All language subtitles for La dama se rinde (1945) (Dual Subt.ESP-ING)ESP

U

Perdone, coronel Brady.

- �S�, capit�n?
- Ven�a a buscarle.

- La Dra. Lane quiere verle.
- Apuesto a que por el caso John Drake.

Ya me parec�a. Sab�a que
no podr�a con ese caso.

�Qu� creen esas mujeres que
tienen que nosotros no tengamos?

Se me ocurren un par de cosas, se�or.

Una de ellas, el instinto maternal,
por supuesto.

- �C�mo es de alta?
- A m� me llega por aqu�.

- Es decir, con tacones.
- Una cosa diminuta, �no?

A m� me gusta as�.

- �Quiere ver una foto?
- Me muero de ganas.

�Qu� nota le pone?

- Ella dice, "As� soy yo"."
- �De qu� color tiene el pelo?

- Rojo. Natural.
- �Caray!

- Hola.
- Hola.

Johnny me hablaba de su chica.

Parece un bomb�n.
Van a casarse.

- �No es as�, Johnny?
- S�.

- Vaya, vaya, Johnny. Yo cre�a...
- Bueno,

la Dra. Lane dice que ser� f�cil
encontrar trabajo y solo por eso...

Claro que puedes encontrarlo.
Ya te lo dije.

Ya lo s�, se�or,
pero es que no le cre�.

Ver�, mi padre sufri� una neurosis
en la �ltima guerra.

Nunca pudo encontrar trabajo...

Johnny no entendi� la diferencia.

Ya no hay neurosis de guerra.
Est� pasado de moda.

Neurosis de guerra, o como se llame,
uno no se recupera. �No es as�?

- �Tonter�as! T� est�s bien.
- S�, claro.

Mira, Johnny, tengo que volver
a Chicago esta noche,

pero voy a volver y no quiero
encontrarte aqu�.

- No, se�ora. Tengo cosas que hacer.
- Puedes apostarlo.

Tienes que hacer de esa cosa
diminuta una mujer honrada.

- S�.
- Y si vienes a Chicago,

-recuerda, quiero conocer a esa pelirroja.
-S�, se�ora... Dra. Lane.

- Adi�s.
- Adi�s, Johnny.

Quer�a decirle lo agradecidos
que estamos

por habernos dedicado estas 2 semanas,
Dra. Lane.

�Agradecidos? He aprendido
mucho en estas 2 semanas.

Esta es la clase de trabajo a la que
quiero dedicarme del todo alg�n d�a.

Dra. Lane, �cree que est� mejor?

Yo dir�a que s�. Ahora tiene pies
en lugar de piraguas.

S�, supongo que mir� demasiado
a los ind�genas.

Tienen unos pies incre�bles.

- Est� mejorando.
- Tambi�n la coordinaci�n de sus dedos.

- Hola.
- Hola, Dra. Lane.

- Creo que estoy gan�ndole.
- Vaya si est�s ganando.

- �S�?
- Y c�mo. Mejor espabilas.

S�.

- No s� cual...
- Prueba a ver.

- Bueno...
- �Esa? �Vas a jugar esa?

- No.
- Escucha, Tommy.

Yo soy una experta en gin rummy,
y yo jugar�a... esa.

�Gin!

Estaba equivocada, �no?
Y t� ten�as raz�n.

T� escogiste la buena, �no fue as�?

- Pero usted dijo que...
- �Ah� lo tienes! Yo soy experta,

y sin embargo la carta que
escogiste era la buena.

La pr�xima vez no tendr�s dudas
sobre cual es la buena, �no?

Entonces era mejor el rey, �no?

T� escogiste la carta buena, Tommy.

S�. S�. Yo ten�a raz�n.

Baraja.

Dra. Lane, ese chico no hab�a
sonre�do desde que est� aqu�.

Lleva 3 meses. Pel�culas, espect�culos�

Lo hemos intentado todo menos
hacer el pino. Y nada...

�De qu� te r�es?
Me gustar�a re�rme yo tambi�n.

Es el Nixie.

- �El qu�?
- El Nixie.

Ver�, cuando quieres hacer algo
pero tienes miedo de hacerlo,

�l te silba al o�do, y...

Este hombre de aqu� es rico,
seguramente, e importante.

Le gustar�a subir al tiovivo,
como cuando era ni�o,

pero es demasiado estirado,
y seguramente la gente se reir�a de �l.

As� que el Nixie le silba al o�do
y lo incita. �Lo ve?

�Qu� m�s da que la gente se r�a de ti,

si haces lo que est�s deseando?

�As� que lo hace!
No le importa lo que piensen,

porque es feliz. �Lo ve?
Como cuando yo era un ni�o.

Ya veo.

Bueno, menos mal que
es solo una historieta.

Ser�a un desastre si se desmelenara.

�Por qu�?

Si todo el mundo anduviera por ah�
cediendo a sus impulsos,

�qu� ser�a de la civilizaci�n?

�Y qu� ha pasado, de todos modos?

Nadie tiene m�s derecho
que t� a preguntar eso.

Pero no creo que vayamos a mejorarlo
escuchando silbidos que...

Que nos animan a dejarnos ir
y obedecer cualquier impulso.

Tenemos que aprender a controlar
nuestros impulsos.

�Lo comprendes?

S�, supongo que s�.

S� que s�.

Doctora, tiene una gran fe
en la auto-disciplina, �no?

Naturalmente.

Al contrario, no tiene nada de natural,
sobre todo en una mujer.

Debe tener una duda profunda
que la hace tan fuerte.

- No tengo ni idea de lo que me habla.
- No, creo que no la tiene.

Creo que su negaci�n
es totalmente sincera.

Pero yo tambi�n soy psiquiatra, Dra.
Lane, y se lo advierto, es una negaci�n.

- Sargento.
- �S�, se�or?

- Lleve a la Dra. Lane a su hotel.
- Ir� primero a por mis billetes.

- Ya le dir� d�nde.
- S�, se�ora.

Y quiero decirle que fui analizada
cuando era estudiante.

Y quiero advertirle que
me encontraron tan normal

y tan equilibrada que
casi les di miedo.

- �Hace cu�nto fue eso?
- 6 o 7 a�os, supongo. �Por qu�?

No puedo evitar preguntarme

lo que un silbido en el lugar
oportuno podr�a hacerle.

- Vaya idea.
- Y le dir� algo m�s.

- Cuando ocurra, espero estar cerca.
- Siento decepcionarle, coronel,

pero si alguien silba, esa ser� yo.

- Chica que silba y gallina que cacarea...
- ...siempre acaba mal.

Lo s�, pero eso fue escrito hace mucho,
cuando era un mundo de hombres.

Caray, este Michael Kent no es
solo un dibujante, es un t�nico.

�Otra vez el Nixie?

S�.

�Si yo me atreviera!

- �A qu�?
- A cualquier cosa.

Solo una vez, a hacer
lo que me apeteciera.

No puedes hacer lo que te apetezca.
Nadie puede.

- Ya lo s�, pero... �S�, se�ora?
- �Tienen mi reserva para esta noche?

- Dra. Susan Lane.
- S�, se�ora. Billete de ida a Chicago.

Lo siento, Dra. Lane, solo pude
conseguirle una litera superior.

Supongo que hizo lo que pudo.
�Cu�nto es, por favor?

Billete y litera, 44.03.

Salida de Grand Central Station, 5:30,
litera 5, coche 10.

Muchas gracias.

No est� mal para m�dico, �eh?

Lo siento mucho. �Le hice da�o?

No, no. Apenas sangro.

- Cu�nto lo siento.
- S�, ya lo s�. Ya lo ha dicho.

- Dios, yo...
- Lo siente mucho. Ya s�.

�Le importar�a no ayudarme?

Me gustar�a que me quedara algo
en buen uso cuando esto acabe.

- No sea boba. Solo trataba de ayudar.
- Seguro que s�.

Ahora salga de mi vida y d�jeme
olvidar lo ocurrido, �quiere?

Qu� l�stima.

Tengo la sensaci�n de que
en otras circunstancias,

le hubiera ca�do bien. Muy bien.

Entonces me alegro de que las
circunstancias fueran estas.

S�. Qu� l�stima.

Bueno.

- Hola, Sr. Kent.
- Hola.

Usted y la se�ora se enredaron
un poco, �eh?

- S�, un poco.
- Se llev� un par de buenos porrazos.

Ya lo creo.
�Consigui� resolver lo m�o?

- Le consegu� un billete, Sr. Kent.
- Bien.

Pero me temo que tendr� que
ir sentado hasta Chicago.

Es que cambiar la reserva,
como usted hizo...

Ya s�. La culpa es solo m�a.

La Sra. Cassell, de los apartamentos
Roma, lo quiere para el jueves.

La lavander�a es all�.
Esto es para viajes.

Perdone.

Estaba bien, �eh?

- ��l?
- No, no. La dama que tir�.

S�, estaba bien.

�No era lo que yo dec�a?

- S�.
- Es una pena.

Tengo la sensaci�n de que pod�a haber
salido de ah� algo maravilloso,

y, bum, sale de mi vida antes de que
tuviera oportunidad de comprobarlo.

No est� bien, �no, Sr. Kent?

- No est� bien.
- Sale de Grand Central Station a las 8.

Tenemos que compartirlo
con la lavander�a.

- �Compartir qu�?
- Este local.

- C�rguelo al peri�dico.
- S�, se�or.

- Sr. Kent.
- �S�?

Ahora que se marcha a Jap�n, �ya no
saldr� el Nixie en el peri�dico?

Claro que s�. Pero ser�n
sus aventuras en Tokio.

F�jese en lo que ocurre cuando
silbe al o�do del caballo blanco.

Estaba preocupado.

- �De verdad?
- S�, se�or.

Encargu� algunos para
amigos especiales de Nixie.

�Lo ve? Silba y todo.

Gracias, Sr. Kent.

Cuando silbe, usted escuche.

S�, Sr. Kent,

- Siento lo de la se�ora.
- �Qu� se�ora?

Esa con la que podr�a haber
pasado algo maravilloso.

- As� es la vida, supongo.
- S�.

Muchas gracias y adi�s.

- �Sr. Kent?
- �S�?

�Qu� le parece este ayudante
in�til que tengo?

- �Yo?
- �Qu� le pasa?

Ten�a una anulaci�n oculta
todo este tiempo.

- �Yo?
- S�.

Seguramente la guardaba
para un amigo o algo as�.

