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Veo que te gusta que tu padre
y mi madre estén...

Calla, ¿vale? Calla.
Me pone enfermo.

Solo espero
que nadie se meta conmigo.

¡Hombre, buenos días,
hermanitos!

Escucha, Gerard, ahora toca filosofía
con tu padre, ¿eh?

Ja, ja, ja. Que os den, tíos.
Aparta de aquí.

¿Y tus padres qué te han dicho?
¿Lo saben?

No. Merlí no se lo ha contado.
Le debo un favor.

Ya se lo cobrará. Tranquilo.

Mónica, una cosa.

Me siento fatal
por la que monté en tu casa.

Tranquilo, no pasa nada.

- Y también te quería decir...
- ¡Silencio, bípedos!

- Sentaos.
- Ya hablaremos después.

Sentaos todos. Venga.

¿Alguien sabe quiénes son
los filósofos escépticos?

¿Nadie? Qué extraño.

Los escépticos basaban su filosofía
en la práctica de la "epojé".

¿Hay que escribirlo en griego?

- Sí, claro que sí. Copiadlo.
- Paso.

- ¿Qué pone?
- ¿Qué?

"Epo...".

"Epojé".

Suspensión del juicio.

Estar atento
a las cosas que pasan,

pero no pronunciarse
sobre la realidad.

Esa era la filosofía
de los escépticos.

Ya, pero
¿la filosofía no es al revés?

Quiero decir, ¿no es implicarse
en la realidad, cuestionarla,

hacer que pasen cosas?

Sí, pero esta filosofía
es justamente todo lo contrario.

Los escépticos no aspiraban
a nada más que al silencio

para no tener que separarse
de la realidad de las cosas que pasan.

Se limitan a observarlas.

El escéptico mira con atención,
examina

considera los hechos y calla.

No emite juicios. "Epojé".

Ya, pero entonces el "epojé" ese
no funciona si pasan cosas fuertes, ¿no?

Bueno, si pasa alguna cosa grave,

pues seguramente sí.

Cuesta más practicar el "epojé", sí.

Bueno, y tal vez debas afrontar
la adversidad

y no distanciarse
del todo de los hechos.

Reflexionas y...

Y...

Merlí, ¿estás bien?

Sí.

- Toni.
- Hola.

- ¿No tendrías que estar en clase?
- Sí.

El viernes noche, Joan Capdevila
sufrió un coma etílico

y acabó en el hospital.

Sus padres no saben nada.
¿Tienes su teléfono?

RAMAS DE LA FILOSOFÍA

ATRACCIÓN

CRÍTICA

PROPENSIÓN AL EGOÍSMO

MATERIALISMO

CEREBRO HUMANO

IDEALISMO

- ¿Una fiesta?
- Sí. Sí, en casa de Mónica.

La fiesta se descontroló un poco,
¿eh?

Ya sabéis
cómo son los chavales a esta edad.

A Joan lo tuvieron
que llevar al hospital

porque cogió un coma etílico.

- ¿Qué?
- Eso es imposible. Si Joan no bebe.

No le gusta el alcohol.

No le gustará,
pero cogió una turca como un piano.

A ver, un momento.
¿De qué fiesta estamos hablando?

Mi hijo estaba en casa
de un amigo haciendo un trabajo.

Le hacía mucha ilusión
ir a la fiesta, Jaume.

No te lo dije porque sabía
que no le dejarías.

¿Y tú cómo lo sabes?
¿Tal vez también fuiste a la fiesta?

De ti no me extrañaría.

Me avisaron
porque estaban muy asustados.

- Fui a ver a Joan a urgencias.
- ¿Cómo entraste en urgencias?

Tú no eres su padre.

Te hiciste pasar por mí.

Era una emergencia.

Mira, Toni, este profesor se hizo
pasar por mí ante los médicos.

- Yo no sabía nada.
- Se hizo pasar por mí

mientras mi hijo estaba en coma.

Pero ¿quién cojones
te crees que eres?

¿Por qué no nos has dicho
nada durante el fin de semana?

¿Por qué lo has ocultado?

Joan me suplicó
que no os dijera nada.

Tendrías que reflexionar
sobre por qué tu hijo

- tenía miedo de que lo supierais.
- Merlí...

¿Este es el profesor
que gusta tanto a los alumnos?

De verdad, no puedo entender

cómo puedes tener
un tipo así en esta escuela.

Me estáis desautorizando como padre.

Jaume.

¿Nos vamos?

Pero...
Pero ¿tú qué tienes en la cabeza?

- No sé si entiendo la pregunta.
- ¿Ahora qué estás? ¿De cachondeo?

Pero ¿tú ves normal ocultar
algo así?

Ya estamos con lo que es normal
y lo que no es normal.

Toni, ya hablaremos después.
Oye, ese hombre está muy alterado.

No me fío.
Es capaz de hacer cualquier cosa.

