All language subtitles for Francisca (de Oliveira, Manoel 1981)_BDRip.1080p.x264.AAC_ES

�Ilustr�sima y excelent�sima se�ora.
Mi muy querida amiga,

Vuestra excelencia seguramente
habr� dado el justo valor

a mi intenso dolor, y a aflicciones
bien semejantes.

Quiero darle a usted
y al se�or Raimundo Borges,

mis p�sames por la fatal ocurrencia.

Vuestras excelencias la sienten
como la p�rdida de un hermano,

pero yo como la de un hijo,
al que tanto quer�a.

Siento la amiga nostalgia, igual a
la que siento por el �ngel que perd�.

Adi�s querida amiga, ahora no puedo seguir,

porque los ojos no me lo permiten.

Sigan creyendo, mi buena amiga,
su verdadera amiga.

Y acepte mis verdaderos sentimientos,

aunque no vaya ya a verla.

Mis saludos a su esposo.

Soy, con la mayor estima:

De vuestra excelencia amiga sin igual,

Mar�a Rita da Rocha Owen

Viilar de Para�so
23 de Septiembre de 1854�.

Ilustr�sima y excelent�sima se�ora.

Vuestra excelencia seguramente
habr� dado el justo valor

a mi intenso dolor, y a aflicciones
bien semejantes.

Quiero darle a usted
y al se�or Raimundo Borges,

mis p�sames por la fatal ocurrencia.

Vuestras excelencias la sienten
como la p�rdida de un hermano,

pero yo como la de un hijo,
al que tanto quer�a.

Siento la amiga nostalgia, igual a
la que siento por el �ngel que perd�.

Adi�s querida amiga, ahora no puedo seguir,

porque los ojos no me lo permiten.

Sigan creyendo, mi buena amiga,
su verdadera amiga.

Y acepte mis verdaderos sentimientos,

aunque no vaya ya a verla.

Mis saludos a su esposo.

Soy, con la mayor estima:

De vuestra excelencia amiga sin igual,

Mar�a Rita da Rocha Owen

Viilar de Para�so
23 de Septiembre de 1854�.

Con la independencia de Brasil
se gener� en Portugal

un clima de inestabilidad y desesperaci�n.

Le muerte de D. Joao VI
dej� al reino dividido

entre los partidarios de sus hijos,
D. Pedro y D. Miguel,

que encabezaban los movimientos antag�nicos

del liberalismo y del absolutismo.

Una parte de la juventud, que en la
guerra civil vio derrotados, en 1847,

a sus ideales tradicionalistas,
acabar� encarnando un tipo esc�ptico,

dado a pasiones funestas.

Esta es la historia ver�dica
de la pasi�n funesta

entre Jos� Augusto y Fanny (Francisca).

Era un baile de m�scaras,
en Oporto, y Jos� Augusto

hab�a entrado solo para relajarse.

Pronto se arrepinti� de haberlo hecho,

el luto por su madre era a�n muy reciente.

Triste.

Habitaci�n de Camilo
en el Hotel �Par�s�, en Oporto.

- �Qu� est�s mirando, Jos� Augusto?
- Nada.

Habl�bamos sobre el infinito,
sobre el amor y sobre el magnetismo.

Habl�bamos de mujeres,
pero t� me pareces distante.

�No quieres venir conmigo a Lodeiro,
a pasar una temporada?

Voy.
�Pero t� no te ibas de viaje?

Pienso ir. Pero antes tengo
que resolver algunos negocios.

Ven conmigo. Lo que te ofrezco
no es nada de especial.

La casa parece un mausoleo,
con un viejo piano desafinado

y alcobas que huelen a muerte.

Entonces ir�, amigo Jos�.

Dos infelices son quienes mejor saben
y pueden consolarse.

�C�mo se podr� ser virtuoso
en una ciudad que prospera,

pero que no avanza ni un pas�?

Aqu�, en esta ciudad, los literatos
se elogian unos a otros

porque son igualmente pobres.

Aqu� tenemos que ser
sensibles a la gratitud,

para no ganarle el gusto a ser benem�rito.

Vay�monos para Lodeiro, amigo m�o.
�Qu� haremos all�?

Tu escribes. Yo paseo.

Ambas ocupaciones est�n
protegidas contra el rid�culo.

Ah, no lo est�n.

El rid�culo sobrevive hasta
en la mansi�n de los muertos.

Basta leer los epitafios.
Pero no importa.

Veremos si, acostumbrados
como estamos a o�r tonter�as,

no nos parecer� aburrido
charlar seriamente.

Santa Cruz do Douro

Casa do Lodeiro

�Bonito! �Yo ya lo hab�a adivinado!
Por lo tanto, t� eres byroniano,

como el cinco por ciento
de los portugueses elegantes.

- �Cinco por ciento? �Y los otros?
- Los otros son,

simplemente grandes hombres.
Byron es la moda.

Y en Literatura, la moda
es la peor de todas.

No s� si he le�do esto en alg�n
sitio, pero si no lo he le�do,

soy yo mismo quien lo dice.

Moda o no, en temas de Literatura amorosa,

tu y yo andamos de peluqu�n empolvado

y zapatos de hebilla.

- �Fue durante el baile que la viste?
- Fue ah� que nos conocimos.

Vendr�s conmigo al baile
y habr� de verte...

...ense�ando las medias de seda
en el delirio de un vals.

Yo no bailo.

No soy ning�n mu�eco mec�nico, a
brazos con la estatua de alabastro

que es la musa del folletinero.
�Pero, dime, c�mo es ella?

La cara no parece ser de aqu�,
ni de este clima.

Me recuerda a las �Viragos�
descritas por Virgilio.

No me gust�. Te digo, sin la menor
presunci�n, que no me gust�.

Despu�s me dijeron
que ella ten�a mucha Literatura.

En las mujeres, la inteligencia,
o nace con el coraz�n,

o lo mata, si surge despu�s.

T� bien sabes que yo, lo que quer�a

era encontrar un coraz�n nuevo,
sin experiencia, sin saber.

- Y educarlo yo.
- Eso, s� que es fatuo.

Sea como sea. Hemos intercambiado
tres cartas, y eso fue todo.

Despu�s de la tercera, hice
las maletas y me vine hacia el Duero.

- Las cosas no pasaron de ah�.
- Las cosas que tiran de nosotros.

- �Qu� le dijiste en la �ltima carta?
- Le Llam� hermana.

Cuando no me interesa una mujer,
suelo atribuirle honores de pariente.

- �Y ella?
- Ella me contest�.

Dijo m�s o menos esto:

��Tu hermana!

�Con este afecto acabar� por entender
los placeres de todos!

�Amigo, ella te ha pillado!

�Qu�? �A m�?

�No has creado la necesidad de distancia?

�No has calculado los inconvenientes
de la intimidad, como t� dices?

Vamos amigo m�o.

No seamos fuertes
cuando lo honrado es ser d�bil.

�Distancia? �Intimidad? Ha sido
ella quien ha quebrado la distancia.

Cualquier otro se hubiese aprovechado.

�l se refiiere a Mar�a con falta
de respecto, eres un obstinado.

No le perdonas, a Mar�a, que sufra.
No tienes amor,

tienes celos del sufrimiento.
Eres un caso para estudiarse.

D�as m�s tarde.

Mi amigo e ilustre escritor,
Camilo Castelo Branco.

Mi cu�ada, se�ora do�a Josefa.

Y mi hermano Raimundo.

Portugal se est� haciendo un modelo
de igualdad. La del �Baroneo�.

Yo vivo en una calle en la que hay
cinco barones, dos vizcondes

y diez comendadores.
Que se recomiendan mucho.

No crea que lo desapruebo. No.
Yo tengo unos murci�lagos

de escepticismo roz�ndome la frente
con asas negras.

Pero, quitando esas crisis,
soy un pobre diablo y pienso,

seriamente y todos los d�as,
en la manera de hacerme bar�n.

�Hermano, no puede conseguir eso,
en las conspiraciones de la corte?

Ahora, que se quieren establecer, de nuevo,

las procesiones que
el se�or D. Pedro hab�a abolido,

y que se piensa hasta en
vestir a los soldados de frailes,

bien que yo podr�a ser Bar�n,
que a mi no me falta inspiraci�n.

�Qu� tiene, Jos� Augusto? Venga a
sentarse, no se ha comido postre.

Jos� Augusto ama.

�Sabe lo que es el amor?

Es el piojo del alma, el o�dio de la vi�a.

Y Jos� Augusto ama, como
se ama la vig�sima vez en la vida.

Muy buena se�ora.
�Hay muchas de esas por aqu�?

Las mujeres visten de tal manera
que falsifican los evangelios.

El marido no puede decir:
�Carne de mi carne�,

cuando la mitad
son bultos de pasta de algod�n.

- �Por qu� no vas a acostarte?
- Enseguida voy.

El casero tuvo un desaguisado
con la mujer, y...

�Ay, ayuden a mi madre,
que �l la quiere matar!

�Ay, qui�n me ayuda!

Durante un baile, en los salones
del Bar�n de Corvo.

Un asno cargado de dinero
sube por donde quiera.

Aquel hombre que se est� riendo
es Ricardo Browne,

que me debe un duelo,
que no es exactamente lo mismo

que deberme una pizca de rap�.

Ven a ver las tres mujeres
m�s bonitas de esta sala.

�No son las m�s bonitas de Oporto?

