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Hoy, 5 de noviembre
empiezo con mi informe.

Voy a escribir todo con la
mayor precisión que pueda.

Pero no sé ni siquiera, si hoy es
realmente el 5 de Noviembre.

En el transcurso del último invierno
he llegado a fallar unos pocos días.

Incluso una semana
No lo puedo precisar.

Pero creo que esto no es muy importante.

Dependo de escasas notas.

Escasas, porque nunca calculé
que iba a escribir este informe,

y me temo que mi memoria
es muy diferente de lo que yo viví.

Esta carencia se cumple
bien en todos los informes.

No escribo por el placer de escribir.

Lo que acaba de suceder
lo tengo que escribir,

si no lo hago perderé la cabeza.

No hay nadie aquí, que pueda
pensar y cuidar de mí.

Estoy totalmente sola, y debo
intentar sobrevivir y pasar

los largos oscuros meses del invierno.

He decidido llevar este cometido,
ya que ello me salvará de mí

mirada crepuscular y de mis temores.

Porque tengo miedo. Por todos
lados el miedo me arrastra,

y yo no quiero esperar hasta
que me alcance y me abrume.

Escribiré hasta que oscurezca.

Y este nuevo trabajo inusual hace
que mi cabeza termine cansada,

vacía y con sueño.

Por las mañanas no tengo miedo.
Sólo por las oscuras largas tardes.

Escribo en la parte posterior
de viejos calendarios

de negocios y en papel viejo.

El papel procede de Hugo Rüttinger,
un gran coleccionista e hipocondríaco.

Hugo tenía que comenzar este informe

Porque si no fuera por
su codicia e hipocondría,

yo seguro que no estaría
sentada aquí hoy.

Yo probablemente no
sobreviviré mucho tiempo.

Hasta cerca de las tres
no llegamos a la cabaña.

Después de un aperitivo, Hugo estaba
empezando a quedarse dormido,

Antes que se durmiera Louise le sugirió,
que se fuera al pueblo con ella.

¡Vamos ahora!

No nos quedaremos mucho tiempo,
mañana muy temprano nos vamos de caza.

Las llaves del coche están
puestas por si las buscas.

- ¡Nos vamos!
- Sí.

¿Dónde está Luchs? ¿Luchs?

¡El perro está ahí! El estúpido
perro de ganado ya ni nos sigue.

¿Luchs? ¡Luchs, vamos!

Vamos muy bien andando.

¡Vamos, Luchs!

¡No quieres caminar,
vamos! ¡Vamos Luchs!

No seas tan estricta.

Luchs, si no quieres caminar
te quedas aquí. ¡Vamos vuelve!

¡Vamos! ¡Vamos!

(En la radio hablan de Aung
San Suu Kyi en Birmania)

A las nueve en punto,
decidí irme a la cama.

Cerré la puerta y me llevé
la llave a mi habitación.

Bueno, ¿Luchs? ¿Qué está pasando?

Los dos tuvieron que
quedarse en el pueblo.

Me pregunte eso mismo.

Hugo detestaba las camas
cortas de las posadas.

Y él nunca habría sido tan desconsiderado,

de dejarme sola durante toda la noche.

Entonces fui con Luchs
hacía el camino del pueblo.

No podía explicarme,
lo que había sucedido.

Apenas me di cuenta de lo húmedo
y frio que estaba el desfiladero,

ya qué yo solo estaba pensando en lo
qué le había sucedido a los Rüttlingers.

Quizás Hugo había sufrido
un ataque al corazón.

Como ocurre con los hipocondríacos,
nos tomamos poco en serio sus estados.

Aceleré el paso y envié
a Luchs por delante.

No pensé en mis botas de montaña

y tropezaba torpemente con
las piedras afiladas detrás de él.

¡Luchs! ¿Luchs?

¿Luchs? Luchs, ¿qué pasa?

¿Qué has hecho?
¿Te has hecho daño?

¿Te has mordido la lengua?

¡Luchs vamos!

¡Vamos!

Luchs, ¿qué pasa?

¡Vamos!

Entonces escuché fuertes golpes y
miré a mi alrededor antes de darme cuenta,

de que eran los propios latidos de mi
corazón, lo que retumbaba en mis oídos.