�Yo?

Claro que es solamente
una litera superior, Sr. Kent.

Me conformar�a con una hamaca
colgada entre dos mozos del tren.

Este tren sale de Grand Central Station
a las 5:30. Litera 5, coche 10.

Fenomenal. Muchas gracias. Adi�s.

- �Pero qu� he hecho yo?
- T� nada, pero yo s�.

Hice lo que quer�a hacer.
Por una vez.

- Disculpe.
- No pasa nada.

- Perd�n.
- Claro.

Mozo, �le molesta si cojo
mi maleta un momento?

No, se�or. Adelante.

- Quiero sacar la pipa.
- No me ha dado su billete, �no?

No, estaba cenando.
Estaba muy lleno.

Tambi�n va a estarlo esa litera.

- Creo que tengo suerte.
- S�, me parece que s�.

Eso supon�a cuendo ten�a su edad.

- �D�nde est� el coche club?
- Cinco coches m�s atr�s.

�Por qu� no toma una copa?
Estar�a m�s relajada.

- No, gracias.
- �No bebe?

- �Nunca?
- No.

No tendr� nada contra la bebida, �no?

Ahora que me lo pregunta,
varias cosas.

D�game una.

Para empezar, me gusta siempre
saber lo que estoy haciendo.

�Habla en serio?

�Jam�s me hab�an tratado as�!
El coche equivocado,

el compartimento equivocado.
Lo siguiente ser� el tren equivocado.

- Puede que ni siquiera est� en un tren.
- S�, se�ora, est� en...

Silencio, estoy hablando yo.
�Qu� le pasa a este?

�Sabe qui�n es? �Allura!

Vaya.

Esa bailarina que escribi� el libro
Biograf�a de una Rubia.

- �No lo ha le�do?
- No, no lo he le�do.

�En serio? Pues deber�a.

D�jeme decirle que hay un
romance distinto en cada p�gina.

Su propia vida, ya sabe.

- �Cu�ntas p�ginas tiene?
- M�s de 300.

- �Puede imagin�rselo?
- Ha estado ocupada, �no?

Lo siento. Lo siento.

- Un cuba libre, por favor.
- S�, se�or.

Usted no siempre quiere
saber lo que hace.

- �Perdone?
- Solo dec�a que...

- Yo lo...
- Siente mucho, ya lo s�.

- �No!
- Es mi l�nea.

- �Qui�n no cree en el destino?
- �Qu� tiene que ver el destino?

Nos encontramos comprando unos billetes.

Volvemos a encontrarnos en un tren,
donde se usan los billetes.

Una secuencia de acontecimientos
perfectamente normal.

Hay que ver.
�Puedo invitarla a una copa?

Ella no cree en eso.

�Entonces qu� hace en el bar?

Resulto ser el �nico sitio
donde pude apoyarme.

- Le conseguir� un asiento.
- Es que yo no quiero...

- Buenas noches.
- Buenas noches.

Lo siento. No lo sab�a, por supuesto.

Quiere decirle a su mujer
que yo jam�s...

Querida, es que �l no lo sab�a.

- �Qu� le ha dicho a ese hombre?
- C�llese. Ya tiene asiento, �no?

- �Qu� le ha dicho a ese hombre?
- Bueno, es obvio, �no?

No me mire as�.
Creen que estamos casados.

- Usted no est� casada, �no?
- No.

- Bien.
- Estoy de acuerdo.

Por cierto, me llamo,
Michael Kent. �Y usted?

Tendr� un nombre, �no?
Bueno, �cual es?

- Lane, Dra. Lane.
- �Dra. Lane!

S�, y hubiera apostado que
es usted del tipo de hombre

a quien no gusta que una mujer
tenga un poco de sentido.

No me importa, si no es demasiado.

�Qu� clase de doctora?
No, no me lo diga, d�jeme adivinar.

�Quiropod�loga? No, �quiropr�ctica?

Ya lo s�, veterinaria.

Resulta que soy psiquiatra.

�No? Una fisgona de la mente, �eh?

- Solo por cita previa.
- Me gustar�a pedir cita.

- Voy a San Francisco.
- Bien. Yo me bajo en Chicago.

Tengo dos semanas antes
de tener que irme.

Espero que las disfrute.

Empiezo a sospechar que eso
depender� de usted, doctora.

Me temo que eso me supondr�a asumir
demasiada responsabilidad, Sr. Kent.

Kent... Usted hace historietas.

Qu� �nimos. Hubiera apostado que
usted es de la clase de mujeres

- que nunca leen una historieta.
- Hubiera ganado.

- La vi por casualidad.
- �Le gust� mi criatura?

�Ese man�aco que va por ah� silbando
y llevando gente a la destrucci�n?

A la libertad.
Y el Nixie no es un man�aco.

Es el impulso vital que hay
en cada uno. Un liberador.

�Nunca ha querido
escupir desde un balc�n?

- �Claro que no!
- �Tonter�as! A todo el mundo le pasa.

De acuerdo, �por qu� usted no?
Le dir� por qu�.

Porque los seres humanos est�n
completamente rodeados

por sus propios peque�os polic�as
de lo convencional.

Est�n armados con porras y esposas,

y solo conocen 3 palabras:
no, para, espera.

Pero si el Nixie silba
y retira a los polis, usted...

�Encantador!

Bueno, eso precisamente no,
pero s� otras cosas.

Por ejemplo, usted quiere
decirle algo bonito a alguien.

�Lo dice? �No!

De parte del caballero
que les cedi� el asiento.

- Gracias.
- Esto es leche.

Naturalmente.

B�balo. Deber�a ser amable.
Ese hombre le cedi� su asiento, �no?

Es que no puedo beber leche.
Me pone enferma.

- Puede fingir, �no?
- �C�mo de tonta quiere que parezca?

Qu� le importa parecer tonta si
hace sentirse bien a ese hombre?

- A eso me refer�a.
- �S�?

S�. B�base la leche.

Ahora se sentir� bien porque ha hecho
sentirse bien a otra persona.

- As� es como funciona.
- Al contrario. Me sentir� muy mal.

Pero no deje que le estropee su teor�a.
Es tan bella y conmovedora.

Casi hace que uno vuelva a creer
en Santa Claus y el conejo de Pascua.

- Yo nunca dej� de creer.
- Su litera est� lista.

- Qu� encantador es usted.
- Gracias, se�ora.

Pero parece que los dos
se creen con suerte.

Ahora, si no le importa, Sr. Kent,
me gustar�a salir de esta ratonera.

- No podemos despedirnos aqu�.
- �Por qu� no?

�Qu� pensar�a entonces la gente?

Cuidado, cari�o. No quiero pensar
que te ocurriera algo.

�Le importar�a?

�ltima llamada para la cena.
�ltima llamada para la cena.

�Hasta d�nde piensa llegar?

Empiezo a considerar
seriamente esa cuesti�n.

�D�nde duerme esta noche?

- �Sr. Kent!
- No me malinterprete.

Es solo que no quiero
perderla por la ma�ana.

Seremos otros. Nuestro romance
empezar� con el desayuno. Buenas noches.

Mozo, la litera 5 cuando pueda, gracias.

- Buenas noches.
- Buenas noches.

- Espero que su esposa duerma bien.
- �C�mo? Muchas gracias.

�Quieren un chico o una chica?

Empiezo a pensar que quiero una chica.

Por primera vez en mi vida,
creo que quiero una chica.

Las chicas est�n bien.
Espero que consiga lo que quiere.

- Har� lo que pueda. Buenas noches.
- Buenas noches.

Eh.

No puede hacer esto.

- No haga tanto ruido.
- Sr. Kent, �es que no conoce l�mites?

Est� bien simular que estamos casados
para conseguir asiento en el coche club,

pero no podemos pasarnos. Yo...

Est� guapa con el pelo...

- Buenas noches.
- �Todo bien, se�or?

- Estupendo.
- �No estar�a mejor en la cama?

Claro. Solo hac�a mis ejercicios.

Tengo que mantenerme en forma.

Nunca se sabe lo que puede pasar.

Solo quer�a advertirle que vamos
a llegar a una curva pronunciada,

y podr�a salir despedido.

Espero que aprecie el hecho de que
me mantuve callada hasta que se fue.

�Que espera que se lo agradezca?

Creo que cuelgan a gente
por cosas as�.

Y si insiste en forzar
las cosas conmigo...

Un momento, �qui�n fuerza a qui�n?
Esta cama es m�a.

- �Ah, s�? Pues yo estoy en ella.
- �Y a d�nde quiere que vaya yo?

�A usted qu� le parece?

�Se ha ca�do de la cama?

�No! Lo tiraron.

�Qu� pasa aqu�?
�Alguien se ha hecho da�o?

- Ella lo tir� de la cama.
- No es su cama. Es la m�a.

- M�a.
- Oiga, ya dije que estar�an apretados,

- pero usted me dijo que le gustaba.
- �Que �l qu�?

- Pero si no me dijo que...
- Vamos, arriba.

- A dormir.
- No puede subir a esta litera.

- Es m�a. Mi billete lo prueba.
- Y el m�o tambi�n.

Claro que los dos lo tienen.
Ya lo s�.

- �Los dos?
- �Los dos?

- �Por qu� no?
- Bueno,

- hay much�simas razones.
- �No est�n casados?

Bueno, no exactamente.

�No exactamente? En mi vida hab�a
visto a este hombre hasta hoy.

�No est�n casados! No est�n casados.

No est�n casados. No est�n casados...

No, No est�n casados.
Buenas noches.

Todo est� bien,
ya pueden volver a dormir.

Revisor, revisor,
�hay alg�n m�dico en el tren?

�Qu� pasa ahora?

La se�ora del compartimento B
intent� saltar del tren,

- pero la cog� justo a tiempo.
- Dr. Lane, litera 5.

- �Quiere acompa�arme, doctor?
- Me gustar�a, pero el doctor es ella.

- �Vaya viaje!
- Vale, ir�, pero no me lo creo.

Alguien con un compartimento
s�lo para �l

nunca intentar�a suicidarse.

Seguramente alguien trat�
de matarla para quit�rselo.

�Le echo una mano, doctora?
�Voy con usted?

�No lo quiera Dios!

Mejor no, se�or.
No le gustan nada los hombres.

- Parece una mujer inteligente.
- A ver si ya podemos dormir.

Tenga cuidado, Srta. Doctora,
ha perdido la nerviadura.

