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MUERTE EN EL NILO

- Lo siento.
- No pasa nada, cari�o.

Es incre�ble
que me hayan hecho eso.

Lo s�... lo s�...

- Todo lo que toco...
- �Eso, ni lo pienses!

Nos tenemos el uno al otro
y toda una vida por delante.

Estoy arruinado, Jackie.
�Qu� futuro nos espera?

Tengo unos ahorros.
Con eso pasaremos un tiempo

y ya pensar� en algo, lo prometo.
Te lo prometo, cari�o.

Nos queremos
y eso es lo que importa �no?

Ha tenido muy mala suerte.

Cuando est�bamos en la escuela
en Par�s

su padre se fug� con una mujer

y luego su madre perdi� toda
su fortuna en la gran depresi�n.

Jackie se qued� sin un c�ntimo.

No s� como se las ha arreglado
todos esos a�os.

Oh, algo tendr�, supongo.

Le he ofrecido ayuda,
pero no quiere saber nada.

�No es horroroso tener amigos
con dificultades?

Te ves obligada a pasar de ellos.

Parec�a estar muy contenta
pero siempre lo parece.

Es su costado latino.

Los chicos vuelven del paseo.
Esos machos ingleses...

Tim y t� parec�is congeniar mucho.
�Est� pasando algo que yo no sepa?

�No, por todos los santos!

La �nica mujer en la vida
de Tim Allerton es su mam�.

Para mi gusto,
todo demasiado S�focles.

� Y qu� pasa con el buen Lord?
�Sigue suspirando por ti?

No es de los que suspira.

Seg�n dicen los columnistas
de chismorreos,

ya vas camino del altar.

�Oh, no, todav�a no,
de ninguna manera!

Bueno, con �l no, claro.

- Pero cari�o, es tan apasionado...
- Yo tambi�n.

�Son divinas! Apostar�a
a que valen m�s que la casa.

Belleza y dinero.
No s� porque me gustas.

Joanna, cari�o,
a ti no te gusta nadie.

�Ah, no? Pues vaya...

�S�?

Mademoiselle de Bellefort
vendr� a cenar.

Gracias, Louise.

�Qu� le pasa a esa chica?

El pillastre de su novio
tiene problemas con la ley

y, no vas a creerlo,

ella me ha pedido
que le preste para la fianza.

Le he dicho que de ninguna manera

y que, la verdad, la c�rcel
es lo que el chico se merece.

- Oh, vaya.
- Lo superar�.

Perm�teme.

Dios, me pregunto
que es lo que quiere Jackie.

�En serio, cari�o, estoy prometida!

�Era eso! � Y con qui�n?

Se llama Simon Doyle

y es grande y masculino
y deliciosamente simple.

Ha estado trabajando en la City

pero como ahora
est�n recortando gastos

pues, se ha quedado sin trabajo.

�Oh, Linnet, me morir�
si no puedo casarme con �l!

- �Simplemente, me morir�!
- �Querida m�a, lo tienes mal!

Cuando me enter�
de que hab�as comprado este lugar

pens� que necesitar�as
un administrador y me dije: �Sim�n!

�Oh, cari�o, es el tipo perfecto!

Le encanta el campo
y de fincas lo sabe todo,

adem�s si no te convence, tienes
perfecto derecho a despedirle.

�Dime que lo har�s, Linnet!
�Por favor!

�Oh, sab�a que no me fallar�as!

Queremos ir a Egipto de viaje
de novios. �Te lo imaginas?

Pasear por una avenida de esfinges
con el hombre que amas!

�Puede haber algo m�s rom�ntico?

Tr�elo un d�a
y le echar� un vistazo.

- Bueno, la verdad, est� aqu�.
- �C�mo?

Por si le aceptabas.
Te va a encantar.

Sim�n.

Te presento a Sim�n Doyle.
Sim�n, esta es Linnet Ridgeway,

la amiga m�s maravillosa
que nadie pueda tener.

Pero, bueno, �no es encantador?

Egipto. Tres meses despu�s.

�No es ese Hercules Poirot?

�Te refieres a ese tipo enano
que se arrastra por las escaleras?

Creo que eres muy poco amable.

�Qu� diantres est� haciendo aqu�?

Me encantar�a salir a bailar.

�... pero qui�n de todo el planeta
va a querer bailar contigo?

- Bueno, tal vez alguien si...
- Cuando los cerdos vuelen.

Recuerda, querida,
el porque est�s aqu�...

- Para ser �til, prima Marie.
- Exacto.

Despu�s de prepararme la cama,
ir�s a buscarme el ponche...

�No ir�s a ponerte gru��n,
verdad, querido?

- Si hubiese m�s gente joven...
- �Para qu�?

Bueno, te gustar�a
que Joanna estuviese aqu�.

No, la verdad.

No me importar�a
no volver a verla m�s.

No necesito a Joanna si est�s t�...

Oh, cari�o.

- �Dios m�o! �Has visto eso?
- �Habla m�s bajo!

Es tan vieja
que podr�a ser su madre.

Es su madre.
Voy a tomar el aire.

Merci.

- Monsieur Poirot...
- Madame...

- Salom� Otterbourne.
- Enchant�.

�Oh, ese encanto galo! Ustedes
los franceses son tan as�...

Soy belga, madame.

Me pregunto si le gustar�a echarse
un meneillo conmigo.

�Meneillo?

S�, ya s� que no deber�a
pedirlo yo,

pero ahora ya estamos liberadas.

Siempre he apoyado
al feminismo, �sabe?

�Est� en viaje de trabajo?
�Alg�n asunto grave que resolver?

Pues no, madame.
Me gustan las vacaciones.

�Es b�sico, n'est-ce pas,
irse de Londres en Enero?

�Pobre hombre!
Ya le tiene en sus garras.

Estoy aqu� por el ambiente local.

Mi nuevo libro
'Nieve en el desierto'

transcurre en esta zona.

Seguro que va a causar otro
esc�ndalo pero no importa,

s�lo cuento la verdad. �Por qu�
todo el mundo teme tanto al sexo?

�Las estrellas del espect�culo!

Veo que no tiene
ni la m�s m�nima verg�enza.

Oh, est�s tan pasada de moda.

Debo admitir que es bastante mona.

Linnet Doyle es la �nica
heredera en Inglaterra

que no tiene cara de caballo.

- Hola Andrew.
- Espectacular. Por aqu�.

Seg�n parece todo el mundo que
es alguien est� en Egipto ce soir.

La atracci�n del lujo, sin duda...

- �Te acuerdas de Sim�n?
- S�.

Incre�ble, �verdad?

Millones de desempleados,

un loco que se har�
con el poder en Alemania

y tan s�lo se publica

que una ni�a mimada
dej� plantado a un Lord

y se li� con el novio
de su mejor amiga.

Hay gente que lo tiene todo.

Depende de lo que consideres
que vale la pena tener.

- Hola Simon
- Hola, �qu� tal?

- Muy bien.
- Hola, Tim.

Linnet, est�s maravillosa.

Te presento a Andrew Pennington,
mi administrador americano.

Nos tropezamos con �l en El Cairo.

Oh, s�, qu� coincidencia.

Mam�, seguro que a Monsieur Poirot
le gustar�a descansar un poco.

No, no, no, no, no,
creo que es una buena idea.

Porque, no, no, no, no, por favor,

porque la cena
no parece querer asentarse.

- Si me perdona...
- Por supuesto, monsieur.

Lo reanudaremos tr�s bient�t.
Au revoir.

�Linnet! �Qu� sorpresa
tan simplemente divina!

No paramos de encontrarnos,
�verdad?

Hola, Simon. Pareces algo cansado,
cari�o. Te est� agotando, �no?

Agarrale fuerte, querida.
Es un tipo escurridizo.

�Hasta la vista!

- �Est�s bien?
- Muy bien.

Mademoiselle...

Espero que mi madre
no le haya cansado.

En absoluto...

Conozco lo pesada
que puede llegar a ser.

Linnet Doyle es muy bonita,
�verdad?

- Oui, mademoiselle.
- Y muy rica, tambi�n.

He le�do todo lo que publican
los peri�dicos sobre ella,

he visto sus fotos en todas partes,

pero nada puede prepararte para
lo bonita que es en carne y hueso.

Creo que jam�s he odiado tanto
a nadie a primera vista.

- No todo lo que brilla...
- En su caso, no.

La vida no es justa,
Monsieur Poirot.

�La vida no ha sido justa
con usted, mademoiselle?

Ya ha conocido a mi madre.

Monsieur Poirot.

- No quer�a asustarle.
- No, no...

...pero tengo muchas ganas
de hablar con usted.

- A su servicio, madame.
- �Acaso sabe usted qui�n soy?

Oh, s�,
s� exactamente quien es usted.

Voy a ir directamente al grano:

soy v�ctima de una persecuci�n
intolerable.

�Una persecuci�n?
�Podr�a darme m�s datos?

Es muy sencillo.
Antes de conocerle,

mi marido estaba prometido
con una amiga m�a,

Jacqueline de Bellefort.

No se aven�an mucho y �l rompi�.

Ella, y siento decirlo,
se lo ha tomado muy mal

y por puro despecho, ha decidido
seguirnos a todas partes.

Y supongo que est�n aqu�
de luna de miel.

Exacto. Primero apareci�
en Venecia, luego en Brindisi,

despu�s en El Cairo y ahora aqu�.

No se le deber�a permitir
seguir con eso.

No obstante,
est� en su perfecto derecho.

�Perdone, pero no ha visto c�mo
se ha comportado ahora mismo?