Todo Oporto est� aqu�.
Ven a ver.

Es una quimera.
Prefiero cosas m�s cl�sicas.

Esta mujer ama a alguien.

- �Qui�n es �l?
- Es un hombre funesto.

- Funesto, �por qu�?
- No tiene alma.

�Y, qu� es el alma?
Una mariposa tampoco tiene alma.

Pero sabe, como nadie, tocar a las flores.

D�jelo pasar.
Cada palabra que �l dice,

deshoja una flor de su corona.
Cada sonrisa que le dirija,

apagar� una de las mil luces
que alumbran su mundo.

- D�jelo pasar.
- Cre� que usted era amigo suyo.

La amistad no proh�be
la ingratitud de la lucidez.

Soy ingrato, quiz�s.
Pero sin infamias.

�l me dijo, en cierta ocasi�n:
�Mi existencia no deber� ser larga�.

Pensar en la muerte a los
veinte a�os, o es poes�a, o es crimen.

- ��l es su amigo?
- Me pag� las deudas

y me salv� de la muerte.
No quiere decir que sea mi amigo.

Quien sepa lo que es un amigo,
sabr� lo que es el alma.

El alma no es una silla que se
ofrece a una visita. El alma es...

- �Es?
- El alma es un vicio.

- �Qu�?
- No me trate como a una ignorante.

Se puede ser inocente,
sin que se sea ignorante.

�Dios m�o! Puedo leer en su rostro
curiosidad, compasi�n,

amor propio ofendido,
temor por su propio candor

o la intenci�n de coraje varonil.
Todo lo que acaba en amor funesto.

Funesto...

El alma no es una silla que se
ofrece a una visita. El alma es...

El alma es un vicio.

- �Qu�?
- No me trate como a una ignorante.

Se puede ser inocente,
sin que se sea ignorante.

�Dios m�o! Puedo leer en su rostro
curiosidad, compasi�n,

amor propio ofendido,
temor por su propio candor

o la intenci�n de coraje varonil.
Todo lo que acaba en amor funesto.

Funesto...

- �Qu� tal el baile?
- El baile es magn�fico.

Yo no bailo... y la m�sica
no me gusta, eso es verdad.

Yo nac�, para juez, en Tierras do Bouro,

donde las perras se aparean con los lobos.

No pertenezco a esta sociedad.

Aqu� las digestiones son f�ciles
y los esp�ritus precisos.

Esp�ritu tiene usted, Camilo.

Y morir� independiente,
todo picado de genio

y de viruelas, como dicen por ah�.

Y cantar a los barones se�alados,
de cada vez

que me llamen a declarar,
a causa del �S�culo�.

�Ves, all�, aquella mujer?
Es Raquel, casada con un hombre

veinticinco a�os m�s viejo
que ella. Tiene catorce amantes,

que se sepa, pero todos los poetas
esc�pticos de Oporto la aman.

Eso, sin que cualquier victoria de
ellos en la obtenci�n de los favores

de esa mujer representara
nada que no fuera una derrota.

Envueltos en los celos y en todos los
enga�os del prejuicio de la rivalidad,

acaban desertando,
sin, aun as�, serle infieles.

�Pero, si t� tambi�n
has sido amante de ella!

Yo he cometido una liviandad...

por liviandad o frivolidad,

le dej� leer una carta
que Mar�a me escribi�.

Ella me la devolvi� y dijo:
�Yo nunca ser�a capaz de desafiarte

a que intercambi�ramos cartas.
Por escrito, esas cosas

- deber�an ser prohibidas�.
- �Fuiste imprudente!

Es una bonita mujer,

de boca espesa
y la piel mate de las criollas.

Andabas fascinado
con el prestigio de ser su amante,

pero, en realidad evitabas
entrevistas provocantes.

Fing�a respetarla,
algo que Raquel cre�a sensato.

Cuando no se quiere a una mujer,
se le debe proporcionar la confusi�n

algo que no envilece
tanto como un simple no.

Oporto tiene una condescendencia
especial para las mujeres infieles

siempre que ellas tengan la
inteligencia de no preferir al amante

a sus deberes de sociedad.

No se discuten los gustos,

desde que no se cometan errores con ellos.

Es un error enternecerse por un destino,

cuando se trata solo de amar a un hombre

algo breve y sin gran importancia.

La bella Raquel, adem�s,
tiene una sola pasi�n:

Amasar una fortuna s�lida
y administrar las rentas.

La manera como discute con los caseros

o hace las cuentas con un jefe de obras,

enfr�a al coraz�n m�s arrebatado.

La verdad es que, por todas partes,
le facilitan las cosas.

Escrituras, compras de terrenos,
innumerables negocios.

Es m�s inofensivo concederle
favores con corrupci�n

que sentimientos con consecuencias.

- Espantamos el ganado de la romer�a.
- Y derramamos los refrescos.

Metemos los l�tigos en los bollos
y en los roscones.

- Hacemos gritar a las mujeres.
- Ora pronobis.

- Reventar los morteros.
- Ora pronobis.

Cuando un triste r�e, es porque ha
encontrado alguien a�n m�s triste.

Cuando se sufre en la edad de ser feliz,

nunca m�s se cree en la felicidad.

Ni como algo casual,
ni como una recompensa.

S� lo que eso es.

Cuando nos trajo en su seno
y fue nuestra ama

se quiere al dolor para siempre.

La infelicidad es una forma de renuncia,

no tiene nada que ver con la desgracia.

Es la m�s ardiente de las amantes
y por ella sacrificamos todo:

El honor y los amigos, e incluso a Dios.

Tenemos veintitr�s a�os.
Cuando seamos viejos

sabremos de que hablan los j�venes.

Mi voluntad era vivir en un sitio as�.

Ser lo que podr�a ser, en mi aldea,

si nunca de all� hubiese salido.
Aqu� la mujer tendr�a el valor

que le da la primera pasi�n.

La mujeres que viven en aquella casa

deben sentarse mucho debajo de este �rbol.

- �Qui�n vive en aquella casa?
- Mar�a y Fanny.

Vay�monos.
Esta tristeza es demasiado.

Estamos casi a punto de amar a mujeres

que solo hemos visto una vez en la vida.

Nunca me olvidar� de este lugar, de
este d�a, de la nostalgia que siento.

Vamos a comer s�balo frito
y a buscar dos enamoradas.

Tambi�n tienes raz�n.

- �Cu�l de ellas prefieres?
- No hacen mi tipo.

- �Y si nos enamor�ramos?
- �T�, enamorado?

�No eras esc�ptico?
�No tienes el coraz�n

como el ba�l de mi cuarto,
cori�ceo y vac�o?

�Crees que no puedo amar a una mujer?

Puedes. Pero solo por efecto
de un �shock� galv�nico.

Despu�s ca�as muerto.
No deber�a decirte esto.

A veces decimos cosas crueles,
para no llorar.

Mira, Jos� Augusto, hay quienes
no han nacido para amar a alguien.

El amor al pr�jimo es una baratija
que nos distrae de cosas asustadoras.

La pasi�n es una de esas cosas asustadoras.

No la pasi�n por la gloria,
o por una mujer.

Esto quiz�s sea la consecuencia
de la falta de eternidad.

Siento despecho por no ser un Dios.

Vamos a olvidar todo esto, Jos� Augusto.

No volvamos m�s a Viilar de Para�so.

Aquellas dos se�oritas son unas �snobes�.

La madre es una presumida.

Apuesto que todas ellas son capaces de re�r

de todo lo que nos hace llorar.
Se encierran en su habitaci�n,

comen croquetas y se r�en de todo.

�Mira! La amistad
es la �nica cosa

que los Dioses les envidian a los humanos.

De nuevo en Oporto, en una noche de teatro.

�Por qu� no le saludas?

No alimento el orgullo de esa tonter�a.

�Crees que �l ama a Raquel?

La ama si los dem�s la envidiasen.

Como ella le traicione,
la amar� en cuanto digan sobre ella:

- ��Qu� bella mujer!�
- Somos todos as�.

El amor no es m�s
que una cristalizaci�n del deseo.

Jos� Augusto es un caprichoso,
pero no es p�rfiido.

Con veintitr�s a�os,
nadie es el Marqu�s de Sade.

Despierta y piensa en eso.

Creo que te est�s durmiendo
a la sombra de tus folletines.

Los romances les hacen mal a mucha gente,

pero no a los autores.

Hay personas que no consiguen
hallar, en la vida vulgar, su lugar,

y despu�s quieren conquistarlo a la fuerza.

Se creen excepcionales y acusan
a los dem�s de no comprenderlos.

Jos� Augusto es uno de esos.
Se imagina D. Juan, o Hamlet.

Su madre muri� antes de que
�l supiera ver a la muerte

como una ley de la Naturaleza, la
ve como una canallada imperdonable.

Tiene pasi�n por las novelas. Lee
hasta las cuatro de la madrugada,

lo que es poco para una vocaci�n
y demasiado para un �morgado�.

- Le tienes envidia.
- Y no envidio a un hombre

que no se define, ni en
su conciencia, ni en la pr�ctica.

Cuando parece enfadado, es idiota.

Cuando le creen melanc�lico,
es apenas un canalla.

E incluso, cuando finge ser rico,
miente con esa convicci�n

que yo ya le conozco.
Ya le he aconsejado

que se case con una heredera
que escriba poemas

y le ofrezca una caja para puros
con la figura de Psique

con alas de mariposa.

