All language subtitles for Flesh and Fantasy (Al margen de la vida) 1943, Julien Duvivier VO SPA

AL MARGEN DE LA VIDA

- Hola, Doakes.
- Hola.

- �Te molesta que me siente aqu�?
- No, no, si�ntate.

- �Quieres tomar algo?
- No, gracias. Acabo de comer.

�Qu� te ocurre?
Parece que est�s nervioso.

- �Has pasado mala noche?
- En realidad s� he pasado mala noche,

pero no es lo que te imaginas.
He sentido miedo.

�Miedo? Ya eres muy mayorcito.
No tienes derecho a eso.

Cu�ntame lo que te pas�.

Bueno, miedo en realidad, no.

Me despert� envuelto en un sudor
fr�o y gritando. Eso es todo.

�Un sue�o?

Ha sido una combinaci�n de un sue�o

y una charla que tuve
anoche con una pitonisa.

Deber�an meterlas a todas
en la c�rcel.

�No me digas
que eres supersticioso!

�Yo? Soy el hombre
menos supersticioso del mundo.

Pero a pesar de ello crees en
las pitonisas y en los sue�os.

Yo no creo
ni en sue�os ni pitonisas...

Al menos por separado.

S�lo me preocupa cuando se meten
conmigo los dos a la vez.

�Se meten contigo?

S�. Cierto d�a una pitonisa,

me asegur� que
yo har�a una cosa determinada.

Me encog� de hombros, que es lo que
debe hacerse en tales casos.

Luego me fui a casa,
y por la noche tuve un sue�o.

Fue un sue�o muy complicado y
el sentido principal del mismo fue...

que yo no har�a lo que me hab�a
dicho antes que iba a hacer.

No cabe duda de que
uno de los dos ha de tener raz�n.

Y me veo en el caso de tener que
creer en el sue�o o en la pitonisa,

cuando no creo
en ninguno de ellos en realidad.

�Comprendes que est� nervioso?

Resulta curioso que
hayas hablado de estas cosas ahora.

Yo estuve leyendo un libro
ayer noche.

No s� si t� lo habr�s le�do.

Es una colecci�n
de historias extra�as

que tratan
de asuntos como el tuyo.

Yo no tengo ning�n asunto.
�A qu� te refieres?

Pues a la relaci�n de los sue�os y
las pitonisas con la realidad.

Si es que hay alguna.
F�jate en la primera historia.

�Tienes inconveniente
en que te la lea?

No, tengo que ir a la ciudad
antes de que cierren los bancos.

Entonces tienes mucho tiempo.
Creo que esta historia te interesar�.

Empieza con
el descubrimiento de un suicidio.

Tienes una idea equivocada
de mi estado.

No estoy tan nervioso
como para eso.

No me interesan
los suicidios todav�a.

El suicidio no tiene nada
que ver con la historia.

A lo mejor no se trata
ni de un suicidio.

Ver�s, la historia empieza
con un grupo extra�o de personas

que encuentran
el cad�ver de un hombre

que acaba de morir ahogado.

MARTES DE CARNAVAL

Llevo dos d�as trabajando,
sin descanso, en este vestido.

Tengo los ojos como si me hubiesen
clavado alfileres en ellos...

�Y ahora viene usted
sin un c�ntimo

y espera que yo se lo
entregue como un regalo!

Henrietta, por favor, conf�e en m�.
D�jeme que lo use esta noche.

Le juro que se lo pagar�
ma�ana por la ma�ana.

�Entonces no se lo entregar�
hasta ma�ana por la ma�ana!

Pero el Carnaval es hoy.
Mi novio me estar� esperando.

Y cont�bamos con �l
hace tanto tiempo...

No me salga con excusas tristes.
Las estoy oyendo todos los d�as.

Y cu�nto m�s tristes son,
m�s caras me cuestan.

Henrietta, por favor.
Escuche a su coraz�n.

- Nos queremos mucho los dos.
- Con eso no pago yo el alquiler.

Le molesta que las dem�s
puedan ir con el novio

s�lo porque usted no lo tiene.

�Ni lo tendr� nunca! Es usted fea.
Ning�n hombre la mirar� jam�s.

Y si alguno se atreviese a hacerlo...
se morir�a de asco.

Su presencia me es odiosa.
�Lo mismo le ocurre a todo el mundo!

Haga el favor, se�ora, c�lmese.

�Qui�n fue el primero
que le encontr�?

Fui yo.

Qu�tese la m�scara.
�Qu� sabe usted de esto?

Pues nada. Cre� que era una broma
y me ech� a re�r

pero cuando le toqu�...

Miren las contusiones
que tiene el cad�ver en la cara.

Tiene un corte
como producido por un rayo.

Esto no se lo ha hecho �l estando
bajo el agua, ni estando en tierra.

- �Un asesinato?
- Es posible. Pero no es humano.

Mi abuelo me contaba el caso
de un hombre corpulento

que corr�a a lo largo del r�o
como si le persiguiese el diablo.

Pero nadie ve�a al perseguidor.

Al amanecer vieron el cuerpo de
ese hombre muerto entre las matas.

Ahogado en las aguas del pantano.

En su cara ten�a heridas
como las de �ste.

�Y c�mo te lo explicas?

�C�mo? Hay algo que se ensa�a
con ciertas personas.

Les obliga a llevar
una vida de tristeza y dolor.

Les empuja cada vez
con m�s y m�s fuerza,

hasta que les conduce
a un final desdichado.

En la comisar�a no van a creer
una historia as�.

�Todo esto son supersticiones!

Yo no lo creo.

�No podr�a ser
que quisiera morir?

Al fin y al cabo
puede que sea lo mejor.

�Por favor, se�ores, mu�vanse!
Mu�vanse, por favor.

Vamos, se�ores,
salgamos de aqu�.

�Alguien que me eche
una mano con el cuerpo!

S�, Henrietta,

t� envidias la situaci�n
del hombre que se ahog�.

T� odias al mundo.
Est�s amargada, sin aliento.

Sientes tu vida fracasada.
Crees que nadie te amar� nunca,

que el joven estudiante
no te devolver� jam�s la sonrisa.

Y si �l supiese cu�ntas noches
has pasado contempl�ndole

mientras estaba en su ventana,

dejar�a sus libros
para bajar r�pidamente la persiana

y no ver tu rostro tan desagradable.

T� te dices a ti misma que es f�cil
acabar con todo en un momento.

Bastar�a con tener el coraje
de mirar tu cara en el agua

y romper esta imagen para siempre
tir�ndote al fondo.

Espera, no debes hacerlo.
Est�s equivocada.

�Mira, mira all�! Cuando tenga fe
su noche se iluminar�.

�Es absurdo que quiera matarse!

�Sabe acaso lo que puede suceder
en el espacio de un minuto?

Podr�a producirse incluso un milagro
que iluminase toda su vida.

- �Qui�n es usted?
- He venido a ver el bullicio.

Cre� que todo hab�a terminado.
Me ha dado usted un gran susto.

�Qu� maravilla!
�Eso s� que es magn�fico!

Me gustan los fuegos artificiales.
�Y a usted?

Me han gustado desde que tengo
uso de raz�n.

- D�jeme en paz.
- �Espere!

�Es que debo
estar salv�ndola de continuo?

Va usted a perder todas
las ocasiones de pescar a ese joven.

- �C�mo sabe usted que...?
- �Que hay un joven?

- Siempre lo hay en estos casos.
- �Est� equivocado!

No iba a hacerlo por esa raz�n.

�No es suficiente que haya nacido

para ser objeto
de desprecio y abandono?

Esta cara es un azote para m�.

M�reme y d�game qu� es
lo que puedo esperar.

�Por qu� culpa de todo
a la fealdad de su cara?

Sin fe le suceder�a lo mismo,
a�n siendo hermosa.

- Nadie puede probarlo.
- Puede ser probado esta noche.

- �De qu� modo?
- Escuche,

a medianoche el carnaval
culmina en la cuaresma

y las campanas de la iglesia

amonestan contra
el materialismo de la carne.

Por unas horas le es posible todav�a
ser hermosa.

�Hermosa?
�C�mo?

Venga conmigo.

Ahora escoja usted.

�Qu� prefiere?
�La belleza de la santa o de la pecadora?

�Amabilidad, malicia,
hipocres�a, asesinato?

�O querr� usted parecer
una Juana de Arco?

