All language subtitles for Law_And_Order_S25E04[_15277]_Legendas02.SPA

.

- En el sistema
de justicia criminal,

el pueblo está representado

por dos grupos separados,
pero igualmente importantes:

la policía,
que investiga los delitos

y los fiscales, que procesan
a los delincuentes.

Estas son sus historias.

- Escuché la buena noticia.
- Aún no puedo creerlo.

Muchas gracias
por escribir esa carta.

Significa todo para mí.

- Es un gran muchacho.

Princeton tiene suerte
de tenerlo.

Lo digo en serio.

[sirena sonando de fondo]

- ¿De veras?

¿Ni siquiera saluda?

Trabajamos un sábado
para aumentar su fortuna,

¿y ni siquiera saluda?
- Estás confundido.

Trabajamos para ganar
nuestra propia fortuna.

Lo estamos usando,
como él nos usa a nosotros.

[música ominosa]

- Esa mujer vio el cuerpo

y llamó al 911.

- ¿Vio algo más?
- No, señor. Solo el cuerpo.

- ¿Algún otro posible testigo?

- No, señor.

* *

- Hay mucha ira ahí.

- Las heridas son profundas.

¿Causadas por una tubería?
¿O tal vez un bate?

- ¿Tienen la identificación?
- No lo tocamos.

Estábamos esperándolos.

- Tiene reloj y anillo de bodas.

- Y la billetera.

Jon Geller, Higson Capital.

- Geller.
Conozco ese nombre.

Trabaja en Wall Street, ¿no?
Es una especie de leyenda.

- ¿Puedes guardarlo?
- Sí, señora.

- Quizás iba a su casa de playa

o a otro lugar fabuloso.

- De vez en cuando,
no es tan bueno ser una leyenda.

* *

[música dramática]

* *

- La causa de muerte,
como supusieron,

traumatismo contuso.

Fue un ataque muy violento.

Diez, quizás once golpes
en la cabeza y en la cara

con un objeto pesado.

- ¿Sabes qué tipo de objeto?

- No, pero por las heridas,
es algo

con borde afilado y fino,
como una barreta.

- ¿Algo más?
- Encontramos muestras de ADN

debajo de las uñas.
- Tiene sentido.

Este tipo anduvo
a zarpazos y arañazos

toda su vida, ¿no?

- ¿Están seguros?

No es el único Jon Geller
en Nueva York.

- Sí, estamos seguros.

- Lo siento mucho,

pero necesitamos hacerle
algunas preguntas.

¿Sabía cuáles eran
sus planes para hoy?

- Eh, iba a ir a Long Island
a jugar golf con un cliente.

- ¿Iba a conducir?

- No, no, no.

Iba a ir en su helicóptero.

Pero antes pasó por la oficina.

- ¿Notó algo inusual
últimamente?

¿Alguien que lo acosara
o lo amenazara?

- Oh.

- La tengo, tranquila.
Siéntese, siéntese.

Respire.
Tranquila, respire.

- [solloza]

HIGSON CAPITAL
SÁBADO, 19 DE JULIO

- Según las cámaras
de seguridad,

se reunieron con Geller
esta mañana.

- Así es.

- ¿Cuánto tiempo
estuvieron con él?

- Unos 10 minutos, quizás menos.

- ¿De qué hablaron?
- De negocios.

- ¿Parecía angustiado, alterado
o todo parecía normal?

- Ambas cosas.

- ¿Qué quiere decir?

- El estado normal de Jon en
el trabajo era estar alterado.

- ¿Usted piensa lo mismo?

- Sí, más o menos.

Estaba un poco más alterado
que de costumbre.

- ¿Por qué?

- Porque aún no cerramos
un acuerdo que está pendiente.

Pensaba que no estábamos
esforzándonos lo suficiente.

- ¿Dijo algo de sus planes
para el día,

dónde iría o con quién se vería?

- No.

- ¿Saben si alguien
lo acosaba o lo amenazaba?

- No.

- ¿Hay algo que puedan decirnos

que crean que pueda ser útil?

- Llevaba un palo de golf.

Lo había hecho personalizar.

Dijo que le cambiaría la vida.

- Es probable que ese nuevo palo
de golf sea el arma homicida.

- Sí que le cambió la vida.

Disculpe.

¿Es la asistente del Sr. Geller?

- Sí, me enteré de lo que pasó
y vine enseguida.

Quería ver
si podía ayudar con algo.

- ¿A qué hora llegó?

- Hace 10 minutos más o menos.

- ¿Por casualidad habló
o se escribió

con el Sr. Geller esta mañana?

- Sí, nos escribimos
sobre las 8:30.

- ¿Por qué motivo?
- Por su vuelo a Bridgehampton.

- ¿Iba a viajar solo?

- No.

- Estaba esperándolo
en el helipuerto.

