All language subtitles for Boris Godunov 2

�Zarevich!

Es ella.

�Dimitry! �Eres tu?

�Eres tu por fin?
Eres tu, ya lo veo.

sola conmigo, bajo el techo
de la tranquila noche.

Oh, s� solo por una hora pudiera olvidar
los cuidados y preocupaciones de mi destino.

�Escucha las plegarias del amor! D�jame
darte todo lo que llena mi coraz�n.

Pr�ncipe, no es el momento.
Merodeas ocioso,

y mientras tanto la devoci�n
de tus partidarios se enfr�a.

ya corren dudosos rumores,
la novedad siempre borra a la novedad

- y Godunov adopta sus medidas.
- �Qui�n es Godunov?

�Es que oscila tu amor, mi �nica bendici�n,
cuando lo agita Boris?

No, no. Ahora miro con indiferencia
su trono, su poder real.

�Qu� es la vida sin tu amor,
o la gloria, o el trono de Rusia?

En la gris estepa, en una choza de barro,
tu me compensar�as por todas las coronas.

- Tu amor...
- �Que verg�enza!

No olvides, pr�ncipe, tu alto
y sagrado destino

tu dignidad deber�a ser para ti m�s valiosa
que los juegos de la vida y su atractivo,

pues con nada puede compararse.

No a un muchacho locamente excitado,
capturado por mi belleza, sino al heredero

del trono de Mosc� doy solemnemente
mi mano, al zarevich salvado por el destino

Dime...

si el ciego destino no me hubiera
asignado un nacimiento real,

si no fuera como soy el hijo de Iv�n,

si no fuera aquel muchacho tanto
tiempo olvidado por el mundo, dime

�me habr�as amado entonces?

Tu eres Dimitry, y as� como
no habr�as podido ser otro

tampoco a mi me ser�a posible
amar a otro.

�No! He actuado con falsedad,

y quiero decirte la verdad.
Has de saber

que tu Dimitry hace mucho
que pereci�

y fue enterrado, y nunca
se levantar� de nuevo.

�Y quieres saber qu� hombre soy?

Bien, te lo dir�.

Soy un pobre monje.

Cansado de mi servidumbre mon�stica
medit� bajo la capucha mi audaz designio.

Prepar� un milagro para el mundo...
y finalmente hu� de mi celda

y me mostr� a ti.
Me llam� a mi mismo Dimitry,

�Qu� dices tu, orgullosa Marina?

�Est�s contenta con mi confesi�n?
�Por qu� guardas silencio?

�Oh verg�enza!

�Ay de mi!

�Adonde me ha conducido un ataque de rabia?

Idiota, �qu� he hecho?

Ya veo, ya veo.

te averg�enzas del amor de quien
no es pr�ncipe. Pronuncia la frase

fatal. Mi destino est� en tus manos.

Decide.

Espero.

�Lev�ntate, pobre impostor!

Inclinados a mis pies he visto
caballeros y condes de alto linaje

y no rechac� sus ruegos
para que ahora un pobre monje...

No menosprecies al joven
impostor. Nobles virtudes pueden,

por ventura, encontrarse en �l
que le hagan merecer el trono de Mosc�

incluso sin la ayuda de tu
muy preciosa mano...

�Has pronunciado tu vergonzosa sentencia,
insolente desgraciado!

Te juro que solo tu fuiste capaz
de forzar la confesi�n de mi coraz�n,

Te juro que nunca,
en ninguna parte,

mi lengua pronunciar� de nuevo
estos pesados secretos.

�Tu juras! Entonces debo creerte.

�Creerte, claro!

�Pero puedo saber en nombre
de qu� juras?

�No ser� en el nombre de Dios, como
conviene a un devoto hijo de los jesuitas?

�O por el honor de la alta cuna
en la que naciste?

�O quiz� solo por la palabra real,
como hijo de rey?�No es as�? �Habla!

El fantasma del Terrible
hizo de mi su hijo,

y desde el sepulcro extrajo
para m� el nombre de Dimitry,

revolvi� al pueblo en torno m�o,

y se�al� a Boris como mi v�ctima.

