All language subtitles for Third Man on the Mountain (Ken Annakin, 1959) ESPANHOL

Rudi, �so�ando otra vez?

Son cuatro platos, tres tazas
y un plato en lo que va de la semana.

Est�s rompiendo tu propio r�cord,
muchacho.

Si estuviera demasiado oscura,
Yo habr�a puesto hasta un ciego en esa ventana.

Y date prisa con los platos,

o el agua se enfriar� y los platos
quedar�n cubiertos de grasa.

Todos los d�as es lo mismo. Nunca hay un
momento para hacer algo correctamente.

�ste es tu trabajo.
Deber�as estar haciendo esto.

�Oh, no!, me vas a
hacer lavar todo lo siguiente.

Casi es la hora para que los turistas
est�n de vuelta de su ascenso por la ma�ana,

hambrientos como lobos y muy
dif�ciles de complacer.

Si s�lo sus escaladas
fuesen tan buenas como sus apetitos,

la Ciudadela habr�a sido subida
100 veces hasta ahora.

No. Todo lo que hacen
es venir aqu� a comer.

Me pregunto si son
tan particulares en su casa.

�ste no quiere saber nada de ajo,
�ste quiere otra cosa.

El resto
quieren lo que no tenemos.

Rudi, vas a tener que ir por m�
a traer una bolsa de zanahorias.

�D�nde est�?

- �Rudi!
- Algo huele bien.

Algo huele.

�D�nde est�?

Acaba de pasar por el
jard�n trasero de la se�ora Gertz.

Su perro siempre le ladra.

Sab�a que iba a pasar hoy.
Desde el momento en que me despert� esta ma�ana.

- Entonces, �por qu� no lo detuviste?
- �Detenerlo? �Teo!

- �Tratar�as de poner el viento en una botella?
- �Qu� tipo de conversaci�n loca es �sta?

Es eso lo que voy a decirle a tu padre
cuando se entere que el ni�o se ha ido otra vez.

No, pero se me ocurrir� algo.

S�. La verdad.

Esta vez, ya lo ver�s.

�El viento en la botella!...
Voy a embotellar el viento para ti.

Me lo imaginaba. Lo vi desde la ventana.

�Qu� pasa con lo que ten�as que hacer?
Fuiste a la casa del chico. Su madre est� enferma.

- No me muerdas la cabeza.
- �Est�n listas las mesas, las copas tienen az�car?

- �Tienes tiempo para perder?
- Bueno, yo...

Teo, la pr�ctica lo muestra.
Eres un maravilloso mentiroso.

Ya balbuceaste y tartamudeaste.

Yo debo salvar mi pellejo. Se supone que debo
estar a cargo de ese joven canalla.

Ahora, d�jame en paz.
Tengo trabajo que hacer.

- Debe estar casi en el prado alto.
- �Puedes ir a otro lugar?

No es apropiado que la hija del propietario
se quede siempre alrededor de la cocina.

�Te acuerdas de cuando nosotros tres
�bamos a Felsberg en tu d�a libre?

Llev�bamos almuerzo
y le ense�abas a Rudi.

S�, bueno, esos d�as
se han terminado.

Promet� no volver a mencionarle
las monta�as a Rudi de nuevo.

Y yo soy un hombre de palabra.

Monte d'Oro.

Wunderhorn.

Y usted.

Y usted.

��Hola!!

�Y usted!

��Hola!!

��Hola!!

�Ayuda!

Espera. Te voy a sacar.

��sa es toda la cuerda que tienes?

S�, pero ya se me ocurrir� algo.

Listo.

Mant�ngase en movimiento.
Debe mantenerse en movimiento.

P�ngase de pie.

Voy a estar bien.
S�lo d�jame recuperar el aliento.

- �Por qu�?... eres s�lo un muchacho.
- No trate de hablar, se�or.

- �C�mo has llegado hasta aqu�?
- Yo vengo aqu� todo el tiempo. No es nada.

�Nada? S�lo me salvaste la vida.

- Debe haber un error.
- �Por qu�?

Yo no podr�a haberle salvado la vida.
Usted es el capit�n Winter.

Eso es correcto.
Pero, no hay ning�n error.

Pero, �c�mo pudo haber
ca�do en una grieta?

Porque yo estaba demasiado ocupado mirando una
monta�a para ver lo que hab�a en mis propios pies.

- �Esa monta�a?
- S�.

Esa monta�a.

Dime, �por qu� est�s tan interesado
en esa monta�a?

Mi padre muri� en ella.

�Tu padre? �Cu�l es tu nombre?

- Rudi Matt.
- �Hijo de Josef Matt!

- S�, se�or.
- Deber�a haberlo sabido.

�Qu� piensas t�, Rudi?
�Se puede subir?

- �La Ciudadela?
- Tu padre lo cre�a.

De todas los gu�as en Suiza,
�l era el �nico que pensaba as�.

Yo tambi�n.

�Por eso estamos en Kurtal?
�Vas a tratar de subir a la Ciudadela?

No es tan simple como eso.

No hay un gu�a en el conjunto
de Kurtal que ir�a conmigo.

- �Podr�a hablar con mi t�o, Franz Lerner?
- Habl� con �l. No quiere saber nada de ello.

Cualquier otro pico, cualquier otra aventura.
Pero no a la Ciudadela.

Quiz�s me vaya al siguiente valle,
a Broli.

- Hay un gu�a cuyo nombre es Saxo.
- �Emil Saxo?

S�. Pero primero quiero ir a reconocer
algunos m�s, elegir un camino.

Si hay una ruta.

Hay una ruta.

�Qu� te hace pensar eso?
Nadie lo ha hecho.

Porque quiero.
Yo creo en la historia del viejo Teo.

- �El viejo Teo?
- Otro gu�a que estaba con mi padre.

�Qu� es lo que
el viejo Teo dice?

En ese �ltimo d�a,
Sir Edward y Teo esperaron en una cornisa,

mientras mi padre se fue por su cuenta.

Cuando volvi�, ten�a una mirada extra�a,
hab�a emoci�n en su rostro.

Pero antes de que pudiera decirles
lo que hab�a descubierto,

la avalancha lo arrastr�
hacia abajo de la monta�a.

Sir Edward fue herido y mi padre se qued�
con �l, mientras que Teo fue a buscar ayuda.

S� el resto, Rudi.

Tu padre se quit� la chaqueta y el su�ter
y envolvi� a Sir Edward con ello.

Y al final, su camisa, se�or.
Lo cubri� con su camisa roja.

Me gustar�a haberlo conocido, Rudi.

Buenas noches, se�oras.

- �Han tenido un buen momento, se�ores?
- Muy emocionante. Magn�fica vista.

Le da un apetito maravilloso.

- Una buena cena le espera.
- Gracias.

�Norteamericanos, Lizbeth!
El mundo est� llegando a mi hotel.

Les confund� con ingleses.

Con mucho gusto habr�an pagado 20 francos
en lugar de 10.

�Nos puede asegurar
que tenemos todo lo que necesitamos?

S�, se�ora. pero tal vez
podr�a llevar un buen portador.

Entonces, nos encontramos
en el hotel a las 10:30.

De acuerdo, se�ora.

De acuerdo, se�ora.

- �A qui�n est�s buscando? Ya estoy de vuelta.
- �Estabas lejos?

Esta noche canta un grupo coral.
Estar�a encantado de tenerte.

Sin embargo, gracias.

Estar�as mejor conmigo
que con el raspador de los platos.