S�, pero la verdad es que
no la ha amenazado

y no le ha causado
ning�n da�o f�sico.

No, es evidente que ella est�
muy agraviada, madame.

Si est� insinuando
que le rob� el novio a mi amiga,

le aseguro que est� equivocado.

Ella le quer�a, s�,

pero sus sentimientos
no eran correspondidos.

Incluso antes de conocerme, �l
sab�a que hab�a cometido un error.

�Pero no hubo un momento

en el que se dio usted cuenta
de que pod�a escoger?

Usted lo tiene todo,
pero su amiga,

por lo que conozco,
s�lo le ten�a a �l.

No, perdone mi impertinencia,
madame,

pero sospecho que debe usted
sentirse algo culpable.

Tal vez podr�a usted
tratar de hablar con ella.

Madame, estoy de vacaciones.

Seguro que podr�amos llegar
a un acuerdo.

No, madame.
Estoy seguro de que no.

Perdone.

Nos ha amenazado
de muerte, �Lo sab�a?

Pero claro, tiene una cierta
tendencia a dramatizarlo todo.

Supongo que ha presenciado
usted el espect�culo.

- Oui, mademoiselle.
- Me temo que he perdido la cabeza.

En este sitio sirven
unos Martinis de lo m�s letal.

Debe enterrar a sus muertos,
mademoiselle.

�Le ha enviado la Sra. Doyle?
Ya le ha contratado, �verdad?

Me lo ha propuesto, as� es,
pero lo he rechazado.

Piense usted en el futuro.

- �Oh, a ella le encantar�a!
- Estoy pensando en usted.

Tiene toda una vida por delante.

- Simon es mi vida.
- Veo que le amaba mucho.

�Nos am�bamos, Monsieur Poirot!
Y Linnet era mi mejor amiga.

- �C�mo ha podido hacerlo?
- Es cosa de dos.

Ella sab�a perfectamente
lo que estaba haciendo y �l cay�.

Una de las mujeres m�s ricas
de Inglaterra,

no tuvo que pensarlo mucho. �Sabe?

Est�bamos planeando venir aqu�
de luna de miel.

- �l me quiere, Monsieur Poirot.
- �Incluso ahora?

No, ahora no.
Creo que ahora me odia.

Bonita, �verdad?

La verdad es que soy
una buena tiradora.

Mi padre me ense��.

Debo admitirlo,
me pas� por la cabeza usarla

pero luego pens�, no.

Ser�a mucho m�s divertido
seguirles a todas partes

y cuando pensasen
que estaban seguros y relajados,

ah� estar�a yo,
como el fantasma del banquete.

Ponga fin a eso ahora mismo.

� Y dejar que se salgan con la suya?

No abra su coraz�n al mal,
mademoiselle.

Si lo hace, no podr� volver atr�s.

Me lo ha quitado todo,
Monsieur Poirot.

Quiero hacerle da�o,

quiero poner mi pistola en su sien

y apretar el gatillo
muy lentamente...

Dios m�o, tengo tanto miedo...

- �Qu� pasa?
- All�... alguien estaba escuchando.

- No veo nada...
- Creo que se han ido.

No puedo hacer lo que me pide
Monsieur Poirot.

- Buenos d�as.
- Bonjour Monsieur Doyle.

- �Madame c�mo est�?
- �Como un roque!

Ha dicho que quer�a dormir
un poco m�s.

No le apetec�a desayunar. Esto...

�Ha podido hablar con Jacqueline,
con la se�orita de Bellefort?

Oui.

� Y ha conseguido hacerla entrar
en raz�n, o...?

No. No. Me temo que no.

�Las chicas decentes
no hacen esas cosas!

�Aparte de lo mal
que est� quedando,

est� destrozando los nervios
de Linnet!

� Y los suyos, Monsieur?

�Oh, me encantar�a
retorcerle el cuello!

Entre nosotros, Monsieur,
he maquinado un plan.

Estoy haciendo correr
que Linnet y yo

nos vamos a quedar
un par de d�as m�s,

pero en realidad he reservado
plazas para el crucero por el Nilo

que zarpa ma�ana por la ma�ana,

por supuesto,
con nombres ficticios.

Por supuesto.

Entonces simularemos
que nos vamos de excursi�n,

le criada se ocupar� del equipaje

y embarcaremos
en el �ltimo momento, �ya est�!

Cuando Jacqueline se de cuenta
de que no regresamos

ya ser� demasiado tarde.

- �Qu� le parece? �Funcionar�?
- Es una chica lista, monsieur.

Ya veremos. Por mi parte,
tambi�n estar� en el crucero.

- �En serio?
- Oui.

Oh, no por... , en fin, espero,
que no por culpa nuestra...

No, no, no, no. En absoluto.

Hago mis planes
con mucha antelaci�n.

Es la manera de triunfar
en la vida �n'est-ce pas?

S�, eso creo...

�Qui�n es ese caballero?

Ah, es un tipo llamado Pennington,
administrador de Linnet.

Le encontramos por casualidad
en El Cairo.

Debo confesar que le supo muy mal
saber que nos hab�amos casado.

�Se sienta con nosotros?

No, no, no, no, no,
pero se lo agradezco mucho.

Ha sido muy agradable charlar
con usted. Me llama el desayuno.

�No es ese nuestro ba�l?
�Crees que ir� bien?

�Vaya!

Bienvenidos.
Bienvenidos al Karnak.

Oh, lo siento mucho.
�Me permite?

�Fuera! �Fuera! Que no toquen
el equipaje. No se lavan.

�Dios m�o! Es una tumba flotante.
�Vas a tirarme al agua!

�Oh, por todos los santos!

Oh, es precioso.

�D�nde est� el resto del equipaje?

Lo he dejado con un hombre.

Merci.

Mademoiselle.

Este sitio tiene algo raro,
�verdad?

Algo inquietante,
a lo que no puedes resistirte.

- Oui.
- No sab�a que tambi�n ven�an.

�Oh, esto es el para�so, cari�o!

�Cari�o!
Cre�a que os qued�bais en el hotel.

�Bien, qu� suerte!
�Seguro que nos vamos a divertir!

No nos quiso ayudar,
Monsieur Poirot

y ya ve lo que ocurre.

No tengo nada que ver, madame.

�C�mo ha podido saber
que estar�amos en el barco?

�Acaso est� sugiriendo...?

No sugiero nada, monsieur,
pero voy a decirle algo:

todo el mundo me odia, �sabe?
Estoy rodeada de enemigos.

�Qu� forma de mirar! �Con todo
lo que hemos hecho por ellos!

- �Ah, monsieur Poirot!
- Madame. Monsieur Allerton.

A ver, Sr. Poirot, �podr�a
ayudarme a identificar

un par de nombres
de la lista de pasajeros?

Este Doctor Bessner, por ejemplo.

All�, madame.

Ah, s�. El gordito de cabeza
rasurada y mostacho a lo Bismarck.

- Alem�n, sin duda.
- No, creo que austr�aco.

Un cabeza cuadrada,
a fin de cuentas.

Entonces, por eliminaci�n,

el joven caballero
de aspecto trist�n

debe ser el se�or Ferguson.

S�. Un intelectual progresista,
seg�n tengo entendido.

Un bolchevique fan�tico, m�s bien.

Bueno, por ese tipo
s� que har�a cualquier tonter�a.

- �Mam�!
- �Esa mand�bula implacable!

Y tan rico.
Como la mayor�a de los de aqu�.

�Oh, que fea es!
Como reci�n salida de la tumba.

- �Oh, es preciosa, �verdad?
- Se�ora.

Sabe perfectamente bien
como hacer una entrada.

- Buenas noches, mademoiselle.
- Buenas noches monsieur Poirot.

�Le sorprende que haya venido?

Sorprendido no, lo lamento.

Ha escogido un camino
de lo m�s peligroso, mademoiselle.

No creo que sea capaz de dar
marcha atr�s, a�n pudiendo.

Bueno, una debe seguir
su propia estrella.

El amor no lo es todo.

�Oh, s� lo es, lo es!

Usted debe saberlo,
Monsieur Poirot.

Seguro que lo entiende.

Es terrible, mademoiselle, todo
lo que me he perdido de la vida.

- Buenas noches, monsieur Poirot.
- Buenas noches.

Vaya, Mademoiselle Robson, �su
compa�era no ha venido a tierra?

Bueno, la prima Marie
ha de tener mucho,

mucho cuidado con su salud,

pero ha sido estupendamente amable
y me ha dicho que viniera.

- Ha sido muy amable.
- Oh, s�, lo ha sido.

Y adem�s ha sido tan maravillosa
que me ha tra�do de viaje.

Tengo tanta suerte.
Siempre hab�a so�ado con viajar.

Es sorprendente,
�alguna vez en toda su vida...?

Es casi milagroso lo que el hombre
puede llegar a crear...

Mucha gente ha muerto
construyendo todo eso.

O sea que usted preferir�a
que no hubiera esfinges,

ni tumbas, ni templos...

Lo que importa es la gente,
no las piedras.

�Dios santo,
para que serv�a todo eso?

No lo hab�a pensado nunca. Tal vez
eran sus enanitos de jard�n.

No est� mal, Simon,
pero algo desviado.

La verdad es que una esfinge era
un monstruo de la mitolog�a griega,

con cabeza de mujer, �veis?
y cuerpo de leona,

y pon�a... oh, �no quer�is saberlo?
Pon�a acertijos a los viajeros...

y mataba
a los que no los acertaban.

S�lo tiene que firmar aqu�.

Esto es el contrato de cesi�n del
apartamento de la Quinta Avenida.