�Que ha perdido qu�?

Est� enfadada conmigo porque
intent� salvarle la vida.

Est� como loca conmigo
porque no la dejo salir.

Es una reacci�n completamente normal.
Ustedes ap�rtense.

�No le parece que ser�a mejor traer un
m�dico que fuera m�s como un hombre?

No sea tonto. He tenido
cientos de casos como este.

- Mejor entro con usted, doctora.
- Recuerde, no le gustan los hombres.

- Deber�a haber sabido que era usted.
- �Qui�n es usted?

- �Qu� est� haciendo aqu�?
- Soy la Dra. Lane. Pens� que...

No es asunto suyo por qu�
trato de suicidarme.

Para empezar, no creo
que intentara matarse.

- �No?
- No.

Es demasiado escandalosa.
La gente as� nunca se suicida.

No soy escandalosa por dentro.
Solo por fuera.

- Est� tarde, volv� a leer mi libro.
- �Usted lee?

�Tan mal est� escrito?

- Est� muy bien escrito.
- Culpa m�a.

No lo he le�do, pero he o�do
hablar mucho de �l.

- �Remordimientos, quiz�s?
- �Remordimientos? �Por qu�?

Otra vez culpa m�a.

- Soy de Bolivia.
- Eso quiz�s explica muchas cosas.

Es un pa�s de gran altitud.

�Odio a los hombres!

As� que quer�a una chica.

He querido a 3 hombres en mi vida.
El problema es que ellos me quer�an.

�D�nde est� entonces el problema?

- Les mat�.
- �A los tres?

La ley no permite
que ande suelta la gente

- que ha matado a tres personas.
- Seg�n lo hice, a la ley no le importa.

�C�mo lo hizo?

Les bes�, eso es todo.

Y se murieron.

Eso parece un poco desagradecido
por su parte, �no cree?

Toda mi vida he procurado
apartarme de los hombres,

- pero yo tengo algo.
- Eso es bastante evidente.

As� que me mato,
para dejar de ser una amenaza.

Allura, �sabe lo que es un psiquiatra?

S�, esa gente que anda fisgando
en la cabeza de otras personas

cuando estas no se dan cuenta.

S�... Bueno, algo as�.
Yo soy psiquiatra, Allura.

- �S�?
- S�.

Y si me deja, creo que puedo ayudarla.

As� podr� hacer realidad su libro.

Si solo pudiera tener
al de la p�gina uno.

- Era mi favorito.
- �Est� todav�a... cerca?

- �No!
- �No?

Me lo invent� yo.
Pero es tan maravilloso.

Bueno, h�bleme de �l.

Es alto, como deben ser los hombres,
y con un bigote muy mono,

y quiere tanto a Allura.

Perd�n. Solo quer�a saber
si va a volver a la cama.

No. Puede qued�rsela para usted solo.

No quisiera apartarla de su marido.

- No es mi marido.
- No.

Es solo que tenemos la misma litera.

Buenas noches. Buenas noches.

Dra. Lane, �qui�n es ese hombre?

- Michael Kent.
- Ahora ya tengo un nombre para �l.

- Y yo.
- �l es el de la p�gina uno.

- �l...
- Lo reconoc� inmediatamente.

Me temo que va a tener que
pasar a otra p�gina, Allura.

El Sr. Kent va camino de la guerra.
Es una pena.

Se lo hubiera merecido.

- Esto es para lavar, Albert.
- S�, Dra. Lane.

- Y esto tambi�n.
- S�, se�ora.

Puede que sea mi imaginaci�n,
pero me huele a leche.

- �Leche? Pero si usted no bebe leche.
- No, pero la beb�.

Fui atrapada por un Nixie, Albert.
Y no me pidas que te lo explique.

No me creer�as aunque te lo contara.

Debe ser mi padre. Yo ir�.
Tu enc�rgate de esas cosas.

Hola, padre.

- Susan, me alegro de que hayas vuelto.
- Y yo de estar en casa.

Gracias por ofrecerte a ir a buscarme,
pero me las arreglo bien sola.

No lo dudo. Siempre lo haces, pero ojal�
no anduvieras por ah� demostr�ndolo.

Bueno, a decir verdad
no llegu� hasta Chicago.

- Me baj� en Englewood.
- �Por qu�?

Me pareci� m�s sencillo.

- �Tuviste buen viaje?
- Bueno. Un poco pesado, pero bueno.

- �Pesado?
- Una chica trat� de suicidarse.

No es algo precisamente descansado,
ya sabes.

�Supongo que lo habr�s solucionado?

Desde luego voy a intentarlo.
Empezar� a tratarla por la ma�ana.

- Qu� le ocurre?
- Simplemente nada, querido.

Sencillamente encuentra necesario
matar al hombre que ama, eso es todo.

- �Eso es todo?
- Eso es todo.

Las hembras de las ara�as
hacen eso, �no?

Siempre me ha parecido
una costumbre ingeniosa.

- �Padre!
- Hay cierta vitalidad en ello.

- Al menos se enamoran.
- Ya empezamos otra vez.

Puede que t� debieras ser
esa paciente devora-hombres,

en lugar de ser todo lo contrario.

Solo porque tengas
ese complejo de abuelo

- no es raz�n para...
- �D�nde est� el complejo?

Es un deseo completamente normal
y ojal� hicieras algo al respecto.

Me gustar�a hacerte un hueco,
pero tendr� la tarde muy ocupada.

Siempre tienes las tardes ocupadas.

Alg�n d�a, quiz�s cuando ya sea tarde,

desear�s haberte tomado
alguna tarde libre.

- Eso es totalmente indecente.
- Un poco de indecencia te vendr�a bien.

�Te importa si te digo que esta
conversaci�n me aburre?

No necesito nada que me haga bien,
como t� tan amablemente propones.

- Todo controlado, �no es eso?
- �Todo!

Disculpe, Dra. Lane, pero un joven
me pidi� que le entregara esto.

�Qu� es? �Qu� joven?

�No creer�as que al echarme de
tu litera me echar�as de tu vida?

Pero si va de camino a San Francisco.

Me temo que est� en el sal�n,
Dra. Lane.

- �Qu� ocurre?
- Nada, nada en absoluto.

- Dile al joven que estoy cenando.
- Ya lo hice, Dra. Lane,

pero dice que dispone
de 2 semanas y esperar�.

- �Esperar qu�? �Qui�n es?
- Nadie. Nadie en absoluto.

- �Entonces por qu� te alteras?
- �Alterada? �Qui�n est� alterada?

- T�. H�gale pasar, Albert.
- S�, se�or.

- �Padre!
- Solo quiero echarle un vistazo.

Nunca antes te hab�a visto
tan alterada.

No sabes lo que haces.
Es el m�s...

- Hola.
- Hola.

Siento llegar tarde. Quedamos para
desayunar, pero no la encontraba.

El Sr. Kent, mi padre, el Dr. Lane.

- �C�mo est� usted?
- �Encantado?

- Espero no interrumpir la cena.
- Usted lleva interrumpiendo algo

- desde que nos encontramos.
- Entonces estamos empatados.

- �Le apetece una copa?
- �Me permite?

- Por favor.
- Gracias.

�Hace mucho que conoce a mi hija?

No, no. Compartimos una litera
viniendo de Nueva York.

- �C�mo?
- No fue as�.

- �C�mo cree que suena eso?
- �Suena estupendo!

Al final del viaje ella comparti�
un compartimento con una rubia.

Tuviste una noche agitada, �eh?

- Quiere explicarle a mi padre...
- Todo fue una equivocaci�n.

Creyeron que iba a tener un ni�o,

y entonces, claro, creyeron
que est�bamos casados.

�Qu� ocurri� primero?

Lo del ni�o. Eso fue cuando
est�bamos en el coche club.

Albert...

- Mejor me voy, �no?
- Bueno, si le parece, quiz�s en otra...

Ahora que mi hija ha tenido
un ni�o, no puede marcharse.

- �Padre!
- Lo apruebo de coraz�n.

Creo que es muy patri�tico
por tu parte.

�Va camino de la guerra,
o viene de vuelta, como espero?

- Se va, espero.
- �Qu� es eso de ah�?

Nunca hab�a visto uno as�.

- Corresponsal art�stico.
- �Art�stico?

Hago una historieta.

�S�?

Una tira c�mica.

Albert, me temo que
no me entendi� bien.

- Es que la cocinera me pidi� que...
- Estoy segura, Albert.

S�.

- �Seguro que no interrumpo la cena?
- No, por Dios.

�De d�nde ha sacado esa idea?

�Hombre! �Kent, Michael Kent!
�Es usted el del Nixie!

- Padre, no me digas que...
- �Conoce mi criatura?

El mayor descubrimiento desde la
penicilina. �C�mo est� usted?

Encantado. Se parece a �l.

�De verdad? Ojal� tuviera
el valor de actuar como �l.

Esta ma�ana tir� un huevo a un ventilador.

Eso me recuerda que tenemos
tortilla para cenar.

Toda mi vida he querido tirar
un huevo a un ventilador.

- �Por qu� no lo hace?
- �Por qu� le anima a cosas as�?

- Le har�a sentirse bien.
- Supongo que es la respuesta para todo.

Si todo el mundo se sintiera bien,
las relaciones humanas

ser�an del modo que debieran ser, �no?

Yo siempre quise conocer a
alguien del Pa�s de Nunca-Jam�s.

Dra. Lane, disculpe pero la
tortilla se est� quedando tiesa.

Igual que yo, Albert.

Que no se diga que es culpa m�a.

�No cenar� con nosotros?

�Faltar�a m�s!
Albert es famoso por sus tortillas.

Claro que solo tenemos 4 huevos,
pero son grandes.

No gracias. La cita era para desayunar.
La ver� por la ma�ana.

- H�galo.
- Por aqu�, por favor.

- Le acompa�ar� a la puerta.
- Gracias. Hasta ma�ana.

Eso dijo.

Gracias por el aviso.

Mi consulta est� junto a la de mi hija.

Por si se pone a la defensiva.

Gracias, se�or. Buenas noches.

- Buenas noches. Buenas noches.
- Buenas noches, Sr. Kent.

Albert, esto plantea un interesante
problema de f�sica.

�Qu� cosa, se�or?

Nunca se ha establecido lo que ocurre

cuando una fuerza irresistible se
encuentra con un cuerpo inamovible.

- �No, se�or?
- No, pero pronto lo averiguaremos.

