All language subtitles for Cuando ruge la marabunta (1954) (Dual+Subt.)

CUANDO RUGE LA MARABUNTA

SUDAM�RICA 1901

Ah� va un p�jaro siji. Un raro esp�cimen.

No suelen verse tan r�o arriba.
Les habr� asustado algo.

- �Nosotros quiz�?
- No, est�n acostumbrados a mi barco.

Aunque aqu� no es habitual
ver bellezas como la suya.

�Est� flirteando conmigo, capit�n?

No me atrever�a, Sra. Leiningen.
Su marido es muy impulsivo.

Quer�a preguntarle una cosa.
�Conoce bien al Sr. Leiningen?

Lo llev� hace 15 a�os
r�o arriba en este mismo barco.

En 1886. En julio del 86.

�Qu� clase de hombre es?

�C�mo dice?

�C�mo es el Sr. Leiningen?

Cre� que era usted su esposa.

Y lo soy, pero no lo he visto nunca.

�Nunca ha visto a su marido?

S� que es descort�s hacer preguntas,
y no las har�.

Volver� a lo m�o para evitar la curiosidad.

El capit�n est� confundido.

Le he preguntado por mi esposo.
Ahora le toca a usted.

Nos estamos acercando
a sus posesiones.

Comienzan justo despu�s
de aquel recodo.

Entonces ser� mejor
que vaya a por mis cosas.

No tenga prisa.
No llegaremos hasta el amanecer.

- �Tan grande es?
- Es m�s que grande.

Es otro mundo, Sra. Leiningen.

Pasado aquel recodo,
su marido es m�s poderoso que un rey.

Usted me conoce, �verdad?

No lo ha dicho durante la traves�a,
pero creo que Io sabe todo de m�.

Se llama Joanna Selby.
25 a�os, natural de Nueva Orleans.

Se cas� por poderes
y no se han visto nunca.

Sabe muchas cosas.

En el momento de celebrar la boda,

el hermano del Sr. Leiningen
le represent�.

Cuando se celebr� aqu� por poderes,
yo ocup� su puesto. Lo hice muy bien.

Tambi�n ofici� la ceremonia.

Casi es usted de la familia.

Como comisionado de mi gobierno
en la zona, he de saberlo todo.

Adem�s, se puede decir
que soy muy curioso.

�Pasar� unos d�as
en las propiedades de mi marido?

No. Tengo negocios que atender
que no pueden esperar.

Hace un momento
un p�jaro nos sobrevol�.

S�, lo he visto.

�ltimamente hay bastantes.

Mi gobierno quiere saber los motivos.

Parece muy misterioso.

Espero que siga siendo eso, un misterio.

En cualquier caso, no volver� a verle
durante alg�n tiempo,

pero le deseo mucha felicidad en
nuestro matrimonio con el Sr. Leiningen.

Gracias, pero a�n no me ha dicho nada
sobre mi marido.

Dentro de unos d�as,
al bajar el r�o, les har� una visita.

Para entonces sabr� usted
m�s de �l que yo.

El Sr. Leiningen no tardar� en llegar.

Bueno, adi�s.

Adi�s. Y gracias.

Se�ora, sea usted bienvenida.

Nos complace mucho tenerla aqu�.

Esperamos ganarnos su estima
y que usted se gane la nuestra.

La consideramos muy guapa.

Me llamo Incacha. Soy el hombre
de confianza de su esposo.

Cualquier cosa que desee
debe ped�rmela a m�...

�D�nde est� el Sr. Leiningen?

Cualquier cosa que desee
debe ped�rmela a m� y me encargar�...

- Pero �d�nde est� el Sr. Leiningen?
- Me llamo Incacha.

Soy el hombre de confianza
de su esposo.

Y yo soy su esposa. Contaba
con que iba a venir a recogerme.

- �D�nde est�?
- Se�ora, acaba de llegar de la selva.

Est� muy sucio.
No quer�a que le viera sucio.

Venga conmigo, por favor.

Gracias.

Se llama Mayi. �Lo quiere?

- �Y su familia?
- No les importa. Tienen muchos.

Mayi.

Le daremos un ba�o.

Dos si es necesario.

Sus sirvientes, se�ora.

Zala, su doncella.

Zala, �hablas mi idioma?

S�, se�ora.

Espero que nos hagamos
buenas amigas.

S�, se�ora.

�Qu� estaba haciendo
el Sr. Leiningen en la selva?

S�, se�ora.

�Eso es todo lo que sabes decir?

S�, se�ora.

- �El Sr. Leiningen?
- S�, se�ora.

- Soy Leiningen, se�ora.
- Enseguida salgo.