- S�.
- Bien.

S�lo hay que firmar aqu�.
Es todo correcto.

Seguro que s�,
pero me gusta leerlo todo.

Uf, jam�s he le�do
un documento legal en toda mi vida.

- �Pero qu� descuidado eres!
- Es todo absolutamente correcto.

Tan s�lo un mont�n de jerga legal.

Me limito a firmar
en la l�nea de puntos.

Pues eso puede ser
muy arriesgado, �no lo cree as�?

Querida, si sigues a este ritmo,
vamos a estar aqu� todo el d�a.

- �Por qu� no seguimos luego?
- Creo que es una buena idea.

Empieza a hacer un calor
insoportable aqu� arriba.

�D�nde has estado?

Lo siento, prima Marie,
no lo encontraba.

Oh, la verdad
es que no tienes remedio.

- Soy muy tonta, �verdad?
- Ya lo creo.

Has olvidado la revista.

�De qu� sirve alguien as�?

Y la ni�a rica:

firma unos documentos
y tiene que descansar

porque
'hace un calor insoportable'.

� Y usted para qu� sirve,
Monsieur Ferguson?

Hago que la gente despierte.

Y por supuesto,
no voy por ah� como un fatuo.

� Y usted por qu� est� aqu�,
Monsieur Poirot?

- Estoy de vacaciones, �y usted?
- Estudio la condici�n humana.

- Oh, Monsieur Poirot.
- Madame.

Perdone. Es el movimiento.

No me acostumbro al balanceo.
�Todo ese arriba y abajo!

- Creo que lo mejor ser�a que...
- �D�nde estar� esa maldita chica?

...que volviera usted dentro,
madame.

Me deja que sufra,
hora tras hora...

�Oh, Dios, espero que no
naufraguemos, Monsieur Poirot!

Pensar que nos comer�n las carpas
y los bacalaos.

- Aqu� fuera corre peligro.
- �S�, s�!

Se puede caer por la borda.

Y terminar mis d�as
en brazos de Neptuno,

cubierta de percebes
como los restos de un naufragio.

No, no, no, no.

Sin duda, debe haber sido
una agradable sorpresa

encontrarse con Linnet Doyle
y ver que se hab�a casado.

S�, s� lo fue.

Pero la verdad es que me lo hab�a
comunicado por carta,

pero yo ya hab�a salido
de Nueva York en el Carmanic.

- �En el Carmanic?
- S�.

Entonces tuvo mucha suerte

al llevar consigo
todos sus documentos.

En realidad eso no le importa.

Pero si quiere saberlo,

hice que me los enviaran
despu�s de encontrarnos.

Y ahora si me perdona...

No te vayas a caer...

Y a la diosa Hathor
se la representaba a menudo

en forma de vaca alada, la que dio
a luz a todo el universo...

�Vaya, estar�a muy ocupada!

...pero a veces se la suele
confundir por Isis,

la que fue m�gicamente pre�ada
por el esperma de su propio hijo.

- �Esa s� que es buena!
- �Cornelia!

Perdone...

Una chica con preciosas curvas,
me encanta.

Oh, �cu�ndo veremos m�s pir�mides?

Supon�a que Egipto
estaba lleno de ellas.

�Largaos! Ya est� bien.
�Fuera, peque�os espantos!

�Qu� forma tan maravillosa
de ser recordado!

Tal vez haga construir una
en la finca.

T� tambi�n podr�as ser
enterrado en ella.

�Vaya!

As� los del pueblo tendr�an algo
de que hablar.

�Aagh!

�Dios m�o!

- Madame, monsieur...
- �Est�is bien?

�Bueno, es fascinante!

La diosa Hathor era una mujer
muy bella con cabeza de vaca.

Creo que es mucho mejor
que ser una vaca

con una bella cabeza de mujer.

Este lugar
est� lleno de historias as�.

- He pensado...
- S�, monsieur, lo s�.

S� lo que ha pensado.

�Tim, qu� ha pasado?

Bonjour.

Pardon.
Je ne comprends pas, monsieur...

- �Le he enga�ado?
- Oh.

�Poirot, viejo zorro!
�C�mo va la vida?

�Coronel Race!
�No puedo creerlo! �C�mo est�?

Me duele el culo,
se me comen las pulgas,

- Pero por lo dem�s, muy bien.
- �Qu� sorpresa encontrarle aqu�!

Bueno, he resuelto
algunos problemas locales:

nativos rebeldes, alg�n asesinato,
cosas as�.

- Va muy elegante.
- Merci.

En serio, tiene que darme
el nombre de su sastre.

- Oui. �Hacia d�nde va?
- R�o arriba con usted.

�Conmigo? Le hacia navegando
con el barco del gobierno.

En circunstancias normales, s�,
pero cuando me he enterado

de que mi viejo amigo Poirot
andaba cerca,

he pensado que ser�a
mucho m�s divertido.

A su alrededor siempre pasa algo.

Creo que ya ha empezado
a pasar, mon ami.

�Oh, muy bien!

Madame Allerton,
Madame Otterbourne,

vengan, les presento a un viejo
amigo m�o, el Coronel Race...

Ah, Srta. Robson.

�De d�nde vienes?
Est�s muy sofocada.

Oh, y colorada.

Oh, perd�n, lo siento prima Marie.
Estaba afuera...

� Y qu� has hecho
con mi estola de terciopelo?

Oh, voy a ver
si est� en el camarote.

Es imposible
que est� en el camarote.

La ten�a aqu�
justo despu�s de cenar

y no me he movido de aqu�,
�verdad, doctor Bessner?

No, Srta. Van Schuyler.

Estaba en esa silla
y ahora no est�.

- Cre�a que la hab�as cogido t�.
- Oh, pues yo no la he cogido.

Era un regalo...
del Conde Von Mecklenburg.

Srta. Van Schuyler, Srta. Robson.

Ah, bonne nuit,
mademoiselle.

- Parece cansado, monsieur Poirot.
- Oui, oui, c'est vrai.

Creo que debe ser el calor.
Bonne nuit.

Hola.

- �Cornelia, venga conmigo!
- Bueno...

- �Ha decidido salir de juerga?
- No, no.

Todav�a no quer�a acostarme.
Hace una noche tan bella.

Es preciosa, �verdad?
Perfecta para una luna de miel.

- Dos ginebras dobles.
- No, para m�, no.

Oh, c�llese.

- �Cual es la puntuaci�n, Simon?
- Perd�n...

Hemos hecho
ciento veinte por debajo...

- No est� mal, �verdad?
- Bueno, no s�...

M�s le vale estar al tanto
con las come-hombres.

Lo siento pero de repente
me siento muy cansada...

- Adem�s hay mucho ruido aqu�.
- S�, es hora de retirarse.

- �Vienes, Simon?
- Voy a terminar mi copa.

Bueno...

Querida,
a�n no ha tomado la �ltima.

No...

Las chicas debemos
permanecer unidas.

- Tengo tanta sed.
- Gracias.

Al amor, al matrimonio
y a todo eso...

H�blame de ti.

Bueno, la verdad
es que no hay gran cosa.

Vivo en casa, en Connecticut.
En un pueblecito llamado Bellfield

y... es mi primer viaje a Europa
y disfruto cada momento...

- Siga.
- Vivo con mi madre,

pero desgraciadamente
tiene muy mala salud...

duerme muy mal
y come muy poquito,

algunos d�as tan s�lo
una pieza de fruta o dos

y otros d�as algo de cereales...

- Siga.
- S�, s�. Somos todo o�dos.

- En serio, tengo que ir a dormir.
- No. Quiero o�r m�s.

- No hay nada m�s.
- Por favor.

Bueno, me encanta el arte

y asisto a clases, esculpo
un poco, hago cer�mica...

Suena fant�stico.

- Simon, llama al camarero.
- Es medianoche pasada.

- Quiero una copa.
- Ya has tomado demasiadas.

��Y qu�!?

- Voy a tomar el aire.
- S�, creo que me voy a...

No se vaya, Cornelia.
Mire, Simon tiene miedo,

tiene miedo de que cuente
la historia de mi vida.

Vete a la cama, Jackie.

�Temes que haga una escena,
verdad?

�Quieres que me comporte
decentemente,

igual que hiciste conmigo?

�Crees de verdad que vas
a salirte con la tuya?

Est�s bebida.

Dije que te matar�a y, por Dios,
voy a hacerlo.

�Se�orita de Bellefort!

�Te matar� como a un perro,
como al perro asqueroso que eres!

�Sr. Ferguson, Sr. Ferguson!

- Dios m�o.
- Yo no...

Ferguson, si viene alguien...

diga que fue un accidente,
que no es nada...

Nada de que preocuparse.
Una tonter�a, nada m�s.

- Un juego. Diversi�n. Jajaja...
- Oh, s�, s�.

Bien, no creo
que lo haya o�do nadie m�s.

Ha sonado como descorchar
una botella.

- �Pero qu� he hecho?
- Todo ir� bien...

Por Dios santo,
ll�venla a su camarote.

Y no la dejen sola,
ni un solo instante.

Tranquilo Sr. Doyle.
Me quedar� con ella.

D�gale al Doctor Bessner
que me mire esto.

Me matar�...

Y por favor, por favor,
no dejen que mi esposa se entere...

Por aqu�, vamos. Muy bien.

Su pobre pierna...
Dios m�o, �y si muere desangrado?

Oh, Srta. De Bellefort,
creo que eso no ocurrir�.

�Su�ltenme! �Quiero ahogarme!

No creo que eso fuera la soluci�n.
Voy a buscar al Dr. Bessner.