- �S�, se�or?
- S�.

Pudiera haber una buena explosi�n.
Ag�rrese bien.

S�, se�or. S�, as� lo har�.

Buenos d�as, Pittsy.

Siento haberte pedido
que leyera esa basura.

Pens� que pod�a ayudarte
a discutir el caso conmigo.

Voy por la p�gina 78.
Este es el que conoce en Roma.

Ya s� lo que significa "Cuando est�s
en Roma, haz como los romanos."

�Qu� haces aqu� a estas
horas de la ma�ana?

Tengo a un Nixie pis�ndome los talones.

-Buenos d�as, Albert. �Est� la Dra. Lane?
-No, se�or.

Esperaba que viniera.

As� que huy� otra vez, �eh?
Bueno, es muy alentador.

- �Ah, s�?
- Claro.

Usted no sabe nada de la
naturaleza humana, �no?

Parece que no, se�or.

�Cree que echar� en falta
un cigarrillo si se lo cojo?

Por aqu�, se�or.

Se lo devolver�. Eso me dar�
una excusa para volver.

S�, se�or.

Menuda casa, �eh?

Debe haber mucho loco por aqu�.

La Dra. Lane es una mujer muy rica.

Tiene mucho dinero.

- S�, es toda una mujer.
- S�, se�or.

Yo le debo mucho a la Dra. Lane.

- �Le debe? �Qu�?
- Ella me cur�.

- �De verdad? �De qu� le cur�?
- De vagabundear.

Yo andaba deambulando. Ella me dijo
que no ten�a un prop�sito en la vida.

No ten�a direcci�n. Solo me mov�a
por ah� fuera, al sol y a la lluvia.

Era solo un viejo vagabundo.

�Le gustaba?

Me encantaba.

�No es algo horrible?

�Qu� tiene de horrible?

- Bueno, yo...
- �As� que la Dra. Lane lo agarr�

- y lo enderez�?
- S�, se�or.

Fue maravilloso por su parte,
�no, se�or?

Me he asentado, tengo un
buen trabajo y todo,

y como dec�a, le debo mucho
a la Dra. Lane.

�Un peligroso asunto!

- �Qu�, se�or?
- Enredar en la vida de la gente

alegremente y ponerla del modo
que ella cree que deber�a ser.

Y apuesto a que nunca ha o�do hablar
de una cosa llamada bomba trampa.

�Por qu� tengo que ir a la cama
para recibir la lecci�n?

Sencillamente porque los pensamientos
son m�s fluidos en postura horizontal.

�Por qu�?

Oiga, se supone que las preguntas
las hago yo, no usted.

Su sombrero tambi�n, por favor.

Ahora cu�nteme cualquier pensamiento
que se le venga a la cabeza.

�Dra. Lane!

Adelante, ya he o�do de todo, cr�ame.

- �Qu� pasa?
- Pruebo sus reacciones.

Cre� que para eso el m�dico
te pegaba en la rodilla.

Solo estoy interesada en
sus reacciones mentales.

- Reacciono muy bien a los focos.
- Me lo sospechaba.

- �Eso es una reacci�n?
- No.

Es mi padre. Perdone.

Padre. Padre, estoy trabajando.

�Padre, estoy trabajando!

Lo siento, Susie.
Estaba practicando.

Si practicaras solo la medicina
en horas de trabajo.

Vas a volver loca a la gente
con esa cosa.

Cuanta m�s gente se vuelva loca,
m�s rica te har�s.

Por Dios.

Otro bocinazo con eso y
dejar� de pagarte las lecciones.

Vale, Susie.

Ahora quiero que vuelva
al primer hombre que bes�.

�C�mo voy a volver a �l?
Est� muerto.

Bueno, d�game en qu�
circunstancias muri�.

�Se cay� muerto en el acto
o dur� un poco?

Esper� 4 d�as.

Esper� 4 d�as.

Entonces le atropell� un cami�n.

- �Un cami�n?
- S�.

Odio a los hombres.

�Pero no comprende que tengo
una cita con ella, para desayunar?

La Dra. Lane ya ha desayunado.

Bueno, tengo que verla por otra cosa.

Los m�dicos no pueden negarse
a recibir al que los necesita.

- No es �tico.
- Sr. Kent, yo solo trabajo aqu�.

- La Dra. Lane me dijo tajantemente...
- Ni siquiera es patri�tico.

No puedo ir a la guerra en este estado.
No me admitir�an.

- �En qu� estado?
- Bueno, m�reme.

No se me puede abandonar.
Me duelen las am�gdalas.

- La Dra. no trata las am�gdalas. Es...
- De eso se trata.

Me duelen las am�gdalas,
pero yo no las tengo.

Tengo una lista para s�es y otra
para n�es. Usted encabeza la de n�es.

�No ve que se va a ir a la cama con
mis am�gdalas en su conciencia?

Es un pensamiento horrible,
pero tratar� de sobrellevarlo.

- �D�nde puedo encontrarlo?
- �A qui�n?

- A su padre.
- Gire a la izquierda en el vest�bulo.

Es una buena idea. Es muy bueno
para cosas de garganta.

A mi garganta no le pasa nada.

Esc�cheme, Allura.

Tres veces se enamoraron de usted,
tres veces la besaron,

y tres veces ocurrieron accidentes
en los que murieron.

Una serie de fatales coincidencias, pero
le aseguro que fueron coincidencias.

- Pero, doctora, ellos...
- Ya lo s�, las tres veces

los hombres pertenec�an a otras,

y esas otras la culparon de sus muertes.

- Una vez su novia...
- �Dos veces su novia!

- Y una vez una madre.
- Fue tan horrible.

Me grit� y me dijo que
su muerte era mi castigo

por arrebat�rsela.

Y eso fue el shock final que
determin� su neurosis. �No lo ve?

Eso la hizo temer el volver
a acercarse a otro hombre

por miedo a arrebat�rselo
a otra persona.

Aunque no se lo crea,
no hay hombres libres en el mundo.

Todos pertenecen a alguien.
Novias, hermanas, madres, hijas.

Hay tantas mujeres en el mundo
que tienen hombres.

- �No podr�a cre�rselo!
- No, no, no podr�a.

Porque no es cierto.

Nadie puede quitarle
un hombre a una mujer,

a no ser que ya estuviera march�ndose
antes de llegar usted.

De otro modo ni siquiera
la ver�an cuando apareciera.

- �No? �Ni siquiera a m�?
- Ni siquiera a usted.

�Quiere hacer una prueba?
�Quiere besar a un hombre

que se sienta atra�do por usted,
con mi garant�a personal

de que no se caer� muerto?

- �Qu� hombre?
- Cualquiera.

Tiene que verlo solo como una cura,

- como una caja de aspirinas.
- �Dra. Lane?

- Experimento una tremenda reacci�n.
- �S�?

Es el de la p�gina uno.

Directo desde el cielo.

Sospecho que viene directo
desde cierto despacho de al lado.

- Dra. Lane...
- Yo me encargo de �l.

Dra. Lane, si �l fuera mi caja de
aspirinas...

Ya dije que se lo ten�a merecido.

Hola. Siento llegar tarde.

- Pase, Sr. Kent.
- �Yo?

S� claro. C�mo me alegro de verle.

- �Ah, s�?
- S�.

�Se acuerda de Allura?
La vio en el tren.

- S�. �C�mo est�?
- Allura, le presento al Sr. Kent.

�Se acuerda del Sr. Kent?

Se lo dije, es el de la p�gina uno.

- �Que soy qu�?
- Nada. Nada en absoluto.

Allura siempre dice cosas muy raras.
Es de Bolivia, �sabe?

- �Qu� quiere decir con eso?
- No, nada.

Sr. Kent, �querr�a cenar
conmigo esta noche?

- Perdone. Eso pretend�a.
- �En serio?

Vaya, vaya, qu� maravilloso.
�A las 8 en mi apartamento?

Claro que es maravilloso.
Encantado de volver a verla.

- �De d�nde ha salido?
- Frot� una vieja l�mpara.

La de la puerta de al lado.
El Sr. Kent cenar� conmigo esta noche.

Ahora podr� acostarse sin
pensar en mis am�gdalas.

�Qu� quiso decir con eso?

Ya no s� lo que nadie quiere decir.

Me voy. No volver� jam�s.
Le mandar� un cheque.

Espere un momento, Allura.
�Por qu� se marcha?

Me ha traicionado. Se est�
quedando con mi caja de aspirinas.

No, no, Allura. Usted tambi�n
est� invitada a cenar. �No lo ve?

- �Yo?
- S�. Yo soy el m�dico.

Quiero que est� en mi apartamento
a las 8 en punto. Vestida para matar.

No literalmente, claro.

Es solo que quiero que est� muy guapa.

- Eso no puedo evitarlo.
- Un momento, �qu� pasa aqu�?

La Dra. Lane est� d�ndome una
aspirina con un hermoso bigote.

- Ya veo.
- Y si me cura,

yo le dar� cualquier cosa.

Incluso 10.000 d�lares.

Mi tarifa es 25 d�lares por hora.
Ni m�s ni menos.

Le dir� algo, cuando est� bien,
m�ndeme lilas.

- �Lilas?
- Me encantan las lilas.

Le mandar� tantas como para enterrarla
viva. Llegar� a odiar las lilas.

Encarg� un tel�fono a las 8
en punto. Son las 8 en punto.

- Me revuelves el est�mago.
- �Yo, se�or?

- Usted no. Ella.
- Gracias.

- A usted no. A �l.
- Gracias, se�ora.

- T� no eres una mujer, eres un demonio.
- Albert, soy la Dra. Lane.

Explica a mis invitados que voy con
retraso y no llegar� hasta m�s tarde.

Experimentando con seres humanos
como si fueran cobayas.

S�, sirve la cena en cuanto est� lista.
Gracias, Albert.

- �Qu� dec�as?
- Lo has o�do perfectamente.

No hago esto para divertirme, sino
para ayudar a curarse a una chica.

Realizo una operaci�n como t� har�as.

Elimino una neurosis, y uso al Sr.
Kent como un instrumento para hacerlo.

El Sr. Kent no es un instrumento.
�No te cabe eso en la cabeza?

El Sr. Kent es un hombre, un ser humano.
No puede usarse como un cuchillo...

Camarero, �quiere darse prisa?
Llegamos tarde al teatro.

Ya he visto el espect�culo.

- Lo ver�s otra vez.
- Es insoportable. Usted no.