No est� vestida, se�ora.
Volver� en otro momento.

No estoy desvestida.
Adem�s, estamos casados.

- Se�ora...
- Me llamo Joanna.

Ya lo s�, se�ora.

No me desvista del todo.
Me est� entrando el fr�o.

Tiene sentido del humor.
Eso no me gusta en una mujer...

Quer�a ser amable.

- Y adem�s me interrumpe.
- �No le gusta que le interrumpan?

No, pero no se preocupe.
Ya se acostumbrar�.

Eso espero.

A decir verdad, no es como esperaba.

�Soy mejor o peor?

Es m�s... m�s de lo que esperaba.

Si analizo lo que ha dicho,
puede que se trate de un cumplido.

�Se est� burlando de m�?

Lo siento.

Esta situaci�n es tan violenta
para usted como Io es para m�.

No hemos tenido
un buen comienzo, �verdad?

No, pues puede que yo no sea
como usted esperaba.

Un poco sucio, descuidado quiz�.

No el caballero que quiz� imagin�.

Espero no terminar discutiendo.

Soy su esposa. Intentar� cumplir con
mis obligaciones con la mejor voluntad.

Lo que deseo es complacerle.

�Puedo serle sincero?

Por favor.

Ya conoce mi situaci�n aqu�.

Estas plantaciones est�n muy lejos
de la civilizaci�n.

No pod�a abandonarlas para buscar
esposa, aunque quer�a una.

Su hermano me lo explic� todo.

Desea tener hijos.

Yo tambi�n.

- Es usted muy...
- �Atrevida?

No importa.

S�lo voy a decirle una cosa:

nuestro contrato,
el matrimonio por poderes,

es una forma corriente
de conseguir esposa en la selva.

Pero usted no es corriente.

�C�mo la conoci� mi hermano?

Puso un anuncio
en los peri�dicos de Nueva Orleans.

Le halagar� saber que se presentaron
m�s de 50 aspirantes.

- Y la eligi� a usted.
- No exactamente. Yo no me present�.

Conozco a su hermano
desde hace tiempo.

Me pidi� que leyera las solicitudes
y le ayudase a buscarle esposa.

Termin� interes�ndome. Vi que yo
ser�a mejor que cualquiera de ellas.

Su hermano discrepaba,
pero me las arregl� para convencerle.

No fue f�cil.
Su hermano es muy testarudo.

Ni se lo imagina.

- Es cosa de familia.
- �De veras?

Ya s� por qu� la eligi� mi hermano.

�Por qu� acept� casarse con un hombre
al que no hab�a visto nunca?

Quiz� fueron las cartas que le escrib�a
a su hermano las que me empujaron.

Not� lo solo que estaba.
Ah� supe que me necesitaba.

No necesito a nadie.

�Ni siquiera para tener hijos?

Supongo que tendr� que sentirme
afortunado por tenerla aqu�.

De momento no, pero as� ser�
cuando me conozca mejor.

Puede que cuando me conozca bien,
no quiera quedarse.

Si hubiera tenido alguna duda,
no habr�a abandonado Nueva Orleans.

Est� aqu� y es bienvenida.

En los tr�picos
todo se hace seg�n un horario.

Comemos pronto y nos acostamos
pronto. La cena es a las siete.

�Cu�l es la de acostarse?

- Cuando usted quiera, se�ora.
- No quisiera alterar su horario.

Aqu�, el aroma del caf�
es m�s fuerte que en Nueva Orleans.

As� es.

La cena estaba deliciosa.
Un pollo exquisito.

Era lagarto.

El clima es ideal.
No hace tanto calor como pensaba.

Es invierno.

Claro. Estamos bastante al Sur.

- �A qu� latitud?
- �Importa eso?

No mucho. S�lo trato de entablar
una conversaci�n.

�Por qu�?

No se me ocurre ninguna raz�n.

Mi hermano me dijo en sus cartas
que sabe tocar el piano.

Me gustar�a o�rle tocar.

Tomaremos el caf� en la otra sala.

Me gustar�a o�rlo sonar
antes de que lleguen las termitas.

Lo remolcaron 3.000 km r�o arriba.

- �Para m�?
- Para quien supiera tocarlo.

Quer�a a alguien que supiera.

Toque.

- �Qu� desea escuchar?
- No s� nada de m�sica.

�Por qu� ha parado?

Es demasiado triste.
Voy a tocar otra cosa.

Me gustar�a tomarme ya el caf�.
�Le importa?

�Un terr�n o dos?

Dos.

Solo.

�Sabe idiomas?