Mi corazón había tenido miedo,
antes de que yo misma me diera cuenta.

Vacilante, lo intente de nuevo.

Y de nuevo apoyé mi mano
como en una ventana redonda.

De repente me di cuenta de
lo que subconscientemente

podía haber estado
atormentándome todo el tiempo,

que el camino estaba completamente vacío.

Alguien tenía que haber dado
la alarma hace mucho tiempo.

Lo normal hubiera sido

que la gente del pueblo vinieran a
curiosear y se juntarán frente al muro.

Y si nadie hubiera
descubierto el muro

Hugo y Louise tenían
que habérselo encontrado.

No había ni una sola persona a la vista

aún me parecía más desconcertante el muro.

Yo lo intente aún tres
veces más para convencerme

de lo que había aquí delante,
a tres metros delante de mí

era realmente algo invisible,
suave, fresco, que estaba

impidiéndome seguir adelante.

Pensé que era una ilusión, pero
yo sabía que no era nada de eso.

Habría sido más fácil resignarse
con un poco de locura

como una cosa terrible,
una cosa invisible.

En realidad la primera pequeña
casa que había gente del lugar,

estaba a la vuelta de la siguiente curva.

Finalmente pude ver a la gente.

Estaban muy quietos tomando el sol.
Una imagen tranquila y familiar.

¡Lo siento! Lo siento, yo...

Vamos Luchs. ¡Vamos!

Nos quedamos atrapados en
una mala situación, Luchs y yo,

Y no supimos en ese momento,
lo malo que era.

Pero no estábamos perdidos por
completo, porque éramos dos.

Simplemente no podía ser cierto,
este tipo de cosas simplemente no ocurren.

Y si esto no ha pasado, ni en un
pequeño pueblo de las montañas,

ni en la alta Austria y ni en Europa.

Sé, lo ridículo que era esta idea

pero desde luego pensé eso
exactamente y no voy a ocultarlo.

Me desperté a las seis de la tarde,
cuando los pájaros cantan más alto.

A pesar de que casi no me había movido
Luchs sabía que yo estaba despierta,

¡Y vino a mi cama
para saludarme.!

De repente me pareció imposible de
sobrevivir a este hermoso día de mayo.

Al mismo tiempo sabía
que tenía que sobrevivir

y que para mí no
había ninguna ruta de escape.

Tenía que mantenerme muy
tranquila y simplemente sobrevivir.

No era simplemente el primer día
de mi vida, tenía que sobrevivir.

Cuanto menos me resistiera,
sería más soportable.

No me acuerdo, lo que
hice aquella mañana.

Tal vez fueron tan malas las siguientes
horas que tuve que olvidarlas.

Tal vez lo pasé solo con algún
tipo de anestesia. No me acuerdo.

Solo resurgí sobre las dos de la tarde,

cuando yo estaba guiando a
Luchs a través del barranco.

Esta vez yo estaba mejor equipada.
También tenía los prismáticos de Hugo.

Si el hombre de la fuente estaba muerto,
y de eso ya no podía seguir dudando,

tenía que estar muerto todo el pueblo
en el valle, y no sólo las personas.

Todo lo que estaba vivo.

Si eso era la muerte, le llegó muy
rápidamente y sin problemas,

de una manera casi cariñosa.

Quizás hubiera sido más prudente
ir con Hugo y Louise al pueblo.

¡Luchs!

¿Qué pasa? ¿Luchs?

¡Ven aquí, Luchs!

¡Luchs!

Vamos

Sí, vamos.

Ahora había quedado claro para mí

que esta vaca de verdad era una
bendición, pero también una nueva carga.

Por lo tanto, un animal
requiere alimentarlo

y ordeñarlo y pide a
un Señor sedentario.

Yo era la dueña y la
prisionera de una vaca.

Por supuesto, también
pensé después en la vaca.

Por lo cual yo era muy afortunada,
de que ella esperara un ternero.

Pero yo no podía dejarla.

Sólo podía esperar,
que mi vaca diera leche,

siempre y cuando fuera posible.

Una vez más aún pensé en mi
situación como un estado temporal

o al menos trataba de creerlo.

