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LA NO MUERTA

Miradme a la cara,
para que pueda veros a todos.

He aqu� una historia
de mi eterno trabajo.

Es una historia
de todos los tiempos,

de los oscuros y olvidados
y de los que est�n por llegar.

Contemplad la sutil acci�n
de mi talento

y rezad
para que jam�s muestre inter�s

por vosotros.

INSTITUTO AMERICANO
DE INVESTIGACI�N F�SICA

As� que has vuelto.

Tras siete a�os,
has regresado.

En el Tibet,
el tiempo no significa nada.

- �Le ha alarmado mi llamada?
- No.

He estado siete a�os esper�ndola.

Sus alumnos siempre vuelven,
�verdad, profesor?

Hasta los que suspendi�.

Esos sobre todo,
para demostrarme que me equivoqu�.

Y ahora t�. �Pretendes
impresionar al mundo entero?

Y es posible que lo haga.

Con su ayuda.

Dije que te escuchar�a,
no que te ayudar�a.

En cuanto a esa idea tuya,

es una tonter�a
de revista pseudocient�fica.

Penetrar en lo m�s hondo de la mente
no es ninguna tonter�a.

�He dicho tonter�a?
Quer�a decir idiotez.

No me condene antes de tiempo.

Si lo consigo, veremos la historia
en los ojos de un solo sujeto.

Se puede hacer.

Lo he visto, en las caba�as
de los chamanes de Gasa.

�Y d�nde encontrar�s a ese sujeto
impresionable que entre en trance?

Diana.

- �Cu�l es su nombre completo?
- �Qui�n sabe?

Se hace llamar Diana Love.

- No tengas miedo, nadie te har� da�o.
- �Miedo? Ni a usted ni a nadie.

- Enseguida estamos contigo.
- �D�nde la has encontrado?

- �Qu� m�s da?
- �La has tra�do de la calle?

- Eres un completo irresponsable.
- �Usted cree?

Es de los grupos m�s influenciables,
con una fuerza de voluntad casi nula.

Por eso la he escogido.

- �Y ella acepta?
- Le pago bien,

aunque no sabe exactamente
en concepto de qu�.

- No pienso ayudarte, Quintus.
- Pues lo har� sin su ayuda.

�No querr� protegerla, profesor?
�De m�?

Llevar�a mucho tiempo.
Semanas.

- 48 horas.
- Imposible.

La tendr� en trance
dos d�as seguidos.

Ni tan siquiera comer�.
Tendr� sus necesidades controladas.

Podr�a resultar fatal.

No. No bajo su supervisi�n.

- Doctor...
- No me deja elecci�n.

Nos recordar�n por esto.

Espero que no sea por asesinos.

�Va para largo
este bodrio de reuni�n?

Dos d�as, quiz� m�s.

- �Es necesario todo esto?
- Tranquil�cese, Diana.

�Se ha desmayado alguna vez?

�Le cuesta levantarse por la ma�ana?

Para nada.
Me levanto por la tarde.

- Pero es f�cil.
- Lo soportar�.

No me apetece que me hipnoticen.

Te pago 500 d�lares.

Mejor que te quites esa pulsera.

No, gracias.
Me la quedo si no te importa.

Muy bien.

�Ves mi mano?

En mi mano no hay final.

Siempre puedes dar otra vuelta.

Alrededor de los nudillos
y de los dedos.

Es como ir en una monta�a rusa.

S�.

All� vas.

Primero lentamente,

luego m�s r�pido.

Das vueltas,

vueltas,

y m�s vueltas.

En silencio.

En silencio.

En silencio.

El silencio se hace m�s profundo.
Y m�s profundo.

Como un pozo.

Un pozo muy, muy profundo.

Y caes.

Caes.

Caes en un profundo,

profundo sue�o.

Estamos en un oscuro silencio.
Respiramos al un�sono.

Somos uno.

Cuando te toque,

seremos solo uno.

Cuando te toque,

dormir�s.

- Duerme profundamente.
- Demasiado ligero, dir�a yo.

Habr� que esperar para adentrarse
en las tinieblas de su mente

y despertarla en otro tiempo,
en otro lugar.

A�n no has nacido.

Todo es blando, c�lido y oscuro.

Ahora retrocedes.

Cada vez m�s atr�s.

Retrocedes.

Retrocedes.

Est�s en otra �poca.

Est�s en otra �poca.

Muy lejana.

�Qu� est�s haciendo?
No puede o�rte.

No estoy en ning�n sitio,

pero existo.

Habla.

�Me oyes?

S�.

�Qu� ves?

Veo la casa de mi familia.

Est� en Aquitania.

La duquesa de Borgo�a y su s�quito
van a llegar.

Vienen para el gran baile.

Bien.

Ah� lo tenemos.

- La has llevado al pasado.
- S�.

As� es.

- Ahora empieza lo bueno.
- �Qu� m�s quieres hacer?

As� que eras francesa,

de la nobleza.