�No sabe qu� hora es?

Necesitamos su ayuda.
Ha ocurrido algo...

�Gott in Himmel!

Muy mal. El hueso est� roto
y ha perdido mucha sangre.

Herr Ferguson,
llev�mosle a mi camarote.

Con cuidado, con mucho cuidado...

Es cuanto puedo hacer.
Ha sido muy valiente, amigo.

Voy a darle algo
para que pueda dormir.

- �Se ha informado a Frau Doyle?
- No, no. Esperemos a ma�ana...

No deben culpar a Jackie.
Ha sido, ha sido culpa m�a...

Me port� como un canalla.
Ella, no sab�a lo que hac�a.

- Ja, ja.
- Puede intentar matarse.

Deber�a haber alguien con ella.

Est� bien.
La Srta. Robson est� con ella.

Bien, bien...

�El rev�lver! ...
�No podemos dejarlo all�! ...

Los camareros lo encontrar�n...

Voy a buscarlo.

- No est�.
- �Est� seguro?

S�. Se le cay� de la mano

y de una patada
fue a parar bajo un sill�n.

Lo vi perfectamente. Pero no est�.

�Qui�n lo habr� cogido?

�Entrez!

Ah, mi querido Coronel, que ma�ana
tan preciosa, �n'est-ce pas?

Le han disparado a alguien.

- �A qui�n?
- A Linnet Doyle.

Esta noche. Un tiro en la cabeza.

La pistola
estaba contra la cabeza. �Ven?

- La piel est� chamuscada.
- Oui.

No hubo lucha.
La mataron mientras dorm�a.

�A qu� hora?

Debe llevar muerta unas seis horas,
pero no m�s de ocho.

Entre las doce y las dos.

�Puedo preguntarle, Coronel,

con qu� autoridad
est� haciendo esta investigaci�n?

El director del crucero
me ha pedido

que me haga cargo de todo
hasta nuestra llegada a puerto.

Tengo una...
ligera categor�a oficial, �sabe?

Estamos todos
a disposici�n del Coronel.

S�, bien... Entonces,
�qu� debe haber pasado?

F�jese en eso.
Es bien sencillo, �verdad?

Seg�n parece, antes de morir

pudo escribir con el dedo mojado
en su propia sangre,

la inicial del nombre del asesino:
Jacqueline de Bellefort,

una joven se�ora que hace menos
de una semana me declar� que

"Nada me gustar�a m�s que poner
mi pistola contra su cabeza

y apretar el gatillo lentamente."

�Entonces, su marido est� al lado?

En este momento
est� durmiendo en mi camarote.

�Ha pasado la noche
en su camarote, Dr. Bessner?

Ja.

Ach, ya veo que no lo saben.

Anoche, el Sr. Doyle
tambi�n recibi� un disparo.

- �C�mo?
- En la pierna.

- �Hay algo m�s que debamos saber?
- Nada m�s.

...y seg�n parece,

la excitaci�n de Mademoiselle
de Bellefort fue aumentando,

con la ayuda de unas copas hasta
que finalmente le peg� un tiro.

El pobre hombre
est� completamente inmovilizado.

Y luego fue al camarote
de Linnet Doyle

y tambi�n le dispar�.

No, no, no, no, no. Imposible.

Mire, estaba en tal estado
de histeria

y Doyle tan preocupado que para
que no se suicidase,

la Srta. Robson ha pasado
toda la noche con ella.

�Qui�n ha descubierto el crimen?

Su criada, al parecer,
la Srta. Bourget.

Coronel, ya le hemos preparado
mi oficina, se�or.

Muchas gracias.

Si pudiera actuar...
con la m�xima discreci�n posible...

Bueno, esa es nuestra especialidad,
amigo.

S�, claro, se�or...

Ahora tendr�amos
que hablar con Doyle.

- �Dice que sigue dormido?
- Le inyect� un opi�ceo muy fuerte.

Les sugiero que me dejen desayunar
y luego ver� si puedo despertarle.

- Muchas gracias doctor.
- Coronel...

O sea que a medianoche
Madame Doyle estaba viva.

S�, la acompa�� hasta su camarote.

�Quienes se quedaron en el sal�n?

Doyle, la Srta. De Bellefort,
la Srta. Robson y yo.

� Y qu� estaban haciendo?

El Sr. Ferguson
estaba leyendo una revista,

yo ten�a mi bordado
y la Srta. De Bellefort estaba...

- Bebiendo.
- S�.

Como un cosaco.

Yo prob� de irme un par de veces
pero ella me hizo quedar

y yo cada vez
me sent�a m�s inc�moda,

como el Sr. Ferguson
que sali� a la cubierta.

El ambiente estaba muy cargado.

Entonces la Srta. De Bellefort
sac� una pistola

y le peg� un tiro en la pierna
al Sr. Doyle

y yo avis� al Sr. Ferguson

y el Sr. Doyle dijo
que no era para tanto

y entonces vino un camarero

y el Sr. Ferguson le dijo que no
era m�s que una especie de juego

y luego la Srta. De Bellefort
se puso a chillar

y la llevamos a su camarote
y me qued� con ella

y el Sr. Ferguson
fue a buscar al Dr. Bessner.

- �A qu� hora pas� esto?
- �Ay, no lo s�!

Hacia las doce y veinte

porque era la media
cuando volv� a entrar.

� Y est� usted segura

de que Mademoiselle de Bellefort
no sali� del camarote?

Totalmente.

Entonces no le pudo disparar
a la Sra. Doyle antes de,

digamos, las doce y veinte.

�Cu�nto tiempo estuvo con ella,
Mademoiselle Robson?

Oh, estuve con ella toda la noche.

No se despert� ni una sola vez.

Probablemente
a causa de la bebida, creo.

Bien. Hasta aqu� su coartada
es perfecta.

Y por lo que se ve,
a Monsieur Doyle

le preocupaba mucho
que no se la dejase sola.

S�, le preocupaba
que hiciese una estupidez.

Ella hab�a llegado a decir
que quer�a matarse.

� Y la pistola?

- �Qu� pas� con ella?
- La dej� caer...

...y la mand� bajo
un sill�n de una patada,

pero cuando fui a buscarla
ya no estaba.

�No? �De lo m�s sorprendente!

�Est� usted completamente seguro
de que Mademoiselle de Bellefort

no la recogi�
antes de irse del sal�n.

- S�.
- Absolutamente.

Y no tuvo ocasi�n
de regresar a recuperarla.

�Cu�nto tiempo pas�

mientras usted y el Dr. Bessner
sacaban al Sr. Doyle del camarote

y regres� usted a por el rev�lver?

- Cinco minutos.
- Cinco minutos.

Durante esos cinco minutos
alguien se hace con el rev�lver

y ese alguien
no era Jacqueline de Bellefort.

Por lo tanto podemos asumir
que esa persona hab�a o�do

o visto algo
de los acontecimientos precedentes.

�C�mo ha llegado a esa conclusi�n?

Porque usted nos ha dicho
que el arma no estaba a la vista

y dif�cilmente se pod�a hallar
por accidente.

Bueno, pues no vi a nadie
en cubierta antes del disparo.

- �En qu� lado estaba, Monsieur?
...en estribor, creo.

Entonces si hab�a alguien
en babor, no pudo haberle visto.

No, supongo que no.

�Aparte del camarero,
pudo alguien o�r el disparo?

Lo dudo,
son� como un corcho al saltar.

�Pudo escuchar algo m�s
despu�s de retirarse?

Creo haber o�do como si algo
se cayera al agua, al dormirme.

� Y eso a qu� hora fue?

�En franc�s
c�mo se llama al tercer grado?

Responda la pregunta.

�La una? � Y cinco? �Menos cinco?
�Qui�n sabe? �Es todo?

Oh, s�, muchas gracias
Monsieur por su ayuda.

Ah, por ciento...
�qui�n es usted exactamente?

�Qu� pregunta tan est�pida!

El calor es demasiado
para usted, �verdad?

No, pero le agradezco su inter�s.

�Qu� joven tan espantosamente rudo!

Ah, otra cosa Mademoiselle...

�Hab�a visto a Madame Doyle
antes de este viaje?

No. Nunca.

- Merci.
- Buenos d�as.

Yo no fui, tiene que creerme.

En el estado en que me hallaba
podr�a haber matado a Simon,

pero no hice lo otro.

Calma, calma.
Ya lo sabemos, mademoiselle.

�En serio?

S�, lo hemos comprobado,
mon enfant, no fue usted.

Oh, gracias a Dios. �Qui�n fue?

Para eso, necesitamos ayuda.

No se me ocurre que nadie
quisiera matarla, excepto yo.

Quer�a verla muerta
y ahora est� muerta

- Y ha muerto justo como dije.
- De un tiro en la cabeza.

�Lo ve? Estaba en lo cierto.

Alguien estaba escuchando
aquella noche en el hotel.

- �Qui�n pudo haber sido?
- �Est� segura de ello?

No. Lo supongo.

Entrez.

- Ya puede ver a Doyle.
- �Se encuentra bien?

No se encuentra nada bien.
Le peg� usted un tiro.

- No se morir�, �verdad?
- Tiene un f�sico de campesino.

Le llevaremos a la civilizaci�n,

le mirar�n por rayos X
y le tratar�n adecuadamente.

Sabemos que no fue Jacqueline
de Bellefort qui�n mat� a su mujer,

�puede darnos alguna idea
acerca de quien cree usted

que pudo haber sido?

Ten�a alg�n enemigo o alguien que
se quisiera cobrar alguna afrenta?