Moralizas...
el pa�s te merece eso

porque es m�s dado al comercio
que a la imaginaci�n.

Todos los poetas que se retiran
se inscriben en una academia

y venden aceite.

El esfuerzo para que seamos
delicados vale de algo.

Si no eres un experto en ella,
pagas caro la virtud.

El cielo no se hizo para los
gorriones, por muy alto que vuelen.

En mi opini�n,
tienes envidia de Jos� Augusto.

Si �l la merece, o no, eso es otra cosa.

Camilo y Jos� Augusto volvieron
a Santa Cruz do Douro.

Los grandes secretos
no son para los rom�nticos.

Solo es rom�ntico ignorarlos.

Vayamos por otro lado.
No me gusta que me vean.

Este no es mi sitio, es el del casero.

Vas a ver. Enseguida pedir�n
cigarrillos y aguardiente.

Eso es lo que ellos piden.
No sabemos si es lo que quieren.

Son esas las palabras.
�Pero, qu� son las palabras?

Son una especie de ley,
pero no se sabe, en realidad,

a lo que se aplica...
esa ley.

- Son unos borrachos, y nada m�s.
- De las cosas visibles

no se debe decir, nada m�s.

Necesito de soledad, y de ti.

Y t� necesitas que yo te ayude
a crear otro coraz�n.

De hoy en adelante, te gobierno yo.

Casa de Viilar de Para�so.

Cuando Jos� Augusto
vino a casa de los Owen,

como hac�a todos los d�as,
para ver a Mar�a,

se encontr� a Camilo.

�Mira lo que le has hecho!

No seas tan melindrosa, Fanny,
Jos� Augusto ni se ha dado cuenta.

��O ser� que la aridez de la
primavera ya no te ense�a las flores?�.

Camilo hab�a alquilado
una casita en Viilar de Para�so

que quedaba cerca de la de Jos� Augusto.

�Hay secretos entre los vivos que
llaman las sombras de los muertos�.

- �A qui�n escribes?
- A alguien de quien soy esclavo

y que tiene de pagarme
esta esclavitud, con l�grimas.

�Qui�n? �Es a Fanny?

Si alguien amase a Fanny, le matar�a.

�Y eso?

La amistad suele ser menos sanguinaria.

La due�a de mi casa es una �vareira�
piadosa; al cederme este cuarto

con la litera azul, me informa
de su ceremonial,

que es l�gubre, relacionado
con las tragedias del mar.

Y se olvida de ponerme aceite
en esta candela.

No me has entendido.
Yo quer�a decir que Fanny

no le sirve dejuguete a un hombre
que se siente aburrido.

Tambi�n pienso as�.

Est� all�, en aquella casa,
entre la vulgaridad y el despecho

como Daphne, transformada en un
laurel, para huir al dios Apolo.

�No la amas?

No. Pero yo s� lo que desprecio.
T� no puedes saberlo.

�Soy acaso un deficiente?
�Crees que no puedo amar a Fanny?

Pues voy a despertar en ella
un amor inmenso.

Un amor reprobado por m�,
excitado por mi misma severidad.

Prometer, someter, dar esperanza,
alimentar el deseo

para estudiar las consecuencias
de no saciarse.

Rozarle la frente con un beso
y despu�s pasar por ella sin tocarle.

Mirarla, con una mirada profunda y austera.

Sembrar ilusiones y cosechar
verg�enza, humillaci�n y culpa.

Crear un �ngel en la plenitud del martirio.

- �Ser�as capaz?
- Prometer, someter, dar esperanza,

alimentar el deseo para estudiar
las consecuencias de no saciarse.

Rozarle la frente con un beso
y despu�s pasar por ella sin tocarle.

Mirarla, con una mirada profunda y austera.

Sembrar ilusiones y cosechar
verg�enza, humillaci�n y culpa.

Crear un �ngel en la plenitud del martirio.

- �Ser�as capaz?
- �No ser�a m�s bonito que procrear?

�No es ser realmente fecundo
y m�s de acorde a la obra de Dios?

- �Aqu� no se habla de Dios!
- �Por qu� no? Est� en mi genealog�a.

Espera, Jos� Augusto.
Hemosjurado confiar uno en el otro.

Arriesgu� mi honor al confiar en ti.
A ti te interesa la virtud

como un modo de triunfarf�cilmente.

A m�, solo la perfecci�n me dice algo.

La perfecci�n, aunque sea en el vicio.

Pero independientemente
de cualquier acuerdo con los dem�s.

�Tienes alma, Jos� Augusto?
Te pregunto si tienes alma.

�El alma!

�Si yo pudiese Ilorar mi juventud,
despreciada y ridicularizada,

entonces tendr�a alma!

Mi ferocidad es lo que me prende a la vida.

- �Esto no es tambi�n un alma?
- Eres un ni�o, Jos� Augusto.

Un ni�o hecho hombre por la desgracia.

Ahora veo que no hay
hombres superfiiciales.

Yo me re�a de ellos.
Mi inteligencia le daba diez vueltas

a vuestra estupidez perezosa. Y, de
pronto, un �morgado� veng� a todos.

�Me has hecho saber que la imaginaci�n,

incluso la del m�s mezquino burgu�s,
no tiene ley!

�Eres un portento, pero,
no es preferible apagarte,

como yo he hecho con aquella candela?

Ceniza en vez de deseo.
Conciencia en vez de pasi�n.

�Ser� esto un alma?

En el d�a siguiente,
por una casualidad providencial,

Manuel Negrao pas� delante de su puerta.

�Mira, si es Manuel Negrao!

- Que bien que has aparecido.
- �Saludos, amigo m�o!

Voy de viaje, a Lisboa,
a visitar a mi abuela.

Me acuerdo muy bien.
La se�ora Condesa de Mag�.

Exactamente. Y, claro,
no pod�a dejar de parar aqu�.

Aqu�, en este sitio sin grandes novedades.

�Y las hijas del Coronel Owen?

Se corrompe el talento
con banalidades amorosas,

en conversaciones con Fanny,
en la escalera de la iglesia

y en paseos con ella, por la playa.

Sujeto el paraguas de seda
para que ella se quite los zapatos

y se los llevo en la mano. Queda
rid�cula tanta maniobra alrededor

de una chica siempre triste y somnolienta.

Y que, de verdad, no me interesa.

Voy contigo, esto tiene que acabar.

Voy contigo.

Las tropas llegaron a Viila Pouca,
debajo de nieve fina.

Los soldados ten�an hambre y estaban
calzados con los zapatos blancos

robados al equipaje de S� da Bandeira.

Yo entr� en un hostal, y apenas
hab�a empezado a confortarme

con un fuego de alcornoque viejo,
esperando por una gallina y un lomo

cocidos en una palangana de hierro,
cuando Ant�nio Rangel,

lugarteniente de Macdonnel,
me llam�, desde la puerta:

�O desertas o vienes con nosotros
a paso forzado.

Tr�ete la gallina, si quieres�.

La retirada se impon�a, pero me llev�
la gallina. Me la com� con los otros,

en las escarpas de la sierra,
que estaba llena de nieve.

S�lo despu�s de llegar a Saborosa
hicimos una pausa muy prolongada.

El estado mayor se retir�
al Solar de Pensalves.

Una vieja que hilaba en la camilla
dejaba caer, sobre mi cabeza,

restos de lino.
El viento golpeaba los postigos

como si fuese una mano humana,
y yo ca� en un sue�o profundo,

en el calor de la cocina. De
madrugada, el general mand� reunir.

Yo ten�a diecis�is a�os
y se me meti� en la cabeza

seguir a Macdonnell, hasta la muerte.

Lo dem�s ya lo s�. Adi�s, Negrao.
Ll�vate la gallina, Macdonnell

y lo que quieras.
Y d�ja que me quede aqu�.

Dime solo una cosa:
�D�nde estaba el general?

- �Qu� general?
- El General Santiago,

�Aquel espa�ol que tanto
les gustaba a las mujeres?

- Macdonnell le hab�a despromovido.
- �Maldita sea la vida!

�Le ten�a envidia!

Hombres como esos nos roban el amor propio.

�Qu� bien sab�a hablar
a las mujeres! �Qu� tono!

- �Qu� miradas! �Qu� bigote!
- Se cas� con una hidalga

que fue amante del se�or Don Miguel.

Fue el �nico que sacrific� todo
por la causa.

Mira la est�pida Coimbra.

Yo quiero tener, de mi ignorancia,

una opini�n honesta,
y por eso no me hice doctor.

La revoluci�n de �Mar�a da Fonte� me salv�.

Adi�s.

Me hace falta mi capa a la espa�ola.

Mira, no vayas a contar todo esto.

No me gusta ser el blanco de las miradas.

Cuando sali� de Coimbra,
no regres� a Viilar de Para�so.

Volvi� a Oporto. Hasta que
Jos� Augusto llam� a su puerta y,

sin esperar respuesta, empez� a
entrar con el caballo, en el cuarto.

Me han expulsado del Para�so.

�Y Eva... se qued�?

Fue Eva quien me ech�. Hemos
tenido una conversaci�n seria.

Cu�ntame. Tengo diez minutos
para una conversaci�n seria.

Y despu�s voy a escribir una
cr�nica teatral, o algo peor.

- Dime.
- En casa de los Owen,

fue creciendo una intriga insostenible.

Mar�a me recrimin�.
Me acus� de frialdad.