Todo est� confuso,
�verdad, Diana?

Demasiado confuso.

Querida, vas a descubrir
otros tiempos

y otras vidas.

Quiz� te visite
en alguno de ellos.

No le has dicho nada,
ni le has preguntado nada.

F�jese bien.

Ya est�, ya empieza.

�Qu� tal est� la bruja?

�Tienes miedo de m�?

Gobbo, tu gentil carcelero,
acabar� sac�ndote los ojos.

- Al�jate de m�.
- No me des �rdenes.

Has perdido tus poderes,
ma�ana perder�s la cabeza.

�Mi cabeza?
�Voy a perder la cabeza?

�Acaso lo has olvidado?

La perder�s,
rodar� como un mel�n

y te abrir�n el pecho
cuando te entierren

con una estaca en el coraz�n.

Ya me acuerdo,
dicen que soy una bruja.

Pero es todo mentira,
tienes que creerme.

Claro que te creo.
M�rame.

�No soy feo? �No soy como
el fondo podrido de un pantano?

Pero las brujas prefer�s
lo feo a lo bello.

- �mame, disfruta de tu �ltima noche.
- D�jame.

No te eches atr�s.

- �Qu� es esa voz?
- Soy yo, t�, las dos.

- No seas ingenua.
- Ay�dame.

Lo har� si no me embrujas.

Haz lo que te diga.
Estoy dentro de ti.

No creo que pueda hablarte
mucho tiempo.

Te escuchar�.

�Con qui�n hablas, bruja?

- Finge querer hacer el amor con �l.
- No, no puedo.

�D�nde est� tu c�mplice?

- Debes hacerlo para salvarte.
- Est� bien.

- Esto es de locos.
- No, querido Gobbo.

Estaba consultando
con mi esp�ritu hermano,

y te encuentra tan atractivo
como te encuentro yo.

Ten�a raz�n.
Te gustan los verracos.

Usa la cadena.

- R�pido, coge las llaves.
- S�, esp�ritu de m� misma.

No puedo hablar m�s.

Estoy entrando
en lo m�s profundo de ti.

No puedo recordar mi �poca.

Ni siquiera... mi nombre.

Est� corriendo.

En su mente, s�.

No, en alg�n lugar.
Est� corriendo.

�La bruja se ha escapado!

�La bruja se ha escapado!

Esta es la trova del enterrador.

Tengo una huerta
plagada de bacterias

y veinticuatro hidalgos
para que cenen los gusanos.

Al enterrar la caja
se pusieron a cantar.

�Qu� manjar tan delicioso
nos trae el enterrador!

- Buenas noches, caballero.
- �C�mo te llamas, enterrador?

Soy Smolkin el eterno loco.
Hechizado en todos los sentidos.

Helene, la bruja, ha escapado.
�La has visto?

�Helene?
Dicen que ella me hechiz�.

- No, no la he visto.
- �Qu� llevas en el carro?

Un cad�ver para echar al hoyo.

Por su propio bien,
espero que est� muerto.

Abre el carruaje.

Dentro est�,
pero no creo que conteste.

El ata�d ha de ir sellado por ley.

- Hazlo, antes de emprender la marcha.
- Bien, lo cerrar� a cal y canto.

Han de morir 3 brujas antes del alba.
Helene es la tercera.

- Mant�n los ojos abiertos.
- Estar� al acecho.

Buenas noches, caballero.

Pronto a tres brujas
van a degollar.

La cabeza de Helene
ser� la tercera en rodar.

Los caballeros del rey
sobre sus monturas

vuelven a andar
a la caza del diablo.

Pendragon.

Pendragon.

- Livia, �qu� te trae por este bosque?
- La tristeza. �Y a ti?

Busco pruebas
de la inocencia de Helene.

- �Escalar�s los muros de la torre?
- Si no encuentro otro camino, s�.

Yo tambi�n am� tanto como t�.

�Ad�nde te diriges?

Al cementerio,
quiero hablar con el enterrador.

Dicen que Helene le ha hechizado.

- Pero yo no lo creo.
- Ni yo.

Busca a Smolkin. Trae la prueba
que libere a tu amada.

Gracias, Livia.
Buenas noches.

Ten cuidado.
Esta noche hay aquelarre.

La aguja de mi br�jula
ha virado al Norte.

Meter� a Helene en prisi�n
para el beso del hacha

y me reunir� con Pendragon
en su taberna.

Esta noche conseguir� su coraz�n
o, si no, su alma.

Hola, guardi�n de la tierra.
�Tienes sitio para mi amigo?

- �Eres el enterrador Smolkin?
- Eso dice la gente,

pero estoy loco,
as� que no puedo asegur�rselo.

- �Est�s hechizado?
- Totalmente.

Dime, entonces.
�Fue Helene quien lo hizo?

�Es ella quien debe morir
por tu embrujo?

Estando hechizado
no puedo saberlo.

No soy capaz de razonar.