Soy el zarevich, �y con eso basta!

Fue una verg�enza para mi postrarme
ante una arrogante dama polaca.

Adi�s para siempre.

El juego de la sangrienta guerra,

las grandes cuitas de mi destino,

atenuar�n, espero, las punzadas del amor.

Ahora te dejo.

La ruina, o tal vez la corona,
esperan a mi cabeza en Rusia.

Tanto si encuentro la muerte,
como soldado en honorable lucha,

o como criminal en p�blico cadalso,

no ser�s tu mi compa�era,

no compartir�s mi destino conmigo

�Y qu� ocurrir� si yo expongo antes
tu audaz fraude ante todos?

�Es que crees que te temo?

�Es que piensas que creer�n
m�s a una doncella polaca

que al propio zarevich de Rusia?

Sabe, orgullosa dama,
que ni reyes ni papas ni nobles

se molestar�n en saber si
mis palabras son verdad,

si soy Dimitry

o soy otro.

�Qu� les importa eso a ellos?

Yo les doy un pretexto para
la revuelta y la guerra

y esto es todo lo que necesitan.

Y tu, rebelde, cr�eme que ser�s
forzada por ellos a permanecer callada.

Adi�s.

�Zarevich, espera!

Al fin oigo hablar a un hombre
y no a un muchacho.

Eso me reconcilia contigo.

Pr�ncipe, he olvidado tu loco arrebato
y ya veo de nuevo a Dimitry.

Escucha...

�ya es hora!

Apres�rate, no te detengas m�s.

Conduce tus tropas velozmente a Mosc�

limpia el Kremlin, ocupa tu sitio
sobre el trono de Mosc�

y entonces env�ame
una petici�n de boda.

Pero, por Dios que me oye te digo,
que hasta que tu pie no pise seguro,

que hasta que Boris no sea
destronado por ti,

no ser� yo una de esas, dispuesta
a escuchar palabras de amor.

�Ah, v�bora! �V�bora!

No en vano temblaba yo. Sus buenas
noches me buscaron la ruina.

Pero estoy resuelto.

Al romper el d�a pondr�
mis tropas en movimiento.

16 de octubre de 1604

All�, est� all�.

�All� est� la frontera rusa!

�Madre patria! �Santa Rusia!
�Tuyo soy!

Con desprecio sacudo ahora
de mis ropas el polvo extranjero,

y ansiosamente bebo un aire nuevo,
el aire de mi tierra natal.

�Oh padre! Tu alma ha encontrado
ahora descanso.

En la tumba tus deshonrados huesos
tiemblan con s�bita alegr�a.

Bravo caballero. �Te envidio!

El hijo de Kurbsky, nutrido en el exilio,
haciendo olvidar las faltas de su padre.

redimiendo su transgresi�n en la tumba,

Est�s listo para verter tu sangre
por el hijo del gran Iv�n,

para otorgar a tu madre patria
su leg�timo zar.

Eres justo; tu alma debe
inflamarse de alegr�a.

�Y no debe tambi�n tu
esp�ritu regocijarse?

Ah� se extiende Rusia.
�Es tuya, zarevich!

All� el coraz�n de tu pueblo
espera por ti,

all� espera tu Mosc�,
tu Kremlin, tus dominios.

�Antes, oh Kurbsky,
debe fluir sangre rusa!

Tu has empu�ado la espada
por el zar. No hay mancha en ti,

pero te conduzco contra tus hermanos.
Llamo a Lituania contra Rusia.

�Muestro a los enemigos el anhelado
camino al hermoso Mosc�!

Mas caiga mi pecado no en mi,
sino en ti, Boris el regicida. �Adelante!

�Avanzad! �Y congoja para Godunov!

�C�mo es posible? Un monje renegado
trae contra nosotros una tropa de granujas.

�Un fraile truh�n se atreve
a escribir amenazas contra nosotros!

�Es hora pues de sujetar al loco!

No pasar�n tres meses, Se�or,

sin que las lenguas cesen
de hablar del impostor.

