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EL CERCO DE RICHMOND, VIRGINIA 1865

PRISI�N MILITAR DE LIBBY
RICHMOND, VIRGINIA

Venga, baja.

-� Y sus papeles?
-Est�n todos aqu�.

No se preocupe, sargento. Est�n todos en orden.

Vamos. �Entra!

�Es eso necesario?

-Yo s�lo quiero una celda c�moda y seca.
-�Mu�vete!

�Sigue ah� el globo, capit�n?

Se est� tambaleando un poco,
pero todav�a nos espera.

Tu manta nos har� falta, Neb.

�Capit�n?

Creo que �l chaval tiene miedo.

�Acaso t� no?

-�Quieres que te eche una mano?
-No, se�or.

Ya casi he acabado con los dos.

Capit�n, �cree que ese globo volar�
con tanto viento sin estallar en pedazos?

EI problema no es �se, Herbert.
El problema es saber si Llegar� a volar.

�Capit�n?

S�lo hemos visto la parte superior
sobre las casas.

� Y si hay un regimiento entero vigil�ndolo?

Pues habr� que enfrentarse
al regimiento, Herbert.

Capit�n.

Llegan pronto.

�Seguimos con el plan?

No tenemos elecci�n.

Veo que tendr� compa��a. �Fant�stico!

�No me va a presentar a estos caballeros?

Vamos, prisionero.

Coged su ropa.

Toma.

-Aqu� est�n las Llaves.
-Sab�is lo que hay que hacer.

S�, se�or.

Vamos, Largu�monos de aqu�.

�Alto!

�Deprisa!

�Vamos!

�Esperen!

�No me dejen caer!

Aligerad la cesta. Necesitamos m�s altura.

�Est�s bien?

Capit�n.

Bueno, vamos a deshacernos de este rebelde.

Es una ca�da muy Larga.

�Seguro que sabe manejar el globo?

Tal vez �l nos pueda ayudar.

Muy bien. Atadle.

Ahora que hemos subido,
Supongo que nos deber�amos presentar.

-Capit�n Cyrus Harding.
-�Capit�n, mire, comida!

�ste es Neb. Es soldado de la Uni�n.

-Yo soy Herbert Brown, �infanter�a de Pensilvania.
-�Cuidado!

No os vay�is todos a un Lado.

Yo conozco ese uniforme.

Es usted corresponsal de guerra de la Uni�n.

Muy observador, muchacho.

Gideon Spilett, del New York Herald.

�Cu�nta comida hay en esa caja, Neb?

Suficiente para unos cinco d�as.
Para cuatro, si el Sr. Spilett decide quedarse.

Eso depende, claro, de ad�nde se dirijan.

Adonde nos Lleve el viento, Sr. Spilett.

Parece que el otro invitado se despierta.

Eres mi prisionero.
�C�mo te Llamas y cu�l es tu rango?

Sargento Pencroft.

�Regimiento?

Ej�rcito Confederado. No le dir� nada m�s.

Escucha, soldado.
�Has visto alg�n entierro en el mar?

Pues est�s vestido para la ocasi�n.

Pero no estamos sobre el mar,
Si no sobre tierra, y a mucha altura.

Es mucha distancia, sargento.

Lo que quieren decir estos soldados, sargento,

es que si sabe c�mo manejar este trasto,
Puede quedarse.

Si no...

S� manejarlo.

�Quiere decir que lo puede bajar cuando quiera?

Puedo bajarles,
Pero no necesariamente con vida.

Con la fuerza que tiene el viento,
Acabaremos hechos papilla cuando aterricemos.

�Me ofrece la condicional?

Eso es todo, rebelde.

Vale. Ahora escuche mis condiciones.

La tormenta sopla hacia el oeste.

Tal vez caigamos en su territorio,
Tal vez en el m�o.

Sea el que sea, nadie ser� prisionero
de nadie cuando toquemos tierra.

�Entiende?

Cada uno se va por su camino,
Sin discutir de pol�tica.

Si no, yanquis, pod�is dejar que la tormenta
Os Lleve hasta un nuevo mundo.

Muy bien, desatadle.

Enhorabuena, capit�n.

Esto s�lo fue el principio.

Escapamos para caer en las garras
De la mayor tormenta de la historia de EEUU.

Bajo nosotros, cuando a�n pod�amos ver
a trav�s de las nubes enfurecidas,

hab�a ciudades devastadas
Y bosques arrancados de ra�z.

Finalmente, la Tierra desapareci�
de nuestra vista.

�ramos prisioneros del viento,
indefensos ante el �mpetu de la tormenta.

Y nos pregunt�bamos cu�nto tiempo
permanecer�amos en el aire.

� Volver�amos a pisar tierra alguna vez?

Oiga, capit�n...

Hacia el oeste, Neb, siempre hacia el oeste.

Llevamos cuatro d�as.

Parece agua.

Tal vez sea un lago.

Bueno, es muy grande para ser un r�o.

Es grande para ser las dos cosas.

Debe de ser el oc�ano.

Pencroft, baje el globo
y lo veremos m�s de cerca.

No puede ser el Pac�fico.

No puede ser otra cosa.

�Quiere decir que hemos atravesado
todo Estados Unidos?

Eso parece.

Capit�n, �no estamos bajando
demasiado deprisa?

Pencroft, cierre la v�lvula.

�Se ha atascado!

�Caeremos al agua y nos ahogaremos!

�No puede hacer nada?

�Suelte la cuerda!
Est� enganchada en la abertura.

�Alguien tiene que subir!

-Subo yo.
-�No! Aligerad el globo.