Sin raz�n,
no hay memoria que valga,

por consiguiente, es normal
que no recuerde qui�n me hechiz�.

- �Te burlas de m�, enterrador?
- No sabr�a contestarle.

Estoy loco, no distinguir�a
una ofrenda de una afrenta.

Tengo mucho que hacer.

No te creo tan loco como dicen.

Aclara tu mente, Smolkin.

Volver�.
Tengo m�s que preguntarte.

Bueno, pues. A trabajar.

Mi querido caballo,

se ha muerto mi invitado.

El reloj ha dado las dos

y empieza a ponerse morado

aunque ya le trae sin cuidado.

Tranquila, mujer.
Est�s a salvo.

�Qu� clase de monstruo
te ha encerrado en esta caja?

�He sido yo?

�Ay�dame, por favor!
�Ay�dame!

Lo har�, pero mi locura podr�a darte
m�s problemas que otra cosa.

- �Acaso te conozco?
- No.

S� te conozco. Eres Helene,
la bruja que me hechiz�.

�Yo? Si eres Smolkin sabr�s
que nunca nos hemos visto antes.

Si soy Smolkin...

Vamos, sal de esa caja
y dime qu� puedo hacer por ti.

Te lo ruego,
esc�ndeme, por favor.

Ll�vame a donde pueda
pasar la noche.

El aquelarre
comienza a medianoche.

Y al alba, ejecutar�n
a tres brujas condenadas.

Si logro ver salir el sol,

tendr� todo un a�o
para probar mi inocencia.

S�, la noche de las brujas.

Se celebrar� aqu� mismo,
en mi querido cementerio.

Sube al carruaje.
Te llevar� a donde nadie,

excepto el mism�simo Satan�s,
pueda encontrarte.

Espera aqu�, viejo.
Te har� la cama en cuanto vuelva.

EL CUERNO DE GABRIEL

Buenas noches, Livia.
Bienvenida al "Cuerno de Gabriel".

Acomp��ame, Scroop,
y descansa un poco.

Lo tienes todo preparado.
Aciano, ortiga, huesos de pollo.

Serpientes, ranas y amuletos.
Aqu� no entrar�n brujas.

Hasta ajos,
la mejor protecci�n de todas.

Si alguien puede con brujas
y diablillos, ese soy yo.

No todos son tan listos como t�.

- Scroop, una cerveza.
- No te molestes,

ya se la pongo yo.

Gracias, Scroop.
D�jala en la mesa.

�Ha tra�do Adam
el mapa de la prisi�n?

- No, no soy ella.
- Perdona que te haya mirado as�.

- Cre�...
- No te averg�ences del amor.

Gracias por la cerveza.

Beber te dar� la mitad
del olvido que buscas.

- �Y la otra mitad?
- De eso me ocupar� yo.

Veo que das rienda suelta
a esa pasi�n que te abrasa.

Nunca me he atrevido
a decirte la verdad,

pero ahora a Helene
ya la puedes dar por muerta.

A�n no est� muerta, Livia.

Al alba ya la habr�s perdido.

Que tu tristeza no te haga renunciar
a los placeres de la carne.

- No me tientes.
- No te tiento, me entrego.

A�n hay muchos que enterrar.
C�mo crece mi jard�n.

Entre cruces, l�pidas
y huesos mil,

familias enteras yacen aqu�.

- �Ad�nde me has tra�do?
- A lo m�s profundo del bosque.

Sigue las zarzas
hasta que veas una luz.

Encontrar�s una casa
donde esconderte.

- �Una casa? �Estar� a salvo?
- Estoy loco, no lo s�.

De hecho tampoco s�
si me has hechizado o no.

Cuidado, cuidado.
La rata ha picado.

El muerto salt� de su tumba.

El vil asesino,

escondido en las sombras
a la bella muchacha mat�.

- Basta. Despi�rtala ahora mismo.
- No, profesor.

No s� qu� le estar� ocurriendo
pero si la despierto podr�a morir.

Eso ya casi lo hemos hecho.

Pasa, querida.

Aqu� est�n los planos
de los pasadizos de la prisi�n.

No ha perdido el contacto,
mueve los labios.

Pero no habla.

Puede que se quede as�
para el resto de su vida.

�Cu�l de ellas?

Ya casi est� lista la poci�n.

- �Qu� va a hacer conmigo?
- �Qui�n sabe?

�Y si te transformo en lechuza
para que me caces ratones?

- �Es usted bruja?
- Si alguien dice lo contrario

le transformar� la sangre
en mantequilla.

Te conozco, Helene.
Smolkin es mi amigo.

�C�mo has logrado escapar?

Mi voz del futuro me dijo
c�mo liberarme de las cadenas.

�Tu misma voz pero en el futuro?

Sat�n nunca me ha proporcionado
esa clase de magia.

- Entonces eres bruja.
- Estuve presente en tu proceso.

O� a Livia jurar y perjurar

que te vio lanzar un conjuro
contra Smolkin.