La tenemos all�,
en la caja especial.

�O tal vez prefiera la belleza
venenosa de una Lucrecia Borgia?

Aqu� est�.
Su m�scara mortuoria.

�Cuidado!
Puede haber alguna ara�a en ella.

Quiero algo
de aspecto dulce y amable,

que es lo que los hombres buscan.

Cree que un rostro
puede amargar una vida

pero hay algo m�s potente: El amor.

Usted debe conocer el valor
de esa palabra.

Cuando haya aprendido
lo que significa:

"Dar sin esperanza de recompensa."

Lo que significa: "inspirar la fe
y la confianza en otro".

Entonces conocer� usted
el verdadero significado del amor.

Y el joven le dir�:

"Eres hermosa y tu cara,
es tan hermosa como t�."

No puedo creerle.

Si yo tuviera un aspecto
tan agradable como esta m�scara,

no necesitar�a ni sonre�r
para que un hombre me mirase.

Entonces p�ngasela y
aprender� usted la verdad.

Empieza a aprender.

- Me la pondr�.
- �Bien!

- Usted me ha dado esperanzas.
- Estoy deseando conocer el resultado.

Prom�tame que devolver� la m�scara
a medianoche pero no m�s tarde.

A la hora que usted diga.

- Necesito su promesa.
- Lo prometo.

Si la tienda
est� cerrada cuando vuelva,

vaya por la puerta posterior,
estar� abierta para usted.

Gracias por esta oportunidad.

Si quiere aprovecharla de la
mejor manera, vaya al Caf� Mazarin.

- �Qui�n es ella?
- Eso quisiera yo saber...

�Es lo bastante atractiva
como para llamar la atenci�n!

�Preciosa, quiero que lleves
un beso m�o en lugar de esa m�scara!

- �Est� usted bien?
- Gracias a usted.

- Le estoy muy agradecida.
- No tiene por qu�.

He soltado un poco de vapor.
No la molestar� m�s.

Una joven debe esperar ser salvada,

cuando est� buscando a su
acompa�ante en Carnaval.

Es demasiado bonita
para andar buscando a nadie,

�l debe buscarla a usted.

Algunas veces casi preferir�a ser fea.

Tal vez ser� mejor
que le ayude a encontrarlo.

- De ese modo es cosa segura.
- �C�mo?

�Todav�a est� temblando?

�Quiere beber un vaso de vino?

No quisiera
causarle ninguna molestia.

�Cree que su amigo
puede molestarse?

Es la �ltima persona
que podr�a molestarse.

- �Usted tambi�n est� esperando?
- No. Espero solamente.

Ha esperado un a�o entero a que
llegue el Carnaval,

�por qu� lo pierde esperando?

Nunca he hecho nada m�s que esperar.
Trabajar, andar, comer...

s�lo algunas veces,
y dormir.

Cuando los pensamientos
le dejan a uno dormir.

Pero esto es solamente
dejar pasar la vida, no vivirla.

Lo s�. Igual que estar viendo
a los dem�s c�mo se divierten.

O como tener hambre y mirar a la
gente comer dentro de un restaurante.

Sin un c�ntimo para entrar en �l.

�C�mo puede entender de eso
una joven tan encantadora?

Pues... observando a las personas,
se puede leer en sus corazones.

D�game, �qu� lee usted en el m�o?

Leo que no est� contento
de ser un Don Nadie.

- Usted aspira a ser algo...
- Aspiraba a ser presidente.

Y est� trabajando duro
para conseguirlo.

Se pasa las horas
estudiando, leyendo y...

�C�mo lo sabe?

Observando. Fij�ndome en
ciertos detalles de las personas.

Pues est� en un error. Eso es lo que
sol�a hacer, pero ya no lo hago.

- �Qu� significa?
- Pues que no voy a ser presidente.

En cambio, voy a ser fogonero.
Embarcar� en un buque de carga.

- �Cu�ndo?
- Dentro de un par de horas.

- �Horas?
- Entonces mi espera habr� terminado.

En tal caso,
�por qu� no procura divertirse?

Si s�lo dispone de dos horas,
vamos a aprovecharlas.

Pero si no queda apenas tiempo...

No lo perdamos m�s. Cada minuto
que pasa lo tenemos de menos.

Tal vez...

podr�amos juntar el tiempo
de los dos y as� durar�a el doble.

Vamos a bailar.

T� eres feliz ahora, Henrietta,
pero no pienses en ti.

Piensa en el trabajo duro y en
los estudios que �l va a abandonar.

Insp�rale la confianza que necesita.
�sta es tu verdadera oportunidad.

�Estoy exhausta!

Michael, si pudi�semos hacer que
esta noche durase eternamente...

- �Conoces mi nombre?
- S�.

�C�mo?

Tal vez porque hab�a so�ado
con este momento,

en el que me sostendr�as
en tus brazos,

y yo repetir�a tu nombre
una y otra vez:

�Michael!
�Michael!

- Nos queda muy poco tiempo.
- Lo s�, s�lo nos queda un momento.

Olvidemos el pasado, el futuro
y vivamos el presente.

- Michael, ese barco de carga...
- �Qu� pasa con �l?

- �Ad�nde te llevar�?
- A ninguna parte. S�Io me lleva.

Sale demasiado pronto
para hablar de ello.

No desprecies tu porvenir y todo
el esfuerzo que le has dedicado.

Significar�a poner fin
a tu propio ser.

�Crees que no ser�a f�cil
dejarte que me besaras?

Pues hay algo que deseo mucho m�s.
Y lo deseo por ti.

Debes entregarte confiadamente
a tus estudios y llegar a ser alguien.

�Para qu�?
No tengo ninguna esperanza.

Siempre hay una esperanza.
Siempre.

�En un mundo cargado de envidia,
donde se reciben tantos desenga�os?

�Qui�n sabe lo que puede ocurrir
en el espacio de un minuto?

Podr�a producirse algo milagroso
que iluminara tu vida entera.

- � Y si ese algo fueses t�?
- No, no pienses en m�.

- Si me quedase por ti...
- Apenas me conoces.

Conozco tu voz, el tacto de tu mano,
tus ojos...

- Es lo que yo estaba esperando.
- Cree en ti mismo, no en m�.

�No podr�a ser igual
creyendo en ti?

Hablas de ese modo
porque piensas que soy hermosa.

Pero lo que ves es s�lo una m�scara,
una m�scara preciosa.

- No podr�a enamorarme de una m�scara.
- T� no sabes el aspecto que tengo.

S� que tu cara es bella...
porque t� lo eres.

No puede ser de otra manera.

- �Qu� te sucede?
- �Qu� hora es?

Las doce menos cuarto.

Debo irme.
No pens� que fuese tan tarde.

Tengo que estar en un sitio.

�Ad�nde vas?
Yo ir� contigo.

- No, es imposible.
- �Por qu�?

Si te marchas as�,
�c�mo podr� encontrarte?

No s� c�mo te llamas
ni d�nde vives.

- Por favor, no me sigas.
- Ni siquiera s� qu� cara tienes.

�Por qu� me has seguido?

Porque no quer�a perderte
para siempre.

�Por qu� te has escapado?
�Por qu� has venido aqu�?

He de encontrarme con alguien
a medianoche.

Tienes que marcharte
antes de esa hora.

Por favor.

- �Qui�n es esa persona?
- Llegar� de un momento a otro.

�Es acaso alguien
que significa m�s para ti?

�Oh, no!
Pero debes olvidarte de m�.

Te lo ruego, vete mientras
llevo todav�a la m�scara.

No hasta que me digas por qu�
no quieres mostrarme tu cara.

- Tengo una raz�n poderosa.
- �Cu�l es?

Yo no soy nada
de lo que t� crees.

No quiero que pierdas tu fe
al verme tal como soy.

Pero t� hiciste brotar la fe en m�.

�sa es la realidad.
Y tambi�n mi fe en ti.

No puedes dudarlo
si es que significo algo para ti.

Te he mentido desde un principio.

Nadie me estaba buscando
ni me ha buscado jam�s.

Fing� que era hermosa para atraerte.

Te lo digo ahora porque
significas mucho para m�.

- Entonces huiste porque...
- S�, te enga��.

Toda mi vida he sido ruin,
insensible, ego�sta...

Tal y como he sido esta noche.

Jam�s sent� afecto ni ternura
por nadie.