Y el coronel, creo que escribi�
de Lisboa, pidiendo explicaciones.

Bueno, se fue creando una atm�sfera
tensa y llena de sospechas.

- �Se habl� de boda?
- No. Ni yo lo permitir�a.

Sabes como soy, si me imponen condiciones.

Ni siquiera Mar�a me habl�
nunca de ese tema.

- �Y Fanny?
- �Fanny, qu�?

�C�mo ve esto?
�Qu� hace en medio de todo ese l�o?

- Fanny es un �ngel.
- Claro que s�.

�Pero, tu presencia tan constante
no es una forma de compromiso?

No creo. De todos modos,
nunca he pedido la mano de Mar�a.

Si lo hubiese hecho, cumplir�a mi palabra,

aunque me tuviese que dar un tiro
en la cabeza, el d�a de la boda.

Cuando el equ�voco surja,
yo me retiro, honestamente.

Me parece bien.

Al d�a siguiente, Jos� Augusto volvi�
y meti� el caballo en la sala.

Indiferente a los reparos
de la due�a de la casa.

�Pare usted! �Pare usted! Aqu�
no es sitio para caballos.

No hay mejor manera para saber
la robustez de una casa

que meter un caballo dentro de la sala.

�Malvado! Ya le he dicho: �Aqu� no es
sitio para caballos�.

Los caballos se ponen nerviosos
cuando est�n sobre un suelo

que vibra o cruje demasiado.

Puedes dormir tranquilo.
Esto est� seguro.

Ah� va el profundo y recalcado
secreto de mi vida:

�Amo a Fanny�.

No me espanta. Por eso quer�as
matarme, hace tiempo.

- �Y ella te ama?
- Forzosamente.

Nadie se enamora as�
sin entender que es amado.

�No me digas!

�Conozco ciento veinte
casos que son excepci�n,

si nos ponemos as�!

Pero. �C�mo voy a entrar, de nuevo,
en el Para�so?

Por la puerta del honor,
si has salido por ella.

El honor del coraz�n,
no se mide por el padr�n com�n.

T� ves bien la situaci�n,

Mar�a se cree abandonada,
se va a creer traicionada.

Los proyectos nacidos de la pasi�n,
agrandan el c�rculo de nuestras ideas.

Me acuerdo que tu me dijiste esto,

all� en el Norte, en Lodeiro.
Piensa y decide.

- No s� aconsejarte.
- Voy a escribir a Fanny.

Camilo sali� de Oporto.
Fanny contest� a Jos� Augusto,

trat�ndole como hermano
y prohibi�ndole de hablar de amor.

�l llor� y cay�
en una desesperaci�n profunda.

Cuando Camilo regres� se encontr�
con un panorama muy distinto.

Jos� Augusto era amado por Fanny.

Camilo hab�a ido a visitar
una familia amiga,

en el lugar de Rasa, en Gaia,
y all� encontr� a Jos� Augusto.

- �Vas a pedirla ahora?
- Voy a raptarla.

- Es un esc�ndalo in�til.
- In�til o no, as� lo voy a hacer.

Mand� amueblar dos alcobas en un barco.

La llevar� por el r�o hasta Lodeiro y
despu�s nos casamos en mi capilla.

Nada m�s tengo que decir.

- �Reconsidera!
- Ser� hoy.

- �Qu� ser� hoy?
- La hu�da.

- Piensa, espera unos d�as.
- Es imposible. Ella est� esperando.

Yo voy a escribirle,
ella acabar� por entender.

- Ella acabar� por entender.
- No le escribas, que ya es tarde.

Entonces ve.
Tu mocedad acaba aqu�.

Dentro de una hora ser�s
el m�s desgraciado de los hombres.

�Espera! S�lvate,
que todav�a hay tiempo.

No se preocupe.
Los hombres nunca son infelices.

�Lo que es un hombre, santo Dios?
�Lo que es un hombre?

El Rapto.

- �No te has hecho da�o?
- No, no, estoy bien.

- �D�nde estamos?
- �No s�, no s�!

D�jame descansar aqu�.

Es mejor seguir.

�Seguir?
Estamos perdidos.

No s� donde queda el r�o, ni el camino.

- �Te sientes arrepentida, Fanny?
- No, no me siento.

Cuando claree seguiremos adelante.
No tardar� en ser de d�a.

Son tus cartas.

Espera, Jos� Augusto.

A ver si este caballo tambi�n se escapa.

Son las �vareiras�.
Voy a preguntar donde estamos.

Le da miedo que noten que est� metido
en una situaci�n m�s grave.

Esto es Viilar de Andorinho.

Aqu� cerca queda la finca de Soeime,
que es de Jos� de Melo.

Voy a pedir ayuda.

- No me dejes aqu�.
- No te dejo.

Pero t� ya no puedes andar mucho m�s.

No me dejes sola.

Rema.

Hay tierra.

Rema.

Hay tierra.

Rema.

Rema.

�Qu� son personas honestas?

Rema.

- �He dormido?
- S�lo un poquito.

Rema.

Rema.

Hay tierra.

Rema.

�l le matar�, Fanny.

�l le matar�.

Vuestro amor est� hecho de cosas
que no os pertenecen.

Est� hecho con mi deseo, mi alegr�a,
mi sufrimiento.

Yo os he dado un alma y, con ella,
todo de lo que un alma es capaz.

Yo puedo envolver el alma en mi capa
y llev�rmela conmigo.

�Y despu�s, vosotros?

�Se cree Dios?

No, no soy ning�n dios, feo, arrugado
y con los ojos enfermos,

y tampoco necesito nada de vosotros.

Yo existo espont�neamente.

La vida no me desconcierta,
ni me ilude, ni me amedrenta.

�Y Jos� Augusto?

Jos� Augusto no pasa
de un vulgar sirviente.

- D�jeme salir.
- No, no, espere.

�l es un criado y nada m�s.
Un criado que se rebaja

delante de cualquier cosa con prestigio.

Es criado de las palabras bonitas,
de las actitudes bonitas,

de las tonter�as bonitas.

Vuestro amor es una perfecta tonter�a,

solo durar� mientras yo est� con vosotros.

Despu�s no pasar� de una tonter�a.

Salga de mi vista, hombre envidioso y malo.

Ahora s� porque le odian
las personas honestas.

�Al fin y al cabo,
que son las personas honestas?

Son una consecuencia.

Adi�s, por lo tanto, mi consecuencia,
mujer linda del Para�so.

Tierra.

Hay tierra.

Rema.

La entrada en Lodeiro se dio con la
discreci�n que ser�a de esperar.

Fanny se retir� enseguida al antiguo
cuarto de la madre de Jos� Augusto.

Al d�a siguiente...

No salgas de casa. Descansa.
Da tus �rdenes. La casa es tuya.

Voy a salir y regresar� por la noche.
No estar� cerca de ti mucho tiempo.

Es necesario que las cosas
transcurran correctamente.

Nos casaremos dentro de poco tiempo.

Tengo que escribir a mi madre.

Y a mi padre tambi�n.

�mame, y haz lo que quieras.

�Volver�s muy tarde?

�Qu� has dicho, Fanny?

- �Y mi caballo?
- Todo en orden, patr�n.

Tiene ah� un animal excelente.

Es el retrato de la madre
del se�orJos� Augusto.

�La se�ora ten�a vestidos muy bonitos!

Deje, que yo los guardo.

Se�ora.

El se�orJos� Augusto ha mandado un recado.

Para decirle a la se�ora que no le
esperase porque �l no viene a cenar.

Muy bien, Clotilde.

�Qu� le pongo?
Tengo anguilas con salsa parda.

- Pero a usted no le gustan.
- Cualquier cosa.

- Con t� y pan tengo bastante.
- As� la se�ora quedar� mal.

No se preocupe, Clotilde,
con eso quedar� bien.

Entre.

El se�orJos� Augusto ha dejado esta nota.

Se ha ido a Oporto.
��l ya ha salido?

�El se�orJos� Augusto?
Ha salido, hace una hora.

- �Qui�n ha ido con �l?
- Marques, �Qui�n habr�a de ser?

Un capell�n sin mitra,
un escudero sin obligaciones.

Algunos tienen suerte,
otros tienen paciencia.

La se�ora do�a Josefa ha mandado decir

que vendr� a visitar la se�ora.

He prestado dos toallas y nunca
m�s las he visto. �Casa de hombre!

Eran de lino adamascado.
Lo sentir� mucho, si se han perdido.

�Jos� Augusto, cu�ndo vuelve?

Dentro de cinco d�as.

No lo s�.
�l no me lo ha dicho.

Si no fuesen los hombres, y sus
modos de ser, todo ir�a mucho mejor.

Cu�nteme un poco de su vida en el Para�so.

Mire usted.

Cuidaba de mis flores,
pase�bamos, cuando ca�a la tarde.

Me sentaba en la escalera
de la iglesia y dibujaba los campos

una acequia cubierta de vides
y una yegua con su potro al lado.

Los ni�os del lugar ven�an
a mirar el dibujo, se re�an,

como si tuviese algo de magia.
Y el viento del mar

hacia volar los papeles
que ellos corr�an a recoger.

Los ni�os de aqu� son maleducados
y no hacen m�s que pedir.

- Esto es una raza maldita.
- �Por qu�?

�Qu� hacer? Los padres son
borrachos. �Qu� van a aprender

sino palabrotas y a robar conejos?
Crecen como salvajes y,

el d�a menos pensado,
matan un padre, un amigo,

o a la madre de los hijos que tienen.

