All language subtitles for Mayerling - 1936

Su Excelencia, el primer Ministro,
el Conde Taaffe.

Llevo esperando cinco minutos.

Su Majestad, disc�lpeme,
pero tuve un retraso.

Est� bien.
Proceda por favor.

Los preparativos de la boda est�n listos:
la procesi�n, los carruajes, la polic�a...

Siguiente asunto.

Debo dirigir la atenci�n
de Su Majestad...

a las intolerables
manifestaciones estudiantiles.

�Contin�an?

M�s frecuentes
y violentas cada d�a.

Debo destacar en particular
la campa�a que el Sr. Szeps...

contin�a estimulando
en su peri�dico marcadamente liberal.

Sabe exactamente hasta d�nde puede
llegar y se detiene justo ah�.

No puedo tocarlo a menos que
tuerza un poco la ley.

No ser�a tan descarado
sin sus amigos en las altas esferas.

�Qu� quieres decir? Sabes que me gusta
que las cosas sean dichas claramente.

Solo es mi impresi�n,
pero yo creo...

que Szeps visita demasiado frecuentemente
los apartamentos del pr�ncipe.

- Albert.
- S�, Su Majestad.

Este Croissant tiene mal sabor.
�Hemos cambiado a los cocineros?

Lo lamento, Su Majestad,
pero nuestro cocinero est� enfermo.

Cuando est� enfermo,
el desayuno se vuelve incomible.

Pero ese es el menor de mis problemas.
�Por d�nde �bamos?

Las frecuentes visitas de Szeps...

Est�bamos, de hecho, discutiendo sobre
los estudiantes. �Qu� pretende hacer?

�Tengo su permiso para
usar la fuerza?

Es la fortaleza y no la fuerza lo que
los comandos respetan, mi querido Taaffe.

R�pido, sus pasaportes.
�Nacionalidad?

- Checo.
- Croata.

No reconocemos ni a checos ni a croatas,
solo a los fieles s�bditos de Su Majestad.

S�bditos, s� somos.
Fieles ya es otra cosa...

- Si se cree lo que dicen los pasaportes...
- �Ll�venselos!

Mande a los siguientes diez para
que vean al inspector.

�Silencio!
�Qu�tense las gorras!

- Nombre y documentos.
- Aqu� est�n, se�or.

Yo solo iba a clases y no sab�a
nada de esto. Mi padre...

Est� bien, d�jenlo ir.

Siguiente.

�Szeps, editor jefe
del nuevo peri�dico de Viena?

�C�mo se enred� usted
en este l�o?

Yo s�lo pasaba por all�.

Le ruego se mantenga
a disposici�n de la polic�a.

Que firme el formulario.

- Siguiente. �Documentos?
- No tengo ninguno.

No tiene. �Nombre?

Rudolf.

Este no es lugar para bromas.
�Rudolf qu�?

- De Habsburgo.
- �Qu�?

�Rudolf de Habsburgo?

�El archiduque?

Pero su excelencia...

El heredero al trono de Austria
rodeado de ese Szeps y por la polic�a.

Te mezclas con ese canalla
y te pones al lado de la chusma.

Tienes amigos que buscan echar abajo a
la monarqu�a, y hasta destruir el imperio.

- T�, el hijo del Emperador.
- Ah�rrame tu serm�n, padre.

Estoy aprendiendo a dirigir a mi gente,
comenzando por escucharla.

Deja que otros los escuchen.
Tienes secretarios, ministros, polic�as.

Debieras estar dedicado a tu
futura esposa antes que a ese Szeps.

Por favor, no me pidas que act�e
como amante feliz.

- Este matrimonio fue idea tuya.
- Para asegurar la corona y tu felicidad.

Pero ambas cosas son
irreconciliables.

Lo he visto en los ojos de mi madre
desde que era peque�o.

- �Se queja ella acaso?
- No m�s que yo.

Acept� casarme con Stephanie,
pero no esperes que me muestre feliz.

Rudolf, �hay alguna mujer
en tu vida?

�Una mujer? Hay diez.
Cientos.

Todas las que quiero,
y hasta las que no quiero.

Pero no se hable m�s. Me casar� con la
princesa y te dar� un heredero.

Los intereses del estado ser�n servidos.
No pidas de m� m�s que eso.

Un espect�culo magn�fico.

Nadie escapa a su destino,
hijo m�o.

Dios garantice
que aprendas eso con el tiempo.

Dios est� garantizando que no pueda
conocer al gran amor de mi vida.

Estoy empapado.

Mientras m�s llueve aqu� afuera,
mejor se lo pasan ah� adentro.

�Qu� porquer�a de trabajo!

Al menos tenemos el honor de estar
cerca de su alteza en persona.

Mira, otra visita.

- Es el Conde Hoyos.
- Son compa�eros de juerga.

Como t� y yo.

�Qui�n es el otro?

El Coronel de los H�sares,
el Bar�n Cravet.

Espera.
Voy a escribir eso.

Empieza una hoja nueva.
Ya es m�s de medianoche.

Es verdad.
Ya es 10 de Mayo.

- �No es gracioso?
- �Lo qu�?

- 10 de Mayo.
- �Y qu�?

Hace cinco a�os que se cas�.

Tienes raz�n.
Hace justo cinco a�os.

Si yo me atreviera a salir
en nuestro aniversario,

Mimi me matar�a.

- Estaremos aqu� hasta que amanezca.
- O hasta que ellos terminen.

Brindemos...

por los camaradas
y el combate.

Cantemos...

por la patria y por la gloria.

Marchemos...

todos hacia la victoria.

Pero primero hasta perder la cabeza
nos enamoraremos.

As� que amigos, brindemos.

�Cansado, Su Alteza?

Aburrido, Josef.
Mortalmente aburrido.

�No quiere beber con nosotros,
Su Alteza?

Este es el aniversario de su
matrimonio.

�Gracias, Josef!

Caballeros, al parecer hoy es
el aniversario de mi matrimonio.

�Pidieron un brindis?
Aqu� est�:

A la salud de la feliz pareja.

�Qu� pasa? �No van a brindar
por mi felicidad?

�A la salud de su alteza!

Marinka, �no vas a cantar en
honor de esta ocasi�n?

Su Alteza no tiene m�s que pedirlo.

Philippe.

- �Est� Szeps aqu�?
- No ha llegado a�n, Su Alteza.

Como siempre, se encuentra con Hoyos,
el pr�ncipe Philippe, y el resto.

- �Y Marinka?
- Marinka tambi�n, por supuesto.

Tengo agentes que me informan
cada 15 minutos.

- �A�n no ha aparecido Szeps?
- No.

�Est� seguro que ir�
a Sacher's?