No estaré tranquilo
hasta que salga del instituto.

OK. Mónica, could you read the first
sentence, please?

- His father likes horses.
- ¡Jaume!

¡Jaume!
Ya hablaremos con él

- cuando venga a casa a medio día.
- ¡Suéltame!

¡Jaume, por favor!

- Papá, ¿qué haces?
- Joan, nos vamos.

Un momento, ¿qué está pasando aquí?

Usted no puede entrar
aquí de esta manera.

Claro que puedo.
Soy su padre.

Vamos.

- Coma etílico. ¡Qué vergüenza!
- Fue sin querer.

Jaume, va, por favor,
que Joan tiene clase.

- ¿Por qué no lo hablamos con calma?
- No hay nada de que hablar.

Y mucho menos con este.

Escucha...

Pero
¿tú has visto la que has montado?

Me llamó Bruno para que le ayudara.

Fui al hospital como padre
y no como profesor,

Toni, no te confundas.

- Me llamó y solo intenté ayudar.
- Pero ¿cómo? ¿Mintiendo?

Haciéndote pasar
por quien no eres

y ocultándoles
algo tan grave a sus padres.

Una vez pasada la tormenta, he hecho
lo que tenía que hacer, informarles.

Tarde o temprano lo sabrían.

Si lo hubieran sabido dentro
de dos semanas, aún sería peor.

Por tanto, creo que he hecho bien.

Otra cosa es
que el padre de Joan sea un imbécil,

que incluso su mujer le oculta cosas
porque le tiene miedo.

Visto el panorama, me parece
que soy el único que ayudó a Joan.

Mira, Merlí, no quiero
que vuelvas a hablar en ese tono

al padre de un alumno.

Y si no sabes adaptarte a las normas
del instituto,

no puedes trabajar aquí.

¿Puedes entender algo tan básico?

Qué fuerte.

Es que cuando he visto llegar
al padre de Joan con ese careto,

he flipado.

Pol aún no me ha saludado.
Pero ¿de qué va ese tío?

Parece que me evita y en la fiesta
no me estaba evitando.

Pero ¿habéis hablado después de...?

- No.
- Pues tío, habla con él.

Alguna explicación te tendrá que dar.

O le molan los tíos
o le molan las tías.

O a lo mejor le mola todo, no sé.

Tú también necesitas decirle
lo que sientes.

- Paso.
- Ahí viene.

Mira, o le mata
o no le deja salir durante años.

- Tampoco es para tanto.
- ¿Habláis del padre de Joan?

Está loco, a mí mi madre me hace eso
y juro que no le hablo en la vida.

Es muy fuerte.

- ¿Y si le rompe la cara?
- Da igual, pasa.

¿Te apetece ir a tomar algo?

¿Ahora? Sí.

- Marc, ¿te apuntas al bar?
- Sí.

- ¿Y tú, Tania?
- Vale, sí, si vais todos.

Pues vamos.

Joder, tío,
está el patio revolucionado.

No me había pasado nunca

que un padre entrara en mitad
de clase.

A saber cómo reaccionaríamos
nosotros si nos enterásemos

de que un hijo nuestro había sufrido
un coma etílico.

Y que se hizo pasar
por su padre, no lo olvidemos.

Eso me parece peor.

Que fuera, bien,
que intentara ayudar,

pues vale, pero que se hiciera pasar
por el padre de Joan.

No exageremos, Merlí es así.

Además, ha salido de él hablar
con los padres.

- Yo no veo el problema.
- No, para ti no es un problema

que un profesor oculte a los padres

que su hijo ha estado
en el hospital.

Yo hace tiempo
que lo estoy diciendo,

pero no me hacéis caso.

¿Quién está detrás de todos
los conflictos en este instituto?

Pues Merlí.

Bueno, me callo,
que luego decís que le tengo manía.

¿Está Toni?

No, y no se puede entrar
en la sala de profesores.

- Eh, ¿qué pasa?
- No quiero volver a clase de Merlí.

- ¿Por qué?
- Porque se ha liado con mi madre.

Me has engañado, me habéis engañado.

Primero vas a una fiesta
sin decirme nada,

después te emborrachas
y un poco más y te mueres.

- Sé que me he pasado.
- Sí, 20 pueblos te has pasado.

Y encima estarás agradecido
a tu amigo Merlí, ¿no?

- Pensaba que me podría ayudar.
- ¿Crees que ese payaso que piensa

que aún tiene 20 años
te puede ayudar?

Si nos hubiera querido ayudar
nos habría llamado inmediatamente,

- no dos días más tarde.
- Al menos nos ha llamado, Jaume.

Ahora no lo defiendas.
Lo sé, ese instituto y esos amigos

- que tienes no te van nada bien.
- Ellos no tienen nada que ver.

Claro que tienen que ver.
Te emborrachaste para imitarlos

y no te supieron frenar,
¿crees que eso son amigos?