Yo.

- Buenas noches, Albert.
- Buenas noches, Sr. Kent.

La Dra. Lane llegar� tarde

y me pidi� que le dijera
que se ponga c�modo

con la joven rubia hasta que vuelva.

- �Una joven rubia? �Est� aqu�?
- Est� en la terraza.

Francamente, Sr. Kent,
me alegro de que est� aqu�.

- Es una joven desconcertante.
- �En qu� sentido?

Perdone que lo diga, Sr. Kent,
pero es por el modo en que mira.

Como si tuviera hambre y uno
fuera una galleta o algo as�.

- �Caramba, Albert!
- Le ped� que me perdonara, Sr. Kent.

Por aqu�, por favor.

- �El Sr. Kent!
- Ya lo s�.

Si me necesita, ll�meme.
Estar� cerca.

Gracias.

Sr. Kent, la campanilla
est� en la mesa.

- Hola.
- Perdone que no me levante,

pero los pensamientos fluyen
mejor en posici�n horizontal.

- �Ah, s�? �Por qu�?
- Nunca me lo han explicado.

- �Quiere sentarse junto a m�?
- No, gracias. Estoy bien aqu�.

- No es usted muy servicial.
- �Servicial?

Deber�a recordar a aquel hombre
que se dej� picar por el mosquito.

�S�? �Por qu�?

- Fue un gran gesto humanitario.
- S�, pero se muri�, �no?

S�, pero ese es el riesgo
que debe correr.

No comprendo.

Ya lo har�, y espero que
sea capaz de correr el riesgo.

- �Le apetece una copa?
- Quiz�s para empezar.

- S�, se�or. �Me necesitaba?
- Eso parece.

- S�, quisi�ramos una copa.
- S�, se�or.

Para empezar, quiz�s.

Ya veo lo que dec�a de la galleta.

S�, se�or.

Har�a bien en relajarse. La Dra.
Lane tardar� bastante en llegar.

Estoy relajado. �Vendr� a cenar?

Esta noche es un pato falso.

�Que es qu�?

Lo que llaman un se�uelo,
para atraerle aqu� para m�.

- Gracias.
- �No quiere sentarse

- y tomar algo con nosotros, Albert?
- No, gracias, se�or.

- Bueno, era una idea.
- No, gracias, se�or.

Me tiene miedo.

- �Miedo? �Por qu� habr�a de tenerlo?
- No le faltar�an razones.

�Le importar�a levantarse?

Mis pensamientos fluyen mejor
en posici�n vertical.

- �Ah, s�? �Por qu�?
- Nunca me lo han explicado.

- �Salud!
- Yo no estoy aqu� para brindar.

- Estoy para que la p�gina uno sea real.
- �La p�gina uno?

Escrib� un libro.
�Usted es la p�gina uno!

�De verdad? �Y qu� hice yo
en la p�gina uno?

Me hizo el amor.

Mire, rubia, no quiero ser
descort�s, pero tengo otros planes.

- �Llam�, se�or?
- Yo...

- S�, creo que mejor comemos.
- S�, se�or.

- �Comer? �Cobarde!
- Desde luego.

Ahora mismo, se�or.

La Dra. Lane va a disgustarse.

- �La Dra. Lane?
- Se tom� tantas molestias.

- �Qu� quiere decir con eso?
- Me recet� a usted.

- �Ella qu�?
- Para curarme.

�Para curarla? �De qu�?

De matar a todo el que beso.

- Es algo que tengo que superar.
- Es un mal h�bito.

La cena est� servida.

Dra. Lane, tengo un mensaje para usted.

La joven extranjera, la Srta. Allura,

dijo que le dijera que la aspirina
que le dio no le hizo efecto.

�No? �Oh, cielos!

Estaba llorando, amargamente.

�Llorando? Por el amor de Dios,
�no lo habr� matado?

- �Matar? �A qui�n?
- Olv�delo. Qu� tonta soy.

Espero que no haya pasado nada.

Por Dios, no espere eso.

- Buenas noches.
- Buenas noches.

Esper� un buen rato.
Se perdi� una cena maravillosa.

- Lo siento. Un compromiso. Me retras�.
- S�, ya lo s�.

- Si�ntese.
- Gracias.

- �C�mo se encuentra?
- Bien, bien, siempre estoy bien.

- �Y usted?
- Estoy bien.

El conserje de abajo me dijo
que Allura se fue llorando.

- �Qu� demonios le hizo?
- Nada.

- Siento decepcionarla.
- No entiendo a qu� se refiere.

Quiero decir que le fall�. Escogi�
al tipo equivocado para la prueba.

- No s� a lo que se refiere.
- S� lo sabe. Me lo cont� todo.

�S�?

No fue muy inteligente por su parte, �no
cree?

No me extra�a que no cooperara.

Esa no fue la raz�n.
Se lo expliqu� cuidadosamente.

No lo har�a como experimento
porque yo no pertenezco a nadie,

lo cual lo estropea todo.

�Qu� cosa?

No tengo madre, ni hermanas,
ni esposa, ni novia.

Soy un hombre libre.
Y ese es su complejo, �no?

�Su miedo a quitarle un hombre a alguien?

- S�, supongo...
- Si no, me hubiera gustado ayudar.

Claro que podr�a arreglarse...

- �S�?
- Muy f�cilmente.

Sabe que estoy enamorado de usted.

As� podr�amos matar
dos p�jaros de un tiro.

- Que sugerencia m�s desagradable.
- �A que s�?

Pero pens� que era la clase de sugerencia
que le parecer�a inteligente.

�No ser�a demasiado sarc�stica?

Pudiera ser.

No puede convertir a la gente en cobayas.
Va contra la ley de la naturaleza.

Es una ley poderosa.

- No si puede controlarse.
- Nosotros no podemos.

No se enga�e.
No somos tan importantes.

No me queda mucho tiempo, Susan.
No me rechace sin...

Sr. Kent...

�C�mo puedo hacerle el amor
si me llama Sr. Kent?

- No quiero que me haga el amor.
- �Por qu� no?

�Tengo que explic�rselo?

Tengo derecho a una explicaci�n.
Estoy enamorado de usted.

- �Y eso le concede alg�n privilegio?
- Al menos merece una explicaci�n.

Muy bien, pues.
No quiero amor en mi vida, Sr. Kent.

- �Mike!
- Si viera a esas pobres mujeres

que entran y salen cada d�a de
mi despacho, sabr�a por qu�.

Mujeres enfermas.

Mujeres que han perdido su orgullo.
Que lloran y ruegan.

Que se han perdido como personas,

y siempre por un hombre,
el correcto o el equivocado.

-O ning�n hombre.
-No puedo arriesgarme. No lo soportar�a.

�Y el camis�n?

- �Qu� camis�n?
- El que llevaba en el tren.

- �Qu� le pasaba?
- Nada. Era precioso.

Pero las mujeres no llevan
camisones en las literas de tren

a no ser que tengan algo dentro...

No hay nada dentro de m� que
tenga que ver con camisones.

�No lo hay?

�No lo hay?

Puedes decir lo que quieras,

pero cada vez que abres la boca,
aquel camis�n te llama mentirosa.

Quiero que se vaya.

�Desea algo m�s esta noche, Dra. Lane?

No, gracias, Albert.

Si el Sr. Kent ha olvidado algo,
me he ido a la cama.

S�, se�ora.

Quisiera ver a la Dra. Lane.

Me temo que la Dra. Lane se ha.
retirado a su habitaci�n.

Los m�dicos no pueden dormir
cuando la gente tiene problemas.

Y yo tengo uno gordo.

Por aqu�, se�orita.

Por favor, deje ya de molestarme,
Sr. Kent.

�As� que le molesta? �Lo admite?

- Allura, �qu� est� haciendo...?
- Intente dec�rselo, Dra. Lane.

- Est� bien. Gracias, Albert.
- S�, Dra. Lane.

�l la estuvo esperando.
Yo estaba en un taxi mirando.

�l la quiere a usted, no a m�.

- Qu� est�pidos son los hombres.
- S�, s�, �no es cierto?

No funcion�. Tenemos que encontrar
a otra persona.

No quiero otra persona.
Lo quiero a �l.

- �Pero no puede tenerlo!
- �Por qu� no?

Ya se lo explic� �l, �no?
No pertenece a nadie.

El experimento no hubiera valido.

A m� me val�a igual.

Entonces no probar�a nada.

Es muy extra�o.

Hoy me convenc�a de que �l val�a,
y ahora me convence de lo contrario.

Usted no le quiere... �O s�?

�Yo? �Querer al Sr. Kent?

En mi vida hab�a o�do
algo tan incre�ble.

- �Para qu� demonios iba a quererlo?
- Yo solo s� para qu� lo quiero yo.

Y si usted no me ayuda,
lo har� yo misma.

Muy bien. La ayudar�.

- �C�mo?
- Le har� creer que me pertenece.

As� podremos hacerlo seg�n los planes.
�Le parece bien?

�No sospechar� que es un truco?

No. Los hombres no son muy listos
cuando se creen enamorados.

Ahora v�yase a casa y duerma.

Tiene que estar fuerte, ya sabe.

No me he olvidado de las lilas.
Le mandar� lilas.

H�galo, cuando llegue el momento.

- Buenas noches, doctora.
- Buenas noches.

�S� vuelve el Sr. Kent, estar�?

Claro que no.

- Albert, t� has estado fisgando.
- S�, Dra. Lane.

- �Albert!
- Aprecio mucho al Sr. Kent.

Tambi�n Allura.

Dra. Lane, es una joven tremenda.

Es tan rubia, �eh?

Muy rubia, Albert,
en todos los sentidos.

Pero tambi�n es mi paciente y
debo tener cuidado de c�mo la trato.

As� dejar� en paz al Sr. Kent,
esperando que yo arregle las cosas.

Entre tanto, yo voy a evitarlo.

Se habr� ido en un par de d�as
y nadie saldr� perjudicado.

�Astuto, eh?

Espero que me perdone
por decirle esto...

- �Qu� cosa, Albert?
- ...pero el Sr. Kent mencion� una vez

el peligro de que usted
cayera en una trampa.

Espero que esto no lo sea.

�Cuando podremos volver
a salir a comer?

Este pan no parece muy fresco.

Est� perfectamente fresco.
Lo compr� cuando ven�a esta ma�ana.

�Puertas cerradas, cortinas corridas!
�De qu� tienes miedo?