- �Matan?
- Que cree, Fanny.

Esto no es el Para�so,
ni una estufa de begonias tuberosas.

Es el campo, con gente burda,
envidiosa y miserable.

Son vagos y piden como ciegos. En el
Duero, dicen que es todav�a peor.

S�lo trabajan si el capataz les amenaza.

Tiran la comida al suelo si
consideran que est� fr�a o salada.

Y no van a la iglesia.
Ni siquiera s� si sufren.

Mueren como animales en un establo,
encima de un pedazo de paja.

Las viejas piden limosna
hasta los cien a�os.

Conoc� a una que ven�a de Marco,
a pie, todos los viernes

y que hablaba de sus tiempos
de chican joven.

�Sabe de qu� hablaba, esa vieja?
Del primer problema que tuvo,

a los doce a�os. Fue la cosa
m�s bonita que le ocurri�.

Pobrecilla.

Esta ni�a no sabe nada de la vida.
Es una mala boda.

Lo que se aprende tarde no te da
experiencia, te da desilusiones.

- �Quiere quedarse a cenar conmigo?
- No. Tengo que ir.

Quiz�s despu�s.

Adi�s hija m�a. Si no fuesen los
hombres, y sus modos de ser,

el mundo no ser�a como es.

�Sabes? Es Hugo Owen que se est�
encargando de mi boda con Fanny,

pero ha rehusado encontrarse conmigo.

Me parece que los �nimos
est�n m�s tranquilos.

S�lo tu sabes el secreto
de mi llegada a Oporto.

�Sabes, Jos� Augusto, que es malo
ser canalla dos veces?

Yo s� algunas an�cdotas sobre
esa mujer, de cuando era soltera.

De cuando sea casada,
espero que me las cuentes t�.

Ojal� te r�as y que la quieras.

En el amor,
la seriedad es un gran infortunio.

Lo ha dicho tu amigo Camilo,
un vendedor de letras

- que ambos despreciamos.
- Eres como una cr�a grande, Raquel.

Y yo te amo. Eres la �nica mujer
que echo de menos.

Y echar de menos es amor.

Tienes una sonrisa tonta y me amas.

Tienes un bigote de agricultor y me amas.

Cre� que solo ten�as tres pasiones:
�Leer a Byron,

casarte con una mujer rica
y vivir en Terreiro do Pa�o�.

�Yo, ministro?
Puedo ser un extravagante,

- pero no andar� fuera de moda.
- Lo que dicen por ah�

es que est�s arruinado y que te
casar�as con una viuda rica

aunque ella trajese en la dote
la cocinera, el perro viejo

y los retratos del marido.
Pero ahora, raptas una inglesa

que escribe versos y que solo es remediada,

la peor situaci�n
para una mujer con esp�ritu.

- �Por qu�?
- �Vamos, por qu�!

La median�a es la religi�n
de los juristas y de sus se�oras.

Balzac dijo: �Ella ten�a esp�ritu,
pese a ser la mujer de un jurista�.

Est�s en guerra conmigo, Raquel.

Y Balzac no dijo jurista.
Dijo notario.

M�s exactamente: �Ella le era fiel,
pese a ser mujer de un notario�.

�Qu� memoria tienes, Jos� Augusto!

Los rom�nticos tienen
una memoria incre�ble.

Me voy a casa
de los Browne, que son originales,

pero no son t�picos. T�, desde
ahora, eres un hombre t�pico.

S�lo te salvar�s, si te vuelves loco.
Y entonces las salas

volver�n a recibirte,
y las personas a admirarte.

El Coronel Owen
te da a su hija, pero sin dote.

La madre ofrece algunos diamantes,
como un simple recuerdo.

No necesito del recuerdo.
Esa gente me irrita.

Piensa que quiero a la hija
por el dinero y por la alcurnia.

- Yo no quiero nada de esos esp�as.
- �Esp�as? A ver lo que dices.

�Owen no era consejero de Don Pedro?
Cuando hubo el cerco a Oporto,

iba a verle a las once de la noche.
El rey manchaba su pa�uelo de sangre,

ya estaba enfermo. Pero o�a
a Owen con atenci�n. Esto se sabe.

Son los odios pol�ticos
que crean esas im�genes.

El odio es una barca... y los
que reman no tienen nombre.

- Hay demasiado odio.
- No es lo bastante.

Si fuese suficiente no soportar�amos
esta vida sin gloria,

sin futuro, sin nada.

- �D�nde anda Camilo?
- Anda por ah�. Escribe mucho.

Galantea con las monjas
con una convicci�n pasmosa.

Es un Lutero sin doctrina.
Viene hoy a cenar.

- �Viene hoy a cenar?
- Mira, me parece que ha llegado.

- Se oye hablar mucho de ti.
- �Bien o mal?

Cuando se oye hablar de nosotros
es siempre mal.

Bien, se habla bajito y a rega�adientes.

- �Qu� dicen de m� en Oporto?
- Lo mismo que de S�crates en Atenas.

Que eres vanidoso y muy feo.

�Mira, quieres ir a comer conmigo, ma�ana?

- Tengo un art�culo para escribir.
- �El art�culo te paga la comida?

Con perdices y ostras, eso no.

La virtud es as�: �Ceder deprisa,
para penitenciarte r�pidamente�.

�Te gustar�a tener un �calessino�
como este?

Dime, Augusto, �Te gustar�a tener
un �calessino� como este?

Aqu� ya los hacen.

Me gustar�a. Ya me lo pensar�.

No faltes a la comida de ma�ana.

Eras el �ngel

que yo ped�a a Dios que me salvase.

Lugar poco recomendable
para un solitario, como t�.

Normalmente, un solitario es alguien
a quien le gusta estar solo,

- con mucha gente alrededor.
- Normalmente, la soledad,

a la moda de Oporto, es eso mismo.
Ah, amigo Jos� Augusto,

�Hablemos en broma!
Estoy harto de asuntos serios.

Ayer mismo o� a una se�ora
que me cit� una obra

sobre como cosechar el arroz.

- �Sueles divertirte con esas cosas?
- Ya no me divierto.

La peste del �xito
me ha encharcado el esp�ritu.

He perdido el humor del genio an�nimo.

Ya hay quien diga al leer mis art�culos:

�Este mequetrefe no escribe mal�.

- �Y t�?
- Yo voy a casarme.

Todav�a vas a tiempo,
Jos� Augusto, no te cases.

Yo la amo. Ella est� enamorada,
la sociedad me pide que exp�e.

La sociedad te pide
que te tires al r�o, que bebas hiel.

Te pide un amor de impostory
algo tan importante como ser el h�roe

de un romance mediocre.
�Es eso lo que t� quieres?

�Es eso lo que quieres?

Lo que yo siento
es un amor perfecto, Camilo.

M�s all� de la perfecci�n queda el hast�o.

O entonces, al ser perfeccionado,
acaba del todo.

No te cases. Vas a matarla.

�Matarla?
Pero. �Si yo la amo!

Amas con orgullo. Amas tan solo
el placer de amar, nada m�s.

El amor de Fanny
y la amistad de un literato como yo.

M�s lejos no pueden ir
las ambiciones de un hombre rico,

a los veinticinco a�os.

Lo que no puede ir m�s lejos es tu maldad.

Sobrepasa la reputaci�n que ya ten�as.

S�i que puede ir m�s lejos,
en eso te equivocas.

�Sabes qui�n soy, Camilo?
Soy capaz de, a latigazos,

hacer que salgas corriendo, ahora mismo.

S� quien eres...
eres un desgraciado.

Sabes decir todo en pocas palabras.
Menos mal, porque,

si hay algo que no soporte
son tus folletines moralizadores.

Hoy por la noche tengo
que ir a buscar a Raquel al teatro.

Si quisieras esperarme en �Guichard�
podemos seguir esta conversaci�n.

�No son acciones de los ferrocarriles,

que esas todav�a no est�n
en el cat�logo da las utop�as.

Son una �literaturalice� para que
Ilenes tu luna de miel, Camilo�.

Voy a leerlas.

�Fanny!

- �No puedes perdonarme?
- Puedo. Lo que no puedo es amarte.

Podr�a amarte mucho pero no te amo.

El amante es el segundo creador.
No me ten�as amor.

Ni t� tienes bastante seducci�n para m�,

ni yo soy lo bastante hip�crita para ti.

Pero acabar�s por olvidarme.

Como exista alguien que me haga
olvidarte, odiar� a esa persona.

�Esas cartas eran as� tan malas?

Solo s� que te quejaste de m�
a un desconocido.

Dijiste que yo no te entend�a.

Te ofrezco el nombre de hermano, Fanny.

Tu hermana, tu hija, tu amiga,

tu esposa, tu esclava, si lo quisieras.

Juro que t� me amas y el mundo es
un para�so, los hombres son buenos,

Dios es piadoso, yo soy tu igual,

alma de tu alma, sangre de tu sangre.

- No, no soy nada para ti.
- Tus cartas anduvieron

por las manos de mis amigos.
Pueden ser copiadas

y aparecer en los peri�dicos
como vulgares folletines,

palabra por palabra.

�A qui�n has escrito estas cartas?

Te amo, Jos� Augusto.

Te amo como Dios ama a los pecadores.

Necesitas que te amen as�.

�Vicente! �Vicente!