Solo falta un ingrediente
para la poci�n,

un pelo moreno de una doncella.

- �Entonces no vas a matarme?
- Dicen que eres bruja.

Yo tambi�n lo soy,
�no crees que debo ayudarte?

S�, es verdad. Las brujas
tenemos que estar unidas.

Bien dicho, Helene.
Te voy a dar un consejo.

Qu�date aqu� sentada
y no abras a nadie excepto a m�.

Tengo unos conjuros pendientes.

- Vaya sorpresa una noche como esta.
- D�jame entrar, Scroop.

- �Hay soldados? Helene se escap�.
- �Se escap�?

No, no hay soldados.
Pendragon est� arriba.

- Livia le acompa�a.
- �Livia? Ll�malo.

Pendragon, tienes visita.

No se lo digas a Livia.
Que no sepa nada de esto.

Esta es Meg Maud,
trae noticias importantes para ti.

No hagas preguntas.
Ve a mi casa en el bosque.

Est� tras la colina
donde ahorcan a las mujeres.

- �Por qu� he de ir?
- No preguntes y corre como el viento.

La puerta est� abierta.
Adelante.

�Qu� est�s tramando
con Pendragon, bruja?

Puede que me case con �l.

No te querr�a aunque estuvieras
recubierta de oro.

Me has llamado bruja.

Ni t� ni nadie se refiere a m�
de ese modo.

Pues ah� va otra, bruja.

Veo que nos conocemos bien.

Un d�a tu madre
dio a luz a una ni�a.

Ella vendi� su alma a Sat�n

y se convirti�
en su ave de rapi�a.

Un d�a mi madre
tambi�n tuvo una ni�a

que se volvi� vieja y deforme.

Pero un d�a enga�� a Sat�n,

aprendi� sus trucos
y conserv� su alma.

Soy bruja, como t�,
pero no de tu misma cala�a.

Lo s� muy bien.

Ser�s una digna adversaria.

Ten cuidado, est�pida.
Conozco tu magia mejor que t�.

�Si hay alguien, que abra!

Helene.

Pendragon se ha ido
y t� est�s aqu�, �por qu�?

Vine a avisarle de que
la maligna Livia

quiere abrirle el pecho
y comerse su coraz�n.

- Te invitar� al banquete.
- Os conozco bien,

a ti y a tu diablillo.

Ya no siento ning�n miedo.

Todav�a es noche, Helene.
Una noche mortal.

- �D�nde est� Meg?
- �La bruja?

Cree que soy de las suyas.
La he enga�ado.

T� no enga�ar�as ni a un beb�.

Ella me ha enviado a buscarte.

Le estoy agradecida,

pero aun as�, Pendragon,
este sitio es horrible.

Entonces ven,
te llevar� a la taberna.

Scroop es un buen amigo,
me ayudar� a protegerte.

Vamos.

Pretendes hechizar a Pendragon
como hiciste con el pobre Smolkin.

Habr� que verlo, querida.

Habr� que verlo.

A Helene solo le quedan unas horas
y luego Pendragon ser� m�o.

Acepto el reto,
pero recuerda,

Pendragon vivir� libre de ti
para siempre

y, adem�s, la chica condenada
no solo sobrevivir� a esta noche

sino que vivir�
para ver tu muerte.

Entonces es una apuesta,
grotesca copia de hechicera.

Puedes emplear todos tus trucos,
te vencer�.

Y lo har� en mis sue�os.

No sue�es
mientras yo est� despierta

porque te aseguro que ese sue�o

se convertir� en un infierno.

Vayamos volando al cementerio,

hay que preparar las mesas
para el banquete de esta noche.

La pobre anciana abri� la caja

para dar a su perro un hueso.

Pero el cad�ver grit�
a la pobre anciana.

Atr�s esp�ritu, d�jame en paz.

- Buenas noches, Smolkin.
- Pero si es Livia, la bruja.

- Bienvenida a mi huerta de carne.
- No me molestes, bobo.

Tengo que barrer a los esp�ritus
antes de que empiece el aquelarre.

�Ser�s t� la reina hechicera
esta noche?

S�, me pondr�
a la derecha de Lucifer.

Dicen que la reina tiene que traer
una cabeza reci�n cortada a Sat�n

como prueba de que su fe
es aut�ntica.

Una cabeza... Casi lo olvido.

- �Y si te corto la tuya?
- De poco sirve la cabeza de un loco.

El demonio se sentir�a enga�ado
si no le llevaras lo mejor.

Qu� pena, tendr�s que buscar otra.

Me voy a casa
a ver c�mo van las cosas.

No deb�as traerla aqu�,
hay soldados por todas partes.

Los hemos visto.
Aqu� estar� a salvo.

�Y si vienen a buscarla aqu�?

Ve a mi habitaci�n,
e intenta descansar.

Ir� a buscar a Smolkin.

Si en una hora no he vuelto,
ve a casa de Meg y espera all�.

Espera.

- �Qui�n eres?
- Soy Helene.