- �Quiere que hablemos en franc�s?
- No hablo franc�s.

Lo �nico que quer�a saber es si era
como me la describi� mi hermano.

S�. Soy tal cual me describi�.

Hablo varios idiomas, toco el piano,
tengo una conversaci�n inteligente

y una dentadura muy bonita.

�Quiere contarme los dientes?

Eso es lo que hace cuando compra
un caballo. Le cuenta los dientes.

Por fortuna, no me falta ninguno.

- Ni car�cter tampoco.
- S�, lo s�.

- No le gustan las mujeres con car�cter.
- No me importa. Yo tambi�n tengo.

- Qu� sorpresa.
- Es una mujer hermosa.

Inteligente. Con talento.
Tendr� alg�n defecto.

No voy a tener la suerte de encontrar
una mujer perfecta sin salir de la selva.

Tiene que haber alg�n defecto.

Cre� que no le gustaba.

Cre� que le hab�a decepcionado.
Lo que pasa es que me tiene miedo.

- �Usted cree?
- Me est� buscando un defecto.

Cualquier cosa
para poder rechazarme.

Conoce bien a los hombres, �verdad?

Busca un ornamento, algo bonito
que quede bien con el mobiliario,

remolcado r�o arriba con dificultad,

para que se llene de polvo
y que las termitas no se lo coman.

Era la clase de esposa que quer�a.

En vez de eso, le llega una mujer
a la que le tiene miedo.

- Digo que conoce bien a los hombres.
- M�s que usted a las mujeres.

�D�nde lo aprendi�? �De qu� hombre?

Eso es. Ah� est� el defecto.
Ha estado con otro hombre.

Estuve casada.
�No se lo dijo su hermano?

No.

Eso me lo ocult�.

Me inform� de todo,
absolutamente de todo, menos de eso.

Se lo dije a su hermano.
Tendr�a que hab�rselo dicho.

Quiz� mi hermano me conoce mejor
de lo que yo cre�a.

- �Cu�nto tiempo estuvo casada?
- Casi un a�o.

- Se mat�.
- �C�mo?

Beb�a.

Era muy alegre, encantador
y normalmente iba borracho.

Una noche sali� a cabalgar
m�s alegre y borracho que nunca.

El dinero que envi� para pagar
mis deudas, pag� las suyas.

- Era un in�til.
- El hombre m�s bueno que he conocido.

- Era un d�bil. No le quer�a.
- Le amaba.

�Cu�ntos m�s ha habido?

Se�ora, ya ha visto mi casa.

He tardado siete a�os en construirla
en el coraz�n de la selva.

Se rieron de m� en ambos extremos
del r�o, pero es lo que yo quer�a.

Quer�a rodearme de cosas hermosas,

crear una familia de la que sentirme
orgulloso en esta casa y en unas tierras

que arrebat� al r�o y a la selva
con mis propias manos.

La �nica condici�n era que todo
Io que subiese por el r�o fuese nuevo.

Este piano no lo hab�a tocado nadie
hasta que lleg� aqu�.

Si supiera de m�sica, sabr�a que un
piano suena mejor cuando se ha tocado.

Este no es un buen piano.

- No he acabado, se�ora.
- S� que ha acabado.

Buenas noches, Sr. Leiningen.

Vuelva a casa, se�ora.

He o�do la m�sica. Si es
una ceremonia nativa, quisiera verla.

Este no es lugar para usted.
Haga lo que le digo.

- Me gustar�a mirar.
- Mire entonces.

Ese es el muchacho
que trajeron anoche.

Trata de matarlo.
�Por qu� no para esto?

Le ha robado la mujer a otro.
Es su castigo. Nadie puede detenerlo.

Se acab�, se�ora.

Le aconsejo que de ahora en adelante
me preste m�s atenci�n.

�No tiene coraz�n? �Ni sentimientos?

Y usted, pensaba
que era bueno y decente.

Y es tan malvado como su amo.

El muerto era su hijo.

S�, ha cometido otro error.

Puede que el mayor de todos
fuera abandonar Nueva Orleans.

Ser� mejor que sepa
a lo que se va a enfrentar aqu�.

Venga conmigo.

Sin esto, toda la plantaci�n
estar�a a 2 m bajo el agua,

que es de donde la saqu�.

Tard� cinco a�os en establecerme aqu�.

Empec� con 20 acres y cuatro hombres.

Casi olvid� mi lengua materna.
Ten�a 19 a�os.

El regad�o lo construyeron hombres
que no hab�an visto jam�s nada igual.

En aquel tiempo ten�a 100 hombres.
Perd�a dos o tres cada semana.

Cazadores de cabezas.