Tirad los sacos de arena que quedan.

�Deprisa, capit�n, dese prisa!

�La v�lvula, capit�n!

�Gire la v�lvula, capit�n!

�M�s fuerte!

�No, as� no!

�No!

Gracias, Pencroft.
Me alegro de haber dejado que te quedaras.

Usted no, capit�n.
Ha arrancado esta barra de la v�lvula.

-Ya no caemos.
-No, la he cerrado.

La ha cerrado permanentemente.
Ya no podemos bajar.

Era nuestra �nica forma de controlarlo.

Capit�n, el globo se est� rasgando.

�Todo! �Tiradlo todo!

�Tambi�n la comida?

La comida, la ropa, soltadlo todo.

Seguimos cayendo, Sr. Spilett.

Supongo que quiere que nos ofrezcamos
a tirarnos nosotros.

�Escuchad!

Parecen olas rompiendo contra la orilla.

�Tierra!

�D�nde?

De frente, justo ah�.

No aguantaremos en el aire
lo bastante para Llegar.

Vamos a subirnos al aro. Soltaremos la cesta.

-�Para qu�?
-Tiene raz�n.

Quiz� haya bastante gas en el globo
para mantenernos a flote en el agua.

Vamos.

Sube.

No puedo.

Escucha, o subes o te ahogas, soldado.
�Vamos, s�bete!

Muy bien. Ahora cortad todas estas cuerdas.

�Capit�n!

-Voy a nadar hasta la costa.
-�No lo haga!

Lo voy a hacer.

�No!

�Capit�n Harding! �Capit�n Harding!

�Capit�n Harding! Soy yo, Neb.

�Has visto algo, Neb?

No. � Y t�?

Tampoco. Nos desviamos kil�metro y medio
desde donde se baj�.

-Ni rastro.
-Tal vez est� un poco m�s all�.

Tendr�a que ser el mejor nadador del mundo
para Llegar tan Lejos.

-No perdemos nada por intentarlo.
-Se ha ahogado.

No tiene derecho a decir eso, �se entera?

Quiz� Spilett haya visto algo desde las rocas.

�Ostras, caballeros?

�Por qu� no est� buscando al capit�n,
Sr. Spilett?

Porque estoy buscando comida.

Vaya, �alguna vez hab�ais visto
ostras tan grandes?

-Parece casi sobrenatural, �verdad?
-Miradle.

Interes�ndose por la comida
y el capit�n a�n sin aparecer.

Tranquilo, Neb.
No le encontrar�is. Al menos, vivo no.

Os digo que se ha ahogado.

Muy bien, sargento. S�rvase usted mismo.

Tome. Recupere su salud.

-�As�, crudo?
-Claro. �Por qu� no?

No, gracias.

Vamos, chico. �C�metelo! �Vamos!

�Eh! �Humo!

Vamos.

�Capit�n Harding!

-Capit�n, �se encuentra bien?
-S�.

Sab�a que estaba vivo, capit�n.
�No os lo hab�a dicho?

�No os lo dije?

Neb, Herbert, est�is a salvo. Me alegro.

Buenos d�as, capit�n.
Le hemos echado de menos.

Le habr�amos encontrado antes, capit�n,
si no se hubiera escondido en las rocas.

-�No me hab�is tra�do aqu� vosotros?
-No, se�or. Vimos su fuego.

No habr�a podido encender fuego
aunque hubiera tenido cerillas.

Y no las ten�a.

Nosotros tampoco ten�amos.

No recuerdo nada desde que me hund�.

Obviamente. Neb, necesita tomar algo caliente.

Trae algo de carb�n
y cocinar� estofado de ostra gigante.

�De d�nde cree que sali� ese fuego
si no lo encendi� el capit�n?

Claro que lo encendi� �l.

S�lo que no se acuerda, eso es todo.

Tomad, el especial de estofado de ostra gigante.

-Huele bien.
-Mejor sabe, hijo.

No toque eso, capit�n. Es el condimento.

-�Qu� es?
-Alga.

Capit�n, �tiene idea de d�nde estamos?

No.

EI viento ha debido de empujarnos
miles de kil�metros.

-Puede que a Fiyi.
-O a Nueva Zelanda. A cualquier parte.

�Cualquier parte? Por otro Lado,
podr�a ser ninguna parte. �No, capit�n?

Caballeros, hay que escalar eso.

�Por qu�, capit�n? �Para hacer ejercicio?

No, para sobrevivir, Sr. Spilett.

Desde all� arriba, quiz� veamos d�nde estamos
y c�mo escapar.

�Escapar ad�nde esta vez?

Y por el camino cazaremos y buscaremos
comida. Necesitamos carne y verduras.

�C�mo mataremos a Los animales?

Tir� usted todas nuestras armas.

-�Herbert?
-�S�, se�or?

-�A�n tienes tu cuchillo?
-S�, se�or.

Bien. Entonces Neb y t� har�is Lanzas.

Pencroft, usted buscar� las verduras.

Soy del Ej�rcito Confederado, no del suyo.

EI trato era que una vez aterriz�ramos,
dejar�a de ser su prisionero.

EI trato era que cada uno se ir�a por su lado.

As� que, o viene conmigo, bajo mi mando,
o se las apa�a usted solo.

Est� bien.

-Buscar� las verduras.
-Bien.

Y no pruebe la comida que encuentre
hasta que la haya probado el cocinero.

� Y qui�n es ''el cocinero''?

Usted.

Yo soy civil.

No tengo que acatar sus �rdenes,
da igual en qu� ej�rcito est�.