Mire Monsieur Doyle,

el primer d�a del crucero
estuve hablando con su mujer.

Estaba preocupada,
me dijo que todo el mundo,

todo el mundo, f�jese la odiaba
y que estaba rodeada de enemigos.

Creo que exageraba pero ella
se refer�a a m�s de una persona.

Hab�a un nombre
en la lista de pasajeros...

- �Ah, s�, qu� nombre era?
- No lleg� a dec�rmelo.

Se ve que su padre
estaba en la bolsa

y diversas personas
recibieron lo suyo

hoy iban de maravilla y el d�a
siguiente a la alcantarilla.

Hay alguien a bordo,
cuyo padre fue uno de esos,

que se la ten�an jurada
al padre de Linnet.

Ella me contaba que era horroroso,
todo el mundo la odiaba

sin ni siquiera conocerla.

�Pero ella no dijo ning�n nombre?

D�game mademoiselle Bourget,

�a qu� hora vio usted a su se�ora
con vida por �ltima vez?

- Pasada la medianoche, Monsieur.
- �Y despu�s?

- Me fui a mi camarote, Monsieur.
- �Oy� o vio usted algo?

�De qu� manera?

Eso debe decirlo usted,
mademoiselle.

Mi camarote est� en la cubierta
de abajo y al otro lado.

No me era posible o�r nada.

A no ser que no pudiese dormir
y volviera a subir.

Entonces quiz�s
pudiese haber visto algo,

a ese monstruo entrar o salir
del camarote de mi se�ora,

pero de esa manera... Monsieur,
se lo ruego. Ya ve como es.

- �Qu� puedo decirle?
- �C�lmese, por todos los santos!

No le va a pasar nada.
Me ocupar� de usted.

- Nadie le est� acusando de nada.
- Monsieur es muy bueno.

�Sabe de alguien que tenga
alg�n agravio contra su ama?

No, Monsieur.
Todo el mundo la quer�a.

D�game Monsieur Doyle,

en este viaje, �su esposa llevaba
alguna joya de valor?

Sus perlas.

�Qu� sabe de esas perlas,
mademoiselle?

Anoche las llevaba.

- �Las vio usted cuando se acost�?
- S�, Monsieur.

- �D�nde las puso?
- En la mesilla de noche.

�Y estaban all� esta ma�ana?

No lo s� porque al entrar

me di cuenta de que la se�ora
estaba muerta.

Oui, bien, mademoiselle,
yo lo mir�

y esta ma�ana no hab�a
perlas en la mesilla. Merci.

Creo que o� como un chapuz�n
y a alguien corriendo

�o quiz�s fue al rev�s?

�Sabe usted a qu� hora fue?

�Una hora despu�s
de meterme en la cama?

O tal vez m�s, no estoy segura.

�Conoc�a a Madame Doyle de antes?

No, pero me hab�a hablado
mucho de ella

una pariente nuestra,
Joanna Southwood.

Y Tim tambi�n, claro,
�l la conoc�a.

Una pregunta m�s, madame:

�Su familia ha sufrido
alg�n percance financiero

a causa de la gesti�n
del padre de Madame Doyle?

Oh, no. Las finanzas familiares
tan s�lo han sufrido de merma

y disminuci�n.

Nuestra pobreza no ha sido
de tipo melodram�tico.

Me despert�
cuando o� diversas voces,

luego alguien corri� por cubierta
y despu�s un chapuz�n.

�Est� seguro
de no haber o�do un disparo?

Podr�a ser.
O� el ruido de un tap�n.

Tal vez eso fue el disparo
y me imagin� el chapuz�n.

Una especie de asociaci�n de ideas:

salta un tap�n,
un l�quido se derrama.

- � Y despu�s de eso?
- El olvido.

Pude o�r a alguien en cubierta
y luego un chapuz�n.

- �Sabe usted a qu� hora fue?
- A la una y diez. Mir� el reloj.

- �No escuch� un disparo?
- No, no lo o�.

�Tiene alguna idea

acerca de lo que caus�
el ruido de chapuz�n?

- Pues s�.
- �S�?

Lo s� con toda exactitud.

Abr� la puerta de mi camarote.

La hija de esa horrible
mujer enturbantada

estaba apoyada en la barandilla.

- Hab�a arrojado algo al agua.
- �Est� bien segura?

�De no ser as�
por qu� lo habr�a dicho?

�S�?

Lo hemos encontrado, Coronel.

Muy bien.

�Es esta el arma
que vio en el hotel?

S�, es esta.

Se han hecho dos disparos.
Debe ser el arma.

� Y mi estola? �F�jense
en que estado se encuentra!

- �Cu�ndo la vio por �ltima vez?
- La llevaba anoche en el sal�n.

- Por favor, observen. �Et la!
- �Oh!

El asesino la debe haber
usado como silenciador.

�Qu� impertinencia!

Se�orita Van Schuyler.
Nos perdona por favor.

Al Conde Von Mecklemburg
no le va a gustar nada.

�No tiene ning�n sentido!

Si el asesino quiere hacernos creer

que Jacqueline de Bellefort
es la culpable,

�por qu� arroja el rev�lver,

la prueba m�s incriminatoria
de todas, al R�o Nilo?

Ya se lo he dicho,
no sal� de mi camarote.

Pues es muy extra�o,
mademoiselle,

porque hay alguien
que dice que la vieron.

- �Qui�n?
- Mademoiselle Van Schuyler.

Se asom� al exterior de su camarote

y vio como usted arrojaba
algo por la borda.

- � Y qu� m�s dice haber visto?
- Nada.

Pero pudo o�r algo: alguien andaba
en el camarote de Madame Doyle.

Por supuesto, mademoiselle,

puede existir una raz�n
perfectamente inocente

para arrojar algo
por la borda, pero claro...

�Es con esto
con lo que la han matado?

Oui, mademoiselle.

� Y creen ustedes
que puedo haberlo hecho yo?

Mademoiselle Van Schuyler
est� dispuesta a jurar

que la vio claramente
a la luz de la luna.

No era yo.

...estaba muerta para el mundo,

igual que la pobre Madame Doyle
ahora, de hecho.

Un crimen passionnel, como usted
dir�a, verdad Monsieur Poirot?

Esa chica, Jacqueline,
medio latina, �sabe?

dando vueltas por cubierta
con su pistola amartillada.

O el Sr. Doyle,
llevado por el deseo,

con la lujuria
bombeando por sus venas.

O tal vez la Srta. Robson,
la virgen reprimida,

tan tr�gicamente sencilla,

alterada por la proximidad
de la pasi�n de una luna de miel...

D�game, Monsieur Pennington,
�conoce usted a alguien

que podr�a haber deseado
ver muerta a Madame Doyle?

Bueno, pues esa Madame,
esa Srta. De Bellefort.

Si las miradas matasen...

Muchas gracias por esto, Monsieur.

Quiz�s recuerde el incidente
que sufri� Madame Doyle

en el templo de Hathor.

S�, me enter� de eso,

pero yo estaba en el interior
del templo en aquel momento.

El Sr. Doyle mencion�
que hab�a alguien a bordo

que hab�a sufrido un agravio
causado por su familia.

- �Tiene idea de quien puede ser?
- Lo desconozco.

Alg�n negocio de su padre

que haya causado la ruina
de alg�n rival?

No que yo sepa. No.

�Me pregunto por qu� el asesino
cogi� la estola antes de todo?

Adem�s, nadie sab�a
que Mademoiselle de Bellefort

y Monsieur Doyle
iban a montar una escena.

Tal vez la encontr�
cuando fue a buscar la pistola.

�Entonces
por qu� no fue descubierta

cuando se organiz� la b�squeda?

No, no, amigo m�o,
no tiene sentido.

Bueno, no se desespere.
Llegaremos al fondo del asunto.

Oh, ya lo s�.

Doyle pregunta si puede ver
a Mademoiselle de Bellefort.

- Oui, la traer� yo mismo.
- Muy bien.

Ah, �sabe usted
que Monsieur Pennington nos minti�?

�Ah, s�?

Nos ha dicho
que estaba en el templo

cuando cay� la cabeza
de la estatua.

Pues no estaba.
Yo acababa de salir de all�.

Pase.

He pensado que estar�as preocupada

y quer�a que supieses
que no pasa nada.

Me he comportado tan mal contigo...

Oh, Simon, lo siento, lo siento...

�C�mo has podido hacerme esto?
�C�mo has podido?

- Sabes que lo necesito.
- Es por tu propio bien, mam�.

�Miserable desagradecida!
No tienes ni idea de lo que sufro.

�No dejas que lo olvide!

Mademoiselle, �puedo hablar
con usted un momento?

Voy a ir directo al grano:
su madre bebe, �n'est-ce pas?

No hace falta que diga nada.

Cuando les conoc�,
me di cuenta enseguida

de que usted la estaba protegiendo
de algo

y al instante
descubr� que ese algo era:

el bebedor secreto con esa
secreta astucia de los bebedores

y con su provisi�n secreta
bien escondida.

Creo que ayer
usted descubri� su alijo

y mientras su madre dorm�a
profundamente,

arroj� las botellas por la borda.
�Estoy equivocado o no?

Todo empez� cuando sus libros
dejaron de venderse,

eso la hiri� terriblemente.

Se convirti� en una persona
horrorosa, fue una pena.

Tenia que vigilarla continuamente
entonces empez� a odiarme.

Pauvre petite.

Oh, no se compadezca
de m�, por Dios.

Ya s� que la gente piensa
de m� que soy una engre�da

y que tengo mal genio,

pero la verdad es que he olvidado
como ser amable.