Pensé en un nombre para
mi vaca y la llamé Bella.

En realidad, no necesitaba un nombre.

Ella era la única vaca en el bosque.

Tal vez la única vaca en el país.

Hasta mañana, Bella.

Habían pasado diez días, y no
había cambiado nada mi situación.

Durante diez días tuve que trabajar,

aturdida, pero el muro
todavía estaba allí,

Y nadie había venido a buscarme.

No había ninguna salida para mí,

así que finalmente tuve que
enfrentarme a la realidad.

Yo me podía matar o intentar
cavar por debajo del muro,

Lo cual probablemente sólo hubiera
sido una especie de penoso suicidio.

Y por supuesto podía quedarme aquí
y tratar de mantenerme con vida.

Y pensar seriamente en el suicidio,
yo no era lo suficientemente joven.

Principalmente me mantuve
pensando en Luchs y Bella.

Gracias a las provisiones que
Hugo poseía yo tenía existencias,

logre llegar al verano con,

una casa, madera para
la vida y una vaca.

Decidí también darle cuerda
al reloj todos los días

Y marcar un día en el calendario.

Esto me pareció muy importante.

Me aferré a los pocos e insuficientes
restos de orden humano.

No sé por qué estoy haciendo esto.

Es casi un esfuerzo
interno, lo que me motiva.

Tal vez tenga miedo, de
poder hacerlo de otro modo

y terminar lentamente
dejando de ser humano

y estaría pronto sucia
arrastrándome y maloliente

y pronunciando sonidos incomprensibles.

No es que temiera ser un
animal, eso no sería muy malo.

Pero un hombre nunca puede ser un animal,

se abalanzaría hacia el
animal dentro de un abismo.

Yo no quiero qué esto me ocurra.

En los últimos tiempos tengo
delante solo un gran temor.

Y este temor puede
hacerme escribir mi informe.

El 30 de mayo, llovió todo
el día una cálida, y fértil lluvia,

Lo que me obligó a quedarme en la
cabaña, si yo no quería empaparme.

Esa noche un gato vino a mi casa.

Así que ya estábamos cuatro.
La vaca, el gato, Luchs y yo.

Luchs estaba cerca de mí.

Pronto se convirtió no sólo
en mi perro, si no en mi amigo.

Mi único amigo en un mundo
de angustia y soledad.

Sí, está bien Luchs.

Puesto que yo había recogido
a Bella en su cuadra,

quería echar un vistazo dando una
pequeña vuelta alrededor de la zona.

Me acordé de un camino que
subía a una cabaña de caza,

y desde allí bajar al
valle de en frente.

Quería ir allí.

¡Luchs! ¡Atento!

¡Espera, Luchs!

Ya estaba en los
valles, pude llegar,

No está lejos, en unos días, explorado.

Pude llegar a los prados y
desde allí reconocer el terreno,

Pero ir más dentro de la cadena
montañosa no pude atreverme.

Por supuesto, me encontrarían,
si no hubiera un muro allí.

Sí, yo pensaba, que alguien tendría
que encontrarme con el tiempo.

Yo estaba tranquila en la casa
sentada y esperando.

Pero una y otra vez me sentía impulsada a

tener algo en contra
para así sentir incertidumbre.

Hacia la una del
del mediodía descansé.

El bosque estaba abierto
al sol del mediodía,

Y un cálido aroma subía
llegando a aturdirme.

Ahora se estaba mucho más tranquilo
que en la noche de luna llena,

era como si se hubiera paralizado
el bosque bajo el sol amarillo.

Un ave de presa levanto su
vuelo en círculos azules.

Luchs dormía con las orejas crispadas,

y un gran silencio cayó
como una campana sobre mí.

Me gustaría poder sentarme
aquí para siempre,

con calor, a la luz,

con el perro a mis pies y los pájaros
dando vueltas por encima de mi cabeza.

Cuando tuve que irme,
lo hice con un profundo pesar,

y poco a poco fui
volviendo a la única criatura

a la que no pertenecía,
dentro del ser humano,

los pensamientos confusos albergaban

las bifurcaciones que
abrochan los torpes zapatos

en las malditas intervenciones
del negocio de la caza.

Me llama la atención que yo nunca
he señalado en mi diario

cuando dispare a un ciervo.