Completamente. Todav�a necesita los
documentos para su art�culo de ma�ana.

- Nuestros agentes no le pierden de vista.
- As� que a�n no ha visto al Archiduque.

Si s�lo pudiera probar que
trabajan juntos.

�Debo conseguir esos documentos
a toda costa!

Descanse tranquilo, Su Excelencia.
Son astutos, pero yo s� hacer mi trabajo.

�Por qu� te amo?

�Son acaso tus bellos ojos,
tu cabello?

El suave sonido de tu voz.

Oh, �por qu�?

S�, �por qu�?

�Por la comida?

�Por tu dinero?

�Por tus crueles maneras?

�Por el prestigio de tu nombre?

No, no es por eso.

�Por qu� te amo?

No preguntes las razones.

Mientras yo lo sepa...

y me gustes, es suficiente.

�Por qu� te amo?

Debiera decir que no hay raz�n.

Pero en mis brazos
tus cari�os se desvanecer�n.

�Est�s so�ando, Marinka?
Conmigo, espero.

Me abandonar�s pronto,
como todos los dem�s.

�Qui�n puede saber esas cosas?

Conf�a en el destino como
yo conf�o en ti.

- Est� celosa, Su Alteza.
- Sangre gitana.

Ella lo niega, pero est� locamente
enamorada de Su Alteza.

Locamente enamorada...

- �Y?
- Todav�a no aparece.

Debo saber cu�ndo llega,
o me las pagar�s.

- �Va a esperar aqu�?
- Todo el tiempo que requiera.

- Quiero arrestar a Szeps yo mismo.
- Lo comprendo.

Felicidades, Marinka.

Cantas a�n m�s dulcemente
para la polic�a que para m�.

Act�as como una encantadora amante,
pero en realidad eres un par�sito.

Inscr�bete nuevamente como
"la gitana polic�a".

Con tu nuevo director
de orquesta aqu� presente.

- �Qui�n te env�a?
- Su Alteza...

�Qu� Alteza!

Me est�s tratando como un preso,
como un ladr�n, como un criminal.

�Qui�n te env�a?
�Dime!

�D�melo o har� que te lo expriman!

Su majestad, por favor...

Tienes miedo del Primer Ministro.
Te env�a Taaffe, �verdad?

Su Majestad...

Demasiado cobarde hasta para confesar.
Me repugnas.

Toma, Marinka, odiar�a que perdieras
el dinero por el que me vendiste.

Despu�s de lo de anoche,
mi paciencia est� al l�mite.

- Olvida todo eso.
- No, ya he tenido suficiente.

A veces quisiera desaparecer.
Me mantienen vigilado todo el tiempo.

Sin mirar, puedo decirte que dos agentes
nos siguen en este mismo momento.

Por fin se han sentado.
Podemos descansar un poco.

�Por qu� le gusta tanto caminar
teniendo tantos carruajes?

Estos lugares son
la �nica diversi�n que me queda.

�Y las mujeres?

Me dan asco y me aburren.

Me persiguen s�lo por vanidad
y amor propio.

Es demasiado f�cil.

Sus propios maridos
las empujan a mi cama.

Hagamos un experimento.
�Qu� pasar�a si yo saliera con tu hija?

- �Mi hija?
- �Por qu� no? Es joven y bonita.

Es demasiado joven.

Adem�s, no es de tu tipo.

Usa lentes
y tiene tobillos gruesos.

No te preocupes.
S�lo bromeaba.

Szeps, mira esa chica.

Es maravillosa.
Espera aqu�.

�Por qu� tan sola, cari�o?

No te asustes, querida.
Soy muy bueno, de verdad.

�C�mo se atreve a molestar
a esta joven dama?

Pens� que estaba sola...

- Est� conmigo. �Es eso suficiente?
- Si, por supuesto.

Solo pens�... disc�lpeme.

Disc�lpeme.

�C�mo podr�a? Usted no me conoce.
Acaba de mentir.

�No es mejor una peque�a mentira
que una impertinencia?

- S�, el tipo ese era horrible.
- �Lo ve?

- Gracias.
- No, no me lo agradezca.

Es usted muy joven para andar
sola entre la multitud.

No estaba sola,

perd� a mi madre, a mi hermana
y a un primo entre la multitud.

- Entonces los buscaremos.
- �Usted y yo?

Si le parece bien.

Es raro, pero tengo la sensaci�n
de que lo conozco.

En contra de los deseos
de mi padre, el rey,

he venido hasta ti,
pr�ncipe de mi coraz�n.

�Oh, �ngel m�o!

�Oh, mi tesoro!

- Me vestir� con mi armadura de plata.
- �Para hacer qu�, mi le�n?

Para contarle al rey nuestro amor.

- Dios te salve.
- Dios salve nuestro amor.

�Oh, Dios m�o!

- �Qui�n es este hombre tan terrible?
- Soy el demonio.

- He venido a por ti.
- �Por qu�?

Para asarte y tostarte,
para cocerte y hervirte.

Se�or Demonio,
por favor no me lleve.

- Esta felicidad deb�a ser m�a.
- �Mejor a�n!

�Las almas felices
son las mejores para atormentar!

�Tened piedad, se�or Demonio!

�No, no habr� piedad!

Qu� triste.

Ella am� y fue castigada
por ello.

- No me parece justo.
- No, no lo es.

�A qui�n me recuerda usted?

Mire, son tan bellos.

- Ese se parece a usted.
- Ojal� fuese as�.

Intentar� acertarle con un anillo.
Deme un anillo.

Tres anillos por 20 sous.

- Jam�s lo lograr�.
- Espere y ver�.

Fall�.

Fall� de nuevo.

�Lo logr�!

Incre�ble.

Se�or, gan� este caramelo.

Gracias.
Qu� suerte.

Espere. Lo dividiremos en
partes iguales.

- Tome, para usted.
- Gracias, me encanta.

�Mi madre!
No debe verme con un extra�o.

- No se vaya. No la ha visto.
- No, no puedo quedarme. Adi�s.

Me di cuenta, en un momento
en que usted no me miraba,

que es al Archiduque Rudolf
al que usted me recuerda.

- �Y eso le molesta?
- No, para nada.

Adi�s.

�Desde cu�ndo es Su Majestad
aficionado al caramelo?

�Caramelo?

Debe haber sido otra larga noche,
Su Alteza.

No es mi culpa, Loschek.

Debo descansar del aburrimiento
de mis d�as.

Lo comprendo, Su Alteza.

La vida no es un carnaval.

Su voz suena muy rara.
�Malas noticias?

El Sr. Szeps estuvo aqu� temprano,
antes del amanecer.

�Por qu� no lo hiciste pasar?

No le quise despertar, y �l estaba muy
apurado. Su peri�dico ha sido cerrado.