De entrada,
se han acabado las fiestas

- hasta que vayas a la universidad.
- ¿Qué?

¿Queda claro?

- Sí.
- Ah, y el móvil.

- No, papá, no.
- Me das el móvil o te lo arranco

de las manos.

Muy bien.

Hoy no vuelves al instituto,
te quedas a estudiar en casa.

Me voy a trabajar y cuando vuelva,
seguiremos hablando de todo esto.

Engañé a papá por ti.

- ¿Y así me lo agradeces?
- No bebí expresamente.

- Me subió enseguida...
- Ya no puedo volver a confiar en ti.

Merlí ha hecho bien llamándonos.

¿De verdad creías que te guardaría
el secreto toda la vida?

Te estás equivocando con Merlí.

Por más simpático
que sea en las clases,

no es tu amigo, es un profesor.

¿El niño aún no ha superado
el complejo de Edipo?

¿No podías ir a follarte
a otra mujer?

Tenía muy buen rollo contigo,
joder, es que...

Me lo habéis ocultado,
me habéis tratado de idiota, tío.

- Díselo a tu madre.
- No hablo con ella.

- Me das mucha pereza.
- Tú sí que me das pereza, tío.

Ya no me haces gracia, ¿vale?
No voy a ir a tus clases.

Claro que irás.

Estoy con tu madre, sí,
y ahora que has tragado todo,

me abrirá la puerta de tu casa
a todas horas,

no tendremos que esperar
a que estés entrenando para follar.

Y si estás incómodo conmigo,
cambia de instituto.

O si te cabrea mucho
encontrarme por tu casa,

te vas a vivir con tu padre.

- El día del estreno se acerca.
- Conmigo no cuentes,

ya sabes que no soporto el ambiente
de los estrenos,

besitos por aquí, abrazos por allá,

la hipocresía que os gusta tanto
a los actores.

Pero si a ti te encantan
las puestas en escena.

¿De dónde crees que ha sacado

lo de ir por el mundo
montando numeritos?

El último lo está montando
con la madre de Gerard.

Que si estamos juntos y disimulamos,

que si vamos a ver las arañas
peludas del CosmoCaixa.

Mira, chaval, el espectáculo real
es el que montasteis tú

y tus amigos el último fin
de semana, ¿eh?

Coma etílico,
ingreso en el hospital...

Y tú avisando a los padres de Joan,
te has lucido.

Se habrían enterado igualmente,
mejor ahora.

Yo te enseñaré a beber
como es debido.

Trae el limoncello,
nos tomaremos un chupito.

Sí, hombre, tú dale ideas,
aun le va a gustar.

Dicen que hay que probarlo todo,
¿no?

Sí, hay que probarlo todo.

¿Todo bien, Bruno?

Sí, sí, no tengo ganas de hablar.

¿Cómo ha ido el día?
Gerard, ¿me quieres contestar?

No pienso aguantar ni un día más
sin que me hables.

Merlí y yo somos parejas, ¿qué pasa?

Que me toca los cojones
que estéis juntos.

¿Por qué te cabrea tanto?

- Mis amigos se cachondean de mí.
- Es normal, les hace gracia que...

Pues a mí no me hace ni puta gracia.
Cuando lo pienso...

Ahora entiendo las visitas al insti
cada dos por tres,

la salida ridícula al CosmoCaixa.
Mamá, Marc os vio morreándoos

en un rincón del museo,
como si fueras una adolescente.

- Me has mentido, te has reído de mí.
- Eso no es verdad.

Sí es verdad.

¿Te parece normal estar follándote
a mi profe de Filo?

Un profe que encima era mío
y tú me lo has quitado.

He intentado hacer las cosas bien
contigo, te he querido proteger,

decirte las cosas de la mejor
manera posible

porque sabía que no te gustaría.
Merlí y yo estamos bien,

- ¿no puedes entenderlo?
- Tú querrías estar con papá,

pero como pasó de ti, te has follado
al primero que has encontrado.

- Te la estás jugando.
- Estaba hasta los cojones de ti

y por eso se fue con otra mujer.

- Me voy a vivir con papá.
- No, de eso nada.

Sí lo haré.

¿Sabes quién me ha dado la idea?

Dios mío.

INSTITUTO ÀNGEL GUIMERÀ

No se disculpó
con los padres de Joan.

Toni me dijo
que le habló en un tono...

Sí, ya sabemos todos cómo es Merlí,

pero ese padre es un poco
intransigente, según me han contado.

Y ¿qué cojones? Está muy mal
entrar en clase y llevarte a tu hijo.

- Además, fue muy violento.
- En eso os doy la razón,

no se debe hacer algo así.
Pero como decía ayer,

¿dónde nace el conflicto?
En un profesor brillante

que se enrolla
con madres de alumnos.

A mí no me ha sorprendido,
ya lo conozco.

- Has abierto los ojos.
- Hace tiempo que los abrí.