Eso es legalmente correcto, Sr. Spilett,
pero me hab�a dado la impresi�n...

de que se hab�a unido a mi equipo.

�Unido? Fui reclutado.

Capit�n, �por qu� no instauramos la democracia
en la isla y elegimos un l�der?

Uno que no escape a sitios
de los que haya que escapar.

Porque todos los que estamos aqu� seguimos
en guerra, y yo soy el oficial de m�s alto rango.

�Que seguimos en guerra! Muy bien, cocinar�.

Eso me parec�a, Sr. Spilett.

Yo soy el carnicero. Le mantendr� ocupado.

Eh, tranquillo.

Por todas partes hab�a un paisaje
a la vez extra�o y hermoso.

Volcanes rodeados de palmeras tropicales
y de playas de arena.

Una exuberancia
de matices y colores maravillosos.

Y salvo por el fuego que vimos el primer d�a...

no hab�a indicios de que el hombre
hubiera pisado nunca esta tierra.

Vimos p�jaros y plantas gigantes,
como si la naturaleza se hubiera vuelto loca.

El camino era muy accidentado.

Nuestro estado f�sico
hac�a que nos cans�ramos r�pido,

y nunca sab�amos si pis�bamos sobre seguro.

Finalmente llegamos a la costa
de lo que deb�a de ser...

el otro lado de la isla.

�Qu� extra�o! �Ballenas!

Eso no son ballenas. Son g�iseres.

Ya sabemos d�nde darnos un ba�o caliente.

Muy bien, caballeros, nos encontraremos aqu�.

Sr. Spilett, yo me Llevo a Neb.
Usted Ll�vese a Pencroft y Herbert.

�Llev�rmelos ad�nde, capit�n?

A cazar comida.

Neb.

Los animales no se ir�n. Vamos a nadar.

Vamos, Pencroft.

�Socorro! �Socorro!

�Venid!

Casi le tienes.

�Que no escape! Pencroft, la cuerda. �Vamos!

�Vamos!

�Tirad!

Le coger�.

Tome, sujete esto.

�Que no escape!

�Aguante, Pencroft!

Vamos a intentar darle la vuelta.

�Cu�dele, Spilett!
�Intentaremos tirarlo por el precipicio!

�Arriba!

Es el mejor cangrejo que he cocinado nunca.

Nos impresionar�a m�s, Sr. Spilett,
si lo hubiera metido usted en la cazuela.

�A bailar!

De Lado. Muy bien.

Es un cangrejo muy grande.

Capit�n, �c�mo cree que Lleg� a ser tan grande?

-Tambi�n yo me lo pregunto.
-Obviamente, de comer esas ostras gigantes.

-Creo que no le ayud� mucho.
-Lo hiciste bien, hijo.

No, me asust�.

Fue igual que al subir al globo.

No pude moverme hasta que me dispararon.

Con un disparo yo tambi�n me decido.

No lo entiende.

Hu� de un combate.
Llevo huyendo desde entonces.

Me pillaron huyendo.

Hijo, tu Ej�rcito de la Uni�n
Lleva huyendo del m�o...

los tres �ltimos a�os.

Ahora nosotros huimos de vosotros.
No te sientas especial por eso.

Muy bien. Hay que Llegar al cr�ter
antes de que anochezca.

S�lo queda una vuelta hasta la cima, capit�n.
No est� muy Lejos.

Est� muy Lejos para m�.

Ah, la energ�a de la juventud.

Probemos un atajo. Deme la cuerda.

�Le va a echar el Lazo, capit�n?

Sr. Harding, perm�tame.

Ser� un placer, Sr. Spilett.

�No cree que s�lo deber�a dedicarse a escribir,
Sr. Spilett?

�Eh!

Me sorprende que se le d� tan bien
manejar la cuerda, Sr. Spilett.

Ahora ver� c�mo trepa un aeronauta por una.

Ver� usted c�mo trepa un caballero.

Vaya, lo est� consiguiendo.

Buenos d�as.

Mirad lo que hay aqu� arriba, ratones gigantes.

Hay varias m�s.

Vamos, Spilett.
Hay que tratar de coger alguna cabra.

�Arriba! �Subid ah�!

Podemos construir un corral y tenerlas ah�.

S�, no hay nada como el queso de cabra.

-�No le gustar�a, capit�n?
-Mucho, Neb.

Capit�n, �ve algo por ah�?

Desde Luego, es una isla.
No hay m�s que agua alrededor.

Es poco m�s que un volc�n surgiendo del mar.

�Harding!

-�Harding!
-�Qu�?

Mire all�. Es un peque�o bote.

Debe de ser eso.

-Parece que va a la deriva.
-Tal vez lo podamos usar para marcharnos.

-Parece que va a la deriva.
-Tal vez lo podamos usar para marcharnos.

Es preciosa.

Mejor a�n, est� viva.

-� Y �sta, capit�n?
-S�, ella tambi�n est� viva.

Pues aqu� hay uno que no lo est�.

Gracias.

Lo siento.

Gracias.

�Quiere tomar algo de sopa, se�ora?

No, gracias.

�Son ingleses?

No, se�ora.
No lo somos, somos estadounidenses.

Es sopa de marisco.

Una clase de bullabesa francesa.

S�lo hay una clase de bullabesa.

-T�a, tienes que comer algo.
-D�jame en paz, ni�a.

-�Est� usted al mando?
-S�, se�ora.

Supongo que no estamos en Marsella,

a pesar de lo que nos ha ofrecido este caballero.

No, se�ora. Estamos en alg�n Lugar del Pac�fico.