Te preocupas por m� demasiado, Klaus.
Rudi no me ha invitado...

Pero si �l ...

Lizbeth, espera.

Buenas noches, se�or Lerner.

O� que el gran capit�n Winter, hac�a
preguntas en Kurtal acerca de la Ciudadela.

- Todo hombre tiene su debilidad.
- S�, y es por lo general en la cabeza.

Franz est� en camino.
�Qu� vas a decirle?

T� tienes la pr�ctica. Dile algo.

- Buenas tardes, Lizbeth.
- Buenas tardes, se�or Lerner.

Teo. �D�nde est� el muchacho? T
ardes, Gretchen.

- �Quieres decir que Rudi...?
- �Qui�n m�s?

Como usted puede ver, �l no est� aqu�.
Lo envi� en una misi�n.

�Est� todo bien, entonces?
�Se comporta bien?

Muy bien.

Yo s�lo pens� en una ca�da

Se�or Lerner, le dir� a su hermana
Lo siento, �ella est� enferma?

- �Qui�n dijo que mi hermana estaba enferma?
- �No es lo que dijo?

- No es por eso ... Rudi
- Siempre interfieres...

�Por lo tanto, es eso otra vez!

Y t�, Teo,
lo fomentas y defiendes.

- Una mentira encima de otra.
- Siempre hay una mujer entrometida.

- Me has mentido.
- �Qui�n eres t� para esperar privilegios?

Teo, el se�or Lerner, siente mucha molestia
por un unos pocos platos sucios.

Es una cuesti�n de principio.
Aqu� es donde el muchacho trabaja.

�Por qu� siempre le llam�is "el muchacho"
como si fuera un mueble?

Porque es un muchacho
y aqu� es donde debe estar.

- �Porque t� lo dices?
- Se acord� de mantenerte fuera de este.

Lo tengo, y tengo la intenci�n.
Pero todo va a ser lo mismo al final.

No est� en la sangre
estar encerrado en una cocina.

Un d�a la sangre le va a hervir,

y no ser�s capaz de detenerlo m�s
... �C�mo se dice?

como no se
puede embotellar el viento.

�Embotellar el viento? Hay algo
pasando a mis espaldas.

�Deja de rugir! �Desea el se�or
Hempel pensar que estoy cocinando un toro vivo?

Dime, �qu� haces en el pueblo, Rudi?
�Eres aprendiz de gu�a?

- No, se�or.
- �Qu�, entonces?

- Soy lavaplatos.
- �El hijo de Josef Matt?

Yo tomar� el camino, se�or,

pero primero tengo que pedirle un favor.

No le diga a nadie que me vio.

�Que no le diga a nadie? �Despu�s de lo ocurrido?
�Por qu�? Eres muy modesto, Rudi.

Por favor, se�or. Si mi madre y mi t�o lo saben,
tendr� problemas.

- Muy bien, no te meter� en problemas.
- Gracias.

Ya sabes, Franz,
tal vez si hablo con Herr Hempel,

Rudi podr�a trabajar en otra parte
del hotel, lejos del casco antiguo de Teo.

�Cu�l es la buena?
Ah� todav�a estar�a Lizbeth.

He pensado en
hablar con Lizbeth.

�Y el riesgo de ofender
a Herr Hempel? No, Ilse.

D�jalo que salga de ella.

El verano vendr�, el muchacho se ir� a
Z�rich para su formaci�n en los negocios.

All� aprender� que hay otro mundo
m�s all� de las monta�as,

olvidar este sue�o obstinado
de ser gu�a.

Es como una enfermedad.
Una maldici�n.

Como si la monta�a malvada
lo quisiera tambi�n.

Deja de pensar as�, Ilse,
que todo se arreglar�.

D�jame que lo maneje.

Creo que llego tarde.

Es que estaba muy ocupado
en el hotel ... hoy.

Hab�a un mont�n de platos.

S�. Yo los vi.

Tambi�n he escuchado un mont�n de mentiras.
Suficiente para un d�a.

No quiero escuchar nada m�s.

Despu�s de dar tu palabra, Rudi.
�Por qu�?

No s�.

- �No sabes?
- Quiero decir que no ten�a intenci�n de esa manera.

Sin embargo, desde la cocina,
Yo pod�a ver el sol en las monta�as.

El sol en las monta�as, pero no
el futuro que puede tener con Herr Hempel.

- �l est� tan interesado en ti.
- Pues yo no le pido que est� interesado en m�.

No, te lo entregaron
en bandeja de plata.

Y no por ti,
sino por lo que eres.

Tu padre trajo a los turistas a Kurtal,
escaladores de todo el mundo.

- Herr Hempel le debe su hotel.
- �No lo ves, Rudi?

Tiene la oportunidad de ir m�s lejos
que cualquier otro muchacho de la aldea.

Alg�n d�a podr�as incluso ser el titular
del Monte D'Oro Hotel.

�No ves que tu vida puede ser mejor
que escalar en roca y hielo?

- No.
- M�rame, Rudi.

Durante 20 a�os he sido gu�a.
Uno de los mejores.

�Qu� me queda?

No he ahorrado lo suficiente
ni para comprar una docena de vacas.

Y mira lo que ser gu�a
hizo con el Viejo Teo.

Lisiado. Tocado en la cabeza.

No importa lo que digas, sigue siendo qui�n
subi� m�s que ning�n otro hombre en Kurtal.

- Es el �nico hombre vivo que ...
- Rudi.

Eso es correcto. Para y piensa por un momento
en otra persona.

Podr�as hacer algo para tu madre
por lo que ella sufri�.

- �Ad�nde vas, Rudi?
- Vuelvo al hotel para terminar los platos.

�El capit�n Winter!

Disculpas, Franz.
Lo busqu� en el pueblo.

�Disculpas, capit�n?
Es un honor para m� y mi hermana.

El honor es m�o
poder cumplir con la viuda de Josef Matt.

- Y este es su hijo, Rudi.
- Hola.

�No le gustar�a sentarse, capit�n?

Yo s�lo quer�a ver si usted estar�a
disponible para escalar ma�ana.

Por supuesto.

Es decir, si usted no piensa en ...

No, no es la Ciudadela. Yo estaba pensando en
la Wunderhorn. He o�do que es una buena subida.

- Eso es cierto, y es una buena vista.
- Es la opini�n que me interesa.

Saldr�amos a mediod�a, pasar la noche
en el refugio y llegara la ma�ana siguiente.

Eso significar�a llevar alimentos y mantas
y, probablemente, un portador.

Por todos los medios un portador.
�Qu� pasa con Rudi?

El chico trabaja en otro lugar,
pero voy a encontrar un buen hombre.

Por favor, t�o.
S�lo por esta vez.

- �Te has olvidado ya?
- Pero esto es diferente.

- Ir con el capit�n Winter...
- �Basta!

Rudi, �qu� locura es �sta?

Incluso si te dijera que s�,
no podr�as hacerlo.

Puedo. El capit�n Winter...
Puedo. Por eso preguntaba por m�.

�Cu�ndo puso los ojos en ti
el capit�n Winter?

Parece que nuestro secreto
est� fuera, Rudi.

Rudi y yo nos conocimos en el glaciar
esta tarde.

- �Y �l le dijo que era portador?
- No, no.

Pero es un placer para m� decirles que
esta tarde, este muchacho me salv� la vida.

�A ti!

�Qu� te pasa?
�Has perdido lo poco que ten�as en la mente?