De hoy en adelante, de hoy en
adelante quiero que tu me traigas

la comida y la cena.
Las mujeres me aburren.

�Desgraciado!
Yo ya adivinaba todo esto.

Ay, se�ora, no se apure.
Los hombres tienen el coraz�n

conservado en vinagre.
Ni muertos merecen l�grimas.

�Le hace falta algo?

No, no quiero nada, gracias.

Me voy a mi habitaci�n.

- Buenas noches.
- Buenas noches, se�ora.

Camilo ten�a una nueva habitaci�n
en �Quinta do Pinheiro�.

A Manuel Negrao, que fue a verle,
le pareci� que ten�a mal aspecto.

�Ya has le�do a Manon Lescault?

�Sabes qui�n era Tiberge?

Pues as� era ese hombre, que perd�.
Yo fui, para �l, un ingrato.

- Pero sin infamias.
- Claro, claro.

- Pero, ni te aguantas de pie.
- D�jame, �l no la quiere.

- Es una equivocaci�n.
- �Jos� Augusto?

�No es equivocaci�n?
Dentro de nueve meses,

y por equivocaci�n,
nace un ni�ito, que seguir�

con la serie de equivocaciones
y de ah� hasta el infinito.

Dentro de nueve meses la muerte
habr� de ser partera

de lo que creamos en el coraz�n.
Esto te digo, yo dar�a mi talento

al primer pobre que me apareciese
y me dijese:

�Ella te ama�.

�T� amabas a Fanny?

�Vaya novedad!
Consu�late con un mech�n de su pelo.

�Poco sabe de tristeza �l que
le dice a un triste que se alegre�.

Los dolores profundos crecen
m�s con el consuelo.

Y que se alivien parece una afrenta.

�C�mo te ha dado una pasi�n as�?

Nunca vi que Fanny te interesara,
ni que ella te mirara.

Yo te conozco, la s�tira acabar�
venciendo a la tragedia

- y t� podr�s salvarte.
- Podr� salvarme,

pero por los caminos del infierno,
que no son tan malos.

Supongo que estar�n revestidos con
el absurdo, la traici�n, la calumnia.

Son malos para ti, amigo Negrao, que
no te gusta estar bajo las miradas.

Vete, que yo tengo
que escribir una cr�nica.

- Est�s curado, ya lo veo.
- �Estoy muerto! Pero. �Qu� m�s da?

Jos� Augusto y Fanny fueron a visitar

a Raimundo y Josefa a la �Casa da Capela�.

Voy a consultar a mis amigos,
para ver si aprueban mi boda,

despu�s del caso de las cartas.
Ya he escrito a Jos� de Melo

para convocar a algunos amigos m�s �ntimos

y debatir este asunto de honor.

Est�s alocado, hermano.

�Qui�n es juez en esto,
a no ser su conciencia?

No se preocupe.

El coraz�n me dice que nosotros
nunca seremos extra�os.

Se�ores m�os,
todos ustedes saben los hechos

que me han tra�do triste fama.

Saqu� a Fanny Owen de su casa
y le di la m�a.

Ahora han llegado a mis manos
algunas cartas

que esa se�orita escribi� a otro hombre,

cuando ya hab�a entre nosotros
una declaraci�n de compromiso.

�Debo mantener mi palabra y casarme?

En este caso sin la m�nima l�gica,
la l�gica manda que te cases.

- Yo amaba a Fanny y ya no la amo.
- Una boda por piedad,

si consigues que te atraiga una
emoci�n nueva, ma�ana te aburrir�.

Viienes a investigar el pasado de Fanny

para declinar tu responsabilidad
en esa historia que ya ha incluso

perdido el m�rito de la novedad.
Creo que todo esto es insensato.

Si no te casas, quiz�s Fanny
se encuentre con otro amor

que la haga olvidar
la verg�enza del primero.

Yo solo lamento que nuestro car�cter
de hombres, que lo somos,

haga nuestras ligaciones mucho m�s fuertes,

y que no se pueda retirar el coraz�n
tan deprisa como la mano

que se ofrece a un amigo.

Voy a casarme con Fanny, y no la amo.

Mi conciencia se ilumina, pero me pierde.

�El mejor modo
de que un arist�crata ilumine algo

es colgado de una farola!

Lee a Byron, canto und�cimo,
estrofa veintiocho, de �D. Juan�.

La familia de Fanny no acudi�
a la boda, mediante procuraci�n,

en la iglesia de Santo Ildefonso.

Se�orJos� Augusto Pinto de Magalhaes,

aqu� representado por su
procurador legal, Marcelino de Matos,

�Quiere recibir a Francisca Owen,
aqu� representada

por su procurador legal Jos� de Melo
e Silveira, como su leg�tima esposa,

seg�n el rito de la Santa Madre Iglesia?

Quiero.

La se�ora Francisca Owen, aqu� representada

por su procurador legal
Jos� de Melo e Silveira,

�Quiere recibir a Jos� Augusto
Pinto de Magalhaes,

aqu� representado por su
procurador legal, Marcelino de Matos,

como su leg�timo esposo, seg�n
el rito de la Santa Madre Iglesia?

Quiero.

Llueve.
Los novios ser�n felices.

�A qui�n escribi� Fanny
las malditas cartas?

A un espa�ol, dicen.

La calumnia necesita imaginaci�n,
para hacerse perdonar.

Hay mano de Camilo en todo esto.

�Un espa�ol!
Es, obviamente, idea suya.

Las palabras escurren
por la memoria de la gente

como el agua por los azulejos.
Dejan m�s suciedad que la que lavan.

En ese mismo d�a en la �Casa da
Capela�, en Santa Cruz do Douro.

Se�ora, el se�or ha mandado
decir que se iba a Oporto,

que no esperara por �l.

Muy bien. Pod�is iros a dormir.

- Buenas noches, se�ora.
- Buenas noches, Franzina.

Fanny hablaba muchas veces
con una pariente de su madre,

de la familia Rocha Pinto.

Los animales son m�s felices,
el instinto no les miente.

Con nosotros,
cuando el instinto nos acerca,

aparecen los deberes, las
conveniencias, y cosas a�n peores.

A�n habr�n de ser muy felices.
Es una fase mala del matrimonio.

- Todos los matrimonios son as�.
- Que lo sean, pero...

�Qu� consuelo es ese para m�?
No quiero consuelo.

Quiero morirme y acabar� por morirme.

Tengo un destino que cumplir
y habr� de cumplir ese destino.

No se puede vivir
solo por los sentimientos, Fanny.

No, no puedo. Eso a que llaman
poes�a, es una locura.

Lo que existe es energ�a, materia,
sangre y cuerpo.

Nada le hablar� de m� si �l no me siente.

Yo quer�a vencerle, atarle a m�,
robarle a todo, a �l mismo.

Robarle a los padecimientos que son suyos.

A la codicia que su coraz�n siente
portodo lo que es �l.

Le dar�a, a cambio,
un amor abrasador y sin final.

Como hoy no le vea, me muero.

Fanny, Fanny.

�La infelicidad es un don raro!

Espere.

Son ellos, y no siento alegr�a.

�Que coraz�n tan absurdo!

Cuando me creo menos alejada
de �l, ya valoro menos a mi amor.

Ya han llegado los hombres
a casa. Buenas tardes.

Cuando los hombres llegan a casa,
hasta la le�a verde arde.

�C�mo est� el tiempo, ah� fuera?

Sabemos que hace viento, viene del mar.

No me escuchan. En este momento,
podr�a confesar un crimen,

que no tendr�a, ni jueces ni carrasco.

La pasi�n hace de los pecados,
asuntos poco importantes.

�Qu� mirada tan bonita!

Si los �ngeles son inteligencia
pura, deben mirar as�.

�Hombres y mujeres!

C�mo me gustar�a
ser un �rbol en una carretera,

en vez de la buena esposa...
del se�or marido.

De nuevo en la casa de Lodeiro.

Hermana, la veo muy cansada,
tiene que cuidarse.

Sabe, hermana, esa obstinada
actitud de mi padre,

la de prohibirme que me
escriba con los m�os,

sobretodo con mi madre, me tiene triste.

Hoy mismo he recibido,
devuelta, una carta m�a.

Las cartas me son devueltas sin abrir.

Es Mar�a que me las reenv�a, con su letra.

Es mejor que quite de su casa a Franzina.

- Venga, �Por qu�?
- Act�a de modo muy inconveniente.

�Hermana, t� no ves como mira
a Jos� Augusto?

- �Qu� tiene eso de malo?
- No diga que no la he advertido.

�No te acerques tanto a m�,

hueles mal!

�Est�s mejor, Franzina?

Dios te ayude, hija m�a.
Eres tan joven.

No pienses en nada con
el coraz�n descontento y cerrado.

�Ah, querida, querida!

Cierto d�a, Fanny vio una carta
en manos de Jos� Augusto

y reconoci� la letra de Mar�a.

No, pero dame esa carta.

�Qu� te pasa?
Es una carta

- como cualquier otra.
- Ninguna carta se parece con otra.

Unas son palomas, otras son cuervos.
Yo s� de quien es esa carta.

Saber tanto mortifica.

�Fanny!

�Fanny m�a!

A la diosa del amor le suele
gustar la malicia.

El remedio para la malicia
es dejar... es sufrir.

Por donde paso, dejo la marca
de un crimen. �Maldito sea!

�No somos infelices, verdad que no?

Viivimos ferozmente nuestra felicidad
eso es lo que pasa.