En una isla, para ser exactos.

Pero ustedes no iban en nuestro barco.

Vinimos en globo.

�Disculpe?

He dicho que vinimos en...

Por favor, no diga tonter�as. Hablar� con usted.

Pero tiene raz�n, se�ora.

Est�bamos presos en una c�rcel confederada
y escapamos en un globo de observaci�n.

S�, claro, por supuesto.

Pero no podemos quedarnos aqu�.
�Cu�ndo podremos marcharnos?

No estoy seguro, se�ora.

Me llamo Lady Mary Fairchld.

Y �sta es mi sobrina, Elena.

Se�ora. Yo me llamo Cyrus Harding.
Capit�n de los ingenieros del ej�rcito de EEUU.

Creo que ya conoce a los dem�s.

Pero, �y el marinero que ven�a en nuestro bote?

Lamento tener que decirle
que ha muerto, se�ora.

Ya veo.

� Y cu�ndo cree que nos podremos marchar?

En cuanto construyamos un bote.

Espero que sea pronto.

Volv�amos a casa desde Valpara�so.

Mi hermano, el padre de Elena,
es c�nsul brit�nico en ChiIe.

�l no quer�a que ella hiciera este viaje,
pero le promet� que estar�a a salvo.

-�C�mo est�s, querida?
-Estoy mucho mejor, gracias, t�a.

Pero creo que las dos estamos
algo cansadas, �verdad?

S�, claro.

As� que si nos disculpan, caballeros.

Muy bien, caballeros.

Caballeros,

nosotros dormiremos aqu� fuera.

Cada uno har� guardia durante dos horas.
Empezar� yo.

-Neb, t� ser�s el pr�ximo.
-S�, se�or.

Ma�ana buscaremos madera para el bote.
Uno de nosotros se quedar� con las mujeres.

Me quedar� yo.

Imaginaba que te presentar�as voluntario.

-Neb, te quedar�s t�.
-S�, se�or.

Este Lugar es magn�fico.

Un sitio como �ste s� que inspira
para escribir una novela.

Parece que ah� arriba hay bastantes �rboles.

Aqu� hay una fuente de agua fresca.

Pencroft, Llene el bote.

Escuche, yo no...

S�, se�or.

Quiz� deber�amos trasladarnos
a esta parte de la isla de forma permanente.

Me has Le�do el pensamiento, Herbert.

Creo que antes deber�amos bajar a la playa...

a ver si hay un buen sitio
para construir y botar el barco.

�C�mo espera cortar �rboles tan grandes
con un hacha de piedra?

Parti�ndonos la espalda, Sr. Spilett.

Este sitio pone los pelos de punta.

Parece que alguien ha colgado cuerdas.

No, son enredaderas.

Pues es como si las hubieran colgado,
para trepar.

-�Qui�n querr�a trepar ah�?
-�Qui�n salv� al capit�n? �O encendi� el fuego?

-Habr�n salido de forma natural.
-Las enredaderas no salen en la roca.

Parece que aguantar� el peso de un hombre.

Quedaos aqu�. Ir� a echar un vistazo.

''As� que he decidido que no merece la pena
vivir una vida como �sta.

''Por lo tanto,
lego todas mis posesiones a quien...

''halle mis restos.

''Y una maldici�n sobre los bandidos
que me han abandonado para sufrir y morir.''

Firmado: ''Thomas Ayrton.
13 de agosto de 1862''.

Cambiar�a todas sus posesiones
por una buena hacha.

Me pregunto por qu� no se termin� esto.

Seguramente era abstemio.

Sabe... Huele muy bien.

Si busca una historia que escribir...

en ese diario tiene una fant�stica, Sr. Spilett.

Tienes raz�n, Herbert.

Thomas Ayrton, un hombre honrado,
se junta con una banda de crueles piratas...

y es abandonado por �stos
en una isla misteriosa...

con la Lengua arrancada
para que no revele sus secretos.

Solo, degenera en un animal salvaje...

y finalmente, asqueado de su bestialidad,

enloquecido por el anhelo
de compa��a humana...

Un momento, Sr. Spilett.
�No queda un poco florido?

Eso es lo que buscan los Lectores hoy en d�a.

Se cuelga de las vigas de una cueva prehist�rica.

La muerte de un ex pirata.

''�Yo, jo, jo y la botella de ron!''

�Qu� le pasa?

�Izad la bandera pirata!

''Quince hombres van en el cofre del muerto''

Ha estado tragando de esto a raudales.

Este Lugar es nuestro, y todo lo que hay en �l.

Eso pone en el diario.

Es cierto, Pencroft.

Esto es ideal.

Un cobijo perfecto, una seguridad perfecta.

Y un buen sitio para construir nuestro bote.

Y, si me lo permiten, caballeros,

duro como una roca.

Llamamos a nuestro nuevo hogar
''La casa de granito''.

Y nos sentimos muy orgullosos
de la construcci�n...

de un ascensor casero.
Todo un logro de ingenier�a.

Nos facilit� subir
las provisiones que encontr�bamos.

Intentamos proveer al lugar
de tantas comodidades modernas...

como supimos.

Las mujeres a�adieron varios toques
femeninos muy bienvenidos,

que convirtieron la cueva en un hogar,

mientras nosotros nos dedic�bamos
a otros trabajos.

Hab�a que cortar madera,
y hab�a que construir el barco.

Nada de eso era sencillo.

Viv�amos como hombres primitivos,
usando instrumentos primitivos.

El ingenio y el trabajo
fueron las mejores herramientas...

para luchar por la supervivencia.