Pensé que se le
había hecho tarde

o que estaba
en una reunión virtual,

así que me fui a buscar un café.

- Usted y el Sr. Geller
viajarían a Long Island

a jugar al golf, ¿cierto?

- Sí.

- ¿En qué club?

- En el que él es miembro.
Es privado.

- ¿No sabe el nombre?
- No.

- Le recuerdo que estamos
investigando un homicidio,

así que todo lo que diga,
en realidad...

- Lo siento.

No íbamos a jugar al golf.

Íbamos a pasar
el fin de semana juntos.

- ¿Los dos solos?

- Estábamos saliendo.

- ¿Era algo serio o...?

- Sí.

- ¿La esposa del Sr. Geller
sabía?

- Jon dijo que
le contaría sobre nosotros,

le pediría el divorcio.

Pero no quería lastimarla.

- ¿Vio a Jon esta mañana?

¿Habló con él?
- No.

Me dijo que fuera
a las 10:00 al helipuerto.

- ¿Alguna discusión,
algún altercado?

- Bueno, anoche,
Jon discutió con su esposa

por teléfono.
Parecía una discusión fuerte.

- ¿Sabe el motivo?
- En realidad, no.

Pero oí que Jon dijo:
"Esto va a pasar,

te guste o no".

Y luego se fue enojado
y me dijo

que me vería en el helipuerto.

Eso fue todo.
Fue la última vez que lo vi.

- ¿Cree que es posible
que le haya hablado

sobre usted y el divorcio?

- Sí. Dijo que iba a hacerlo.

Esperen,
¿creen que...?

.

- Un momento,
¿quieren decir que Jon...

salía con un hombre?
- Sí.

Se llama Matt Thomas.
- [suspira]

Me cuesta mucho creerlo.

- Solo le contamos
lo que sabemos.

- Iban a encontrarse
en el helipuerto de East End

ayer a la mañana.
- Y él dice que oyó

una discusión entre usted y Jon
la noche antes del asesinato.

- ¿De qué hablan?
- Estaban en un bar

y oyó que Jon dijo:
"Esto va a pasar,

te guste o no".

¿Le estaba pidiendo el divorcio?

- ¿El divorcio?

No.

Discutíamos por nuestro hijo,
Shane.

Jon quería
que repitiera sexto grado.

Pensaba que le daría ventaja,

por ser mayor
que los demás niños

y yo creía
que era una exageración.

Por eso discutimos.

- ¿Encontraron a la persona
que mató a mi papá?

- Aún no, pero estamos
haciendo todo lo posible,

te lo prometo.

- Shane, cariño,
sube a tu habitación, por favor.

- Sra. Geller,
le pido disculpas de antemano,

¿pero dónde estaba usted ayer
a las 9:45 de la mañana?

- En una clase de pilates
en West Village.

- Sé que ya le preguntamos esto,

¿pero sabe si alguien
estaba acosando

o amenazando a su esposo?

- Había una tipo del trabajo.

Lo estaba amenazando
con demandarlo por mucho dinero.

- ¿Estás bien?
- Sí.

Estaba pensando
en la esposa de Geller.

Puedo lidiar con cadáveres,
pero decirles a los inocentes

secretos sobre
sus seres queridos,

esa no es mi tarea favorita.

- Sí, entiendo.

Pero son las reglas
del juego, ¿no?

Hablar con un extraño
el peor día de su vida,

hacerle preguntas personales,
contarle cosas

que nunca supieron
sobre sus seres queridos.

- Gran trabajo.

- [teclea]

- Lamento molestarlo,
Sr. Addis.

- Estoy en medio de algo.
- No le quitaré mucho tiempo.

- Queremos saber por qué
amenazaba con demandar a Geller.

- [suspira]
Disculpen.

Jon me hizo creer
que yo sería nombrado CEO

cuando se jubilara.

Me lo dijo cinco o seis veces.

- ¿Pero nombró a otra persona?

- Carter Getzelman.

Buen tipo.
Estudiamos negocios juntos.

Pero yo seguía molesto.

Me han hecho muchas ofertas
muy buenas

y todas las veces, Jon
me insistía para que me quedara,

me decía que yo dirigiría
la firma cuando él no estuviera.

Pero nunca lo demandé.

- ¿Por qué?

- Hablamos y renegociamos

mi contrato de empleo;
lo mejoramos.

- ¿Por qué no nos dijo esto
la última vez que hablamos?

- No me lo preguntaron.

- Estoy segura
de que sí preguntamos.

- Ah...

Mentí. La costumbre.
- ¿Disculpe?

- Las tres reglas
de Wall Street:

nunca admitas la derrota,
nunca uses tu propio dinero

y nunca digas la verdad.

- ¿Quiere ser gracioso?
- Mm, un poco.

- Pues basta.

- Yo no maté a Jon Geller.

Es ridículo.

La verdad es que lo apreciaba
y lo respetaba.