S�. Quiero decir, no. Espere...
Ma�ana, voy a la Wunderhorn.

- �Rudi!
- Te debes haber golpeado la cabeza.

- Como portador del Gran Capit�n Winter.
- Se ha golpeado la cabeza.

Te dije que no pod�a detenerlo.
Est� huyendo.

No esta vez. Mi madre y mi t�o
han dado su permiso.

He hablado con Tony Bassler.
�l lavar� los platos por m�.

As� que finalmente han aflojado
Ser�s gu�a, despu�s de todo.

Bueno, s�lo ma�ana,
y s�lo para el capit�n Winter.

Sin embargo, valdr�a la pena que
fuera el �ltimo d�a de mi vida.

Puede muy bien.
Ahora, tranquilo.

Recuerda que nunca has subido
a ninguna parte antes.

�Qui�n lo utiliz� para ir
para la pr�ctica de la monta�a con nosotros?

Un viejo gru��n.
S�lo hay que o�rlo.

Lentamente un pie, luego el otro.

- Hasta que lleguemos.
- Fuera de mi armario.

Est� esper�ndonos.

Una vaca de tres patas
podr�a hacerlo mejor que t�.

Muy bien, r�mpete el cuello.

Apoya la espalda,
deja de abrazar la roca.

Lizbeth, �d�nde est�s?

- �Qu� pasa aqu�?
- S�lo me ca� de la Wunderhorn.

�En pijama?

Vuelve a tu habitaci�n, Lizbeth.

Del capit�n Winter. Para ti.

- Es importante, dice.
- Ha cambiado de opini�n.

�Qu� dice?

Lee la �ltima parte.
Quiero que Teo pueda escucharlo.

"S�lo una peque�a muestra
de admiraci�n y gratitud

de su amigo y compa�ero escalador,
John Winter."

- �Qu� puedo hacer por ti, muchacho?
- Tengo una nota, se�or.

Buenos d�as, se�orita.

Herr Burgener no tiene sus gafas
y estamos en un gran apuro.

Esto es lo que dice.

"Estimado Rudi, si quieres ir
a la tienda de Alex Burgener,

Tiene con una orden para ti,
de algunas cosas que pueden serte �tiles. "

"Es s�lo una peque�a muestra
de admiraci�n y gratitud

de tu amigo y compa�ero escalador,
John Winter. "

�Rudi!

Ah� est�.

�Pero est� usted seguro, se�or?
Estas botas, son las mejores.

Lo mejor. El capit�n Invierno
ha estado adentro. Es lo que �l orden�.

Te recomiendo que las pruebes, camina
una hora o algo as�, acost�mbrate.

�Por qu� no hubo antes un rico ingl�s
que me esperara en una grieta?

Para ser un gu�a,
no es demasiado fuerte de constituci�n.

Tampoco lo era su padre. Es bueno ver
que otro Matt va a la monta�a.

Ma�ana, Klaus.
Buen d�a para dar un paseo.

- Buenos d�as, Franz.
- Capit�n.

Para mantenerte a salvo.

Vamos, Rudi.

Rudi, esto es un poco diferente de
vagar por las colinas como una cabra montesa.

Bien hecho, Rudi.

Parece que no est�s solo.

No, Johann Fieniger
trajo un grupo esta ma�ana.

Algunos de sus compatriotas.
Tambi�n un franc�s y un italiano.

Bueno, la noche no ser� aburrida.

Amigo, si usted quiere un poco de deporte,
tiene que venir a mi pa�s.

- Lo mejor por subir est� en Italia.
- �Cu�ntas veces tengo que dec�rtelo?

Eso es todo por esta noche.

A lo largo de la historia, los franceses
han estado subiendo monta�as.

Mucho antes de que la historia
hablara de los franceses,

Los romanos, mis antepasados,
ya estaban como en casa en los Alpes.

�Por qu� insistir en la gloria pasada
cuando tenemos el presente?

Se�ores, yo les ofrezco a John Winter,
conquistador de 50 monta�as.

Y por casualidad, un ingl�s.

John Winter.

John Winter.

Gracias. S�, por casualidad,
soy ingl�s.

�Pero no est�n todos los que escalan monta�as
considerados una raza aparte?

- S�.
- Es cierto.

�Puedo rendir homenaje a uno que ya es
una leyenda, pero no tan lejos de nuestro tiempo?

Hablo, por supuesto,
del gran gu�a, Josef Matt.

- �Muy bien!
- Hab�a un hombre de la monta�a .

- Hab�a un hombre.
- Y que su hijo mantenga vivo su nombre.

- Gracias.
- Ahora a la cama.

Pero yo no estoy cansado.
Podr�a quedarme despierto toda la noche.

Hasta que vayas, o te pongo ah�.

Vamos, Rudi.
Necesitas dormir.

Buenas noches, Rudi.

Buenas noches, Rudi.

Johann, �d�nde es
su desaf�o de ma�ana?

Vamos a hacer una traves�a por
la cara este, y tratar de escalar la chimenea.

No ha sido subida antes, pero
siempre he tenido la idea de que si pudi�ramos...

Buen chico.

- �No cedas aqu�!
- Hasta ahora, todo bien.

Un momento, Franz.

Viendo esto siento por
quien nunca haya subido una monta�a.

Yo tambi�n.

Sucede todos los d�as
y no lo saben decenas de millones de personas.

Vamos, capit�n.
A�n nos queda esta cara para subir.

Mire, se puede ver la caba�a,
donde mi padre se qued� la �ltima noche.

Nadie ha estado all�
desde entonces.

Vamos, Rudi.
Eso no es lo que vinimos a ver.

- Eso es lo que vine a ver, Franz.
- �No va a la parte superior, capit�n?

- No.
- En ese caso, tambi�n podr�amos comer.

Bueno, ah� est�. La Fortaleza.
Eso es lo que siempre se interpone en mi camino.

Dime, amigo. �En el intento de Josef Matt
quiso llegar por encima de la fortaleza?

- No, solo a la base.
- S�, pero estoy seguro de ...

He o�do que encontr� una ruta. Si lo hiciera,
debe haber sido alrededor de la cara este.

- Bueno ...
- �Qu� te parece, Franz?

Yo no creo en ello.
No s� nada de la Ciudadela.

- �No te gustar�a saber?
- No, no.

Se trata de una monta�a del mal.
Una monta�a asesina.

Que ha sido dejada sola durante 16 a�os.

Y es mejor que est� sola... para siempre.

�Rudi!

�Qu� pasa?

Rudi, qu�date donde est�s.

�No, capit�n! Voy por �l.

Soy m�s alto que t�.
Es m�s f�cil para m� volver atr�s.

�l es mi sobrino y
mi responsabilidad.

Espera, Franz.

No se sostendr�.

Listo, puedo tenerte ahora.

Lo siento, t�o.

�Qu� pasa, Rudi?

Pens� que hab�a
encontrado una ruta mejor.

Mant�ngalo en esa posici�n.

�Ahora!

�Puedes verlos?

S�, vienen bajando
la monta�a, pero ...

Pero, �qu�?

Cuando el portador camina entre el cliente
y el gu�a, �significa algo?

S�, Lizbeth. Me temo que s�.

No te preocupes, hijo.
Todos cometemos errores.

�Y el otro d�a
cuando me fui directamente a una grieta?

Buenas noches, capit�n.

Tengo que hacer en Ginebra, as� que pens�
aprovechar el mal tiempo.