Nos llevaba d�as tirar un solo �rbol.

Y por mucho que consigui�ramos,
a�n nos faltaban muchas cosas...

para hacer la vida tolerable.

Una tarde, Neb encontr� algo en la orilla.

Capit�n, son nudos marineros.

�Eh!

-�Mirad!
-�Capit�n, fusiles!

�Armas y munici�n!

Capit�n, �qu� hay en esta caja?

Hay una br�jula, cartas de navegaci�n...

�Y un sextante!
Podremos averiguar d�nde estamos.

Hay martillos, sierras y clavos.

Se�oras, miren esto.
Hay muchas cacerolas y sartenes.

Tambi�n un espejo. Y horquillas.

�Vaya, un telescopio! Este ba�l tiene de todo.

Quien lo haya preparado
sab�a lo que necesit�bamos.

Y exactamente lo que deber�amos Leer.

''Las aventuras de Robins�n Crusoe.''

Las aventuras de ROBINSON CRUSOE

Las aventuras de ROBINSON CRUSOE

Perdona.

Eres muy amable al hacer esto por m�, Elena.

Tengo que hacerlo por todos.
Es parte de mi trabajo.

�rdenes del capit�n Harding.

De frente, por favor.

Sr. Spilett...

Gracias.

Alguna comodidad de la civilizaci�n
hace la vida m�s tolerable.

Eso depende de a cu�ntas comodidades
est� uno acostumbrado.

Creo que a usted
nunca le ha faltado nada, se�ora.

�Por qu� me iba a faltar? Pero no se enga�e.

Soy la mejor tiradora del condado,
y seguro que monto mejor que usted a caballo.

Seguramente tambi�n puedo beber m�s.

Eso es algo que habr� que probar
m�s adelante, se�ora.

Ahora, mi principal consuelo es su presencia.

Ya no tengo demasiada prisa
por abandonar la isla.

Estoy encantada de haberle conocido, Sr. Spilett.

Pero estar�a a�n m�s encantada
si supiera d�nde nos encontramos.

-�Ha terminado sus c�lculos?
-S�, se�ora. Estamos aqu�.

36 grados al sur, 153 al oeste.

�Qu� interesante!

Ahora podr� decir a mis amistades:
''�Conoc�is al Sr. Spilett?

''Nos conocemos por casualidad 36 grados al sur,
150 al oeste''.

Mucho m�s fascinante que los sitios habituales.

Y, por supuesto,
esta gran masa de tierra es Nueva Zelanda.

�Nueva Zelanda! �Qu� oportuno!

Tengo un primo segundo
que sirve en la oficina colonial de all�.

�En serio?

En ese caso, se�ora,
le encantar� saber que s�lo est�...

a mil ochocientas...

setenta y tres millas de distancia de �l.

Trabaja usted muy duro, capit�n.
M�s que cualquiera de nosotros.

�Nunca piensa en otra cosa?

Lo har�, se�ora,
en cuanto nos marchemos de esta isla.

Lady Mary, �cree que ese ba�l de marinero
puede provenir de su naufragio?

No lo creo. Nadie tuvo tiempo de guardar nada.

Capit�n, �ha visto lo que hay aqu� escrito?

''N-A-U...''

�Nautilus!

Traiga, d�jeme verlo.

Tiene raz�n. Debe de ser del Nautilus.

-�Se refiere al submarino?
-La nave del capit�n Nemo.

Menuda historia aqu�lla.

-�Se acuerda, Lady Mary?
-No, me temo que no.

Debi� de ser durante la temporada de caza.

Estuvo semanas en los titulares
de Nueva York y Londres.

Ese Nemo y su...

�''submarino'', ha dicho?

�Era un hombre importante?

Era un monstruo, un demonio.

�C�mo que era un demonio? Era un genio.

Cualquiera que viva bajo el agua como un pez...

-�Bajo qu�?
-Bajo el agua, se�ora.

Su submarino se impulsaba
con un m�todo incre�ble que hab�a inventado �l.

Nada de la superficie pod�a escapar de �l.

Precisamente, Sr. Spilett.

Y lo us� para destruir barcos sin previo aviso.

S�lo buques de guerra, capit�n.

Ten�a una man�a respecto a la guerra, Lady Mary.
Una man�a muy sensata. La odiaba.

Capit�n, �qu� idioma es �ste?

Es Lat�n. ''Mihi libertas necessest.''

''Debo tener la libertad.''

�La encontr�, Sr. Spilett?

Su submarino se perdi�
cerca de la costa de M�xico...

hace unos ocho a�os, con toda su tripulaci�n.

Este ba�l Lleva ocho a�os flotando en el mar.

�Realmente cree eso, capit�n?

Estoy cansada.

�A tu edad? �Tonter�as!

Estoy cansada de trabajar.

�Qu� quieres, una criada? Yo tambi�n.

Si la encuentras, m�ndamela.

La siguiente te la puedes quedar.

Mientras tanto,
seguiremos trabajando como los dem�s.

El Sr. Spilett tambi�n cree que trabajamos
mucho. Ha ido a pescar.

�Ah, s�?

Pues esperemos
que el capit�n Harding no se entere.

�Mary, corran! �Corran!

�Socorro!

Neb, para un momento.

�Vamos, Pencroft!

-Ir� a por �l.
-�No, espere, aqu� no! Dar� a Herbert.

�Est� bien?

Me pregunto cu�ntos minutos tardar�a
en cocinarlo en un horno Lento.

Se corta como mantequilla.

Tambi�n sabe delicioso.