Y mi rostro
es tan detestable como yo.

�No hagas que me averg�ence
mostr�ndote mi cara!

�Qu� importa el aspecto que tengas?
Adorar� tu cara s�lo porque es tuya.

Por favor, vete.
No lo pido por m�, s�lo por ti.

�Por qu� no crees en m� y mi amor?
�No te inspira confianza?

El Carnaval ha terminado.

Todos van a desenmascararse,
se acabaron farsas y vanidades.

Vuelven la palabra,
el esp�ritu y el amor verdadero.

T� despertaste mi fe en ese milagro,
�me dejas que yo la despierte en ti?

Cuando aprendas
lo que es realmente amor,

qu� quiere decir
dar sin esperanza de recompensa,

crear la fe y la confianza
en otros seres...

Entonces un joven te dir�...

Eres hermosa.

Oh...

Tu cara es tan bella como t�.

�No tienes suficiente fe, Henrietta?

Se ha desprendido la m�scara.
Contempla tu cara.

Ahora, libre de la m�scara,

del ego�smo y la envidia
que has llevado tanto tiempo.

No era tu rostro, sino tu alma
enferma la que te hac�a repulsiva.

- �Con qu� derecho est�n aqu�?
- Estamos esperando al due�o.

�Qu� es lo que quieren
haci�ndome levantar a estas horas?

�Pero si no es usted! Me refiero
al due�o. Lleva barba blanca y...

Yo soy el �nico due�o.
Adem�s no he usado barba desde 1911.

Y tampoco era blanca, joven,
sino muy rubia.

�Est�s segura de que
es esta la tienda?

No ha venido ni una persona
a la tienda

desde que cerr� al anochecer
y me fui a la cama.

Pues entonces,
�qui�n era el otro?

Aqu� no hay ning�n otro.
Ahora v�yanse

y no se dediquen a despertar a la
gente con su alboroto de Carnaval.

C�sense y formen un hogar.

As� no necesitar�n
refugiarse en una tienda oscura.

Soy muy feliz.

Pero es extra�o que...

Lo �nico extra�o es que
no nos encontr�semos antes.

S� que nos encontramos.
Con mucha frecuencia.

T� me has mirado algunas veces.
Pero yo no pod�a hacer que me vieras.

�Por qu�?

Porque...
ni siquiera yo pod�a verme.

Bueno, es muy bonita esa historia,
pero no entiendo qu� quieres decir.

�Qu� tiene que ver con
los sue�os y las pitonisas?

Dime, �qui�n se supone
que es la m�scara? � Yo?

No.

Yo creo que la m�scara representa
s�lo la moraleja de la historia.

Embellecer el alma
es lo importante.

No pretendo hacer un serm�n
con todo esto...

- Pues cualquiera lo dir�a.
- Disculpa.

Quiero demostrarte que la decisi�n
depende de la voluntad de una persona.

Y que ninguna pitonisa o sue�o tiene
el poder de condicionar tus actos.

Eso est� muy bien si uno consigue
cambiar de cara cuando llega la hora.

George, �quieres traerme
algo para beber?

S�, se�or.

Yo no s� si mi cara
puede cambiar o no.

Ojal� pudiera.

Pero con todo esto resulta que...
�A qu� viene todo este cuento?

�Qu� es lo que pretendes hacer?

�Hacerme un seguro
o algo por el estilo?

S�, estoy tratando de hacerte un
seguro de cierta clase.

Un seguro contra el miedo.
Un seguro contra ti mismo.

Confieso que tu historia no me
ha servido de mucha ayuda.

Te he preguntado si debo creer
un sue�o o a una pitonisa,

y me sales con un cuento de
una chica que ten�a una cara muy fea.

Con esto me quedo
como estaba al principio.

Lo importante de esa historia
es la parte moral.

- Ahora, en estas dos que siguen...
- �Otras dos! �Qu� barbaridad!

George, ser� mejor que traigas la
botella llena, un sif�n y mucho hielo.

- Estar� aqu� mucho rato.
- S�, se�or.

Una manera muy filos�fica
de mirar el asunto.

De todos modos
ya no puedes ir al banco.

Dije lo del banco s�lo como excusa.
No quer�a que me leyeras nada.

�Me fastidia que me lean algo!

Bien, pues toma,
lee �stas t� mismo.

Sacar�s muchas consecuencias
de ellas, �ya ver�s!

Pero, �qu� es lo que debo creer?

�Y qu� opini�n tienes
sobre mi problema?

Ojal� no te hubiese preguntado nada.

No tengo ninguna opini�n.
Yo no he escrito esas historias.

Pero, pobres de nosotros

si tuvi�ramos en la mano
y en un sue�o nuestro porvenir.

Eso es salirse por la tangente.

Lo que quiero saber es c�mo
debo reaccionar.

Tu reacci�n depende enteramente del
estado de tu voluntad en ese momento.

Est� bien. Entonces puedo
pronosticarte una muy mala reacci�n.

Ha sufrido un trance muy amargo.
Pero todo ha pasado ya.

Saldr� usted en breve
de Londres para el campo.

Esto conviene a su salud.

Tendr� noticias de alguien
muy querido para usted.

Ya no existe nadie
muy querido para m�.

- Recibir� noticias de su marido.
- Eso es imposible.

�Imposible!
Perdonen.

- �Qu� le ha dicho a usted?
- Que tendr� noticias de Roger.

�Esto es espeluznante!

Creo que Roger Carrington muri�
hace m�s de dos a�os, �no es cierto?

S�. En la primavera de 1931.

Se dir�a que se divierte
trastornando a sus invitados.

�Y por qu� no?

La semana pasada nos obsequi�
con aquel espiritista

que llen� el sal�n de fantasmas
y la anterior con brujer�as.

Mi h�gado no me permite
hacer uso de licores.

Soy demasiado vieja
para romances,

y los ingleses somos muy sosos,
no como ustedes los americanos.

Necesitamos algo excitante.

�No encuentra una manera mejor
de derrochar su dinero:

Monstruosidades africanas,
extravagancias?

�Preferir�a usted que lo diera
a los pobres y armara un alboroto?

- Ah, usted toca el piano.
- S�, es verdad.

Lady Flora
siente pasi�n por la m�sica.

Querr� usted decir...
por los m�sicos.

Creo que van siempre juntos.
�No es cierto, Sr. Podgers?

�Por qu� supone
que enga�o a la gente?

Yo no he dicho ni una palabra.

De todos modos puedo dec�rselo.
Esta vez no esperen un var�n.

- Sr. Thomas, muestre su mano.
- Con mucho gusto.

Car�cter aventurero.
Cuatro viajes largos en el pasado.

Ha naufragado tres veces.
No, dos. Pero naufragar� la tercera.

Sufri� una grave enfermedad
entre los 16 y 20 a�os.

Hered� una fortuna a los 30.

Siente gran aversi�n
por los gatos y los radicales.

�Extraordinario!

Debe usted leer
en la mano de mi esposa.

- Su segunda esposa.
- S�.

Dame tu mano.

- Debes quitarte el guante.
- No, gracias.

�Por qu� no?
�Tienes miedo?

�De qu� voy a tener miedo?
Sencillamente, lo desapruebo.

- Lo mismo que yo.
- �Qu� poco atento es usted!

Todos tienen derecho
a expresar su opini�n.

Pero, �puedo preguntar
por qu� lo desaprueba?

Sencillamente, porque
si eso fuese cierto,

los seres humanos ser�an
unos desventurados sin escapatoria.

- Eso es.
- �Est� usted bromeando?

�No fue Hamlet, el que dijo:

"Hay m�s cosas en el Cielo
y en la Tierra, Horacio,

que las que tu sue�as
en tu filosofia"?

Yo no soy ning�n sabio,
pero es evidente que usted es abogado.

Car�cter impulsivo,
soltero y...

- enamorado de pies a cabeza.
- �Usted cree?

Est� aqu�.

Y la se�orita en cuesti�n
est� enamorada de usted.

En eso se equivoca por completo.

- Le aseguro que est� enamorada.
- Yo deber�a saberlo.

Ya lo sabe ahora.
Es usted un hombre con mucha suerte.

Esto es terrible.
Rowena, �D�nde est� Rowena?

�Ve usted alguna otra
falsa informaci�n?

Deje que lo mire.

- �Y bien?
- Nada. No veo nada, se lo aseguro.