A ver, ¿a vosotros os parece bien

que tenga un rollo con la madre
de un alumno?

Yo conocí a mi mujer
en el instituto.

Pero nosotros somos profesores.

- Es diferente.
- Claro que es diferente,

lo vuestro es amor, pero Merlí...
Ya sabemos de qué palo va,

nada más llegar
le quitó la novia a Albert.

Yo ya lo tengo superado.

Ya, y luego se enrolla
con la madre de Gerard

y le pone los cuernos a Laia.
Y...

Hay códigos éticos
que no se deben de saltar.

Mireia.

¿Qué te pasa?

Que indecencia, ¿no?

Que Merlí se liara con una mujer
que ya tenía pareja.

- Es diferente.
- No es diferente,

Merlí sabe que le criticas.

Lo tienes que controlar,
sospecha de lo nuestro.

No sabe nada, tú y yo
hemos estado juntos solo una vez.

A mí me encantó,
pero te juro que seré discreto.

Ya, tú quizá sí, pero Merlí no.

¿Qué quieres, irlo provocando?

No le tientes, Eugeni,
o todo esto acabará muy mal.

Mañana mi hija Berta
no podrá asistir a clase

porque tiene hora en el médico.
La firma te ha quedado perfecta.

- Es que soy la puta ama.
- Muchas pellas, ¿eh?

- ¿Y si te pillan?
- Qué va, para nada.

- ¿Te gusta?
- Eh, eh.

Esta noche dormiré en casa
de mi padre,

- he hablado con él y me da permiso.
- ¿Desde cuándo te interesa tu padre?

Paso de encontrarme a mi madre
y a Merlí follando.

No me extraña, porque después
del morreo que vi en el CosmoCaixa...

Bueno, ya está, ¿vale?

Los hay con padres peores.

Mira qué careto.

Silencio, sentaos.

Ya hablaremos.

Venga, sentaos.

Bueno,
continuamos con los escépticos.

Recordad que eran aquellos
filósofos que no se implicaban nunca

en la realidad, aquí os he traído
el examen de un escéptico.

Sí, no os riais, está corregido,
ha sacado un sobresaliente.

Una pregunta, cuando veían
una tía buena por la calle,

¿tampoco se implicaban?

- Tampoco, tampoco, Pol.

Pirrón de Elis,
el primer pensador escéptico,

viajaba en un barco

y hubo una fuerte tormenta.

Y los marineros
preguntaron asustados

qué podían hacer para salvarse

y él les dijo: "No hagáis nada".

Los que intentaron salvarse,
murieron.

Los que le hicieron caso,
se salvaron.

¿Estas paridas también entran
en el examen?

Pirrón se dio cuenta de que no
había modo de entender la realidad,

que no podemos entender las cosas
tal como son,

por eso practicaba la epojé
sin implicarse en nada,

hasta el punto de que,
cuando caminaba directo

hacia un precipicio,
se comportaba como si no fuera real

y eran los que le seguían de cerca
los que le salvaron de despeñarse

y así vivió hasta los 90.

Hostias, vaya friki.

Para muchos se comportaba
como un loco.

Lo de comportarse
como un loco me suena.

- ¿Cómo dices?
- Que vas a tu bola,

que te comportas como un loco
y que me cago en todo, hostias.

- Joan, ven conmigo.
- No me da la gana.

He dicho que vengas. Ahora.

- Se le ha ido la pinza.
- Tus padres tenían que saberlo.

- Y una mierda.
- No me gustaría que me lo ocultasen.

Dijiste que no dirías nada.

Por tu culpa me quitó el móvil
y me castigó sin salir.

¿No sabes cómo es?

Estaré encerrado en casa
como si fuera una cárcel

- y todo por tu culpa.
- ¿Y le harás caso?

Como para ti todo es tan fácil.
¿Qué quieres que haga?

- Eres un capullo.
- Venga, desahógate, soy un capullo.

Creí que estabas de mi parte,
pero eres igual que mi padre,

eres un cabrón.
No te lo habría hecho.

- Sí. Baja la rabia, joder.
- ¡No me toques!

- Me encanta verte así.

Sientes rabia contra tu padre,
pero con él no te atreves.

Le tienes miedo,

no tienes huevos
de enfrentarte a él.

- ¿Sí o no?
- Ya lo intenté y no me escucha.

- Es una puta pared.
- Escupirme a mí es fácil.

¿Eh? Otro profesor te abriría
un expediente y yo no,

a mí puedes insultarme, me da igual,
pero esta rabia que vi contra mí

la quisiera ver contra tu padre,
joder.

No le conoces.
Por mucho que le grite, será peor.

No hace falta gritarle.

Debes encontrar el modo
de que te escuche,

pero sin coger un coma etílico,
burro.

Hola. ¿Cómo estás?

Bien. ¿Y tú?

Me he largado de casa.