Creo que ayer este p�jaro podr�a haber dicho
lo mismo de usted, Sr. Spilett.

�Qu� ocurre?

Puede que no se lo haya tragado a usted,
Sr. Spilett, pero s� que ha comido piedras.

-Eso no parece una piedra.
-No lo es.

Es una bala.

Ninguno de nosotros ha disparado al p�jaro.

No, yo lo intent�, pero la pistola se atasc�.

Pues esto es lo que lo ha matado.

-Pero habr�amos o�do un disparo, �no?
-No necesariamente.

Pudo ocurrir cuando el p�jaro atraves� la valla.

Deb� imaginar que no fue mi cuchillo.

No lo parec�a, tal y como cay� el p�jaro
debajo de m�.

Arriesgaste tu vida por m�, Herbert,
nunca lo olvidar�.

S�, es cierto, Herbert.

Si no hubiera sido por ti,
el Sr. Spilett a�n estar�a dentro...

cortando hacia fuera,
en Lugar de fuera cortando hacia dentro.

Result� que Lady Mary era bastante h�bil
usando aguja e hilo.

Hizo ropa para los hombres con pieles de cabra...

y confeccion� un bonito vestido para Elena.

No s� c�mo me has convencido para hacerlo.
Van a decir todos que es demasiado corto.

-Herbert no.
-Seguro que no.

Ven aqu�.

He decidido casarme con �l.

� Y �l qu� ha decidido?

No te sorprendas tanto.
Mi madre ya se hab�a casado a mi edad.

Eso era en el continente.

�No te das cuenta
de que quiz� nunca salgamos de esta isla?

Entonces tendr�s tiempo de esperar.

-Pero Herbert no quiere esperar.
-�Ah, no?

-Y yo tampoco.
-Me temo que tendr�s que hacerlo.

Ve a vigilar tus cabras.

Voy a pedir al capit�n Harding que nos case.

Eso ser�a maravilloso si fuera sacerdote,
pero no lo es.

Es capit�n,
y los capitanes casan a la gente en el mar.

Es capit�n de tierra, no de mar.

Bueno, pero estamos en tierra, �no?

Herbert.

-�Qu� ocurre?
-No lo s�.

Parece miel.

Es miel.

�Alguna vez has estado en una colmena?

Es un panal.

-No puede ser. Es demasiado grande.
-No puede ser otra cosa.

Vamos a por caracolas de mar,
y Llevaremos algunas a los dem�s.

�Vamos!

�Entra en el panal!

�Qu� est� haciendo?

No lo s�.

Nos est� encerrando.

-�Capit�n, un velero!
-�Van a salivarnos!

Tienen raz�n. Mire.

Capit�n, �encendemos ahora las bengalas?

-�S�, vamos!
-�Un momento!

Antes echaremos un vistazo por el telescopio.

�Qu� pasa, es que no quiere que nos salven?

Viene en esta direcci�n,
hagamos lo que hagamos. �Vamos!

Vamos, subid a la casa de granito.

Dame algunos m�s.

�Para qu�?

Del ba�l de marinero, �recuerdas? Saqu� esto.

Va armado hasta los topes.

Y tiene la calavera y los huesos cruzados.

�Cree que son los mismos piratas
sobre los que escribi� Ayrton?

Los que le arrancaron la Lengua
y lo abandonaron a su suerte.

No tendr�n mucha piedad si nos encuentran.

Vosotros dos, id a la playa y ocultad el bote.

Cuando volv�is, meted esto y escondedlo.

Spilett, amontone Ia munici�n.

Elena est� fuera con Herbert.
Hay que ir a buscarlos.

No se preocupe. Es un soldado.
Si ve una banda de asesinos, se resguardar�.

Vamos a cargar y apilar los fusiles.

�Elena!

Elena, �est�s bien?

�Qu� es?

Parece una especie de barco.

Nunca he visto nada igual.

Vamos, sub�monos.

�Hola!

�Hay alguien ah�?

Vamos.

Hola.

�Hay alguien ah�?

Vamos a echar un vistazo.

-Mejor que no.
-Vamos.

Herbert, �no dijo el Sr. Spilett
que el Nautilus se hundi� hace 8 a�os...

cerca de la costa de M�xico?

S�, es verdad.

Entonces, �qu� hace aqu�?

No lo s�.

�Herbert! �No!

Ve�monos de aqu�.

�C�mo salimos?

Por all�.

Eso no estaba antes.

Tal vez haya bajado la marea. Vamos nadando.

Neb.

-�Cu�ntos hay?
-S�lo tres.

Est�n sacando barriles.

Deben de ir a por agua.

Podemos con ellos, capit�n.

� Y hacer que vengan los dem�s a la isla?
No, gracias.

Esperaremos en silencio a que se vayan.

-�Ahora qu� hacen?
-Se dirigen al bote.

-�Cree que lo encontrar�n?
-No lo s�.

Lady Mary, otro fusil.

S�, se�or.

�Capit�n, mire! Se est� hundiendo.

-�Qu� cree que ha ocurrido?
-No lo s�.

Habr� explotado algo.

�Vamos! Hay que volver r�pido.

Corre, Elena.

Baje eso.

Nos dividiremos.

Spilett, usted vaya al Lado oeste.
Neb, t� ve tierra adentro.

Muy bien, soldado.

Ag�rralo si te da seguridad. Pero no lo tires.

�C�mo est� usted, capit�n Harding?

Soy el capit�n Nemo.

�Nemo?

�C�mo conoce mi nombre? �Se lo has dicho t�?

No hac�a falta.