�Por favor, Sr. Podgers!

- Usted ve algo, lo leo en su cara.
- El caballero har� un viaje.

- El de la luna de miel.
- S�, sin duda, ser� �se.

- �Rowena, qu� sucede?
- Todo ha acabado entre los dos.

- �Te refieres a Gerald?
- Deb� haber roto con �l hace mucho.

Y ahora vas a casarte
con Marshall Tyler.

- �C�mo lo has sabido?
- Eso no importa. Ven conmigo.

Los j�venes de hoy d�a
son tan desagradables...

Y Marshall tiene
mucho m�s dinero.

- �Yo no pienso en el dinero!
- Claro que no, el dinero es odioso.

Rowena tiene que decirle
una cosa muy interesante.

�S�?

�Qu� ocurre?
�Quieres que te acompa�e a tomar algo?

No.

Puedes casarte conmigo si quieres.

�S�lo para que se realice
una est�pida predicci�n?

Hablo en serio, Marshall.

No te burles, Rowena.
�Te he esperado tantos a�os!

Pues ya no debes hacerlo.

- Est� escrito.
- �C�mo?

�Escrito?

Interrumpimos el programa
para dar una importante noticia:

Acaban de comunicarnos desde
el Ant�rtico que Sir Roger Carrington,

el conocido explorador
y sus acompa�antes,

han sido hallados todos con vida.

Este grupo de intr�pidos hombres
se hab�a considerado perdido

desde hace dos a�os.

�Roger!

Conectamos con Victoria del Sur.

Comience, Victoria del Sur.

Oiga, Londres. Soy Roger Carrington,
que habla en nombre de la expedici�n.

Todos estamos vivos
y gozamos de buena salud.

Si por casualidad,
mi adorada esposa me escucha...

- �Se encuentra bien?
- �Un vaso de agua! �Un vaso de agua!

- Perdone, se�or, su sombrero.
- Gracias.

- �Se�or Podgers?
- �S�?

Necesito una respuesta concreta
a una pregunta que quiero hacerle.

- Otro d�a, se�or. He de irme.
- �No, por favor!

D�game lo que ve,
d�game la verdad.

�Por qu� supone que he visto en
su mano m�s de lo que le he dicho?

No me cabe duda.
Insisto en que me diga la verdad.

Le pagar� 100 libras.

- �C�mo se Ilama?
- Tyler. Marshall Tyler.

Estar� ma�ana en casa despu�s
de las 6. Adi�s, Sr. Tyler.

Adi�s.

SEPTIMUS PODGERS,
QUIROM�NTICO PROFESIONAL.

Ven aqu�, Silvia.
Ven aqu�, ven.

No hay nada qu� hacer
si no tiene usted fe en mis artes.

Si no est� dispuesto a creer
ni una palabra de lo que yo le diga.

Que lo crea o no
s�lo me incumbe a m�.

Ayer noche vio usted algo en mi mano.
Necesito saber de qu� se trata.

- Le dije que le pagar�a 100 libras.
- S�, s�... Pero usted no...

- �Duda de mi palabra?
- No. De su palabra, no.

- �De que pueda pagarle?
- No, no, no...

Todo el mundo sabe que es rico.
Pero... �100 libras!

Ya s� que es mucho dinero.
Pero no perdamos m�s tiempo.

Muy bien.
Vamos a ver.

�Qu� car�cter m�s contradictorio!
Todo mezclado y complicad�simo.

Igual que la maquinaria
de un reloj suizo peque�o.

No he venido a indagar
acerca de mi car�cter.

Pero el car�cter
demuestra la personalidad.

Es un �ndice de lo que es un hombre
y de lo que puede ser.

Aqu� le tenemos a usted.

Un abogado perfecto:
Vanidoso, un gran ego...

Le gusta probar que tiene raz�n
aunque est� equivocado.

Sin convicciones verdaderas...

Hubiese sido un excelente
abogado criminalista.

- �No me interesan los cr�menes!
- Pues quiz� le interesen.

Hace m�s de 15 a�os...

�He venido a enterarme
del futuro, no del pasado!

El pasado y el futuro son lo mismo.

Porque el futuro se convierte en
pasado, cada minuto que pasa...

F�jese, ya es pasado.

D�game usted lo que ve ah�.
Voy a casarme muy pronto.

- S�, tuve raz�n respecto a eso.
- Si cree ver alguna amenaza,

algo que pudiera
echar a perder mi bienestar,

o felicidad,
quiero saberlo.

Hay cosas que a veces
es mejor no saberlas.

Sea lo que sea lo que haya visto,
�exijo que me lo diga!

- Es un hombre muy valiente.
- Hable claro de una vez, �qu� ve aqu�?

Un asesinato.

�Qu�?

Usted matar� a alguien, Sr. Tyler.

- Hab�amos convenido 100 libras.
- Ah, s�, s�.

Es lo mismo.
M�ndelas por un criado.

- Bien, le enviar� un cheque.
- Gracias.

Al ir a casa le aconsejo que evite
pasar por la calle de Whitechapel.

- Buenas noches.
- Buenas noches, Sr. Tyler.

Es absurdo, rid�culo...
Ese hombre es un loco, un impostor.

Con la casa llena de gatos...
�Qu� puede saber �l de mi vida?

�Alto, ladr�n!
�Alto o disparo!

�Se encuentra usted bien, se�or?
No le han herido, �verdad?

No.

Eso era una se�al.
�No cree que deber�amos irnos?

No...
Ir� andando.

�Matar? Pero...
�por qu� habr�a de matar a nadie?

- Usted matar� a alguien, Sr. Tyler.
- �Eh?

�Tranquil�zate!

S�, debo hacerlo.

�C�mo podr�a saber �l
ese tipo de cosas?

- Pero acert� en lo de Rowena y yo.
- Suposiciones.

- �Y lo de Roger Carrington?
- Coincidencia.

- �Y mi cartera?
- Siempre dejas olvidada tu cartera.

�Y lo de la calle Whitechapel?

D�jalo ya.
Piensa en otra cosa.

- Usted matar� a alguien, Sr. Tyler.
- No, no lo har�.

No puede obligarme a hacer
una cosa que yo no quiero hacer.

Si pudiese escapar de esta obsesi�n,
nos ir�amos a alguna parte. A Par�s.

No, no huyas.
Debes matar a alguien.

Usted matar� a alguien, Sr. Tyler.

No puedo trabajar.
�No puedo pensar!

Hazlo enseguida.

- �Qu�?
- �Acaba de una vez!

�Matar?
�A sangre fr�a?

Si, con un bot�n, pudieses matar a
un pobre viejo a 10000 millas de aqu�,

�lo har�as para librarte
de esta amenaza?

- S�, por supuesto, al instante.
- Ya veo. Es una cuesti�n de distancia.

S�, pero un viejo in�til...

�Acaso no hay aqu� tambi�n
gente vieja in�til?

�Qui�n?

Perfecto.

No, no.
�Lady Pamela?

- �Por qu� no? �Lo sentir�as?
- No.

- �Qui�n lo iba a sentir?
- No creo que nadie la eche de menos.

�Nadie!
Y muchos estar�an encantados.

Es una vieja ego�sta en extremo.
Y siempre est� enferma.

�No son razones suficientes
para asesinarla?

- Ya es demasiado vieja.
- 70 a�os.

- �75!
- Ya ves, le queda poca vida.

- Pocos a�os.
- Pocas semanas.

Pocos meses.

Aqu� lo tienes.
�Una elecci�n ideal!

Siempre me ha demostrado
mucho afecto.

�El sentimentalismo te detiene?

No, no, no,
claro que no.

S�, matar.
Pero, �c�mo?

�Qu� te parece una taza de t�?

- �Una taza de t�?
- Con veneno.

S�, pero yo no s�
una palabra de venenos.

Eso se aprende.

- �Ha encontrado lo que deseaba?
- S�, gracias.

Pero la aconitina
es un veneno mortal, Sr. Tyler.

As� lo espero. Quiero librarme
de un mast�n noruego.

�ltimamente ha dado
se�ales incipientes de rabia

y durante la �ltima semana
atac� a uno de mis clientes.

En tal caso, creo
que hace usted muy bien.

D�me usted una peque�a
jeringa de inyecciones, por favor.

�Cu�nta preparaci�n!
�Ojal� se hubiera terminado ya!