- Existe una orden para que sea arrestado.
- �Szeps fue arrestado?

No, logr� escapar.
Est� sano y salvo.

Me pidi� que le asegurara a Su Alteza
que no debe preocuparse.

�C�mo se atreven?
Esta vez han llegado demasiado lejos.

Adelante.
�De qu� se trata?

Su Excelencia, el primer ministro,
el Conde Taaffe.

- Su Alteza no est� lista...
- D�gale que pase.

�Me ha o�do?
D�gale al Conde Taaffe que pase.

Su Alteza est� en el ba�o.

Mis respetos, Su Alteza.

�A qu� debo este honor?

He venido temprano...

porque deseo informarle
personalmente de las medidas...

ordenadas por Su Majestad para
hacer frente a Szeps y a su peri�dico.

Ya lo s�.

Su Alteza est� bien informada.

Eso es desafortunado para m�,

ya que esperaba poder demostrarle
mi sinceridad y devoci�n.

Nunca use palabras
que no puede comprender.

Su Alteza es injusta.

He venido con la esperanza
de que logr�ramos un entendimiento.

Nuestro objetivo com�n
son los intereses nacionales.

�Me esp�a usted para defender
los intereses nacionales?

S�lo deseo que Su Alteza est�
bien protegida.

�Protegido contra qu� o qui�nes?
S�lo necesito protecci�n contra usted.

Esc�cheme bien.

Exijo que las medidas tomadas contra
Szeps sean derogadas inmediatamente.

Esa orden excede mis funciones.
S�lo su majestad puede...

Esta no es una acci�n de Su Majestad,
sino tuya.

Perm�tame explicarle...

- �Anular� esas �rdenes?
- No puedo hacerlo.

Loschek, mi chaqueta.
�S� o no?

Usted sabe que
eso es imposible.

Ya veremos.

Al pr�ncipe se le nota nervioso.
Falta de sue�o, sin duda.

Su Alteza
duerme muy bien.

Loschek,
usted lo conoce mejor que yo.

�Cree que debo esperarlo?

Creo que no, Su Excelencia.

D�gale a Su Majestad que
debo hablar con �l inmediatamente.

- Al archiduque se le ve alterado hoy.
- Es muy alterado, como su madre.

�C�mo puede alguien alterado ser
tambi�n un so�ador?

�Y bien? Tengo prisa.

Su Majestad est� muy ocupado
en este momento.

�C�mo?

No le puedo garantizar una audiencia
antes de 48 horas.

�48 horas?

�No puedo ver a mi propio padre?

No habr� audiencia por 48 horas...

Para m�, su hijo.

Su alteza, por favor.

Loschek, esto no puede seguir as�.
Esta gente me est� matando.

Pero en realidad qu� importa,
con mi vida tal como es.

No puedo ir a donde quiera,
ni ver a nadie a mi gusto.

Encarcelado dentro de un uniforme
desde los ocho a�os.

Mi amigo es arrestado.

Pido ayuda a mi padre y me responde
a trav�s de su Ayuda de Campo.

�Protocolos, intrigas, traici�n!
�Ya basta!

Su Alteza, mi pobre pr�ncipe,
no se atormente tanto.

No hay nadie en este mundo
al que pueda recurrir.

Alguien sin ambici�n que no me traicione
y mire m�s all� de mi rango.

Que me acepte como un simple
ser humano.

Eso es lo que necesito.

Dime, �acaso no soy un hombre
como cualquier otro?

�No tengo derecho a tener
un poco de felicidad?

Debo estar loco.

No puedes hacer nada por m�,
mi pobre y viejo amigo.

Nadie puede,
ni siquiera yo mismo.

�Y ahora qu�?

Su Majestad solicita su presencia en
la gala de la �pera de esta noche.

Toda la corte asistir�.

Su Majestad insiste sobre
su presencia en el Palco Real.

�Una gala? �Toda la corte?

Al fin una respuesta, Loschek.
�Una gala en la �pera!

La princesa Stephanie est�
con el emperador, como siempre.

Mientras el archiduque...

�A qui�n le sonr�es, Edwige?

A la prima del Archiduque,
la Condesa Larisch.

La llaman "Serpiente de Cascabel".
Es letal.

Edwige no deber�a sonre�r.
Sus dientes son tan falsos como sus perlas.

�Qu� multitud!

Mira, alguien nuevo
en el tercer palco a la izquierda.

�La de blanco?
Es la hija de la Baronesa Vetsera.

Toda su familia est� ah�.
El joven teniente es su hermano.

Debo tomar a esa ni�a
bajo mi protecci�n.

Si nadie se ocupa de ella,
yo me ocupar� de su futuro.

Ya te puedes sentar, Marie.

Georges, el oficial
sentado al lado del emperador...

Es el Archiduque Rudolf,
por supuesto.

Hola.
No, por favor, no se levanten.

Solo vengo un segundo,
antes de que se levante el tel�n.

- La Condesa es muy amable.
- Un vestido encantador, como siempre.

Hola Georges, Hanna.
Y vuestra peque�a prima.

�Y Marie, una verdadera dama!

Ya s� que una vida de aislamiento
es una vida feliz,

pero esta ni�a es demasiado adorable
como para que la escondan.

Debe asistir
a mi pr�xima recepci�n.

�No te gustar�a asistir, Marie?
�Con qu� sue�as?

El tel�n se est� levantando.
Debo volar.

- �Ha pensado en m�, Condesa?
- �En usted? �Por qu� deber�a hacerlo?

Ah, s�, por supuesto.
Nunca me olvido de nada.

- �Te ha gustado?
- S�, mucho.

Es maravillosa.
�C�mo se llama?

- �Qui�n?
- La bailarina.

Ah, es... no lo s�.

Georges, acomp��ame
a saludar a la princesa Emilie.

Esperadme aqu�.

�Mirad!
La Schratt con el emperador.

- �D�nde?
- En el medio del palco.

�Qui�n es ella?

�Has o�do hablar de La Pompadour?
Pues es como si el Emperador fuera Luis XV.

�Has visto al Archiduque haciendo una
reverencia a Madame Bischoff?

He o�do que la dej� por una francesa,
Madame de Langeais.

Al parecer sigue con las dos.

- Dicen que tiene una gitana tambi�n.
- Todos los hombres que conozco tienen una.

Si la soluci�n al problema turco no incluy�
el asunto de Los Balcanes,

y en St. Petersburgo...

La ni�a de blanco en el sexto palco...
mirando hacia aqu�, �no es ella?

Probablemente una debutante.
No la conozco.

Creo que es la hija menor de la
Baronesa Vetsera.

He o�do una o dos cosas sobre ella,
Marie Vetsera.