Y esto es lo que sacamos.

800 indios trabajan para m�
en 200.000 acres de tierra ganada al r�o.

Son pasto de piojos, mosquitos
y de otras enfermedades de la selva.

Y todo por esto.

Para que sus amigos desayunen
chocolate en Nueva Orleans.

Ahora en un radio de 15 km
todo est� civilizado.

Cuando llegu�, estaba rodeado de selva.

De la selva virgen,
donde nadie tiene nombre

y la �nica ley es la de la supervivencia,
aunque se viva como un animal.

En la selva, el hombre es un animal m�s.

No puedo creerlo.

�Kutina!

Este es Kutina, uno de los cuatro
primeros que trabajaron para m�.

Kutina, te presento a mi mujer.

Dice que es usted muy guapa.

Est� m�s civilizado que el resto.
Como Incacha, que tiene sangre maya.

Los mayas fueron una de las razas
m�s inteligentes del mundo.

Eran matem�ticos,
arquitectos, constructores,

pero estuvieron
mucho tiempo en la selva.

Kutina, ens��ale tu tesoro a mi esposa.

Despu�s de esto, no salga de casa.
All� acaba la civilizaci�n.

C�llate.

Algo le pasa a ese p�jaro.

No ha dicho nada desde hace d�as.

Hasta ahora.

De hecho, ha hablado m�s que usted.

Todo lo que digo
parece empeorar la situaci�n.

- Procuro no irritarle.
- Ya lo he notado.

Eso es lo irritante.

Estoy muy cansada.

Buenas noches.

Se�ora.

El perfume que lleva, �es uno
de los que hice traer para usted?

No, es m�o.

- �Por qu� no est�s en la cama?
- �M�s deprisa?

No. Vete a la cama.

No cerr� con llave. Nunca lo hago.

No lo cre� necesario.

Mi perfume...

�No es suficiente para usted
el perfume que yo quer�a que llevara?

�Ni siquiera lo ha abierto?

�Es mi mujer!

�Parece que lo ha olvidado!

Pero es mi mujer.

Me da l�stima.

- No volver� a ocurrir.
- Eso no es lo que quer�a decir.

No me interesa lo que opina sobre m�.

Quiero que se marche.

Le dar� el dinero que necesite.

El suficiente como para recompensar
el haber venido hasta aqu�.

Mandar� a unos emisarios y el barco
estar� aqu� en pocas semanas.

- �As� acabar� esto?
- S�.

Me equivoqu� al casarme
con una desconocida.

- Usted se equivoc� al venir.
- Yo sab�a lo que buscaba.

Lo hubiera arriesgado todo. La fuerza
que me falt� con mi primer marido.

- Era un d�bil.
- Como usted.

- Su debilidad es su orgullo.
- S� que soy orgulloso.

Demasiado orgulloso para aceptar
lo que dejan otros.

Puede que no entienda lo que significa
para m� que haya venido.

Ya le he dicho
que ten�a 19 a�os cuando llegu�.

Antes no hab�a tenido tiempo
para mujeres.

En la selva existe un nombre
para aquellos

que entran de noche
en los poblados ind�genas.

Nadie me lleg� a llamar por ese nombre.

Dijo que no sab�a nada de mujeres.

Tiene raz�n. No s� nada de mujeres.
Absolutamente nada.

Lo estuve pensando cuando vi c�mo era.

No entend�a por qu� le daba tanta
importancia a mi primer matrimonio.

Luego lo entend�.
Quiz� por eso siento l�stima por usted.

Mandar� que lo arreglen. A partir
de hoy y hasta que llegue el barco,

me ser� indiferente
que cierre o no con llave.

- Christopher.
- Comisionado, �c�mo est�?

- Me alegro de verle de nuevo.
- Es un placer tenerle con nosotros.

Pero �qu� es lo que trae
a Gruber hasta aqu�?

Se queja de que le arrebata los obreros.

Los �nicos que ha perdido
son los que ha matado a trabajar.

Que los hombres se pongan en fila.
Yo le dir� cu�les me pertenecen.

Y bien, se�ale a los suyos.

Estos dos son m�os.

Ya veo c�mo los identifica.

Si le descubro azot�ndoles,
le echo de Sudam�rica al instante.

Aqu� tengo los contratos.

Puede ver las cruces y las huellas
junto a sus nombres.

He de hacerle una pregunta.
�De d�nde sac� a esos dos hombres?

De donde vienen todos. De la selva.

- Que ense�e sus contratos.
- No firmo contratos.

- �C�mo los retiene?
- Se quedan.

Ser� porque no uso el l�tigo.