Ya queda poco.

Siempre que no pierda la serenidad,
y si ella no sospecha nada.

�Tratas de encubrir tu fechor�a con
un inocente chocolate en una caja?

Una caja preciosa.
Del siglo XVII.

Podr�as insinuarle que te la deje
en su testamento como recuerdo.

- �Qu� sarc�stico eres!
- �Y?

Gracias, Marshall.
�Qu� amable es usted!

Qu� cajita m�s encantadora.
�C�mo est� Rowena?

- �Han pensado la fecha de la boda?
- Todav�a no.

Ser� una esposa modelo para usted
porque no le ama lo m�s m�nimo.

De manera que nunca correr�
el peligro de que deje de quererle.

�Y qu� opina ahora del Sr. Podgers?
�Verdad que caus� sensaci�n?

Estuvo soberbio en la forma en que
le dijo a Flora lo de los m�sicos.

�Recuerda aquel horrible
violinista con las u�as sucias?

S�, no me ir� a decir
que Lady Flora y �l est�n...

S�.

La duquesa de Wrexe me coment�

que la otra tarde en un ensayo
de la sinf�nica de Londres

lleg� un mensajero
de Flora diciendo:

"A la misma hora y en el
mismo lugar, ma�ana".

Y los 60 m�sicos se levantaron
a la vez y dijeron: "Gracias".

Tiene gracia.

D�game, �el Sr. Podgers
ha predicho su porvenir?

Mi porvenir no me preocupa.

Compadezco a los pobres
que quieren conocer el porvenir.

S�... Esta peque�a cajita tiene
un secreto que revelarle a usted.

- D�gamelo.
- Es un remedio para su h�gado.

�Qu� atento es usted!

Fue preparado por un americano y me
han dicho que hace curas prodigiosas.

�Es esto?
Tiene el aspecto de un chocolate.

- Me lo voy a tomar enseguida.
- No, espere. Ahora no.

Si lo toma sin necesitarlo
podr�a ser fatal para usted.

Es mejor que espere
a que lo necesite.

Quedar� asombrada del resultado.

Muy bien, lo guardar�
hasta que me d� el ataque.

- S�, bien, �y cu�ndo ser�?
- �Espero que tarde mucho!

Es usted muy simp�tico, Marshall.
Rowena le ha hecho un gran bien.

Much�simo bien.

Voy a verla ahora.

Nos propon�amos casarnos
casi inmediatamente

pero tal y como est�n las cosas
es posible que lo aplacemos.

- �Por qu�?
- Tengo que salir de viaje.

- �De negocios?
- S�, algo as�.

Salude de mi parte a Rowena.
Y muchas gracias por la medicina.

No se olvidar� de tomarla, �verdad?

�Claro que no!
�Podr� adquirir m�s si da resultado?

Si da resultado, no necesitar� m�s.

�Qu� maravilloso!
Adi�s, Marshall. Feliz viaje.

Adi�s.

Sea buen muchacho.

- Una se�ora desea verle.
- �Una se�ora?

Le dije que subiera.

Oh.
�Rowena!

He tenido que ser yo
quien venga a verte...

Es que ten�a mucho trabajo atrasado
y quer�a estar tranquilo y solo.

Pero dijiste que ser�a s�lo por unos
d�as, y hace ya casi tres semanas.

S�, ya lo s�.
Perdona.

�S�?

�Qu�?

�Cu�ndo?
�Esta ma�ana?

S�...
S�, ya entiendo.

Bien, el lunes a las tres.

- �Qui�n era, Marshall?
- De mi despacho.

�De qu� se trata?
Te veo muy alterado...

- Ya podemos regresar a Londres.
- �Y?

S�, podemos casarnos.

- �Cu�ndo?
- Enseguida.

- �El lunes?
- Oh, no. Al d�a siguiente.

El lunes se leer� el testamento.

- �Qu� testamento?
- El de una de mis clientes.

T� la conoces.
Lady Hardwick.

�Lady Pamela?
�Pero si es mi madrina!

- Ah s�, claro...
- �Qu� ha ocurrido?

Ha fallecido esta ma�ana.

- Reverendo.
- �Hola, Sr. Tyler!

- �C�mo se encuentra usted?
- �Espl�ndidamente!

Ha sido una l�stima.

�Muy triste! �Muy triste!
Parec�a estar muy bien y alegre...

�Sabe si sufri� mucho
en los �Itimos momentos?

- No, nada. Se apag� como una vela.
- Me alegra mucho saberlo.

- �Oh, Marshall!
- �Qu�?

�Mira qu� cajita tan preciosa!

�Rowena!
�No lo hagas, por favor!

- Cualquiera dir�a que era veneno...
- �Veneno?

Sr. Tyler.
Y usted, se�orita.

�Menuda jugarreta
te ha gastado el destino!

Aparentemente muri�
de muerte natural.

Sr. Tyler.

�Qu� mal! Ahora tienes
que elegir a otra v�ctima.

S� pero no tengo tiempo.
He de casarme ma�ana.

Busca una v�ctima entre
los que se encuentran aqu�.

Y declaro que lego
mis bienes en la forma siguiente:

A mi ama de llaves, la Sra. Wiggins,
que me ha servido durante muchos a�os,

y sufrido mi lengua y mi mal humor,

le dejo 200 libras
y mi bata con encajes de Bruselas,

que siempre estuvo ambicionando.

Tambi�n le dejo los perfumes
m�s caros de mi tocador.

A menos que los considere
demasiado ex�ticos,

en cuyo caso puede entregarlos
a su sobrina.

A mis dos doncellas, Sally y Agnes,
100 libras a cada una.

Aparte de estas peque�as pruebas
de afecto, dejo todos mis bienes a...

Perd�n.

Dejo todos mis bienes al reverendo
para que haga buenas obras,

lo cual es mejor, en mi opini�n,
que dejarlo a mis parientes.

A qui�nes jam�s fui simp�tica...
ni ellos a m�.

�Qu� sorpresa!
��nimas benditas!

Y pensar que hemos
hecho un viaje tan largo,

para no recibir
m�s que un insulto...

�Pobre Pamela! Siempre tuvo
un original sentido del humor.

Era muy caritativa. Con una mente
cristalina hasta su �ltima hora.

�Ah, querida!

Y ahora, libre de
las tribulaciones de los mortales,

habr� alcanzado
el reposo del esp�ritu.

El verdadero estado de reposo
al que todos aspiramos.

�Has o�do eso?

Ning�n ser humano
podr�a desear un final tan feliz.

�Escucha!

Un paso r�pido
y sin pena a la eternidad.

�Desprecia la muerte!

�Oh, muerte, t� la gran verdad!
�D�nde tienes tu morada?

�Lo ves? La muerte.
�La gran verdad!

�No le importa morir!
Es tu hombre.

�Oh, Sr. Tyler!

- �Puedo pasar?
- Naturalmente. Pase usted.

Estoy s�lo.
Mis dos criados han salido.

- Perm�tame.
- Gracias.

Hay algo sobre lo cu�l me gustar�a
conocer su opini�n en particular.

- �Se trata de un asunto espiritual?
- No s� si es exactamente espiritual...

Digamos que es
una cuesti�n de principio moral.

Con aquella amenaza
constante sobre �l,

destrozando su vida, su carrera
y todo lo que �l aprecia.

�Debe culp�rsele por obedecer
ciegamente y poner sus manos...

al servicio de lo que
le han anunciado?

El poder del futuro:
El destino.

- �Dice que es un cliente?
- S�.

- Debe de estar totalmente loco.
- No, est� tan cuerdo como usted.

- �Una v�ctima de las alucinaciones?
- No, no hay tal cosa.

No hay duda de que si
hubiese sido dispuesto

que los pobres mortales
conoci�semos por anticipado

lo que podr�a ocurrirnos
en el porvenir,

la Providencia hubiese facilitado

un medio m�s natural
y sencillo para saberlo.

No puedo creer que se lo hubiese
confiado a charlatanes como Podgers.

No, Sr. Tyler,
la culpa est� en nosotros mismos.

El pecado hace lo posible para
introducirse por todos los medios.

Por eso su cliente no es feliz.

Ni podr� serlo nunca mientras
le aliente la soberbia

de querer obrar por cuenta propia.

S�, ya lo s�.
Ya s� todo eso.

"S�ale suficiente cada d�a
evitar la tentaci�n."