Me enseñó mucho y me hizo rico.

- ¿Salió del edificio ese día
cuando Geller se fue?

- Fui a almorzar algo
sobre la 1:00.

- ¿Tiene un recibo?
- Pagué en efectivo.

- No sabía que aún se podía.

[celular vibra]

- Oh. Muchachos,
tengo que contestar.

Addis.

[música tensa]

- Esos tipos de Wall Street
se jactan de ser implacables.

No sé si creer
que ese tal Addis

se haya quedado tranquilo
cuando no fue ascendido.

- Lo único más tóxico
que el dinero

es el poder, ¿verdad?
- Sí.

- ¿Qué pasa con el video?

- Se le ve saliendo del edificio
a las 12:49.

- ¿Nada antes de eso?
- No,

pero creo que hay
una salida trasera.

Podría haber salido
y entrado por ahí.

[suena notificación]

- Ya están
los resultados del ADN.

HOGAR DE BRAD ADDIS
SÁBADO, 20 DE JULIO

[sirena ululando]

* *

- [suspira]
Bueno.

Esto ya es
oficialmente ridículo.

- Sí, pero necesitamos hablar.
- ¿Por qué?

- Porque hallaron su ADN
bajo las uñas de Geller.

- Es imposible.
- No, no es imposible.

Tomamos un vaso de café
de la sala de conferencias.

Resulta que la saliva...
- No tomo café.

Jamás he tomado.

Si el vaso que tomaron
tenía café,

no era mío.

Este es mi estimulante.

- Nick Rossi.
- ¿Qué sucede?

- Deme ese vaso
y ponga las manos detrás.

- ¿Por qué?
- Porque está arrestado

por el asesinato de Jon Geller.
- ¿Qué?

- Hallaron su ADN
en las uñas de Geller.

La gente que comete asesinatos
no debe dejar vasos por ahí.

* *

.

- Hallamos su ADN
bajo las uñas de Geller.

Y un oficial de policía encontró
el palo de golf

con el que golpeó a Geller
en un vertedero.

Supongo que ahí también
hallaremos sus huellas.

Y si no fuera suficiente,
tenemos un video

en el que se le ve
saliendo de la oficina

la mañana del asesinato,
a las 8:48.

No regresa hasta las 11:17.

¿Qué sucedió?

¿Por qué lo atacó?

Sabe, leí su biografía.

Se graduó como el mejor
de su clase en Fordham.

Jugaba lacrosse.
Sin antecedentes.

Parece un buen chico.

Pero los buenos chicos
no matan gente.

No sin un motivo, ¿no?

Sin un buen motivo.

Sabe, Nick, créame o no,
en realidad, intento ayudarlo,

pero no podré hacerlo
si no me cuenta

su versión de los hechos.

Comience por el principio.

¿Qué dijo Geller?
¿Qué hizo?

- Es el ser humano más
irrespetuoso que he conocido.

Trata a la gente como--
actúa como...

actúa como si fuera tu dueño.

- Debe haber sido difícil
lidiar con eso.

Si alguien me hubiera tratado
así día tras día--

- No hablaré más.

Quiero un abogado.

- Gracias por hacer esto.

Por favor.

Las pruebas contra el Sr. Rossi
son contundentes.

Es obvio que él mató
al Sr. Geller.

Lo que quiero entender
es por qué.

¿Pasaba algo entre ellos?
¿Algo inusual?

¿Algo que no esté relacionado
con el trabajo?

- No que yo supiera.

Pero no había nada romántico
entre ellos,

si eso está sugiriendo.

- ¿Y qué hizo que Rossi,
un joven aparentemente normal

y respetuoso de las leyes,

cometiera un acto tan violento?

CORTE SUPREMA, SALA 16
MARTES, 14 DE OCTUBRE

- El acusado trabajó con
Jon Geller durante cinco años.

Le pagaban bastante bien.

El año pasado, la compensación
total fue de $745,000.

Nada mal para alguien
que acaba de cumplir 27 años.

Sin embargo, el acusado
despreciaba a Jon Geller.

Pensaba que era irrespetuoso,

despectivo, abusivo.

Y la mayor parte del tiempo,
ha podido mantener

su desprecio al margen

y seguir con sus obligaciones
profesionales.

Pero el 19 de julio,

durante una mañana soleada,

algo lo incitó
a atacar violentamente

y matar a Jon Geller.

Honestamente,
no sé la razón del ataque,

pero sé que las pruebas
demostrarán

que el acusado se enfrentó
al Sr. Geller

cerca del helipuerto de East End

y lo golpeó con un palo de golf
hasta matarlo.

Quizás el acusado parezca

un presentable
exjugador de lacrosse

que intenta triunfar
en Wall Street.

Y lo ha sido hasta la mañana
del 19 de julio.

Ese día, se convirtió

en un inescrupuloso
y vengativo asesino.