Seg�n los documentos de Gruber,
son suyos. Hay que devolv�rselos.

Primero los ahorcar�.

- �Por qu�?
- Por asesinar a uno de mis hombres.

Intenta enga�arme.
�D�nde est�n las pruebas?

Eso es lo que qued� de �l.

Esa cabeza tiene muchos a�os.
Esto es rid�culo.

Si insiste, la llevar� a la ciudad
a que la examine un experto.

No. El Sr. Leiningen
es un hombre de honor.

Si dice que hay que ahorcarlos,
que los ahorquen.

Parece que est� todo listo
para la ejecuci�n.

Alto. Bajadlos. �Soltad la soga!

�He dicho que los baj�is!

Cre� que era un farol.
Nunca hubiera permitido llegar tan lejos.

Si va en serio lo de colgarlos,
antes tienen derecho a un juicio.

Si el Sr. Leiningen no los ahorca,
tiene que devolv�rmelos.

La ley no queda clara
en una situaci�n as�.

Tendr� que consultarlo
cuando vuelva a la central.

- No iba a permitir que los ahorcase.
- Eso es lo que pens�.

- Ten�a que impedirlo.
- Contaba con ello.

Termine.

No puedo.

Pues comience de nuevo.

Preferir�a no hacerlo.

Decepcionar� al comisionado
si no toca m�s.

Quiz� la Sra. Leiningen est� cansada.

Cuesta mucho acostumbrarse
a nuestro clima.

En la pr�xima visita
me deleitar� con todo un recital.

Lo siento, pero me habr� ido.

Mi se�ora echa de menos la vida
de Nueva Orleans. Esto es muy aburrido.

- Nos deja.
- Lo siento.

Cre� que le encantar�a esto.

Y me encanta.
Es como lo imagin�. Precioso.

Entonces, �por qu� nos deja?

El Sr. Leiningen
opina que no encajo aqu�.

Al comisario no le interesan
nuestras diferencias.

No quiero que nadie piense que me voy
porque no me gusta esta tierra.

Sus motivos
no le importan al comisionado.

Disculpe, pero eso no es cierto.

Me entristecer�a saber
que a la se�ora no le ha gustado mi pa�s.

Siempre recordar�
su pa�s y su amabilidad.

Buenas noches y adi�s.

S�lo buenas noches, Sra. Leiningen.

- �Me permite decirle una cosa?
- No.

�Espera buena cosecha este a�o?

�De veras le interesa?

No.

Pero es mejor conversar que pelearse.

Amigo m�o, cada a�o le veo
un poco m�s solo y m�s endurecido.

Se est� convirtiendo en una piedra.

Espero una cosecha
mejor de lo habitual, gracias.

No quiero m�s. Salgo ma�ana temprano.

�Ad�nde va?

A la cuenca de R�o Negro.

A medio camino
me encontr� a Gruber r�o abajo.

No dejaba de echar pestes por la boca,
as� que volv� con �l.

Yo me encargo de Gruber.
No se preocupe por m�.

Me preocupaba por Gruber.

�Qu� sucede en R�o Negro
para que tenga que ir?

Han llegado unos informes un tanto
extra�os. No hay nada definitivo.

- �Alg�n problema?
- Eso creo.

- �Y el servicio?
- En el poblado. Puede hablar.

Una bandada de p�jaros siji
se dirige al Ecuador.

Incluso los monos
han abandonado R�o Negro.

Algo les est� empujando a irse
y creo que es algo de importancia.

�Como qu�?

- �Cree que se trata de eso?
- Espero que no.

No sucede desde hace a�os.

Lo consult� antes de partir.
La �ltima fue hace 27 a�os.

Ni aunque pasara cada 100 a�os.
Tengo que ir a comprobarlo.

�C�mo piensa ir?

R�o arriba hasta el Baramura
y luego cruzar� el gran r�o.

Ir� con usted. Con nosotros
ir� mi mujer hasta el Baramura.

All� coger� el barco correo.

�Tanto desea que se marche?

Si la marabunta est� en R�o Negro,
me lo agradecer�.

Tal vez sea lo mejor para ella.

Creo que no voy desencaminado
con mis sospechas.

- Parece como si tuviera miedo.
- Y lo tengo.

Usted no, �eh?

�De qu� puede tener miedo?

Hasta ahora, de nada.

Ya lo ha visto todo, �verdad?

Todo menos la marabunta.

- �Qui�n es?
- El Sr. Leiningen. �Puedo entrar?

La puerta est� abierta.

- No est� inquieta.
- No lo estoy, Sr. Leiningen.

Me llamo Christopher.