Ahora, recuerdo también que yo
era simplemente contraria a escribirlo.

Ya bastante fue,
tenía que hacerlo.

Llamé a la pequeña gata Perla,
porque ella era muy blanca y brillante.

En unas semanas me di cuenta
de que perla, la pequeña salchicha,

comenzó a transformarse en una belleza.

Perla fue como un pequeño milagro.

Pero incluso entonces yo sabía que ella
había nacido en el lugar equivocado.

Un gato de pelo largo,
blanco en medio del bosque

está condenado a una muerte temprana.

Ella no tenía ninguna posibilidad.

Quizás yo tampoco tuviera
muchas posibilidades.

Cuando pienso en el primer verano,

prefiero preocuparme y
eclipsarme con mis animales

a hacer frente a mi propia
situación desesperada.

La catástrofe me había impuesto
una gran responsabilidad

y sin que me diera cuenta inmediatamente,
tenía una nueva carga impuesta.

Cuando por fin llegué a esa
situación pude ver,

qué yo ya no era capaz de
hacer nada para cambiarla.

No creo que mi comportamiento surgiera
de la debilidad o sentimentalismo.

Yo solo seguí adelante,
estaba implantado en mí

y no podía luchar si no quería
destruirme a mí misma.

Yo no tenía noción, de lo qué
podría ser deshonroso,

asumí igual que otros animales
soportar la carga impuesta,

y en última instancia, morir
igual que cualquier otro animal.

Ni siquiera sé, lo que es el honor.

Nacer y morir no es honorable.

Le pasa a todas las criaturas
y además no significa nada.

El 20 de julio empecé con el heno.

Tardé tres semanas
en cosechar la pradera.

No era sólo el clima
cambiante el culpable

si no también mi
torpeza y debilidad física.

Sufrí un ataque severo de desaliento

y claramente me di cuenta por primera vez
del golpe que me había conmocionado.

Yo no sé qué hubiera sucedido,
si yo hubiera tenido la responsabilidad

de hacer las cosas necesarias
sin estar obligada por mis animales.

Recuerdo muy a regañadientes ese momento.

Tardé 14 días en conseguir finalmente
poder despertarme de nuevo

y comenzar a vivir de nuevo.

El otoño era siempre
mi estación preferida

aunque físicamente
nunca se sentí muy cómoda.

Durante el día estaba cansada
y aun así podía seguir funcionando.

Por la noche me quedaba durante
horas en un intranquilo dormitar

y soñaba confusas pesadillas
y más rápido de lo habitual

De caer enferma no me
salvé ni siquiera en el bosque.

Pero apenas pude permitírmelo,
vinieron a mitigarlo.

Tal vez yo no tenía tiempo
de prestarle especial atención.

Luchs estaba muy entusiasmado y feliz,

pero un extraño probablemente
no hubiera notado ninguna diferencia.

Él estaba casi siempre alegre.

Nunca lo vi más de tres
minutos de mal humor.

Simplemente se le podía llamar,
era feliz, no se resistía.

Y la vida en el bosque era un
encanto constante para él.

El viento el sol, la nieve, la lluvia,

todo era motivo de emoción.

Llevaba al lado a Luchs para no
permanecer mucho tiempo triste.

Era casi vergonzoso lo
feliz que estaba conmigo.

Tal vez el hombre debe
su megalomanía al perro.

A veces, incluso me imaginaba, que
podría ser algo especial para mí,

cuando Luchs alegraba mi
ambición casi anulada.

Por supuesto, nunca fue especial para mí.

Luchs era como todos los perros
simplemente adicto a las personas.

Sí, tú eres mi Luchs. Sí.

Eres un buen perro.

A veces ahora cuando voy sola
viajando por el invernal bosque

hablo en pasado de Luchs.

Yo no lo sé, eso lo hago,

cuando algo me asusta
y me quedo en silencio.

Vuelvo la cabeza y veo el brillo
del pelaje de color marrón rojizo.

Pero el camino está vacío,
arbustos sin hojas y piedras mojadas.

No me sorprende que todavía escuche
las ramas crujiendo detrás de mí

bajo el ligero paso de sus patas.