�Pero va a volver?

T� sabes que voy a volver.

Franz, podr�amos subir
la Ciudadela juntos.

Y tambi�n que yo prefiero tenerte conmigo
antes que a cualquier hombre en el mundo.

S�, me gusta subir con usted tambi�n.
Pero no a la Ciudadela.

�Vas a hacer esto conmigo?

Pi�nsalo mientras estoy fuera.
Cuando vuelva, hablaremos de nuevo.

Una cosa m�s. Sobre el muchacho.
No seas demasiado duro con �l.

El muchacho est� bien.
Ya ha vuelto d�nde debe.

Vamos.

Buen chico, Rudi.
No ceda aqu�.

su hijo puede
mantener vivo su nombre.

�Pero t�,
ten�as que seguir!

- T� tuviste que ir a ...
- Rudi. Es hora de que est�s en el hotel.

No te olvides de
ponerte una camisa limpia.

- �Madre! �D�nde est�n?
- Tu t�o se los llev�.

- Pero �l no ten�a ning�n derecho. Eran m�os.
- El hacha y la mochila se pueden utilizar.

Las botas va a tratar de venderlas
a otro gu�a en el pueblo.

El dinero, por supuesto, ser� tuyo.

�No pod�a dejar que me quede mis botas?

Un barrido limpio
siempre es mejor, Rudi.

Ser�a una l�stima dejarlos en un
armario sin ning�n uso.

- Buenos d�as, Rudi.
- �De d�nde las has sacado?

De tu t�o Franz.

- �Por qu� te las dio a ti?
- Porque es un hombre de negocios.

Y yo estaba en condiciones de pagarle
10 francos m�s que Klaus.

�A Klaus? �Con mis botas!

Perd�n, que ahora son mis botas.

Disculpe. Sus botas, se�orita Hempel.

- Te vimos bajar de la monta�a.
- Ced�.

- �Sabes qu� pas�?
- No exactamente. �Qu� hiciste?

Lo peor. Lo peor
que le puede pasar a un gu�a.

Hice que otras personas arriesgaran su vida.

Avergonc� a mi t�o y lo peor es que
el capit�n Winter ha perdido la fe en m�.

T� puedes cambiar eso.
Despu�s de todo, �l va a volver.

�Es as�? �Est�s segura?

No, nunca subir� de nuevo.

No me gustar�a hacer incluso un gu�a peor
de lo que ser�a el lavavajillas.

Hablas como Klaus Wesselhoft.
S�lo �l se jacta de que es el mejor.

T� acabas de lloriquear que eres el peor.

- �Rudi!
- �Tienes algo que decir?

No es muy importante. Sin embargo, debo...
�Me pedir�s prestadas mis botas ...?

No, gracias.
No quiero tus botas.

Las encontrar�s en la
caja de madera de Teo.

�Una caja de madera?
�Quieres que las ratas se las coman?

La caja de madera donde la gata tiene
los gatitos. Y voy a ponerlas con cuidado.

- En primer lugar, dalas aceite. Y no te olvides.
- No lo voy a olvidar.

- El d�a de ma�ana, �no?
- S�.

Creo que me coger� el d�a libre.

Gretchen puede darles ceniza.

- Nos vemos en mi casa a las ocho de la ma�ana.
- �Qu� quieres decir? �Ad�nde vamos?

Al Felsberg.
Vas a volver a la escuela.

- El pr�stamo de las botas, se�orita Hempel.
- A cambio de su paquete, se�or Matt.

- Ten cuidado, esos son mis buenos.
- A ver c�mo tratas a mis botas.

Vamos, esto no es un picnic.

Ahora veremos de una vez por todas

si eres escalador
o lavavajillas.

Lo haremos. �Qu� cara voy a subir?

�Esa peque�a cosa?

No ser� f�cil de llevar esto.

Pero no puede esperar que yo ...

Deja que te ayude, Teo.

Eso me va a hacer perder el equilibrio.

En una monta�a real,
�c�mo prefieres estar?

�Un poco desequilibrado o muerto
de fr�o y de hambre?

Sigue adelante, hasta arriba.

Vamos.

Te echo una carrera a la primera repisa.

Una vaca de tres patas
podr�a ir m�s r�pido que t�.

�Eso es lo m�s lejos que ir�s, Lizbeth!
�Nada de tonter�as ahora!

Rudi, est�s llevando una carga, una carga.

Un verdadero gu�a lleva su mochila
como si fuera parte de su cuerpo.

Hay una diferencia, ya sabes.

�Vamos! No hagas un nido ah�.

Tendr�s que hacer m�s
si te paras.

Teo, he estado arriba y abajo de la monta�a
e hice todo lo que pediste.

�Por qu� no dices algo?

�Qu� quieres que diga?

�Lo hice bien en la subida?

Muy bien.
Pero en realidad no cuenta.

�No cuenta? �Por qu� no?

Porque te subiste solo.
Un gu�a no sube solo.

Todo el mundo sabe eso.

�Alguna vez te paras a pensar
a lo que la palabra "gu�a" se refiere?

No significa que suben a
un lugar alto y no se caen.

Significa dirigir a otros, ayudar a los dem�s,
pensar en los dem�s antes que en s� mismo.

El otro d�a, esa necedad
en el Wunderhorn, �c�mo sucedi�?

Te lo dije. Estaba buscando
una mejor manera de ir hacia abajo.

Creo que estabas buscando una manera de
impresionar al capit�n Winter y a tu t�o.

Tal vez.
El capit�n Winter era mi �nica oportunidad.

�l sigue siendo mi �nica oportunidad.

Entonces hiciste algo de lo que avergonzarse.
Buscabas la alabanza y sacar provecho.

Dos cosas que tu padre nunca busc� y
�l era el mejor escalador de todos.

Pod�a ir a lugares que
otros hombres s�lo podr�an so�ar.

No muri� por una monta�a que
era demasiado alta, ni por la conquista o la gloria.

Dio su vida porque pensaba
solamente en el hombre a su cargo.

Bueno, hay una cosa m�s.

- �Por qu� haces eso?
- Voy a subir a la cima.

�Teo!

Si un profesor no puede confiar en su propio alumno,
�por qu� lo har�a otro?

- �D�nde crees que vas?
- Yo voy, tambi�n.

No, no ir�s.

�Prefieres ir descalzo,
o usar mis botas?

Muy bien, vamos.

�Y ahora, nuestro haz de le�a!

- �Est�s lista?
- S�, estoy lista.

Ag�rrate fuerte.

- �Est�s bien ah� abajo?
- No te preocupes por m�.

�Sientes lo que pasa?

�Por supuesto!

No est� mal, muchacho.
No est� nada mal.

Podremos hacer un gu�a de �l todav�a.

Tendr�s que buscar
otro lavavajillas.

Cuando el capit�n Winter vuelva ...

�El capit�n Winter, el capit�n Winter!
�No puedes pensar en nadie m�s?

S�, en ti.

�En m� qu�?

No s�.

Supongo que nunca me detuve a pensar.

�Vamos, vamos!

�Es posible que me preguntes si voy a ser
tu pareja ma�ana por la noche en el festival?

- Bueno, ser�s t� , �no?
- �Ah, t�!

S�lo quer�a saber tus planes desde
que Klaus Wesselhoft me lo pidi�.

�Klaus Wesselhoft?

En primer lugar mis botas, ni�a.
�Voy a darle un pu�etazo en la nariz!