- �En qu� �poca est�s?
- Es la noche del aquelarre,

en el segundo a�o de reinado
del rey Mark.

�De qu� tienes miedo?

De la muerte.

�La muerte?
�C�mo? �Por qu�?

Morir� por el hacha del verdugo.

Cuando llegue el alba
ser� ejecutada por bruja,

si me encuentran en la taberna
o con Meg Maud.

�Est�s prisionera?

Estuve encerrada
en la torre de la muerte,

pero la voz de Diana Love
me liber�.

- �Qu� pasa?
- Hemos alterado su pasado.

- Las consecuencias ser�n...
- �Pendragon!

Pendragon.

Pendragon.

Se ha ido otra vez.

- Quintus.
- �Qu�?

Tiene un morat�n en el brazo,
antes no lo ten�a.

Entonces, la regresi�n
es tanto f�sica como mental.

Si pudiera...

No.

- No tantos a�os.
- �De qu� est�s hablando?

Seg�n las teor�as
de los monjes de Nepal,

podr�a seguirla.

�Seguirla?

S�.

No importa.

Vig�lela.

- Te encuentro en todas partes.
- �No ibas a tirar la muralla?

No es necesario.
Helene es libre.

- Smolkin, ensilla un caballo.
- Espera, Pendragon.

�Qu� pasa?

Siento tener que darte
la mala noticia,

han vuelto a detener a Helene.

�Detenerla? Es imposible.
La dej� en mi habitaci�n.

Es verdad.
Mira en el cristal.

Est� en la taberna de Scroop,
vamos volando.

Tengo que ver a la vieja Meg.
Smolkin, no pierdas tiempo.

Ya ha pasado una hora.
V�monos a mi casa.

Enseguida volver�,
estoy segura.

Sabe que la hora ha pasado,
ir� a mi casa, no aqu�. Vamos.

Vayamos abajo.

- �D�nde est�?
- �Meg Maud? Se ha ido hace un rato.

- Me refiero a Helene.
- �La bruja?

Sus hechizos nunca pasar�n
por mi puerta.

- Cre�a que estaba en la torre.
- Ha huido, ahora vaga por el bosque.

Ten mucho cuidado, Scroop.
Es mala y muy astuta.

Lo tendr�, desde luego.
No soy de los que pierden la cabeza.

Scroop es un mentiroso. Y necesito
una cabeza para esta noche.

Una cesta para mi perla.

Nosotros intentando salvarle la vida
y t� casi la matas del susto.

- �Qu� es lo que quieres?
- Todo el mundo anda ocupado como yo.

- Hay gente merodeando por ah�.
- Habla con sentido, loco.

Livia y su diablillo llevan
toda la noche de aqu� para all�.

- Quieren matar a quien tanto proteges.
- Entra en casa.

- �Qui�n m�s anda por ah�?
- Nadie, salvo Pendragon.

Creo que pretende asaltar
la torre de la muerte.

- No se puede hacer, jam�s.
- Pero lo vi en Nepal.

Charlataner�a. Una mente racional
no puede aceptar algo as�.

- Voy a hacerlo, profesor.
- Aunque puedas, no lo hagas.

Si no la despiertas antes del alba,
morir� en el pasado.

No, se escap� en el pasado.

Si no muere en la misma fecha
y el mismo lugar del pasado,

morir� ahora,
no vivir� sus futuras vidas.

- �C�mo sabes cu�ndo muri�?
- Enviamos a Diana.

Ella liber� a Helene,
que ten�a que morir al alba.

Todo su destino est� alterado.
Tengo que hacer algo.

- No puedes hacerlo, Quintus.
- S�. Necesito un cardi�grafo.

- No quiero que...
- Lo har� por mi cuenta.

- Pendragon, �ad�nde vas tan abatido?
- A ver a Meg Maud.

No he podido liberar a Helene
de la torre.

Se acab�, Livia.

- Puedo ayudarte a salvarla.
- �Ayudarme? �C�mo?

- Nadie puede atravesar muros.
- Tal vez yo s�.

No te lo he dicho nunca,

pero ahora que te quiero
y pretendo ayudarte...

Soy una bruja.

- �Una bruja?
- Sab�a que me detestar�as por ello

y te lo ocult�
para conseguir tu coraz�n.

Veo que has amado demasiado a
Helene

Bruja.

No te har�a da�o
ni por el trono del infierno.

Usar� mis poderes
para liberar a Helene.

�C�mo vas a liberarla?

Con brujer�a y magia negra,
es el �nico modo.

Si la brujer�a es la �nica salida,
la tomar�.

- Cueste lo que cueste.
- Entonces, debes vender tu alma.

- �Qu�?
- Solo hay alguien que puede ayudarte.

El diablo, y pone precio.

Por tu alma, liberar� a Helene.

Lo har�.

Nos veremos en el aquelarre.

Pero, antes, Pendragon,
reg�lame un beso, solo uno,

para confortar mi coraz�n de bruja.