- Habrán oído del síndrome
de la mujer maltratada...

o del síndrome del abusado,
como dicen aquí, en Nueva York.

Nick Rossi era víctima
de algo muy similar,

síndrome
del banquero maltratado.

Las víctimas de este abuso

sufren el mismo
trauma psicológico

debilitante y perturbador

que las víctimas
del síndrome del abusado.

Jon Geller torturó y abusó
mentalmente

de Nick Rossi durante años.

El abuso sobre el Sr. Rossi
era tan extremo

y sus efectos tan profundos,
que el Sr. Rossi creía

que la única manera de liberarse
de esa relación abusiva

era matar al hombre
que lo cometía.

DESPACHO DEL JUEZ SYDNEY BOLDEN
MARTES, 14 DE OCTUBRE

- El síndrome
del banquero maltratado

no es un concepto legal
ni una condición psicológica.

Es una frase inventada.

Es una frase inteligente
que inventó la defensa

con el objetivo de culpar
al Sr. Geller por su muerte.

Intentan enjuiciar a Geller
en lugar de a su asesino.

No es más que
un intento torpemente velado

de lograr que el jurado
ignore la ley.

- No hay nada velado
en lo que estamos haciendo.

Queremos que la gente entienda
cuán degradante

y estresante
era trabajar para Jon Geller.

- ¿Y eso
del banquero maltratado?

- Es simplemente una variante
de una condición bien conocida.

En muchos aspectos,
es exactamente lo mismo.

Las consecuencias psicológicas
de un empleador abusivo

sobre su empleado
son similares

a las que sufre la esposa
de un hombre abusivo.

- Excepto porque los jefes
no están incluidos en la ley.

Esa ley considera niños,
mujeres, parejas.

- O personas que tienen o
han tenido una relación íntima.

- Correcto, íntima,
no profesional.

- Cuando uno pasa
100 horas semanales

en una oficina...
- No, no, no. Eso es ridículo.

Si la legislatura
hubiera querido incluir

empleados en la ley,
lo habrían hecho.

Además, no hay ninguna prueba

de que Geller
era físicamente abusivo.

- Eso no es cierto.

Amenazaba
a mi cliente con dañarlo.

- No, era una hipérbole.

- Una amenaza es una amenaza.
- Está bien.

Pero los hechos no se parecen
ni remotamente

a un acto de defensa propia.

El acusado siguió a Geller
hasta el helipuerto de East End.

Buscó a la víctima.

- Entiendo.

Y si tiene razón
y si los hechos

son tan claros como sugiere,
el jurado también lo verá.

Pero el Sr. Damaso es libre
de presentar

la defensa que quiera,
con errores y todo.

- Señoría,
se inventan una narrativa

con el único propósito
de confundir al jurado.

- Creo que ese es el trabajo
del Sr. Damaso.

.

- Sr. Addis, ¿podría describir
su impresión general

de la relación entre
el Sr. Geller y el acusado?

- Mi impresión general es que
no tenían una relación.

No sé si Jon alguna vez supo
el nombre de pila de Nick.

- ¿Y cuál era
su impresión general

de la opinión del acusado
sobre el Sr. Geller?

- Lo odiaba visceralmente.

- ¿Por qué dice eso?

- Porque me lo decía siempre.
Geller lo enloquecía.

- ¿Puede ser más específico?

- Geller solo hablaba
de negocios y dinero,

dos-veinte.
- ¿Qué significa eso?

- Obtenemos el 2%
de los activos en gestión

y el 20% de las ganancias.

Geller solo quería eso:

aumentar los activos
y las ganancias.

No tenía ningún tipo de interés
en otra cosa,

no sentía empatía
por los empleados,

no le interesaba
la vida personal de nadie.

Pero todo el mundo lo sabía.
Era el trato que hacíamos todos.

Trabajar como un perro,
soportar el maltrato

y ser rico a los 35 años.

Pero Nick parecía
no comprenderlo.

Nunca entendió que había hecho
un trato con el diablo.

- ¿Alguna vez dijo el acusado

que tenía intención
de lastimar al Sr. Geller?

- Sí.
- ¿Cuándo?

- Sobre una semana
antes del asesinato de Geller.

- ¿Qué dijo?

- Que estaba cansado de que
Geller le faltara el respeto.

Dijo que si seguía así,
le patearía el trasero.

Honestamente, pensé que
solo estaba desahogándose.

- ¿Puede describir qué pasó

la mañana del 19 de julio,
por favor?

- Nick y yo estábamos intentando
cerrar un acuerdo

que teníamos pendiente
hacía meses.

Pasó Geller,
con su nuevo palo de golf,

que había personalizado,
estaba molesto.

Dijo que debíamos cerrar
el acuerdo esa semana,

o de lo contrario,
nos despediría a los dos.

- ¿Y luego qué pasó?

- Se fue y dijo
que se iba a los Hamptons.