Rudi, deber�as escalar una monta�a
todos los d�as.

Quemados. Todos y cada uno de ellos.

Bueno, espero
que hayan disfrutado.

Que es m�s de lo que se puede esperar
para los invitados, p�cara perezosa.

Como he dicho al se�or Hempel,
no fui contratada para cocinar.

Ah, y ahora que lo recuerdo,
el capit�n Winter estuvo aqu� de nuevo.

- Teo, �escuchaste?
- Estar�a sordo si no lo ha hecho.

- Quer�a decirte adi�s.
- �Adi�s?

Se acerc� a hacer planes
con tu t�o y no funcion�.

De todos modos, lo dej�.

�Lo dej�?
�Quieres decir que ha dejado Kurtal para siempre?

Es mejor que
empieces algo para la cena.

- �Vamos, vamos, vete!
- Muy bien.

�Dos veces la tarifa usual,
si me suben a la Ciudadela con �l!

Una suma as� habr�a sido
suficiente para comprar un caballo.

Y el hombre necio
podr�a haber sido tentado.

Pero �cu�l es el uso de un caballo
para un hombre muerto?

- Hiciste bien, Franz.
- Por supuesto que hice bien

Cualquier otro gu�a en su sano juicio
habr�a hecho lo mismo.

Tu t�o est� en buena forma esta noche...

Es el que establece la ley en este pa�s.
�Lo oyes?

Ahora escucha, muchacho.

No puedes dejar que el ingl�s, ni nadie,
te haga parecer el fin del mundo.

En la escalada, si no puedes obtener el
asidero que deseas, toma un segundo lugar.

Y el segundo mejor es tu t�o.

�Por qu� no vas all� ahora y
le abordas en este estado de �nimo?

Dile que ma�ana est� listo
para salir de nuevo como su portador.

- Oh, no va a funcionar.
- �C�mo lo sabes?

No sab�as que podr�as llevarnos a la parte
superior de la Felsberg hasta que lo intentaste.

- Vamos, int�ntalo.
- S�, adelante.

S� que cada gu�a
en el pueblo siente lo mismo que yo.

No somos tontos. Sabemos
cuando algo es imposible.

Sigue adelante.

"Capit�n, usted me ha hecho una oferta,
y ahora voy a hacerte una igual de buena. "

Le dije: "voy a subir con usted, no por
el doble de la tarifa usual, pero s� por la mitad. "

"Cualquier monta�a que le guste, cualquier pico
del Weisshorn de la Catedral. "

�l no quiere eso.
Lo �nico que quiere es ir a la monta�a maldita.

- Ese hombre est� obsesionado. Est� loco.
- No es una locura.

Yo pagar�a al capit�n Winter si
me lleva cuando suba la Ciudadela.

�T�?... t� tendr�as que pagar.

Pero, �d�nde en Suiza
hay todo ese dinero?

Vuelve a tus platos
antes de que pierda la paciencia.

�Qu� est�s haciendo aqu�?

He venido a decirte que no importa lo que pase,
he decidido ser gu�a.

- �Qu� dices?
- El capit�n Winter vino a verme.

Si todav�a cree en m�, �por qu� no?

El capit�n Winter es famoso
por creer en lo imposible,

pero dudo que ni siquiera
�l ir�a tan lejos.

Ten cuidado, muchacho. Te lo advert�.

Por favor, t�o. �No vas a intentarlo conmigo?
D�jame ser tu portador.

- No.
- �Por qu� no?

Porque tengo dos manos,
dos piernas, una cabeza.

Necesito los de mis clientes
y cuidar de m� mismo.

Ahora, vuelve a donde perteneces.

Salimos temprano, �no es as�, se�or Lerner?
Creo que voy a irme tambi�n a dormir.

�Lo has o�do?
Lo mismo hizo todo el pueblo.

Ahora todo el mundo sabe que no soy bueno.
Mi propio t�o no me tiene en cuenta.

Que se vaya, Teo.
No hay nada que podr�as decir.

Pues bien, temo que perdiste ese socio
para el festival de ma�ana, pero yo...

Buenas noches, Teo.

Las sombras de la danza y el juego

Atr�s quedaron las preocupaciones del d�a

La noche est� aqu�

Un p�jaro en la colina

Canta una nana inquietante

Las estrellas m�s brillantes
son las joyas ...

En el manto de terciopelo de la oscuridad ...

Ahora debo prepararme
para anunciar el baile.

Y la brisa suave suspir�

Buenas noches, Valais

Buenas noches

Y ahora, todo el mundo,
quiero que disfruten.

Se inicia el vals.

�Rudi!

�D�nde has estado?
El baile ha empezado ya.

- No voy a ir. No despu�s de la �ltima noche.
- Rudi, olvida lo de anoche.

M�rame a m�.

Es el primer a�o que tengo la oportunidad
de llevar el vestido de mi abuela.

Su vestido de novia.

Te ves bien.

Y adem�s guapa.

�De verdad?

Tienes que venir. Si no tendr�
raz�n, alguien que dijo que no lo har�as.

�Qui�n lo dijo?

�Qu� m�s da
siempre y cuando no sea cierto?

Bueno, es cierto.
�C�mo iba a salir?

�Quieres dejar de sentir l�stima por ti mismo?
Es como si te gustara ser infeliz.

Pero yo no. Quiero bailar.

Gracias, Klaus.

�Por qu� quieres bailar conmigo
si podr�as hacerlo con Klaus Wesselhoft?

�l dice que es el mejor
bailar�n en Kurtal.

Has crecido, te va bien
el vestido de la boda de tu abuela.

�No crees que deber�as dejar de
perder el tiempo con el muchacho de la cocina?

S�, creo que deber�a.

Rudi. Rudi.

�Y ahora, la polka!

�Espera que creamos eso?

Es verdad.
Alguien esta noche est� en la Ciudadela.

Nadie ha estado all� desde hace a�os.

Lo hemos visto desde el glaciar azul
cuando estaban encendiendo los fuegos de la baliza.

Ah, est�s so�ando.

Peter, diles
lo que has visto esta tarde.

Humo, proveniente de la vieja caba�a
en la cresta sureste.

- �Qui�n iba a estar ah� arriba?
- Usted no ve el humo de una caba�a vac�a.

Les digo que tiene que haber
alguien ah� arriba.

No es uno de Kurtal,
estoy seguro de eso.

Hay alguien ah� fuera, Emil.

- No puede ser.
- Pero lo es.

�Rudi!

- �Qu� diablos est�s haciendo aqu�?
- He venido a unirme a usted, se�or.

�Unirte a m�?

S�, para subir a la Ciudadela.

Yo s� lo que est� pensando,
pero he aprendido desde la �ltima vez.

Emil Saxo de Broli,
�l es Rudi Matt de Kurtal.

- �Kurtal?
- Hijo del gran Josef Matt.

�Y qu�?

Ven y disfruta de un desayuno, Rudi.
Vamos a hablar de esto.

Si�ntate, Rudi.
�Cu�ndo te fuiste de Kurtal?

Ayer por la noche, se�or.

�Y qu� hicieron tu madre y Franz
cuando les dijiste de venir?

Me dijeron que estaba bien.

�Quieres decir que dieron su permiso?

�Por qu� Franz te dej� venir
si �l no ven�a?

El sol est� alto.
Ser� mejor que nos vayamos.

- �Sale hoy?
- No, hoy s�lo estamos mirando alrededor.