�Vetsera has dicho?

Me gustar�a conocer la opini�n
de Su Alteza.

Desde luego.

Su majestad.

Vi su actuaci�n de hace dos d�as.
Estuvo m�s adorable que nunca.

Buenas tardes, Conde.
�Lo est� pasando bien?

Buenas tardes, querida prima.
Su Excelencia.

�Ocupados con los asuntos del estado?

No, eso requiere
un vasto conocimiento masculino,

y en Viena s�lo t� lo tienes.

A diferencia suya,
yo disfruto la soledad, Su Alteza.

Aqu� est�s, primo.

Se te ve tan poco como se ve
una sonrisa en la cara de tu padre.

Hace siglos que no te veo y sospecho que
ahora tampoco est�s escuch�ndome.

Iba a pedirte un favor.

As� es. Una oportunidad
de demostrar tu generosidad.

Pide lo que quieras, prima, pero...

Oh, no te preocupes.
Ya s� lo que esos "pero" significan.

Te quer�a mencionar algo sobre el
chico Vetsera, pero ya me voy.

- �Dijiste Vetsera?
- Eso dije.

Sue�a con servir en tu regimiento.

�No era un Vetsera nuestro embajador
en Constantinopla?

As� es.
Su Alteza tiene buena memoria.

�Este se�or Vetsera tiene un hijo?

Y una hija tambi�n.

Eres incorregible.

�As� que cu�ndo puede �l
presentarse?

Queridas m�as, �qu� multitud!

Cre�a que no llegaba
antes de que subieran el tel�n.

Y entonces, Nanny, ella se levant�
sobre los dedos de sus pies,

y empez� a dar vueltas y vueltas,
cada vez m�s r�pido.

Pero �l ni siquiera la vio.

Estuvo mirando hacia nuestro
palco todo el tiempo.

- �Nanny, esc�chame!
- Te escucho, querida.

Fue tan hermoso.

Las luces,
la m�sica, las joyas...

todo para �l.
- �Para qui�n?

�No entendiste nada de lo que dije?
Para el pr�ncipe.

Al que conoc� en el Prater,
cuando anill� al cisne.

Sabes,
creo que me reconoci�.

El teatro te ha excitado demasiado.
Vete ya a dormir.

�Dormir?
Nunca podr� volver a dormir.

Es tan apuesto, Nanny,

con esos ojos tan tristes...

y esa sonrisa tan gentil.

Solo pensar en �l me llevar�
todas las horas del d�a.

Por favor, esc�chame.

- No te asustes y no te muevas.
- �Usted?

Esto no est� bien, ya lo s�,
pero ten�a que hablar contigo,

y esta era la �nica manera.

Por favor, Su Alteza.

Marie...

Trat� de resistirlo, pero no pude.
Me has hechizado noche y d�a.

Su Alteza...

Te veo muy ocasionalmente,
pero incluso eso me llena de felicidad.

Tanta emoci�n,
pero tambi�n tanta angustia.

Espera un momento.

Debo verte de nuevo.
No me digas que no.

No me hagas sufrir.

�Pero c�mo?
Nunca estoy sola.

- Debo verte.
- �De verdad, Su Alteza?

No me trates por mi t�tulo.
Prom�temelo.

- Pero es imposible.
- Nada es imposible si realmente lo deseas.

Ya viene Nanny.
Adi�s.

- �D�nde estabas?
- Aqu�, esper�ndote.

Nanny, �t� crees que
un pr�ncipe puede ser infeliz?

Como todo el mundo, Marie.

Marie, �te das cuenta que llevas
dos d�as tocando la misma pieza?

Es tan bella, madre.

- �Est� la baronesa?
- S�, condesa.

Hola, mi querida amiga.

Hola, mi ni�a.
No, por favor, contin�a. Me encanta.

�C�mo podemos agradec�rselo?

Mi hijo est� fuera de s�,
y es un honor tan grande para la familia.

- Ni lo mencione.
- Por favor, tome asiento.

No, me gusta estar en movimiento.

Es bueno para los nervios
y para la figura.

�Puedo?

Hablando de esto, �ha visto usted cu�nto
ha subido de peso la Marquesa Perutti?

Es tan natural para ella
como respirar.

Uno pensar�a que no la alimentan
en su casa.

En la gala parec�a una vieja oveja gorda,
parada en sus patas traseras.

Pero nadie se dio cuenta.
S�lo se fijaron en su hija.

Marie tuvo un
tremendo �xito.

Todo el mundo me pregunt� por ella.
Fue la sensaci�n de la noche.

Har�s que se vuelva vanidosa.

Marie no es vanidosa... �verdad?

Toca m�s fuerte
y esc�chame bien.

La princesa Koralyi,
esa s� es una mujer vanidosa,

y parece un mono que
se hubiera ca�do de su �rbol familiar.

Mi primo quiere verte.
No tiembles.

Habl� sin parar
sobre sus ancestros.

Por Dios, mant�n la calma.
No dejes de tocar.

Cuando suspir� la otra noche,
mat� una mariposa.

Rudolf me habl� de ti durante una hora.
Lo has hechizado de verdad.

�Toca m�s fuerte!

Est� usted invitada
a la casa de la vieja Princesa �rsula...

el pr�ximo s�bado.

�Qu� amables!
Ser� un honor.

No toques tan fuerte, Marie.
No es una marcha militar.

Sus cumplidos
le deben haber afectado la cabeza.

Pocas mujeres no se sentir�an
afectadas.

�Le gusta mi vestido?
He descubierto una dise�adora.

La artesan�a de Berl�n
y la elegancia de Par�s.

�Ya son las 6!
Tengo que ir a hacerme una prueba.

No me negar�a un peque�o favor,
�verdad?

- Prom�tamelo.
- Lo que usted desee, Condesa.

Le quiero pedir prestada a Marie
por una hora.

Dos cabezas piensan mejor que una
en una prueba de vestidos.

- No le importa, �verdad?
- En absoluto.

Arr�glate r�pido, Marie.

S�, Condesa.

Es una ni�a tan adorable su Marie.

Adi�s.
Nos veremos pronto.

No tengas miedo, querida.

Bratfisch, el conductor.
es de la confianza de Rudolf,

Nadie en el palacio te ver�.
Es todo tan discreto como puede serlo.

M�rame, ni�a.

No llevas nada de maquillaje,
o no mucho.

As� est� mejor.
Tus ojos est�n perfectos.

Por ahora s�lo baja la mirada y m�s tarde
s�bela, para sorprenderlo.

El pelo hacia atr�s un poco.
Muy bien.

Disc�lpame,

pero a tu edad una s�lo conoce sus defectos
y no sus encantos.

Gracias.