Cargado de cadenas, como una
bestia salvaje, le traeremos a Mosc�.

Lo juro por Dios.

�Shchelkalov! Manda edictos
a los gobernadores de todos los distritos.

Que monten en sus caballos
y que, como anta�o, enrolen al pueblo.

El hereje Grishka Otrepiev,
monje renegado,

antiguo monje novicio,
cl�rigo de la tierra rusa,

ha profanado la figura
del monje,

�Que sea condenado!

�Anatema!

A nuestro gran soberano

Boris Feodorovich

aut�crata de toda Rusia,

muchos a�os de vida

Sediciosos murmullos circulan
de un lado a otro. En las plazas

publicas las mentes hierven.

Necesitamos enfriarlas.

De buen grado detendr�a
las ejecuciones pero,

�de qu� forma y cuando?
Es lo que debemos determinar ahora.

Santo padre, se tu el primero
en expresar tus pensamientos.

Los medios para hacerlo,
Dios mismo los ha proporcionado.

Has de saber, se�or, que seis a�os
desde entonces han pasado.

Fue en el mismo a�o en el que
el Se�or te ungi� como soberano.

Entonces, una noche, vino a mi
un simple pastor, un venerable anciano

que me cont� un extra�o secreto.

En los a�os de mi juventud,
me dijo, perd� la vista,

y desde entonces nada conoc�,
ni d�a, ni noche, hasta mi vejez.

en vano me atiborr� con hierbas
y secretos conjuros.

Ba�� mis oscurecidos ojos en vano
con aguas de todos los pozos santos.

El Se�or no me concedi�
la curaci�n.

Una vez, durmiendo profundamente,
escuch� una voz infantil que me dec�a:

`Levanta, abuelo, ve a la ciudad de Uglich,
a la Catedral de la Transfiguraci�n.

Reza all� sobre mi tumba. El Se�or
da la gracia. Y yo te perdonar�.

Pero �qui�n eres tu?'
pregunt� a la voz infantil.

Soy el zarevich Dimitry,

a quien el Zar de los Cielos
ha unido a su coro de �ngeles.

Ahora soy un poderoso
hacedor de milagros.

Ve, anciano.

Despert� y me puse a pensar.

�Qu� es esto? Quiz�s es voluntad
de Dios concederme una curaci�n tard�a.

Ir�. As� que dirig� mis pasos
hacia el distante camino.

Llegu� a Uglich. Me acerqu�
a la sagrada catedral. O� misa.

Y cuando la gente comenzaba
a salir, le dije a mi nieto:

Cond�ceme, Iv�n, a la tumba
del zarevich Dimitry.

El muchacho me condujo...

y apenas formule una silenciosa
plegaria ante la tumba,

cuando la vista alumbr� mis ojos.

Contempl� la luz de Dios,
a mi nieto y a la tumba.

Este es el relato, Se�or,
que el anciano me cont�.

Este es mi consejo: Traslada al Kremlin
las sagradas reliquias

y depos�talas en la Catedral
de Arc�ngel.

Claramente ver� el pueblo
el imp�o fraude del villano,

el poder de tus enemigos
se desvanecer� como nube de polvo.

�Qu� mortal, santo padre,
conoce los caminos

del Alt�simo?
No soy yo quien para juzgarle.

No es momento de desconcertar al pueblo
con algo tan inesperado, grave y extra�o.

Veo necesario demoler el rumor difundido
desde fuera por el monje renegado,

pero para este fin otros medios
m�s simples nos servir�n.

Por tanto, cuando te plazca, Sire,

yo mismo aparecer� en los lugares
p�blicos, aplacar� esta locura

y dejar� en evidencia el vil
fraude de ese vagabundo.

�Que as� sea!

Mi se�or Patriarca, te ruego
vengas con nosotros al palacio,

donde hoy debo conversar contigo.

21 de diciembre de 1604

�Desgracia, desgracia!

�El zarevich! �Los polacos!
�Ah� est�n! �Ah� est�n!

�D�nde, donde? �Volved! �Volved!
(en franc�s)

Vuelve tu si quieres,
maldito infiel.