Perd�name si esta frialdad
saca maldad de mi sangre.

Me tendr� que hacer pasar
por cuatro fases de hipnosis.

Mi propia autosugesti�n
acelerar� el proceso.

No quiero ser tu c�mplice.

Vigile la m�quina, profesor.

Cuando las ondas de su cerebro
se acoplen a las m�as, pare.

- Sabr� que est� funcionando.
- Dos cerebros no pueden unirse

en la misma frecuencia de onda.
Es imposible.

Por favor, d�se prisa.

El tiempo coincide con el del pasado.
Casi es medianoche,

la hora del aquelarre.

De acuerdo.

Rel�jate, Quintus.

M�rame a los ojos.

Los dos queremos lo mismo.

Duerme.

Est�s durmiendo.

Est�s totalmente dormido.

Profundamente dormido.

Alto.
Tomad caminos separados.

Si encontr�is a la bruja, matadla.
No os entreteng�is.

�Por qu� te arriesgas
a ir a ese rito blasfemo?

Si quiero averiguar qu� traman
no me queda m�s remedio.

Ser� discreta
y estar� bien escondida.

Este bruto cuidar� bien de ti,
�verdad, Smolkin?

Rezar� por tu alma, Meg Maud.

Cuando te vi te tom� por bruja,

ahora creo que eres un �ngel.

Qu�date aqu�
y no escuches las voces de la noche.

Ten cuidado.

- �Cu�ndo llegar� Sat�n?
- Ya anda por aqu�.

Murmura entre la niebla.

Se manifestar� cuando lleguen
todos los solicitantes.

Caballero, os pido protecci�n.

No puedo,
tengo mis propios problemas.

Espera.

�Sabes d�nde est�
la casa de Meg Maud?

No. Solo quiero llegar a mi casa.
Va a empezar el aquelarre.

�La reuni�n de brujas?
�D�nde?

Solo un loco querr�a ir.
Es muy peligroso.

�D�nde?

Tome el camino de la izquierda,
por las ruinas del cementerio.

Ha llegado la hora.
Espera.

Yo tengo que ir
al altar del profano.

Y despertar al demonio.

Pr�ncipe de la oscuridad.

Autor del mal.

Archienemigo de los cielos.

Sat�n.

S� bienvenido al aquelarre.

Bienvenidos, amigos.

Hab�is venido para ofreceros
a vuestro justo Se�or

y para escribir
vuestro nombre en mi libro.

Tendr�is riqueza, alimento,

vuestra vida a salvo de carencias.

Tales son mis favores.

Y para demostraros que este
no es un evento maligno,

os ruego, amigos m�os,
que cant�is y bail�is.

Que aparezcan las bailarinas.

Que vengan los solicitantes
y hablen.

Me llaman leproso e inmundo

y me han desterrado
del bosque y del pantano.

Firma, leproso,
y quedar�s limpio.

Jam�s presenci� tanta depravaci�n.

Hablemos con �l
y acabemos con esto.

- No s� si puedo.
- �Quieres salvar a Helene?

Sat�n, mi vida
es una esclavitud constante.

�Podr�a aspirar a algo m�s?

Firma.

Hola, Divinidad.
Quiero hablar contigo.

Te escucho, Livia.

�l es Pendragon.

Ama a Helene, que est� prisionera
y perder� su cabeza al alba.

Y supongo que quieres liberarla.

S�, incluso a costa de mi alma.

Firma y ser� libre para siempre.

Pendragon, espera.

�Vas a firmar sin negociar?

Te conozco.

�T� crees, demonio?

Sat�n, lo dudo mucho.

Bueno, Quintus, al fin has roto
las barreras del tiempo.

S� que estuviste interesado
en mis artes.

Vuestro inter�s me halaga, se�or.

No vendas tu alma, Pendragon,
alqu�lasela. Digamos por un mes,

a cambio de que la libere.

- �Qu� ha dicho, un mes?
- No.

Solo es un loco insensato.
No le escuches y firma.

Le har� caso a �l
y a su sensatez.

�Qu� dices a un mes?

Digo que no acepto.

�Qu� es un mes cuando puedo tenerte
toda una vida y m�s?

Firma,
y por la eternidad,

si no quieres que quede recluida.

�De qu� sirve hablar?

Firmar�.

No lo hagas, Pendragon.

Si te prometo que Helene
ser� liberada,

�vendr�s conmigo
y te olvidar�s del libro?

S�, te acompa�ar�.

Pero si tus palabras son falsas,
volver� para firmar.

De acuerdo.

- �Sabes d�nde est� la casa de Maud?
- S�, no est� lejos.

Ll�vame all�.

Vamos.

Meg Maud,
me alegro de que hayas vuelto.

He venido por el pantano,
nadie ha podido verme ni seguirme.

�Hab�a buen ambiente en la reuni�n?

Pendragon lidi�
para liberarte de la torre.

Casi vendi� su alma,
pero un caballero lo evit�.