¿En qué otro sitio su
pequeña alma de perro

debería aparecerse si no en mi camino?

Es un fantasma amistoso, y no le temo.

Luchs, cariñoso, buen perro, mi perro.

Probablemente eso sólo hace que
en mi pobre cabeza suenen sus pasos,

el brillo de su pelaje.

Mientras yo exista, tú serás mi
sendero a seguir, hambre y anhelo,

como mi hambre y anhelo
siguen huellas invisibles.

Nunca nos preguntaremos
por nuestra naturaleza.

El 27 de octubre cayó la primera nevada.

El inicio del invierno
duró sólo unos días.

Luego vino el viento seco y lamió
la joven nieve de las montañas.

Hacia demasiado calor,

y el viento soplaba día y noche
silbando en la casita.

Dormí mal y escuché el
berreo de los ciervos,

en época de celo se llega a
escuchar desde las cumbres.

Ambos gatos estaban por ahí
en el cálido y húmedo bosque.

Me quedé despierta porque
estaba preocupada por Perla.

El berreo de los ciervos sonaba triste,
amenazante, y a veces casi desesperado.

Sólo esperaba que el viento
no durara demasiado tiempo

y finalmente el invierno nos
trajera un poco de paz.

El viento seco realmente
sólo duro tres días,

el tiempo suficiente para matar Perla.

Enterré a Perla,

y el viento seco murió durante la noche,
como si hubiera cumplido con su misión.

No me he olvidado de Perla.

Su muerte, fue la primera
pérdida que sufrí en el bosque.

Una vez, eso debe haber
sido el primer invierno,

vi un zorro parado junto al arroyo.

Pude haberle disparado.
Yo llevaba el rifle conmigo.

Pero no lo hice.

Perla murió porque uno de sus
antepasados era un gato de Angora.

Fue procreada desde el
principio como una víctima.

¿Debería ayudar o castigar
a la hermosa y viva zorra?

Lo qué le sucedió a
Perla fue una injusticia.

Pero esta injusticia era
también para sus víctimas.

¿Debería hacer lo mismo con la zorra?

La única criatura en el bosque que
realmente puede hacer bien o mal, soy yo.

Y yo sólo puedo practicar la misericordia.

A veces me gustaría que esta
decisión de peso no fuera para mí.

Pero yo soy un ser humano. Y solo puedo
pensar y actuar como ser humano.

De lo cual me voy a liberar
solo cuando muera.

Cuando pienso en el invierno, siempre
veo al zorro en el blanco río escarchado.

Un solitario animal adulto,
su camino está trazado.

Eso es para mí pues, lo qué
algunas cosas importante significan.

En su forma actual sólo como
un indicio de otra cosa.

Pero no puedo reconocer su significado.

Sol.

Sí, mi Bella.

Si, eres maravillosa.

Bella había empezado a ponerse redonda,

pero todavía no podía saber
si esperaba un ternero.

Después de todo, lo que
habíamos vivido juntas,

Bella se había convertido
en algo más que mi vaca

la pobre, la hermana paciente, la que
contribuye con mucha más dignidad que yo.

Por la noche oía los chasquido
de la madera por el frío.

Había recargado fuerte, pero
tiritaba y no podía dormir.

Algunas veces, chisporroteaba un tronco
de leña y volvía a apagarse de nuevo,

y me sentía enferma.

Yo sabía que eran ellos,
siempre los tenía que matar.

Me imaginaba lo que una persona
puede sentir, matando por diversión.

Yo no podía.

Tenía los pelos erizados de mis brazos,

y mi boca estaba seca, asqueada.

Tenías que haber nacido, probablemente.

Pude habérmelo traído de allí,

para hacerlo lo más rápido
posible y con habilidad,

pero nunca me logré acostumbrar.

Hacía tiempo que yacía despierta
en la oscuridad chisporroteante

y pensé en el pequeño corazón,

en lo alto de mi cámara
congelado en un bloque de hielo.

Después de que el frío congelado parara,

una ola de aire húmedo
calentó el interior.

Bella estaba inquieta, y tuve
que ir diez veces al día a verla.

El 11 de Enero Bella estaba
sangrando un poco.

