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La iglesia Solo Cristo Salva nosotros contábamos aún sin tener un templo,
estábamos en un campo blanco. Ya en ese entonces la comunidad constaba con un buen grupo de hermanos.

Ellos mandaban sus niños a la escuela dominical.
Ahí no teníamos nosotros ningún material didáctico,

no teníamos un mobiliario donde poder sentar los niños.
Los niños se sentaban en piedritas. Teníamos el deseo de trabajar para el Señor.

Ya los putos no se podían hacer porque llovía y el equipo se mojaba.
Igual los niños. Nos venimos a alquilar este local.

Aún recuerdo que comenzamos en una pieza pequeña,
pero los niños acá se les enseña. Hay un versículo lindo,

todo lo puedo en Cristo que me fortalecen. Ellos son capaces de hacer todo, todo,
todo lo que se quieran proponer en la vida.

La mayoría no les gustaba cantar, no les gustaba hacer una dinámica.
Ahora todos, todos ellos se esfuerzan. por hacerlo mejor. Ahora me acompañan cuando hago dinámicas.

Algunos ya dirigen en cultos, han avanzado espiritualmente.
El proyecto ha empatizado, enfocado los niños, el trabajo que tienen que hacer.

Todos tienen un trabajo cada día que vienen a las clases de su proyecto.
Entonces eso los motiva a ellos por estar cada día más y aprender.

Aprender y recibir y poder dar verdad a otros niños como un ejemplo.
de Maricela, de Maricela que ella cuando vino no era asociable con los niños.

cuando venía ella quería pelear con todo el niño, los trabajitos ella se los dañaba, se los manchaba,
no podía agarrar el lápiz y en la escuela tienen esa dificultad,

porque ya que la mamá no puede leer, el papá no puede leer, el abuelito igual,
en la casa no tiene ese apoyo, pero el proyecto se lo ha dado y nos motiva

para seguir adelante forzándonos, para ellos, porque lo hacemos más para cada niño.

su merienda, con cada patrocinador que le ayuda, que le mandan su regalo y eso motiva
porque miramos la alegría aún en sus familiares. En la vida de Maricela, don Marcelino es un

señor casi de 80 años y él cuando Maricela recibe un regalo hasta llora y él agradece
al proyecto, agradece por lo que hacen por su niña. El trabajo de él es ir a las riberas

del río a cortar leña. Y él a veces quisiera tener más para darle a su nieta, pero no puede.
Pero Dios sí puede y el proyecto le ha abierto las puertas.

Ahora Marisela ya no es aquella niña violenta que venía, dañaba materiales.
Ahora no se esfuerza por trabajar en su trabajito y hacerlo mejor.

Entonces podemos decir que el proyecto es una bendición.
Cuando le pido al Señor por el proyecto, le pido por cada niño que está patrocinado.

Y aún por los que faltan. que cada niño crezca como un discípulo de Cristo,
formado espiritualmente, y que recuerden dónde se formaron,

ellos tengan un recuerdo y no se olviden. Yo también estoy aprendiendo,
porque necesito alimentarme para poder dar,

y el proyecto me lo ha dado. Yo nunca había recibido un disciplado,
nunca había recibido clases de inglés, pero el proyecto a mí me está apoyando.

Usted puede apoyar a la obra, como Dios le toca a su corazón.
Dice usted, yo tengo este talento, lo voy a dar para los niños.

Los niños lo reciben más cuanto Dios que está en el cielo.
Entonces, usted también puede apoyar. Usted está apoyando, yo estoy apoyando en el futuro,

en los niños, en los discípulos para Cristo.