- Perm�tame que le ofrezca una copa.
- Gracias.

Ya s� qu� desea.

Aquel viejo Oporto que sabore�
la �ltima vez que comimos juntos.

- S�. Lo recuerdo.
- Todav�a me quedan una o dos botellas.

�Es usted! A�n no hab�a visto
mi bodega, �verdad?

- No. Tiene una colecci�n magn�fica.
- �Es muy modesta!

S�lo hay unas pocas botellas
de valor: Beaune de 1894,

Tokay del 21
y Oporto de 1871.

Hered� muchas de mi antecesor,
el difunto reverendo jefe de Norwalk.

Era un gran entendido en vinos.
Hay un jerez muy bueno en ese rinc�n.

Suelte eso, hijo m�o.
No sea que se haga da�o.

Buenas noches, Sr. Tyler.
�Vaya una niebla que tenemos hoy!

S�, es cierto.

�Sr. Tyler!

- �C�mo est� usted?
- �C�mo estoy?

�C�mo voy a estar despu�s
de lo que usted me dijo?

- No cre� que lo tomase tan en serio.
- No, pero lo llevo aqu�.

Usted se empe�� en saberlo.

M�relo de nuevo.
Tal vez fue una equivocaci�n.

Por favor, vuelva a su casa.
Necesita dormir.

Tal vez fue una equivocaci�n.

Est� usted alterado.
Vaya a verme ma�ana.

�No, ahora!
�Ahora!

�Qu� extraordinario!

- Creo que debo excusarme, Sr. Tyler.
- �Excusarse?

- No est� en su mano lo que le dije.
- �S� est�! �Est�!

- Se lo aseguro, le digo que no...
- �Embustero! �Embustero!

Usted matar� a alguien, Sr. Tyler.

- �Qu� es eso?
- No lo s�, se�or.

�El Sr. Tyler!

Es un asesino.
Lo he visto.

- �Qu� ha sucedido?
- Ha matado a un hombre.

�Llamen a un doctor enseguida!

Lo estrangul�
y lo tir� por el puente.

�No! No soy un asesino.
Lo vio en mi mano.

Y luego dijo que no era cierto.

�I fue quien hizo a esta mano buscar
su cuello y apretarle m�s y m�s...

�l me dijo que ten�a que matar
y no se equivoc�. �Me oyen?

Me creen, �verdad?

Sr. Gaspar, �qu� quiso decir cuando
dijo que ten�a algo en la mano?

No lo s�.

Dijo que una fuerza
le empuj� a hacer "aquello".

�Usted cree que una fuerza
puede poseernos?

Eres libre de creer
en esas tonter�as.

- No, se�or.
- �Qu� hora es?

A�n faltan 15 minutos
para que salga usted.

Vamos, vay�monos de aqu�.

EL GRAN GASPAR,
EL EQUILIBRISTA BORRACHO.

- �Ha tenido usted un sue�o, se�or?
- S�.

Sale dentro de 5 minutos.

Todos tenemos sue�os. Un d�a so��
que mi mujer me hab�a abandonado.

Yo me sent�a muy feliz, hasta que
despert� y vi que a�n estaba conmigo.

Luego este sue�o
se repiti� varias veces

y siempre que me despertaba
ella segu�a en su puesto.

As� que ya no creo cuando sue�o
sobre ella. S� que he de aguantarla.

�Qu� ha so�ado usted?

- Con una muchacha.
- Eso es malo.

Pero ser� muy dificil
atraparle a usted en el circo.

Estamos aqu� hoy.
Pero, �qui�n sabe ma�ana?

La gente del circo somos as�,
�verdad?

- Hola, Paul.
- Hola.

- �Eh, Paul, hay Ileno esta noche!
- Bien.

- �Buena suerte!
- Gracias.

- Hola, Paul.
- Hola, querida.

�C�mo te encuentras, Paul?

�Qu� le pasa?

Hola, Paul. Hay mucha gente hoy.
Est� completamente Ileno.

Tendr�amos que anunciar cada
actuaci�n como si fuese la �ltima.

Ya que esto atrae al p�blico.
�Qu� te pasa? �Te encuentras bien?

S�, estoy bien.
Acabo de tener un sue�o.

- �Qu� clase de sue�o?
- He so�ado que me ca�a.

�Qu�?

- Si est�s intranquilo por ello...
- No digas tonter�as. No te preocupes.

Se�oras y caballeros,
atenci�n, por favor.

Van a presenciar la actuaci�n
m�s peligrosa,

atrevida y emocionante que
ning�n mortal haya realizado.

�El Gran Gaspar!

Se�oras y caballeros,
�el Gran Gaspar!

El h�roe de la cuerda floja,
va a saltar desde un cable,

a 75 pies de altura, a otro cable
situado 10 pies m�s abajo.

Sin red, se�oras y caballeros.
�Sin red!

�Presten toda su atenci�n
al Gran Gaspar!

- �Qu� ha pasado?
- �Qu� est� haciendo?

�Obl�guele a bajar!

Llamad a las bailarinas.
A bailar, �r�pido!

A la pista,
bailarinas a la pista.

No puedo comprender lo que ocurri�.
No pude ver ni siquiera el cable.

Pensar�s que estoy loco pero
no pude hacer m�s de lo que hice.

No s� c�mo un sue�o
pudo trastornarte de esa manera.

- Si yo tuviera un sue�o as�...
- Jeff, l�rgate.

S�, se�or.

Saldremos para Nueva York ma�ana.
Puedes hacer lo que quieras.

A m� lo peor que podr�a ocurrirme es
caerme de la cama,

pero t� eres la estrella
del espect�culo y no quiero perderte.

Por tanto, ven a los Estados Unidos
y lo pensar�s durante el viaje.

Si luego crees
que has vencido esa crisis,

puedes hacer
tu n�mero con o sin red.

Pero si tus nervios te dominan sigue
haciendo s�lo tu n�mero anterior.

- T� tienes la palabra.
- No seas absurdo.

He trabajado durante a�os
para conseguir un nombre

y no lo voy a echar a
perder por un est�pido sue�o.

Necesitas toda tu voluntad
para hacerlo bien.

Y no olvides que
s�lo puedes equivocarte una vez.

Sigo oyendo c�mo grita todav�a...

- Oyes gritar... �a qui�n?
- A esa chica.

Ah, s�, no te lo he dicho.
Vi a una chica en mi sue�o.

La vi durante toda la ca�da, gritando.
Y esos pendientes de extra�o brillo...

reluciendo como si tuviesen vida,
como si quisieran gritar tambi�n.

Perdone.

�Podr�a?

�Es usted!
No, no. Espere.

- �D�jeme!
- No se asuste.

- Soy yo el que debiera asustarse.
- Disculpe, es tarde y estoy cansada.

Espere, por favor.
S�lo un momento. Se lo ruego.

- �No nos hemos visto antes?
- No. Si no me deja, pedir� auxilio.

En el circo, quiz�. Soy acr�bata.
Soy Paul Gaspar. Quiz� me ha visto.

No he estado en ning�n circo
desde que era una ni�a.

Entonces ser�a en otra parte.

�En Londres, Montecarlo?
Por favor, trate de recordar.

- Repito que no nos hemos visto nunca.
- �En Paris tal vez?

En N�poles, El Cairo... En alguna
parte. Eso lo explicar�a todo.

No, yo no he estado nunca
en esos lugares.

Y ahora que ya est� todo claro,
�quiere dejarme sola?

Pues...
Pues en ese caso es a�n m�s...

�Es a�n m�s maravilloso!

No hay duda de que
est� ensayando una comedia.

Es maravilloso.

Oiga, yo la vi la noche pasada,
en un sue�o,

tan real y con tanta vida
como la veo ahora.

- �S�?
- S�.

Al quedarme dormido en mi camerino,
minutos antes de comenzar a actuar.

En mi sue�o vi su cara,
tal y como la veo ahora.

Yo hac�a mi n�mero en la cuerda floja,
usted dio un grito y me ca�.

�Lo ha comprendido ahora?
Me ca�.

Y no obstante,
estoy aqu� y usted est� aqu�.

Tiene una imaginaci�n prodigiosa.

�Y sus pendientes?
�D�nde est�n?

- Usted los tendr�, naturalmente.
- �De qu� pendientes est� hablando?

Los vi mientras estaba cayendo.
Eran extra�os. Semejaban dos liras.