�Qu� cara tienes!
�Es que no est�s contenta?

S� que lo estoy.

Es que no puedo creer ad�nde voy,
ni que �l quiera verme.

No estar� disponible para nadie.
Que nadie me moleste durante una hora.

- �Alguien nuevo, Su Alteza?
- Lo adivinaste, Loschek.

�Una actriz?
�Una mujer casada?

- Una joven doncella.
- �Una doncella de verdad?

Eso dicen. Aunque en estos tiempos,
no me preocupar�a mucho por su virtud.

La vi una vez,
la cortej� de la manera habitual,

y estar� aqu�
en unos minutos.

- Ese es el carruaje de Bratfisch.
- Llevando la nueva presa del pr�ncipe.

�Qui�n era esa que estaba
con la Condesa Larisch?

- No tengo ni idea. Es nueva.
- Necesitamos saber su nombre.

Volver� a buscarte dentro
de una hora.

Por favor, s�game, se�orita.

Por aqu�, se�orita.

Mi peque�a Marie, por fin.

Oh, querido, �llego tarde?

Llegas justo a tiempo,
ya pensaba que no vendr�as.

- Que estar�as asustada.
- �De qu�?

No lo s�.
De este palacio...

de estas habitaciones oscuras...
de m�.

�De ti?
Al contrario.

Cuando estoy contigo,
no le temo a nada.

�Qu� horrible!

�Tienes eso siempre contigo?
�Por qu�?

Para poder soportar la vida.

�Soportar la vida?

Pero si la vida es tan bella.

Tienes raz�n.
Estoy diciendo tonter�as.

�No quieres quitarte el sombrero?

S�, �pero c�mo me lo saco?
No hay espejo aqu�.

Hay uno en la otra habitaci�n.

�Es ah� donde duermes?
Me imaginaba la cama de un pr�ncipe m�s...

Es suficiente para m�.
Duermo tan poco.

El espejo est� a la izquierda.

Mi pelo est� hecho un desastre.
No te gustar�.

Me gustas mucho.

Estoy tan feliz.

�Qu� sucede?

�Cu�l es el problema?

Ven, por favor.
No te quedes aqu� adentro.

Desde que te conoc�,
nada tiene sentido.

Vienes aqu�...

y me hablas como nunca nadie
lo ha hecho.

�No tienes nada que pedirme?

�A qu� te refieres?

La gente siempre quiere algo de m�:
un cargo, un ascenso, dinero.

�Y t�?
Pi�nsatelo bien.

- �De verdad no quieres nada?
- �Acaso no tengo todo lo que quiero?

Ya vamos, Loschek.

No te asustes.
S�lo me da una se�al.

Debemos separarnos.

Prom�teme que volver�s.

No sabes lo que significas para m�,
lo bien que me haces.

Me haces sentir varios a�os m�s joven.
�Y qu� a�os he vivido!

Vete ya. R�pido.

- �As� que su �ltima reuni�n fue el viernes?
- S�, entre las 6 y las 7.

- �En el palacio?
- Como siempre, Su Excelencia.

Esto es serio, demasiado serio,
y tal como pensaba Su Majestad.

Con una ni�a de buena familia.
Podr�a ser un esc�ndalo.

Su Majestad nos dej� muy claro que este
asunto debe terminar... discretamente.

- D�jemelo a m�, Su Excelencia.
- �Pero c�mo?

Tengo alguna experiencia
en estos asuntos.

Sra. Baronesa Vetsera,
Salezianer Gasse 14.

"Estimada Baronesa...

Un buen amigo suyo...

preocupado por el honor
de su familia...

siente que es su deber
advertirle...

que su estimada
hija Marie...

mantiene hace semanas... "

Buenas noches, amor m�o.
�Te he asustado?

No me has o�do venir.

- Qu� hermosa est�s.
- Tengo el pelo empapado.

Tuve que buscar una excusa
para no salir con mi madre esta noche.

Ella pens� que no ir al teatro
ser�a un castigo para ella.

As� que disponemos
de dos horas para estar juntos.

Nunca hemos tenido
tanto tiempo.

- �Qu� pasa?
- Mira.

S�lo son ramas movi�ndose.
Ves esp�as por todas partes.

- Por esta noche te perdieron la pista.
- S�lo est�n mejor escondidos, eso es todo.

Olv�dalos. Te amo.

Nunca me dejar�n tranquilo.
No los conoces.

Quieren separarnos.

- �Acaso pueden hacerlo, querido m�o?
- Qu� fe tienes, y qu� fortaleza.

Te amo
y tenemos dos horas.

�Dos horas!
Para estos encuentros tan ef�meros.

Esta separaci�n constante.

Por una vez estoy orgulloso de mi amor.
�Por qu� debo esconderlo?

Dos horas...

Cuando desear�a estar la vida
entera contigo.

- �Mam�!
- �D�nde has estado?

Yo s�lo quer�a...

Exijo saber d�nde has estado.
�Qu� verg�enza!

Ahora entiendo por qu� simulaste
no estar lista esta tarde.

Ya veo que lo que dice
esta horrible carta es cierto.

�No me mientas!

No tengo intenci�n de mentir.

�Quieres decir que lo que dice
esta horrible carta es cierto?

�Tienes un amante?
�Qui�n es?

Mam�, no me hables as�.

Est�s equivocada.
Te juro que no hemos hecho nada malo.

- �l me respeta y me ama.
- �C�mo se llama?

No te lo puedo decir.

Soy tu madre.
Tengo que saberlo.

- Te lo ruego.
- No, no te lo dir�.

Cuidado, Marie.
Puedo obligarte.

Las amenazas son in�tiles.

Muy bien.

Te ir�s ma�ana a la casa de tu t�o
en Trieste por seis semanas.

Eso deber�a curarte
tu locura.

�Madre!

�Haz conmigo lo que quieras,
pero d�jame quedarme en Viena!

�T�?

�Qu� pasa? �Marie est� enferma?
�Di algo!

D�jame tomar aliento.

Se ha ido.
Una carta an�nima.

La chica fue muy valiente
y no confes� nada.

Su madre estaba furiosa
y la envi� a la casa de su t�o,

cerca de Trieste.

- �Trieste?
- As� es.

No me mires tan apesadumbrado.
Despu�s de todo, �qu� es un mes?

�Un mes?

�Un mes sin ella?

No sabes lo que eso significa.

Mi vida volver� a ser como antes.

Otra vez solo,
contra toda esa gente.

Saben arreglar muy bien sus asuntos,
por lo que veo.

Entr� en Sacher's
a las 12:10 de la noche...

y sali� tambale�ndose
alrededor de las 3 de la ma�ana.

Lleg� al Alc�zar sobre las 3:15.