No se lo he preguntado antes,
pero espero que se sienta c�moda aqu�.

Esta... habitaci�n era la m�a.
Pens� que le gustar�a.

Mucho.

Ya que est� aqu�,
�podr�a abrirme esa puerta?

Parece que se ha atrancado.
Su especialidad es abrir puertas.

Se ha oxidado. Aqu� las cosas...

...se oxidan muy r�pido.

O se pudren.

La selva es corrosiva. Lo engulle todo.

A veces, hasta a los hombres.

�Estaba leyendo... Joanna?

Lo encontr� en su biblioteca. Poes�a.

Yo no suelo leer mucho.

Compr� esos libros a peso.

Encargu� media tonelada de libros.

Pues el que los eligi�
ten�a muy buen gusto.

Fue usted, �verdad?

�Tiene miedo de que descubra
su debilidad por la poes�a?

Tal vez. Como La Fontaine
dice en uno de ellos:

"Cada hombre esconde otros tres:
El que cree que es, el que creen otros

y el que en realidad es".

�Qu� Sr. Leiningen es este?

El �ltimo.

El Sr. Leiningen real...
inseguro, complejo,

un poco pomposo
y, a veces, hasta risible.

Yo nunca me he re�do de usted.

Y le estoy muy agradecido a mi manera.

He escrito una carta

a mi hermano en Nueva Orleans.

Cuando llegue, entr�guesela.
Se encargar� de arreglarlo todo.

Parece ser que me voy muy pronto.

Ma�ana. El comisionado y yo
vamos ir r�o arriba.

Ir� con nosotros
y luego cruzar� el gran r�o.

All� embarcar�
en el barco correo en unos d�as

en lugar de esperar otro mes.

No pens� que tuviera tanta prisa
por desprenderse de m�.

No es eso.
Quiero decir que no tengo prisa.

No quiero desprenderme de usted, pero
no me gusta lo que me est� pasando.

Dir�a que se arrepiente
de lo de esta noche.

Quer�a dejarla en mal lugar.
No suelo ser as�.

No me gusta hacer da�o.

Pues... me lo hizo.

Pero ya lo he superado.

Cuando est� en casa, reconocer� que
era mejor acabar antes de empezar.

Ser� m�s feliz en su ambiente.

Es posible.

Alg�n d�a encontrar�
lo que est� buscando.

Espero que usted tambi�n.

Ya.

Bueno...

Eso era lo que quer�a decirle. Durante
el viaje no habr� tiempo para hablar.

- Esto es el adi�s.
- Lamento que empezara de esa forma.

No s� qu� es lo que sali� mal.

Nunca ser� capaz de olvidar
que estuvo enamorada de otro hombre.

No s� c�mo ser el segundo.
S�lo puedo ser el primero.

Eso es muy importante. Lo s�.

Christopher.

- �Ya no me odia?
- Nunca lo he hecho.

- Volver� dentro de cinco d�as.
- Si es antes, mejor.

- Anoche hablaron los tambores.
- Lo o�.

Anunciaron algo grande.

- �Dijeron qu�?
- No, s�lo que iba a ocurrir algo.

Dijeron que iba a ser muy grave.

- Mejor que vuelva cuanto antes.
- Volver� tan pronto como pueda.

�Est� preparada?

Existen 14 especies de mosquitos
a lo largo de la ruta.

Nosotros estamos acostumbrados.
Con ese vestido lo tendr�n f�cil.

Sobrevivir� como pueda.

Lo est� pasando mal.

Y no se ha quejado ni una sola vez.

Es muy testaruda.

S�. Un defecto terrible. Afortunadamente,
nosotros no lo padecemos.

�Sigue despierta?

S�. �Qu� pasa?

He mirado su equipaje
y he encontrado esto.

P�ngaselo ma�ana.

Esto es para los mosquitos.
Lo hacen los indios.

No huele muy bien, pero funciona.

- �C�mo se usa?
- Dese unas friegas.

- Los efectos duran dos o tres d�as.
- �Le importa?

Gracias.

Me ha despertado algo.

A nosotros tambi�n.

Nos ha costado saber qu� era.

El silencio.

No hab�a o�do nunca un silencio as�.

S�lo hay una manera
de despertar a los que se ocultan.

Quietos.

Nada.

S� que hay algo,
pero no tiene miedo a las armas.

�Qu� hora es?

Las 4:00. Casi es de d�a.
Lo descubriremos por la ma�ana.

No esperaremos hasta entonces.

Preparados para partir. Nos alejaremos
del r�o y atravesaremos la selva.

Est� desierto. Ni un alma.