Resplandec�an en aquel
derroche de luz.

- �Qu� quiere? �Por qu� me sigue?
- No la sigo. Acabamos de conocernos.

- Usted tiene los pendientes, �verdad?
- No. Eso no le importa.

Pero me cree ahora, �verdad?

�Por qu� he de creerle? S�lo fue
un sue�o. Pudo ser cualquier otra.

- Pero aquellos pendientes, se�orita...
- Stanley. Joan Stanley.

Joan.

Si cree realmente que
me vio en ese sue�o,

deber�a tener inter�s en
no encontrarse conmigo.

- Sin duda, deber�a...
- S�.

- Podr�a traerle mala suerte.
- Es cierto, podr�a.

�Quiere cenar conmigo ma�ana?

Por supuesto que no.

- �Un cocktail?
- No, gracias. M�s tarde.

Eh, Paul.

Acabo de recibir un cable de nuestro
publicista en N.Y. �Qu� le digo?

- �Sobre qu�?
- Tu n�mero.

Bien. Si volviese a ejecutar
mi antiguo n�mero, �ser�a lo mismo?

Ya sabes que creo que es insensato
que cada noche arriesgues tu cabeza.

Adem�s no estoy seguro de que
eso le guste mucho al p�blico.

Oye, Lamarr, �reconociste alguna vez
un lugar en el que no hab�as estado?

- �Qu�?
- T� llegas a un lugar por primera vez,

te consta que nunca
has estado all�,

y a�n as�, todo lo que ves
te resulta familiar.

�Te ha ocurrido esto alguna vez?

Nunca voy a un lugar por vez primera.
Sea donde sea, siempre he estado all�.

- �Qu� hora es?
- Las 8:25. �Vamos a cenar?

- No, ceno fuera esta noche.
- S�. Ya lo s�.

- Una conquista r�pida. �Qui�n es?
- Una persona que conoc� ayer noche.

- �Est�s seguro de que acudir�?
- S�lo dijo que no 3 veces.

Y sabe que la estar� esperando.

- �Sr. Gaspar?
- S�.

- Tenga, se�or.
- Gracias.

NO ME ESPERE.
NO PUEDO CENAR CON USTED.

Nos veremos luego, King.

�S�?

Si desea tomar un cocktail antes de
la cena ser� mejor que se d� prisa.

- �No recibi� mi nota?
- S�. Tem�a que pudiese estar enferma.

Le agradezco que se preocupe
tanto por m� pero voy a cenar sola.

- Oh, �est� �l aqu�?
- �Qui�n?

El que impide que cenemos
juntos esta noche.

No le entiendo.

Perdone, anoche no se me ocurri� que
usted tal vez no viajaba sola.

S�, se�or, viajo sola.

Pues ser� que no quiere que la vean
con gente de circo, �no? Lo lamento.

No sea absurdo.
En realidad, admiro a esas personas.

Se necesita gran valor para realizar
un n�mero como el suyo.

- �Qui�n le habl� de mi n�mero?
- Su empresario, el Sr. Lamarr.

- �Cu�ndo?
- Esta tarde.

Yo le pregunt� si era peligroso
y �l me dijo que s� lo era.

En su �Itima representaci�n
en Londres usted no salt�,

�qu� se propone hacer ahora?

- Cenar con usted.
- No, quiero decir en Nueva York.

- �Volver� a hacer su n�mero?
- No lo s�.

Tengo preparado otro n�mero menos
peligroso y casi igual de efectivo.

No soy tan valiente
como usted cree.

�No est� corriendo un riesgo
al insistir en cenar conmigo?

Si es as�, es un riesgo
muy agradable.

Pero he estado pensando,
�se ha encontrado alguna vez

con alguien por primera vez y sentido
la seguridad de que ya le hab�a visto?

- S�.
- Es lo que me ocurri� cuando la vi.

La reconoc� inmediatamente
como la joven que vi en mi sue�o.

- �La que llevaba los pendientes?
- S�. Creer� que estoy loco,

pero no se preocupe, tal vez haya
visto los pendientes en otra parte.

Veo que usted
tambi�n viaja mucho.

Hotel Shepeard, El Cairo.
Estuve all� en 1929. � Y usted?

�Recuerda?

�Recuerda el olor de canela y �mbar
cuando sopla el viento del norte?

Y el perfume de los naranjos floridos
de Palestina en el camino de Jeric�.

Montecarlo, el m�gico reflejo de la
luna en el mar visto desde la terraza.

Tambi�n recuerdo Amalfi.

Las blancas barcazas de los pescadores
que regresaban cantando al amanecer.

�Amalfi? Yo pas� all�
el invierno aquel mismo a�o.

Yo hab�a salido ya de all�.

- �No quiere decirme qui�n es usted?
- La mujer de su sue�o.

�Por qu� le hizo a Lamarr
aqu�llas preguntas acerca de m�?

- Curiosidad.
- Ya entiendo.

S�lo usted puede hacer preguntas...

Lo lamento.

Oiga, si le prometo no hacer ninguna
otra pregunta, �cenar� conmigo?

No tengo apetito.

�Lo siento de veras!

No me queda otro remedio que irme
a cenar solo. Si quisiera al menos...

�Son estos los pendientes?
Tienen la forma de dos liras.

�Es esto un sue�o tambi�n?

Nunca antes
me los hab�a puesto.

- �Nunca?
- Nunca.

Entonces era usted, �est�bamos
destinados a encontrarnos aqu�!

S� que es extra�o... 4 horas antes de
la salida no sab�a que iba a embarcar.

�Qu� sucedi�?

Muchas cosas. Circunstancias...
Tuve que embarcar.

�El destino!
�Le asusta acaso?

Es usted quien deber�a
estar asustado.

�Lo cree as� de veras?
Tal vez interpretase mal mi sue�o.

Indudablemente fue una llama
que ilumin� mi camino hacia usted.

No lo dude. Debo de haber estado
busc�ndola durante tanto tiempo...

�Hemos estado en lugares
tan maravillosos los dos juntos!

�Recuerdas Palestina?

�El perfume de la flor del naranjo
en el camino de Jeric�?

Recuerdo Montecarlo. El m�gico
reflejo de la luna desde la terraza.

� Y Amalfi? �Las canciones
de los pescadores al amanecer?

No.

No recuerdo nada.
�No quiero recordar nada!

El pasado ya se fue.
Y el ma�ana...

No me dejes pensar en el ma�ana.

�Est�s triste?

- �En qu� estabas pensando?
- En ti.

- �Y eso hace que te pongas triste?
- S�.

- �Por qu�?
- No lo s�. Tal vez...

- hubiese preferido conocernos antes.
- �Por qu� dices eso?

- �Es que hay alguien m�s?
- No me lo preguntes.

�No crees que deber�a saberlo?

- En realidad no tiene importancia.
- �Qu�?

Llegaremos ma�ana.
Es el fin del viaje.

Es el fin del viaje, s�,
pero no nuestro fin.

Ma�ana estaremos en Nueva York
los dos juntos.

No, no te ver�
despu�s de esta noche.

Todo esto ha sido maravilloso
pero ma�ana debe terminar.

- �No lo dir�s en serio? �Por qu�?
- Es as�. �As�!

Y tal vez sea lo mejor.

No desperdiciemos estos momentos.
Demos un paseo.

�Caramba, Sra. Templeton!
��sta s� que es una sorpresa!

- No sab�a que estuviese a bordo.
- Usted se equivoca, caballero.

�Es que no me recuerda? Nos conocimos
en El Cairo, Hotel Shepeard.

- Lo siento, se equivoca.
- Perdone... Estaba seguro.

Perdone.

Creo que est�s ocult�ndome algo.

�No pretender�s ser el �nico hombre
con quien he flirteado casualmente?

- No tuve intenci�n de ofenderte.
- Perdona.

�Llamas a nuestro encuentro
un flirteo casual? Contesta.

En realidad
nuestro encuentro fue muy casual.

Ahora no te comprendo.

Hemos estado tan unidos
durante estos d�as...

Y parece que desearas
que no nos hubi�semos conocido.

- No es �sa mi intenci�n.
- �Entonces cu�l es?

Miles de personas se conocen
a bordo y se gustan.

Celebro haberte conocido, Paul.
Ha sido muy agradable.

Y tal vez he llegado
a quererte... un poquito.