Fue después de echarle
de comer por la noche,

y decidí quedarme por
la noche en el establo.

¡Vamos, Bella! ¡Aprieta!

¡Aprieta!

¡Vamos, Bella, vamos!

Muchas cosas habían ocurrido
en los últimos tiempos.

A Perla la habían matado,
y un pequeño becerro vino al mundo,

los ciervos estaban congelados

y los bichos tenían grasa
para pasar el invierno.

Tuve encima mucha excitación,
y ahora estaba ya cansada.

Y cuando cerré los ojos, vi las
montañas de nieve en el horizonte,

copos blancos, que se
hundían en mi cara,

en un largo y brillante silencio.

No tenía pensamientos, ni recuerdos,

solamente uno grande,
la ligera nieve en silencio.

Yo sabía que esta idea de ser
una persona solitaria era peligrosa,

pero no podía reunir la
fuerza para resistirme.

Luchs no me dejaba ni un rato en paz.

Una y otra vez venía
y me daba con su nariz.

Suspiré y me levanté
y me fui a mi trabajo diario.

Ahora Luchs no es más
que mi amigo y guardián.

Y el deseo de entrar en un
doloroso silencio blanco,

es a veces muy grande.

Debo prestar atención y ser más estricta
igual que cuando estaba aquí antes.

Luchs era mi sexto sentido.

Dado que está muerto,
me siento como una amputada.

Algo me falta y siempre
voy a echarle de menos.

No es sólo eso sino que le echo de
menos en la caza y los rastros perdidos

en horas que tenía
la noche encima.

Eso no es lo único.

Lo peor es que sin
Luchs me siento sola.

El asunto de emigrar a los
prados me ocupa el día a día.

El asunto parece terriblemente engorroso,

incluso si sólo llevo lo
estrictamente indispensable

y básico para querer vivir en la montaña.

Después me di cuenta de que
el traslado ya lo había decidido

cuando vi los verdes prados de
las montañas por primera vez,

me quede en silencio.

Y el 25 de mayo llegó el día
de marcharse de la cabaña.

El camino fue muy bien acogido,
pero aun así tardamos cuatro horas

en llegar a la pradera con
nuestro curioso desfile.

Era cerca del mediodía.
Yo estaba completamente agotada.

No era por el esfuerzo físico
si no por la tensión nerviosa.

Algo nuevo había comenzado.
No sabía que me traería.

Pero mi nostalgia y preocupación por
el futuro se revelo lentamente en mí.

Empecé a ver la hermosa
pradera, extraña y peligrosa.

Pero como todas las cosas extrañas,
llenas de secretas seducciones.

Fue una sensación extraña sin
obstáculos de montañas y árboles

en una amplia zona para inspeccionar.

Y no fue inmediatamente
agradable y liberador.

Mis ojos debieron
acostumbrarse a la amplitud,

después de un año, que había
pasado en el estrecho valle.

Todo el tiempo que estuve en los
prados, no escribí ninguna nota.

Si bien yo pasaba obedientemente
todos los días del calendario,

pero ni siquiera hacia tareas,
como el segado de heno.

El recuerdo de este momento
se me ha mantenido fresco,

y no es difícil para mí,
escribir sobre ello.

El olor del verano,
las tormentas eléctricas

y las noches de brillantes
estrellas nunca las olvidaré.

Por primera vez en mi
vida estaba apaciguada.

No satisfecha o feliz,
pero sí apaciguada.

Era como si una gran mano
parara el reloj de mi mente.

A veces confundo mis pensamientos,

Y ahí es cuándo el bosque comienza
a azotar mis convicciones

y mi cerebro empieza a pensar en
sus viejos y eternos pensamientos.

En aquel entonces, en el segundo verano,
yo aún no había llegado muy lejos.

Las fronteras estaban
estrictamente cerradas.

Eso es difícil para mí,

al escribir lo anterior y
lo nuevo yo no lo diferencio.

Lo nuevo,
no estoy segura

de que no fuera lentamente absorbido
por la mayoría de nosotros.

Pero incluso entonces soy pionera
en la propia transformación.

La pradera fue la culpable.

Fue casi imposible en el silencioso
zumbido de la pradera

la única bajo un gran cielo,
yo me quede segregada.