Este poblado lleva aqu�
m�s de 200 a�os. �Qu� habr� pasado?

No hay signos de violencia.

Ni les obligaron a huir.
Se fueron corriendo.

Se�ora.

Es Gruber.

Parece que le sorprendieron
estando borracho.

Vamos r�o arriba.

No la conozco, pero tendr� que fiarme
de lo que me diga.

�Tiene valor?

- S�.
- �Mucho valor?

- No tengo miedo.
- Que no venga con nosotros.

- No la puedo dejar sola aqu�.
- Se quedar�n con ella.

Cinco minutos. Se largar�n
cuando ya no nos vean en el r�o.

Tendr� que venir con nosotros.

�Y el barco
en el que ten�a que embarcar?

Ya no hay ning�n barco.

All� donde vamos
no queda nada con vida.

- �No hay ning�n mont�culo por aqu�?
- S�, por ah�.

Tenemos que salir
por encima de la maleza.

�Qu� es eso?

Hormigas soldados.
Millones de hormigas en marcha.

Durante generaciones, no salen
del hormiguero. Por una extra�a raz�n

salen, se unen unas a otras
y forman una ola de destrucci�n.

- �Qu� se puede hacer?
- Nada. Apartarse de su camino.

Se dirigen al Sureste, hacia mis tierras.

Llegar�n en una semana.

Seguro que tienen alguna avanzadilla.

Miren.

Les estar� esperando.

- Quiere seguir r�o abajo.
- Tengo que mandar un telegrama.

Le dar� unos remeros frescos.

- �Y usted?
- Ya le he dicho que me quedo.

No se las puede combatir.
Acabar� como Gruber.

Si hay una forma de detenerlas,
las detendr�.

- Piense en su gente.
- En eso estoy pensando.

Eran salvajes. Los saqu� de la selva.

Si me voy, volver�n a la selva
y se acab� la civilizaci�n.

Yo me quedo, y ellos tambi�n.

Si puede retenerlos,
y no creo que pueda.

Se me acaba el tiempo.
Si no le importa, voy a ir r�pido.

Siento mucho lo que est� ocurriendo.

Si lo que quiere es despedirse,
no se moleste.

- �Por qu� no?
- Porque me quedo.

No se queda. Suba al bote.

No.

No quiere que se vayan los indios.

Los necesita y ya han empezado a irse.

Si me voy, si ven que me voy,
�qu� har�n ellos?

�Se quedar� uno solo si me voy?

Es usted una mujer de car�cter.

- Cierto.
- �C�mo? Se han vuelto locos.

Se va a enfrentar a un monstruo
de 30 km de largo y 3 de ancho.

90 kil�metros cuadrados de muerte
agonizante. No podr� detenerlo.

Pero no son m�s grandes que un pulgar.

Est�n organizadas.
Son un ej�rcito entrenado.

Tienen oficiales
y son capaces de pensar.

Eso es lo peor. Son capaces de pensar.

Y yo. Ser� mejor que se vaya.

Ya ha visto lo que pas� en la selva.

En lo que tarda en fumarse un cigarro,
se comen un buey entero.

Arrasar�n la plantaci�n
y a ustedes con ella.

Me quedo mientras tenga
un trozo de tierra que defender.

No le dejar�n ni eso.
Nadie ha podido pararlas.

Y son muchos los que lo intentaron.

�No haga esa locura! �V�yase!

�V�yase mientras pueda!

�No haga locuras, Leiningen!

�No haga locuras, Leiningen!

- �Qu� dice?
- Dice que Leiningen no tiene miedo

y que su mujer tampoco.

Ya vienen las hormigas.

Si quieren irse, que vuelvan a la selva,

como sus padres,
que luchaban entre ellos,

o que se queden con �l y que sean
tan valientes como su esposa.

�Se quedar�n tus hombres?

Esta noche s�
porque est�n avergonzados.

Ma�ana tambi�n
porque no tienen m�s remedio.

He incendiado los botes.

Hubiera preferido que no lo hicieras.

Yo tambi�n.

Pero ya est� hecho. Estamos atrapados.
Ahora tendremos que luchar.

Aseg�rate de cortar todas las ramas
que cuelguen por el foso.

�Crees que el foso las detendr�?

Son criaturas terrestres.
No saben nadar. Incacha, �no es as�?

Los monos tampoco saben,
pero cruzan r�os.

Son m�s inteligentes que las hormigas
y menos que los hombres.

Ya, pero cuando vienen las hormigas,
los monos huyen.

Si atraviesan el foso,
quemaremos toda esa maleza.

Que se coloquen dentro del foso.
Aposta vig�as en los �rboles.