- �Miedo?
- No estamos en la Edad Media, por Dios.

No te va a llevar cogi�ndote de
los pelos. Siempre puedes decir no.

�O no?

Ese pan no es lo �nico aqu�
que no est� fresco.

�D�nde est� la sal?

- Seguramente se la ha llevado tu padre.
- Est� volvi�ndose un ratero.

- �Quieres tra�rmela t�?
- Con mucho gusto.

�Ir� por ah�?

Creo que ah� fuera hay aire fresco,
si la memoria no me falla.

�Prometes amarla, cuidarla y honrarla,
en la salud y en la enfermedad,

renunciar a las dem�s y mantenerla
hasta que la muerte os separe?

S� quiero.

Yo os declaro marido y mujer.

- �Ya est� todo?
- Es todo.

Ahora que ya has ensayado,
�crees que podr�s hacerlo de verdad?

- Eso creo.
- Entonces en mi casa esta noche.

- S�, se�or.
- �Ir� usted?

- No, mejor no.
- �No?

Mire juez Whittaker,
hay una peque��sima pega.

- S�.
- �Una pega?

- Una pega.
- Una pega.

Mi hija no sabe nada de esto.

Y no nos atrevemos a dec�rselo.

- �No se atreven?
- No, no nos atrevemos.

Tiene que casar a mi hija con
el Sr. Kent sin que se entere.

�Sin que se entere?

- �Sin que se entere!
- �Sin que se entere!

�Vas a comer al aire libre o conmigo?

Hola.

- �Tienes la sal?
- No.

Pittsy, �qu� te ocurre?

Creo que he estado trabajando demasiado.

Y me parece que tu padre tambi�n.

Mi padre no ha trabajado demasiado
desde hace 20 a�os.

Puede que sea por eso.

Una persona puede derrumbarse
mentalmente si no est� ocupada.

D�selo a tus pacientes.

Pittsy, �te encuentras bien?

Me encontraba.

Pero mejor vas t� por la sal
y ya me dir�s qu� te parece.

�Quiere decir que su hija es...?

�Cree que nos casar�amos as�
si fuera completamente normal?

Padre... Disculpe.

Padre, �por qu� no le diste
la sal a la Srta. Pitts?

- �Darle la sal a qui�n?
- La sal.

- Me cogiste la sal y la Srta. Pitts...
- Susan, trato de trabajar.

Para empezar, yo no cog� la sal.

Mi hija siempre est� perdiendo la sal.

Y ahora parece que ha perdido
a su secretaria, �no es as�?

No exactamente.
Estuvo aqu� hace un momento...

�No estuvo?

- Se lo pregunto a usted, Sr. Whittaker...
- Juez Whittaker.

Juez, por supuesto, disculpe.

Juez Whittaker, le presento a mi hija,
la Dra. Susan Lane.

- �C�mo est� usted?
- Encantada.

Juez Whittaker, se lo pregunto,
�ha estado aqu� alguna secretaria?

No. No ha estado nadie m�s
que nosotros tres.

- �Nosotros tres?
- No, nosotros tres.

S�. Bueno...

- �Nunca ha estado casada?
- No. No, nunca.

Est� clar�simo, �no, juez?

- �Perd�n?
- No tiene que disculparse.

Pero quisiera que
se lo pensara un poco.

- �Ah, s�?
- S�.

Es lo mejor que le puede
pasar a una persona.

- �Pensar en ello?
- Te lo advierto, Susan, el Sr...

- Doctor...
- Doctor... perd�n... o sea, juez.

Al juez le encanta casar gente.

Muy cierto. Ojal� que considere
el que la case.

- �Usted? �Casarme?
- S�.

- Muchas gracias. Muy amable...

Perd�neme, pero primero tiene que
encontrar la sal. �No es as�, querida?

S�, s�, claro.

No te preocupes. Ahora te la llevo.

Gracias.

- �Lo has visto tambi�n?
- S�, s�, lo he visto.

Gracias ha Dios
que no me he vuelto loca.

Es lo m�s asombroso
que he visto en mi vida.

Eso es quedarme corta.

Mi padre no tiene derecho
a tratar as� a un paciente.

- Necesita ayuda.
- �Tu padre?

No. Es obvio que mi padre le segu�a
la corriente para complacerle.

- �l casa a la gente.
- S�, ya lo s�.

Nunca me hab�a encontrado
con una man�a as�.

Me pregunto qu� habr� detr�s.

Yo lo que t�, no mirar�a.

Esta es mi direcci�n.
Es preciosa, pero un poco...

No se preocupe por la licencia. Yo
se la conseguir�, no me pregunte c�mo.

Es muy irregular.

�Est�s seguro de que podr�s llevarla?

D�jamelo a m�.

- Es bastante lista.
- Demasiado. Por eso es pan comido.

El exceso de confianza siempre camina
tranquilamente hacia la trampa.

Si huele a rata, ser� yo.

En el amor y en la guerra, todo vale,
y esto son las dos cosas.

- Bueno, no s�.
- D�jamelo a m�, d�jamelo a m�.

Un momento.

Podr�as conseguirme
la direcci�n del juez.

No es muy �tico quitarle
un paciente a otro m�dico.

�Susan!

Es igual, ya lo har� yo.

La �tica no cuenta cuando est�
en peligro la cordura de un hombre.

- Aqu� tienes tu...
- No quiero o�r una palabra.

Ese Whittaker est� en
muy mal estado mental

y esas p�ldoras rosas que t� das
no van a ayudarle.

- Susan.
- Quiero que lo traigas aqu�

para que pueda ayudarle.

Quiero que lo traigas aqu�
para hablar con �l.

No har� nada de eso.
�l no sabe que est�...

Si quieres el caso
vete a verle t� misma.

Muy bien, lo har�.

Muy bien, toma su direcci�n.

No es juez, solo le gusta
creer que lo es.

Dime. �La �nica se�al de su
desequilibrio es eso del matrimonio?

Por lo que yo s�.

Casar�a a cualquiera con cualquiera
a las primeras de cambio.

- Susan, tu pr�xima cita espera.
- Gracias.

Por cierto, espero que sea muy feliz.

�Ir�s esta noche?
Quiero asegurarme de que est�.

Mejor lo pillo en cuanto pueda.

�Te das cuenta de que es la
primera vez que trabajamos juntos?

Apuesto a que te sorprender�
el resultado.

�Sabes una cosa, Susan? Apuesto
a que nos sorprenderemos los dos.

�Le importar�a esperar, por favor?

Estaba mirando por la ventana.
No quer�a que se perdiera.

Gracias, pero no sab�a...

Ya s� lo dif�cil que
le resulta encontrar cosas.

�Viene sola?

S�, s�, mi padre no pudo venir.

No le esperaba a �l.
Pase, por favor.

Gracias.

Me alegro de que se decidiera a venir.

- Va a alegrarse, ya ver�.
- Y usted tambi�n.

- Si�ntese, por favor.
- Gracias.

- Llamar� a mi mujer.
- Creo que es una buena idea.

- �Sabe ella por qu� he venido?
- S�. �Y usted?

- Por supuesto.
- Espl�ndido.

Todo ser� mejor as�.

�Martha! �Martha, est� aqu�,
y sabe por qu�.

Martha, te presento a la hija
del Dr. Lane, Susan.

Mi esposa, la Sra. Whittaker,
y nuestra vecina, la Srta. Downer.

- �C�mo est�n?
- Encantada.

Ellas har�n de testigos.

Ya comprendo.

Me alegro. Pero no creo que est� bien.

Lo hemos hablado y pensamos
que es terrible.

�Le importar�a traerme un vaso de agua.
Tengo mucha sed.

En absoluto.

�Qu� dice?

No he dicho nada.

Estaba gui�ando el ojo.

�S�? Suelo hacerlo,
es un h�bito nervioso.

- Siento haberlo dicho.
- Y yo.

�Le importa traerlo usted? Quisiera
hablar con su esposa un momento.

Martha, no estropees nada.

No haga caso a nada
de lo que mi mujer diga.

Es algo testaruda.

Ese es un s�ntoma t�pico.

Siempre creen que los dem�s
est�n equivocados.

�Desde cuando est� su marido
en este estado?

�En qu� estado?

Sra. Whittaker, no trate
de esquivar las preguntas.

- Saben por qu� estoy aqu�.
- S�, y ojal� no hubiera venido.

Su marido quer�a casarme esta tarde.

- Y todav�a quiere.
- Eso es lo que nos preocupa.

Claro que s�.

Pero no lo entienden.
Por eso estoy aqu�.

Despu�s de uno de esos atracones
de matrimonios de su...

- �Atracones?
- S�, claro.

Despu�s de casar a alguien, �c�mo se
siente? �M�s animado?

- �Se refiere a mi marido?
- S�, por supuesto.

�C�mo se siente despu�s?

�Tiene un baj�n,
un per�odo de depresi�n?

Bueno, depende de la hora.

�De la hora?

S�, si es en plena noche,
claro que se siente cansado.

Ya no es joven.

�Me est� diciendo que a veces
se levanta por la noche?

Naturalmente.

Cuando tiene que casar a alguien,
tiene que hacerlo, �no?

�Qu� pasa si trata de detenerle?
�Se pone violento?

Aqu� est�.

Su mujer me dec�a que casa
a la gente a cualquier hora.

A veces en plena noche.

S�. Parece que �ltimamente
he tenido m�s de esas.

Seguramente es muy cierto.

Si no les importa, me gustar�a quedarme
un rato a solas con su marido.

- �Para qu�?
- Tenemos que empezar, ya sabe.

- Se est� haciendo tarde.
- Pero no podemos empezar todav�a.

- No tiene sentido esperar.
- Pues tiene que esperar.

No tengo que hacer tal cosa.

Les estoy muy agradecida
pero es mejor

- que no est�n presentes...
- Pero si somos los testigos.

Yo nunca tengo testigos.
Debo tener absoluta privacidad.

Pero yo necesito testigos.

No. Ya ver� c�mo nos arreglamos
mejor sin ellos.

�Quiere decir solo los tres?

S�, solo los tres.

Ya lo hizo otra vez.
Est� nerviosa, �no?

Me estoy poniendo nerviosa.
�Les importar�a dejarnos solos?

�Lo ves, Samuel?
Si casas a esta chica,

- te meter�s en problemas.
- En absoluto.

Pero si trata de casar a alguien m�s,
entonces seguro que los tendr�.

Por eso quiero estar a solas con �l.