�Amas a otra?

Si amas, yo soy amiga de ella.

Le bordar� un chal, para que ella
lo use en el teatro, a tu lado.

No, no quiero hacer eso.

Tendr�a de sertodo dibujado con sangre

y traspasado por agujas,
que yo sacar�a de mi coraz�n.

�Te hago tanto mal?

�Por qu� no sales? Como antes,
que ibas hasta el r�o,

ese que corre por all�. Es un r�o
peque�o, no es un r�o grande.

Dec�as que estaba hecho de tus l�grimas.

- Fue hace tiempo, Fanny.
- Entonces vete con tu caballo,

a correr por la sierra, por el medio
del pinar, donde, como grites,

el viento se lleva tu voz hasta el mar.

Vete, cuando est�s lejos, mi coraz�n
solo tiene espacio para tu regreso.

Los celos desaparecen,
como un perro apedreado,

y la desesperaci�n se esconde,
con verg�enza.

Te espero, y eso es todo lo que me importa.

Fanny, los hombres
no quieren ser amados as�,

no est�n hechos para un amor as�.
Eso nos humilla.

- �De qui�n es la carta?
- �La carta? �Mujer obstinada!

�ngel de peligros y malicias.
Eso es lo que t� eres.

�Es por eso que vivo as�, presa y vigilada?

�Es por eso que detr�s
de cada puerta tengo a un esp�a?

Saben si estoy triste, si estoy contenta.

Si como carne o si desprecio el vino.

Saben todo y van a contar todo.

�A qui�n? �A qui�n?

Camilo tiene en esta casa, criados
que son m�s suyos que tuyos.

Les paga para saber como vivimos.

Ma�ana dir� que tu me pegas,
y todo Oporto lo sabr�.

Toma esta carta, para que ella te
queme el aire que tienes en el pecho,

el mismo aire con el que produces
palabras tan detestables.

Fue Fanny quien tuvo la idea de que
se fueran al Bom Jes�s do Monte

a pasar una temporada.
Camilo fue a verles.

- �Qu� sorpresa! Parece mucho mejor.
- No lo estoy.

Para las cosas del coraz�n no hay
curas. S�lo fases del mismo mal.

�Qu� lee, Fanny?

Byron, la lectura favorita de Jos� Augusto.

Bien, escuche:

Cuando ni siquiera se fue,
ni jam�s se va a ser... amantes.

La tierra no ofrece absolutamente
ninguna amistad comparable

a la de mujer.

Byron es el evangelio de los ego�stas.

�Ella amaba el marido o,
por lo menos, ella cre�a amarle.

Pero, este amar le exig�a un esfuerzo,

�Una penosa obligaci�n!

Ella no ten�a ning�n motivo
para quejarse, o censurarle

nada de cuestiones o ri�as dom�sticas.

Esta uni�n era un verdadero ejemplo,
serena y noble, pero fr�a�.

Don Juan y la casta Adelina.

�Esta amistad que el hombre
siente por el hombre,

ella era tan capaz de eso,
�Como ninguna otra mujer

jam�s lo fuera!�.

�Fanny! Lo que le est� ocurriendo
es horrible.

�Nadie duda que en esto, como
ocurre con las leyes de la sangre,

la secreta influencia del sexo,
no ejerza su inocente poder�.

�Fue �l quien la convenci�
de esa monstruosidad?

- �Fue �l que la convenci�?
- De ning�n modo.

Una mujer es capaz de todo,
con un pie sobre el coraz�n.

- Fue usted que me dijo eso.
- Est� perdida, Fanny.

Conozco ahora a un demonio
que se llama obstinaci�n.

El bostezar se ha hecho
mi emoci�n m�s aut�ntica.

He aprendido que se puede usar
m�s vivacidad en los afectos

cuando nos alejamos de las pasiones.

Toda la gente deber�a saber esto.

Deber�an ense�arlo en las escuelas.

Nadie me puede incriminar
por lo que siento.

Camilo fue a visitar a Manuel Negrao
a la Quinta do Mosteiro.

�Fanny est� muerta?

La he visto hace poco.

Tiene el olor nauseabundo de cad�ver,
y aquellos ojos que tu conociste

son transparentes como los
de las lechuzas... transparentes.

- �No ser� tanto as�!
- Lo es. Y todo aquello me da pena.

All�, no hay nadie con una
salud mental perfecta.

Todos lloran, y han ca�do
en un abatimiento profundo.

Las vidas mortificadas
tienen una compensaci�n.

Acaban con una sonrisa, como t� dices.

Pero yo pod�a haber acabado, con
una sonrisa, a los diecis�is a�os,

- muy lejos de una vida mortificada.
- Morir�as como un h�roe,

que es la �nica manera de pagar
todas las deudas.

Rangel estaba cargado de deudas,
y fue por eso que dio la vida,

- al lado de Macdonnell.
- Es posible.

El �miguelismo� no fue Don Miguel.
Fuimos nosotros, los irrealizables.

Cuando Jos� Augusto
vino con Fanny a Oporto,

y se alojaron en el hotel �Barth�s�.

Fue ya bastante reluctante
que Camilo les visit�.

Si se pone a llorar as�, m�s valdr�a
que no me hubiese reconocido.

�Qu� le pasa, Fanny?

�De qu� sufre?

Nadie me dice nada.

No es grave. Es un dolor, aqu�,
por debajo del ri��n izquierdo.

Y ha afectado al pecho. De ni�a
ya estuve enferma del pecho

y tos�a mucho. Tomaba jarabe
de amapolas, por la noche,

que me calmaba.

Est� muy d�bil.

Vamos a Madeira, a pasar una temporada.

�No quieres venir tambi�n?

No llegaron a salir del continente.
Jos� Augusto todav�a ten�a

la casa de Viilar de Para�so amueblada.

Cuando volvi� a la casa de Lodeiro,
Fanny se sinti� mal

y se quedaron por all�. Do�a Mar�a
Rita vino a visitar a su hija.

Fanny, Mar�a se va a casar.

�Qu� vestido llevar�?

El m�o habr� de ser de sat�n blanco.

Quiero que mi noche sea tan
brillante que deshaga las tinieblas.

No llore. �Ah, no me oiga,
y no llore!

Al esp�ritu de un enfermo
se le llama presunci�n.

- �No habr� hombre que me ame?
- �l te ama, Fanny. Te ama mucho.

Pero vosotros no sois personas vulgares.

El fuego arde en lo m�s profundo
de las cosas vulgares.

Mira, Jos� Augusto.

Empec� mal, pero no importa.
Yo regresar�.

Jos� Augusto.
�Hijo!

�Qu� es una persona vulgar?

Dime, Jos� Augusto.

Una vez pas� por una calle,
de esas, de las que nadie habla.

Por lo menos, delante de las chicas.

Pas� por all�, por equivocaci�n.

Para ir por el camino m�s corto.

Porque algo me arrastraba hac�a all�.

Y lo vi.

Sentadas a la puerta de las casitas
que parec�an palomares.

Vii, mujeres vulgares.

Ten�an, sobre la piel,
batas cortas de tela,

con ramitos de amores perfectos.

Y tantos lazos, cintas, flequillos y plumas

que parec�an grandes cunas,

preparadas para recibir a un ni�o,
hijo de pr�ncipes.

Eran vulgares. Ense�aban el deseo.

El pariente vulgar de la eternidad.

Te amo. Me quiero morir, antes
de que el misterio de nuestro amor

se haga un pecado banal.

Dile a Camilo, que me da pena
no poder amarle.

Si pudiese ser feliz contigo,
ver�a siempre una nube negra

sobre esa felicidad.
Ser�a su tristeza.

Me parece que el calor
de mi pasi�n te har�a ir m�s all�

de los l�mites del placer.

Yo quiero vencerte, Jos� Augusto.

Poseerte, robarte a todos

y a ti mismo.

A tu genio, a tu genio.

Te habl� de mi estrella.
Pero. �Qui�n ves t� en esa estrella?

La resignaci�n ser� f�cil.

�Sabes, Jos� Augusto?

Ya no sufro con los que sufren.

T� desgracia ya no me conmueve.

S�lo echo de menos a mi coraz�n,
que he perdido.

Jos� Augusto no est� aqu�, Fanny,
es el m�dico,

el doctor Joaquin Ferreira.

La memoria se ha ido con ella.

�Parece que hay algo!

�C�mo eran los zapatos que ella
llevaba cuando huy� conmigo?

�C�mo eran? �De pelica? �Con lazo
de seda? �De tejido de algod�n?

Si le echamos una gota
de cera bendita en el coraz�n,

se despertar�. Pero nadie
quiere llamar a los muertos.

- Tuve mucha culpa en todo esto.
- No, eso no es verdad.

Ella ten�a una tendencia,
era an�mica desde ni�a.

A los doce a�os lleg� a estar mal, me
parece que ten�a un pulm�n tocado,

- ya desde entonces.
- �Si yo estuviese seguro!

No me quedar�a este peso, este
remordimiento, esta oscuridad.

- Pero no puedes garantiz�rmelo.
- Eso, solo con la autopsia.

�De todos modos, un parecer m�dico!

Preferir�a verte afligido,
antes que impaciente.

Hay un ultraje cualquier
que te quema el coraz�n.

Hace unos tres d�as ped� a Fanny
para ver el diario que ella escrib�a.

Encontr� las p�ginas rasgadas.
Su misterio ya no resid�a all�.