�Christopher?

Pasa. Ven a ver esto.

La he cogido esta tarde.
Es una especie de exploradora.

Una diablilla muy hermosa, �no crees?

La llevo estudiando toda la noche.

El rostro de mi enemigo.

�Qui�n sabe? Tal vez fuera ella
la que me estudiaba.

Incluso una sola es aterradora.

All� por donde pasan,
s�lo respetan su propia vida.

A eso nos enfrentamos.

Si fuera un hombre sensato,
�qu� deber�a hacer?

�Luchar o huir?

Tienes que luchar.
Un hombre como t� no huye.

De todos modos,
no eres un hombre sensato.

De serlo, no habr�as elegido
a tu mujer por carta.

Empiezo a pensar que lo �nico sensato
que he hecho es hacerte venir.

�Por qu� dices eso ahora?

Porque quiz� sea demasiado tarde.

�Qu� ocurre? �Las hormigas?

Siguen avanzando. Est�n a 15 km.

Trae mi caballo y unos puros.

Se dirigen hacia aqu�.

Avanzan a unos 9 km diarios.

Llegar�n ma�ana temprano.

Que se queden aqu�.
Dispara si me necesitas.

Estar� en la presa.

Quiero que no te separes de esa rueda.

Claro. Hasta acabar con la marabunta.

Vig�lala en todo momento.
Se mueven r�pido.

Un hombre normal
no les durar�a mucho. No hay carne.

T� les durar�as media hora.
Mant�n los ojos abiertos.

Atento a nuestras se�ales.
Igual tenemos que anegarlas.

Okima, de los campos de cacao.
La marabunta le dio caza.

Avisa al de la presa
para que deje pasar m�s agua.

Que abra todas las compuertas.
Mientras sea profundo, estamos a salvo.

Ten�as raz�n con lo del piano.

Suena mucho mejor si se toca.

Hay que afinarlo.

Cu�ntame cosas sobre las mujeres.

�Por d�nde empiezo?

Por donde sea.
El tema me parece muy interesante.

En realidad, no hay mucho que contar.

Est�n los hombres y est�n las mujeres.

Son como... cucharas.

Si se parecen, congenian muy bien.

H�blame de las cucharas.

Creo que se te est� desarrollando
el sentido del humor.

M�s que eso, Joanna.

Christopher, por favor...

�Est�s seguro?

Eres mi mujer, Joanna.

Est�n cruzando usando hojas.

Haz sonar la alarma. Intentan cruzar.
Se�al de "m�s agua".

�Los ojos! �Los ojos!

�Hace falta m�s agua!

Algo pasa en la presa.

Dispara en se�al de retirada.

�Christopher!

Mayi. �Y el Sr. Leiningen?
�D�nde est� el Sr. Leiningen?

Christopher,
�por qu� no me has despertado?

- No hab�a motivos.
- Pero mira la casa.

�Qu� has hecho con la casa
y con los muebles?

Los he quemado. No ha quedado nada.
Tan solo nuestra amiga.

Constru� esta casa a mi voluntad.

Como un indio que modela
una mu�eca de barro.

La he destruido de igual manera.

Tard� 15 a�os en levantar mi para�so

y tres d�as en convertirlo en un infierno.

Quer�a mujer e hijos
para conservar lo que he levantado.

Esta es mi heredera.

- Te has dado por vencido.
- No. Me han vencido.

Esa es la diferencia. Lo he perdido todo.

Todo, excepto a ti.
Y dentro de poco, eso tambi�n.

No te abandonar� nunca.

Ahora no tengo nada que ofrecerte.
Quiero que sepas que te quiero.

Eso es todo lo que quiero.

Empezaremos por ah�.
Aqu� nos encontramos.

Y tambi�n aqu� nos diremos adi�s.

Las hormigas siguen ah�
y ya no queda nada m�s que quemar.

�Sabes usarlo?

- S�.
- Ll�valo contigo en todo momento.

�Para qu�?

Para ti, en caso de que las hormigas
lleguen hasta aqu�.

�Y t�? �Que vas a hacer?

Ah� arriba estamos rodeados.

La �nica posibilidad de salvaci�n
es volar esto.

Es una peque�a presa con compuertas.

Contienen las aguas del r�o
cuando suben de nivel.

Ahora est� alto, a casi un metro.

- Es suficiente.
- �Suficiente para qu�?

Para anegar
lo que queda de la plantaci�n.

Le devolver� al r�o todo lo que le quit�.

El aceite me servir� de protecci�n.

Abrid las puertas.

El agua ha desaparecido.
Van a abrir las puertas.

�Christopher!