Tal vez vayamos por la cresta
hacia la fortaleza. Si lo podemos hacer.

Creo que podemos hacerlo.
Creo que nosotros ...

�Nosotros? �Quieres decir que
este muchacho viene?

�Por qu� no?
Se puede subir, y as�...

No hay raz�n para arrastrar a un ni�o
hasta 6.000 metros, a la cima de la Ciudadela,

no importa de qui�n sea hijo.

No es la Ciudadela lo que
estamos subiendo hoy, Emil.

T� eres el amo.

Esc�chame, Rudi.
Una cosa que debe ser entendida.

No hay que experimentar,

ni subir individualmente,
ni encontrar la ruta por tu cuenta.

Ser�s aprendiz de portador,
y eso es todo.

Eso ser� suficiente.
Ya le dije que he aprendido mi lecci�n.

Muy bien, vamos a empezar.

Todo lo que pude averiguar fue
que s�lo hay dos de ellos.

- �Tienen equipo, portadores?
- Nada.

Nadie ha estado cerca de
la monta�a durante 15...

- �Qu� pasa?
- �No has o�do las noticias?

- �Qu� noticias?
- El ingl�s est� va a escalar la Ciudadela.

No es posible.

Tal vez no sea posible,
pero lo est� intentando.

Puede ser una locura, pero no est� tan loco
como para tratar de subir a la ciudadela solo.

- �Qui�n dijo que estaba solo?
- �Quieres decir que tiene un gu�a?

- �Qu� gu�a ha ido con �l?
- Est� con Emil Saxo.

- �Qui�n te dijo eso?
- Hoy he ido a Broli por negocios.

Pero nadie se preocupaba
de los negocios.

Todos hablaban del
capit�n Winter y Emil Saxo.

La forma en que partieron
ayer rumbo a la Ciudadela.

Toda la tarde hemos estado mirando
por el telescopio, pero no se les pudo ver.

Y no lo har�n, porque
atacar�n desde abajo.

Saxo ... Emil Saxo.
Lo deber�a haber sabido.

�Puedes verlos?

S�, creo que s�.

Y, a menos que haya
puntos en mis ojos ...

T� mira, Lizbeth.
No quiero hacer el rid�culo.

No, Teo, no hay
manchas en tus ojos,

m�s de las que hab�a en un par de botas
en la caja de madera esta ma�ana.

- Hay tres .
- �S�!

Me est�n esperando en la taberna.
No debo mantenerlos en suspenso.

Vete, pero que no se te escape.

Hazlos sufrir.

- �Los has visto, Teo?
- Ah�.

S�. S�. Est�n todos bien.

- Creo que lo dice en serio.
- Vamos a echar un vistazo.

No es bueno mirar ahora.

Los vi mientras estaban a la vista,
hasta que se mudaron detr�s de la cresta.

�Est�s seguro?
�Juras que los viste?

Marie, una cerveza.

S�, por supuesto, te lo puedo jurar.

Durante casi cinco minutos
los he visto avanzando en fila.

Uno ... dos ... tres.

�Tres? �Has dicho tres?

Correcto.

Gracias, Mar�a.

- Tres. �C�mo podr�an ser tres?
- �No has o�do nada en Broli?

No, no se dijo nada de un tercero.

Brindemos por �l.
Por el tercer hombre en la monta�a.

�Por Rudi Matt!
El �nico alpinista verdadero en Kurtal.

�Carita de �ngel?
�Un alpinista?

�De qu� est�s hablando?
Rudi ser�a la �ltima...

Es Rudi. Es mi sobrino tonto
el que est� en la Ciudadela.

Su cama estaba vac�a
cuando su madre fue a despertarle.

Un hacha y un paquete de los que le dio el ingl�s
desaparecieron de mi casa anoche.

Y no ha ido a
trabajar en todo el d�a.

Pensamos que estaba de mal humor,
vagando por las colinas.

- En lugar de mirar sus caras tontas.
- Cuida lo que dices, viejo.

Lo har�. Y lo que digo es esto.

Que os llam�is gu�as y
yo os llamo reba�o de ovejas.

Cada d�a sal�s a subir picos
que se han subido 100 veces antes.

Los picos que vuestras
abuelas podr�an subir.

Luego ven�a y habl�is
de lo buenos que sois.

Tal vez ahora os deis cuenta
de que no sois tan buenos.

Tres alpinistas se encuentran
desde la noche en la Ciudadela.

Un ingl�s, un hombre de Broli,

y uno de Kurtal.
�Qui�n? �Un hombre?

No. Un chico.

Un muchacho de 18 a�os,
que es el �nico entre todos, que no tiene miedo.

- �Qui�n tiene miedo?
- T� eres un bocazas. Todos los sois.

Desde que Josef Matt
muri� hace 16 a�os,

nadie se ha atrevido
a poner un pie en la Ciudadela.

Os sent�is en la taberna
con residuos de su cerveza.

�Os importa si el mundo no sabe de
la Ciudadela como la monta�a de Kurtal,

pero s� de la monta�a de Broli?

Ya oyeron lo que dijo,
y tiene la suerte de estar de pie sobre sus pies.

No soy un cobarde,
ni lo es ning�n gu�a de Kurtal.

No somos tontos que queremos
perder nuestras vidas.

Muchos hombres han muerto en la Ciudadela.

No se ha subido.
Ni ser� nunca.

Lo har�. Ma�ana por la ma�ana,
Voy a ir a la Ciudadela.

No parar� hasta encontrar
a los tres que est�n ah� arriba.

Y cuando los encuentre,

hablar� con el capit�n Winter
de su locura, y bajar� a mi sobrino.

Yo ir� con usted.

- Y yo.
- Cuente conmigo.

- Tambi�n yo, hermano.
- Conmigo, ya somos cinco.

- Seis.
- �T�?

Lo voy a soportar.
Esto es algo que no voy a perderme.

Est� bien.

Teo, estuviste maravilloso.

Que palabras tan hermosas. Me gustar�a que alguien
lo hubiera escrito para mis nietos.

�Cuidado!

�Capit�n Winter!

�Capit�n Winter?

No es nada. S�lo me roz�.

Fuera del camino, muchacho.

Que tonter�a, permitir tratar de subir
una pendiente en este tiempo.

�Crees que fue la monta�a
la que nos advierte?

No, se�or.
Estoy de acuerdo con Herr Saxo.

Nosotros ni siquiera llegamos a
la base de la fortaleza.

No se preocupe por eso. He estado
pensando en una manera m�s all� de la fortaleza.

Es ir muy hacia arriba, o rodear
el otro lado hacia la cara este.

No, mi padre y sir Edward
probaron de esas dos formas.

- Teo dice que no hab�a ruta.
- Quiz�s no se esforzaron lo suficiente.

No tiene sentido discutir.
Vamos a tratar de volver a la choza.

- Vaya sin m�.
- No es a la Ciudadela, Rudi.

Vamos a bajar a Broli para traer tiendas y
suministros. Estaremos de vuelta ma�ana.

Al d�a siguiente,
si hace buen tiempo ...

Voy a Broli con usted,
�o me quedo aqu�?

- Tampoco. Vas a volver a Kurtal.
- �Qu� he hecho esta vez?

Nada. Incluso Emil no tiene ninguna queja.
Quiero que lleves un mensaje a tu t�o.

Dile que no es demasiado tarde.
Dile que lo queremos con nosotros.

�Qu� significa eso?

- �A qui�n queremos con nosotros?
- Al t�o del chico, Franz Lerner.