¿Por qué?

Es que mi madre está con Merlí
y no puedo soportarlo.

Es que no lo entiendo.

Y ahora estoy con mi padre.

Yo no paro de ir de casa de mi padre
a la de mi madre.

- ¿Y tu madre tiene novio?
- No sé, que haga lo que quiera.

Lo dices porque tu madre
no está con un profesor.

En la fiesta estaba de puta madre
contigo, en la piscina.

Sí.

Se me fue la olla con lo de mi madre
y Merlí,

- pero si no me lo hubieras dicho.
- Sí, si será mi culpa.

- Pero ¿qué huevos?
- No, no quería decir eso.

No es la primera vez que tienes
reacciones radicales de estas

y no me gustan.
Primero con los toros,

después pegando a Marc en mi casa
y ahora con esto de irte de casa.

No sé, lo encuentro un poco infantil.

Infantil.

Y tú eres la mujer madura
del instituto.

Hola.

Hola.

¿Qué haces?

Fumando, ya ves.

Escucha, lo...

Lo que pasó en la fiesta,

no sé, a mí me moló.

- Y me gustaría que...
- Estuvo bien.

Pero lo que pasó, pasó.

Creía que te había quedado claro.

Hay que probar de todo.

Y me dio morbo.

Pues ya está, lo he probado.

Y basta.

- Soy una especie de experimento.
- Bruno, no te comas el tarro.

¿No me conoces?

Me gustan las tías más que a Marc.

No soy marica por mucho que...

¿Qué pasa si ahora me lío
con una señora de 40 años?

Querrá decir
que solo me gustan las viejas.

No.

Mira,

había bebido, me caes muy bien

y de repente me dio mucho morbo.

Pero a mí las tías
siempre me han molado

y siempre me molarán.

Ya.

Pero ¿en serio creías
que tú y yo a partir de ahora...?

No jodas, Bruno,

somos amigos.

¿Buen rollo sí o no?

¿Eh?

¿Qué, ya me habrás
criticado?

No sé de qué hablas.

Supongo que no te da rabia
que esté con la madre de un alumno,

como tampoco pasaría nada que Mireia
y tú follarais

- por muy casada que ella esté.
- ¿Qué me dices?

La gente se separa
o tiene amantes...

Yo no estoy con Mireia.

¿De verdad piensas que me lo creeré?

Voy a buscar un cafelito.

- ¿Quieres uno?
- Pero si ya te tomaste uno.

Gloria...

Vosotros os conocisteis
aquí, ¿no?

Sí, y aún seguimos.

- Cosas de tener la plaza fija.
- Me alegro.

No sé qué tiene este instituto
que hace que la gente se empareje,

¿no creéis?

A ese hombre
cada vez lo entiendo menos.

Pues a mí cada vez me hace
más gracia.

Anda, tira.

- Hola.
- Hola.

Te llamé al móvil,
pero no me contestaste.

¿No te imaginas por qué será?

No lo sé. Si no me lo dices...

Gerard se fue a casa de su padre
porque tú le diste la idea.

¿Gerard se ha ido a casa
de su padre?

Sí. ¿Por qué te metiste?

Gerard está rebotado conmigo
porque tú y yo estamos juntos

y no quiere verme por aquí.

Se negaba ir a mis clases
y le dije que, si tan mal estaba,

que se fuera con su padre.

- ¿Y crees que eso es una solución?
- Irá a casa de su padre,

verá que no tiene el buen rollo
que tenía contigo

y en dos días como mucho volverá.

Has provocado
lo que temía que pasara.

Ayer discutimos
y le pegué una bofetada.

- ¿Se la merecía?
- No me gustó nada...

La bofetada también hizo
que se decidiera a irse.

Sabe que tienes razón al pegarle,
pero no lo reconoce

y se enfada como un niño pequeño.

Se ha ido para castigarte,
¿no lo ves?

Antes de 24 horas volverá a casa.

Es un chico mal acostumbrado
a tus atenciones.

- ¿Me habéis llamado?
- Sí. Ven.

Siéntate.

Mira, Joan,
tu madre y yo estamos contentos,

hemos reflexionado y sabemos
que saldrás de esta.

Nosotros también tenemos
que reconocer nuestros errores.

No, fue mi culpa, bebí demasiado.

La próxima vez no beberé nada.

No sé, me descontrolé. Solo fue eso.

- Me gusta que te des cuenta.
- Sí, eso está muy bien.

Por nuestra parte,
lo sentimos mucho.

No, no supimos elegir
bien el instituto.

Para hacer el bachillerato, hubiera
sido mejor un cambio de centro,

- pero aún estamos a tiempo.
- No, no hace falta.

Sí. Tu madre y yo hemos encontrado
un centro concertado

que nos gusta mucho
para el curso que viene.

- Amigos nuevos, profesores nuevos...
- No quiero, saco buenas notas,

no necesito ningún cambio.