Pero ma�ana se acabar� todo.

Temo que ese hombre de El Cairo
te ha inquietado un poco.

�Por qu� raz�n
me haces todas esas preguntas?

- Yo no te hago ninguna...
- �Claro que s�!

Y no lo tolerar� de ning�n modo.
�Ya nos lo hemos dicho todo!

Buenos d�as, Sra. Templeton.

Buenos d�as, Sra...
Templeton.

Sra. Templeton.

Se llama usted Joan Templeton,
�no es cierto?

- Me llamo Joan Stanley.
- Su nombre es Joan Templeton.

�Esperen!

�Esperen!

�Qui�n es?

El camarero, se�or.
Pasaba y me pareci� o�r que llamaba.

No, gracias.

Estaba so�ando.

- Srta. Joan Stanley.
- S�, gracias.

Se�orita, pondr� esto con
el resto de su equipaje.

�Paul!
Te estaba buscando porque...

Ven aqu�.

Paul, necesitaba decirte
que siento mucho lo de anoche.

- �Lo de anoche?
- No quer�a irme sin que lo supieras.

Ya lo hab�a olvidado todo.
Somos amigos, �verdad?

- Claro que lo somos.
- �Claro que lo somos!

Quiero decir,
si puedo ayudarte,

Si alguna vez
necesitas algo de m�...

Gracias, Paul.

Tal vez muy pronto, si me recuerdas,
nos encontremos otra vez.

Bien, me est�n esperando.

- Adi�s, Paul.
- �No te vayas!

- �No debes irte!
- �Por qu�?

Porque yo ir� contigo.
Es que no quiero que vayas sola.

�Esperas a alguien?

A unos parientes a los que
ya supongo que ya no voy a ver.

�Taxi!

�Lo ves? No ha venido nadie.
Ni amigos ni enemigos.

- Lo �nico que te queda soy yo.
- Adi�s, Paul.

Cari�o, conozco un bar
en la calle 52...

- �quieres que comamos all� a la una?
- No, Paul.

- Bien, entonces a las tres. � Vendr�s?
- No.

- Pues te espero a cenar, �a las ocho?
- No insistas.

�Al menos vendr�s ma�ana
a ver el debut?

- Parece que est�s muy contento.
- �Y lo estoy!

�Has sido alguna vez
alegremente decepcionado?

- �Ha ocurrido algo?
- No, ha pasado algo que no ha pasado.

�C�mo est� usted?

Oye, Paul, me parece que deber�as
ensayar tu antiguo n�mero

antes de representarlo.
No lo has hecho desde hace tiempo.

S�, tienes raz�n.
Lo ensayar�.

Espera un momento...
�El antiguo? �Cu�l es el antiguo?

- Har� el mismo n�mero de ahora.
- �Has cambiado de idea? Cre�a que...

No importa lo que dije.
Har� mi n�mero de todos los d�as.

- Paul, no quiero que lo hagas.
- Nunca dije que no lo har�a.

- �Y quieres que yo vaya a verlo?
- �Claro que debes ir a verlo!

- �Sabes lo que puede ocurrir si voy?
- S�, y me sentir� muy feliz.

No, no. Me refiero a...
�No recuerdas tu sue�o?

Los sue�os mienten, ahora lo s�.
Estoy seguro de ello. Vendr�s, �no?

No lo s�.
Hasta la vista.

Gracias.

B�squeme un taxi,
haga el favor.

Esto me deja perplejo.
�No le tienes ning�n temor al sue�o?

- �Deja de molestarme con tus sue�os!
- �Mis sue�os?

Ya est� todo olvidado.
Estoy convencido de ello.

- Buena suerte, Paul.
- Gracias.

Realizar� la proeza m�s atrevida
y emocionante jam�s realizada.

El Gran Gaspar, se�oras y caballeros.
�El Gran Gaspar!

El h�roe de la cuerda floja,
va a saltar desde un cable,

a 75 pies de altura, a otro cable
situado 10 pies m�s abajo.

Sin red, se�oras y caballeros.
�Sin red!

�Presten toda su atenci�n
al Gran Gaspar!

- Bien, King, �qu� te dije yo?
- �Me rindo!

Desde ahora no me asusto
aunque tengas pesadillas.

Vamos, chicas.

�Quiere decirme d�nde est�
el camerino del Sr. Gaspar?

Vaya hacia el pabell�n de fieras.
El primer carro a la izquierda.

�Srta. Stanley!

�Conoce, por casualidad,
a un tal Diamond Joe Templeton?

S�.

- �Es usted �sta?
- S�.

�Sab�a que Joe Templeton
fue arrestado en Londres?

S�, lo sab�a.

- Supongo que Ud. Trataba de escapar...
- S�, es verdad.

No hubiera podido ir muy lejos.
Recibimos una carta referente a usted.

Ya lo s�.
Yo la escrib�.

�Es cierto que usted la mand�?

S�. Dec�a que me entregar�a
yo misma ma�ana.

Me ha tenido preocupado
todo el tiempo,

pero celebro
que todo haya salido bien.

- Gracias, Jeff. Ahora l�rgate.
- �Qu�?

- Que te largues.
- S�...

La verdad es muy dificil
entender a la cuadrilla Templeton.

Algo debe de haber ocurrido para que
usted haya cambiado de opini�n.

As� es:
El motivo est� en aquel carro.

Creo que encontr� a un buen hombre
cuando ya no era la ocasi�n.

�Tienen inconveniente
en que le diga adi�s?

Es que ten�a proyectado
hablar unos momentos con �l.

Pueden confiar en m�.

- Creo que podemos hacerlo.
- Gracias.

�Cu�nto te agradezco
que hayas venido!

�Has visto? No ha ocurrido nada.
�D�nde quieres ir a celebrarlo?

Paul...

- no ir� contigo esta noche.
- �Qu�?

Esta noche es imposible.
Quisiera acompa�arte pero no puedo.

No lo sab�a. No lo he sabido
hasta hace unos momentos.

Ha ocurrido algo imprevisto
y he de irme.

Esperaba no tener que ir
hasta ma�ana pero...

- Tal vez sea mejor de este modo.
- Ya entiendo.

Confia en m�, Paul.
Cree en m�.

Cree que te quiero y
que siempre te querr�.

No ser� por mucho tiempo.
Luego, si todav�a me quieres...

Siempre te esperar�.

Yo tambi�n tuve un sue�o en el buque.
Y no fue mientras dorm�a.

El sue�o m�s hermoso
que jam�s he tenido.

Y que tal vez se realice alg�n d�a.

Si t� quieres se realizar�.

�Nada he deseado tanto en mi vida!

T� lo comprendes, Paul, �verdad?
Debo irme.

S�, Joan, lo comprendo.
Debes irte.

- Ya sab�a que te ir�as.
- �Qu�?

Que lo sab�a. Y s� que un d�a muy
cercano volveremos a encontrarnos,

como si fuese la primera vez.

- �Y bien?
- �Bien?

- �Qu� sucedi� despu�s?
- �Qu� crees t� que sucedi�?

Yo creo que
todo acabar�a muy bien,

despu�s de que la chica
saliera de la c�rcel.

El h�roe de la cuerda floja
comprendi�

que el sue�o sobre
su ca�da no era verdad

y recobr� la confianza en si mismo.

S�, pero el sue�o en cuanto a la
detenci�n de la muchacha fue cierto.

�Qu� ocurrir�
la pr�xima vez que �l act�e?

�l no debe estar toda su vida
obsesionado con tales prejuicios.

Y debe decidir de una vez si
se deja gobernar por sus sue�os o no.

�Sabes a qui�n
te pareces ahora hablando?

S�, a ti.

Tienes raz�n. Gracias a ti
me he quitado esa preocupaci�n.

A ti y a una botella de whisky.

Y bebo a tu salud, amigo.

�Por la confianza en uno mismo!

Y por una verdadera entereza
contra todos los malos sue�os.

- �No, no hagas eso!
- �Por qu� no?

No bebas nunca con el vaso
en la mano izquierda. �No lo sab�as?

�Ahora eres t� el supersticioso!

Voy a darte un consejo, amigo.

No hagas caso de esas tonter�as:

Sue�os, pitonisas
y beber con la mano izquierda...

Son pamplinas.
Supersticiones y nada m�s.

�Y las supersticiones
son para los gitanos!

Supersticiones...

FIN