�Qu�, qu�?
(en franc�s)

�Cu�! �Cu�! Te gusta, rana de ultramar,
el croar del zarevich ruso

pero nosotros, nosotros
somos ortodoxos.

�Qu� quiere decir "ortodoxo"?

�Piojosos!�Maldita canalla! Se�or,
me da rabia

se dir�a que no hay brazos
para golpear,

sino solo piernas
para abandonar el campo.

Es una verg�enza
(en alem�n)

�Esto se est� poniendo caliente!

Ese diablo de impostor
como le llaman,

�Es un tipo normal,
con pelos en el culo?

- �Qu� pens�is, mein Herr?
- �Oh si!

�Mirad, mirad!

�Ah! Aqu� vienen nuestros alemanes.

�Se�ores!

Mein Herr, d�gales que se reagrupen
y, maldici�n, �carguemos!

Muy bien.

�Alto!

�Vamos!

�Con la ayuda de Dios!

�Cese la lucha!
Hemos vencido. �Es suficiente!

No malgast�is sangre rusa.
Cesad la lucha.

El hereje Grishka Otrepiev,
monje renegado

antiguo monje novicio,
cl�rigo de la tierra Rusa

ha profanado la figura
del monje

�Que sea condenado!

�Saldr� pronto el zar
de la catedral?

La misa ha terminado,
ahora est�n en el Te Deum.

�Qu�!
�Le han maldecido ya?

D�jales maldecir lo que les plazca.

El zarevich no tiene nada
que ver con ese Otrepiev.

Pero est�n cantando misa
por el reposo del alma del zarevich.

�Qu�? �Una misa de funeral
cantada para un hombre vivo?

Sufrir�n por ello.
�Desdichados imp�os!

�Chssst! Un ruido. �No es el zar?

No, es el idiota.

�Nic, Nic, de hierro
el gorro de dormir!

�Dejadle en paz,
peque�os diablos!

Inocente, ruega por m�, pecadora.

Dame, dame,
dame una monedita.

Aqu� tienes una moneda;
recu�rdame en tus oraciones.

La luna sale a navegar,

el gatito llora,

Nic, levanta,

Reza a Dios.

�C�mo est�s, Nic?

�Como suena!

Pero tengo una monedita.

�No es verdad. Vamos,
ens��ala!

Se llevaron mi monedita,

hacen da�o a Nic.

�El zar, el zar viene!

�Boris, Boris!

Los chicos hacen da�o a Nic.

�Dadle una limosna!

�Por qu� llora?

Los chicos me hacen da�o...

Da orden de matarlos,
como mataste al peque�o zarevich.

�Vete, idiota! �Apresad al idiota!

Dejadle en paz.

Ruega tu por m�, Nic.

�No, no!

Es imposible rezar por el
zar Herodes,

la Madre de Dios lo proh�be.

- �D�nde est� el prisionero?
- Aqu�.

Tr�ele ante m�.

�Qui�n eres t�?

Rozhnov, un noble de Mosc�.

- �Llevas mucho de servicio?
- Cerca de un mes.

�No te averg�enzas, Rozhnov, de haber
empu�ado la espada contra m�?

�Qu� otra cosa pod�a hacer?
No fue culpa nuestra.

�Luchaste en los muros de Seversk?

Llegu� de Mosc� dos semanas
despu�s de la batalla.

�Qu� hay de Godunov?

La p�rdida de la batalla y la herida
de Mstislavsky le han afectado mucho.

Ha enviado a Shuisky para tomar el mando

Bien. �C�mo van las cosas en Mosc�?

Todo est� tranquilo,
gracias a Dios.

Dime. �Me esperan?

Sabe Dios. All� ahora
nadie se atreve a hablar mucho.

A algunos les han cortado la lengua
y a otros la cabeza.

Cada d�a hay una ejecuci�n.
Todas las prisiones est�n a rebosar.

�Bien! �Y qu� dicen de mi
en tu campamento?

Hablan de su gracia;
dicen, se�or no os encoleric�is

que sois un truh�n,
pero buena persona.

Se lo probar� con mis obras.