- Joan, será un cambio de aires.
- No necesito un cambio de aires.

No, claro,
lo que necesitas son whiskies.

- No quiero cambiar de amigos.
- Ya basta, llamé al centro

y nos dijeron
que hay una plaza libre.

Haremos un esfuerzo económico
y espero que lo sepas valorar.

El curso que viene lo harás
allí y punto.

Te gustará, Joan, te gustará.

- Los alumnos utilizan...
- Joan.

Si me destrozas la vida,
te destrozo la puta maqueta.

Ojalá te mueras.

Tenemos visita.

Bruno.

Le he destrozado
la maqueta del barco a mi padre.

No quiero volver, déjame dormir aquí.

La maqueta del barco contra la pared,
500 piezas.

Seguro que el mensaje
le ha quedado claro.

Me quiere cambiar de instituto,

que haga segundo en otro sitio
separarme de todo.

- Joan, tienes que calmarte.
- No, déjame.

- Veo que no me quieres ayudar.
- Lo que has hecho está muy bien.

- Es una manera de hacerte escuchar.
- No quiero volver.

No volveré.

¿Crees que es el momento de huir,
ahora?

- ¿Ahora que ya has empezado?
- Por favor.

Déjame dormir aquí.

No quiero verle nunca más.

No me quiere.

¿Y qué planes tienes,
quedarte a pasar la noche aquí

y después qué?

- No le gusta cómo soy.
- Claro que sí.

Te quiere
y cree que hace lo mejor para ti

aunque se equivoque.

Hazme caso, ahora te tranquilizas
y luego te acompaño a casa.

- No.
- Tienes que estar contento,

le has dicho a tu manera
lo que sientes.

Eso es lo que cuenta.

Te he escupido en la cara.

Gerard... ¿cómo estás?

De puta madre. Con papá.

Joan, hijo.

Pasad, pasad.

Gracias.

Tú, a tu habitación.

Me imaginaba que estaría contigo.

Joan está así por tu culpa.

Tú tienes un hijo, ¿no?

Pues hazle lo que quieras,
pero al mío ni te acerques.

A ti te gusta
que tu hijo te tenga miedo.

Márchate de mi casa.

- Por favor, Merlí, vete.
- Fuera.

- No he dormido nada.
- Yo tampoco demasiado.

- Volví a tener una noche movidita.
- Estoy fatal, estoy fatal.

Gerard no vuelve,
se va a quedar allí.

No has dejado de darle vueltas,
ya lo veo.

Su padre le habrá hinchado la cabeza
en mi contra.

- ¿Qué temes que le diga?
- No sé, cosas, es igual.

- Cosas.
- ¿Pero qué cosas?

- Cosas que Gerard no podría entender.
- ¿Y yo las puedo entender?

Sabe que su padre
me puso los cuernos,

pero no
que yo también se los había puesto.

¿Sí? Qué interesante.
Está bien saberlo.

¡Eh!
Nada comparado con lo que me hizo él,

una tontería.
Él estuvo dos años follando con otra.

Lo mío fue esporádico,
nada, una tontería sin más.

- ¿Qué pasa, por qué te ríes?
- Por nada. Me encanta.

¿El qué te encanta?

La infidelidad
es sana según cómo, ¿no?

Sí, no te digo que no,
pero yo estoy contigo.

Sí, y yo estoy contigo, cariño,
estamos juntos.

- Voy a llamarle.
- Sí, le encantará que le llames.

Sabe que así sufres
y tardará más en volver.

Los hijos son unos cabrones
y conocen nuestros puntos débiles.

Has sido una esposa infiel,
ay, qué malota.

Fue una tontería.

¿Sabes cuántos gayumbos
se ha llevado Gerard?

- ¿Tienes gayumbos de sobra?
- Sí, pero en casa.

- ¿Por qué?
- ¿Puedo quedarme hoy a dormir?

- ¿No ibas a vivir a casa de tu padre?
- Sí, lo sé, pero fue fatal.

Mi padre estuvo toda la noche

persiguiéndome
para criticar a mi madre

y le envié a la mierda. Dice
que mi madre le puso los cuernos.

Yo creo que lo hace
para ponerme en su contra.

- Pues vuelve a casa, no sé.
- No me hablo con mi madre, tío.

Ya te he preguntado
si puedo quedarme en tu casa o no.

- Sí, ven, ven.
- No quieres que vaya, ¿no?

Sí, ven, tío, que nos reiremos.

¿Te acuerdas
de la última vez que viniste,

que nos encendíamos los pedos?

- Hola, Mónica.
- Hola.

- ¿Qué toca ahora?
- Lengua.

Vale.

Escucha, Joan,
¿se ha calmado tu padre?

No nos hablamos mucho.

Me dio pena el otro día
cuando entró en clase.

Le habían contado
lo del coma etílico.

- Normalmente es más calmado.
- Es que fue muy fuerte.