Ahora est�s a salvo, Helene.

Puedes dormir hasta que la ma�ana
levante la manta del miedo.

El hacha ya no puede tocarte.

- Esta es la casa de Maud.
- Entra, te est� esperando.

Helene.

- �Esa criatura es tuya?
- Es mi diablillo.

Todas las brujas tenemos uno.

J�venes insensatos.
La pasi�n los vuelve incautos.

- Bueno, es una noche muy fr�a.
- La juventud es as�.

Cierra puertas y ventanas.

- Has vuelto a escaparte.
- No, he estado aqu� todo el tiempo.

Pero Livia dijo que...

�Claro, Livia!

Me ha tra�do un caballero.

Apenas hablaba.
Apenas me miraba.

- Sus ojos eran como pu�ales.
- Dime, �qu� aspecto ten�a?

Moreno, con el pelo liso.
Una cicatriz en la mejilla.

Alto. Parec�a
un aut�ntico caballero.

�D�nde est� ahora?

Si no se ha ido estar� fuera.
�Conoces a ese hombre?

Es �l.

- �Qu� es lo que te ha hecho?
- No lo s�.

Alg�n tipo de tortura
que la mente quiere ocultarme.

Ni siquiera s� su nombre.

Sea lo que sea, hombre o monstruo,
demonio o santo,

su coraz�n anhela mi muerte.

- La est� acosando.
- No, hay algo m�s.

Si no, no vendr�a hasta aqu�.

Seguramente, le habr� echado
alg�n hechizo. Ten�is que huir.

- La llevar� a la taberna.
- Ya no es segura.

Hoy han quemado
la cabeza de Scroop.

Smolkin os ocultar� en el bosque.
Oc�pate de ella hasta el alba.

�Qu� es esto?
�Ese talism�n dice la hora?

La tiene prisionera.

Mira.

�T� puedes hacer esto?

�Hab�is alargado la noche,
con vuestras propias manos!

Sois el amo del tiempo.

Entremos en la casa.

Un poquito de agua bendita
ayudar� a cortar cabezas malditas.

- �Qui�n es?
- Un amigo de Helene.

�Vienes del presente, del pasado
o de tiempos por venir?

Del futuro.

Vienes muy mal acompa�ado.

Es una gata.
Nunca he cre�do en las brujas.

Ni yo, y tampoco en los que pasean
por los salones del tiempo.

Bien dicho, abuela.

�Est�n aqu� Diana,
Helene y su amigo?

Se han ido.
Les he mandado esconderse

para apartar a la muchacha
de tus ansiosos ojos.

Toma, bebe.
La noche es larga.

�De qu� color es el coraz�n
que env�a a una chica inocente

desde el futuro a morir
una muerte atroz por segunda vez?

C�lmate, vieja.

Al amanecer, vivir� y morir�,
a pesar de lo que hagamos.

No me gustan los acertijos.

Di lo que tengas que decir
y habla claro.

Un rat�n. �Es ella!

La has atrapado.

Levanta la jarra y har�
picadillo de rat�n para mi caldero.

Espera, no puedes usar un hacha
tan grande para algo tan peque�o.

No puede escapar.

Tal vez s� pueda.

Me encanta tenerla enjaulada.

Bienvenida, Livia.
Me temo que eres mi prisionera.

Jack no pod�a comer grasa

y su esposa no com�a carne,

as� que entre los dos

dejaron al ata�d sin inquilino.

�Qu� tienes que ver con su muerte?

Transport� la mente de un chica
desde el siglo XX hacia atr�s,

a trav�s de su memoria,
hasta su cuerpo en esta �poca.

Aunque estaba condenada,
su mente futura le dijo c�mo escapar.

Es decir, la Diana de mi �poca
cambi� lo que ocurri� hac�a siglos.

Lo que ocurre en el pasado,
afecta a lo que ocurre en el futuro.

Es una locura.
Contin�a.

Mir�ndolo desde mi �poca,
Helene ha muerto ejecutada.

Pero ahora es libre,
contra natura.

Si muere al amanecer,
su destino fluir�

y vivir� todas sus vidas futuras.

Pero si se escapa,
vivir� toda una vida

y luego morir� para siempre.

Todas las vidas que Helene vivir�a,
desaparecer�n.

Ni siquiera llegar�an a nacer.

Tienes raz�n,
la vida ser�a su muerte

y la muerte ser�a su vida.

�Qu� elecci�n tan horrible!

Solo ella puede elegir.

Es demasiado joven e inocente
para una decisi�n tan cruel.

T� tienes la culpa de todo,
as� que t� elegir�s.

No puedo hacer nada.

Si la saco del trance,
salvar�a a Helene, cierto,

pero al amanecer,
Diana morir�a

y desaparecer�a de la tierra.

No soy un hombre cruel,
pero todo esto es fascinante.

Sea cual sea su decisi�n

este es el drama m�s intrigante
de toda mi vida.

Francamente, me da igual
el camino que tome.

