piezas desocupadas.

- Mire, hermano,
yo me puedo quedar

en ese sofá que tiene ahí.

- No, váyase, por favor.

* Ser lo que no quieres ser *

* Debes permanecer
real y libre, libre *

* Me absorbe el tiempo lento *

* De adentro hacia
afuera, es distinto *

* Ciudades como laberintos *

* Solo del olvido, por
decirlo así, por allí *

* Se comenta
alerta difícil vivir *

* Este no es tu
tiempo, no es tu cita *

* Búsqueda en la inversa
de lo que no se necesita *

* De nada vale
amanecer sino te quita' *

* Esa máscara de
tristeza que te mortifica *

- ¿Qué?

- ¿Qué? ¿Qué? ¿Qué, doctora?

- ¿Por qué me mira así?

- No, no, por nada, doctora.

Quería preguntarle si ya
usted consiguió una persona,

esa secretaria para la
vacante que hay en la empresa.

- No, Castillo. Es que, mire.

Venga.

- Sí, señora.

- ¿Usted no tendrá
alguien por ahí así como...

como con bigote o al menos
bozo o berruga peluda, algo?

- La única que tiene esas
características es mi tía Luz,

pero ella ya se pensionó.

Del resto, todas las señoritas
están muy bien depiladas.

Qué vergüenza
con usted, doctora.

Todas están muy
bien presentadas.

- Ay, yo sé, pero no.

- Pero disculpe la intromisión.
¿Usted por qué quiere conseguir

una secretaria con
semejantes características?

- Pues, por... No, por
una razón personal.

Pero, gracias, va a tener
que seguir buscando, Castillo.

- No, no, no, no se preocupe.

Yo me pongo en esa
tarea, doctora. Permiso.

[**]

Mario: Cuñadita,
¿cómo va la misión?

Necesito encontrar esa
secretaria lo más pronto posible

que estoy cansado y
me estoy volviendo loco.

- ¿Ah, sí?

- Lo más importante es encontrar
alguien que sea muy eficiente.

Alguien que haga de todo.

Emilio: Buenas, señorita.
¿Industrias Copito?

Sí, fuera tan amable. Lo que
pasa es que estoy llamando

por el aviso que salió en
el periódico donde están

buscando un auxiliar contable.

Sí, es que me interesa
mucho el empleo y quería saber

si usted me puede dar una
entrevista para hoy mismo.

¿Sí? Claro que sí. Claro
que sí. Emilio Romero.

Sí, acá tengo la dirección.
Muchísimas gracias.

Ya salgo para allá.

Listo. Hermanito,
¿cuánto le debo?

- Son dos minutos,
cuatrocientos.

- Listo, muchísimas gracias.
- Para servirle.

Guardia: Lléguese allá a la
esquina y voltea a mano derecha.

Emilio: Muchas
gracias. Que esté bien.

[**]

Vengo para la entrevista
de trabajo, por favor.

- Ah, ¿usted es
el de la entrevista?

- Sí, sí, sí.

- Deme un documento, por favor.

- Claro que sí.
Muchísimas gracias.

- Muchas gracias.

* Sé que tú, sé
que tú en mi mente *

* Como luz amaneces primero *

* Todo es, todo es diferente *

- Buenas tardes.

* Yo por ti sé que vi *

* Un mundo en primavera *

* Y te vi para mí *

* Quién más si no eras *

* Solo tú *

* El alma me das *

* Solo tú *

* Tus ojos me hacen volar *

- Perdóname que no la saludé
ahoritica, lo que pasa es que...

Estoy como nervioso porque
vengo para una entrevista

de trabajo y estoy perdido.

- Sí.

- Es que esta empresa
es grande, ¿no?

¿Quién hubiera pensado
que vender papel higiénico

fuera tan buen negocio?

Pues, claro que es buen negocio
porque todo el mundo tiene

que usarlo, a veces
hasta dos veces al día.

No, no solo para aquello,
sino que de pronto a veces

uno se quiere limpiar la
nariz o uno quiere limpiar algo.

¿Sabe qué? Yo creo que
mejor me voy a quedar callado.

Es que estoy nervioso y
hablo rápido y sudo y todo.

Discúlpeme. ¿Usted sabe
en qué piso es la entrevista?

- Sí.

El quinto.

- Okey. Ya entendí.

Usted también viene
para la entrevista.

Pero déjeme advertirle
algo. Ese puesto va a ser mío.

No se haga ilusiones.
Más bien, si quiere,

cuando yo tenga mi puesto
y yo esté allá bien elegante,

yo le invito a comer algo.

- ¿Ah, sí?
- Sí, sí.

- Bueno, listo.
- ¿Sí?

- Sí, claro. Pero, ¿sabe qué?

Va a tener que ser
después de la entrevista.

Porque yo soy la que lo va a
entrevistar. Antonia Fontalvo.

¿Qué? ¿Me va a dejar
con la mano estirada?

- No. No, discúlpeme.
Emilio Romero.

- Emilio Romero,
muchísimo gusto.

- Perdóname.

- No, tranquilo.
Bueno, entonces...

Entonces, ¿lo veo ahorita?

- Claro, sí, sí, sí.

[**]

No, no, no.