Exactamente la misma rutina todos los d�as
durante los �ltimos seis meses.

Est� desesperado por la partida
de la peque�a dama, seg�n he o�do.

- �Se encuentra solo?
- �Qu� quiere decir, Su Excelencia?

�No hay ninguna mujer con �l?

Oh s�, una distinta cada noche.
A veces varias.

No se dar�a cuenta si fuera la misma
todas las noches.

Su Alteza no ha estado sobrio
en seis semanas.

�D�jame!
�M�s r�pido, maldita sea!

Ah� tienes,
�para que te enfr�es un poco!

- No se comportaba as� desde hace mucho.
- Hab�a perdido la costumbre de beber.

- �No hay suficiente ron!
- �Traed otra botella!

�Apaguen las luces!

Aqu�, �bebe esto!

Bebamos con nuestras copas llenas
y probemos el temblor que da el amor.

Ma�ana en la batalla
victoriosos saldremos.

Algunos corazones romperemos,
pero el triunfo probaremos.

El enemigo es odioso,
pero las mujeres son gloriosas.

Brindemos...

por los camaradas
y el combate.

Cantemos...

por la patria y por la gloria.

Marchemos...

todos hacia la victoria.

Pero primero hasta perder la cabeza
nos enamoraremos.

As� que amigos, brindemos.

- �De qui�n es esa cara?
- �D�nde?

Ah�.

Eres t�, querido.

�Fuera de mi vista!
�Me oyes?

�Fuera de mi vista!

Todav�a sigues ah�, �eh?

Espera un minuto.

�Toma esto!

�Y esto!

- Su Alteza.
- �Qu� quieres?

Una dama pregunta por Su Alteza.

- �Es bella?
- Mucho, Su Alteza.

Excelente.
Ir� a buscarla...

y la traer� a la fuerza
si es necesario.

�T� aqu�?

He vuelto hoy
y ten�a que verte.

Logr� escabullirme y me las arregl�
para encontrar a Bratfisch.

- B�same.
- Est�s loca. Nadie debe verte.

- Rudolf.
- D�jame. Apesto a vino.

Est�s sangrando.
�Est�s herido?

- �D�nde?
- Ah�.

Es el pintalabios de Irma,
una puta.

�S�, he besado a una puta!

Todav�a sigo libre, �o no?

Por supuesto, querido.

�Qu� haces aqu�?

�No puedes dejarme tranquilo
cuando lo estoy pasando bien?

�O t� tambi�n me esp�as?

�Cu�nto te paga Taafe?

�Qu� quieres de m�?

S�lo verte.

Pues entonces m�rame bien.

Bonita vista, �verdad?

�Est�s contenta?

�Es que nunca has visto a
un hombre borracho?

S�lo quiero que me dejen en paz.

Beber� todo lo quiera y me acostar�
con cada mujer que haya en Viena.

�No puedes detenerme!

No me mires as�.

�Por qu� no dices algo?

No merezco tu respuesta,
�es eso?

�Te doy asco?

�Habla, o no ser� responsable
de lo que haga!

Mi pobre amor,
c�mo sufres.

Marie, siento tanta verg�enza.

�Por qu�, querido?
Yo te amo tanto.

�C�mo puedes amarme todav�a?

Perd�name.

No sabes cu�nto sufro.

S�, lo s�.

No, no puedes saberlo.

Marie, mi peque�a ni�a.

S�lvame.

Temo volverme loco.

Tengo miedo sin ti.

�Qu� har� esta noche
cu�ndo me hayas dejado?

Nunca te dejar�.

�Acaso no soy tuya, amor m�o?

- Buenas tardes, Sr. Bratfisch.
- Buenas tardes.

D�game...

Est� aqu�.

Ah, gracias. Si alguien me busca,
estar� por ah�.

Muy bien, Sr. Bratfisch.

La vida empieza, Marie.
Pronto no necesitaremos escondernos.

Ser� libre y podremos estar juntos
para siempre.

�Para siempre? Pero...

- Le he escrito a Roma.
- �Y tu padre?

A�n no lo sabe,
pero tendr� que aceptar la anulaci�n.

�Hiciste eso por m�?

Escucha, Rudolf...

Pase lo que pase,
jam�s volver� a estar triste.

�Qu� es eso?

�Un anillo de matrimonio?

Es tan hermoso.

- Tiene una fecha.
- 13 de Noviembre.

La noche en Sacher's.

Tambi�n hay letras:
"U-E-E-A-H-L-M".

"Unidos en el amor hasta la muerte".

Qu� encantador.

Gracias.

- Debes pon�rmelo t� mismo en el dedo.
- �Por qu�?

As� podr� pedir un deseo.

�Qu� has pedido?

Morir antes que t�.

- �Sab�is quien est� aqu�?
- �Qui�n?

El Archiduque.
Justo ah� detr�s.

- �El Archiduque aqu�?
- Lo juro, �y con una mujer!

- �Pudiste reconocerla?
- No pude verla muy bien.

- �Y no eres capaz de adivinarlo?
- �Qui�n sino la Vetsera?

- �Qu� has dicho?
- Vaya, �estabas aqu�?

Te proh�bo que juegues
con el nombre de mi hermana.

- �Qui�n eres t� para prohibirme algo?
- �Te lo demostrar�!

�Es mi hermano!

C�lmate, Vetsera.
Este es un lugar p�blico. Disc�lpate.

- No mereces ser un oficial.
- T� no eres juez para decir eso.

- �Qu� valiente eres, insultar a una ni�a!
- �Y t� eres un valiente charlat�n!

Ll�vala a casa
y luego vuelve por m�.

- �Qu� est� pasando?
- Los oficiales se est�n peleando.

�Es una desgracia!

- Nos batiremos en duelo ma�ana.
- �A tu disposici�n!

- �Los valientes nunca se retractan!
- �Te matar� como a un perro!

Teniente Vetsera, creo que
ha bebido usted m�s de la cuenta.

- Venga aqu�.
- Su Alteza.

No necesito que nadie
defienda mi nombre,

y no tolerar� que mis oficiales
interfieran en mis asuntos.

Diez d�as de arresto.
P�ngase a las �rdenes de su Coronel.

Ya puede retirarse.

Y usted, Capit�n Schonberg, pres�ntese
en los cuarteles generales ma�ana.

Mi regimiento es demasiado ordinario
para un hombre de su alta sensibilidad.

Bien, caballeros.

No permitan que un par de idiotas
les arruinen la fiesta.

Es tan apuesto cuando se enfada.

- Por el regimiento.
- �Por Su Alteza!

�Es que no van a bailar?

�Maestro, un buen vals!

�Puedo tener el placer de bailar con usted?
- �Su Alteza!

Nunca olvidar� este momento.