Es mejor que t� y Hattie
os vay�is, Martha.

No iremos muy lejos.

Si nos necesitas, llama.

Lo har�.

�Qu� tal si se relaja un poco?

�Relajarme?

�Por qu� no se echa?

- �Echarme?
- S�, s�, aqu� mismo.

Ya se acostumbrar�. Al principio
todo el mundo se siente rid�culo.

Pero ya ver� c�mo se acostumbra
y lo disfruta.

- Es muy irregular.
- S�. Levante los pies.

Eso es. Rel�jese.

�Qu� est� haciendo?

No se preocupe. Estoy aqu�.

As� no puede verme
y todo resulta mejor.

Puedo verla.

Claro que puede, si me mira.

- �Qu� va a hacer ah� detr�s?
- Escucharle.

- �Escucharme hacer qu�?
- Hablar.

Ahora d�game lo primero
que se le venga a la cabeza.

No.

-Juez Whittaker, hago esto todo el d�a.
-�S�?

Busco cosas en la mente de la gente.
A veces la gente se pierde.

Pobre chica. �Tambi�n pierde gente?

No los pierdo, se pierden ellos,
pero yo ayudo a que se encuentren.

Yo le ayudar� a encontrarse

si se olvida de que estoy aqu�
y habla conmigo.

�Samuel!

Por favor, tienen que darme m�s tiempo.

Vete, Martha, yo me encargo.

- A m� no me lo parece.
- Vete, Martha.

Estoy perdido y me est� buscando.
Lo hace todo el d�a.

�Deber�a darte verg�enza,
intentar casar a una chica as�!

No hay de qu� avergonzarse.

No m�s que cuando uno tiene
urticaria o algo as�.

�Urticarias?
Yo nunca he tenido urticaria.

Claro que no. A eso me refiero.

Y tampoco quiere casarme.

Pero es que s�. No le importar�, �no?

- Usted dijo...
- Qu� va. Estar�a muy honrada.

Pero esta noche tenemos
otras cosas que hacer.

No, no he hecho ning�n otro plan
para esta noche.

Dej� toda la noche solo para usted.

Qu� amable.

- Gracias a Dios.
- �Perdone?

El timbre. Eso es que hay clientes.

Aqu� est� la licencia y dem�s.

Sr. Kent, no puedo dejarle casarse
con esa chica. Est� en terrible estado.

Lo s�, por eso me caso con ella.

Usted no se preocupe.
Deje que me haga cargo.

No hubiera accedido a esto si el Dr. Lane
no me hubiera salvado la vida una vez.

Con esto empata.
Usted est� salvando la m�a.

Necesito testigos.

Tendr� que darse prisa.
Me voy pasado ma�ana.

Hola.

- �Qu� hace aqu�?
- Vine a verte.

- Te he estado llamando...
- �C�mo sab�a que estaba aqu�?

Tu padre, le retorc� el brazo.
Y est�bamos preocupados por ti.

�Preocupados por m�?

Claro. Es peligroso que una chica como t�
ande por ah� tratando man�acos.

- �Puede pasar cualquier cosa.
- No es un man�aco.

Est� loco como una cabra. Lo vi.

Nada m�s verme,
dijo que necesitaba testigos

y se fue a saltos como un ant�lope.

Tiene una fobia inofensiva,
le gusta casar gente.

S�, tu padre me lo dijo
y eso me preocup�.

- Ten�a que asegurarme por m� mismo.
- Sr. Kent.

Bueno, �empezamos?

Lamento que nos interrumpieran,
juez Whittaker.

Si viene ma�ana a mi consulta
continuaremos con nuestra...

Es una buena idea.

- �Buenas noches!
- Buenas noches.

No puede irse ahora.

Juez Whittaker, dif�cilmente puedo
hacer nada con el Sr. Kent aqu�.

Pero es que tiene que estar
aqu� para poder casarlos.

Puede casarme ma�ana.
�Qu� le parece?

Mi padre estar� all�.

- Quiere casarse con su padre.
- No, no, no, no, no.

�Hacia las 11?

Es que tengo que casarla hoy.

No iba a llegar tan lejos y no hacerlo.
�No podr�a!

Juez Whittaker.

- �Pero por qu� no le deja?
- �Dejarle qu�?

Casarte. Si le hace feliz,
�qu� puedes perder?

�Quiere que haga el rid�culo?

Ya te lo dije,

�qu� m�s da si haces feliz a este hombre?

Ya volvemos con el conejo de Pascua.

Acab�ramos. Una chica que ve conejos...
Ven, Hattie.

No hay testigos.

Ah� tiene. Necesita testigos,
usted mismo lo dijo.

�Eh, conductor! Venga aqu�.
Traiga a ese otro con usted.

- Los testigos.
- No quiero testigos.

Pero �l s�.
�Nunca piensas m�s que en t� misma?

- Son testigos.
- Yo no, yo no he visto nada.

Todav�a no ha ocurrido.

- �Esta t�a le da problemas, amigo?
- �Perdone?

No quiere casarse.

Mire, se�ora, no deje que la avasallen.
Si no le gusta este t�o, no se case.

�C�mo es que cada vez que aparece,
siempre hay alg�n l�o?

Ojal� su padre me hubiera
dejado morir, de verdad.

Estar�s contenta.
Ahora quiere estar muerto.

- No le da verg�enza.
- Pues que se muera.

No puedes irte y dejar a un hombre
en ese estado, M�rale.

Tiene una pinta horrible.

- Mira, no queremos boda.
- Nosotros s�.

- Nosotros no.
- Nosotros s�.

- Un momento, un momento.
- �De acuerdo! Dejar� que me case.

- Dijo que s�.
- Har� lo que sea para salir de esta

y librarme de usted.

Se�ora, �est� diciendo que va a casarse
con este tipo para librarse de �l?

No es la primera vez que pasa.

Mi mujer se cas� conmigo para
librarse de m�. Tenemos 10 hijos.

�Qu� dec�a, Sra. Whittaker?
�Que no ha vuelto en s� todav�a?

Se ha desmayado.

- El juez Whittaker se ha desmayado.
- �Antes o despu�s?

�Qu� ha dicho?

Se�ora, est� hablando de mi �nica hija.

Albert, �funcion�! �Est�n casados!

�Padre! �Albert!

S�, Dra. Lane.

- Padre, has estado bebiendo.
- Estaba muy, muy nervioso.

- Y Albert tambi�n.
- Yo tambi�n estaba muy nervioso.

Supongo que ha sido un mal d�a.

Ya hablaremos de ese manicomio
por la ma�ana, si eres capaz.

Me voy a la cama, y no te agradezco
que mandaras all� al Sr. Kent.

Te asombrar�a la que se arm�
cuando apareci�.

�No vino a casa contigo?

No, no vino conmigo.

A mi taxista no le gustaba m�s que a m�.

No hay novio.

Buenas noches, padre. Vaya noche.

- Sr. Kent, d�jeme ser el primero en...
- Ella todav�a no lo sabe.

No era lugar ni momento para entrar
en eso. No se hacen ni idea.

�Est� casada y no lo sabe?

Va a ser un shock tremendo
cuando se entere.

Mira, vete t� a dec�rselo.

- �Yo? No, t� te casaste.
- S�, pero fue idea tuya.

Perd�n por decir esto, Sr. Kent,
�pero no le da verg�enza?

- �Por qu�?
- Tener miedo de una chiquilla.

- �Y t� vas a la guerra?
- Donde hay balas.

- Mejor no vayas. Pueden herirte.
- Muy gracioso.

Pens�is que me da miedo, �eh?

Buenas noches, Albert.

Ven cuando quieras.

Buenas noches, Dr. Lane.
Lo mismo digo.

Bien, all� vamos.

- Hola.
- Parece que me paso la vida preguntando

"�Qu� hace aqu�?"

Siento llegar tarde.
Tuve que ir a recoger mi bolsa.

Viene a despedirse, �eh?
�Se va esta noche?

No, me quedo, espero.

- �Sr. Kent!
- Mike.

�Se da cuenta de que
invade mi dormitorio?

- Precioso.
- Gracias. Gracias.

- �Le importar�a irse?
- �A d�nde?

�Y a m� que me importa?
A donde le corresponda.

Este es mi sitio. Espero.

No me diga que tiene un billete que
lo demuestra. Ya hizo eso antes.

- Lo tengo.
- �Que tiene qu�?

Un billete que lo prueba.

Creo que llamar� al administrador.

No, no, estaba muerto de risa
con todo esto.

- Incluso me dio un cigarro.
- �Un cigarro? �Por qu�?

Bueno, cuando ganas, te dan un cigarro.

�Usted cree que la locura es contagiosa?

Bueno, estuvimos juntos
con el juez Whittaker.

S�, lo s�.
Solo que el juez Whittaker no est� loco.

- No. No, no, la loca soy yo.
- Eso es lo que �l piensa.

Esa ceremonia fue aut�ntica.
Te enga�amos para hacerla.

Tu padre lo llam� secuestro mental.

�Usted y yo estamos casados?

T� y yo estamos casados.

Ten�a miedo de dec�rtelo hasta
que vi que aun llevabas el anillo.

- �Ah, s�?
- Pens� que eso indicaba algo.

�Y la licencia?

- Tu padre la firm� por ti.
- �C�mo?

Les dijo que ten�as
los dos brazos rotos.

- �Y los certificados m�dicos?
- Cualquier m�dico puede conseguirlos

- y tu padre es m�dico.
- Es m�dico.

Ya veo.

- Muy, muy astuto.
- S�, �no es cierto?

- As� que estamos casados.
- Eso parece.

�Te parece bien?
Por favor, di que te parece bien, Susan.

Creo que es maravilloso.

- �De verdad?
- �Maravilloso!

Para empezar, es la clase de boda
con la que toda chica sue�a.

Para seguir, es tan emocionante
casarse con un completo extra�o.

No sabremos qu� vendr�
a continuaci�n, �no?

- Bueno, nunca lo sabe nadie...
- ...hasta que viven juntos.

Ya lo s�. Me parece haberlo
le�do antes en alg�n sitio.

�Cual es tu segundo nombre?

- No tengo.
- Ah� tienes.

�Ves las cosas fascinantes que
vamos a descubrir de nosotros?

El m�o es Ellen, por mi madre.
T� tendr�s madre, supongo.

S�, ten�a madre y padre.

Ah� tienes. Ya ves las fascinantes
cosas que vamos...