Amigos, no esperaremos a Shuisky

Os deseo alegr�a.
Ma�ana, a la batalla.

�Larga vida a Dimitry!

De nuevo debe refulgir nuestra
vieja y ancestral espada,

La gloriosa espada,
el terror del oscuro Kaz�n

�Esta buena espada,
servidora de los zares de Mosc�!

Ahora se revelar�
en su fest�n de muerte,

sirviendo al due�os
de sus esperanzas.

�A m�!

�Dadme un caballo!

�Mi pobre caballo!

Se muere.

�Qu� hacer?

Qu�tale la brida
y suelta la cincha.

Dej�mosle al menos
morir libre.

�Buenos d�as a vosotros,
caballeros!

�C�mo es que no veo a Kurbsky
entre vosotros?

Cay� en el campo de batalla.

�Honor al valiente
y paz para su alma!

�Y ahora donde pasaremos la noche?

�Por qu�? En el bosque..

�Y por qu� no levantar aqu�
el campamento para la noche?

Al alba tomaremos el camino
para cenar en Rilsk. Buenas noches.

Agradables sue�os, zarevich.

Machacado a golpes,
salvado solo por la huida,

permanece sin preocupaciones,
como un simple ni�o.

Es evidente que la Providencia
le protege.

Y nosotros, amigos m�os,
no nos descorazonaremos.

Hemos vencido pero
�qu� beneficio hay en ello?

Hemos sido coronados
con una vana conquista.

El ha reunido de nuevo
sus dispersas fuerzas,

y de nuevo nos amenaza
desde las murallas de Putivl.

Y mientras tanto
�Qu� hacen nuestros h�roes?

Est�n parados en Krom,

frente a las podridas almenas donde
una banda de cosacos les desaf�a.

�Glorioso!
No, estoy descontento con ellos.

Voy a enviarte a ti, para que
te pongas al mando.

Doy la autoridad no al nacimiento,
sino a la inteligencia.

Que su orgullo de ser los primeros
en todo sea herido.

Es hora de despreciar las murmuraciones
de los distinguidos don nadie.

Y anular perniciosas costumbres.

�Ay, mi se�or!
Bendito cien veces ser� aquel d�a

en que arda la lista de los nobles,
con sus disensiones, su ancestral orgullo.

Ese d�a no est� lejos.

Pero primero he de dominar
la insurrecci�n del pueblo.

�Por qu� te preocupas? El pueblo
siempre se inclina a la secreta traici�n

Incluso el veloz corcel muerde el freno
y se queja el joven del gobierno del padre.

�Y qu�?

El jinete tranquilamente domina al corcel,
y el padre controla a su hijo.

A veces el caballo
arroja al jinete,

y no siempre el hijo
se somete a la voluntad del padre.

Podemos refrenar al pueblo
solo con severidad incansable.

As� pensaba Iv�n, sagaz aut�crata
y dominador de tempestades

y as� piensa su feroz nieto.

No, no, la amabilidad con
el pueblo es un desperdicio.

Act�a bien y no te lo
agradecer�n en absoluto.

Extorsiona y ejecuta
y no te ir� peor.

�Y ahora qu�?

Los hu�spedes extranjeros
han llegado.

Voy a darles la bienvenida.

Basmanov, espera,
qu�date aqu�.

Aun necesito hablar
unas palabras contigo.

Un gran pensamiento ha nacido en
su mente. �Que no se enfr�e!

�Que carrera para m� cuando rompa �l
el ancestral cuerno de la nobleza.

No tengo rival en la guerra,
quedar� como el m�s pr�ximo al trono.

y podr�a suceder que...

- �Buscad un m�dico!
- �R�pido, avisad al Patriarca!

�Un confesor!

El zar est� enfermo,
el zar se muere.

�Zarevich, buscad al zarevich!

Que se marchen todos.
Dejadme solo con el zarevich.

Me muero.

Abrac�monos.

�Adi�s, hijo m�o!

En esta hora empieza
tu reinado.

�Oh Dios, Dios m�o! En esta hora
estar� en tu presencia.