- ¿Cómo reaccionó el acusado?

- Siguió quejándose
de Geller.

Luego, unos 15 minutos después,
se fue.

- ¿Le dijo adónde iba?
- No.

Asumí que había llegado
a su límite y había renunciado.

Sucede mucho.

- No más preguntas.

- Si el Sr. Rossi
hubiera querido irse a su casa

a dormir una siesta
la mañana del 19 de julio,

el Sr. Geller lo habría
despedido, ¿no es así?

- Sí, por supuesto.

- Si Nick Rossi
hubiera estado enfermo

y se hubiera ido al médico,

Geller también
lo habría despedido, ¿correcto?

- No, Geller no estaba tan loco.

Quizás solo lo habría torturado

un tiempo después.

Miren, este negocio
no es para cualquiera.

Pero si lo aceptas,
si tienes la suerte

de conseguir uno de los
codiciados lugares de esa mesa,

no puedes ser blando.

Debes estar preparado
para hacer lo que sea:

trabajar enfermo,

faltar a cumpleaños,
a bodas de amigos.

Si no quieres hacer eso
o no puedes hacerlo,

entonces busca trabajo
como barista

en algún café del West Village.

- No más preguntas.

- Había varias heridas
en el cuero cabelludo,

incluso una lineal
de 13 centímetros

en la región temporal izquierda
y una herida estrellada

con abrasiones alrededor
en la región parietal derecha.

Se identificaron múltiples
fracturas de cráneo

en el lóbulo frontal izquierdo,

así como evidentes
contusiones cerebrales

y hemorragia subaracnoidea.

- ¿El informe médico indica

cuántos golpes recibió
el Sr. Geller?

- Sí.

Según el examen de las heridas,

el difunto recibió
al menos 10 golpes,

quizás 11, muy fuertes.

- ¿Hay alguna razón
por la que el forense

no pudo ser exacto?

- A veces cuando la violencia
es tan severa,

es imposible para el forense

determinar la cantidad exacta
de golpes con total certeza.

- En otras palabras,
el ataque fue tan violento

que el forense no puede...

- Protesto.
- Ha lugar.

- No más preguntas.

- No tengo preguntas.

- La fiscalía concluye.

- Las fotografías
lograron el cometido.

El jurado estaba horrorizado,
afortunadamente.

- Debo seguir recordándoles

que Geller fue la víctima,
no Rossi

y que tener un jefe malvado
no te da derecho

a cometer asesinato.
- Sí.

El problema es que todos
odian a los jefes malvados

y muchos tienen uno,

quizás muchos del jurado
también.

- Puede ser,
pero también es positivo.

- ¿Por qué?

- Porque ninguno de ellos
mató a su jefe.

[parloteo de fondo]

- Usted no conoció
a mi esposo...

- Y usted no conoce a mi hijo.

- ¿Por qué no renunció?

¡No debía destrozarle la cara!

- ¡Su esposo lo trataba
como basura!

No le permitió venir a mi boda.
¡A mi boda!

- Oigan, oigan, cálmense.
- Por eso él...

[gritos superpuestos]

- Cálmense.
- ¡Tú tienes a tu esposo!

- Sé que estás haciendo
tu trabajo,

pero esta vez, te equivocas.

Solo puedes llevar a un hombre
hasta cierto punto.

- Vamos. Hora de irse.

CORTE SUPREMA, SALA 16
MIÉRCOLES, 15 DE OCTUBRE

- Dra. Morley,
¿pudo examinar al Sr. Rossi?

- Así es.
- ¿Cuáles son sus observaciones?

- En esencia,
sufre los mismos niveles

de miedo, estrés,
desamparo e ira

que sufren las mujeres
que padecen abuso doméstico.

- ¿Sería razonable que alguien
que padece ese abuso

crea que corre peligro
de muerte inminente?

- Sí.
- ¿Sería razonable

que alguien
que padece esta condición

crea que la única manera

de terminar con eso
es matando a su abusador?

- Sí, totalmente.

- No más preguntas.

- No existe una condición
o enfermedad

llamada "síndrome
del banquero maltratado"

en el Manual
de Trastornos Mentales.

- Correcto.

- Y la mayoría de casos
del síndrome del abusado

son resultado
de una relación íntima abusiva.

La víctima vive con el abusador

o está involucrada
sexualmente con él.

- Sí.
- Y dejemos en claro

que durante su evaluación
del acusado,

él nunca mencionó haber estado

íntima o sexualmente involucrado
con el Sr. Geller.

- No.

- No vivía con el Sr. Geller.
- Correcto.

- Y el Sr. Geller nunca
tocó al acusado tampoco.

- No.

- Está bien, gracias.

- La mañana del 19 de julio,
¿oyó a Jon Geller

discutir con Nick Rossi?

- Sí.

- ¿Cuál era el motivo
de la discusión?