A una pequeña, ciega, terca vida,

no quería integrarme
en la gran comunidad.

Una vez que había sido el orgullo
y alegría, de semejante vida.

Pero en la montaña, de repente
me pareció muy patético y ridículo.

Un envanecimiento de nada.

El 16 de octubre ya estaba
de vuelta de los prados,

hice otra vez notas regularmente.

Casi todo octubre, el clima fue hermoso.

Pero ahora me tomé un tiempo de relax
y doblé mis existencias de leña.

para el día de todos los Santos
de repente hizo calor, y yo sabía

que eso era sólo el
comienzo del invierno.

El 10 diciembre encontré
una extraña nota:

''El tiempo pasa tan rápido''

No recuerdo haberlo escrito.

Yo no sé, lo que ocurrió
el 10 de diciembre

y ha llegado, debajo "nieve"
"Traje heno" y escribí:

''El tiempo pasa tan rápido''

Entonces, ¿pasó el tiempo
realmente muy rápido?

No puedo recordarlo
y no puedo asegurarlo.

No es cierto. El tiempo simplemente
me pareció que pasó rápidamente.

Creo que el tiempo está muy
quieto, y yo me muevo con él.

A veces lento y a veces
a una velocidad vertiginosa.

Estoy haciendo algunas
cosas y esas cosas

me llevan hacia adelante,
y me olvido del tiempo.

Y entonces, de repente,
vuelvo de nuevo a mí.

Tendré que acostumbrarme a ello.
A su indiferencia y omnipresencia.

Desde que Luchs murió,
pienso más claramente.

Me siento en la mesa,
y el tiempo se detiene.

No puedo verlo,
ni olerlo ni oírlo,

pero me rodea por todas partes.

Su silencio y quietud son terribles.

Básicamente, son pensamientos
sin sentido.

Tengo pesar por los
animales y las personas

porque no se invitan
al afecto en esta vida.

Tal vez la gente son lamentables

Porque le dan tanto sentido,

y luchan para protegerse contra el
curso natural de las cosas.

Lo hacen mal y desesperan
y son indignos de amar.

Hubiera sido posible
vivir de otra manera.

No hay impulso más racional
como el de los amantes.

Esto hace al amante y al amado
la vida más soportable.

Sólo, deberíamos
reconocernos en el tiempo,

esa era nuestra única opción.

Nuestra única esperanza de una vida mejor.

Para un infinito ejército de muertos

esa es la única posibilidad de que el
ser humano se pierda para siempre.

Una y otra vez no
dejo de pensar en ello.

No puedo entender por qué
tuvimos que tomar el camino equivocado.

Yo sólo sé que esto
es demasiado tarde.

En este otoño ha aparecido
un cuervo Blanco.

Siempre vuela un poco
por detrás de los otros

y puede estar solo abajo en el árbol,
y así evitar a sus compañeros.

No entiendo, por qué a los
otros cuervos no les gusta.

Para mí particularmente
es una hermosa ave.

Sin embargo para sus
compañeros es abominable.

Un triste disparate,
que no debería existir.

Un cuervo Blanco.

Permanecen asentados,
hasta que la gran bandada parte

y entonces le llevaré
un poco de comida.

No puede saber por qué es expulsado.

No conoce otra vida.

Una vez más será expulsado
y se quedará solo,

teme menos a las personas
que a sus negros hermanos.

Cada día espero al cuervo
Blanco cuándo ellos se arremolinan.

Y me mira con atención
con sus ojos rojizos.

Puedo hacer muy poco por ellos.

Mis desechos pueden alargar una
vida que no debe ser alargada.

Pero yo quiero que viva el
cuervo Blanco, y a veces sueño

que hay otro cuervo en el
bosque y los dos se encuentran.

No lo creo, sólo lo deseo mucho.

Poco a poco, empecé
a salir de mi pasado

y a crecer en un nuevo orden.

El clima realmente no mejoró
hasta que estábamos en mayo.

Dos años había pasado en
el bosque, y ahora se me ha ocurrido

que casi nunca he pensado que me
fueran a encontrar finalmente.

Decidí partir pronto hacia el prado.

A principios de Junio yo estaba finalmente
lista para ir como de costumbre al prado.