- No conmigo.
- �Qu� quieres decir?

Un gu�a de Broli,
no sube con un gu�a de Kurtal.

Eso es mezquino y rid�culo.

Franz Lerner es uno de los grandes gu�as
de Suiza.

He subido con �l el Weisshorn,
el Dom, el Donnelberg.

Pero no la Ciudadela.

Cuando le pidi� que se suba a la Ciudadela,
se sacudi� en sus botas, �no?

Por lo que tuvo que venir a Broli
para encontrar un gu�a.

Un gu�a que no se
remueva en sus botas.

S� todo acerca de eso, Emil. S� que no
tienes miedo y yo aprecio el hecho de ...

Entonces, por favor, d�jeme subir
la Ciudadela con usted a solas.

Por el honor de mi pueblo.

Solo con ustedes,
no con un cobarde de Kurtaler.

Pero �por qu� preocuparse?
No vendr�, de todos modos.

Muy bien, Rudi.
Consigue tu desayuno y ponte en camino.

Por favor, no me env�e de vuelta, se�or.

Herr Saxo estaba en lo cierto. Mi t�o
no vendr� y... cuando me vea

No discutas, Rudi. S�lo dile a tu t�o
si deja que vengas, �l tambi�n puede venir.

Nos encontraremos aqu�
al mediod�a de ma�ana.

S�, se�or.

�La ruta de mi padre!

- Me pregunto si los vamos a encontrar aqu�.
- No vamos a encontrar a ning�n chico, ni a su t�o.

Parece que nos equivocamos, Emil.

Dos hombres no llevan todo esto.

- Franz, estoy tan contento ...
- �D�nde est� el muchacho?

- �No est� con usted?
- �C�mo podr�a estar con nosotros?

�Por qu� finges
cuando sabemos que est� aqu�?

Por supuesto que �l estaba aqu�.
Sali� ayer rumbo a Kurtal.

�Por qu� iba a ir hacia Kurtal si
hace tres noches que huy� para unirse a Ud.?

Seguramente ten�a su permiso.

- �Es eso lo que le dijo?
- S�.

No ten�a permiso de nadie.

- �Lo ha buscado?
- S�, desde que llegamos ayer.

Arriba y abajo de la roca, frente a
a la cascada de hielo.

Franz, es mejor empezar todo de nuevo.
Buscar por todas las grietas.

- T� eres el que responder� por esto.
- �Yo? �Qu� ten�a que hacer con �l?

Todo. S�lo un gu�a de Broli
se mantiene al margen y deja que un chico se pierda.

- Eso es suficiente. �Franz! �Saxo!
- �Madre de Dios!

Lo he encontrado.

- �Lo he encontrado.
- �Encontraste qu�, Rudi?

El camino m�s all� de la fortaleza.

El camino de mi padre a la cima.

�Solo?
�Llegaste hasta la Fortaleza?

He estado all� toda la noche.

Teo, es una chimenea.
Esto lleva a la cima.

- �Lo subiste?
- No. Hubo una tormenta.

Por lo tanto, no estaba loco
despu�s de todo.

No. Nosotros lo sab�amos.

- T�o, �sigues enfadado?
- �Servir�a de algo?

- �Y mi madre?
- �Te acordaste que ten�as madre?

- Cada minuto la recordaba.
- Lo dudo.

Yo s� pienso en ella.

Le dije que si segu�ais con vida,
te encontrar�a.

Muy bien, te he encontrado.
Ahora te voy a llevar a casa.

Vamos, que va a oscurecer
antes de llegar a la pista.

El muchacho no se va.

T� te quedas fuera de esto, Teo.
No es asunto tuyo.

Este es mi asunto.

Sub� con Josef Matt a la Ciudadela
y con su hijo al Felsberg.

Yo s� lo que puede hacer.

Da al chico una oportunidad, podr�a ser
incluso mejor gu�a que su padre.

Tiene raz�n, Franz.
El muchacho se merece una oportunidad.

M�a y de todas los dem�s.
Ya sabes por qu�.

Franz, �por qu� viniste aqu� hoy?

�Sabes por qu� he venido?
He venido a recuperar a mi sobrino.

No, no ha sido por eso.
Vinisteis porque Saxo y yo est�bamos aqu�.

Y t� sab�as
que �bamos a subir a la ciudadela.

Es cierto. Tambi�n fue por Saxo.
No tiene ning�n derecho a estar aqu�.

Ni siquiera a dar un paso
dentro de esta choza.

Esta caba�a nos pertenece.
Lo mismo que la Ciudadela.

El mundo entero la conoce
como la monta�a de Kurtal.

- Que pronto ser� cambiado.
- �Qui�n lo cambiar�?

Esc�chenme...

He o�do hablar y hablar.
Ahora esc�chenme a m�.

Durante diez a�os he dado la vuelta a la Ciudadela
y explorado sus rutas.

�Alguna vez nos vimos
o a alg�n otro Kurtaler?

�Cu�ntos a�os llevo
durmiendo en vuestra caba�a?

�En vuestra monta�a?

�Y por qu� seos revuelve el est�mago
y ven�s hoy?

Os dir� por qu�.
Por celos, porque sois unos cobardes.

Porque no quer�is ver
a Emil Saxo de Broli...

hacer lo que vosotros
tem�ais hacer.

�Espera! �Crees que soy un cobarde?
�Crees que tengo miedo de una monta�a?

- �No?
- No, yo no tengo.

He venido aqu� para
subir a la Ciudadela.

Sab�a que te unir�as a nosotros, Franz.
Nunca lo dud�.

- En ese caso, id sin m�.
- No, Emil.

Te necesito. Necesitamos el
equipo m�s fuerte que nunca subi� los Alpes.

El clima est� claro.

Salimos por la ma�ana.
Nosotros cuatro.

Correcto, �no?
Cuatro para ir.

Ahora, escuchad. As� es como va a ser.

Alguien tiene que ir a Kurtal.
Creo que t�, Teo.

- �Ah, s�? Ahora, pi�nsalo de nuevo.
- T� tienes un trabajo.

Tambi�n tengo 65 a�os. No es mi intenci�n
pasar por alto esto. Adem�s, se necesita un cocinero.

�Qu� tal Paul? �l tiene que volver
de todos modos. Su esposa espera un hijo.

Tengo seis hijos ya.
Cr�eme, no tiene importancia.

Muy bien, Paul, t� te vas.
Antes de que nada ve a ver a mi hermana.

Dile s�lo que hemos encontrado al chico,
que est� en el refugio y que todos estamos bien.

Por ning�n motivo le digas
que va a la monta�a.

Por usted, capit�n,
estoy haciendo cosas extra�as.

Dios me conceda no vivir
para arrepentirme.

No, espera, Emil.

Dejemos que Rudi tome la iniciativa.
�l es el �nico que conoce el camino.

�Debo ir?

- �Es ese el lugar, Rudi?
- S�, se�or.

�C�mo sabes que es todo el camino, muchacho?
�O es que no lo subiste?.

- Te lo dije. Hubo una tormenta.
- Entonces, �qu� es lo que realmente sabes de ella?

�Qu� es lo que nadie sabe
hasta que lo hemos examinado?

- Voy a echar un vistazo.
- Si no te importa, sigo siendo el primer gu�a.

�O no?

S�, Emil, sigues siendo el primer gu�a.

Podr�a haberlo dicho.
Se estrecha.