�Y ni al menos puedo imaginar
que fue lo que tanto la hizo sufrir?

Hay un punto que quedar�,
para siempre, oscuro.

No obstante, le dio cr�dito,
al m�dico Joaquin Ferreira,

en su famoso testimonio
sobre la virginidad de Fanny,

algo que �l mismo, Camilo,
le pide que verifique.

El episodio de la autopsia
hace suponer que Jos� Augusto

quiso certificarse de que Fanny
hab�a tenido un pasado.

- �Te doy miedo, chica?
- No, se�or.

Es solo que me impresiona entrar aqu�.

Es un coraz�n,

un m�sculo parado, como un reloj parado.

No te impresionabas cuando
pod�as sentirle batir en su pecho,

en el pulso. Y entonces,
ah� s�, s� que era asustador.

De �l sal�an cosas espantosas:

El destino de un hombre, y de m�s, incluso.

La verdad absoluta y vengativa,
tambi�n se fabricaba all�.

E incluso Dios, en su trono,
all� dentro se constru�a,

como una obra de ingenier�a,
un puente o una calzada.

Ahora, m�rale.

Est� limpio, inofensivo,
sin olor y sin fuego,

sin nada que cause desorden en el mundo.

D�jeme ir, Se�orJos� Augusto.

Tu se�ora... �Te gustaba?

Era una buena se�ora.

Pero no la amabas.

Era un �ngel, pero no le amabas.
Ten�a virtudes, talentos,

belleza maravillosa.
Pero todo eso, para ti, era in�til.

No, no tengas prisa, esp�rate ah�.

�Qu� hace que amemos a alguien?

Viivimos despedazados,
buscando a nuestros cuerpos,

que est�n esparcidos portodo el mundo.

Grita el vientre
que quiere olvidar el pecado,

gime el h�gado que quiere
pegarse al costado derecho.

Y el coraz�n, en mil pedazos,
entra en los callejones m�s oscuros

y pregunta donde est� la sangre
que lo compone.

- �Te doy miedo, chica?
- No, se�or.

Es solo que me impresiona entrar aqu�.

Es un coraz�n,

un m�sculo parado, como un reloj parado.

No te impresionabas cuando
pod�as sentirle batir en su pecho,

en el pulso. Y entonces,
ah� s�, s� que era asustador.

De �l sal�an cosas espantosas:

El destino de un hombre, y de m�s, incluso.

La verdad absoluta y vengativa,
tambi�n se fabricaba all�.

E incluso Dios, en su trono,
all� dentro se constru�a,

como una obra de ingenier�a,
un puente o una calzada.

Ahora, m�rale.

Est� limpio, inofensivo,
sin olor y sin fuego,

sin nada que cause desorden en el mundo.

D�jeme ir, Se�orJos� Augusto.

Tu se�ora... �Te gustaba?

- Era una buena se�ora.
- Pero no la amabas.

Era un �ngel, pero no le amabas.
Ten�a virtudes, talentos,

belleza maravillosa.
Pero todo eso, para ti, era in�til.

No, no tengas prisa, esp�rate ah�.

�Qu� hace que amemos a alguien?

Viivimos despedazados,
buscando a nuestros cuerpos,

que est�n esparcidos portodo el mundo.

Grita el vientre
que quiere olvidar el pecado,

gime el h�gado que quiere
pegarse al costado derecho.

Y el coraz�n, en mil pedazos,
entra en los callejones m�s oscuros

y pregunta donde est� la sangre
que lo compone.

Es bueno saber que no te hago sufrir,

la libertad es esto.

��Me est� impresionando mucho
una mariposa negra

que lleva toda la noche
volando a mi alrededor!

�Qu� ser�? �Qu� ser�?

En los d�as de gran tristeza,
en aquellos en los que sent�

que me faltabas, estaba esta casa
llena de mariposas blancas.

�Y mi coraz�n quedaba agradecido
por esta aparici�n!

�Oyes?

�Oyes?
Es nuestro amo.

�Y? �Si le apetece, por qu� no habr�
de pasearse por la fresquita?

Dicen por ah�, que parece el hombre
lobo, con los ojos como tizones,

y las patas del caballo que van
haciendo fuego en las piedras.

D�jales que hablen.

Caro Raimundo,

he recibido tu carta,
que mucho me ha gustado.

En esta situaci�n no hay nada
que disminuya el sufrimiento.

Yo creo que esta herida no podr�
cicatrizar, a no ser en la tumba.

Entonces s�, porque la idea de irme
a donde se fue aquel �ngel de virtud,

se me hace agradable.
�Estoy viviendo solo!

El rector de esta comarca viene,
a veces, a hacerme compa��a,

y yo voy intentando enga�ar mi
sufrimiento. �Pero esto dura poco!

�Todo esto no aconteci� en vano,
porque, de ahora en adelante

la vida se me har� pesada!
Pretendo irme a Lisboa, por tierra,

pero antes informar� de eso,
me quedar� todo el mes.

Como ves, la partida no me duele.

Piensa, �C�mo voy a vivir este a�o,
acord�ndome del a�o pasado?

�Pero, y como habr�a de olvidarme?

El mundo es as�,
la vida tiene estas alternancias,

pero yo he sido demasiado infeliz.
Adi�s. Dame noticias tuyas

y agradece a tu esposa por su amable carta.

Pido perd�n por no contestar,
pero la prisa del correo y mi estado

no siempre me lo permiten.

Ser� siempre tu hermano y amigo,

Jos� Augusto.
Viilar de Para�so, 12/8/54

Mi querida hermana, parto hoy
para Lisboa en el �Cysne�.

Me siento mal, de cuerpo y alma.
Dele saludos m�os a Raimundo,

y d�gale que le espero en Lisboa.
Le ofrezco este retrato,

de m� y de su amiga.
Yo no puedo ser amigo,

m�s que de los que respectan
la memoria de aquel �ngel.

En cuanto llegue, escribir�.
El otro retrato, le pido

que lo ponga en el sal�n,
en donde antes estaba.

Siempre amigo suyo y muy agradecido,
Jos� Augusto

Oporto, 9/9/54

Jos� Augusto fue a buscar a Hugo Owen,

al hotel en que se instalara, en Lisboa,

con la intenci�n de rebuscar mejor
en el pasado de Fanny.

Y, porque soy uno de esos hombres

para quienes el amor es fuente de vida,

tengo el derecho
de conocer mejor el pasado de Fanny.

No me entristezca con la memoria de Fanny.

Su sentido de la humanidad
no coincide con el m�o.

Usted es un ejemplo
del estado ca�tico de la sociedad:

lleno de grandes principios
pero sin esp�ritu para aplicarlos.

Mucha sensibilidad
y un ego�smo que la oculta,

discursos llenos de pompa
y una pr�ctica miserable.

�Hay organizaciones tan imperfectas
que su existencia

ser�a imposible de creer
si no se viesen, todos los d�as,

pruebas evidentes de esta gran verdad!

�Si me preguntase lo que soy,
me ver�a en terribles aprietos!

�Soy incomprensible, esto es
lo m�ximo a que consigo llegar!

Pero ahora, no es de m� que se trata.
Es de Fanny y de su misterio.

Dejemos caer el silencio sobre
esta historia loca que fue su vida,

y la de mi hermana consigo,
y ser� posible que ella

a�n le sirva para algo.
�El misterio de Fanny, dice usted!

Si realmente hubo misterio,
d�jele llegar a su madurez.

Quiz�s llegue a ser materia fecunda,
dentro de muchos a�os.

No nos corresponde a nosotros descubrirlo.

Dame, con total exactitud,
los pormenores de lo ocurrido.

- Ya sabes que �l ha muerto.
- �Ha muerto, qui�n?

�Un poeta m�s? En esta �poca
del a�o, se mueren mucho.

La disenter�a del alma les atrapa, y adi�s.

D�jame o�r, Viieira de Castro,
que la muerte de un amigo

es algo serio.

Solo hay dos cosas serias,
el honor y el dinero.

La muerte no pasa de un accidente moral.

Tr�iganos co�ac.

Un accidente con motivos, Vieira de Castro.

La verdad es que su muerte
levant� sospechas.

Jos� de Melo ha escrito a Raimundo,
pidiendo esclarecimientos

sobre lo que ha ocurrido.

�l piensa, y todos nosotros
estamos de acuerdo,

que hubo algo poco vulgar.

�Por qu� estaba el hermano de Fanny

en el mismo hotel
en el que Jos� Augusto muri�?

Todo lo que s� es que Jos� Augusto
representa la sociedad,

exactamente como ella se encuentra.
Talento sin sentido com�n,

barbarie mezclada con cultura,

sensibilidad y el m�s marcado ego�smo.

Creo que �l no quiso suicidarse.
Tom� un poco de opio para calmar

aquella agitaci�n que siempre ten�a.
Y la dosis, por lo que parece,

no era superior a la que usaba
en otras ocasiones.

Pero el resultado fue fatal.

Los resultados de todas las cosas
del mundo son siempre fatales.

Si �l sobreviviese,
eso tambi�n ser�a fatal.

Nada corrompe la fatalidad.

Si la fatalidad fuese una mujer,
yo me casar�a con ella.

Si alg�n d�a escribiera sobre el caso,

dir�a que muri� de una fiebre cerebral.

Es m�s elegante,
y a los lectores les gusta.

�Oiga!
Traiga m�s co�ac.