Y no tengo tiempo para limpiar
decididamente mi alma. Pero,

hijo m�o, me eres m�s querido que la
salvaci�n de mi alma. Que as� sea.

S�bdito era al nacer. Escrito parece
que muera s�bdito en la oscuridad.

Pero alcanc� la soberan�a
�Y ahora? No preguntes.

Basta con que seas inocente.

Ahora reinar�s en justicia

y solo yo responder� por
todo a Dios.

Presta atenci�n...

Primero selecciona un firme consejero.
maduro en edad,

amado por el pueblo, honrado entre
los boyardos por nacimiento y fama.

El ej�rcito ans�a hoy
un h�bil jefe.

Env�a a Basmanov y soporta firmemente
la murmuraci�n de los boyardos.

No cambies ning�n procedimiento.
La costumbre es el alma de los estados.

Al final tuve que volver a los destierros
y ejecuciones. Estos no puedes abolirlos.

Al mismo tiempo, poco a poco,
acorta de nuevo las riendas del gobierno.

ahora relajadas;
Pero que no escapen de tus manos.

Se taciturno.

La voz real nunca debe perderse
en vaciedades.

sino que, como campana sagrada,
debe sonar solo para anunciar

grandes fiestas o desastres.

Querido hijo,

te acercas a esos a�os en los que
la belleza femenina nos agita la sangre

Preserva la sagrada pureza de la inocencia
y el orgullo sin avergonzarte.

De tu casa se siempre la cabeza.

Honra a tu madre, pero gobierna
tu casa por ti mismo.

Tu eres a la vez hombre y zar.

Se cari�oso con tu hermana.

Quedas como su �nico protector.

No, no. Sigue viviendo, padre m�o,
y gobierna durante mucho tiempo.

Sin ti, el pueblo y tambi�n
nosotros pereceremos.

Todo se acaba para m�.
Mis ojos se van oscureciendo.

Siento la frialdad de la tumba.

�Qui�n est� ah�?

Esas vestiduras. La sagrada tonsura.

La hora ha llegado.
El zar se vuelve monje,

y el negro sepulcro
ser� mi celda..

Espera aun un poco,
se�or m�o Patriarca.

Aun soy zar. Escuchadme, boyardos.

A este, mi hijo, encomiendo ahora
el reino. Rendid homenaje a Feodor.

Basmanov, tu y vosotros amigos m�os,
al borde de la tumba os ruego

servir a mi hijo con rectitud y celo.

Porque es a la vez joven
e incorrupto. �Lo jur�is?

Lo juramos..

Lo juramos.

Estoy contento.

Perdonadme tanto mis tentaciones
como mis pecados,

mi premeditaci�n y secretas injurias.

Ahora, santo padre, aprox�mate.
Estoy listo para el rito.

Entra aqu� y habla libremente.
ya que el te env�a para verme.

El te ofrece su amistad y el lugar
m�s pr�ximo al suyo en el reino de Mosc�.

Pero a esa alta posici�n
ya he sido elevado por Feodor.

Mando al ej�rcito. Por m� despreci� el
el rango y la ira de los boyardos.

Yo le he jurado lealtad.

Al leg�timo sucesor del trono
juraste tu lealtad.

Pero �y si uno m�s leg�timo
vive todav�a?

Escucha, Pushkin, ya basta de eso.
No mas cuentos. Conozco al hombre.

Rusia y Lituania hace mucho
que le reconocieron como Dimitry

pero, en cuanto al resto,
no me consta.

Quiz�s es el real Dimitry,
quiz�s solo un farsante.

Solo esto se, que pronto o tarde
el hijo de Boris le entregar� Mosc�.

Tanto m�s est� yo junto al joven zar.
tanto m�s tardar� el en entregar el trono.

Tenemos bastantes tropas, gracias a Dios.
y yo les inspirar� con victorias.

Contigo no disimular�. Pero, Basmanov,
�sabes donde reside nuestra fuerza?

No en el ej�rcito, no. No en la
ayuda polaca, sino en la opini�n

Si, en la opini�n popular.