Hablar� de esto toda mi vida,
Su Alteza.

Rudolf, debes salvar a Georges.
Lo conozco muy bien.

No querr� ceder.
Querr� saber la verdad.

Insistir� en batirse en duelo.
Puede terminar herido o muerto.

C�lmate, Marie.
Hablar� con �l, lo prometo.

Aguardan a Su Alteza
en la sala de audiencias.

El deber me llama. S�lo ser�n 15 minutos.
Esp�rame aqu�.

Sugiero que se deje puesto
el abrigo.

Si coge un resfriado en este fr�o palacio,
Su Alteza jam�s me lo perdonar�a.

Es usted muy amable, Loschek.

�Amable yo?
No sabe lo que dice.

Loschek, �d�nde est�s?

Te he buscado por todas partes.

Disc�lpeme.
Debo dirigir a Su Alteza...

a una audiencia.

- �Le llevar� mucho?
- Me temo que s�, Su Majestad.

Dile que vine para interesarme
por su salud.

Estar� muy conmovido.

De hecho, le dejar� una nota
en su escritorio.

Lamento molestarla, se�orita.

Debiste haberme prevenido.
D�janos solas.

Vine a ver c�mo estaba mi hijo.
�Se encuentra bien?

Parece algo cansado, se�ora...
Su Majestad.

Pobre Rudolf.

No est� hecho para esta vida.

T� y yo no nos conocemos,
pero yo s� que �l te ama.

Por favor, si�ntate.

Eres a�n m�s encantadora
de lo que hab�a o�do,

y tan joven.

- �Qu� edad tienes?
- 17, madame.

�17?

A los 17 yo ya era infeliz.

Pero era joven...

y el sufrimiento no fue tan terrible.

Realmente,
uno debiera morir joven.

Disc�lpame.

Vivir en soledad
te hace reflexionar en voz alta.

Este palacio es un lugar de infelicidad.
No vuelvas.

D�jame besarte.

Te tengo muy cerca
de mi coraz�n.

�Su Alteza!

Debo hablar contigo, Vetsera.

- Trato de evitar el duelo.
- Imposible, Se�or.

Calumni� a mi hermana,
y tales mentiras...

Vetsera, sup�n que Schonberg
estuviera diciendo la verdad.

�Qu�?

�Usted?

No lo comprendo,
Su Alteza.

No puede ser.

Si�ntate, Georges.

Y ahora, como antiguo camarada,
te ruego...

que trates de escucharme
con calma.

- �Me lo prometes?
- S�, Su Alteza.

Nadie en este mundo
ama tanto a Marie como yo.

Nadie, ni siquiera t�.

Antes de que ella apareciera
en mi vida...

No podr�as comprender todo
lo que tengo que decirte.

Ella me ha liberado con su alegr�a,
su juventud, su amor.

�Pod�a yo rechazar todo eso?
Pi�nsalo bien.

Nada en este mundo es realmente m�o,
ni siquiera yo mismo.

Como los dem�s, debes pensar que
yo tengo todo lo que deseo.

O quiz�s pienses que por ser el hijo
del Emperador...

no tengo derecho a estar con
la mujer que amo.

S� justo conmigo.

�Qu� puedo hacer?

Georges, Marie es mi amor,
y pronto todo el mundo lo sabr�.

Tan pronto como est� libre,
me casar� con ella. Ella ya lo sabe.

- Si necesitas que te lo jure.
- Le creo, se�or.

Has perdido la cabeza.

Te exhibes en p�blico,

dejas que tu nombre sea manoseado
por oficiales borrachos,

todo por algo tan peque�o.

- Que pronto ser� mi esposa.
- Lo s�.

Hasta le has pedido al Papa que
anule tu matrimonio.

Aqu� est� la respuesta del
Santo Padre.

- �T� tambi�n me esp�as?
- Esto me concierne a m� tambi�n.

Si lo has olvidado,
el Santo Padre no lo ha hecho.

- �Y cu�l es su respuesta?
- Negativa, naturalmente.

- Est�s teniendo una aventura.
- �Y soy el �nico?

No, pero cuando seas el Emperador
podr�s hacer lo que quieras.

- Mientras tanto, esto debe terminar.
- Imposible.

- �Aunque te lo ordene?
- No obedecer�.

- �C�mo te atreves!
- Abdicar�.

No me interesa el poder.
Jam�s sacrificar�a a Marie por eso.

No tienes ning�n derecho a hablar as�.
Tienes obligaciones.

La gente de dos naciones
tiene sus esperanzas puestas en ti.

- Considera tu honor.
- La amo.

Si realmente la amas,
renuncia a ella.

�Qu� puedes hacer?

Hay conventos de los que
no se sale jam�s.

- �Har�as una cosa as�?
- �Esta relaci�n debe terminar!

Te lo ruego, Padre.

- Es mi vida lo que me est�s pidiendo.
- Una fantas�a pasajera.

Es un asunto de vida o muerte
para nosotros.

D�jala, o la enviaremos a un convento.
No hay otra soluci�n.

- S� la hay.
- �A qu� te refieres?

- No creo que te interese.
- �Obedecer�s?

- Si puedo verla una vez m�s.
- La ver�s en el baile de esta noche.

Quiero verla a solas.

Muy bien.

Te dar� 24 horas,
y ese ser� el final de todo.

�Me das tu palabra?

S�.

Mam�, �no estoy demasiado fea?

Por d�cima vez, �no!
T� no est�s fea, est�s tonta.

No le hagas caso.

Ella se port� igual en su primer baile
hace dos a�os.

- �Alguna novedad con los tortolitos?
- �Qu� tortolitos?

Oh, no tengo ni idea.

- �La Vetsera en el baile real!
- �El Archiduque ha ido demasiado lejos!

Podr�an verse en privado.

- �T� la encuentras tan atractiva?
- Todo el mundo tiene su encanto a los 17.

Ah� viene la corte.

- �Donde est� la emperatriz?
- Ya no viene nunca a estas galas.

�Qu� sucede, Marie?

El Archiduque parece contento
esta noche.

Pues no tiene motivos para ello.

El Emperador le ha ordenado que
deje a su peque�a.

�Podr�a Su Alteza abrir el baile?

- �Tengo que ser yo?
- Si ese es el deseo de Su Alteza.

�Mi deseo?

Muy bien.

- El baile va a empezar.
- �Mirad! Se dirige hacia aqu�.

�Me concede el honor
de abrir el baile conmigo?

- Su Majestad.
- Mant�n la calma.

No olvides que eres la
la Archiduquesa de Austria.

Buenas tardes, Su Alteza...
amor m�o.

�Qu� has hecho para estar tan
hermosa esta noche?

Estar loca de felicidad,
eso es todo.