Les conozco a todos desde hace meses,
desde el d�a en que le llev� hasta la costa.

�Usted fue quien encendi� el fuego?

-Quien dispar� la bala misteriosa.
-Alguien ten�a que matar a ese p�jaro.

La pistola de su se�or�a se atasc�.

Bienvenida, Lady Mary.
No soy tan ogro como aparento.

�Siempre se viste as�
para asustar a las jovencitas?

No es para asustar a las jovencitas.
Es para respirar bajo el agua.

Realizo gran parte de mi trabajo ah� fuera.

Eso hemos o�do.

Como hundir barcos
y ahogar a hombres �nocentes.

No creo que les moleste
que haya colocado una carga explosiva...

en el barco pirata
para que se ahogaran, �verdad?

Ve, Harding, le deje que era un genio,
no un demonio.

Capit�n Nemo, soy del New York Herald.

-Inform� de su historia hace ocho a�os...
-S� qui�n es.

He Le�do algunos de sus reportajes.
Es especialista en noticias de guerra, �verdad?

Usted proporciona la tinta,
y los soldados, la sangre.

-Seguro que donde hemos estado era su barco.
-S�.

Hay un gran barco de hierro en una gruta
inundada. Elena y yo estuvimos a bordo.

-�EI Nautilus? �Aqu�?
-Lo que queda de �l.

-Eso significa que podemos salir...
-No, no pueden.

Si esperan usar mi barco para marcharse,
olv�denlo, porque no puede volver al mar.

�Por qu� no le hemos visto en todo este tiempo?

Porque el contacto con mi especie
siempre me ha decepcionado.

La soledad me da libertad de esp�ritu
e independencia de actuaci�n.

�Por qu� ha elegido este momento en especial
para interrumpir su soledad?

Se lo contar�.

Porque su comportamiento,
caballeros, y se�oras,

en su Lucha por la supervivencia
ha sido admirable.

Ahora me alegra saber
que puedo aprovechar su ingenio.

Ver�n, ese volc�n est� a punto
de entrar en erupci�n.

Un desastre de la naturaleza
pronto convertir� esta isla en cenizas.

En resumen, capit�n Harding,
necesito su ayuda...

tanto como usted la m�a.

S�lo que usted no tiene opci�n si quiere vivir.

Esc�cheme bien.
No haremos nada bajo amenazas.

Tenemos la intenci�n de seguir viviendo.

Pero si quiere compartir el bote
que estamos construyendo...

creo que eso se podr�a arreglar.

Gracias, pero no da tiempo a terminarlo.

Adem�s, ser�a muy peque�o
para mis necesidades.

Afortunadamente, el barco que nos Llevar�
a un sitio seguro ya nos est� esperando.

Ah� fuera.

La �ltima botella.

Otra raz�n importante para marcharnos pronto.

Capit�n Nemo, si conseguimos salir de esta isla,
me gustar�a escribir la historia de su vida.

S�. �Qu� es lo que hace un hombre
en una isla como �sta durante ocho a�os?

Depende del hombre.
Yo hice lo que siempre he hecho,

dediqu� todas mis fuerzas
a destruir el concepto de guerra.

Su profesi�n, capit�n Harding.

Teniendo en cuenta los barcos
y tripulaciones que ha hundido sin piedad,

yo tengo la conciencia tranquilla.

�Ah, s�?

Lo que yo hice fue en nombre de la paz.

Su guerra, como todas,
se regodea en la devastaci�n y la muerte.

Bueno, mi guerra liberar� a los hombres.

Esa Lucha pertenece a todos los hombres,
�no cree?

� Y c�mo ha podido Llevar a cabo
su cruzada, capit�n,

si el Nautilus no funciona?

Buena pregunta, Sr. Corresponsal de Guerra.

Al capit�n Harding le alegrar� saber
que no ha supuesto hundir buques de guerra.

En Lugar de eso, he estado Llevando a cabo
experimentos de f�sica hort�cola.

�Horti-qu�?

Experimentos que garantizar�n a la humanidad
una fuente de alimentos inagotable.

S�. Estoy seguro de que han visto los resultados.

-�Claro, el cangrejo!
-�Y el panal!

Las ostras gigantes que devoraron.
El p�jaro que casi los devora a ustedes.

Con el Nautilus,
simplemente atacaba las armas de la guerra.

Pero ahora he conquistado las causas:
el hambre y la competencia econ�mica.

Imaginen trigo de 12 metros de alto
y ovejas del tama�o de una vaca.

Cuando haya entregado mis dise�os
y mi sistema al mundo...

mi trabajo habr� acabado.

A eso se refer�a al decir
que nuestro bote no ser�a bastante grande.

-As� es.
-Escuche.

Ha dicho que el volc�n entrar� en erupci�n
en los pr�ximos d�as.

�Hay tiempo de sentarse a hablar?

La verdad es que no, pero me gustar�a,
si no le importa.

Quiero que entienda que me interesa algo m�s...

que salvar nuestra vida.

Debo Llevar el resultado de m� trabajo
a la civilizaci�n.

Para hacerlo, s� que necesito un buque
de gran tama�o, como el barco pirata.

� Y por eso lo ha hundido?

�C�mo acabar�a usted con un grupo
de hombres violentos de una sola vez?

�Cree que puede conseguir
que un barco tan grande vuelva a flotar?

Coloqu� la carga para que lo da�ara
en una secci�n muy peque�a.

Cuento con el equipo necesario para subirlo.

Y todos ustedes proporcionar�n
la mano de obra.

Por su buena salud. La necesitar�n.