Cuando te vi inconsciente,
me preocupé mucho.

Escucha, Mónica, no recuerdo nada
de lo que hice en la fiesta

- y ni tampoco sé qué dije.
- No pasa nada.

- Ibas muy pedo.
- Sí.

Mónica, déjame los deberes,
por favor.

Sí.

Acabo de llamar a la madre de Joan
para preguntarle cómo va todo

y me ha dicho
que ayer el chico fue a tu casa.

- Sí.
- Es lo último que me faltaba.

Fue él quien se presentó en casa.

¿Y te parece bien actuar
como actuaste en el hospital,

tratar con ese desprecio
a los padres de los alumnos?

Un momento, Toni.

¿Y él no trata con desprecio
a su hijo entrando en clase

para llevárselo a casa
por la fuerza?

¿No es nuestra obligación ayudar
a los alumnos que lo necesitan?

Es su padre, no nos podemos meter
en los asuntos familiares.

Si fuera por ti,
el mundo no giraría.

¿Sabes que le han amenazado
con cambiarle de instituto?

¿Te quedarás de brazos cruzados?
Yo no lo haré.

Soy el tutor de Joan
y le ayudaré cuando haga falta.

Hay muchas maneras de ayudar,
lo sabes.

Haces demasiado ruido.

Cuando llegaste al instituto
y vi por dónde ibas,

te pedí discreción
y ni eso fuiste capaz de cumplir.

Solo traes problemas con padres,
alumnos, profesores.

Consigues
que quiera iniciar los trámites

- para que el próximo curso no estés.
- Haz lo que creas que debes hacer.

Silencio, por favor.

Id copiando las frases.

Quiero que salgáis por parejas
a la pizarra y...

¿Quién falta?

Berta.

Tenía que ir al médico.

Ayer trajo un justificante
para avisar.

Quiero
que salgáis por parejas a la pizarra.

Hay que identificar
el valor del pronombre "se"

en estas oraciones.

Empieza tú, Pol.

- ¿Con quién lo hago?
- Bruno.

Joder.

Si hay algún problema, yo ayudo,
para eso estoy.

¿Por qué los dos? Que lo haga solo.

Va, Bruno,
tú haces las de la derecha

y Pol hace las de la izquierda.

No me encuentro bien.

- No he desayunado.
- Venga, va, Bruno, sal.

Si me hubieses dado
alguno de tus croissants...

Hala, tío, Bruno.

¿Ya estamos otra vez?

- Vete de clase ahora mismo.
- ¿Por qué, si he salido la pizarra?

¡He dicho que te marches ahora!

Tània, ven tú, por favor.

- Buenos días.
- Buenos días.

¿Qué haces?

Grapo exámenes. ¿No lo ves?

Ya.

Ayer estabas un poco nerviosa.

Eugeni, no quiero hablar
de este tema. Y menos aquí.

Mireia, prácticamente
no hemos hablado de lo que pasó.

A mí me gusta estar contigo,
yo hacía tiempo que no...

Eugeni, te recuerdo que estoy casada.

Eso ya lo sabíamos el otro día.

Mira, fue un error.

Me...

Me dejé llevar.

No sabía lo que hacía.

Me parece que sabías muy bien
lo que hacías.

Por favor, Eugeni,
no quiero seguir hablando de eso.

Mireia,
no podemos estar sin decirnos nada.

Es que no dejaré de hablarte.

Solo quiero un poco de discreción.

Como si no hubiera pasado nada.

Yo no puedo olvidar
lo que ha pasado.

Mireia, me gustas mucho,
y creo que yo a ti también.

Y tu marido no te trata
como tú querrías.

Ni te atrevas a hablar de él.

Tú y yo no volveremos a estar juntos.

¿Tú de qué vas? ¿Eh?

Te estás pasando un poco con Santi,
¿no?

- Mira, Pol, no me hables de pasarse.
- Pero ¿qué coño te pasa, Bruno?

Ya te dejé claro
que para mí seguimos siendo amigos.

¿No te das cuenta, tío?

Has jugado conmigo.

¿Para ti no fue nada?
Pues para mí sí.

Y encima me pides que haga
como si no hubiera pasado nada.

Mira, Pol, me costó mucho
verte solo como un amigo,

y vas y en la fiesta me empiezas
a provocar porque te da morbo.

Vale, joder, ya está.
Hostia, qué mal rollo.

¡Sí, muy mal rollo!
¡Mal rollo multiplicado por 100!

Mira, Pol, deja de tocarme la polla.

¿Así que dices que has visto
a Gerard en el instituto?

Sí, por los pasillos,
pero no me ha dicho nada.

- ¿Y tú has ido al trabajo?
- Sí, pero mal.

No me he podido concentrar.

Ah, y encima me ha llamado su padre.

Dice que Gerard no irá a dormir
a su casa esta noche.

Cuando necesite succionarte
la teta, ya verás cómo vuelve.