Espera aqu�.

�Tendr�a el honor de concederme
este baile, Su Alteza?

�C�mo he podido vivir
sin conocerte?

No sab�a ni sent�a nada.
Como si no existiera.

Gracias, Rudolf.

- No lo hagas, por favor.
- �Qu� sucede?

Escucha, Marie.

Imagina que me viera obligado
a irme lejos...

- Te esperar�a.
- No, muy lejos, por mucho tiempo.

- Te seguir�a.
- Imagina que eso fuera imposible.

�Por qu�?
Te seguir�a a cualquier parte.

Incluso...
�A donde no se vuelve jam�s?

Contigo, s� lo har�a.

�C�mo la mira!

�Es indecente que bailen tan pegados!

- �Qu� impertinencia!
- �No pasaba en nuestros tiempos!

Esas tres brujas
est�n hablando sobre nosotros.

No es agradable llegar a viejo.

Perm�teme presentarte
a mi padre.

Quiero que te vea esta noche.

�Se la est� presentando
al Emperador!

Perm�tame presentarle
a la Baronesa Marie Vetsera,

cuyo destino
Su Majestad ha sellado.

Es usted muy hermosa.

Y vuestra juventud os permite
esperarlo todo.

Su majestad es muy gentil.

Tenga usted la seguridad.
No volver�n a verse.

Bratfisch te estar� esperando
en el lugar de siempre.

Ya sabe donde debe llevarte.

S�, Su Alteza.

Marie, mi ni�a. �Qu� gran honor!
Debes estar muy orgullosa.

El emperador te ha hablado.
�Qu� te ha dicho?

No lo s�.

�C�mo que no lo sabes?
No te das cuenta de la suerte que tienes.

Hoyos.

Que Bratfisch vaya al guardarropa,
y despu�s vuelve aqu�. Te necesito.

Solicito el permiso de Su Majestad
para retirarme.

- Va a ocurrir un esc�ndalo.
- �Un esc�ndalo?

�Yo no he tenido nada que ver!

Preparaos para hacer la reverencia.

�Te has vuelto loca?
Menos mal que lo ha pasado por alto.

Necesito un pretexto para salir de Viena
durante 24 horas.

Organiza una partida de caza,
pero solo quiero que vay�is t� y Philippe.

- Su Majestad puede contar conmigo.
- Hasta ma�ana.

�En Mayerling?

En Mayerling.

Salir as� a mitad de la noche.
No te deber�a haber ayudado.

No te enfades, Nanny,
especialmente esta noche.

Hoy es el d�a m�s feliz
de mi vida.

Cr�eme.

- Aqu� es. Buenas noches, Bratfisch.
- Buenas noches, se�orita.

Adi�s, Nanny.

Espera.

Tengo que pedirte algo m�s.

Dale esta carta a mam�...

pero no hasta pasado ma�ana.

Me est�s asustando, mi ni�a.
No estar�s tramando nada malo, �verdad?

�Malo?
No, al contrario.

�Me lo juras?

Todo lo que haga ser� bueno,
ser� lo correcto.

Lo juro.

Adi�s, Nanny.

�Marie!

Ya voy.

Aseg�rate de
estar bien escondida.

- �Llamas a eso estar bien escondida?
- No me has dado tiempo.

- No lo sab�a.
- Siempre haces trampa.

Te habr�a encontrado de cualquier modo.
Conozco cada rinc�n de Mayerling.

Mayerling... Suena como el nombre
de un cuento de hadas.

- �Tienes fr�o, cari�o?
- No.

Quiero pedirte un favor.

�Cu�l es?

Que seas t� quien decida
el momento...

para que todo termine.

�Sabes? Es muy sencillo.

- S�lo ser� un momento.
- No necesito que me lo digas de nuevo.

S�lo deseo no enterarme de nada.
�Me lo prometes?

No te dar�s ni cuenta.
Tranquil�zate.

D�jamelo a m�.

Debe hacer algo inmediatamente.

Mi hija desapareci� la pasada noche,
y no hemos sabido nada desde entonces.

Si usted lo desea, le pedir� a la polic�a
que realice una rigurosa investigaci�n.

Ya hemos ido a la polic�a
y no han ayudado en nada.

He venido hasta usted,
Su Excelencia,

porque me he enterado de cosas que
yo ignoraba hasta ayer.

Creo que Su Alteza, el Archiduque,
puede saber donde est� ella.

�Estoy seguro que lo sabe!

Usted debe saber donde
se encuentra el Archiduque.

Me gustar�a poder ayudarlos, pero
no poseo ninguna informaci�n precisa.

El pr�ncipe es muy impulsivo.

Sin embargo, creo haber o�do que
suele cazar en Luxemburgo.

�Muchas gracias! Por favor, disc�lpenos.
No tenemos tiempo que perder.

30 de enero, 1889

�No echas de menos a tus gitanos?

No, Bratfisch toca mejor que todos
ellos juntos.

�Qui�n era, Loschek?

Un correo desde Viena,
Su Alteza.

Su Majestad os recuerda que deb�is
regresar sin falta ma�ana por la ma�ana.

- �Por la ma�ana?
- Respond� que os lo har�a saber.

Bien hecho.

No, qu�date Loschek.
T� tambi�n, Bratfisch. Brindemos.

- Rudolf, me gusta verte as�.
- Y es la primera vez.

Es un gran consuelo.
A su salud, mis amigos.

- �A la salud de Su Alteza!
- Esperen. Eso no es suficiente.

Tengo un verdadero brindis que proponer.
Aqu� est�:

Por los amantes m�s devotos
que existen,

alegr�a, felicidad y larga vida.

�Qu� haces?

Nada, cari�o.

Ya he terminado.

Me siento tan bien...
pero me pesan los p�rpados.

Me gustar�a poder seguir despierta.

Dame un beso, Rudolf,
que dure por toda la noche.

Que tus sue�os sean suaves
y ligeros.

No, a�n no, por favor.

Me da tanto miedo la noche.
Me gusta la luz.

Desear�a que amaneciera
para poder ver el sol.

Lo ver�s.

Rudolf...

�Recuerdas esa primera vez
en el Prater?

�Recuerdas lo que dijo el diablo?

"Las almas felices son las mejores
para atormentar".

Hasta ma�ana, amor m�o.

Hasta ma�ana.

�Qu� sucede, Loschek?

Disc�lpeme, Su Alteza...

pero me ha parecido escuchar
un disparo.

Qu� raro.
Yo no he o�do nada.

Ha debido de ser en el bosque.

�Qu� hora es?

Las 7:30 pasadas,
Su Alteza.

Est� bien.
Bajar� en media hora.

Muy bien, Su Alteza,
y por favor, disc�lpeme.