No se lo dir� a nadie, �verdad?

No, pero tiene que decirme algo:

�a qu� hora arroj� las botellas
por la borda?

- �Tal vez a la una y diez?
- Aproximadamente, s�.

Ya le he dicho

que mademoiselle Van Schuyler
le vio

desde la puerta de su camarote,
ahora d�game, �le vio usted a ella?

No, no la vi, s�lo mir�
la cubierta y hacia el r�o.

�Vio usted a alguien en cubierta?
�A quien sea?

- No. No vi a nadie.
- Merci.

- �... robadas?
- Me temo que s�, madame.

�Unas perlas tan preciosas!

�Recuerda esa fiesta
de los Portalingtons

cuando le robaron
los diamantes a Lady Hooper?

La polic�a hizo un gran registro...

�Pobre chica!
Se la ve terriblemente infeliz.

No deber�a ir por ah�
dispar�ndole a la gente.

Quiero decir, �qui�n se ha cre�do
que es? �Anto�ita la fant�stica?

...los franceses tienen
las manos manchadas de sangre,

nosotros tambi�n tenemos
sangre en las manos

y un d�a todos lo pagaremos
muy caro, se lo digo yo...

Y yo le digo que coma y calle...

�Por qu� no me has esperado?
Ten�a algo que hacer.

Recuerdo haber le�do algo
sobre los diamantes de Lady Hooper.

Pues s�. Como siempre,
mam� lo entendi� todo al rev�s.

Yo no estaba all�
cuando fueron robados,

pero s� estaba cuando se descubri�

que la vieja luc�a
una falsificaci�n en su papada.

Hay quien dice
que lo hab�a montado ella.

- Joanna, sin duda.
- Joanna no estaba, mam�.

Pr�stenme atenci�n, por favor...

Nos han notificado
que un valioso collar de perlas

perteneciente a la difunta
Sra. Doyle, ha desaparecido.

�C�mo?

Vamos a inspeccionar
todo el barco ahora mismo,

les agradecer�
que permanezcan aqu�

hasta que lo hayamos
llevado a cabo.

Y posteriormente les agradecer�a

que se sometieran todos ustedes
a un registro.

Se�or, una se�ora dice
que es urgente,

que tiene que hablar con usted.

- Que pase.
- Por favor.

- Srta. Robson.
- Mademoiselle.

�Qu� se le ofrece?

�Las cogi� usted?

- No, yo no. Fue la prima Marie.
- �Mademoiselle Van Schuyler?

No puede evitarlo.
Es su peque�a idiosincrasia.

Por eso la acompa�o,
para tenerla controlada.

�D�nde las ha encontrado?

Estaban con sus medias,
esta ma�ana.

Es donde suele
esconder las cosas.

Como sab�a de quien eran
fui a devolverlas

pero en la puerta
hab�a un camarero

que me inform�
acerca del asesinato.

He estado muy nerviosa
toda la ma�ana.

Los Van Schuyler son muy raros.

Quiero decir que no soportar�an
ver eso en los papeles.

- No saldr�, �verdad?
- Bueno, eso depende, Srta. Robson.

No, no, no, no, no.

Haremos cuanto podamos,
por supuesto, mademoiselle.

- Much�simas gracias.
- De nada, por favor.

Muchas gracias, monsieur...

Poirot...

De imitaci�n, amigo m�o.

Pong�monos a buscar
las aut�nticas.

Dudo que las encontremos

en la propia cabina
de la Sra. Doyle.

Uno nunca sabe con lo que
se va a encontrar, Coronel.

Das Kapital... Conrad Ferguson
es un bolchevique.

Estaba seguro
de que ese tipo escond�a algo.

No es tan solo un bolchevique.

Seg�n parece, monsieur Allerton
es de lo m�s religioso.

Ah, adhesivo. �Me pregunto
para qu� diantre lo querr�?

Vaya, no lo s�.

Monsieur Pennington.
S. S. Normandie.

Poirot.

Los pasajeros
ya han sido registrados, se�or.

- � Y?
- Nada, con una excepci�n:

la Srta. Rosalie Otterbourne
llevaba un peque�o rev�lver

en el bolso.

�C�mo ha reaccionado?

No se ha dado cuenta

estaba de espaldas a ella
en aquel momento.

S�lo queda una persona
que no ha sido registrada.

- �Qui�n es?
- La criada, Louise Bourget.

No la encontramos
en ninguna parte.

Llevar� una hora muerta.
Instant�nea.

Apu�alada en el coraz�n

- �Con qu�?
- Con algo as�.

Supongo que no le ha
desaparecido ning�n cuchillo.

�Supone que he matado a una
miserable femme de chambre?

No, no, s�lo preguntaba.

Todos mis cuchillos
est�n presentes y correctos.

Bien, bien...

Bien, si me permiten...

Ten�a esto en la mano,

la esquina de un billete
de mil francos.

�Qu� dijo cuando le interrogamos?

"No me era posible o�r nada,

a no ser que no pudiese dormir
y volviera a subir.

Entonces tal vez vi a ese monstruo
entrar

o salir del camarote de la se�ora."

�Es exactamente lo que ocurri�!
Volvi� a la cubierta superior.

Vio a alguien entrar
o salir del camarote.

Chantaje.

S�, o sea, el asesino entra,
le da el dinero

y mientras ella lo est� contando...

�Hablando del esc�ndalo,
mesdemoiselles?

Est�bamos comparando
barras de labios.

�Qu� ocurre, Monsieur Poirot?

La criada de Madame Doyle.
Ha sido asesinada.

- �Louise?
- Vio algo que no deb�a ver.

�Qu�?

A alguien entrar

o salir del camarote
de Madame Doyle, anoche.

- �Dijo a qui�n?
- Jacqueline, si nos perdona...

Oh, por supuesto.

- �Por qu� no me cuenta la verdad?
- Ya lo he hecho.

No. No me ha contado todo
lo que ha visto la pasada noche.

Y no me ha contado que lleva
un peque�o revolver en el bolso.

�No lo llevo!

- �Quiero la verdad!
- � Y cual es la verdad?

Que la pasada noche
ha visto a alguien salir

del camarote de Linnet Doyle.
�Tengo raz�n o no, mademoiselle?

Ya se lo he dicho,
no he visto a nadie.

�No estar� pensando en saltar,
�verdad, viejo amigo?

� Y por qu� iba a hacerlo,

precisamente ahora
cuando todo empieza a encajar?

Solamente unas preguntas,
nada m�s, doctor.

Regreso dentro de tres minutos
y luego se va.

Merci.

No le entretendr� mucho
Monsieur Doyle.

- Bien, �qu� pasa?
- �Monsieur Poirot!

�Monsieur Poirot!

�Ah, Monsieur Poirot,
tengo que hablar con usted!

�Perdone,
pero tengo informaci�n vital!

�S� quien mat� a Linnet Doyle!

- �Qu�?
- �S�,

y tengo pruebas para demostrarlo!

- S'il vous pla�t, Madame.
- Merci.

�Mis teor�as acerca
de las urgencias primitivas

son totalmente acertadas!

�Estar� de acuerdo
en que quien sea que mat� a Louise

como-se-llame tambi�n mat�
a Linnet Doyle?

Vi a esa persona
con mis propios ojos.

�Ha visto a la persona
que mat� a mi mujer?

Fue justo antes de comer.

Hab�a hecho un trato
con un miembro de la tripulaci�n

para conseguir algo que necesitaba

y nos ten�amos que encontrar
en la cubierta inferior.

Mientras iba por ella,
se abri� la puerta de un camarote

y esa chica, Louise Bourget,
asom� la cabeza.

Me di cuenta de que esperaba
a alguien porque cuando me vio,

volvi� a entrar.

No me extra��, por supuesto,
segu� adelante, consegu� la cosa...

del hombre y volv� para atr�s.

Justo entonces vi como alguien
llamaba a la puerta de la criada

y entraba en el camarote.

- �S�?
- �S�!

- �Pero qui�n era?
- Oh, �no lo he dicho? Era...

Oui.

- �Qu� ha sido eso?
- �Ha visto a alguien?

No. Es la pistola de Pennington.
El otro d�a vi como la limpiaba.

�C�mo explica
que hayan usado su pistola?

- No tengo ni idea.
- �Sab�a alguien que ten�a una?

No era ning�n secreto.

D�game, monsieur Pennington,

Linnet Doyle no era mayor de edad
cuando se cas�, �verdad?

Habr�a cumplido los veintiuno
el pr�ximo Julio.

Momento en el que habr�a
tomado el control de su fortuna.

Seg�n el testamento de su padre,

Linnet pod�a hacerse con la pasta

al cumplir los veintiuno
o al casarse.

� Y ese s�bito matrimonio, le caus�
a usted alguna consternaci�n?

� Y por qu�?

Tal vez porque sus asuntos
no estaban en el perfecto orden

- En el que deber�an estar.
- �Qu� est� sugiriendo?

Ella se habr�a dado cuenta
al tomar el control

a su regreso a Inglaterra.

Y esa perspectiva le alarmaba,
�verdad?

Tanto que le hizo venir corriendo

a ese aparentemente
fortuito encuentro en El Cairo.

No fue as�.

Su carta lleg� el d�a despu�s
de que yo saliera en el Carmanic.

�Entonces por qu� tiene
en su equipaje

las etiquetas del Normandie,
que zarp� dos d�as despu�s?

No, Sr. Pennington,

es la cosa m�s f�cil del mundo
comprobar las listas de pasajeros.