�Agua bendita!

�Agua bendita!

R�pido, vayamos al bosque,
donde se esconden.

Ofrezcamos a Helene
esa macabra decisi�n.

Si es Meg Maud,
la madre de los sapos.

Meg, al�jalo de m�.

Vete de aqu�, malvada.
Guarda tus sucias garras.

Huelo sangre humana
y pronto regar� esta hierba.

Esto es compa��a de alto nivel.

Quintus, si�ntate conmigo
a mirar la funci�n desde lo alto.

T� ser�s el autor de la obra
y yo el cr�tico.

Ven, deja que los personajes
comiencen a actuar.

Ve, cobarde.
D�janos a nosotros.

Tengo la cabeza llena de im�genes
que no me dicen nada.

- Pero me hacen sentir culpable.
- No eres culpable, sino v�ctima.

Si alguien tiene algo vital que decir,
que lo diga.

- Si no, que vuelva a su cueva.
- Hablar� yo, Pendragon.

Retened vuestra c�lera
hasta que haya acabado.

La brujer�a se ha apoderado
de tu coraz�n y tu alma, Helene.

Est�s condenada a sentir
sus desgarradores colmillos.

Est�s hechizada.

Puedes escoger,
muere ahora y vivir�s despu�s.

Vive ahora y morir�s para siempre.

No, no puede ser.

�Por qu� tengo que morir?
No quiero morir, no quiero.

No le hagas caso.
Vivir�s una vida preciosa.

Enfr�ntate al hacha,
y vivir�s cientos de vidas.

Quintus y yo te ofrecemos quedarte.

Observaremos al destino encorvarse,
romperse y cambiar de forma ca�tica.

Parece que el destino
solo traer� salud y bienestar

para el pobre y hechizado Smolkin.

�Qui�n es Diana?
�Qu� clase de mujer es?

Miserable y sin virtud alguna.
Una lasciva mujer de la calle.

Elige morir, Helene.
Te despertar�s siendo una furcia.

�Y no ser�a mejor si escapases
de esta �poca de miseria?

- Qu�date conmigo.
- Escoge el hacha.

Deja que el sue�o acabe
y vive.

Vete, el tiempo se acaba.

- Qu�date.
- Vete.

- Qu�date.
- Huye.

Basta.

No dig�is nada m�s.

Mi mente no tiene fuerza
para soportar tantos deseos.

De esta locura
he entendido una cosa.

Si muero en mi cita al alba,

vivir� una y otra vez
en innumerables �pocas.

Pero si vivo lo que tengo ahora,
las vidas futuras nunca existir�n.

�Oh, cielos!

Aqu� est� mi amado Pendragon,

a quien quiero con toda mi alma.

Necesito ayuda,

pero nadie de vosotros
puede d�rmela.

Yo cre�a que era una mujer
y soy cientos de ellas.

Ellas deber�an decidir mi destino.

Tra�dmelas.

Soy poetisa, dame la vida.

Soy madre, dame la vida.

Soy bailarina, dame la vida.

Soy feliz, dame la vida.

Soy Diana.

Los a�os que malgast� en mi pasado,
han existido porque viv� en ti.

El amor y la piedad de tu coraz�n
han purificado el m�o.

Te lo ruego, no me mates a m�
ni a las otras que has o�do.

Adi�s, amor m�o.

- Helene, espera.
- Qu�date, no la sigas.

�Smolkin!

�Quieres apostar, amigo m�o?

El sol contra el hacha.

�Helene, espera!

Deja de seguirla, Pendragon.
Ella ha elegido ese camino.

Te dar� todo el amor
que tu coraz�n pueda soportar.

Tu amor.
Tu amor podrido es el que la mata.

Muere, bruja.

- Diana.
- He llegado a tiempo, �verdad?

- �Podr�s perdonarnos?
- �Perdonarles?

Pues claro que s�, a los dos.

Vivir como Helene
era una pesadilla,

pero, a pesar de todo ese horror,
me he sentido viva y humana.

Ha dado tanto por m�.

Es como si me hubiese dado
una nueva vida, fresca y limpia.

Por eso le perdono.
Por eso no puedo odiar a Quintus.

Yo tampoco puedo odiarle.

Estoy demasiado horrorizado.

Ha sido una verdadera l�stima.

- Todo acabado, �verdad?
- Excepto mi viaje a casa.

�Pretend�as volver?

Por desgracia,
tengo malas noticias para ti.

Para venir a esta �poca,
recorriste un largo camino

que un�a a Diana con Helene.

Un camino entre una mente viva
y otra mente viva.

Una persona.

Pero Helene ha muerto.

Su mente se separ�
y se fue.

Ya no hay camino
que puedas tomar.

El que r�e el �ltimo r�e mejor,
mi brillante amigo.

Est�s atrapado.

Disfruta de tu vida con todas
las comodidades que te plazcan.

Y cuando llegue tu hora,

vendr� a reclamar
lo que es m�o.

Que lo pases bien.