Pero nunca estuve tanto
tiempo como el año pasado.

Ese primer verano en la montaña
se había ido para siempre.

Yo no quería una repetición de flaqueza
y me detuve deliberadamente antes de,

caer en la antigua magia de nuevo.

Pero la pradera lo hizo fácil para mí.

Ella antes se había cerrado a mí
y me mostró una cara extraña.

A menudo seguía sentándome como hace un
año en el banco y miraba hacia la pradera.

Ella no era distinta de lo que
era entonces y olía tan dulce

pero nunca tuve una
vieja admiración por ella.

Ya no hice más grandes viajes,

pues estaba al final del
verano, y mis límites trazados.

Se había vuelto indiferente
para mí, dónde estaba el muro.

En ese verano me olvide completamente,

de que Luchs era un
perro y yo un ser humano.

Yo lo sabía, pero había perdido
todo sentido de separación.

Luchs también había cambiado.

Desde que no me preocupaba por él tanto

estaba tranquilo y no parecía
estar preocupado constantemente,

supe tan pronto como él se marchó que
en cinco minutos se disolvería en la nada.

Cuando lo pienso hoy, creo

que el único gran temor
del perro en la vida era:

quedarse solo.

Yo había aprendido mucho

y entendía casi cada uno
de sus movimientos y sonidos.

Ya finalmente prevaleció entre
nosotros un entendimiento tácito.

Yo llevaba a Luchs a la cabaña

para ponerle sobre el banco.

De pronto se convirtió
en pequeño y ligero.

Y entonces oí como si viniera
de lejos el mugido de Bella.

Ella tenía miedo.

Traté de calmarla.

Sólo entonces me di cuenta
del hombre nuevo.

Yo sabía que él tenía que estar muerto.

Había dado en el blanco no podía fallar.

Me alegré de que estuviera muerto.

Hubiera sido difícil tener que
matar a un hombre herido.

Y le he quitado la vida
pero no puedo abandonarle.

¿O si puedo? No lo sé.

Yo no quiero abandonarlo en el prado.

No al lado del ternero muerto
y la inocente hierba.

Entonces lo agarré por las
piernas y lo arrastré hasta el mirador.

Allí, donde las rocas son
abruptas en el pedregal

y los rododendros florecen en junio,
lo deje rodar hacia abajo.

A Luchs lo puse al atardecer en una tumba.

Hice el hoyo profundo,
puse a Luchs dentro,

lo cubrí de tierra y aplaste
con firmeza el pasto.

Y entonces yo estaba muy cansada.

Tan cansada como nunca
antes lo había estado.

Luego me senté en el banco
y esperé a que pasará la larga noche.

Fue una brillante noche estrellada,

y el viento sopló
dejando la piedra fría.

Pero yo estaba más fría que el
viento y no sentía frío.

Al amanecer me levanté
y deje a Bella en el prado

Al día siguiente retome
mi trabajo habitual de nuevo.

El mes de octubre llegó,
y coseche las patatas y la fruta.

El vagar sin rumbo lo tuve que cortar,
pero eso duró sólo una semana.

Finalmente me vi, machacada
y destrozada físicamente,

vi inútil escapar y me
metí en mis pensamientos.

No sirvió para nada.

Quiero saber por qué el extraño
hombre mató a mis animales.

Nunca lo sabré, y tal
vez sea mejor así.

Ahora estoy completamente tranquila.

Veo un poco más lejos.

Veo que esto todavía no ha terminado.

Todo continúa.

Ternero, Perla y Luchs
nunca volverán otra vez.

Pero algo nuevo se acerca,
y yo misma no puedo escapar a ello.

La memoria, el dolor y
el miedo permanecerán

y el trabajo será duro mientras yo viva.

Hoy, 25 de febrero
termino mi informe.

No me ha quedado ni un trozo de papel.

Ahora son las cinco de la
tarde y todavía hay luminosidad.

Puedo escribir sin lámpara.

Los cuervos han aumentado sus graznidos
y dan vueltas por encima del bosque.

Cuándo ya no estén visibles,

voy a entrar en el claro y voy
a dar de comer al cuervo Blanco.

Ya me está esperando.

Traducción: pacoss