- Geller estaba molesto
por el acuerdo con McKenna.

Le preocupaba que subieran
las tasas de interés

y bajara el ROI programado.

- ¿Qué significa eso?
¿Geller ganaría menos dinero?

- Sí.
- ¿Oyó las palabras exactas

que el Sr. Geller
le dijo al Sr. Rossi?

- Sí. Estaba en el pasillo
cerca de la cafetería

y oí que Geller
le gritó a Nick.

Dijo algo como:

"No salgas de esta oficina
sin antes cerrar el acuerdo.

"Si siquiera sales a caminar
hasta la esquina,

"te despediré.

"No, espera,
es demasiado amable.

"Literalmente, te pegaré
con un bate de béisbol

y veré cómo te desangras".

- ¿Ha visto u oído al Sr. Geller
atacando verbalmente

a Nick Rossi
antes de ese incidente?

- Sí, varias veces.

- ¿Cómo caracterizaría

la naturaleza
de esos ataques verbales?

- Como sádicos.

Creo que Geller disfrutaba
de reprender a Nick.

Una vez, lo oí decir:
"Creo que eres

el empleado más tonto
que contraté en mi vida".

- ¿Recuerda otro episodio
de abuso verbal?

- Hace un mes,
Geller estaba muy molesto

y comenzó a atacar
la ascendencia italiana de Nick.

Fue tan indignante
que comencé a grabar.

- Señoría,
quiero presentar este video

como Prueba 22 de la defensa.

- No puedo creer
que te haya contratado.

No sé en qué estaba pensando.

Juro por Dios,

si no te vuelves más listo,

mucho más listo,

arrojaré tu trasero a la calle

y tendrás que poner concreto
con tus paisanos de Brooklyn.

- Lo siento, mejoraré.
- No.

No pidas disculpas
ni cometas errores.

No funciona así.

¡O lo haces bien o te vas!

Y hablo en serio.

La friegas una vez más
y te vas...

de aquí, de Wall Street.

Pero te arruinaré

en todas las firmas
de esta ciudad.

[música dramática]

- ¿Qué pasó luego de esto?

- Geller volvió a su oficina
como si nada.

De hecho,
estaba algo sonriente,

casi orgulloso
de lo que había hecho.

- ¿Y Nick?

- Nick comenzó a llorar.

Fue difícil ver todo eso.

- No más preguntas.

* *

- No tengo preguntas.

- El testigo queda liberado.

- La defensa llama a Ron Moffit
al estrado.

- Señoría, ¿podemos
reunirnos en el despacho?

No hay nada
que el Sr. Moffit pueda declarar

que sea remotamente relevante
para este caso.

- ¿En serio?

¿No cree que el hecho
de que el hijo del Sr. Moffit

murió en su escritorio
mientras trabajaba para Geller

sea relevante para este caso?

Literalmente,
no podría ser más relevante.

Avala la razonabilidad

del temor del Sr. Rossi
a la muerte inminente.

- ¿Puede ser más específico?

- Geller abusó de ese joven,
Ted Moffit.

Abusó de Rossi del mismo modo
y ese muchacho terminó muerto,

muerto en su escritorio
luego de trabajar 72 horas

porque Geller no lo dejó salir.

- A mí me parece relevante.

Llame a su testigo.

- ¿Cuándo fue la última vez
que habló con su hijo?

- El día antes de su muerte.

- ¿Estaba enfermo?
- Sí, tenía gripe.

Le dije que se quedara en casa
y descansara.

Me dijo que no era una opción.

- ¿Qué quiere decir eso?

- Ted dijo que tenían
una transacción importante

y debía ir a la oficina.

Le dije: "No me importa
cuán grande sea el acuerdo.

Debes quedarte en tu casa,
en cama".

- ¿Y qué le respondió?

- Que si se quedaba,
Geller lo despediría,

así que fue a la oficina.

Trabajó toda la noche

y murió la noche siguiente
en su escritorio.

- Gracias.
No más preguntas.

- Sr. Moffit, el Sr. Geller
no obligó a su hijo

a ir a trabajar ese día.

Si Ted hubiera seguido
su consejo y se hubiera quedado,

nadie de Higson Capital
habría ido a buscarlo

para arrastrarlo
hasta la oficina.

- No, por supuesto que no,
pero lo habrían despedido.

- Según Ted.

Quizás pensó que lo despedirían,
pero no hay pruebas de eso.

Fue simplemente
la impresión de Ted.

- Lo único que puedo decir
es que Ted creía

que no podía quedarse en casa
aunque tenía gripe.

- Ted también tenía una
condición cardiaca preexistente,

cardiomiopatía arritmogénica.

- Correcto.

- ¿Se le hizo autopsia
luego de su muerte?

- Sí.
- Y se determinó

que la causa de muerte fue
un paro cardiaco repentino.