No, Basmanov, es muy tarde para soplar
en los fr�os rescoldos de esta disputa.

Con todos tus reda�os y firmeza
no podr�s oponerte a �l.

�No ser�a mejor para ti ofrecer
a nuestro jefe un ejemplo de sabidur�a?

�Proclamar a Dimitry zar y, por ese acto,
hacerle tu amigo para siempre?

�Qu� piensas?

- Ma�ana lo sabr�s.
- Decide. - Adi�s.

Pi�nsalo bien,
Basmanov.

Tiene raz�n. Tiene raz�n.

En todas partes florece la traici�n.
�Qu� har�?

Espera. �Podr�an los rebeldes
entregarme encadenado a Otrepiev?

Yo no podr�a haber predicho mejor
la tormentosa marcha de los acontecimientos.

�Pero quebrantar mi juramento!
�Merecer�a el deshonor para siempre!

�Compensar la confianza de mi
joven soberano con la horrible traici�n!

Es cosa leve, en vez de deshonroso exilio,
meditar en sedici�n y conspiraciones pero

�es apropiado para mi,
el favorito de mi se�or?

Pero la muerte... pero el poder...
las miserias del pueblo...

El zarevich nos ha enviado
a un boyardo.

Oigamos lo que el boyardo
tiene que decirnos.

�Aqu�! �Aqu�!

�Habitantes de Mosc�!

El zarevich me pide que os
transmita sus saludos.

Sab�is que la Divina Providencia
salv� al zarevich de los asesinos.

El fue a castigarlos pero el juicio
de Dios hab�a ya golpeado a Boris.

Toda Rusia se ha sometido a Dimitry

Con coraz�n arrepentido.
Basmanov se ha puesto al frente

de sus tropas para jurarle lealtad.

Con amor, en paz, Dimitry
viene a vosotros.

Por complacer a la casa de
Godunov, �alzareis la mano

contra el leg�timo zar,
contra el nieto de Monomakh?

No lo haremos.

�Ciudadanos de Mosc�!

El mundo entero sabe cuanto hab�is
sufrido bajo el yugo del cruel extranjero

destierro, deshonor, ejecuciones,
impuestos, penalidades, hambre...

todo eso hab�is experimentado.

Dimitri est� dispuesto a mostraros favor.

Pero �l mismo viene a este trono
ancestral con temerosa escolta.

No provoqu�is la ira del zar, temed a Dios
y jurad lealtad al leg�timo gobernador.

�Qu� podemos decir? El boyardo habla
la verdad. �Viva Dimitri, padre nuestro!

�Pueblo! �Al Kremlin!
�Al palacio real!

�Amarrad al cachorro de Boris!

�Muerte a la raza de los Godunov!

�Amarradlo, ahogadlo!
�Viva Dimitri!

�Una limosna por amor de Dios!
�Una limosna por amor de Dios!

Vete. Est� prohibido
hablar a los prisioneros.

Vete, anciano, soy m�s pobre que tu,
tu al menos eres libre.

- Hermano y hermana.
- Pobres ni�os, como p�jaros en una jaula.

�Vas acaso a tenerles pena?
�Maldita familia!

El padre fue un villano,
pero los hijos son inocentes.

La manzana no cae nunca lejos
de donde est� el manzano.

�Querido hermano!

�Querido hermano!
Creo que los boyardos vienen por nosotros.

Son Golitsin y Mosalsky.
no conozco a los otros.

�Ah! Querido hermano,
me falla el coraz�n.

Dejad paso, dejad paso,
llegan los boyardos.

�A qu� han venido?

Posiblemente para tomar juramento
a Feodor Godunov. - Lo m�s probable.

�Subiremos!

Las puertas est�n atrancadas.

�Pueblo! Maria Godunov y su hijo Feodor
se han suicidado con veneno.

Hemos visto sus cad�veres.

�Por qu� call�is?

Gritad, �larga vida
al zar Dimitry Ivanovich!

Actores que aparecen en
escenas de masas.

Apariciones epis�dicas

Orquesta del Teatro Bolshoi
Director Vyacheslav Ovchinnikov

Equipo