Bueno, capit�n Harding,

�est� listo ya para bailar con el demonio?

Ens��eme las bombas y la energ�a
para elevar ese barco...

y entonces tendr� siete nuevas parejas de baile.

Muy bien.

Eche un vistazo.

Esta botella, como un barco,
fiota porque est� Llena de aire.

Si se hace un agujero en cualquiera de ellos,
como hice en el barco pirata,

el aire es sustituido por agua,

y la botella, como el barco,
se hunde hasta el fondo.

De este modo, cuando hayamos
tapado la secci�n da�ada del casco,

podremos introducir aire...

por una tuber�a que construiremos con bamb�.

EI aire a presi�n que entre,
sacar� el agua de la bodega,

que saldr� a flote,
y entonces el barco ascender� a la superficie.

Fabricar el parche, atornillarlo en su Lugar,

asegurarse de que cada secci�n del casco
sea herm�tica, incluidas las escotillas,

ser�n los trabajos que tendr�n que hacer
bajo el agua.

Les entrenar� y les equipar� para ello.

-En teor�a, deber�a funcionar.
-En teor�a, moriremos si no funciona.

Aunque el capit�n Nemo estuviera seguro,
yo ten�a muchas dudas.

Sin embargo, bajo su mando
cortamos bamb� para construir la tuber�a.

Nemo nos dijo d�nde hab�a �rboles del caucho,

y las mujeres buscaron savia
para sellar las uniones de la tuber�a.

Y con gran esfuerzo fabricamos
un gran parche de madera...

seg�n las indicaciones de Nemo.

Deb�amos usarlo para reparar el casco
del barco pirata da�ado.

Incluso Spilett trabaj� duro
en la balsa que necesit�bamos.

Lady Mary y Elena aplicaron arduamente
la sustancia selladora...

para unir los trozos de bamb�,

que hab�a que extender
desde la sala de m�quinas del Nautilus...

por zonas de rocas tortuosas,
hasta el borde del agua, y m�s all�.

Entonces Nemo nos dio equipos subacu�ticos
que ten�a en su submarino.

El mecanismo de respiraci�n estaba hecho
de caracolas gigantes.

Ten�amos que aprender a andar
con zapatos de plomo en el fondo del mar,

y a soportar las presiones de las profundidades.

Luego Nemo nos ense��
el incre�ble arma el�ctrica que hab�a inventado...

para protegerse de los peligros
de las profundidades.

Al aprender a respirar y caminar
por el fondo del mar...

Nemo nos ense�� las ruinas
de una antigua ciudad y una civilizaci�n perdida.

Vimos que ya antes
un volc�n hab�a entrado en erupci�n,

sentenciado a muerte a aquellos que est�n
ahora sepultados en esta ciudadela hundida.

Herbert, �stos no est�n terminados.

Bueno, deber�amos poder colocar el parche
ma�ana por la ma�ana.

� Ya est�? �Est� empezando la erupci�n?

Estaba equivocado. No queda tiempo.

Vaya, miradlo. �Es aterrador!

Hemos perdido la carrera.

Pero todav�a queda una peque�a posibilidad
de que se calme.

Sugiero que nos pongamos a salvo en el Nautilus
y esperemos.

Cuando Llegue la Lava,
nos quedaremos aqu� atrapados, �verdad?

�Cu�ndo ocurrir� eso?

�Servir�a de algo saberlo?

Dos horas. Quedan dos horas.

�No podemos hacer nada para salivarnos?

No se puede hacer nada.

��ste es ese genio de infinitos recursos
del que me habl� usted?

Un hombre que dice que nos quedemos
atrapados para morir aqu�, sin mover un dedo.

No creo que no se pueda hacer nada.
�No me lo creo!

Lady Mary,

soy realista.

Capit�n Harding, �tiene raz�n?

�Hemos trabajado tan duro
y pasado por todo esto...

para que nos diga que no hay esperanza?

�I es como usted, un hombre de fe, no de raz�n.

Capit�n.

Capit�n, venga, por favor.

Tengo una idea.

Herbert, m�ra.

Imagine que �sta es la cubierta
del globo en el que vinimos.

S�lo nos Llevar�a una media hora repararlo.

La unimos a la tuber�a de bamb�.

Y luego la colocamos dentro del casco
del barco hundido.

Eso nos Llevar�a otra hora.

Entonces, con las bombas del Nautilus...

metemos aire en la tela del globo,
creando una gran burbuja...

que flote hasta la superficie,
Llevando al barco con ella. Tiene que funcionar.

Es posible, si la tela soporta la presi�n.

Si hay una posibilidad, hay que intentarlo.

S� que hay una posibilidad.

Capit�n Harding, traiga el equipo subacu�tico.

Y ll�vese a las mujeres con usted.

Yo me quedar� a manejar la bomba
y a reunir mi equipo.

Cuando esta aguja Llegue a cero,
sabr� que est� a flote.

Vale, volveremos a por usted.

�Pencroft!

Neb, avisa a Nemo, o no saldremos de aqu�.

EI aire est� pasando, capit�n. �Lo oye?

�Ha subido! �Lo hemos conseguido, capit�n!

Bien, vamos.

Hay que subir a las mujeres a bordo
y volver a por Nemo.

Lamentamos profundamente no poder salvar
la vida del hombre que hab�a salvado la nuestra.

Un hombre que se hab�a dedicado
a acabar con el conflicto entre los hombres.

Y cuando volvimos a la civilizaci�n,
todos nos comprometimos a trabajar...

por un mundo pac�fico y bondadoso,
como al capit�n Nemo le habr�a gustado.

FIN