- Sí.
- Por tanto,

desde la perspectiva médica,

el Sr. Geller no tuvo
absolutamente nada que ver

con la muerte de su hijo.

- ¿Qué?

No lo ahorcó.

No le clavó un cuchillo
en el pecho.

Pero Geller contribuyó
a que muriera.

Todo ese estrés,
toda esa presión,

además de la falta de sueño,

eso provocó el mal
funcionamiento cardiaco de Ted.

- Eso es lo que usted cree,
señor.

Pero los forenses
no encontraron evidencia...

- No me importa
el maldito forense.

Si no fuera por Jon Geller,
mi hijo seguiría vivo.

Se lo garantizo.

[música dramática]

- No más preguntas.

.

- ¿Puede decirle al jurado
qué pasó

la mañana del 19 de julio,
por favor?

- Estaba trabajando
en un acuerdo desde hacía días,

intentando...
estábamos tratando de comprar

una compañía de bienes de lujo
llamada McKenna.

- ¿A qué se refiere
con "desde hacía días"?

- A que no salí de la oficina
durante tres días seguidos.

- ¿Ni siquiera a la noche?

- No.

Dormí en mi oficina.

- ¿Puede describir
su estado mental?

- Me sentía atrapado,

sentía que no podía salir
del edificio.

Literalmente, sentía
que iba a morir, igual que Ted.

Y eso me asustó.

Yo fui quien encontró
el cuerpo de Ted.

Al principio, pensé que estaba
dormido, pero estaba muerto.

- Si se sentía así,

¿por qué no renunció?

- Lo pensaba todo el tiempo,

pero no pude hacerlo.

Necesitaba aguantar,
tener éxito.

- Aunque Geller abusara de usted
verbal y mentalmente.

- Protesto.
- Ha lugar.

- Lo diré de otro modo.

Aunque se sentía destrozado
y atrapado.

- Sí.

Miren, sé que no tiene sentido,

pero no pensé que renunciar
era una opción.

No para alguien como yo.

- ¿Qué quiere decir?
- Yo no fui a Harvard.

No tengo un MBA.

Es como si hubiera entrado
por la puerta trasera.

Quería demostrar y demostrarme
que pertenecía.

Si renunciaba,
mi carrera se terminaría.

Otras firmas pensarían
que no pude lograrlo

o que me despidieron.

Los chicos ricos
con notas perfectas renuncian.

Los hijos de obreros
que fueron a Fordham, no.

Así que aguanté,
sin importar qué pasara.

- Cuando salió de la oficina
la mañana del 19 de julio,

¿qué quería lograr?

- ¿A qué se refiere?
- ¿Cuál era su objetivo?

- Mi objetivo era liberarme
del abuso de Geller.

- ¿Puede ser más específico?

- Sentía
que me estaba sofocando.

No podía respirar.

No podía pensar.

Mi corazón se estaba acelerando.

Como dije,
pensé que iba a morir.

Esa mañana,
cuando salí de la oficina,

mi propósito
era matar a Jon Geller

porque sabía que si no lo hacía,
yo terminaría muerto.

- Señoría, son casi las 5:00.

¿Podemos suspender por hoy?

- Sí, buena idea.

Nos vemos
mañana por la mañana.

[martillazo]

- Quiere que declare
como testigo de refutación.

- Lo necesito para establecer
el estado mental de Rossi,

su conducta general
la mañana del asesinato.

- ¿Por qué?

- Porque Rossi le dijo
al jurado que esa mañana

sentía que estaba
a punto de morir.

No podía respirar.
El corazón se le aceleró

y fue muy convincente.

- Sí, bueno, no estoy seguro
de poder declarar.

[carraspea]

- ¿Qué quiere decir?

Usted estaba ahí,
estaba con Rossi.

- Sí, pero estuve pensando
y comienzo a identificarme más

con el punto de vista de Rossi
en todo esto.

- ¿De qué diablos está hablando?

- Jon Geller y su número dos,
Carter Getzelman,

crearon un ambiente de trabajo
venenoso y hostil.

Degradaban a sus empleados
constante y sistemáticamente,

pedían cosas sin sentido
todo el tiempo.

No quiero declarar nada

que parezca que apoyo
ese tipo de conducta.

- Hijo de perra.

- ¿Disculpe?

- Usa este juicio para quitar
a Getzelman de su puesto.

- No.
Solo intento hacer lo correcto.

- [ríe burlón]
Eh, no. No, no, no.

No, lo correcto es decir
la verdad

y hacerle justicia a Jon Geller,

no usar su asesinato
para beneficio propio.

Dijo que lo apreciaba,
que lo respetaba...

que él lo hizo rico.

- Así es,

pero no lo suficientemente rico.

- Espero que valga la pena.

[suena campanilla]

- Sabía que Geller
era un tiburón pero...

- Todo es un juego
para esos tipos.

Apenas ven un atajo hacia
más dinero o poder, lo toman.