Creo que usted vino para encontrar

la manera de que Madame Doyle
firmase ciertos documentos

y salir as� del lio
en que se encontraba,

tambi�n creo que mientras paseaba
por el techo el templo de Hathor,

hizo que la cabeza de una estatua
cayese muy cerca de su objetivo...

�Esto es una locura!

...y que una oportunidad similar
se present� en el viaje de regreso,

y su muerte hubiera sido atribuida,
con gran seguridad, a otra persona,

sin olvidar el hecho irrefutable

de que fue su pistola la que se ha
usado para matar a una mujer

que estaba a punto de revelar
la identidad del asesino.

�Tres asesinatos,
monsieur Pennington!

Puede estar seguro
de que las autoridades

llevar�n a cabo una investigaci�n

para esclarecer al estado
de las finanzas de Madame Doyle.

Muy bien. Todo por culpa
de esa maldita Depresi�n.

Confiaba en que con un poco
de suerte,

habr�a podido arreglarlo todo

para el momento
en que ella se hiciera cargo.

Y la cabeza de la estatua
fue otra tentadora oportunidad.

�Fue un accidente!
Tropec� con mi palo de golf.

Adem�s no la mat�.

�Me oye usted? No ir� usted
a colgarme eso, nunca.

...una ni�a malcriada,
un par�sito dom�stico

y una vieja borracha �a qui�n
le importa si est�n muertos o no?

Realmente es usted muy duro...

Lo que importa es el futuro,
mujer, no el pasado.

�No ha considerado
ni por un segundo

que en alguna parte alguien
va a llorar por esa pobre criada

o lo apenada
que pueda estar Rosalie?

y por lo que se refiere
a Linnet Doyle,

bueno, era tan bella...

�Es incre�ble �verdad?!

�Sab�an que el padre de Cornelia

hab�a sido pr�cticamente arruinado
por el padre de Linnet

y s�lo se le ocurre decir que era
una belleza? No puedo creerlo.

Creo que dijo que era el futuro
lo que importaba, no el pasado.

Touch�.

- �Quiere casarse conmigo?
- �C�mo?

Ya s� que va
contra todos mis principios,

pero creo que deber�a hacerlo.
�Qu� me dice?

- �Es una idea repugnante!
- �Es eso un 'no'?

Es usted testarudo, inconstante,
desali�ado, desagradable

y profundamente,
profundamente irritante.

- Pero aparte de eso...
- �Lo ve!

Yo dir�a
que me ha dejado hecho polvo.

Creo que voy a hablar con la vieja.

�Un duro d�a de trabajo, verdad?
Van cayendo todos como moscas.

Buenas tardes.

Ir� derecho al asunto.
Quiero casarme con su prima...

De hecho, ya se lo he pedido.

Desgraciadamente, ha rehusado,

pero no se preocupe,
insistir� hasta que diga s�.

Puedo asegurarle, se�or,
que tomar� medidas

para que no se vea
sujeta a tama�a persecuci�n.

�Qu� es lo que tiene en contra m�a?
No estoy tan mal, �sabe?

Anat�micamente...

est� todo en su lugar
y en perfecto funcionamiento,

y soy bastante brillante,
�cu�l es el problema?

- La posici�n social, Sr. Ferguson.
- �Ah, ya veo!

Cornelia... ven aqu�, �has estado
coqueteando con este joven?

No, no, claro que no...

Su prima dice que no soy
lo bastante bueno para usted.

En el orden natural de las cosas

cree que soy el equivalente
de una larva.

- �Me ve usted as�?
- No es eso... Es que... Es que...

�S�...?

�Verdad que es maravillosa?

Bastante exc�ntrico, me temo,
como la mayor parte de su familia.

El truco estriba en usar su t�tulo
a causa de sus ideas progresistas.

- �T�tulo?
- Oui. Lord Dawlish, �no lo sabia?

Est�, �como se dice?
Forrado, por supuesto,

pero en Oxford
se convirti� al comunismo.

�Lord... Dawlish?

Le reconoc� gracias
a una foto del peri�dico

y luego descubr�
su sortija de sello

con el escudo de los Dawlish.

No hay duda, se lo aseguro.

Oh, le estoy muy agradecida... ,
Monsieur Poirot.

Ah, Monsieur Allerton, me gustar�a
hablar un poco con usted

�Qu� puedo hacer por usted?

S�lo puede hacer una cosa Monsieur,
sentarse y escucharme.

Bien, en eso soy excelente.

Puede confiar en que suelte alg�n
'Bravo' en los momentos adecuados.

'Bravo' ser� lo apropiado.
Gracias. Merci.

Bien, para empezar: su amistad
con su prima, Joanna Southwood.

A lo largo
de los tres �ltimos a�os,

en Scotland Yard han estado
muy preocupados

por un cierto n�mero
de robos de joyas.

S� que el m�todo
ha sido siempre el mismo:

Oui, la sustituci�n del original
con una imitaci�n...

La atenci�n se centr� enseguida
en mademoiselle Southwood.

Como ver�, todas las v�ctimas
eran amigas o conocidas.

Tambi�n result� patente que ella
no hac�a la sustituci�n.

No, no, no, hacia que un joyero
realizara la copia

y luego la sustituci�n la hacia
otra persona.

Pero la identidad de esa persona
sigue siendo un misterio.

Bravo.

Oui, pero estos �ltimos d�as
han surgido ciertos hechos

que han sido de lo m�s �til:

su presencia en una de las fiestas
donde se produjo uno de los robos,

su obvio resentimiento
por mi presencia aqu�

y el descubrimiento

de que las perlas
pertenecientes a Linnet Doyle

hab�an desaparecido.
� Y con qu� me encuentro?

Ah, encuentro
que las perlas robadas

y devueltas eran una imitaci�n,

que previamente hab�an
sustituido... al collar aut�ntico.

Le habr�a sido muy f�cil
a mademoiselle Southwood

encontrar una ocasi�n para examinar
las perlas de su amiga

y hacer una copia.

Entonces s�lo hacia falta esperar
al momento correcto

para que usted...
hiciera la sustituci�n.

�Ah, bien!

Se entera de que Linnet Doyle
viajaba a Egipto en luna de miel.

O sea, oh, perfecto, �ah?

Mademoiselle Southwood
la manda la imitaci�n,

escondida en un paquete de libros,
y usted espera el momento preciso.

Finalmente, hace la sustituci�n,
regresa a su camarote

y las esconde a base
de pegarlas en un rosario.

Desgraciadamente para usted...
la noche que escogi� para el golpe

fue la misma noche
en que Linnet Doyle fue asesinada.

Pero m�s desgraciadamente a�n,

se dio el hecho de que alguien
le vio salir del camarote.

�No suelta usted un 'Bravo,
Monsieur Allerton?

- �Qui�n me vio?
- Mademoiselle Rosalie Otterbourne.

�Se lo ha dicho ella?

No, la verdad es que cuando
se lo pregunt�, me minti�.

�Por qu�?

Tal vez pens� que el hombre
que vio... era el asesino.

Bueno, no ir� usted a pensar que...

�Madame Doyle estaba viva
o muerta cuando rob� las perlas?

- No lo s�, en serio, no lo s�...
- �No pudo o�r si respiraba?

No... le sabr�a decir...

Escuche joven imb�cil,

Monsieur Poirot puede acusarle
de manera s�lida como una roca

y estar� usted
colgando de un cadalso

antes de que tenga tiempo de coger
aire para poder decir: '�Falta! '

�No he matado a nadie!

�Admito haber sustituido
las perlas,

pero un asesinato, no! �Lo juro!

Hubiera sido un buen caso,
sin embargo, se lo aseguro.

Le sugiero que cuando yo examine
el rosario, no encuentre nada

y eso
porque Mademoiselle Otterbourne

sigue insistiendo en afirmar

que no vio a nadie
en cubierta la noche pasada,

por lo que en cuanto
a este robo en particular,

no hay... acusaci�n en su contra.

Las perlas...
las rob� una cleptoman�aca...

que luego... las ha devuelto.

No s� que decir, Sr. P.

Dadas las circunstancias, Sr. A
afirmar�a que no ha estado mal.

Y ya est�.

Ahora s�lo tengo que devolver
las aut�nticas al Sr. Poirot.

�Por qu� no les has dicho
que me viste?

Porque pens� que podr�an sospechar.

- �No sospechabas de m�?
- No.

Sab�a que no pod�as matar a nadie.

Un ladronzuelo miserable,
eso es lo que soy.

Me temo que no te arrimas
al �rbol indicado.

�Timothy!

Mademoiselle, Messieurs,
me es grato informarles

de que el cuadro
ya est� finalmente terminado.

Empezar� inmediatamente.

Sepan que nuestro gran error

y es incre�ble que siguiera
adelante sin verlo,

fue suponer que este crimen
fue espont�neo.

Nada de eso. No, fue estudiado
hasta en el m�s m�nimo detalle,

�llegando incluso a poner drogas

en la botella de vino
de Hercules Poirot!

Me pusieron a dormir
a fin de eliminar toda posibilidad

de que participase en los sucesos
de la noche.

As� pues, nada m�s f�cil que poner
un narc�tico en mi botella de vino

que hay en la mesa del comedor.

De ah� mi sue�o.

Ah, bien,
...hab�a sido un d�a muy caluroso.

Se pusieron las drogas
en la botella de vino

alrededor de las siete y media,
antes de cenar,

pero a�n as�, la premeditaci�n
estaba muy lejos de mi mente.

La primera sacudida...
a nuestra idea preconcebida

fue a partir de la recuperaci�n
del revolver de las aguas del Nilo.

Si hubi�semos estado en lo cierto,

...jam�s se hubiera arrojado
el revolver por la borda.