No va a ninguna parte, adem�s si lo hiciera,
es demasiado peque�o para un hombre.

- �Est�s seguro?
- Ven y pru�balo.

Muy bien, Emil, vamos a volver
a intentarlo a tu manera.

No es nada.

Vamos.

�Puedo probar?
S� que es el camino.

�Recuerda el primer d�a?
No lo que ocurri�, lo que hablamos.

Creo que es ese d�a.

Hay algunas cosas que usted sabe.

Muy bien, Rudi.
Te echar� una mano.

�Rudi? �Te encuentras bien?

Est� atascado.

Se podr�a quedar atrapado all�
hasta el final de sus d�as.

Ya lo hice otra vez.

Rudi, si me puedes escuchar, responde.

�Lo hice!

- Hola.
- Bien hecho, Rudi. Env�a una cuerda.

Bueno, ah� est�.

Y tambi�n el camino medio,
no sabemos lo que vamos a encontrar.

Dificultades, s�,
pero no grandes obst�culos.

Nos llevar� dos horas m�s.

�Le duele la cabeza otra vez, se�or?

- No, no es nada. Vamos a seguir.
- No, capit�n. Esto no es bueno.

Al final de la nieve,
haremos una parada para pasar la noche.

Por la ma�ana, cuando est� descansado,
iremos a la parte superior.

Pero el clima puede cambiar.
Podemos perder esta oportunidad.

Tiene raz�n, Franz.
El clima podr�a cambiar.

Un riesgo que se toma.

- Franz Lerner.

�Franz Lerner!

�Qui�n es?

Venga aqu� un momento.
Quiero hablar con usted.

�Qu� te pasa?

- �Est� peor?
- No est� mal, pero tampoco mejor.

No podr� ir ma�ana.
Es el final del viaje para �l.

- Pero no para nosotros.
- �Qu� quieres decir?

Ma�ana el tiempo ser� bueno.
Despu�s de eso, �qui�n sabe?

Nos vamos al amanecer,
sino podr�a ser tarde.

Que el chico se quede con �l.
No estar� solo.

- Y es lo que �l quiere que hagamos.
- No es una cuesti�n de lo que �l quiera.

Un gu�a, un gu�a de Kurtal,

no deja a su cliente en la monta�a
y sigue solo.

- �Piensas dejarlo solo?
- A pesar de Saxo no me lo creo.

Vete a dormir, muchacho.

D�jame echar un vistazo.

- Veo a alguien.
- �D�nde?

- En lo alto de la fortaleza.
- �S�lo uno?

- Espera. Ahora veo a dos personas.
- �No hay otros?

- No. S�lo dos manchas negras.
- �No dicen que eran cuatro?

Hab�a cuatro ayer.
Es posible que hayan cambiado de lugar m�s arriba.

El capit�n Winter con Saxo, probablemente.
Franz con Rudi.

- Quiero decir que ...
- �Quieres decir que mi hijo est� en la Ciudadela?

Me has mentido.

Todos me hab�is mentido.

�Frau Matt!

Bueno, Lizbeth,
espero que est�s satisfecha.

S�. Rudi est� haciendo
lo que deb�a de hacer.

�Qu� derecho tienes t� para decir lo que
deb�a de hacer? �C�mo puedes saberlo?

Nunca has sido una mujer, ni una madre.
Nunca has perdido a un hombre.

Somos las dos a punto
las que podemos perder a un hombre.

- �Por qu� le hab�is dejado solo?
- Fue el propio Rudi.

No fui yo.

Tampoco ha sido el Viejo Teo.

Eso es lo que lo hace
tan maravilloso.

�Te gustar�a ser la
esposa de un gu�a?

S�. O de un lavavajillas.

O del propietario de un hotel.

Pero nunca la esposa de un propietario de hotel
que quer�a escalar monta�as.

Debido a que un hombre debe hacer lo que siente
que debe hacer, o no es un hombre.

Y nadie, esposa, madre o novia,

tiene derecho a hacerle ser
algo a lo que no estaba destinado.

Lamento que no lo supiera.
Lamento que le mintiera.

No hay nada que hacer ahora, �verdad?
Nunca ser� nada m�s que un gu�a.

No, se�ora Matt.

�D�nde est�n los otros, Franz?
�Qu� pas�?

Se fueron, los dos.

Es lo que Saxo amenaz� ayer por la noche
cuando dijo que estaba demasiado enfermo,

y ese muchacho loco se ha ido tras �l.

- Muy bien, estoy listo.
- �Listo para qu�?

- Para ir tras ellos.
- No. capit�n, est� demasiado d�bil.

Estoy mucho mejor.
El dolor se ha ido.

Entonces, si no le importa estar aqu�
unas horas, voy a subir y ...

Me importa. Vamos juntos.

No te preocupes,
no voy a ser un haz de le�a.

�Herr Saxo! �No se mueva!

Herr Saxo, est� herido.

Gravemente herido.

Voy a hacer un cabestrillo.

�D�jame en paz!
No necesito tu ayuda.

Ve a la otra cara.
T� has ganado.

Sube a la cima como
el cuervo y el gallo.

Herr Saxo, tiene que haber alguna manera.
Algo que pueda hacer.

Vamos, muchacho. Vamos muchacho de la cocina.
Que has ganado, te lo digo.

Y yo he perdido.
Reclama tu victoria.

D�jame.
Si has dejado a los dem�s, �por qu� no a m�?

No soy nada para ti.
Ni siquiera un amigo. Sigue adelante.

T� no eres tonto.

Vamos. Vas a ser un h�roe.

Conquistador de la Ciudadela.

Tu padre y el hijo.

Le estoy haciendo un cabestrillo.
Puesto que no podemos subir, iremos hacia abajo.

Es la mochila de Rudi.

�Rudi!

�Rudi!

- Debe de haberse ca�do.
- Su mochila a�n estar�a en su espalda.

Ser� mejor que sigamos adelante.

Recogeremos las cosas
en el camino hacia abajo.

Reuni� esos
todo el camino desde Kurtal.

Creo que le gustan
en la parte superior.

Herr Saxo.

- Yo he terminado. Acabado.
- No podemos parar ahora.

Las tiendas est�n justo debajo.

No, muchacho. D�jame aqu�.

- Si yo muero, t� mueres.
- No se desanime.

�Venga, int�ntelo! �Int�ntelo!

Gracias, muchacho.

- Ven, Lizbeth.
- No, s�lo deber�a ir Ud.

Mi turno llegar�.

Lo siento si te hice
preocupar de nuevo.

�No est�s enfadada?
�Eres feliz!

S�, Rudi, y muy orgullosa.

Los conquistadores de la Ciudadela,
que est� encima de nuestro valle,

y all� permanecer� para siempre.

Y todos los hombres se conocen por sus nombres,
como su monta�a.

Perd�neme, se�or Hempel,
pero se equivoca. No es nuestra monta�a.

Es la monta�a de Rudi.

�Rudi? Rudi, ven aqu�.

- Ni siquiera llegu� a la cima, se�or.
- Mira.

- Usted la llev� hasta arriba. La puso all�.
- No, Rudi. T� la pusiste all�.

T� y tu padre.

Eso es verdad.

- Pudo haber sido el primero.
- Y ser�a como su padre.

�Larga vida a nuestro lavavajillas! �Bravo!

Di algo, Rudi. No te quedes
pasmado. Inv�talos a ver.

- �D�nde est� Lizbeth?
- Ah� est�.

Aqu� estoy, Rudi.