- Qué infierno vivir así,

excepto por los aviones privados
y las casas en los Hamptons.

- Debo dejar claro
que lo que dicen

que eran amenazas de Geller
era algo superficial.

Eran solo palabrería
e hipérboles

y que sin importar
cuán irrespetuoso era Geller

o cuán indefenso
se sentía Rossi,

nada justifica el asesinato.

La verdad es que Rossi se cansó

de que Geller lo humillara
y estalló.

- Si eso crees,

¿no deberías considerar
una condena menor?

- ¿Disculpa?
- Acabas de decir que estalló.

Si eso crees, entonces...

- Sí, sí, estalló,

pero fue un ataque
a sangre fría,

provocado por la ira,
el enojo, el odio.

- Sí, pero...
estaba en una situación difícil.

- ¿Qué quieres decir?

- Sabía que no encajaba, ¿no?

Que era diferente de la mayoría,

si no de todos
los otros empleados.

Estoy segura de que se llama
"síndrome del impostor".

- Entiendo.

Es comprensible que alguien

dude de su estatus

o de su sentido de pertenencia

en una organización
tan competitiva,

pero obviamente
no justifica el asesinato.

- No, claro.
Por supuesto que no.

Solo digo que explica...

la ira y el estrés.

No es fácil trabajar en un lugar

lleno de gente muy lista,
gente motivada

que estudió
en las mejores universidades

cuando tú eres un don nadie.

Te esfuerzas mucho
por encajar y ser como ellos.

Pero muy dentro de ti,
sabes que no lo eres.

- Entiendo lo difícil
que debe ser

y que es fácil para quien está
en esa situación

sentir inseguridad.

Pero, de nuevo, no tiene
nada que ver con este caso.

No importa que Rossi
parezca una persona decente,

que estuviera
intentando encajar,

ni que estuviera estresado
por el trabajo y humillado.

Ese es su trabajo.
Para eso firmó.

- Bueno, ¿qué puedo decir?

A mí me gusta defender
al perdedor.

- Lo sé.

Lamentablemente,
enjuiciar a gente decente

que hace cosas horribles,
gente como Rossi,

es parte de nuestro trabajo.

Para eso nos contratan.

CORTE SUPREMA, SALA 16
MIÉRCOLES, 16 DE OCTUBRE

Cuando aceptó la oferta
de Higson Capital,

sabía que tendría que cumplir

larguísimas jornadas de trabajo,
¿no es así?

- Sí.
- ¿Y que tendría que trabajar

durante los fines de semana

e incluso a veces
durante la noche?

- Sí.

- Pero no fue un problema.

- No sé a qué se refiere.

- El problema era Jon Geller.

Usted lo despreciaba.
¿Pensaba que era elitista?

- Sí a ambas preguntas.

- Es difícil trabajar
en un lugar como Higson,

un lugar que está lleno
de gente lista,

gente motivada que estudió
en las mejores universidades

cuando tú eres un don nadie.
- Así es.

- Se esforzaba mucho por encajar

y ser uno de ellos,
pero sabía que no lo era

y sabía que apenas cometiera
un error,

Geller lo dejaría en la calle.
- Supongo.

- Y odiaba a Geller
por hacerlo sentir así.

- Eso no es cierto.
- Usted no sufría

el síndrome
de banquero maltratado.

Usted sufría
el síndrome del impostor.

- No sé qué significa eso.

- Significa que usted sabía
que no pertenecía.

Sabía que sus compañeros estaban
más preparados que usted

y sabía que
Geller también lo sabía.

- ¿Tiene alguna pregunta?

- Al punto, Sr. Price.

- Usted no mató a Jon Geller

porque temía por su vida.

Mató a Jon Geller porque
lo hacía sentir inepto,

pequeño y débil.

Le molestaba
su fortuna y su linaje.

- Me molestaba su arrogancia.

- Y por eso lo mató,
porque era arrogante,

porque él veía
su verdadero rostro.

- Se creía un rey,
que podía decir lo que quería.

- ¡Y eso a usted le molestaba!

- ¡Sí!
- Señoría, solicito un receso.

- Usted mató...
- ¡Señoría!

- No necesitabamatar
a Jon Geller.

Quería matarlo.

- ¡Tiene razón, maldita sea!

¡Y ese hijo de perra
recibió su merecido!

[música dramática]

* *

- Esa debió ser
la deliberación de un jurado

más rápida de la historia.

- Confesó en el estrado.

- Sí.

Aún me siento mal por él.

- Yo no.

- ¿En serio?

¿Ni siquiera un poco?

Aspiro a ser tan desalmada
como tú algún día.

- Buena suerte.

Oye, sé que te desahogaste
conmigo antes.

Pero tú no eres
una impostora, Sam,

y si yo te hice sentir así...

- No.
No, para nada.

Es solo... mi forma
de ver el mundo, supongo.

[bocinazos]