Y adem�s, la estola
que envolv�a el revolver

mostraba claras se�ales

de que se hab�a disparado
a trav�s de ella

pero el balazo dej� chamuscaduras,

es decir, el revolver hab�a sido
puesto contra su cabeza

y tambi�n sabemos
que la estola no fue usada

cuando se dispar�
contra usted Monsieur Doyle,

porque hay dos testigos
que pueden probarlo.

Por lo tanto,
se ha efectuado un tercer disparo,

del que no sabemos nada.

Y a continuaci�n, las dos botellas
de laca para u�as.

Madame Doyle se pintaba siempre
las u�as con Cardinal,

un profundo color rojo oscuro,

la otra botella era Rosa,
una gama ligera de color rosa,

pero s�lo quedaban
unas gotas de rojo brillante

y en lugar del habitual olor
a amon�aco,

esa botella ol�a a tinta.

Eso la relacionaba con el pa�uelo

que tambi�n estaba manchado
de rojo brillante

y que envolv�a el revolver.

Entonces ocurri� algo que elimin�
toda fuente de dudas.

Cuando le pregunt� a Louise Bourget
si hab�a visto algo, dijo...

No me era posible o�r nada.

A no ser... que no pudiese dormir
y volviera a subir.

Entonces... quiz�s pudiese
haber visto algo,

a ese monstruo entrar o salir
del camarote de mi se�ora...

�Pero por qu� nos dijo todo eso?

Si ella sab�a quien era el asesino,
�por qu� no dec�rnoslo,

o bien mantener la boca cerrada
y pedirle dinero al culpable?

Ella no hizo
ni una cosa ni otra. �Por qu�?

S�lo existe una respuesta:

porque le estaba dando
pistas al asesino

por lo tanto el asesino
estaba presente.

�Me est� acusando a m�?

�Qu� motivo ten�a
para matarla Dr. Bessner?

� Y usted, monsieur Doyle?
Hay testigos que pueden jurar...

que no sali� del sal�n
antes de que se liara la bronca

y despu�s
estaba herido en la pierna,

lo cual lo hac�a
f�sicamente imposible.

Entonces, el Dr. Bessner
debe ser el culpable,

pero, �por qu� Louise, la criada,

le daba indicaciones
al Dr. Bessner?

Podr�a haber hablado con �l
en cualquier ocasi�n.

No, solamente hab�a una persona,

una sola persona que correspond�a
a lo... que necesitaba:

Simon Doyle.

- �Vaya!
- �Tonter�as!

�Son s�lo tonter�as!

Usted estaba siendo atendido
constantemente,

ella pod�a no disponer
de otra ocasi�n.

Monsieur, se lo ruego.
Ya ve como es. �Qu� puedo decirle?

�C�lmese, por todos los santos!

No le va a pasar nada.
Me ocupar� de usted.

Esto es lo que quer�a o�r... ,
y lo consigui�.

�Imposible!
Ese hombre no se pod�a mover.

�Exactamente! Esto es un ultraje.

� Y que se hab�a visto en realidad?

�Se�orita de Bellefort!

�Te matar� como a un perro,
como al perro asqueroso que eres!

�Sr. Ferguson, Sr. Ferguson!

� Y despu�s qu�?

Por Dios santo,
ll�venla a su camarote.

Y no la dejen sola,
ni un solo instante.

Tranquilo Sr. Doyle...
Me quedar� con ella.

D�gale al Doctor Bessner
que me mire esto.

Pero todas esos camarotes
estaban a babor.

El camarote de su esposa,
monsieur Doyle estaba a estribor.

Esta era su �nica oportunidad
y s�lo necesitaba unos minutos.

Ya ven que lo que fue presenciado

no fue necesariamente
lo que ocurri�.

Monsieur Allerton
oy� un ruido de tap�n,

luego un chapuz�n y oy� algo m�s:

los pasos de alguien
que corr�a frente a su puerta.

Bien, �qui�n pod�a estar corriendo
por estribor?

Nadie, excepto Simon Doyle.

�Lo plane� todo usted solo?

�No son m�s que tonter�as!
�Puras difamaciones!

Como he dicho,

parec�a como si este crimen
hubiera sido cometido sin pensarlo.

Pero no, no, no fue as�.

No ten�a la tinta roja
en el bolsillo por casualidad,

ni fue fortuito
dar una patada al revolver

para que fuese a parar
bajo el sill�n.

- �Jacqueline!
- Oui.

�Qui�n proporciona la coartada
de Monsieur Doyle?

El disparo de Jacqueline.
�Qui�n le da la suya a Jacqueline?

Usted mademoiselle Robson,

al quedarse toda la noche con ella,
por insistente indicaci�n de �l.

Oh, las dos mitades del asesinato
con las cualidades precisas:

la fr�a e ingeniosa planificaci�n
de Jacqueline

y el hombre de acci�n
para llevarla a cabo.

Hab�an sido amantes: d�monos
cuenta de que siguen siendo amantes

y todo tiene sentido.

Pero entonces todo empieza a ir
mal, �no es as�, Monsieur Doyle?

Louise, la criada, le ve
y le indica lo que quiere.

Dinero para tener la boca cerrada.

Consigue usted informar
a Jacqueline,

le dice donde est�n
los escalpelos del doctor

y �hey, presto!
devuelve el escalpelo...

va corriendo a almorzar,
llega tarde y sin aliento.

Pero las cosas siguen sin ir bien,
Madame Otterbourne la vio

y vino corriendo a decirlo.
Usted le levanta la voz:

�Vio usted a la persona
que mat� a mi mujer?

Los nervios, supongo.
Pero la puerta estaba abierta

y daba usted aviso del peligro
a su asociada en el crimen.

Actu� como un rayo,

record� que Monsieur Pennington
ten�a un arma en su camarote,

espera tras la cortina
y otro problema resuelto.

�Estoy en lo cierto o no,
Monsieur Doyle?

�Qu� pas� con la primera bala
que ella dispar�?

�Qu� ocurre monsieur Doyle,
le ha comido la lengua el gato?

Se incrust� en el asiento.

Usted la sac�
y la tir� por la ventana.

Tambi�n llevaba un cartucho
de recambio

para mostrar que s�lo
se hab�an disparado dos balas...

no es as� monsieur Doyle?

El crimen... era casi perfecto:
mata a su mujer, hereda el dinero

y en el momento adecuado
se casa con su verdadero amor.

Parece como si hubiese pensado
usted en todo, monsieur Doyle,

excepto en una cosa:

Hercules Poirot.

- Lo siento... lo siento...
- Vamos, vamos, monsieur Doyle.

Aqu� el verdugo es muy eficiente.

No, la mec�nica funciona
como un reloj, es la regla.

Le quiero a morir.
No puedo evitarlo.

Como se dice,
el amor te hace hacer cosas...

Lo. ... planeamos todo
tan cuidadosamente,

incluso lo de escribir una "J"
en la pared con la sangre de ella,

una estupidez, pero encantadora.

En fin, todo sal�a bien...

Hasta que Louise Bourget,

como se dice,
hecho arena en los engranajes.

S�, no puedo creer que hiciera eso.

Y luego a Madame Otterbourne.

Es tan espantosamente f�cil...
matar gente, Monsieur Poirot.

Empiezas a sentir que no importa.

Aquella noche,
en el jard�n del hotel,

cuando dijo que hab�a visto
a alguien no hab�a nadie, �verdad?

Fue s�lo un pretexto
para desviar su atenci�n.

�Recuerda cuando le dije
que ten�a que seguir mi estrella?

Pues al final se ha extinguido,
�verdad?

Monsieur Pennington,
�se siente feliz por volver a casa?

No estoy muy seguro
de tener una casa a la que volver,

pero le agradezco su inter�s.

- Seguro que le ir� bien.
- Oui.

Mademoiselle.

�Monsieur Poirot!

�Una gran noticia!
He decidido casarme.

Oh, qu� noticia tan maravillosa,
mademoiselle.

- �Qui�n es el afortunado?
- El Dr. Bessner.

- ��Bessner?!
- Me lo pidi� anoche.

Es tan amable y dice que puedo
ayudarle en su trabajo.

Me ense�ar�
todo sobre las neurosis.

Puedo ofrecerle
mis felicitaciones, mademoiselle...

- �Bien, bien!
- Muchas gracias.

�Le ha contado
la noticia a su prima?

Oh, s�.
Est� absolutamente fascinada.

Ah, Dr. Bessner...
le ofrezco mis felicitaciones.

Danke schen. Danke schen,
somos muy felices.

S�.

Lo siento.

S�, bien, no tengo mucha
experiencia en esas cuestiones,

ya lo ve.

Cre�a haber encontrado oro.

Sucede, Monsieur Ferguson,

y m�s a menudo
que lo que se supone.

- Adi�s.
- Au revoir.

Coronel...

�Qui�n hubiese pensado
que terminar�an as�?

Fue usted, mademoiselle,
quien dijo que la vida era injusta.

Hola, Simon.

He vuelto a fallar, �verdad?
Lo he confesado todo. Lo siento.

Era un juego est�pido, cari�o,
y hemos perdido, es todo.

Por favor, �puedo besarle? Seguro
que no tendr� otra oportunidad.

Adi�s, mi amor.

Ya sabes lo mucho
que te quiero...

Adi�s...

- �De d�nde diablos la ha sacado?
- Ten�a dos.

La puso en su bolso, mademoiselle,
el d�a del registro

y m�s tarde la recuper�
cuando la visit� en su camarote.

�Lo sab�a?

No siempre es tan sencillo.