Susan, d�jalo, �quieres?

- Si est�s enfadada, vale.
- Solo la gente inmadura se enfada.

Y por cierto, yo nunca como carne.
Espero que no te importe.

No permito que entre en casa.
Espero que no te importe.

- No, no me importa.
- Bueno, ah� tienes.

Ves, ya hemos superado
el primer obst�culo.

Ahora, d�jame ver.

S�, debo tener privacidad absoluta.
Siempre he vivido sola, ya sabes.

Aunque no tendremos que preocuparnos
de esto durante un tiempo.

Te vas, �no es as�?

S�, me ir� pronto.
Susan, cari�o, escucha...

No me has dicho nada de ti.

�Hay alg�n esqueleto
que deber�a conocer?

S�, tengo un poco de asma,
por si te interesa.

Me interesa much�simo.
O sea, el asma.

�Qu� te pasa? �Te pones negro?

No, no me pongo negro.
Respiro pesadamente, eso es todo.

Y ni siquiera hago eso
a no ser que est� excitado.

Qu� interesante.

Entonces ser� sencillo comprobarlo.

- �Comprobar qu�?
- B�same.

�As� sin m�s?

As� es como te casaste, �no?
As� sin m�s.

Susan, no. No, por favor.

No es muy halagador. No hay asma.

Lo ves, ni siquiera hay una base
emocional para este matrimonio.

�No est� exagerando un poco, doctora?

Fue muy inteligente al prepararlo
todo tan pronto.

- �Qu� es lo que prepar�?
- Esto.

- �De qu� est� hablando?
- Bueno, yo...

- He estado observ�ndolos.
- Me parece un poco impertinente,

pero no me importa si
el mundo entero me observa.

Es obvio que ahora
pertenece a alguien.

- S�.
- As� que ahora el experimento

- ya ser� v�lido.
- Pero...

�De qu� est� hablando?

Hace mucho tiempo le dije...

Fue hace tres noches,
despu�s de que se fuera.

�Y qu� m�s da?
He perdido la noci�n del tiempo.

Es igual, no era importante.

�Qu� le dijiste hace 3 noches,
despu�s de que me marchara?

Que le har�a creer que le pertenec�a.

- Siga.
- Lo cual demostrar�a algo

si me hac�a el amor.

No me lo creo.

Lo que Allura no sabe es lo que
ha ocurrido, �no es as�, Mike?

No se lo va a creer. El Sr. Kent
y yo nos hemos casado esta noche.

- �Casados!
- S�, �no es rid�culo?

- As� que ya ve...
- �Se cas� con �l por m�?

No cre� que ir�a tan lejos.

- Es un m�dico muy bueno, Dra. Lane.
- No, no. No, qu� va.

O sea, no lo hice.
O sea, me enga�� para hacerlo.

Qu� gracioso.

- Pobre Sr. Kent.
- �Qu� tiene de pobre?

Cay� de lleno en su plan, �no?

Ella me dijo que el hombre
que se enamora no es muy listo.

- �Lo dijiste?
- Bueno, s�, lo dije...

�O sea que preparaste todo esto
hace 3 noches, despu�s de irme?

- Ver�s... Yo...
- �Despu�s de decirte que te quer�a?

- Es que ella volvi� aquella noche.
- Deb�a asegurarme de que no lo quer�a.

- �Y fue as�?
- Se ri� cuando se lo pregunt�.

Dijo...

"�Para que iba a querer al Sr. Kent?"

S�, muy halagador,
zarande�ndome como a un saco.

Para ti. No, no, para ti.

�Ahora les importa si yo
tambi�n lo echo a cara o cruz

y decido qui�n se queda con qui�n?

- Eso suena bastante desagradable.
- Bastante.

Muy bien, ya tir� la moneda.

�Te importa si vuelvo
a invadir tu dormitorio?

No, en absoluto.
Tienes todo el derecho.

Quiero recoger mi bolsa.
�Vamos, rubia!

�A d�nde vas?

A hacer ese experimento.

�Va a curarme?

Que no se diga que no he cooperado

despu�s de que la Dra. Lane
se tomara tantas molestias.

�Mike!

Espero que seas consciente
de que arriesgas la vida.

No se me ocurre mejor
manera de morir.

Vamos, rubia. Ver�s que soy
justo lo que la doctora quer�a.

Espero que sea muy feliz, Sra. Kent.

Tendr�a que saber que es demasiado
lista para caer en una trampa.

El Sr. Lindsay para el
mi�rcoles a las 3.

- Hasta entonces.
- Gracias, doctora.

- �Quiere pasar, Sra. Peterson?
- Gracias, doctora.

- En un momento estoy con usted.
- Gracias.

�No has sabido nada
de ninguno de los dos?

No, de ninguno. Usaste una
marca muy potente de aspirina.

No seas ordinaria.

No me importa en absoluto
pase lo que pase.

�Dra. Lane?

S�, yo soy la Dra. Lane.

Son para usted.

No son venenosas, se�ora. Son lilas.

- Lo s�.
- Yo me encargo.

No, no, lo har� yo.
Me las mandaron a m�. Gracias.

A m� tambi�n me chiflan las lilas.

Supongo que es porque florecen
muy pronto en primavera.

Parece como si se�alaran
el principio de algo.

- Por Dios, v�yase.
- Claro.

- Lilas.
- S�, ya las veo.

- Significa que mi paciente est� bien.
- S�, lo s�.

- Prueba que soy buen m�dico, �no?
- S�, as� es.

S�, ya veo. S�, lo s�. S�, as� es.
�Es todo lo que sabes decir?

Tambi�n conservar mi trabajo.

- �Las coloco?
- No, lo har� yo.

Maldito dolor de cabeza.

Empezaba a pensar que
se hab�a perdido.

No se preocupe.
S� d�nde estoy en todo momento.

- Tiene mucha suerte.
- S�, ya lo s�.

Y usted estar� igual de segura.

Solo tiene que concentrarse
en las lilas.

�En qu�?

Lo que le dije ayer. Su marido...

Estoy mejorando, doctora. Estoy segura.

Me di cuenta de cu�nta raz�n ten�a...

Era m�s un polic�a que una esposa.
Ha sido todo culpa m�a, �no?

No, fue culpa m�a.

Deb�a haber acabado
con el peque�o polic�a.

�Qu� ha dicho?

�Sobre qu�?

Creo que ha dicho que iba
a acabar con un polic�a.

�C�mo iba a decir algo as�?

No es posible.

�Por qu� demonios iba a decir algo as�?

Es maravilloso lo suyo con su marido.
Es maravilloso.

Toda mujer debiera ser una esposa, �no?

No, Pittsy, no ir� ma�ana.
No, estoy perfectamente. Solo cansada.

Por favor, �quieres dejarme en paz?

�Albert! �Qu� demonios te has puesto?

Mi ropa de vagabundo. Me marcho.

�Te marchas? �A d�nde?

Al sol, al viento, y a la lluvia.

Pero, Albert, �no te acuerdas
de lo que te dije?

S�, pero imagino que alguien que
no sabe qu� hacer con su propia vida,

no sabr�a qu� hacer con la m�a.

- Albert.
- �S�, Dra. Lane?

Pero no est�s bien.
Puedes pillar una pulmon�a o algo as�.

Eres demasiado viejo para vagabundear.

No soy demasiado viejo para nada,
salvo para la infelicidad.

Nadie lo es. Lo dec�a el Sr. Kent .

- �Qui�n lo dec�a?
- El Sr. Kent.

Me da igual lo que diga,
pero el Sr. Kent me pone enferma.

Eso parece.

�Qu� quieres decir con... Eso parece?

Est� enferma.

-�Qu� tiene eso que ver con el Sr. Kent?
-Dra. Lane.

- Albert, est�s despedido.
- Gracias, Dra. Lane.

- Puedes irte ahora mismo.
- S�, se�ora.

Muy bien. D�jame sola ahora
que estoy enferma. No me importa.

No voy a dejarla sola.

Le dejar� esto.

Me lo dio el Sr. Kent,
pero ya no lo necesito.

- Y usted seguramente s�.
- No lo quiero.

- �Qu� es?
- Es el Nixie.

Un sonido maravilloso, �no, Dra. Lane?

Ya no tengo edad para jugar
con mu�ecas, Albert.

Nadie es demasiado viejo para nada,

- excepto la infelicidad.
- Excepto la infelicidad.

Lo s�, ya lo dijo.

Bueno, adi�s, Dra. Lane.

Adi�s, Albert.

Me encantar� bajarme donde haya
una bonita guerra bien montada.

No hace falta que me grites.

Tuve la amabilidad de venir
y ayudarte a escapar.

Tal como me est�s ayudando, seguramente
acabar� nadando hasta Jap�n.

- Todos cometemos errores.
- Ni siquiera lo lamentas.

Siempre digo que no hay que lamentarse
por la leche derramada.

Y no ten�as que hablar de leche
en un momento as�.

Deja de quejarte y vete a la cama.

- Buenas noches.
- Buenas noches.

No puede pasarme una cosa as�
2 veces en 2 semanas.

- �Qu� cosa?
- Hay alguien en mi litera.

�S�? Bueno, entra y duerme conmigo.

No quiero dormir contigo.
Quiero dormir en mi litera.

- No puedes.
- �Por qu�?

El matrimonio no fue v�lido.

- �Qu� matrimonio?
- El nuestro.

Parece que para casarse
uno debe ser consciente de ello.

�No es una tonter�a?

- �Susan!
- Hola, cari�o.

Eh, eh. Dije que
pod�as dormir conmigo.

Gracias.

- Perd� el juicio.
- Ya somos dos.

Podemos casarnos en Nevada
y no perder m�s tiempo.

La pr�xima vez que me case ser� porque
alguien me lo pida, aparte de ti.

Eso pensaba yo.
�Quieres casarte conmigo?

- �Qu� hiciste con Albert?
- Le desped�.

- Buenas noches, cari�o.
- Buenas noches.

�Qu� pasa aqu�?

Estoy d�ndole las buenas noches
a mi hija. �Le importa?

�Y este qui�n es, el int�rprete?

En cierto modo.
Hablamos la misma lengua.

�Es su hija?

Esta litera es para usted y su ni�a.

- Mi ni�a creci�.
- De la noche a la ma�ana.

Vamos, Mike.

- Te ver� en el desayuno.
- Intenta escaparte esta vez.

- Buenas noches.
- Buenas noches.

A