Ojalá, ojalá sea verdad.

¡Ay!

A dónde irá cuando tenga hambre?

Merlí, no te pases.

Tu hijo tiene un cordón umbilical
de varios kilómetros.

¿Y dónde dormirá esta noche?

¿Seguro que hoy no va a volver
tu padre?

Con mi padre nada es seguro.

Enseguida me voy a casa de Marc,
duermo en su casa.

- ¿Por qué querías hablar conmigo?
- Hostia, qué antipático, tío.

- ¿Me has pedido que hablemos o no?
- Sí, pero joder, estás raro.

Ya, no tengo un buen día.

Sí, es por lo de tu padre
y mi madre, a mí me pasa lo mismo.

No es por eso. Lo que haga mi padre
a mí ya me da igual.

¿Cómo cojones haces
para que no te afecte?

- Le dejo hacer. Lo hará igualmente.
- Ya, pero ¿no te afecta?

¿Te da igual que tu padre esté liado
con la madre de un colega?

Mira, él es así y no le cambiaré.

Desconecta, tío.
Piensa en otras cosas.

Ya, pero no puedo pensar en otras
cosas. Esto es una putada, ¿sabes?

Ya comenzó como una putada
porque en la fiesta

estaba a punto de enrollarme
con Mónica

y va la tía y dice que Marc les vio
liándose y todo se fue a la mierda.

Lo que te jode
es no habértela podido follar.

No, no, no te equivoques, no.

Bueno, un poco sí.

Si no le hubieras dado
tanta importancia a eso de tu madre,

te habrías enrollado con ella.
Ahora te jodes.

Vale, o sea, me acabas de recordar
a tu padre y eso es muy raro.

Nunca me habías hablado así.

Que no nos liemos con la persona
que nos gusta no supone

que nuestros padres
no puedan hacerlo.

Si a ellos les van bien las cosas,
¿por qué no les dejas ser felices?

Quizá deberíamos
calmarnos un poco.

Entre el trabajo y...

- ¿Ha sido a darte el masaje?
- No.

Y eso que aún me duele.
Iré el próximo lunes.

Pues calmémonos todos.

- Joan lo está pasando muy mal.
- Ya. Y encima te pones de su parte.

Eso no es verdad.
Intento poner paz entre vosotros.

¿No te pusiste de su parte
con lo de la fiesta?

¿Engañándome y mintiéndome
como no lo habías hecho nunca?

Te engañé y lo volvería a hacer.

Porque es imposible
hacerte entender nada.

¿Has pensado que quizás
te estés equivocando?

¿No te das cuenta
de que no le escuchas?

Por eso destrozó la maqueta.

Va, olvidémonos
de los centros privados.

No. Todo eso ya estaba decidido.

¿De verdad
que no te ha llegado el mensaje?

A mí sí, y no es tan difícil.

Joan nunca será como tú quieres.

¿Eso ha dicho Toni?

Si le causas problemas,
muy mal, Merlí.

No me expulsará. No puede.

Ya, pero puede no pedirte
como profesor del curso que viene.

O pedir al departamento
que no vuelvas a dar clases allí.

- Hola.
- Hola.

"Epojé".

"Epojé".

¿Alguien sabe
de qué va esto?

ME CAGO EN TI

Por última vez, quiero saber quién
de vosotros le ha enviado a Eugeni

una caca de perro.
Si no sale el culpable...

Puede que no hayan sido ellos.

Hoy he recibido un mensaje
supuestamente de parte de un alumno.

- ¿Supuestamente?
- Sí. ¿No creéis que es una broma

demasiado creativa
para ser de parte de un alumno?

- ¡Tú!
- ¡Mamá!

Firmas en mi nombre para faltar a clase.
Pero ¿qué te has creído?

- Me has hecho quedar como una idiota.
- ¡Mamá, por favor!

- ¿Qué pasa?
- No me llames más

- para contarme mierdas.
- Hablemos con calma.

Prefiero no saber
qué ha hecho esa impresentable.

Se ve que Pol quiere dejar de estudiar.
Se lo ha dicho a Berta.

Siempre dice lo mismo y nunca se va.
A ver si se larga y no vuelve.

Estoy cansado de tus provocaciones.

Que te he dicho
que no voy a decir nada.

Te estoy echando. ¿Sales o no?

Déjale claro a ese alumno
quién manda.

Si no lo haces, la cosa irá más.

- ¿Te consigo un profesor gratis?
- ¿Gratis?

- Iván Blasco.
- ¿Qué? ¿El friki ese?

- ¿De qué te ríes, idiota?
- Tienes un acento horrible, tío.

¿Qué coño hacemos aquí,
si no nos caemos bien?

¿Por qué no te caigo bien?

Os presento a Oliver.
Se incorpora hoy.

- Qué guapo.
- Gracias, Oliver.

¡Yo estoy flipando!